Junsu
se reclinó en la silla,
un poco más cómodo que cuando se había
despertado por primera vez ahora que el doctor Jeong, o Luhan como él insistía en
que lo llamara, le había dado algún medicamento para el dolor.
Él continuó alcanzando a Yoochun, aunque
no siempre con palabras, más
que nada para sentir que aún estaba allí, que el vínculo estaba todavía abierto
entre ellos. Había
decidido no mencionarle a Yoochun todavía
lo que Jiho había planeado. Él
había estado tratando diligentemente de bloquear parte de sus pensamientos de él, así no sabría
que Jiho iba a tratar
de conseguir que él tomara su
sangre. Junsu estaba seguro que si Yoochun no había matado a nadie todavía, esa
pequeña información podría inclinar la balanza.
—Junsu, ¿cómo te sientes? —oyó a Luhan preguntar.
—El dolor es tolerable en este momento —respondió Junsu, volviéndose hacia el
doctor.
Junsu
se relajó en una posición
sentada con el fin de mirar directamente a Luhan sin tener que girar la cabeza. Jiho les había quitado
las esposas de sus manos cuando les dijo que había puesto un candado en la
parte exterior de la puerta. Cada uno de ellos todavía tenía un pie esposado a las sillas,
pero al menos se podían mover un poco.
Después de que Jiho les había quitado
las esposas y salido de la habitación, Luhan le había dicho a Junsu que podía
oír a otro hombre en la cabaña. Al principio Junsu iba a preguntar cómo podía
saberlo, pero poniendo los ojos en blanco, recordó, oh sí, hombre lobo.
— ¿Quién crees que es? —preguntó Junsu.
—Tal vez un miembro de su manada. No hay
manera de que Jiho nos dejaría aquí por nosotros mismos si necesitaba
suministros. Él tiene que tener a alguien ayudándole y es raro para un lobo
buscar la ayuda de un ser humano.
Junsu pensó en sus palabras y se dio
cuenta que podrían serle útiles a Yoochun.
«Yoochun,
hay otro hombre aquí con Jiho. No lo hemos visto pero el doctor Jeong dice que él
puede oírlo.»
«Pregúntale
a el doctor Jeong si puede oír a Jiho utilizar un nombre. Cualquier nombre que Jiho
podría decir puede ser útil.»
«Está
bien. ¿Dónde están?» preguntó Junsu.
«Estamos
en el avión de camino a Denver. Changmin quiere que te diga…»
Junsu sintió la reticencia en Yoochun de
decirle.
«¿Él
quiere que me digas qué?» solicitó Junsu.
«Está
realmente debería ser una conversación que tengas con tus amigos, pero Changmin
no desistirá, así que, quiere que te diga que Yunho vio a Jae desnudo.» Junsu pudo oír la vergüenza en sus
palabras y podía imaginar a Jae amenazando con lanzar a Changmin fuera del
avión.
«¡Qué!»
Junsu en realidad habló en voz alta, así
como en su mente antes de que pudiera detenerse.
Luhan
se sobresaltó ante la repentina explosión de Junsu.
Junsu lo miró tímidamente.
—Estoy bien, sólo algunos problemas técnicos.
—Estás hablando con Yoochun, ¿no es así? —le preguntó Luhan. Junsu asintió y luego dirigió sus pensamientos a Yoochun.
«Realmente
quiero saber por qué Jae estaba desnudo frente a él, pero sé lo que están
haciendo, están tratando de distraerme.»
«La
distracción es la especialidad de Jae, amor.»
«Mantenme
informado, hombre lobo. Voy a tratar de ver lo que sabe el doctor Jeong.» Junsu intentó
bloquear el dolor
que había comenzado a quemar a través de su cuerpo, él juraba que
sintió como si alguien estuviera tratando de cocinarlo desde el interior hacia
fuera.
«Junsu,
estás con dolor, ¿qué pasa?»
Él escuchó la preocupación en su voz y
lo sintió vertiendo amor a través de su vínculo. Tenía que bloquearlo hasta que
pudiera ponerse a sí mismo bajo control o él lo volvería loco, sabiendo que él
estaba sufriendo y fuera de su alcance.
«Estoy
bien, hombre lobo, sólo algunos calambres. Voy a descansar un poco antes de que
Jiho regrese. Te amo.»
«Estoy
contigo, Luna.»
«Lo
sé, hombre lobo.»
>>>♥<<<
Luhan vio como Junsu se hizo un ovillo,
con los ojos fuertemente cerrados, como si estuviera tratando de dejar fuera el
dolor que estaba desgarrando a través de él. No le preguntó si había algo que
pudiera hacer para ayudarlo porque él sabía que no lo había.
Hasta que Junsu obtuviera sangre
de lobo él continuaría sufriendo, y lo más probable
es que empeoraría. Finalmente
el cuerpo de Junsu se relajó, pero el dolor lo había dejado sin aliento y se
esforzaba para arrastrar aire a sus pulmones.
—Sea honesto, doc —dijo Junsu, abriendo los ojos y fijándolos en él— ¿cuánto peor se va a poner esto?
Él sabía que Junsu no querría ser
engañado, ni querría la verdad recubierta de azúcar, así como él tampoco le
haría eso a uno de sus pacientes.
