Yunho
descansaba en su cama, viendo
sin rumbo fijo hacia el techo.
No podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos veía su rostro. Jaejoong.
Su esencia estaba marcada a fuego en su
cerebro, y el daño que él le había causado grabado en su memoria.
El rostro de él se había ensombrecido con eso en el avión.
Por primera vez en su larga vida estaba realmente inseguro sobre el camino que
debía tomar.
Los sentimientos que se agitaban dentro
de él hacia Jaejoong le eran ajenos.
La única cosa con la que podía compararlo era con lo que había sentido por Jihye, su hermana menor.
Ella había sido la luz más brillante de
su vida.
Dulce, amable y gentil. No había un día
que pasara sin que sintiera el agujero interno causado por su muerte. De alguna
manera, cuando estaba con Jaejoong no se sentía tan vacío, tan solo.
Seguía esperando a que las señales de
apareamiento aparecieran, a oír sus pensamientos, a que sus marcas cambien. Al
mismo tiempo temía los cambios. Si los signos
de apareamiento aparecían no tendría opción.
Tendría que reclamar a Jaejoong, y eso lo asustaba más
que nada desde el día en que vio a su hermana morir en sus brazos.
Volvió a pensar en ese horrendo día, lo impotente
que se había sentido. Jihye estaba siendo
cortejada por dos lobos, uno de los cuales era su verdadero compañero. Después de varios
meses de persecución más o menos pasiva, se desafiaron el uno al otro. Jihye
tenía que estar presente en el desafío por ley de la manada. Yunho le había
suplicado que no fuera pero ella no era una infractora. Jihye siempre hacía lo
que se esperaba de ella.
Los lobos pelearon y el vencedor tuvo
compasión del otro lobo y lo dejó vivir. El lobo perdedor se tornó salvaje ante
la idea de no tener a Jihye y la atacó antes de que nadie pudiera detenerlo.
Un auténtico compañero nunca sería capaz
de ponerle una mano encima a su pareja,
iba en contra de todo dentro de ellos. Su lobo moriría
antes de levantar una mano contra su compañero.
El lobo perdedor había decidido que si
él no podía tener a Jihye entonces nadie podía. Yunho había alcanzado al lobo
demasiado tarde, la garganta de Jihye había sido desgarrada y la sangre brotó
de ella desbordándose.
La rabia que consumió a Yunho le había
dado más que suficiente fuerza para matar al lobo culpable y lo había
descuartizado miembro por miembro.
Mientras sostenía a su hermana y veía la
luz desvanecerse de sus ojos, ella dijo sus últimas palabras:
— Cuando llegue el momento, hermano, no luches
contra el destino. Deja que ocurra incluso si no sucede de la manera que
piensas que debería. — Y
entonces se había ido.
Jihye siempre había tenido la habilidad
de saber cosas, cosas futuras. Nadie lo entendía y la manada con el tiempo lo aceptó.
Ahora
mientras Yunho yacía sobre su cama, con sus emociones
como una tormenta turbulenta
dentro de él, se tuvo que preguntar si ella habría estado hablando de Jaejoong.
Agarró su teléfono de la mesa de noche
para ver la hora. Una de la mañana.
Gruñó.
Mañana, u hoy, mejor dicho, iba a ser
miserable si no conseguía dormir. Como Beta de la manada
era su trabajo entrenar a los lobos más jóvenes.
Incluso en el siglo XXI era necesario para los lobos saber cómo
defenderse, en forma humana y de lobo.
Después del entrenamiento debía asistir
a una conferencia telefónica con Siwon. Algunas de las manadas de los
alrededores habían llamado y pedido hablar con él, pero no especificaron de qué
se trataba. Cuando Yunho le había preguntado
si tenía alguna
idea del tema, Siwon negó solemnemente y le dijo que
lo que fuera no creía que fuera una buena cosa. Aunque las manadas trataban de mantener la paz entre
ellos, había veces que era más fácil decirlo que hacerlo. Los hombres lobo eran extremadamente
territoriales y no les tomaba mucho meterse en un concurso de meadas… sin doble sentido.
Con un suspiro de frustración agarró los
auriculares de su iPhone y se los puso, a continuación activó la canción “Down”
de Jason Walker. Normalmente escuchaba rock clásico, pero necesitaba algo
relajante para calmarlo esta noche, algo que le ayudara a enfocarse. Cerró
los ojos y escuchó mientras
las palabras de la canción se vertían sobre él.
Mientras escuchaba, sintió como si hubiera sido escrita exclusivamente para él. Con cada palabra el rostro de Jaejoong se hizo más claro
en su mente. Su contagiosa sonrisa, sus ojos brillando con malicia, el rápido
ingenio que podría cortar a una persona a la mitad, o hacerlos sentir como la
persona más importante en su mundo.
Imágenes corrieron a través de su mente
de su tiempo en los Estados Unidos cuando él estuvo en el accidente, el miedo
que había rasgado a través de él cuando había visto su forma inmóvil en el
suelo. Recordó sentirse tan fuera de control mientras los médicos intentaban tratar
a Jae cuando su lobo no quería a nadie cerca de él. Dejó escapar
un gruñido bajo mientras su mente vagaba a su pequeña jugarreta con el macho
humano, Matt. Claramente recordaba el nombre que Jaejoong había susurrado en su
oído. Todavía no había hablado con él acerca de esa noche, acerca de lo que había pasado con este tipo Matt. Sonrió
lentamente a sí mismo cuando finalmente comenzó a ir a la deriva. Planeaba
hablar con él muy pronto acerca de Matt, y Yunho tenía el presentimiento de que
no iba a estar demasiado contento al respecto.
Eso sólo le hizo sonreír más
ampliamente.
>>>♥<<<
— Jae, despierta. — Changmin quitó las sábanas
de encima de su dormido
amigo, permitiendo al aire frío verterse
sobre él — Si
no te levantas, traeré algo de agua y reviviremos algunos de esos buenos
recuerdos del hospital.
— Realmente creo que necesitas ayuda, Changmin — murmuró Jae — Arrojar
agua en mi cara, tirar mi maleta por la ventana, ¿y tú crees que soy yo el
perturbado? Es hora de que la bruja malvada mire en el espejo y pregunte quién
es la más bella de todas. —
Jae se incorporó y trató de quitar
el sueño de sus ojos— ¿Qué
hora es? — gimió.
