El
funeral por Jung YongHwa fue largo, pero muy emotivo. Había tenido una larga
vida, llena de éxitos y de alguna que otra tragedia. La muerte de su hijo Hyunbi
supuso un gran golpe para él. Cuando Yunho proyectó la presentación que había
preparado sobre su abuelo, Jaejoong no pudo reprimir las lágrimas al ver pasar las
imágenes de su vida, desde su infancia a sus últimos días con su nieta Hani en
las rodillas.
Tuvo
lugar luego un acto de homenaje, de carácter privado, en el hotel Jung. Sólo
podían asistir, en principio, los familiares y allegados, pero por alguna razón,
consiguieron infiltrarse un par de reporteros de la prensa. Uno de ellos enfocó
por sorpresa con su cámara al rostro de Jaejoong mientras el otro le ponía en
la boca un micrófono.
― Señor
Jung, díganos, ¿es verdad que está esperando un hijo? ―
Jaejoong, desconcertado, vaciló unos segundos antes de contestar.
― Sin
comentarios.
― Señor Jung, se dice que ese niño podría ser de Tomohisa Yamapi, el hombre con el que
usted mantuvo una breve aventura durante su separación. Todo el mundo sabe que
su marido y usted han tenido problemas para tener hijos estos últimos años.
¿Tiene algo que decir a eso?
Yunho
apareció entonces de repente. Parecía muy enfadado. Jaejoong nunca le había
visto así.
― Esos
rumores son absolutamente falsos ―
dijo él ― El hijo es mío. No
hay ninguna duda de ello y nunca la ha habido. Ahora, por favor, tengan la
bondad de salir de esta sala si no quieren que me vea obligado a llamar al
servicio de seguridad.
Cuando
los periodistas se retiraron, Yunho tomó del brazo a Jaejoong y se fue con él a
una de las salitas privadas que había en un lateral del salón de actos. Cerró
la puerta y lo miró con gesto de preocupación.
― ¿Estás
bien? Me dio la impresión de que ibas a desmayarte en cualquier momento.
Jaejoong
se llevó una mano a la frente.
― Debía
haberlo previsto. Me sentí como una pánfila sin saber qué decir a ese
periodista.
― Sabía
que podía ocurrir una cosa así ― dijo él pasándole una
mano por la mejilla ― Por
eso quería hacer un comunicado oficial antes de que la prensa se adelantase con
algún cotilleo estúpido. Es mucho más difícil atajar los rumores cuando
provienen de fuentes desconocidas.
Jaejoong
se le quedó mirando unos segundos como tratando de desentrañar sus
pensamientos.
― No
tienes ninguna duda de que este hijo es tuyo, ¿verdad, Yunho?
― Por
supuesto que no ― dijo él acariciándole el pelo con la
mano ― Ahora, ya no.
― ¿Qué
quieres decir con eso? ¿Has descubierto últimamente alguna prueba de tu
paternidad?
― Me
encontré por casualidad el otro día con tu ex pareja, Tohoshima Yamapi. ―
Jaejoong no se molestó siquiera en corregirle el apellido.
― ¿Que
te lo encontraste por casualidad? ― preguntó Jae,
alzando las cejas, con una mezcla de ironía e incredulidad ― Vamos, Yunho, ¿me estás tomando el
pelo?
― Está
bien, lo admito ― dijo él, tras una tensa pausa ― Me enteré de dónde vivía y le hice una
visita. Me confirmó que había coincidido contigo en un restaurante invitado por
un amigo común y que ésa había toda su relación contigo.
Jaejoong
se puso rojo de indignación por su atrevimiento y su falta de confianza.
― Así
que no me creíste cuando te lo dije. Necesitabas que te lo confirmara otra
persona para que creerme, ¿eh?
― Ponte
en mi lugar, Jaejoong. Me dejaste al ver que yo no podía dejarte embarazado.
¿Qué otra cosa podía pensar cuando descubrí que estabas esperando un hijo?
― Yo
no te dejé por eso ― replicó Jae ― Te dejé porque nuestro matrimonio
estaba roto.