—Se va a poner mucho peor, Junsu. Tu cuerpo
va a seguir atacándose a sí mismo y si no recibes la sangre de lobo, tus
órganos empezarán a dejar de funcionar. Sé que no es lo que quieres oír, pero
seré siempre honesto contigo.
Junsu asintió.
— ¿Sabes cuánto tiempo podría tomar? Quiero
decir, ¿crees que voy a ser capaz de aguantar hasta que Yoochun llegue?
—Suenas tan seguro de que va a encontrarte. —La expresión en los ojos de
Luhan dijo que no creía que Yoochun tuviera una maldita esperanza.
—Él me encontrará, de eso no tengo ninguna
duda —dijo Junsu con confianza— Pero él mientras tanto es lo que me preocupa. Ya ves, no estoy muy entusiasmado con la idea de tomar la sangre de Jiho. Así que estoy tratando
de prepararme.
Junsu miró como Luhan encontró su mirada
y sin parpadear, le dijo:
—Prepárate para lo peor.
Junsu
no dijo nada más después
de eso. Dormía cuando el dolor se abatía
pero se despertaría gritando cuando volvía. Él estaba constantemente tratando
de centrarse en mantener su escudo en su mente para que Yoochun no supiera lo
mucho que estaba sufriendo. De vez en cuando él simplemente decía su nombre a través de su vínculo sólo para
oír su respuesta. Recordó estar despierto un par de veces con el sonido de Luhan
diciéndole que comiera, pero la comida no tenía ningún atractivo porque
sabía que simplemente la vomitaría. Otro momento
en que estuvo despierto, Luhan intentó conseguir que bebiera algo pero de nuevo
Junsu se negó.
No sabía cuánto tiempo había estado en
esta habitación con Luhan, no sabía si había sido horas o días. Todo lo que
sabía era que el dolor era cada vez peor y aunque se mordió el labio luchando
contra la necesidad de gritar, no funcionó.
— ¡Ahhhhhhh!
—Su grito se apagó en sollozos
que sacudían su cuerpo. La puerta de la habitación se abrió y Jiho
entró corriendo.
—Luhan, ¿qué está mal? —Miró
para ver a Junsu retorciéndose de dolor, con el
rostro tan contorsionado que dolía mirar— ¡Arréglalo! —gritó Jiho a el doctor que estaba sentado al otro lado de Junsu, con la
jeringa de medicación para el dolor ya en la
mano.
—El medicamento para el dolor no dura tanto
tiempo. Sedarlo sería la única manera de detener el dolor —gruñó Luhan, sus labios encrespándose
de nuevo para mostrar sus dientes.
— ¡NO! —rechinó Junsu. La idea de no poder llegar a Yoochun era insoportable, él preferiría soportar
su actual tormento— Ninguna sedación, por favor, no.
Jiho se arrodilló a su lado y trató de
tomarle la mano entre la suya, pero Junsu se apartó.
— ¡No me toques!
Jiho gruñó, sus ojos se estrecharon, y
sus labios se dibujaron en una delgada línea. Se volvió hacia Luhan.
—Mañana vamos a tratar de darle mi sangre.
—No, nada de sangre —gimió Junsu mientras continuaba
luchando a través del sufrimiento.
—Junsu, la sangre te hará mejorar, no sabes
lo que estás diciendo —trató
de persuadirlo Jiho.
Junsu abrió los ojos y miró a Jiho
fijamente.
—No tu
sangre. Nunca tu sangre
—rechinó a través de sus dientes, pero lo
suficientemente alto para que escuchara.
Jiho le gruñó a él, mientras su rechazo le daba una bofetada en la cara. Sintió una inmensa rabia venir
sobre él y quiso romper algo, cualquier cosa. Agarró el brazo de Junsu y tiró
de él hacia delante para que su cara estuviera a centímetros de la suya. El
agarre que tenía sobre él se sentía como si en cualquier momento sus huesos se
romperían por la mitad.
—Vas a tomar mi sangre, serás mío, y no hay
nada que ese cachorro pueda hacer al respecto. —Sus ojos brillaban peligrosamente
mientras le gruñía y aunque él sabía que no debería provocarlo más, todo el sentido de supervivencia
se fue por la ventana.
—Puede que me hayas secuestrado —su voz era apenas un susurro— pero nunca seré tuyo. —Como para acentuar sus palabras él le
gruñó en respuesta y luego le escupió en la cara de lobo. Junsu miró mientras
sus colmillos se alargaban, sintió que sus uñas se volvían
garras contra su piel. Jiho lo dejó caer
de nuevo a la silla y le dio una bofetada tan fuerte que estaba seguro que
algunos dientes se soltaron.
— ¡JIHO! ¿Qué demonios te pasa? —Junsu escuchó a Luhan gritar.
Cuando Jiho se giró hacia el sonido de
su voz, Luhan vio que los ojos de Jiho lucían salvajes, su respiración rápida e
incontrolada. Jiho estaba siendo consumido por la locura. Sabía que los machos
que vivían mucho tiempo sin compañeros podían volverse locos, pero él parecía
estar avanzando a una velocidad increíble.