— Son las nueve de la mañana y se supone que
debemos encontrarnos con el tutor en treinta minutos. Empieza a moverte. Todos
sabemos cuánto tiempo te lleva convertirte en una persona en la mañana. Te juro
que eres tan malo como Junsu — le amonestó Changmin mientras tomaba la mano de Jae y lo jalaba fuera
de la cama, empujándolo en dirección del baño.
— Maldita sea, Changmin. Estoy levantado — se quejó Jae. Mientras cerraba la
puerta del baño, Changmin lo oyó murmurar— Nota para mí mismo, cerrar la puerta del
dormitorio en la noche para mantener a la alegre gente mañanera fuera.
Jae se paró frente al espejo del baño, con una toalla envuelta a su alrededor y peinó los enredos de su
cabello mojado. No se iba a mentir y decir que hoy no estaba nervioso, estaba más allá de nervioso
sabiendo que él estaba aquí.
Yunho, el hombre lobo que al parecer no era capaz de dejar ir, sin
importar lo que su mente le estaba diciendo. Su corazón le estaba dando a su
mente el dedo medio.
Saltó ante el sonido de Changmin
golpeando la puerta del baño.
— Está bien, Bella Durmiente, vámonos. No vas
a un concurso de belleza.
Jae abrió la puerta con fuerza.
— Prueba con un personaje de Disney diferente,
Thelma, porque para poder ser la Bella Durmiente tendría que estar durmiendo. — Las
palabras de Jae salieron un poco más fuerte de lo que
pretendía, pero Changmin no pareció estar afectado por eso.
— De acuerdo, Jae. Habla. ¿Qué pasa? — Changmin entrecerró los ojos.
Su mejor amigo estaba más tenso
que un rollo de hilo de pescar.
Jae salió del baño y se dirigió hacia el
armario. Agarró unos bóxer y comenzó a rebuscar a través de la ropa. Finalmente
decidiéndose por un par de jeans a la cadera
y un jersey de lana caliente, salió del
armario y tomó un profundo respiro.
— Estoy nervioso. Yunho regresó, como en está
aquí en la mansión, lo que significa que las posibilidades de verlo son mucho
mayores que cuando se había ido.
Changmin se acercó a su amigo y le echó los brazos a su alrededor por un rápido abrazo.
— Realmente te tiene. — No era una pregunta. Changmin nunca
había visto al firme y seguro Jae en tal confusión.
— Tengo que hacer algo, Changmin. No sé qué,
pero no puedo soportar esto. Nunca he querido a un hombre que no puedo tener.
Tan presuntuoso como eso suena, la verdad es la verdad.
El dedo de Changmin estaba
golpeteando en sus labios mientras
cerraba los ojos pensando.
— Uhm, ¿qué se está cocinando en ese cerebro
sádico tuyo? —
preguntó Jae nerviosamente.
Los ojos de Changmin se abrieron de
golpe.
— Estaba pensando que tal vez si conoces a
alguien más entonces podrías pasar de tu peludo problema.
—
¿Mi peludo problema? ¿En serio? Haces que suene como si tuviera un
crecimiento anormal de vello en las piernas o algo así. — Jae puso los ojos en blanco.
— Mira. — Changmin detuvo a Jae antes de que pudiera salir de la habitación— Sólo vamos a darle una oportunidad. Tú, yo,
y Junsu… esta noche. Conseguiremos que Leeteuk nos lleve a algún lugar donde
haya chicos. Entonces tú podrás hacer lo tuyo.
—
¿Lo mío? — preguntó
Jae, alzando las cejas.
— Sí. Ya sabes, lo tuyo. La cosa de la cacería
caliente. ― Jae se rió.
— Amigo, suena como una idea terrible con este
tiempo. ― Changmin
gimió.
— Oh, vamos, Jae.
Jae lo interrumpió antes de que Changmin
pudiera continuar.
— No. No pongas esa voz quejumbrosa.
— Entonces di que irás esta noche. — Lo retó Changmin — ¿O
eres una gallina?
— Realmente te gusta vivir al límite, ¿verdad,
Thelma?
— Oye, sólo digo lo que veo. — Changmin se encogió de hombros. Jae
gruñó mientras echaba la cabeza hacia atrás.
Changmin sabía que no podía soportar ser
llamado gallina. Kim Jaejoong era muchas cosas, pero una gallina no era una de
esas.
— Bien, iré. — Hizo una pausa, pensando en la idea de
Changmin — Creo que una noche de fiesta es justo lo que recetó el
doctor.
— Excelente. — Changmin sonrió, frotándose las manos en contenido
regocijo.
— Hombre, me asustas a veces, Min.
Verdaderamente, lo haces.
— Tomó la mano de Changmin y comenzó
a caminar hacia la puerta del dormitorio — Hagamos esto.
>>>♥<<<
— Si esa tutora trata de meter algo más en mi
cabeza, juro que va a explotar — se quejó Junsu.
— Te apoyo. Estas tres horas al día están
pateando mi trasero súper fino — gimió Jae mientras se deslizaba en un asiento en el comedor — Quiero
decir, entiendo que tiene que condensar siete horas de la escuela en tres, pero
en serio.
— Lo sé, ¿verdad? — concordó Changmin mientras apoyaba la
cabeza sobre la mesa después de tomar asiento frente a Jae.
Junsu se sentó al final de la larga mesa
y se reclinó en la silla.
«¿Cómo
estás, Luna?» Escuchó la voz de Yoochun en su mente y sintió sus dedos correr por su
mejilla. Eso lo hizo temblar involuntariamente.
«Oh,
ya sabes, aparte de sentir que mi cerebro se va a convertir en papilla y
supurará por mis oídos, estoy genial». Lo escuchó reír, lo
cual lo hizo a él sonreír como un idiota.
— Veo que has estado trabajando en esa cara de
estreñido cuando hablas con Cujo — bromeó Jae.
Junsu sólo le puso los ojos en blanco a
su amigo.
«Los
chicos quieren salir esta noche. ¿Te parece bien?» preguntó a Yoochun.
