Blood Rites. Cap 10

— ¿Um, Changmin? —dijo Junsu distraídamente mientras se sentaban en la cama de la habitación del hospital en la que él había estado durmiendo.

—Síp.

—Mientras Jae está tomando una ducha, ¿por qué no me dices exactamente lo que pasó entre ustedes dos?

— ¿Qué te hace pensar que algo pasó? —preguntó Changmin, sonando totalmente culpable.

— ¿En serio, Changmin? Estabas cantando a todo pulmón “Meet Virginia” con Jae persiguiéndote, con el soporte del suero y todo. —Junsu levantó una ceja hacia él— ¿Todavía quieres ir con esa respuesta?

—Bien, está bien, tú ganas. Está enojado conmigo porque le estaba tomando el pelo.

Junsu esperó a que Changmin continuara, no lo hizo.

—Él está enojado porque estabas burlándote de él, ¿eso es todo, nada más? —Changmin negó y siguió pareciendo culpable— Así que, ¿si voy por allí y empiezo a cantar “Meet Virginia” él no va a venir hasta aquí para estrangularte?

Junsu hizo ademán de levantarse de la cama e ir hacia el baño.

— ¡ESPERA! Está bien, tú ganas, Jae está enojado porque me estaba burlando de él porque es virgen. —Changmin dijo la última parte tan rápido que Junsu casi se lo perdió, casi.

— ¡Madre Santísima! ¿Ustedes pensaban que era una puta y sólo pasaba el rato con ustedes dos tímidas florecillas en mi tiempo libre, ya saben, en medio de conquistas y demás? ¿Por qué está todo el mundo tan sorprendido de que SEA UN PUTO VIRGEN? Si están tan interesados déjenme mostrarles mi lógica y pueden tragárselo o ahogarse con eso, ¿está bien? —Continuó él antes de que pudieran responder— De hecho, creo que el sexo se supone que es para una persona especial, y no sólo: “oye, te amo, hagámoslo”. Me refiero a la que decides tomar para toda la vida. —Jae estaba de pie en la puerta del baño, envuelto en una toalla.

— ¿Estás diciendo que vas a esperar para tener relaciones sexuales hasta que te cases? —preguntó Changmin conmocionado.

—Caramba, Changmin, ¿es realmente tan difícil de entender? Sé que bromeo mucho sobre eso. Me gusta bromear sobre eso para ver el asombro en los rostros de las personas. Pero, personalmente, mi hombre para siempre es el único que conseguirá un pedazo de todo este pastelito.

Junsu había desarrollado un nuevo respeto por su pervertido amigo.

—Bueno, tres cosas. Primero, estoy totalmente tragándome lo que estás diciendo. Lo entiendo y creo que es genial. Segundo, no cambies. Porque fuera de nosotros tres sólo podrías salirte con las cosas que dices y necesitamos desesperadamente el alivio cómico. Y por último, muero de ganas por señalar este punto técnicamente, Jae. No podrías ser un puto virgen, eso es un oxímoron.

—Buena esa, Vern. —Changmin chocó el puño de Junsu.

—Lo sé, ¿cierto? —Junsu sonrió— Hemos aprendido del mejor, Min.

—Mejor no lo olviden par de desvergonzados —les gruñó Jae.

— ¿Has terminado de estar enojado conmigo? —preguntó Changmin. Jae miró hacia él por un minuto.

—Sí —dijo, haciendo un ademán con la mano— Se me estaba haciendo difícil estar enojado de todos modos. Tengo que darte reconocimientos por todo el rollo de “Meet Virginia”, eso fue puro genio.

—Lo sé. —Changmin sacudió los hombros— Tengo locas habilidades, ¿eh?

—De haber sabido que estabas cantando eso porque acababas de enterarte del profundo y oscuro secreto de nuestro pequeño pervertido amigo, en serio me hubiera hecho pis encima de tanto reír.

—Entonces, Jae. ¿Vas a confesar lo que Yunho te susurró al oído que causó que apuñalaras al pobre lobo? —le preguntó Junsu a su petulante amigo.

— ¿Dónde está Yoochun? —preguntó Jae, ignorando la pregunta de Junsu.