En los cuatro días que él y Junsu habían
estado con él, Luhan se había dado cuenta de sus hombros encorvados, el
ceño fruncido y los constantes ojos entrecerrados mientras su estado de ánimo
se hacía más y más oscuro. La única cosa que Luhan podía imaginar era que tal
vez la idea de tener a Junsu no estaba realmente haciendo nada para combatir la
locura porque él no era su verdadero compañero. La pareja que él cree que es el
que va a llenar ese abismo oscuro le está rechazando y la precaria presa que se
había mantenido en su lugar por la promesa
de un compañero se había roto cuando
Junsu le había
dicho que nunca sería
suyo. Fue entonces
cuando Luhan se dio cuenta
que Jiho haría lo
que fuera para tener a Junsu sometiéndose a él, incluso si eso significaba
golpearlo.
Él se abalanzó sobre él, tratando de
agarrar la mano que estaba retrocediendo para golpear a Junsu de nuevo.
Jiho
se giró en el último
minuto y el puño conectó
con la cara de Luhan.
Él sintió su mandíbula quebrarse y luego
las luces se apagaron.
>>>♥<<<
Junsu vio a Luhan caer al suelo por la
fuerza del puño de Jiho. Antes de que pudiera llamar a gritos al doctor, Jiho lo
había jalado por el cabello. Junsu gritó por el fuerte dolor que entró por su
cuero cabelludo. Él cerró los ojos al sentirlo inclinándose a su cuello,
tomando una respiración profunda. Quería vomitar ante la idea de él aspirando
su aroma, su piel se puso de gallina al contacto de la suya contra la de él.
Jiho se sentó en la silla y puso a Junsu
en su regazo. Continuó agarrándolo por su cabello sosteniéndolo en su lugar.
Él observó con fascinación
enferma cuando trajo el antebrazo de su mano libre a su boca y con los colmillos que se habían alargado
mordió. El mordisco
fue tan profundo
que su sangre corrió libremente
de la herida. Jiho se volvió y lo miró, la sangre en su boca goteaba por su
barbilla mientras hablaba.
—No deberías haberme presionado, Junsu.
Podría haber sido especial, podría haber sido bueno, pero presionaste, por lo
que ahora lo haremos de la manera más difícil. —Tan pronto como Junsu se dio cuenta de
su intención, el dolor fue olvidado y su único objetivo estaba en hacer lo que
fuera para salir de las garras de Jiho. Le dio una patada, él arañó sus brazos
y su cara, pero él era demasiado fuerte.
Junsu cerró los ojos mientras seguía
luchando, él sintió nauseas a la sensación de su brazo contra su boca, el olor
de hierro golpeando su nariz mientras sentía una sustancia pegajosa caliente
tocar sus labios.
Luchó duro, pero Jiho había movido la
mano que había estado sosteniendo su cabello a su frente para mantener su
cabeza en su lugar. Él presionó su brazo con más fuerza contra su boca y luego
lo sintió tapándole su nariz. Él trató muy duro de contener la respiración,
decidido a morir por falta de oxígeno antes de que se tragara su sangre, pero
su cuerpo lo traicionó. Casi como contra su voluntad su boca se relajó y él
jadeó en busca de aire. Jiho aprovechó la oportunidad para empujar el brazo más
en su boca. No importa lo mucho que se esforzó, no pudo detener la sangre que
sentía fluyendo desde el brazo hasta su garganta.
Los ojos de Junsu se abrieron de golpe cuando sintió la presión de su boca desvanecerse a medida que Jiho
apartaba su brazo. La mirada en sus ojos era salvaje, peligrosa. Él siguió
sosteniendo su cabeza en su lugar mientras reemplazaba su boca donde su brazo
había estado. Junsu trató de apretar los labios contra el hueco de su boca y
cuando eso no funcionó él lo mordió tan fuerte como pudo. Jiho se echó hacia
atrás, pero en vez de la mueca que él esperaba, sus labios se curvaron en lo
que era una sonrisa poco natural.
—Si hubiera sabido que todo lo que tomaría para lograr que me mordieras era un beso, me podría haber
ahorrado un montón de problemas, Junsu.
Su voz era engañosamente tranquila, pero
Junsu podía ver la tormenta que estaba justo debajo de la superficie.
Él empezó a tirar de él hacia arriba y él cerró los ojos,
pensando que tal vez
ahora se iría. Su mente
le dolía por luchar para evitarle a Yoochun escucharlo, su cuerpo dolía por su propio abuso así como el de Jiho.
Jiho
debió sentir la pequeña cantidad
de alivio que se apoderó
de Junsu mientras él lo
colocaba de nuevo en la silla porque se inclinó junto a su oído y le susurró: “Tu turno”, mientras le arrancaba el cuello de su
camisa. Junsu instintivamente se dio la vuelta, tratando de ocultarse, pero se
dio cuenta de su error demasiado tarde cuando oyó aullar a Jiho y sus garras
arañaron a través de su espalda, a través de las marcas de su compañero. Junsu
gritó cuando su carne se desgarró, sintió el calor de su sangre corriendo
por su piel. Sintió a Jiho
inclinándose sobre él y correr su lengua sobre él. Y al sentir sus dientes
perforar su piel, sus labios gritaron por el que iba a salvarlo, pero no pudieron.
>>>♥<<<
— ¡YOOCHUN!