― ¿Y
por qué no me dijiste que estabas embarazado? Tuve que ser yo el que lo
descubriera por casualidad cuando buscaba un cepillo de dientes en tu lavabo.
― Pensaba
decírtelo.
― ¿Ah,
sí? ― exclamó el con ironía ― ¿Y cuándo? ¿Quizá pensabas hacer lo mismo que hizo Junsu con mi hermano?
¿Decírmelo cuando mi hijo tuviese ya un año?
Jaejoong
salió en defensa de cuñado y amigo.
― Fue
culpa de Yoochun, no de Junsu. Él fue el que cortó la relación si darle ninguna
explicación. No confió lo suficiente en él como para contarle la verdad del
problema de salud que tenía.
― Yoochun
ha sido siempre muy reservado ―
dijo Yunho ― Ni
siquiera se lo contó a su propia familia.
― Bueno,
lo importante es que al final se reconciliaron y ahora están muy enamorados el
uno del otro. Yo me alegro mucho por ellos.
― Y
yo también ― dijo él ― Pero sé lo mucho que Yoochun ha sentido no haber podido estar junto a su
hija esos primeros meses. Creo que ésa fue una decisión que Junsu no tenía
derecho a tomar, nos tuvo engañados a todos durante un año. Tenía que habérselo
dicho al menos a él. Yo no te perdonaría nunca si me hicieras una cosa así.
― ¿Cómo
podría hacerte una cosa así, si hasta ahora no he conseguido estar embarazado
más de seis semanas seguidas? ―
dijo Jae muy enfadado.
El
aire se volvió espeso e irrespirable por la tensión del momento.
― Jaejoong…
― dijo él, acercándose unos pasos hacia Jae.
Jaejoong,
al verle venir, tomó precauciones cruzando los brazos por delante de su pecho.
― Yunho,
no pongas las cosas más difíciles de lo que están. Me obligaste a volver
contigo para que tu abuelo viviera en paz sus últimos días, pero ahora ya no
está con nosotros. Ya no hay ninguna razón para que siga a tu lado. Podría
hacer el equipaje en unos minutos y marcharme de esta casa, sin que tú pudieras
hacer nada por detenerme.
― Jaejoong,
si me vuelves a dejar, te aseguro que arrepentirás el resto de tu vida
― dijo él echando fuego por los ojos ― Te resultó demasiado fácil la primera vez. Entonces, no quise hacer nada
para retenerte, juzgué que necesitabas darte un respiro y reflexionar sobre
nuestro matrimonio. Pensé que quizá los dos lo necesitábamos. Pero esta vez
sería distinto, no me quedaría cruzado de brazos, te quitaría al niño en cuanto
naciera, no lo dudes.
Jaejoong
tragó saliva intentando deshacer el nudo que tenía en la garganta. Aquella
discusión ya no era sólo por dinero, sino también por su hijo, y veía que él
estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por tener ambas cosas controladas. Él
era irrelevante para Yunho, una simple pieza más en el ajedrez de su vida, a la
que mover a su antojo. Si Yunho lo amase, le habría faltado tiempo para pedirle
que se quedase con él, en vez de amenazarlo con quitarle a su hijo.
― Estás
dando por sentado muchas cosas, como que nuestro hijo nazca
― dijo Jaejoong con una voz tan fría y amarga, y tan llena de desprecio, que ni
él mismo la reconoció como propia.
― El
médico tiene mucha confianza en que esta vez tendrás un parto normal y el niño
nacerá sin problemas ― replicó Yunho ― Quiero ese hijo, Jaejoong. No me
obligues a tener que quitártelo, entrando en una larga cadena de batallas
legales por su custodia cuyo final los dos sabemos de antemano cómo acabaría.
― Sí,
sé muy bien lo cruel y despiadado que puedes llegar a ser cuando quieres
conseguir tus deseos. Prefieres encadenarte a un matrimonio sin amor, por Dios
sabe cuántos años, antes que darme lo que quiero.