«Seguro,
¿a qué hora? Mi padre tiene una conferencia telefónica que iba a tener lugar
esta tarde, pero se ha pospuesto para más tarde esta noche.»
«Está
bien. Íbamos a pedirle a Leeteuk que nos lleve. En cierto modo quieren que sea
del tipo sólo chicos.»
Eso realmente hizo reír a Yoochun.
«Estoy
seguro de que Leeteuk estará muy feliz de saber que todos ustedes lo consideran
uno de los chicos».
Junsu soltó una carcajada, provocando
que Changmin y Jae ahora entornaran los ojos hacia él.
— Lo siento —
murmuró.
«Entonces
¿estás bien con eso, hombre lobo?»
«Creo
que siempre y cuando Leeteuk esté con ustedes puedo lidiar con eso. Te amo,
Junsu».
«Qué
curioso. Precisamente estaba pensando lo mismo de ti».
Sintió los labios de Yoochun contra
los suyos. Todavía
se estaba acostumbrando a ser capaz de
sentirlo aunque no estuviera con él.
— Houston, estamos listos para despegar. — Sonrió Junsu. Jae miró a Changmin,
luego otra vez a Junsu.
—
¿Fumaste algo esta mañana y no compartiste? ― Junsu puso los ojos en blanco.
—
¿De verdad crees que tengo que fumar algo para estar feliz cuando me
despierto junto a Yoochun todas las mañanas?
— De acuerdo, punto para ti — dijo
Jae, despachándolo con un movimiento de la mano.
— Entonces, ¿entiendo que estás diciendo con
toda esa referencia a Houston que saldremos esta noche? ¿Que la operación
“olvidar al hombre lobo mandón” ha obtenido luz verde? — preguntó Changmin.
Jae se cubrió la cara y gimió al oír las
palabras de Changmin.
—
¿En serio acabas de decir eso? ¿Operación olvidar al hombre lobo mandón?
¿En serio, Changmin?
Changmin asintió con toda seriedad.
— Bien, si vas a llamar a nuestra salida una
operación, y sabes cómo me encantan las operaciones, al menos hazlo bien. Es
operación “olvidar al jodido hombre lobo atractivo, taciturno y mandón” — completó Jae.
— Muy apropiado. — Changmin chocó puños con Jae, contento
de ver que su amigo estaba recuperando su sarcástico sentido del humor.
— Bien, chicos. Creo que tenemos que irnos y
comenzar la fase uno de la operación OAJ, HLA, TM. — Junsu
intentó decirlo con una expresión seria pero tan
pronto como se dio cuenta de que OAJ no rimaba con el resto en su pequeña abreviación perdió la batalla. Jae
y Changmin se rieron con él mientras se dirigían a las escaleras.
—
¿Cuál es exactamente la fase uno? — Jae enarcó las cejas ante Junsu.
— La fase uno, querido, es encontrar a tu papacito
interior.
— Ahh, lo entiendo. — Asintió Changmin — Todo
se trata de abrazar a tu zorra interior.
Jae negó.
— Creo que el aire es más escaso aquí porque
ustedes dos claramente no están recibiendo suficiente oxígeno para el cerebro.
— Oh, vamos. Danos un respiro. De todos nosotros,
tú eres quien ha abrazado a su zorra interior como una forma de arte — le dijo Changmin.
— Cierto, muy cierto, Changmin. Soy un experto
en todas las cosas de putas. — Jae se estaba riendo tan fuerte como Junsu y Changmin cuando Yunho
dio la vuelta en la esquina.
Los tres chicos se congelaron mientras Yunho
siguió adelante hasta que se detuvo frente a Jae. Por un breve momento
simplemente se miraron el uno al otro. La intensidad que fluyó entre ellos era
fuerte y casi sofocante.
— Puse tu ropa y tu maleta en tu habitación — le dijo Yunho.
Jae dio un paso atrás, sorprendido por
sus palabras. Yunho había visto la
ropa en su maleta, y por ropa se refería a sus prendas íntimas. Sabía que su
rostro debía estar rojo brillante porque los ojos de Yunho brillaron cuando le
devolvió la mirada. Antes de que él pudiera responder, él se inclinó
y le susurró al oído.
— Por favor, no permitas que tus amigos lancen
tu ropa por la ventana. Tuve que asegurarme de que los lobos que encontraron
tus cosas regresaran todos los recuerdos que tomaron; recuerdos que causarían
que tu bello rostro se encienda en diez tonos de rojo. — Él sintió su aliento en su cuello, y
él inhaló profundamente antes de alejarse.
Junsu una vez le había dicho que cuando
un hombre lobo hacía esa treta, era
porque estaba asimilando el olor de una persona. Se estremeció ante el pensamiento
y no pudo evitar girar para ver a Yunho alejarse.
Jae por fin notó a sus dos amigos,
quienes lo miraban con la boca bien abierta.
—
¿Escucharon eso?
— preguntó.
Ambos chicos negaron, todavía incapaces
de hablar, todavía atrapados en sus estados de shock por el comportamiento de Yunho.
— Maldita sea, ustedes dos. No sólo se queden
ahí de pie. Métanse a mi habitación para poder darles el 911. — Jae
empujó a sus dos mejores
amigos hacia la puerta de su
dormitorio, todo el tiempo tratando de averiguar lo que había tenido lugar en
el pasillo.
Una vez en la habitación, Jae cerró la
puerta y se recargó contra él. Con la cabeza presionada hacia atrás, cerró los
ojos y ralentizó su respiración. El condenado lobo iba a darle un infarto. La
frustración lo recorrió por completo. ¿Por qué él? ¿Por qué su corazón tuvo que
escoger al único hombre que nunca podría tener?
—
¿Qué te susurró al oído, Jae? — preguntó Junsu. Jae negó, tratando de aclararse.
— Me dijo que no dejara que mis amigos tiraran
mi ropa por la ventana. —
Hizo una pausa y miró fijamente a Changmin, quien tuvo el buen sentido de
parecer avergonzado — Porque tuvo que recuperar mi ropa, la cual
llamó recuerdos, de los lobos que al parecer la encontraron. — Se rió para sus adentros, sabiendo que
estaba una vez más del color de un betabel — Y por el tono de su voz, al decir recuerdos
debieron de haber sido mis prendas íntimas.
Junsu se echó a reír.