—Está sentado en el otro lado de esa puerta, gruñéndole a cualquier cosa y cualquier persona que llegue a unos pocos metros de ella —dijo Junsu, asintiendo hacia dicha puerta— Ahora responde a la pregunta, Jae.

Jae no respondió de inmediato, no estaba seguro de cómo responder si era sincero consigo mismo, lo que era una práctica que le gustaba evitar, ya que por lo general llega a ser razonable, y francamente, ¿dónde estaba la diversión en eso? Changmin y Junsu esperaron pacientemente, no queriendo provocar, el últimamente irritable temperamento de Jae.

—Realmente no sé lo que significa —les dijo Jae.

—Bueno, si nos cuentas puede que seamos capaces de ayudarte a resolverlo. Sabes que somos buenos en entender las cosas y todo eso.

—Oh, sí. ¿Cómo podría olvidar a los poderosos Changmin y Junsu, las divas súper investigadoras? —dijo Jae con sarcasmo.

—Oye, eso hasta suena bien —dijo Junsu pensativo.

—Susu, enfócate. —Changmin le dio un codazo.

—Él dijo… —comenzó Jae, y para su gran diversión sus dos amigos se acercaron hacia él, con los cuerpos inclinados hacia adelante, esperando expectantes por sus palabras— Ustedes dos son como dos monos esperando que el turista les lance una cáscara de plátano.

—Jae, recuerdas lo que a los monos les gusta tirarles de vuelta a los turistas, ¿no? Escúpelo ahora —gruñó Changmin.

—Él me desafió a darle una razón para matar a alguien si llegada la hora de que él me llamara Virginia  ya no tuviera nada que ver conmigo. ―Cuando Changmin y Junsu no dijeron nada, Jae levantó la mirada hacia ellos y vio que ambos estaban con los ojos como platos, con la boca abierta— ¿Van a decir algo?

Changmin se levantó y empezó a pasearse por la habitación, mordiéndose el labio inferior y murmurando en voz baja. Junsu siguió luciendo perplejo.

―¿Hola? Esta es la torre de control llamando a todos los insistentes amigos que saben cómo intimidarme para decirles algo que no comprendo por mí mismo y ahora están actuando como los monos a los que se referían anteriormente.

Eso efectivamente logró cerrarle la boca a Junsu y finalmente reconoció a Jae.

―Lo siento, estuve como descolocado por un momento. Simplemente no puedo creer que haya dicho eso.

―¿Qué quiere decir? ―preguntó Jae, su voz extrañamente suave.

Changmin miró hacia Jae y luego a Junsu.

― ¿Quiere decir lo que creo que significa?

―No lo sé, Min. Quiero decir, ¿por qué otra cosa iba a importarle cuál era el estado de su virginidad? ―respondió Junsu.

―Tal vez sea una cosa de hermano pequeño, como si él sintiera que tiene que ser su hermano mayor ―dijo Changmin, asintiendo como si eso de alguna manera lo haría cierto.

―Lo he visto mirarlo, y si lo ve como un hermano menor entonces Yoochun tiene que rematarlo a golpes porque parece que está considerando el incesto.

Jae observaba el intercambio entre sus dos amigos mientras se comunicaban como si él no estuviera sentado justo en frente de ellos.

―Oye, Ricky, Lucy, estoy sentado aquí. ¿Podrían dejar de hablar como si no estuviera en la habitación?

―Cierto, lo siento Jae. ―Changmin se puso de rodillas frente a Jae y colocó las manos en sus rodillas para mantener el equilibrio― Junsu y yo creemos que Yunho está siendo posesivo contigo.

―¿Ese es tu investigador en acción? ¿En serio? Bueno, maldita sea, ¿por qué no se van a resolver el misterio del Stonehenge viendo como ustedes son tan buenos en entender las cosas y todo eso?

―Hay mucho más de eso que sólo posesividad, Jae. ―Junsu se puso de pie y reanudó el paseo de un lado al otro que Changmin había abandonado― Él te trata como… ―Junsu hizo gestos con las manos como si tratara de animar a alguien a escupir lo que él no podía conseguir que su boca dijera.

―Es como si él piensa, tal vez… ―comenzó Changmin, pero luego abortó su pensamiento.