― Me
parece que tú no sabes siquiera lo que quieres
― replicó él ― Me
dijiste que querías el divorcio, pero en cuanto estuvimos juntos unas horas
volviste a mi cama, como siempre. Hay cosas, Jaejoong, que no han cambiado, ni
podrán cambiar. Tú me deseas y yo te deseo.
Jaejoong
se avergonzó de sentir el rubor en sus mejillas. Reconocía su debilidad, se
había entregado a él de nuevo después de unas cuantas caricias. ¿Por qué no podía
controlarse cuando estaba cerca de Yunho?
― ¿Y
cuánto crees que va a durar nuestra atracción sexual?
― preguntó Jaejoong.
― Creo
que todavía bastante ― contestó él con un
brillo especial en sus ojos negros como el carbón ― Si no fuera por toda esa gente que está ahí al otro lado de la puerta,
te lo demostraría aquí mismo, sobre esta mesa.
Jaejoong
sintió todo su cuerpo respondiendo inconscientemente a sus palabras con una
oleada ardiente de deseo. Se estremeció y se le puso la carne de gallina con
sólo pensar en que pudiera poseerlo en aquel mismo momento. Habían hecho el
amor todas las noches desde que habían vuelto a estar juntos, y cada vez había
sido mejor que la anterior, como si su cuerpo estuviese llegando a un estado de
plena madurez sexual. Había perdido buena parte de sus complejos e inhibiciones
y disfrutaba de su cuerpo de todas las formas posibles.
Un
golpe en la puerta vino a romper el hechizo del momento, como lo hace una
piedra lanzada sobre el frágil cristal de una ventana.
― ¿Sí? ―
preguntó Yunho abriendo la puerta.
― Lo
siento ― dijo Junsu, el esposo de Yoochun, algo avergonzado
― Estaba buscando a Meisa
Kuroki. La vi un instante en el funeral, pero no he vuelto a verla desde
entonces. Supongo que debe haberse ido.
Yunho
dijo algo así como que él no llevaba el control de los asistentes y se disculpó
diciendo que tenía que irse a atender a unos amigos. Salió de la salita dejando
a Jaejoong con Junsu.
Junsu
miró a Jaejoong con gesto preocupado.
― ¿Te
encuentras bien, Jaejoong?
Jaejoong
estaba aún bajo los efectos de las palabras de Yunho y permanecía inmóvil como
si tuviera pegados los pies al suelo.
― Disculpa
a Yunho si ha estado un poco grosero contigo, pero tiene muchos problemas en la
cabeza. Supongo que te harás cargo.
― Sí,
no te preocupes ― replicó Junsu muy comprensivo ― Es la triste historia de esta familia. Yunho
tiene muchas responsabilidades a sus espaldas, no es de extrañar que esté a
veces un poco quisquilloso. ¿Cómo lo llevas tú?
― Bien ―
dijo él, bajando un poco la mirada.
Se
produjo un breve silencio, tenso y revelador.
― Mira,
puedes decirme que no me meta en tus asuntos, pero me pareció, al entrar, ver
cierta tensión entre Yunho y tú ―
dijo Junsu ― Supongo
que será por el estrés de estos últimos días.
― Estamos
teniendo algunos problemas de readaptación, pero creo que los resolveremos
pronto. La verdad es que no he sido un compañero muy agradable para él
últimamente. Aún no me puedo creer que vaya a conseguir tener un hijo.
― ¡Oh,
Jaejoong querido! ― dijo Junsu, acercándose
a él y dándole un abrazo ― Sé
lo duro que debe de ser para ti, pero tienes que ser optimista y tener
paciencia. Pronto se te empezará a notar y entonces estoy seguro de que te
parecerá todo distinto, más real.
― Sí,
supongo que sí. Lo que no sé es como tratar a Yunho, nunca lo he sabido. Me
parece que no conseguimos congeniar desde el punto de vista afectivo.
― Pero
tú aún lo amas, ¿no?
― Ése
es el problema ― dijo Jaejoong suspirando ― Lo amo con toda mi alma. Creo que aún
más que antes.
― ¿Entonces?
― Yunho
es incapaz de amar o al menos de demostrarlo.
