jueves, 2 de febrero de 2017

Belleza e Inocencia. Cap 7


Jae le dijo que se casaría con él.

¿Sería una decisión equivocada? Pero ¿qué elección tenía?

Si se hubiera negado, sus padres hubieran perdido la mansión familiar y su dignidad. Su padre estaba luchando por mantener un trabajo que era más adecuado para un hombre más joven. Y su madre estaba llorando la pérdida de la casa que había estado en manos de su familia desde hacía generaciones, e intentando ocultarlo.

Y él habría tenido que vivir con la amenaza de perder a su hijo gracias a abogados listos y un saco sin fondo de dinero para lograrlo.


Así que no había tenido elección.

Ahora, veinticuatro horas más tarde de su respuesta, recordaba el frío comentario de Yunho: «Una sabia decisión».

Estaba sentado en la terraza, disfrutando del sol de la tarde con su bebé en su regazo. Recordó que aquella mañana se había despertado antes de que lo despertase el niño con hambre, y que cuando había ido a la habitación del bebé se había encontrado con Yunho dándole el biberón.

Había sentido resentimiento porque él también le negaba el único placer que tenía, que era ocuparse del bebé. Y porque él le había demostrado que tenía intención de ser un padre dedicado a su hijo.

Él había vuelto a su habitación y no había vuelto a mirarlo.

En el regazo de Jaejoong, Changmin movía las piernas y gorjeaba. El corazón de Jaejoong dio un vuelco, lleno de amor.

Pensó que hacía bien en aceptar aquel matrimonio sin amor, por Changmin y los padres de él, al menos.

Su hijo crecería con todas las ventajas que él, solo no podría darle, incluida la seguridad de tener a ambos padres. Y él nunca, jamás, le daría la más mínima pista de que el matrimonio de sus padres era una farsa. Que lo único que compartían era la desconfianza y el desprecio.

¿Era un precio que valía la pena pagar?

Yunho se detuvo en la terraza, impresionado ante la imagen. Nunca había visto algo tan hermoso: eomma y niño bajo la sombra de una acacia, su cuerpo curvado en gesto protector hacia el infante.

Jaejoong era un hermoso enigma.

¿Era un inocente o un manipulador muy listo? A partir de la conversación que había tenido con su abogado aquella tarde, nada estaba tan claro como antes.

Se había quedado de piedra cuando su abogado le había dicho que él había rechazado firmar el acuerdo de la manutención porque quería menos dinero, cubrir sólo las necesidades básicas.

Su abogado había pedido disculpas por su falta de comunicación acerca de aquel tema. Dar aquella información a Yunho no le había parecido necesario. Si el joven hubiera pedido más dinero, habría sido diferente. Habría pedido inmediatamente instrucciones a su cliente sobre el tema.

Entonces, ¿qué estaba sucediendo?

Yunho frunció el ceño mientras miraba a su pequeño agarrar un mechón de su glorioso pelo.

Yunho nunca le había creído cuando él había protestado diciéndole que no quería nada de él. Había creído que era un farol para ocultar su deseo de sacarle todo lo que pudiera, o un modo de convencerlo de que, cuando en la isla le había dicho que lo amaba, realmente no sabía quién era él. Lo que no podía creer. ¿No había dicho el día anterior que lo había visto en las revistas y en la prensa?

Su padre había dado la impresión de conocerlo de los periódicos económicos y le había sugerido que hiciera una inversión. Para él estaba claro que Jae había mentido cuando había dicho que no sabía cuál era su posición económica.

Entonces, ¿cuál era su juego? ¿Fingir que no le interesaba su dinero hasta el punto de alterar aquel contrato sabiendo que, después de haber visto a su hijo, él le ofrecería casarse con él? Dándole acceso a todo lo que era de Yunho.

¡Muy astuto!

Yunho agarró al bebé, y le dijo:

Yo me quedo con él. Hay gente esperándote. En tu habitación.

¿Gente? ¿Quién?

Él no contestó. Luego acarició al bebé, y le dijo:

¡Hola bebe! Pronto, cuando te crezcan esos diminutos pies, papá te enseñará a jugar al fútbol... ¡y luego al ajedrez!

A pesar de su sensación de exclusión, Jaejoong se sintió enternecido por las imágenes que evocaban esas palabras. Se imaginó a un hombre moreno con un pequeño de cabello oscuro, enseñándole a patear una pelota.

Los ojos se le llenaron de lágrimas. Pero pestañeó y las ahuyentó.