―Sólo escúpelo ya. ¿Él piensa y me está tratando como qué?

―Compañero ―soltó Junsu tan rápido que parecía que alguien le había dado una palmada en la espalda para que salieran las palabras― Él te está tratando como lo haría un compañero.

Jae se sintió como si hubiera recibido un puñetazo en el estómago. Trató de tomar aire, pero sus pulmones no funcionaban.

Pensó que escuchó voces, pero sonaban ahogadas, como si vinieran del otro lado de una puerta cerrada. Sus pensamientos estaban saltando de una imagen a otra, como uno de esos libros de imágenes donde mueven las ilustraciones haciéndolos ver con vida cuando van más rápido, pero esto no era un libro, esta era su vida. Vio a Yunho venir hacia su cama cuando le preguntó si estaba bien, un giro, él estaba arrodillado a su lado observando la piel en sus piernas, un giro, él estaba de pie en el pasillo del hospital prácticamente gruñéndole a él, un giro, él estaba poniendo una manta sobre él mientras yacía en la cama del hospital temblando. Una y otra vez las imágenes llegaron. Había un denominador común en cada imagen: Yunho estaba prácticamente gruñéndole en todas ellas. De repente, sintió una fría humedad en su rostro. Jadeó, tratando de orientarse, llenando sus pulmones con precioso y vivificante oxígeno.

―Mierda, Changmin ― farfulló Jae ― Mejor que haya una apestosa razón de cambio mundial para que tires agua en mi rostro.

―No estabas respirando y no respondías a nuestro llamado. Iba a darte una bofetada, pero Junsu decidió que la marca de una mano estropeando tu piel puede no ser lo más prudente en estos momentos ―explicó Changmin con nerviosismo.

―He encontrado un fallo en tu razonamiento ―dijo Jae, mirándolos como si más les valiera estar de acuerdo con él. Cuando Junsu le entregó una toalla para secar su cara, explicó su teoría― Cada vez que Yunho está en la habitación conmigo, me mira como si me quisiera estrangular. Ni una sola vez ha aparentado siquiera estar interesado en mí de esa forma.

―Tú mejor que nadie debes saber que una expresión de deseo intenso se puede confundir con una de estrangulación ―dijo Junsu, con toda naturalidad.

Jae ladeó la cabeza, levantando las cejas.

―Oh, lo dices en serio, Susu. ¿En qué momento de tu vida, llena de oportunidades increíbles y desconcertantes, has experimentado a un hombre mirándote donde pensaste, es esto deseo por mí, o por el estrangulamiento que él podría estar pensando en darme? Realmente, por favor dime para así poder avivar la pequeña llama de esperanza que mi sentido común está tratando desesperadamente de sofocar con la fría realidad de que Yunho, ¡NO ES Y NUNCA SERÁ UNA OPCIÓN, EN MI “NO SOY UN PUTO HOMBRE LOBO” VIDA! ―Jae maldijo las lágrimas condenatorias que revelaban la profundidad de sus emociones con respecto al lobo melancólico que era una sombra constante en su mente.

―Jae, lo siento ―susurró Junsu mientras se sentaba en la cama y le pasaba un brazo por los hombros― No sabía que tenías sentimientos por él.

―Por supuesto que tengo sentimientos hacia él. Siento que es un pomposo, peludo, infestado con pulgas cabeza dura.

Jae pensó que si lo decía en voz alta, entonces, tal vez lo podía creer. No hubo suerte.

La habitación se quedó en silencio sin la ruidosa voz de Jae para llenar los espacios vacíos.

―Entonces, ¿qué tal este clima que hemos estado teniendo? ―dijo Changmin, siempre el que trataba de suavizar las cosas.

De repente, Junsu se levantó, haciendo que Jae casi cayera al suelo.

―¿Qué mierda, Junsu? ―escupió Jae. Luego miró a la cara de Junsu y pudo ver que algo andaba muy mal.

―Voy a vomitar. ―La voz de Junsu era desesperada y afligida.

Jae puso sus manos sobre los hombros de Junsu y comenzó a guiarlo hacia el baño, todo el rato gritando órdenes a Changmin.