—
¿Acabas de llamar a tus boxers y tangas “prendas íntimas”?
— Eso es clásico. — Changmin se rió.
—
¿Podrían por favor ustedes dos Pollyanna1 centrarse? — los amonestó Jae.
1 Pollyanna: Se usa para describir a una persona que es optimista de manera
exagerada.
— Lo siento — dijo Junsu, tratando de recuperar la compostura — No,
de verdad. Estoy bien. Por favor, continúa.
Jae puso los ojos en blanco.
— Entonces hizo toda esa cosa de la olisqueada
que dices que Yoochun te hace. ― La
cabeza de Junsu se levantó como rayo.
—
¿Te olfateó? — La
alarma en su voz causó que algo de incomodidad levantara su fea cabeza en Jae.
— Uhm, sí. ¿Eso es un problema?
— Sólo es tremendamente posesivo… y muy
íntimo. Si Yoochun ve a otro lobo olfateándome lo desmembraría.
Jae reflexionó sobre esto sólo
brevemente antes de decidir que era hora de seguir adelante.
— Olvidemos todo esto. Ni siquiera quiero
entrar en el hecho de que Yunho ha visto…
— Tu ropa interior — resopló Changmin mientras interrumpía
a Jae.
— Oh, cállate, Thelma — espetó Jae mientras se dirigía hacia el armario
en busca del traje para la noche.
De acuerdo, pensó, tengo que recurrir a
mi zorra interior.
Se echó a reír mientras empezaba a
rebuscar a través de su ropa. Changmin y Junsu
se unieron a él en el gran armario y comenzaron sus propias búsquedas.
— Oooh, ¿qué tal esto? — preguntó Changmin mientras sostenía
un corto mini short de mezclilla y una camisilla sin mangas.
— Uhm, Changmin, estamos en Corea en la época
de invierno. ¿Te dice algo eso? — preguntó Junsu.
— Oh, cierto. Frío. Lo tengo — dijo
mientras colgaba el traje de nuevo. Jae sacó un par de jeans Lucky a la
cadera. Él y Junsu compartían amor por la marca. Después agarró un mullido
jersey profundamente colorido con un escote bajo. Tenía corte entallado para un
ajuste perfecto.
— Me gusta. — Asintió Junsu en señal de aprobación.
Junsu y Changmin tomaron prestadas camisas
de Jae. Changmin eligió un suéter rojo oscuro de amplias mangas que colgaba
elegantemente de sus hombros. Junsu escogió uno del color de su preferencia, un suéter tipo vestido verde
que planeaba llevar con mallas
gris oscuro y botas. Con sus elecciones hechas, se dirigieron hacia sus
respetivos baños a cambiarse.
— Está bien, encontrémonos aquí de nuevo en
veinte minutos para la fase dos — advirtió Changmin.
—
¿Me atrevo a preguntar cuál es la fase dos? — preguntó Jae aprensivamente.
— Ha pasado demasiado tiempo desde que hemos
salido si tienes que preguntar — le dijo Changmin — Peinado y maquillaje, Jaejoong. Tenemos que
tomar toda esta belleza natural y hacerla brillar.
—
¡Cieeeeeeerto, brillar! Estoy en ello, jefe — bromeó Jae.
― ¡Vamos! ¿En serio, Shindong? ¿Eso es todo lo
que tienes para darles a estos cachorros? — gruñó Yunho mientras observaba a los lobos que
estaba entrenando en boxeo.
Yunho sabía que su frustración no venía
realmente de las deficiencias de los lobos sino de cierto rubio bocazas que tenía
sus garras en él tan profundamente
que podía sentir la sangre bajando por su espalda. Lo triste acerca de toda la
situación: a él le gustaba.
«Sí», pensó, «definitivamente hay algo mal en mí.»
Shindong le gruñó a su Beta.
— Guárdatelo para la lucha, Shindong. No
estarías gruñéndome si no supieras que tengo razón. — Yunho entró en el círculo de combate
que estaba pintado en el suelo del gimnasio
— Tómate un descanso por un minuto — le dijo, luego se volvió
hacia el joven lobo conocido como Suho.
Yunho sonrió lobunamente.
—
¿Preparado para un verdadero desafío?
Antes de que el cachorro pudiera
responder, el Beta atacó.
Yunho enseñaba artes marciales mixtas a
todos los lobos, incluso las hembras y doceles. Era imperativo que todos ellos
supieran cómo defenderse en caso de que otra manada atacara alguna
vez. Por supuesto, había pasado más de un siglo
desde la última batalla entre manadas, pero Yunho era un firme creyente en “mejor
prevenir que lamentar”.
Lanzó una serie de golpes y patadas
practicadas en el Muay Thai. Era un tipo de kickboxing, y el arte marcial mixta predominante que enseñaba junto con
el Judo y lucha en el suelo.
Suho intentó contrarrestar los movimientos de Yunho, pero sin importar lo que hiciera no pudo evitar
que los golpes dieran en su objetivo. Después de sólo cinco minutos Yunho
derribó a Suho.
No se molestó en mantener al cachorro
subyugado. Se puso de pie y retrocedió, indicando que el combate había
terminado.
Comprobó su reloj y vio que tenía sólo veinte minutos
antes de que tuviera
que estar en la reunión con Siwon y los demás
Alfas.
— Eso será todo por hoy — le dijo al lobo más joven — Hiciste un buen trabajo. — Yunho
agarró su toalla
del suelo y se dirigió
de vuelta a su habitación para tomar una ducha rápida.
Mientras caminaba, su mente vagó de nuevo a donde parecía estar siempre: Jaejoong.
Recordaba caminar a través del ala de la mansión que alojaba a los machos sin compañero y captar su aroma. Yunho
podía admitir ahora que tal vez había sobreactuado ligeramente cuando irrumpió
en la habitación y encontró a dos machos rebuscando en su maleta. Así que, tal
vez no tenía que haber arrojado a Chen a través
de una pared. Y, sí, podía haber evitado lanzar
a Kai justo encima de Chen. Pero en ese momento su lobo había tomado el
control, y todo en lo que podía pensar era en que su aroma estaba alrededor de
los machos sin compañero, que estaban tocando sus cosas… cosas que sólo él
debería conocer. Yunho había pasado por alto ese pequeño dato, acerca de por
qué en la tierra pensaba que tenía derecho a conocer su ropa interior.