Suspiró porque le habría gustado estar incluido en aquella relación estrecha entre padre e hijo. Se levantó, se alisó su gastado traje de embarazado y salió en busca de esa gente que no sabía quién era.

Cuando llegó a la puerta que daba al jardín, Yunho le dijo:

Por cierto, he ido a visitar a tus padres hoy. Se pusieron muy contentos con la noticia de la boda. Y casi histéricos cuando les dije que saldaría todas las deudas.

Jaejoong no dijo nada. Luego se dio la vuelta sin mirarlo para confirmar que lo había escuchado. Se sentía humillado, y no quería que él lo viera incómodo.

Le había dejado muy claro que aquel gesto lo hacía para proteger su imagen.

Subió las escaleras en dirección a su habitación. Abrió la puerta y se encontró con dos desconocidas. Eran dos mujeres elegantes, rodeadas de cajas que parecían de tiendas caras.

¿Joven Kim? ― le dijo la mayor ― El señor Jung nos dio instrucciones de que traigamos ropa para que se pruebe.

La mujer tenía acento... ¿francés?

¿Más caridad? No la quería.

Lo siento... Han perdido el tiempo ― dijo él―  No necesito ropa nueva. ― La mujer alzó la ceja.

El señor ha insistido ― respondió.

No.

Él tenía ropa en Rising Sun. Alguien podía ir a buscarla. Tal vez fuera un mantenido, por cortesía del pequeño Changmin, pero no hacía falta que tuviera aspecto de uno de ellos.

Cuando fue hacia la puerta para despedirlas, las mujeres lo miraron con cara de horror.

No era culpa de ellas la situación en la que se encontraba él, pensó. Era Yunho quien las había enviado.

De acuerdo. Me probaré una o dos cosas ― cedió él. Notó que las mujeres se relajaban y sonreían.

Sacaron varias prendas de las cajas de magníficos colores.

Después de todo, sería divertido probarse el tipo de ropa de diseño que sólo había podido ver en revistas de moda.

Yunho podía comprado todo. Pero eso no quería decir que él fuera a usarlo.

Se quitó el traje de premamá y se alegró. Le parecía que hacía una eternidad que llevaba ese tipo de ropa.

Era hora de que empezara a pasárselo bien.

Sobre todo porque las mujeres hicieron comentarios halagadores sobre lo bien que le quedaba la ropa, que Jaejoong no se tomó muy en serio.

El señor conoce sus medidas perfectamente  dijeron. Jae se puso colorado.

Yunho conocía su cuerpo muy íntimamente. Aquella idea lo excitó contra su voluntad.

Empezó a cansarse de aquel juego. Era una pérdida de tiempo. Se quedó de pie como una muñeca de madera, mientras las mujeres le ponían y le quitaban ropa.

Muy guapo... Mire... ― lo acercaron a un espejo.

El traje de seda se ajustaba a su cuerpo y a su pecho perfectamente. La camisola le llegaba hasta la mitad del muslo y los pantalones le llegaban a los tobillos. Sus pies pedían a gritos unos zapatos destapados, y la mujer más joven acababa de sacar un par de una caja.

Jaejoong abrió los ojos, sorprendido. Parecía una sirena sexy.

¡No parecía él!

Sus mejillas rosadas agregaron brillo a sus ojos negros tormentosos. Tenía prisa por quitarse aquella ropa. Pero la cremallera no quería bajar.

Con manos nerviosas lo intentó, pero no pudo. Miró en busca de ayuda, y entonces se encontró con la mirada de Yunho, que acababa de entrar.

Él tragó saliva. Fue incapaz de desviar la mirada de Yunho.

Estaba muy atractivo, con aquellos vaqueros y aquel chaleco sin mangas negro que exudaba clase y sofisticación natural.

Era irresistible, pensó con desesperación, mortificado por su debilidad, por su contradicción al desear a un hombre al que odiaba.

Yunho lo miró.

Madame Laroche, ¿pueden esperar abajo, por favor? Mi ama de llaves les servirá café. Yo iré en un momento.

Las mujeres asintieron, sonrientes.

Jaejoong ni se dio cuenta cuándo las mujeres se marcharon.

Yunho se acercó, y él no pudo concentrarse en nada más. Yunho parecía tenso. Él no podía pensar con claridad.

Madame Laroche ha elegido bien ― dijo Yunho, a centímetros de él. Jae apenas podía respirar.

Aquella ropa se le pegaba al cuerpo, y era una invitación a tocarlo, a pasar la mano por la suave tela.