―Ve a buscar a Yoochun, consigue algunas toallas y paños fríos, luego consigue al doctor Jeong.

Changmin se dirigió hacia la puerta, pero esta se abrió de golpe, gracias a Dios, antes de que estuviera lo suficientemente cerca para ser golpeado por ella.

Yoochun entró como una tormenta de energía. Pasó junto a Changmin, siguiendo los sonidos dolorosos y enfermizos procedentes de su compañero. Yunho entró detrás de Yoochun y se detuvo al lado de Changmin.

―¿Qué está pasando? ―preguntó, con una voz tan autoritaria como siempre.

―Estábamos sentados, hablando sobre… ―Changmin hizo una pausa, recordando lo que habían estado hablando antes de que Junsu hubiera enfermado― Nada importante, y luego Junsu se levantó y dijo que iba a vomitar. Jae lo llevó al baño y yo iba a buscar a Yoochun pero él ya estaba entrando en la habitación. ―Yunho sólo asintió en respuesta. Changmin se dio cuenta entonces que tenía que conseguir toallas y un paño frío. Se dirigió a la puerta de la habitación y luego hizo una pausa para volver la mirada hacia Yunho― ¿Puedes contactar con el doctor Jeong de alguna manera?

―Sí.

―  Un “hombre de pocas palabras” sería un eufemismo para describir a ese lobo ― murmuró Changmin mientras continuaba en su búsqueda por las toallas.

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―¿Qué pasó? ― le gruñó Yoochun a Jae mientras se acomodaba a sí mismo en el lugar que él acababa de ocupar. Él se hizo cargo de sostener el cabello de Junsu mientras él vomitaba cualquier cosa y todo de su cuerpo.

―No sé lo que pasó. Estábamos hablando y todo el mundo estaba bien y luego bam, Junsu estaba enfermo. ―Jae dio una palmada juntando las manos en énfasis.

«Luna, ¿puedes decirme qué está mal?» le preguntó Yoochun, su voz llena de la angustia que sentía al verlo tan enfermo.

«Se siente como si mis entrañas están tratando de salirse a arrastras por mi boca. ¿Cuán descriptivo es eso?» Junsu envió sus pensamientos y gimió en voz alta al mismo tiempo que otro espasmo se apoderaba de su estómago, y comenzó a tener arcadas porque no quedaba nada en su interior.

Yoochun le puso la mano en la frente, cuando él comenzó a temblar.

«Estás ardiendo, Junsu.»

Yoochun no sabía nada acerca de la fiebre, pero estaba seguro de que su temperatura iba más allá del punto de ser sólo una fiebre leve.

―Toma, tengo toallas húmedas. ― Changmin entró en el cuarto de baño y abrió el agua fría, empujando las toallas bajo la corriente, luego exprimió el exceso y le dio una a Yoochun.

―Ponla en su cuello ― indicó Jae, y luego tomó una toalla de Changmin y la dobló colocándola en el suelo y empujándola debajo de Junsu para que así sus rodillas no estuvieran en el piso duro y frío.

―Yunho se puso en contacto con el doctor Jeong, está en camino hacia aquí ―les informó Changmin.

Junsu finalmente se dejó caer contra Yoochun, agotado de estar con arcadas. Su rostro enrojeció por la fiebre, y su respiración era superficial. Yoochun lo recogió y llevó a su cama. Mientras suavemente lo depositaba habló con Yunho.

― Llama mi padre.

― Hecho, mi príncipe, ya le he llamado. Él, tu eomma y Hani estaban abajo en la cafetería. Están de camino ahora.

Yoochun asintió.

― Gracias.

Sin previo aviso Junsu gritó:

― ¡YOOCHUN! ― Jae y Changmin saltaron. Yunho se estremeció a causa de su sensible audición de lobo.

Yoochun frotó la frente de Junsu.

― Estoy aquí, amor. ¿Qué puedo hacer? ― Yoochun estaba apretando los dientes, la frustración y el miedo corriendo por su cuerpo.

― Haz que se detenga ― le susurró Junsu ― Por favor, haz que se detenga.