Había sentido que si no tomaba sus cosas
y su esencia de la habitación de ellos iba a matar a alguien, sin lugar a
dudas. Uno de aquellos cachorros habría muerto esa noche.
Gracias a Dios, habían sido un tanto
inteligentes y se habían sometido inmediatamente. Cuando Yunho les preguntó
cómo habían conseguido las cosas de Jaejoong le habían contado acerca de cómo
una maleta había caído de una ventana de la mansión. Siendo estúpidos
veinteañeros, vieron lencería y simplemente tuvieron que echarle un vistazo…
estúpidos lobos jóvenes.
Yunho se había calmado de alguna manera
antes de devolver la maleta a la habitación de Jaejoong, pero realmente no había estado preparado para tropezar
con él. Sin embargo, tenía que decir que verlo solo — o sin otros machos a su
alrededor, mejor dicho — calmó a su lobo inmensamente. Era otra cosa que no
quería analizar. Después
de todo, ¿por qué debería
él calmar a su lobo? No había signos de apareamiento.
El Beta dejó salir un gruñido bajo
mientras entraba en su habitación y se dirigía a la ducha.
Tenía
que dejar de pensar en él, simplemente estaba fastidiándolo. Llamó estúpidos a los veinteañeros, pero
en ese momento él los hacía parecer genios.
Yunho entró en la oficina de Siwon. Una
gran pantalla había sido instalada para la vídeo conferencia con los demás
Alfas de manada.
Siwon
estaba sentado ante su escritorio, y Yoochun y Shindong estaban
sentados directamente delante de la pantalla.
— Yoochun, ¿a qué hora dijo Leeteuk que
estaría de vuelta con los chicos? — preguntó Siwon a su hijo.
Yunho observó curiosamente
cuando la cabeza de Yoochun se alzó rápidamente.
— No lo hizo — dijo a medio gruñido.
— Bueno, ¿a qué club dijeron que iban a ir? — continuó Siwon, ignorando muy
obviamente la irritación de Yoochun.
— No lo dijeron.
Yunho
olió la mentira
que Yoochun acababa
de decir y eso fue suficiente para decirle que algo estaba pasando.
— Disculpa, Alfa, pero cuando dices Leeteuk y los
chicos, te refieres a…
―Siwon le interrumpió antes de que pudiera terminar.
— Jae, Junsu, y Changmin, por supuesto.
Yunho sintió a su lobo animándose y si
hubiera estado en su forma de lobo el pelaje de su cuello se habría puesto de
punta.
—
¿Dices que fueron a un club?
— Sí. Leeteuk dijo que habían acudido a él y
le habían rogado que los llevara a una noche de chicos. Algo acerca de hacer
que Jae y Changmin conectaran con el… creo que usaron las palabras “mojo coreano”,
o alguna tontería así. —
Siwon puso los ojos en blanco — Ya
sabes cómo hablan esos tres. Es como una lengua extranjera por sí sola.
Yunho había dejado de escuchar después
de las palabras “conectar”, y antes de que se diera cuenta de lo que estaba
haciendo se dirigía a la salida.
— Yunho, detente. — La voz de Siwon rezumó autoridad y Yunho
no tuvo otra opción sino permanecer inmóvil. Su Alfa había dado una orden y usado su poder. Yunho no podía desobedecer.
— Alfa, tienes que saber que esos tres van a
meterse en alguna clase de problema. Son como imanes para el caos. — Yunho
trató de razonar
con su Alfa. Sintió el poder de Siwon
suavizarse y fue capaz de darse la vuelta y mirar a la cara a los demás lobos. Hizo contacto visual
con Yoochun y gruñó
— ¿Sabías que este era su plan y aun así dejaste ir a tu compañero?
Yoochun soltó una risa.
— Espera hasta que tengas un compañero,
hermano, y luego me cuentas cómo lo dejas
hacer algo o no lo dejas hacer algo,
y cuando lo estés compartiendo yo
me reiré mientras te sacas su zapato del trasero.
A Yunho no le hizo gracia, y aunque
entendía que ser compañeros era una alianza, tenía que haber momentos en los que, como su protector, tenías que
ponerte firme.
— Leeteuk vigilará a los chicos y las
mantendrá a salvo. Tengo completa confianza
en él — le apaciguó Siwon — Si después de la conferencia con los Alfas
aún sientes la necesidad de ir a acorralarlos entonces tienes mi bendición, y
mi simpatía.
Yunho
cedió y tomó asiento en una de las sillas
junto al sofá. Justo cuando se sentó la pantalla se encendió y
allí estaban cuatro hombres cada uno en su propio cuadrado pequeño mirando
hacia ellos. Yunho estuvo bastante sorprendido de ver a Kim Junho, el padre de Junsu,
entre ellos.
—
¿Sabías que él estaría en esto? — le susurró Yunho a Yoochun. Yoochun sacudió la cabeza.
— Estoy tan perdido como tú.
Siwon caminó alrededor de su escritorio
y permaneció de pie detrás del sofá. Era el Alfa y no se sentaría en presencia
de otro Alfa, aunque fuera a través de la pantalla de un ordenador.
— Junho, ¿cómo estás? — preguntó Siwon al padre de Junsu.
— Estoy bien, Siwon. Gracias por preguntar. — Junho miró a Yoochun — Yoochun,
¿cómo están tú y tu nuevo compañero?
— Estamos muy bien — le dijo Yoochun.
Ni Yoochun, ni Siwon, ni Junho mencionaron
que el nuevo compañero de Yoochun era el hijo de Junho.
Si los demás Alfas no lo sabían, no era
algo que pudieran usar potencialmente contra las manadas de Junho o Siwon.
Aunque era una manera triste de vivir,
las manadas podían
ser muy volátiles entre unos y otros.
Los lobos eran astutos y
siempre buscaban una forma de tener la sartén por el mango.
— Me gustaría presentar a los miembros de mi
manada que están presentes
— dijo Siwon a los Alfas.
Señalando a cada lobo mientras hablaba,
anunció:
— Este es Yunho, mi Beta. — Yunho dio un simple asentimiento en
reconocimiento a los demás Alfas. No era irrespetuoso, pero tampoco estaba
concediéndoles su dominancia sobre él.