― Pero
tiene que haberte amado alguna vez ― dijo Junsu con gesto sorprendido ― Se casó contigo, ¿no? ―
Jaejoong se mordió ligeramente el labio inferior.
― En
nuestra relación, no hubo nunca el menor romanticismo, fue sólo un matrimonio
de conveniencia.
― ¿Qué
demonios quieres decir, Jaejoong?
― Yunho
y yo nos conocimos poco antes de que su padre tuviera el accidente ― dijo Jaejoong, suspirando de nuevo ― Yo me enamoré de él en seguida, pero él
se casó conmigo por voluntad de su familia. Quería tener un heredero,
especialmente después de las pocas esperanzas que los médicos le habían dado a
su padre. Yo acepté, pensando que con el tiempo llegaría a amarme, pero no fue
así. Nos hicimos desgraciados el uno al otro, especialmente cuando se vio claro
que yo no podía responder a las expectativas que él había puesto en mí para que
le diera el hijo que perpetuara la dinastía de los Jung.
― ¡Oh,
Jaejoong! ― volvió a exclamar Junsu, consternado, sin saber qué
decir.
― He
vuelto con él sólo por YongHwa y el bebé ― continuó Jaejoong ― Si no estuviera embarazado, me habría
ido ahora que YongHwa ya no está con nosotros. Yunho tiene tantas ganas de
volver a su vida de antes como yo a la mía.
Junsu
miró a su amigo con cara de lástima.
― Querido,
no pensarás que hay otra persona por medio, ¿no? Ya sabes, un amante o algo
así.
A
Jaejoong le vino a la memoria la imagen de la esbelta modelo y sintió un dolor
tan agudo como si le acabasen de atravesar el corazón con una espada.
― No
sé… Tal vez… Espero que no…
Junsu
le puso afectuosamente una mano en el hombro.
― ¿Quieres
que le diga a Yoochun que hable con Yunho sobre el asunto?
― No,
por favor, no involucres a Yoochun ni a nadie en esto. Yunho y yo somos los que
tenemos que resolver nuestros problemas.
― Ten
paciencia, Jaejoong ― le aconsejó Junsu ― Han pasado muchas cosas en muy poco
tiempo últimamente. Yunho, como hermano mayor, tiene que asumir el peso del
negocio de la familia. Conforme las cosas se vayan consolidando, todo será
diferente y tendrá menos estrés, no tendrá que ocuparse personalmente de todo
como hasta ahora. A Yunho se le ve siempre pendiente de ti. Yoochun y yo lo
estuvimos comentando el otro día. Siempre protegiéndote, cuidando de que
descanses lo suficiente y no te fatigues demasiado. Se enfadó mucho con
nosotros por dejar que te quedases con YongHwa la semana antes de que se
muriese, ¿te acuerdas?, el día que yo tenía la revisión con mi ginecólogo. Dijo
que sólo podías estar unos minutos. A mí, si te digo la verdad, llegó a
asustarme, pero Yoochun dijo que todo lo hacía porque le preocupaba mucho la
salud del bebé y la tuya.
En
ese momento, se abrió la puerta y entró Yoochun con Hani en brazos. La niña
parecía algo enfurruñada.
― ¡Hannie,
ya lo tienes aquí! ― dijo Yoochun, mirando
a su esposo con una sonrisa de complicidad ― Aquí está tu eomma.
― ¡Eomma!
¡ Eomma! ― dijo la niña, lloriqueando extendiendo
los bracitos hacia Junsu.
Jaejoong
sintió envidia al ver la escena. Cómo desearía él tener un niño o una niña que
viniera a refugiarse en él con tanta ternura, por no hablar de un marido que lo
amase tanto como Yoochun a Junsu.
― Esta
señorita lo que necesita es dormir ―
dijo Junsu sonriendo ― Jaejoong,
¿te apetece ir de compras mañana conmigo? Puedo venir a recogerte. Sé dónde hay
una tienda muy buena con ropa premamá. Tenían un conjunto de blusa y pantalón
en tonos blanco y lila que te quedaría muy bien. Armonizaría con ese bronceado
de piel tan espléndido que tienes.