 

>>> ♥ <<<

Luhan marcó el número de Jiho mientras continuaba examinando la muestra de sangre que tenía en el microscopio. Sus manos temblaban mientras giraba el dial para que la diapositiva entrara en foco. No podía creer lo que estaba viendo, pero ahí estaba a color vivo. La sangre de Jaejoong coincidía con la sangre de Junsu. La única diferencia siendo la cantidad de células que llevaba el gen. Dado que Junsu era medio lobo, su sangre estaba llena de ellos. La de Jaejoong, sin embargo, tenía lo suficiente como para ser reconocible por una persona que sabía qué buscar. Jiho finalmente respondió.

—Dime que tienes buenas noticias, doctor Jeong.

—Bueno, si te refieres que puedo encargarme de Junsu por sí mismo, entonces sí tengo buenas noticias. Acabo de recibir una llamada del Beta de Siwon. Junsu está enfermo. Ahora me voy a verlo y haré que lo trasladen a la UCI, donde no se permite a los visitantes de cualquier clase después de las 9:00 p.m. Tengo un par de batas para ti aquí en mi oficina. La voy a dejar desbloqueada para que puedas entrar. Espera en mi oficina mi llamada. — Luhan estaba cambiando los portaobjetos en el microscopio, poniendo los de Jaejoong a un lado y deslizando la muestra de Junsu bajo el alcance. Al mirar por el ocular dejó de escuchar cualquier cosa que Jiho dijera. Había pensado que esto podría suceder, pero pensarlo y verlo es muy diferente― Está bien, Jiho, te llamaré cuando esté listo. Adiós. — Y sin escuchar su respuesta colgó.

Siguió examinando la sangre a medida que veía las células humanas atacar a las células de hombre lobo. Junsu había recibido una transfusión de sangre antes de que él hubiera sido capaz de detenerlo. Eso era lo que estaba viendo en la diapositiva frente a él. Las células humanas de la sangre que no pertenecía a Junsu estaban atacando a sus células. Había oído que esto podría ocurrir cuando un lobo recibía sangre humana, porque la sangre humana reconoce las células lobuna como un virus y atacaban en consecuencia. Sabía de sólo una cura, una forma de evitar que las células humanas mataran a las células del lobo y así matar inevitablemente al hombre lobo.

Cuando se puso de pie y se colocó su bata de laboratorio, echó un último vistazo a la diapositiva y luego se volvió para ir a la habitación de Junsu. Se decía a sí mismo que todo iba a estar bien, que Jiho podría sanarlo, que no estaba poniendo a Junsu en ningún daño real. Antes de que su conciencia pudiera convencerlo de ello ya estaba de pie frente a la puerta de Junsu. Había sido capaz de oír sus gritos desde el pasillo y sólo podía imaginar lo doloroso que era para su cuerpo volverse sobre sí mismo. «Ahí está, ¿ves? Voy a ayudarlo al darle la morfina para mantenerlo bajo control, y entonces no va a sentir el dolor hasta que Jiho pueda curarlo.»

Apaciguando su culpa, volvió el pomo de la puerta y entró en una habitación llena de gente preocupada, un Alfa emocionalmente fuera de control, y los gritos de un chico muy enfermo. Gracias a Dios, ante la vista de una persona enferma el médico en él le dio una patada y se concentró en ese papel, en hacer algo para ayudar.

>>>♥<<<

Para el momento en que el doctor Jeong entró en la habitación todo el mundo estaba allí, revistiendo la pared de la habitación.

Cada rostro estaba envuelto en preocupación y miedo por Junsu. Yoochun escuchó la puerta abrirse. Se volvió a ver al doctor Jeong de pie en la sala, y antes de que nadie pudiera hacerle una pregunta él levantó la mano y se dirigió a la cama de Junsu. Sólo se oía los gemidos y los gritos de su compañero.

—Por favor, haga algo por él. — Yoochun se encontró rogándole al doctor Jeong, desesperado por algo, cualquier cosa para ayudar a Junsu.

El doctor Jeong escuchó el corazón de Junsu, y luego destelló una luz en cada ojo. Apartó las manos de Junsu lejos de su estómago y comenzó a empujar en él en diversos lugares, provocando que un grito emergiera. Yoochun gruñó pero el doctor Jeong no se dejó intimidar.