—gritó él mientras arañaba
la silla, tratando
de salir de debajo
de Jiho, lejos de él, lejos de su boca— ¡DETENTE! Por favor, detente — sollozó y entre sollozos
pudo oírlo chupando
ávidamente en su carne, y el sonido lo
puso tan enfermo
que vomitó por todo el suelo. El olor de su enfermedad debió haber empujado a través de la lujuria que había penetrado
en la mente de Jiho cuando finalmente se retiró. Él sintió que su peso dejó su cuerpo y oyó el sonido
de sus pasos al alejarse. Él lo miró mientras abría
la puerta de la habitación que había convertido en su propio infierno personal. A través de
las lágrimas en sus ojos, vio la sangre manchada por todo el frente de su
camisa, y en sus labios, su sangre. Jiho lo miró:
—Puedes tener sus marcas en ti, pero es mi sangre la que está en ti. — Junsu
apretó la cara en el cojín de la silla cuando oyó cerrarse la puerta, y cuando
el cerrojo hizo clic en su lugar él sintió algo dentro de él romperse.
Su cuerpo temblaba incontrolablemente
mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Podía sentir a Yoochun empujando en
su mente, tratando de conseguir atravesarlo, pero mantuvo las paredes en su
lugar. ¿Cómo podía enfrentarlo cuando la sangre de otro estaba en él, cuando
los dientes de otro habían perforado su piel? Podía sentir su estómago
apretándose, preparándose para expulsar el veneno que Jiho le había hecho
tragar, pero nada saldría.
Sin importar lo mucho que hiciera
arcadas, nada dejaría su cuerpo. Lloró hasta
que pensó que no podía tener ninguna
lágrima restante. Estaba
equivocado.
«Mi amor, estoy aquí.»
Las lágrimas comenzaron de nuevo al
sonido de esa voz en su mente, al sentir los labios que sintió presionando en
su frente a través de su vínculo. La vergüenza se apoderó de él al pensar en
los labios de Jiho en los suyos y las arcadas comenzaron de nuevo.
«Lo siento, Yoochun. Lo siento mucho.»
Junsu acercó sus rodillas lo más cerca
de su pecho como pudo con su pierna esposada a la silla.
Metió la barbilla
en su pecho a medida
que la sangre se secaba en
su espalda y el dolor seguía pulsando a través de él. Cerró los ojos y se cerró
al mundo.
>>> ♥
<<<
Yoochun estaba en la habitación mirando
a la ciudad de Denver y a las montañas. El suave murmullo de Jae, Changmin, y su eomma
estaba detrás de él. Habían pasado
dos días desde
que llegaron y todavía no sabían
nada más de lo que sabían antes. El padre de Yoochun había interrogado a más de la mitad de la manada de Junho y hasta
el momento todo el mundo había dicho la verdad, nadie sabía nada acerca de las
acciones o el paradero de Jiho. Para añadir a la frustración de Yoochun, estaba
teniendo problemas para mantenerse en contacto con Junsu.
Él le seguía bloqueando sus pensamientos
y al principio pensó que era para que no supiera la cantidad de dolor que tenía, pero ahora estaba
empezando a preocuparse de que hubiera algo más que eso. Cerró los ojos
contra el pensamiento del otro lobo poniendo
sus manos sobre Junsu. Sabía
que pensar así no le ayudaría
a encontrarlo, y que así sólo tendría éxito en que Yoochun quisiera matar a alguien o algo. Yoochun
se acercó a través de su vínculo, y como había sido capaz de hacerlo todas las
otras veces, lo sentía pero no podía escuchar sus pensamientos. Sólo le estaba
dejando llegar lo suficiente lejos para saber que estaba vivo y bien… de
acuerdo a él. Yoochun no sabía que estaba gruñendo hasta que sintió la mano de Changmin
descender sobre su hombro.
— ¿Estás bien? —le preguntó.
Yoochun movió la cabeza en señal de
frustración.
—Algo no está bien. —Yoochun se apartó de su toque, sin ser conscientemente
capaz de soportar el toque de otro, no cuando no podían ser las manos de su compañero.
—Puedo sentirlo —continuó mientras se paseaba
por la habitación— pero
eso es todo. De vez en cuando me da un breve comentario, pero luego él me deja fuera.
Changmin podía ver los signos visibles
de la frustración de Yoochun escritos en su frente. Él entrecerró los ojos y
miró por la ventana, como si pudiera verlo si buscaba lo suficiente. Él se
volvió y vio a Jae de pie a su lado, con los brazos cruzados sobre el pecho en
pose idéntica a Changmin.
— ¿Qué pasa con el lobo amante? —le preguntó Jae a Changmin
y, a pesar de las palabras, su tono denotaba lo mucho
que le importaba Yoochun y Junsu.
—Dice que piensa que algo está mal con Junsu,
pero que él no se lo dirá
—le explicó Changmin.
—Por supuesto que no se lo va a decir. Sabe que
él iría todo garras y colmillos sobre alguien si pensara que está herido. Eso
no quiere decir que estoy de acuerdo con él por guardarle algo al lobo, porque
eso significa que está impidiendo que nosotros también sepamos.
>>>♥<<<
La respuesta de Changmin fue
interrumpida por un golpe seco en la puerta, seguido por un Yunho
sin invitación. Jae puso los ojos en blanco y dejó escapar un resoplido.
