Just One Drop. Cap 15

Tras dos horas cenando, KangTa estaba finalmente listo para repartir las bebidas. Los asistentes sacaron dos bandejas. Se acercó y empezó a repartirlos. La última copa, se la entregó a Siwon.

KangTa levantó la suya.

— Quiero brindar por una nueva era para nuestra especie. Ahora es nuestro momento. Espero que muchos de los miembros de nuestra manada encuentren a sus compañeros y seamos capaces de cargar a los cachorros una vez más. Por cada uno de ustedes.

Una onda de mutuo acuerdo fluyó a través de la sala mientras cada uno de ellos tomaba un trago de sus vasos. KangTa vigiló a Siwon para asegurarse de que el Alfa bebiera bastante del vino para que este sea eficaz. Cuando lo vio drenarlo, tuvo que dominar la sonrisa que brilló en su cara.

Siwon miró a su compañero y sonrió.

— Te ves hermoso, Mío. ― Heechul se ruborizó.

— Todavía encantador, mi Alfa.

— Siemp… — Siwon intentó terminar la frase, pero de repente sintió un gran peso en el pecho y tuvo dificultades para respirar.

— Siwon. — La voz de Heechul sonó preocupada mientras levantaba el rostro de su compañero para que lo mirara. Él jadeó cuando vio al lobo observándolo de vuelta.

— Veneno — le dijo el lobo, y sus ojos rodaron hacia atrás mientras se derrumbaba.

Heechul sólo tuvo un momento para darse cuenta de lo que había pasado antes de que él mismo no pudiera respirar. Era como si algo estuviera aplastando su pecho, tirándolo hacia abajo.

Todo se puso oscuro y, también, cayó al piso.

Jadeos y gritos irrumpieron por toda la habitación mientras Jiro se apresuraba al lado del Alfa caído.

— Hay pulso pero es débil. — Jiro miró a KangTa — Rápido, encuentra a el doctor que Siwon trajo con su manada.

KangTa asintió una vez y se volvió a susurrar al oído del miembro de su manada, que luego corrió fuera de la habitación.

KangTa se volvió a donde yacían inmóviles Siwon y Heechul. Tuvo que obligarse a sí mismo a actuar como si pareciera importarle. Ayudó a Jiro y Junho a levantar al Alfa y llevarlo a la habitación contigua. Jin recogió la silueta inerte de Heechul y suavemente lo puso al lado de su compañero.

Kazuya y Danson tenían lágrimas recorriéndoles por sus mejillas mientras veían.

El grupo vio cómo las formas de Siwon y Heechul comenzaban a convulsionar.

 — ¡Qué alguien los ayude! — sollozó Kazuya.

Jin envolvió a su compañero entre sus brazos y le susurró suavemente. Junho, quien estaba respaldado en la puerta, casi fue derribado cuando Yoochun, Yunho, Leeteuk, Luhan, y un montón de jóvenes llegaron corriendo a la habitación.

Jae se detuvo bruscamente cuando vio a Siwon y Heechul acostados en la cama grande, sus cuerpos convulsionando. Su mano cubrió su boca cuando sus ojos se llenaron de lágrimas. Changmin se alejó de Seulong rápidamente… una fuerza invisible lo jalaba hacia la cama.

Cuando Changmin se acercó, Yoochun se giró y gruñó, pero Luhan lo empujó.

— Déjalo pasar — refunfuñó Luhan.

La habitación entera se sumergió en el silencio mientras Changmin, en un estado parecido a un trance, se acercó a la cama. Subió al lado de Siwon y colocó su mano en su corazón. El cuerpo de él se calmó inmediatamente.

 — ¿Qué dem…? — Los murmullos cesaron a través de la habitación mientras que las bocas caían abiertas y las cejas se elevaban.

Changmin se inclinó sobre Siwon y colocó su frente contra la de él. Él cerró sus ojos y su respiración se hizo profunda y lenta, como si hubiera caído en un sueño profundo.

— Supongo que tenemos la confirmación — susurró Jae en dirección a Luhan.

 — ¿Qué está haciendo? — gruñó Yoochun a el doctor mientras miraba a Changmin.

— Es un sanador — dijo Luhan con asombro — El primer sanador gitano en más de un siglo. En nuestra manada.

Aquellos bastantes viejos para entender el significado de sus palabras se hincaron sobre una rodilla.

Jae tiró de la manga de Yunho. Sus ojos brillaban y pudo ver el sudor que se había roto en su frente.

 — ¿Por qué se arrodillan?

— Es un gran honor estar en la presencia de un sanador. Otras manadas se arrodillarán en señal de respeto.

Después de lo que pareció una eternidad, Changmin finalmente se sentó. Él se volvió a Yunho.

— Su cuerpo ha sido envenenado con una hierba. Es común en estos lares. Moonseed. — Sus ojos estaban desenfocados mientras hablaba.

 — ¿Cómo? ¿Quién haría esto? — gruñó Yunho mientras miraba alrededor de la habitación. Se preguntó si miraba duramente sería capaz de ver la culpabilidad de los demás.