— Guárdatelo, lobo. No le puedo ayudar si tú esperas que no haya ningún dolor. — Metió la mano en su bolsillo y sacó algo que Yoochun no reconoció. Lo vio recorrerlo al otro lado de la frente de Junsu y luego observó una  pantalla pequeña a un lado — Es un escáner térmico para tomarle la temperatura. Está en grados centígrados lo que significa que si no logramos que la temperatura disminuya o bien tendrá un ataque, entrará en coma, o ambos. — El doctor Jeong miró a Siwon — Voy a tener que llevarlo a la UCI. No se permite a nadie allí, los pacientes están demasiado enfermos para ser expuestos a los gérmenes que las personas inocentemente podrían traer dentro. ¿Entiendes lo que esto significa?

Siwon asintió.

—Voy a cuidar de él.

Vieron como él pulsó un botón que hizo que una alarma sonara, entonces todos oyeron pasos desplazándose rápidamente hacia la habitación. Lo siguiente que Yoochun supo era que estaba siendo empujado fuera del camino. Yunho y su padre lo agarraron antes de que pudiera arremeter contra el personal del hospital, a medida que estos transferían a Junsu en una camilla. Él no podía concentrarse en lo que el doctor Jeong estaba diciendo mientras observaba a su compañero siendo apartado de él a donde sea que él no pudiera ir… otra vez. Una vez que Junsu se perdió de vista finalmente miró al doctor.

— ¿Qué pasa con él? —gruñó.

—No lo sé todavía, Yoochun. Tendrás que ser paciente y dejar que haga mi trabajo. El hecho de que estés gruñendo y lanzando ataques masivos de Alfa no ayudará a que Junsu mejore.

Yoochun se sorprendió por la audacia del doctor, pero se encontró con que lo respetaba por ello.

—Sólo haga que se sienta bien otra vez. Por favor.

El doctor Jeong puso su mano sobre el hombro de Yoochun.

— Él va a estar bien. — Dio un paso atrás entonces de modo que pudiera mirar a todo el grupo hacinados en la pequeña habitación — Les haré saber tan pronto como sepa algo. — Y luego se dio la vuelta y se marchó.

La habitación se quedó tranquila, nadie atreviéndose a romper el silencio, porque entonces tendrían que reconocer el miedo que amenazaba con consumir a uno por uno. El silencio fue roto por una maldición de parte de Jae.

Todo el mundo se volvió hacia él y lo observó mientras él luchaba con la cinta que le sujetaba la vía intravenosa en su lugar.

No estaba prestando atención al hecho de que todo el mundo se centró en él.

— Oye, dijo la enfermera idiota número uno, mira esta vía que acabo de poner en este chico, ¿crees que he usado suficiente cinta? Por supuesto que no, dijo la enfermera idiota número dos, tienes que envolver un rollo entero alrededor de su brazo para que nada menos que un milagro permita que se despegue — murmuró Jae el diálogo en voz baja cuando finalmente consiguió sacar la cinta fuera de la vía intravenosa en su brazo— ¡Por fin! —anunció triunfalmente mientras sacaba la vía de su brazo, la sangre corrió por su mano. Levantó la vista y vio a todos mirándolo— ¿Qué? —preguntó. Sus ojos se agrandaron cuando Yunho comenzó a caminar hacia él. Él estaba tan cerca que Jae tuvo que estirar el cuello hacia atrás para mirarlo a la cara.

— ¿Por qué te sacaste eso? — Su rostro era duro, ilegible.

—Porque si voy a tener que tener un soporte atado a mí, preferiría que sea uno del que pudiera conseguir un cierto uso. Pero como era este soporte en particular mi compañero constante, debo decir que simplemente no estaba funcionando para mí. — Jae batió sus pestañas hacia él — Además, ¿qué diablos importa? ¿Mi mejor amigo acaba de ser llevado a toda prisa a la UCI y tú estás preocupado por mi estúpida vía intravenosa?

— Ponla de nuevo. — Sus ojos fulguraban dorados mientras él lo aferraba del brazo.