—Entendiste bien la parte de golpear, peludo,
pero se te olvidó la parte donde pides permiso para pasar. No sólo golpeas y
luego pasas. —Jae
se volvió hacia Changmin, sacudiendo la cabeza— Uno pensaría que por lo menos tienen algún
tipo de clase de entrenamiento para cachorros o algo así.
—Si no tienes cuidado, él va a estar sacando
las Jae-croquetas de sus dientes después de su próxima comida —susurró Changmin en voz baja mientras Yunho
seguía mirando a Jae.
La mirada de Jae nunca vaciló cuando le
respondió a Changmin.
— ¿Y qué te hace pensar que me opongo a ser la
cena?
Changmin se atragantó, y Jae le dio una
palmada en la espalda mientras le guiñaba un ojo a Yunho, finalmente rompiendo
su enfrentamiento.
—Yoochun, Junho ha llamado y dice que tiene
dos lobos que quieren hablar contigo y tu padre —dijo Yunho mientras alejaba los ojos
de Jae.
La cabeza de Yoochun giró bruscamente y
se reunió con el Beta de su padre. Yunho inmediatamente bajó los ojos y dio un paso a un lado para dejar la puerta
abierta. Yoochun empezó
a decir algo al pasar a Jae y a Changmin, pero fue interrumpido.
—Ni siquiera lo digas. Vamos contigo, incluso
si eso significa que tenemos que escondernos en el auto. —Para sorpresa de todos fue Changmin,
que le hizo el anuncio mientras agarraba la mano de Jae y tiraba de él a lo
largo. Yunho miró a Yoochun,
quien simplemente sacudió
la cabeza como para decir,
simplemente que lo dejara.
>>>♥<<<
Quince minutos más tarde, Yoochun, Siwon
y Yunho bajaron del vehículo alquilado para ir a la sede de la manada de
Denver. Yoochun miró a los cuatro restantes en el vehículo: Changmin, Jae, Hani
y Heechul.
La preocupación estaba grabada en cada
una de sus caras.
—Volveremos pronto. —Fue todo lo que dijo, y luego se había
ido.
— ¿He dicho ya lo mucho que esto es una
mierda? —murmuró Jae en
voz baja.
Hani le palmeó la mano.
—Vamos a encontrarlo.
—Soy la que se supone que debería estar
diciéndole eso a usted, señora K.
>>>♥<<<
—Siwon, estos son los dos lobos que querían
hablar contigo. —Junho
indicó los dos lobos que estaban sentados a la mesa con ellos en el comedor— Michael,
Sean, por favor, díganle lo que me dijeron.
Michael y Sean se miraron un poco
nerviosos, pero solo porque estaban sentados frente a uno de los Alfas más
fuertes del mundo, no porque ellos fueran culpables de nada.
—Todo lo que sabemos es que Sam dijo que iba
a tomar un vuelo a Springfield Missouri hace unos días —le dijo Michael a Siwon.
— ¿Por qué crees que esa sería información
importante?
—preguntó Siwon.
—Bueno, porque Sam es el mejor amigo de Jiho
y escuchamos que estabas preguntando si alguien en la manada había ayudado a Jiho.
Si alguien lo hizo, sería Sam.
Yoochun gruñó, mostrando que estaba
perdiendo la paciencia.
— ¿En qué ayuda a Jiho que Sam vaya a
Springfield? —gruñó.
Fue Sean quien respondió esta vez.
—Si Sam iba a Springfield entonces
probablemente significa que va a Ozark.
Esta vez fue Yunho quien gruñó. Siwon
miró a sus dos lobos y luego se volvió hacia Michael y Sean.
—Por favor, perdonen sus modales, están un
poco estresados por el momento. Por favor, expliquen el significado de Ozark.
—Oh, claro. Lo sentimos —continuó Sean— Sam es
dueño de una cabaña en Ozark, Missouri, y cuando se va allí normalmente vuela a
Springfield.
Siwon agarró el brazo de Yoochun antes
de que se pudiera ir, inclinando la cabeza hacia un lado, un gesto muy parecido
a un lobo.
—Perdón por preguntar, pero, ¿por qué un lobo
que vive en Colorado tiene una cabaña en las montañas Ozark?
Michael miró a Junho, pidiendo permiso
para contestar. Cuando Junho asintió, se volvió hacia Siwon.
—El padre de Sam es el Alfa en Springfield,
Missouri. Cuando Sam va a visitar a su familia, por lo general se queda en la
cabaña en la tierra en que normalmente caza la manada de Springfield.
—Esto se pone cada vez mejor y mejor —se quejó Yunho.
Yoochun se dio la vuelta lentamente a
medida que Michael terminaba de hablar. Miró a su padre y luego a Junho.
— ¿Así que lo que estás diciendo es que mi compañero
ha sido secuestrado y retenido en el territorio de un Alfa que no sabe que está
ahí y él está puesto en el medio de su terreno de caza?
— ¿Sí? —La voz de Michael fue casi un chillido al ver los ojos
resplandecientes de Yoochun y sus caninos alargados.
—Junho, ¿sabes dónde se encuentra esta
cabaña? —preguntó Siwon,
sin apartar los ojos de su hijo.