A decir verdad, Yunho podía ser el Alfa
de su propia manada, era más que suficientemente dominante. Pero
acontecimientos de su vida y su lealtad hacia Siwon habían configurado sus
decisiones, dirigiéndolo a donde estaba ahora.
— Este es Yoochun, mi hijo y heredero — continuó Siwon — Y este es Shindong.
Está
entre mis cuatro lobos principales.
Cuando Siwon terminó sus presentaciones,
a continuación, cada hombre en la pantalla se presentó. Estaba Jin de Japón, KangTa
de China, Jiro de Taiwán, y Junho de los Estados Unidos.
Completadas las presentaciones, Siwon y sus lobos esperaron
a que uno de los cuatro
Alfas explicara por qué habían convocado una
conferencia.
— Me doy cuenta que no es una práctica común
para nosotros reunirnos de esta forma, Siwon, pero los demás Alfas y yo estamos
preocupados acerca de la continuación de nuestra especie — explicó Jin — Verás, ha pasado más de una década desde que
alguno de mis lobos ha encontrado un compañero. Ha pasado media década desde
que cualquier niño ha nacido. Nos estamos convirtiendo en una especie en
extinción.
Durante un momento, nadie habló. Luego Siwon
dio un paso adelante, de brazos
cruzados, y miró a cada Alfa brevemente antes de hablar.
— Obviamente has llegado a algún plan si se
has convocado esta reunión. ¿Cuál es este plan para ayudar a nuestra especie a
sobrevivir?
Esta vez fue KangTa el que habló.
— Después de discutirlo con Jin decidí hacer
algo de investigación en nuestros archivos de manada y ver si había alguna
documentación que pudiera ayudar. — Las palabras de KangTa comenzaron a tomar velocidad mientras
compartía lo que había descubierto — Ha habido muchas prácticas realizadas por
antiguas manadas que simplemente se han desvanecido del conocimiento. Una de
esas prácticas se llamaba El Encuentro. — KangTa levantó lo que parecía un pergamino muy antiguo y comenzó a leer
— Yo soy Aron, Alfa de la manada de Taiwán. Este es el reporte de las
cuatro manadas, Japón, China, Corea, y la mía propia, Taiwán, todas las cuales
han acordado una tregua. Los Alfas de estas cuatro manadas se han reunido esta
noche y decidido implementar una nueva tradición. Deberá escribirse en nuestros
archivos de manada como una tradición para ser seguida cada cuatro años. El
decreto es como sigue: Todos los miembros de la manada de sangre pura sin
compañero mayor de edad debe asistir a El
Encuentro. El Alfa, cuatro parejas acopladas dominantes, y su compañero
deben acompañar a estos miembros de la manada. Las hembras y doceles sin
compañero pueden traer damas para ayudarlas a prepararse para El Encuentro. El mismo se llevará a
cabo en los Alpes de Transilvania en una propiedad que ha sido adquirida por
tres Alfas de manada como regalo para ser usada por nuestra especie en este
evento. El propósito de El Encuentro
es ayudar a reunir a lobos sin compañeros de otras manadas y con suerte
encontrar verdaderos compañeros entre ellos. Está en nuestra naturaleza ser
territoriales y poco colaboradores con otras manadas, pero si no dejamos de
lado estos hábitos y ponemos el bien común de la especie en primer lugar, un
día dejaremos de existir. Este mundo seguirá adelante como si los Hombres Lobo TVXQ
nunca hubieran existido. Si un Alfa y sus miembros sin compañero de la manada
son invitados a unirse a El Encuentro
y rehúsan, será tratado como un acto contra la especie y ese Alfa estará sujeto
a un desafío. Si es derrotado, sus miembros de la manada serán divididos entre
las otras manadas. Tenemos que estar alerta si queremos sobrevivir. Tenemos que
reconocer que las mismas cosas que con frecuencia nos hacen más fuertes y nos
mantienen a salvo tienen el potencial de aniquilar a nuestra especie.
Cuando KangTa terminó de leer, cada uno
de los lobos simplemente miraba fijamente, estupefactos. De todas las cosas sobre las que esta reunión
podía haber sido, ésta no
había sido siquiera registrada en su lista de posibilidades. El propio Siwon
nunca había oído hablar de tal decreto en su larga vida.
Podía apreciar el hecho de que era
definitivamente un modo de encontrar a su otra mitad para aquellos que no
tenían compañero, pero era también un riesgo poner a tantos machos sin compañero
juntos. Sólo por esa razón comprendió la importancia de tener parejas
dominantes acopladas allí.
—
¿Estás diciéndonos que quieres implementar este decreto ahora,
en estos tiempos? — Preguntó Siwon incrédulo, pero continuó antes de que otro pudiera
responder — Caballeros, no vivimos en una época donde a
las hembras y doceles se les dice qué hacer. Vivimos en el siglo XXI con jóvenes
liberales.
— Siwon, sabemos que este concepto es extraño
y un tanto anticuado, pero nosotros no somos humanos. — Era
ahora Jiro, el Alfa de Taiwán, quien tomó
la palabra — Puede
que vivamos en su mundo pero no, podemos vivir como ellos. Somos una especie
creada para la manada, para la familia. Nuestros machos, especialmente los
dominantes, no tienen el lujo como los humanos de salir con quienquiera que
quieran durante tanto tiempo como quieran. Necesitan la luz y la paz que un
verdadero compañero les traerá. Necesitan que la oscuridad que reside en el
interior de su lobo sea mantenida a raya por su verdadero compañero. ¿Qué mejor
manera de ayudarnos a nosotros mismos que reunirlos?
— Supongo que si lo planteamos de modo que sea
visto como en beneficio de nuestra especie, tal vez los que no tienen compañero
lo aceptarán y lo verán desde una perspectiva positiva — concedió Siwon, sabiendo que si estos
Alfas habían puesto su mente en hacer esto entonces había poco que pudiera hacer para
detenerlo sin traer una guerra a su puerta.
Siwon notó que Junho no había tomado la
palabra.
— Junho, ¿qué tienes que decir con respecto a
este método?