― Sí,
me gustaría ― respondió Jaejoong ― Aún no me he comprado nada.
― ¡Genial!
― exclamó Junsu, acunando a Hani sobre su pecho ― Vendré a recogerte sobre las once, ¿de acuerdo?
Jaejoong
asintió con la cabeza mientras contemplaba a la familia saliendo de la salita.
La niña en brazos de su eomma y Yoochun con el brazo alrededor del hombro de Junsu,
en un gesto de marido protector.
Al
poco de marcharse, entró Changmin de forma impetuosa, y con actitud
pendenciera. ― ¡Oh,
disculpa! ― dijo él, parándose en seco al verlo ― Pensé que eras otra persona.
― Siento
haberte decepcionado ― dijo Jaejoong con una cierta
aspereza.
― Mira,
Jaejoong, sé que no tienes un gran concepto de mí, pero, por el bien de Yunho,
tratemos de llevarnos bien. No sabes lo que me alegra que hayas vuelto con él. Yunho
está mejor contigo, más asentado. No ha sido el mismo desde que lo dejaste.
― No
he sido capaz hasta ahora de darle el hijo que deseaba, y aún es pronto para
decir si esta vez…
― Lo
estás haciendo muy bien ― dijo él, mirándole el vientre,
una y otra vez.
― Siento
mucho lo de tu abuelo ― dijo Jaejoong para llenar el silencio
que se había producido.
Changmin
adoptó de repente una expresión dura y seria. Tenía sólo treinta y dos años,
pero en aquel momento cualquiera habría dicho que era mayor.
― Ese
viejo intrigante malnacido ha intentado arruinarme la vida. Pero yo no me voy a
dejar doblegar ni por él ni por nadie.
― Eres
igual que tu hermano ― dijo Jae con un tono de sarcasmo.
― Me
lo tomaré como un cumplido. Aunque, si le tuviera delante, te juro que le
rompería las narices. Apostaría a que fue él el que convenció al viejo para que
hiciera eso.
― ¿El
qué?
― Olvídalo,
no tiene importancia ― dijo él abriendo la puerta ― Te veré luego.
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Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Yunho si quiere estar bien con Jae tendrá que aprender a expresar sus sentimientos con él. Pues aunque hay amor el no manifestarlo hace que se vaya enfriando.
ResponderEliminarGracias!!!
Es verdad Yunho debe saber expresar bien sus sentimientos y no permita que Jaejoong siga sufriendo y otra que habra pasado para que Changmin se comporte de esa forma gracias por el capo esperare con ansias el siguiente
ResponderEliminarEse Yunho en lugar de desir a Jae que lo ama con locura mejor lo lastima y eso no los lleva a ningun lado y solo sufren ya va siendo hora de que sw habran y se digan cuanto se aman y nesesitan para que termine ese dolor de Jae y sean muy felices
ResponderEliminarGracias
Esta claro que Yunho tiene problemas para mostrar sus sentimientos pero Jae tiene todo ese amor que les ayudara abrir sus corazones,gracias me encanto ❤✌
ResponderEliminarGracias por el capitulo ❤❤❤❤❤
ResponderEliminarLos dos esconden sus sentimientos los dos se ama , espero el bebe les de un empujoncito 😍
Quien fue de Chismoso o cómo se enteró ChangMin de lo que dejó dicho el abuelo? Y yo que quería verlo en modo evil tras la noticia... no se vale😕. Por Dios me encanta que Yoochun sea lindo con Junsu ellos son perfectos. Que sería de Jae sin el apoyo de Junsu y la simpatía que tiene Yoochun por él. Sin querer Junsu le reveló cosas a Jae que no se imaginaba.Gracias por el cap... Por que Junsu buscaría a Meisa???
ResponderEliminarYunho le dice a Jae que lo ame en vrz de eso lo lastima y amenaza ahora con quitarle a su hijo,eso es cruel,al menos se desahogo con Junsu y asi no tiene que estar guardandolo para el
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