—No, pero me pondré en contacto con el padre
de Sam. Si le digo lo que está pasando tal vez esté dispuesto a ayudar.
—O una vez que él se dé cuenta que su hijo está
involucrado puede decidir que es en su mejor interés quedarse fuera —agregó Yunho.
Junho asintió mientras sacaba su
teléfono y marcaba el número del Alfa de Springfield.
Cuando el interrogatorio terminó y Yoochun
volvió al auto, cerró la puerta de la camioneta, haciendo que las cuatro personas
que esperaban dentro saltaran.
— ¿Las cosas han ido tan bien? —murmuró Jae en voz baja.
Siwon y Yunho subieron con menos
espectáculo. Siwon ya estaba en el teléfono con Leeteuk mientras salía del
camino de acceso de la manada de Denver.
—Leeteuk, ten listo el avión. Vamos a
Springfield, Missouri.
—Hubo una pausa mientras Siwon escuchaba a Leeteuk en el otro extremo del
teléfono.
—Sí, estamos llevando a todos. Consíguenos un
hotel. No estoy totalmente seguro de todos los detalles pero vamos a necesitar
un lugar para reagruparnos. —Siwon colgó y miró por el espejo retrovisor a Hani, quien esperaba
pacientemente.
—Jiho ha estado recibiendo ayuda de un
compañero de manada cuyo padre es el Alfa en Springfield y tiene algún terreno
y una cabaña en Ozark. Creemos que es ahí donde Jiho tiene a Junsu.
—Bueno, eso es una buena noticia, ¿verdad?
Entonces, ¿qué pasa con la obvia ira? —preguntó Changmin.
—El Alfa no está cooperando. Él no nos daría
la ubicación de la cabaña. Todo lo que dijo fue que no iba a dejar que su hijo
sepa que conocemos su ubicación general —gruñó Yoochun.
— ¡Qué diablos! Siwon, ¿no puedes hacerle nada
a este Alfa? ¿Darle una buena sacudida por el pescuezo o algo? —preguntó Jae, con obvia frustración.
— ¿Acabas de decir una buena sacudida por el
pescuezo? —le preguntó Changmin
con duda.
— ¿Qué? Sólo lo estoy sugiriendo.
—Si llegamos a eso, entonces sí. Pero no tengo
a toda mi manada conmigo y el Alfa de Springfield no es uno débil —respondió Siwon.
—Oh, correcto. ¡Cielos, esto es una MIERDA! —gruñó Jae.
El viaje de regreso al hotel fue tranquilo. La tensión podía tocarse y las olas de frustración que rodaban expedidas de
Yoochun eran suficientes para causar vértigo.
>>>♥<<<
No debieron haber pasado cinco minutos en la habitación del hotel cuando Yoochun se desplomó en el suelo. Se
agarró la cabeza, luchando contra el dolor punzante. Cuando apretó sus ojos ya
cerrados se dio cuenta que era el dolor de Junsu el que sentía.
Algo iba muy mal. Intentó
llegar a él pero Junsu se estaba esforzando por mantenerlo fuera. Yoochun
empujó con más fuerza. Tuvo una breve sensación de miedo, o terror, y luego él
cerró las paredes con aún más fuerza.
— ¡Ahhhh! —gritó
Yoochun.
—Yoochun, ¿qué pasa? ¿Él está bien? —Changmin y Jae estaban arrodillados a
ambos lados de Yoochun, quien seguía gruñendo de manera tan amenazadora que por
primera vez Changmin tuvo miedo.
Yunho dejó salir su propio gruñido
cuando tomó con suavidad el brazo de Jae y lo alejó del lado de Yoochun.
—Oye, ¿qué ray…? —empezó a protestar Jae, pero cuando alzó
la mirada al rostro de Yunho cerró
la boca. Los ojos de Yunho estaban brillando y sus caninos se habían alargado.
Algo le dijo que sería mejor soportar esto.
>>>♥<<<
Yoochun intentó una vez más alcanzar a Junsu.
«Mi
amor, estoy aquí.» Y lo que escuchó como respuesta rasgó en dos su corazón.
«Lo
siento, Yoochun. Lo siento tanto.» La voz de Junsu en su mente sonó tan quebrada y desamparada. Supo
entonces que arrancaría el corazón de Jiho
de su pecho por ser el causante.
—Junsu —gruñó Yoochun mientras se arrodillaba
en el suelo, la profundidad de su desesperación grabada en cada sílaba de su
nombre.
—Yoochun, por favor, ¿qué pasa? ¿Él está
bien? —preguntó Changmin
con suavidad.
Yoochun miró los temerosos ojos de Changmin.
—No lo sé. —Luego miró a Jae— No sé si está bien.
>>>♥<<<
Jae se sentó
en el banco del parque
y aunque parecía
mirar a algunos
niños jugar en el patio, sus ojos estaban llorosos, sus pensamientos muy
alejados de donde estaba sentado.
La humedad rodando
por sus mejillas lo sacó de su estupor.
No podía recordar un tiempo en que se sintiera tan impotente.
Incluso durante el accidente fue capaz
de hacer algo para ayudar, pero ahora todo lo que podía hacer era esperar. Esperar
a que Siwon hiciera los arreglos
del viaje, esperar a que Yoochun escuchara
de Junsu que él está bien, esperar
a que el maldito
mundo se abriera
y lo tragara porque no podía imaginar
un mundo sin Junsu. Quería gritar ante la injusticia
de todo. Junsu era una de las más agradable y más leales personas que conocía.