Esa ropa es dinamita ― comentó él.

Jaejoong sintió un cosquilleo en su interior. Se le endurecieron los pezones. Él se cruzó de brazos encima de su pecho para ocultar sus pezones excitados.

Madame Laroche puede llevárselo todo ― respondió Jaejoong― Malgastarás el dinero si me compras algo. ¡No voy a usarlo!

¿Por qué no? ― Yunho no dejó de mirarlo.

Se excitó, y supo que aquello no podía continuar.

Porque sólo quieres que use ropa como ésta para no sentirte avergonzado de mí. ¡Cómo te avergonzarías si supieran que tus suegros no tienen dónde vivir! ¡No es bueno para tu imagen!

No. Ése no es el caso. Me gustaría ver al eomma de mi hijo con ropa bonita.

¿Y se supone que yo debo darte el gusto? ― Jaejoong levantó la ceja ― ¡Antes me moriría! ― agregó.

No lo creo. De hecho, ha habido un cambio de planes ― Yunho se acercó con suavidad. Jaejoong se quedó sorprendido.

¿Qué quieres decir?

Debía de referirse a que había cambiado de parecer en cuanto a la boda, pensó él. Y aunque era ridículo, aquello le daba un sentimiento de abandono.

Nuestro matrimonio tiene que ser verdadero ― dijo él. Jae se puso colorado. Todavía tenía los brazos cruzados.

He descubierto que todavía deseo tu cuerpo ― confesó Yunho.

Es sólo por esta ropa ― balbuceó Jae, ocultando que se había ruborizado detrás de su melena.

No, no lo es. He cambiado de parecer en cuanto a sólo guardar las apariencias del matrimonio. Sería incómodo, en estas circunstancias. Un matrimonio real haría las cosas más fáciles a ambos.

Al principio había pensado que tener a su hijo sería suficiente. Que podía concentrarse en el niño e ignorar la existencia de Jaejoong excepto cuando fuera necesario, para asistir a algún evento social o de negocios, en el que tuvieran que aparecer juntos. Pero como se estaba volviendo loco de deseo, y sabía que podía hacerlo arder también a él, pensaba que un matrimonio sólo en los papeles sería imposible. Y que haría daño a su hijo.

Jae se puso nervioso.

Sexo... ¿Te refieres a eso? ¿Quieres decir que esperas que tenga sexo contigo? ¡Crees que pagas por ello! ¡Me sentiría como una prostituta!

Tranquilo ― Yunho intentó tocarlo, pero él lo esquivó. Seguía con los brazos cruzados sobre su pecho.

Yunho respiró profundamente.

«¡Dios mío!», pensó.

Él había tenido muchas aventuras en su vida con hombres y mujeres hermosas que no habían esperado nada serio con él y que se habían retirado discretamente de la escena con un regalo de despedida cuando él había perdido interés.

Pero con Jaejoong no sería así.

Era un misterio que tenía que descifrar.

No sería así ― dijo en voz alta. ― Tendremos una boda como es debido, no sólo una boda civil... Y nuestro matrimonio será consumado ― dijo con voz sensual cubriendo la mano de Jae con la suya. ― Sean cuales sean nuestras diferencias, no te olvides de lo bien que lo hemos pasado juntos en una época.

«¿Cómo podía olvidarlo?», pensó Jaejoong.

Yunho lo miró de arriba abajo. Él se estremeció. Algo le decía que aquello era peligroso.

Pero él no podía desviar la mirada.

Lo vio sonreír levemente.

Vamos a estar bien otra vez, te lo prometo. ― Le puso las manos en los hombros, desviándolas hacia su pecho.

Jae tragó saliva. Sentía que se derretía. Algo caliente lo quemaba por dentro mientras Yunho le decía:

¿Por qué vivir en agonía durante años en nuestro matrimonio? ¿Por qué negamos el placer que podemos damos?

Es sólo sexo ― dijo Jae, resistiéndose a perder una batalla que estaba perdiendo.

Lo deseaba y no podía negarlo. En Jeju se había vuelto adicto a él, y parecía que era un hábito difícil de vencer.

No lo niegues...

Yunho bajó la cabeza y lo besó en la boca con sensual maestría.

Jae se estremeció, luego se aferró a los hombros de Yunho para sujetarse.

Sin pensar en lo que estaba haciendo, Jaejoong se apretó más contra él. Sintió su estremecimiento masculino mientras su boca la poseía hambrientamente.