— Oh, sí, seguro. Ahora mismo me pongo en eso — dijo él sarcásticamente mientras quitaba la mano de él alrededor de su brazo. Prestándole mucho menos atención que si se tratara de un mosquito, lo rodeó para así poder ver a los demás — Entonces, ¿cuál es el plan, Siwon? — Oyó el rasgar de un material y cuando se volvió hacia el ruido vio como Yunho arrancaba un pedazo de la sábana de la cama y lo llevaba hacia él. Lo tomó del brazo, suavemente esta vez, y envolvió el material alrededor del punto que todavía estaba sangrando por donde había arrancado su vía intravenosa. Sin decir una palabra, regresó al lugar en el que previamente había estado de pie, mientras Jae le veía retroceder.

Siwon respondió como si la escena en particular no hubiera tenido lugar.

— Por ahora tú y Changmin se quedarán aquí, y yo voy a poner un guardia en la puerta. Yoochun y Yunho permanecerán en la sala de espera de la UCI. Yoochun — Siwon miró a su hijo — no intentarás desafiar lo que el doctor Jeong ha dicho. ¿Está claro?

— Como tú digas, así será — respondió formalmente Yoochun, el cuello al desnudo en sumisión.

—Bien —continuó— Heechul y Hani se irán a casa y descansarán. — Hani empezó a interrumpir, pero Heechul la detuvo con una mano en el brazo y dio un brusco movimiento de cabeza. Hani se tragó las palabras que iba a decir.

—Hani, entiendo que quieres estar aquí por tu hijo, pero necesitas descansar y no lo conseguirás aquí. Confía en mí, ¿de acuerdo? —Siwon esperó su respuesta antes de continuar.

—Está bien —respondió él con voz firme. Siwon miró su reloj, marcaba las 9:30 p.m.

—Creo que es hora de declarar la noche. Tan pronto el doctor Jeong tenga información se pondrá en contacto conmigo y todos estarán informados en cuestión de minutos. — Siwon se volvió para salir y Heechul le siguió. Hani se acercó a Jae y lo abrazó y luego hizo lo mismo con Changmin.

—No se preocupe, señora K — le dijo Jae — Susu es la persona más testaruda que conozco. Él va a estar bien.

Hani asintió y con los ojos llenos de lágrimas contenidas, se fue también.

Yoochun le dio a cada uno un abrazo también y les dijo que lo llamaran si necesitaban algo, a lo que Jae le arrojó:

—Creo que Susu patearía mi trasero si te llamo para lo que necesito. — Yunho gruñó, pero al menos logró una pequeña sonrisa de Yoochun. Eso era lo que Jae había estado pretendiendo lograr. Jae se volvió hacia Yunho y le enseñó la lengua como un niño caprichoso.

Mientras él y Yoochun se iban, Yunho se volvió una vez más.

— Ustedes dos. No hagan nada que consideren brillante. El resto de nosotros lo considerará estúpido. — Cerró la puerta justo cuando Jae arrojó la cosa más cercana que pudiera tener en sus manos.

—Arrrrrgh, lo voy a despellejar la primera vez que lo vea como un lobo y lo convertiré en una bonita alfombra para poner en frente de la chimenea —gruñó Jae.

—Um, Jae, no tienes chimenea — señaló Changmin.

—Mi chimenea hipotética, Changmin. Vamos, ponte al día, ¿quieres?

—Oh, mi error. Olvidé que se supone que debo estar tomando notas de tu vida hipotética de manera que cuando hagas referencia a ella voy a saber exactamente de qué mierda estás hablando.

—Bueno, al menos eres capaz de admitir cuando te equivocas. Ese es un paso en la dirección correcta. —Jae le dio unas palmaditas a su amigo, y luego saltó hacia atrás justo antes de que el puño de Changmin pudiera conectar con su hombro— Hombre, es bueno no tener ese estúpido soporte pegado a mí.

Changmin se sentó en la cama y miró a Jae, su cara ya no era juguetona.

— ¿Cuál es el plan, Jae? Sé que estás cocinando uno porque eso es lo que mejor sabes hacer, así que, ¿qué vamos a hacer?

—Colarnos en la UCI, por supuesto —dijo Jae, con toda naturalidad.

—Genial. —Changmin sonrió con complicidad y luego escuchó con atención mientras Jae le explicaba su plan.

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