¿Por qué le pasaba esto a él? Jae cerró los ojos e intentó luchar contra el
abrumador miedo que amenazaba con aplastar su
espíritu.
Sintió un cuerpo grande y caliente sentarse
junto a él en el banco y por alguna razón no estuvo asustado o sorprendido de
su llegada.
— ¿Qué pasa, Jaejoong? Nunca te he visto tan distante. —La voz de Yunho
transmitió la preocupación que estaba intentando ocultar.
—Estoy cansado, Yunho. Estoy preocupado y no
estoy de humor para ayudar a aliviar la tensa situación. —La cara de Jae mostró el miedo que por
primera vez le permitió a él ver— Sé que soy sarcástico y que bromeo mucho,
incluso en las peores situaciones. Es cómo lo enfrento, cómo le hago frente
para no desmoronarme. Pero no tengo la fuerza para ser el que levante el ánimo
de todo el mundo. No lo tengo para ocultar el dolor que amenaza con asfixiarme por
miedo de que nunca vuelva a ver a Junsu o de que algo horrible le pase a él.
Yunho se acercó a Jae en una muestra de
ternura que él estaba empezando a notar que Yunho solamente exhibía con él.
—No siempre tienes que ser el fuerte.
—Ahí es donde te equivocas, Yun. Tengo que
serlo, por ellos. Changmin, Hani, y a veces incluso por Yoochun. Tengo que ser el
que cree tan firmemente que lo traerán de regreso, que puedo ser sarcástico. Que puedo darme el lujo de ser bromista para
aligerar u oscurecer este enredo. Y no que simplemente lo traigan de vuelta,
sino que lo traigan entero. Hay peores cosas que la muerte para un joven, Yunho.
Yunho no estaba muy seguro de cómo
responder a eso. No sabía cómo manejar a un Jaejoong desanimado. Un Jaejoong
sarcástico, malvado y juguetón, sí, con esa él podía tratar. Pero con este
espíritu aplastado y frágil no sabía qué hacer. Lo acercó más a él y apoyó su
barbilla en la cima de su cabeza.
—Haría lo que fuera por quitarte el miedo,
por traer a tu amigo de regreso ileso.
Jae se echó hacia atrás para poder mirar
a los ojos a Yunho, sorprendido por las palabras llenas de emoción.
—Te creo —le dijo Jae mientras lo miraba con fijeza a los
ojos.
Yunho
se inclinó hacia adelante ligeramente y por un momento Jae pensó
que quería besarlo, pero se contuvo. Tosió para cubrir el momento incómodo.
—Bueno, supongo que es mejor si regresamos a
la habitación y vemos si están a punto de dirigirse al aeropuerto.
—Sí, supongo que es mejor. —Jae se puso de pie y se dio la vuelta
para dirigirse de regreso al hotel. A pesar de las palabras amables de Yunho se
sintió peor. No solo su amigo estaba en las manos de un lobo psicópata sino que
el sujeto del que él se estaba enamorando nunca podría ser suyo. ¿En qué había
estado pensando para siquiera considerar una aventura con un chico, un hombre como Yunho? Le rompería el corazón
cuando él hallara a su compañero. Él no era tan fuerte como Hani. Una vez que Yunho fuera de él ya no sería capaz de dejarlo ir.
>>>♥<<<
Yoochun
vio como todo el mundo abordaba el avión. Había intentado ponerse en contacto con Junsu varias
veces desde la última vez que él lo contactó
y él seguía sin dejarlo entrar. Estaba empezando a enojarse por su
rechazo. ¿Por qué no lo dejaría acercarse? ¿No entendía lo doloroso que era
estar separado de él? ¿No le dolía también a él? Por primera vez desde que lo
había conocido Yoochun sintió temor ante la posibilidad de que él no lo
quisiera, que no lo amara como él lo amaba. Pero sabía que no podía ser cierto.
Él era su compañero, la otra mitad de su alma, debía sentir el dolor de la
continua separación. Algo tuvo que haber sucedido
para causar que él se mantuviera alejado.
Tan pronto como estuviera solo y pudiera
concentrarse, por primera vez, lo obligaría a dejarlo entrar en su mente. Sabía
que no debería hacerlo pero ya era suficiente. Era su compañero, ¿cómo podía
ayudarlo si él no lo dejaba acercarse?
>>>♥<<<
Changmin miró cuando Jae se desplomó
en su asiento en el avión. Su cara estaba carente de emoción. Fue la única
vez que Changmin pudiera recordar ver a su sarcástico y franco amigo parecer
tan perdido. Se sentó a su lado, se ajustó el cinturón, y tomó su mano.
—Háblame, Jae —dijo Changmin.
Jae miró a Changmin y para sorpresa de él,
Jae se inclinó hacia adelante, enterrando la cara en el cuello de Changmin.
Changmin sintió los hombros de Jae
estremecerse y se dio cuenta que estaba llorando.
—Oh, Jae. —Changmin envolvió sus brazos
alrededor de su destrozado
amigo— Cariño, dime, ¿ese lobo te hizo daño? Lo mataré, sólo
dilo y lo destriparé como un pez.