— Fui abordado por KangTa, y aunque en el
pasado era difícil incluir manadas que estaban tan lejos, los viajes modernos
obviamente han solucionado eso. Los Alfas pensaron que sería bueno que una
manada americana viniera y trajera sangre nueva, por así decirlo. Creo que la
idea tiene fundamentos y vale la pena examinarla.
Antes de que Siwon pudiera responder, KangTa
habló de nuevo.
— Pensamos, si quieres ceder, que debido a que
tu hijo encontró a su compañero en los Estados Unidos sería pertinente para
nosotros incluir a una manada americana. Ya que conoces a Kim Junho, él fue el
primero en el que pensamos.
—
¿Ya no hay secretos en este mundo? — farfulló Yunho. Hasta ahora, sin embargo, no tenía realmente
ninguna objeción a la idea. La persona
que no quería que fuera no era pura sangre, así que no tenía que
preocuparse por ello. «Gracias a la luna», pensó.
— También hemos decidido, ya que el compañero
de Yoochun no es pura sangre, que tal vez sería conveniente incluir a los
mestizos y latentes en El Encuentro.
Obviamente son verdaderos compañeros potenciales.
«Y
aquí va el otro zapato» pensó Yunho.
Ahora él tenía un problema con ello. Si éste era su decreto, entonces Jaejoong
sería requerido para ir. Ya que estaba bajo el cuidado de Siwon, y tenía sangre
de lobo, básicamente haciéndolo de la manada, él sin duda tenía que acudir a El
Encuentro.
«Este
día simplemente se pone cada vez mejor», pensó Yunho mientras pasaba las manos por su cabello, apretando
la mandíbula. Primero
encontró a sus sarnosos compañeros de manada
examinando las cosas de Jaejoong, luego descubrió que Jaejoong estaba en un
club haciendo Dios sabe qué con algún chucho… o peor, un humano. Un gruñido
bajo retumbó en su pecho ante el pensamiento.
Ahora Jaejoong sería requerido para
estar alrededor de otros machos sin compañero.
Yunho era muy consciente del hecho de que todo este día, lo bueno y lo malo, giraba alrededor de un
bocazas, perverso y mandón rubio, y que alguien lo salvara, porque a su lado
era el único lugar donde quería estar en este momento. Las palabras de Siwon finalmente lo trajeron de vuelta al aquí y ahora.
— Dado que obviamente han asumido la responsabilidad de planificar todo esto ustedes mismos sin consultarme
primero — las palabras de Siwon estaban atadas
con poder; incluso los Alfas en la pantalla pudieron sentirlo y apartaron sus
ojos del Alfa coreano — ¿han fijado también una fecha para El
Encuentro?
— No queríamos faltarte al respeto, Siwon — le dijo Jin — Estabas
en los Estados Unidos, ocupado con tus propios asuntos y no quisimos agobiarte
con esto hasta que estuvieras de vuelta con tu manada.
Siwon ofreció un simple asentimiento en
reconocimiento a sus palabras, pero continuó haciéndoles bajar la mirada
mientras esperaba una respuesta.
— La fecha está fijada para un mes a partir de
hoy — respondió KangTa — Será
realizado en el emplazamiento tradicional de los Alpes de Transilvania y la gran
propiedad mencionada en el decreto ha sido renovada y ampliada a lo largo de
los años. Está ahora siendo preparada para nuestra llegada.
— Les concederé esto — comenzó y los demás soltaron el
aliento — Pero — continuó Siwon, su voz calmada
y controlada — si
alguna otra vez hacen tales decretos sin mi conocimiento, sin mi aportación y
sin mi visto bueno, les recordaré por qué soy el Alfa de la manada más grande
del mundo. Los respeto a todos como Alfas y espero lo mismo de cada uno de
ustedes.
— Como tú has dicho, así será. — Cada Alfa habló en su propia lengua,
reconociendo la dominancia de Siwon.
— Estaré en contacto a medida que el tiempo se
acerque — les dijo Siwon
justo antes de apagar la pantalla, poniendo fin a la conversación. Se volvió a Yunho
— Pon a Junho al teléfono.
Yunho
asintió mientras sacaba su teléfono
móvil y marcaba
el número de Kim Junho. Le tendió a Siwon el
teléfono tan pronto como oyó el “hola” del otro lobo.
— Junho, soy Siwon. ¿Cuándo llegarás?
— Creo que iré aproximadamente una semana
antes de El Encuentro. Mi compañera quiere reunirse con Junsu — explicó Junho.
— Tú y los tuyos son bienvenidos a quedarse en
nuestra casa en los Alpes hasta que sea hora de ir a la propiedad. Estoy seguro
de que me darás más detalles sobre la forma en que todo esto se produjo y por
qué no me llamaste y me advertiste acerca de lo que los demás habían estado
planeando. — Las palabras
de Siwon, aunque firmes, no fueron
amenazadoras o crueles.
— Hablaremos cuando llegue. — Junho hizo una pausa — ¿Cuándo
estás planeando decírselo a los chicos?
— Mientras antes mejor — respondió Siwon — Esos
tres son casi tan impetuosos como un lobo pura sangre Coreano.
— Entonces llamaré a Junsu mañana. — Con eso, Junho desconectó.
Siwon se frotó la cara como si
finalmente cediera y se sentó en una de las sillas vacías.
—
¿De verdad esperan que Jaejoong vaya a este Encuentro? —
Yunho escupió las palabras como si fuera un bicho asqueroso.
— No tengo elección, Yunho. — Siwon miró ferozmente a su Beta — Ya
sea que tú y tu lobo lo hayan aceptado o no, él es de la manada. No importa la
cantidad de sangre en él, tiene Canis lupis en sus venas y eso lo hace
someterse a nuestras leyes. Trata con ello de la manera que necesites. Gruñe,
ten un berrinche, permite a tu lobo cazar, acepta tu atracción hacia él… haz lo
que sea que debas, pero supéralo. ¿Queda claro?
— Cristalino — gruñó Yunho, pero se sometió mostrando
su cuello.
— Shindong. — Siwon se dirigió al lobo que había estado sentado
silenciosamente y observando como era su costumbre — Necesito
una lista de todos los miembros sin compañero de la manada.
— La tendré para ti en menos de una hora — respondió mientras se levantaba y
salía de la oficina de Siwon.