Lo apretó contra la pared, y acarició su cuerpo deseoso de sus manos: la curva de sus caderas, la parte inferior del vientre, y nuevamente sus pezones. Deslizó la mano por el escote, y él gimió de placer. Dejó de besarlo y echó la cabeza hacia atrás como invitándolo a más.

Yunho bajó la camisa por sus hombros y apartó la seda de su pecho. Se inclinó y tomo sus pezones uno a uno con su boca. Jugó con sus pezones.

Jae gimió de placer y hundió sus dedos en los sólidos músculos de sus hombros. Y de pronto perdió totalmente el sentido de la realidad.

Estaba perdido nuevamente. Volvía a ser suyo.

Y su cuerpo pedía a gritos una satisfacción que sólo él podía darle.

¿Estás convencido? ― Yunho se apartó y se pasó la mano por el pelo ― ¿Te he demostrado lo bien que podemos estar juntos? Nuestro matrimonio no será un sacrificio ― le sonrió maliciosamente ― Madame Laroche está esperando. Ponte algo que me guste para la cena de esta noche.

La puerta se cerró detrás de él. Jaejoong se envolvió con sus brazos. Su cuerpo, no saciado, se estremeció. En manos de Yunho, él era un juguete de su deseo, y él hacía lo que quería. Podía seducirlo con una sola mirada, y dejarlo totalmente sin voluntad.

Acababa de demostrárselo.

Y no había forma de escapar de un matrimonio que estaba lleno de buen sexo y vacío de amor.

No, si quería conservar a su hijo.


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Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…

8 comentarios :

  1. Podresito jaejoong esta surgiendo mucho, muriéndose de amor por elnidioya de junto, que esta segado por tu orgullo que no puede ver mas haya 😭😭, sólo espero que cuando se entere de la verdad sufra como lo esta haciendo jae, y suplique su perdon, ohhhh mi corazón duele 😭😭😭😭

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  2. Ojala que Jaejoong se haga fuerte y le demuestre que el si vale y mucho gracias por el capó esperare con ansias el proximo

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  3. Yunho es malo con Jae y el pobre de Jae esta que muere de amor por Yunho y con el mínimo toque este se derrite y lo tortura
    Yunho nomas ve la forma de fregarlo por que se cree usado y eso no tiene nada que ver con Jae ese es asunto de los padres de el debería de informarse mejor Yunho de como es en realidad Jae y no juzga lo por los actos de el padre o por lo que Yunho supone es Jae si este ya le a demostrado de muchas formas que a el no le interesa su dinero Yunho sigue traumatizado por lo que en su pasado otros le hacían o por el motivo que se le acercaban mejor que le conozca mejor antes de juzgar lo por que se arrepentirá cuando se entere de que todo fue producto de su imaginación por que Jae es como al inicio limpio y puro de corazón como lo conoció al inicio de su relación
    Gracias

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  4. Vaya vaya, ese Yunho es muy astutu y sabe cómo jugar su cartas... pero que crueldad de su parte...
    Pobre Jae, haciéndolo sentir como un hermoso muñeco al cual usar a su antojo... (Yunnie eres un canalla!!)...
    Yunho se cree la única víctima en la situación... que tristeza...
    es increíble lo que un malentendido puede hacer...

    Gracias por el capi*
    -------------------------------
    http://lolitahoneyfunnybunny.blogspot.mx

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  5. Yunho si que save como convencer a jaejoong, ya quiero q sepa la verdad para q sufra por lo mal q trata a jae.
    Gracias por el cap amiga ^.^

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  6. Que tontos !!!
    Los dos se aman y ninguno se atreve a confesarlo :(
    Espero que se den cuenta de que los dos se aman realmente 😍
    Muchas gracias por todos los capitulos.

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  7. Que cruelces Yunho, juega conblos sentimientos de Jae. Jae enamoralo y haslo sufrir, desquitate.

    Gracias!!!

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  8. Ay Jaaaaeee eres goma entre sus manos😢😢😢 Tienes que ser mas fuerte no dejes que juegue así y se siga jactando de una razón que no es cierta. Pobre Flaquito😢😢😢. Yunho se paso de fue muy malo haciendo tales cosas cualquiera se habria sentído un objeto. Durante los últimos parrafos se me vino una idea con trama y todo y wooo hasta me asuste. VES LO QUE HACES NIÑA😂😂 UN JAE A NADA DE UN SUICIDIÓ SIENDO SORPRENDIDO Y DETENIDO EN EL ACTO POR UN YUNHO CONFUNDIDO Y TEMEROSO DE PERDERLO😍😍😍

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