Los hombros de Jae temblaron
incluso más. Finalmente se echó hacia atrás
y miró a Changmin.
—Estoy asustada por Junsu. ¿Y si ese pedazo
de mierda le hizo daño? ¿Y si, Dios Changmin, y si…? —Jae no pudo terminar el pensamiento,
era demasiado horrible considerarlo.
—Entonces ayudaremos a que Yoochun lo rompa
en pedazos, y luego tomaremos a nuestro amigo y lo amaremos ferozmente para que
sepa que siempre estaremos allí para él. Sin importar el tiempo que le tome
sanar, estaremos allí para él.
Jae asintió solemnemente.
—En medio de la preocupación por Junsu, creo,
mierda, no lo sé. Siento algo por el lobo grande y tonto, pero no debería. Él
solo romperá mi corazón.
—Oh, mi pequeño Jae. ¿Quién aspiraría por las
estrellas si no es para ti? No te rindas, todavía no, ¿de acuerdo? —le dijo Changmin.
Jae sacudió la cabeza. No seguiría teniendo
esperanzas por algo que nunca pasaría. Se enfocaría en recuperar
a Junsu, y entonces tendría que pensar seriamente en si podía manejar estar en Corea,
donde él estaría.
>>>♥<<<
Yunho miró a Jae desde el otro lado del
pasillo. Su cara manchada de lágrimas derramadas, los ojos hinchados. Sintió su
pecho apretarse y un deseo desconocido por protegerlo, de despedazar a quien se
atrevió a dejarla hecha trizas. Lo estaba
matando no ser capaz de hacer algo por su dolor. ¿Cómo
luchaba contra un enemigo
invisible? ¿Cómo reparar
tal situación? Yunho gruñó a la vez que
apoyaba la cabeza
contra el apoyacabezas y cerraba los ojos, aunque no podía descansar, no mientras el temor de Jae pulsara
sobre su piel. No descansaría hasta que pudiera ver la luz llenar sus ojos y el sarcasmo
rodar fácilmente de su lengua una vez más.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
Me mata q esto va lento...Otro x favor!!! Me mata no saber q pasará con Junsu....Eso q hicieron fue su rito de sangre? Ya se emparejo con jiho?? Q pasará con nuestro amada yochun??? Ayy noooooo ya quiero leer el próximo....Mi Jae muy triste dejara ir a Yunho???
ResponderEliminarawch este capitulo triste y depresivo por que no se si ese maldito ya hizo el ritual de emparejamiento que espero que no y dejo fuera a Yoochun ese se merece que lo pulverice y no quede ni partícula por lo que los esta haciendo sufrir a todos y Jae todo depresivo por que se a enamorado de Yunho y no quiere sufrir cuando el encuentre a su pareja solo espero que el sea su pareja y que Yunho no busque en otro lado por que ya lo tiene a el y que el sea suficiente para ser feliz
ResponderEliminarGracias
Ojala que Jiho y Junsu no se hayan emparejado por que ahi si zufriria Yoonchu y que Jae sea la pareja de Yunho ya que el siente esa atra ion de parejas
ResponderEliminarPobre YooSu... que terrible situación están pasando... ambos sufriendo el uno por el otro... que desdicha más grande...
ResponderEliminarAy no, ese maldito de Jiho, merece la muerte, no sólo por secuestrar y obligar a Junsu a beber su sangre, sino, por haberle golpeado...
Gracias por el capi*
http://lolitahoneyfunnybunny.blogspot.mx/
Oh por Dioooos Junsu😢😢😢, creí con todo que no llegarí a pasar...que antes de que causara tanto dolor alguien mataria a ese Jiho.Fue terrible lo ocurrido a Junsu, no creo ser la unica, pero fue como corromperlo o algo así😢😢😢. Sigo frustrada porque seria algo especial entre él y mi Chunnie😢😢😢. Cuando sepa no quiero ni pensar la rabia que se va a apoderar de él. Junsu debería de dejarlo entrar, me es extraño que el vinculo no haya sido roto eso es bueno no?? Pobre Jae todo esto lo está superando y no puedo creer que él y Yunho no sean compañeros naturales. Debe ser que en ellos no se manifiesta taaan fuerte y obvio como en el Yoosu porque Jae ha de tener 1/5 de canis. Me niego a que Jae y Min sigan sin ser reclamados, no me ire sin comentar que casí me caigo de la cama cin eso de la "sacudida de pescuezo" y con ese beso que Yunho se negoa dar. 😭😭😭 Yunhooool yaaaa ve por él amalo hasta con lo ultimo de tu ser. Porfavoooor abrazalooo, mimalo y consulalooooo. Ok ya me voy super anciosa por la proxima actu.
ResponderEliminarQue horrible se siente el sufrimiento de Junsu, ese maldito de Jiho no creo se haya emparejado totalmente con Junsu, pues supuestamente aparte de la mordida y la sangre tienen que tener relaciones, ojala sea así.
ResponderEliminarSe siente mucho dolor también con el sufrimiento de Jae por su amigo y saber que nunca podrá estar con la persona de la que se enamoro, pero sorpresa Jae si tiene un poco de sangre lobuna.
Gracias!!!