— Yunho, organiza una reunión de manada para
mañana por la noche. Nos reuniremos en la sala audiovisual más grande a las 8
p.m.
— Hecho. — Asintió Yunho.
De repente, Yoochun dejó de pasearse.
Cerró los ojos como si se concentrara.
—
¿Qué ves, hijo? —
preguntó Siwon.
Yoochun estaba captando destellos de la
mente de su compañero, aunque él estaba tratando de bloquearlo. Aún no había
aprendido que ahora que estaban emparejados le tomaría una concentración
íntegra para bloquearle. El pequeño arpía y sus dos amigos estaban causando
bastante revuelo en uno de los bares locales. Vio a Jae en su mente. Estaba
encima de la barra… bailando. Yoochun sonrió.
—
¿De qué te ríes?
— gruñó Yunho, sabiendo que no iba a gustarle la respuesta.
— Creo que es hora de acabar con su noche de
chicos antes de que Jae se caiga de la barra — le dijo Yoochun, y aunque lo intentó no pudo
esconder la risa burlona en sus ojos mientras veía sus palabras penetrar en la
mente de Yunho.
— ¿Está en una barra?
— Oh, necesitarás algo mejor que eso, Beta. — Se rió Yoochun — Está
encima de una barra, como en bailando sobre una
barra. Los clientes están bastante cautivados con él.
Yunho estaba fuera de su asiento y
abriendo de golpe la puerta de la oficina de Siwon antes de que Yoochun
terminara su frase.
—
¿Tenías que burlarte de él? — le regañó Siwon. Yoochun se encogió de hombros.
— Ver al duro y calmado Beta ser sacado de
quicio es demasiado como para dejarlo pasar, Alfa.
Siwon trató de esconder su sonrisa
mientras sacudía la cabeza a su único hijo.
— Bien. Pero date prisa y ve con él o
destrozará el maldito bar. No tengo el tiempo o la energía para tratar con ese
desastre.
— Como digas. — Yoochun le dio un guiño a su padre
mientras seguía a Yunho.
«Luna,
te estoy dando una advertencia justa. Tu pequeña salida nocturna ha sido
descubierta por el objeto de tus burlas. ¿Crees que es acertado, mi amor,
hostigar a un macho dominante?»
Yoochun pudo sentir su sorpresa al
escuchar la voz de él en su mente. Sonrió; le encantaba sorprenderlo. Era un
buen cambio de ritmo ya que él era normalmente el sorprendido.
«Mierda.
¿Está de camino hacia aquí?» Yoochun oyó la ansiedad en su voz.
«Está
pisándote los talones, amor».
«Estás
disfrutando demasiado de todo esto, Colmillo Blanco».
«Aw.
Vamos, Junsu, esa no es forma de hablarle a tu compañero». Rió Yoochun.
«Sólo
recuerda, hombre lobo, seguiré adelante con mi amenaza de tener esa caseta de
perro que hablamos construida para ti. Ahora, ¿cuánto tiempo?»
«Me
hieres con tus palabras, Luna».
«Yoochun,
no estoy jugando contigo. ¿Cuánto tiempo hasta que la taciturna bola de pelos
llegue?»
Yoochun no se molestó en decirle a Junsu
que él y Yunho habían estado conduciendo mientras ellos habían estado
conversando. El bar estaba a sólo cinco minutos de la mansión. Sonrió para sí
mismo cuando él y Yunho se bajaron del Hummer. Yunho había estacionado
directamente detrás del auto de Leeteuk, bloqueando efectivamente cualquier
oportunidad para escapar.
Mientras Yoochun abría la puerta del
bar, se fijó en la escena y casi pierde la compostura.
«Estás
impresionante, Luna, aunque un poco escaso de ropa.» Yoochun observó mientras los ojos de Junsu,
grandes como platos, se encontraban con los suyos a través del bar. Sonrió
perversamente. Levantando las cejas, susurró en su mente: «Te
tengo.»
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Oh wow este capítulo me encanto y promete que el siguiente será super genial con un Yunho enojado y emberrinchado x un Jae seductor arriba de la barra... Muero x leer el siguiente.....
ResponderEliminarpor todos los cielos espero que con todo esto se termine de animar Yunho y acepte lo que siente por Jae y lo reclame el primero antes de que otro se adelante pues tendrá pelea segura y Jae el mas feliz de hacerlo reventar de los celos
ResponderEliminarGracias esto se pone muy bueno
Si seria bueno que Yunho se anime y acepte lo que siente por Jaejoong para que el no pueda ir a ese encuentro y por que la compañera de Junho quiere conocer a Junsu ojala nque no pase nada malo ni con el Yunjae y el Yoosu y por favor pareja para Min gracias por el capo esperare el siguiente
ResponderEliminaromg omg omg, dios estuvo buenísimos este capitulo, ya quiero saber como sera la cara de yunho cuando vea a jaejoong bailando, jajaj, sera tan divertido, ahhhh esa reunión me preocupa, dios que pasara con jae y yunho , esperare con ansias el próximo capitulo
ResponderEliminarYunho es un caos ni el sabe lo que quiere pero ys debe dejar de pensar en lo que paso a jihye.
ResponderEliminarSi va a poner emocionante ahora que Yunho esta en el bar
Jajaja Yunho esta contagiado de ese sarcástico chico que le volteo el mundo de cabeza jajaj me.mató de risa su"Cristalino..." jajajaj. Muero de ganas por saber que caramba esraban haciendo ese trio con taaan poca ropa... cuando salueron con lindo sueteres de su casa... jajaj nooo puedo creer que Junsu ordene y mande lo qye Chunnie le debe permitir o no hacer... Eso enbdefinitiva hace añicos la posesivodad de Yunho jajaj ni el sabe para donde jalar cuando se trata de Jae y sus sentimientos por el. Que hay de ChangMin???? Como es que él no muestra indisios de querer amar y ser amando???
ResponderEliminarYa sabía que Yunho era así con Jae por una razón y fue lo que paso con su hermana. Haber que pasa en ese bar, Yunho llegó embravecido y ver como reaccionan ambos, haber si así Yunho se anima y reclama a Jae como suyo antes que en El Recuentro alguien quiera hacerlo.
ResponderEliminarGracias!!!