— Eso no importa ahora — continuó Changmin en voz baja — Necesita el antídoto. Se está desvaneciendo rápido, y Heechul aún más rápido. Necesita Wolfsbane. Contrarrestará el veneno.

Seulong dio un paso adelante.

— Sé cómo se ve el Wolfsbane. Puedo ir por algunos, crece en la ladera de la montaña.

Jae miró a Junsu y a Yoochun, vio el horror y el miedo en sus ojos. Estaba tan harto que la gente siguiera hiriendo a quienes él amaba. Yunho se acercó a la cama mientras Changmin bajaba para permitirle acercarse aún más. Mientras estaba distraído, Jae se deslizó hacia Seulong.

— Vamos, iré contigo — susurró en su oído. Seulong lo miró y una pequeña sonrisa apareció.

— Está bien. — Él asintió y ambos retrocedieron lenta y silenciosamente hacia la puerta. Nadie los miró. Todos los ojos estaban clavados en el Alfa caído y su compañero.

Seulong y Jae se apresuraron a través de la mansión.

— Vamos a necesitar una linterna para ti — le dijo Seulong e hizo un pequeño desvío.

 — ¿Dónde vamos a encontrar linternas?

— Hay un cobertizo justo fuera de la puerta oeste. Estoy cruzando los dedos para hallar uno allí.

— Bien pensado.

>>>♥<<<

Seulong seguía echando un vistazo a Jae por el rabillo del ojo, seguro que él sería capaz de percatarse de su culpabilidad. Lograron salir por la puerta y dirigirse directamente al cobertizo, el cual tenía una luz brillando en la parte delantera, iluminando la entrada. Ambos se apresuraron y comenzaron a hurgar en los estantes.

— La tengo. — Jae sonrió, sosteniendo una gran linterna industrial. Él la encendió y brilló alrededor del lugar.

— Perfecto — concordó Seulong — Bien, vamos antes de que Yunho se dé cuenta que te has ido.

Salieron del cobertizo y se dirigieron a la parte frontal de la finca, apresurándose para lograr salir por las puertas y adentrarse en la ladera de la montaña oscura.

Ambos chicos se estremecieron cuando el frío los golpeó, ninguno de los dos había pensado en tomar un abrigo en su apuro. Seulong sabía que KangTa se había asegurado en destruir todo el Wolfsbane cerca de la mansión, por lo que tendrían que caminar por un buen rato para encontrarlo.

 — ¡OIGAN! Esperen.

Las cabezas de Jae y Seulong dieron vuelta para encontrar a Changmin persiguiéndolos, con su propia linterna en mano. Por supuesto Changmin pensaría en conseguir una linterna, él siempre estaba preparado.

 — ¿Changmin, qué haces? — preguntó Jae de prisa.

— Te vi moverte sigilosamente. Puedo ayudar. Sé qué hacer una vez que encontremos la hierba. Tiene que ser preparado de cierta manera especial.

Seulong entrecerró los ojos hacia él.

 — ¿Qué quieres decir?

— Las pequeñas hojas tienen que ser separadas y empapadas en agua salada caliente para sacar las propiedades curativas. Si sólo aplastas la planta y las mezclas en el agua no valdrá nada.

— Está bien, pero ten cuidado — refunfuñó Jae.

— Oh, eres el que habla de tener cuidado — chasqueó Changmin desde atrás.

Seulong comenzó a andar más rápidamente y Jae y Changmin tuvieron que alargar su zancada para mantenerse a su lado.

— Probablemente vamos a tener que andar lejos. Pienso que si nos separamos entonces vamos probablemente a encontrarlo más rápido.

— Divide y vencerás, suena como a un plan.

— Changmin, ve al extremo izquierdo — le dijo Seulong y señaló en la dirección que quiso decir — Jae, ve al extremo derecho, yo iré directo. Busquen una planta con hojas verdes oscuras y una flor morada.

— Oscuro y morado. Bien, hagámoslo.

Jae se dirigió en la dirección que Seulong había instruido.

Él iluminó su linterna en el suelo, lado a lado, barriendo a través de los arbustos. Todo el rato murmurando: “morado, morado, oscuro, oscuro,” bajo su aliento.

Jae había caminado durante media hora cuando sintió un escalofrío recorrer su columna. Se detuvo a media zancada y lentamente se dio vuelta en círculo. Mirando hacia los árboles, apuntó la luz hacia el follaje. Alguien lo estaba siguiendo. No, alguien lo estaba acosando.

 — ¿Quién está ahí? — Jae continuó enfocando la luz y entrecerró sus ojos, tratando de penetrar la oscuridad. De repente una forma oscura arremetió contra él. Se le cayó la linterna al levantar sus manos y proteger su cara. Fue golpeado bruscamente, sacando el aire de sus pulmones. Su cabeza salió despedida hacia atrás y escuchó un crujido cuando su cráneo golpeó algo duro. Lo último que vio antes de que la oscuridad la consumiera fue unos dientes afilados y ojos brillantes.

>>>♥<<<

El lobo que era Seulong agarró la pierna del pantalón de Jae y comenzó a tirarlo hacia lo más profundo en las montañas.

Lo arrastró constantemente por varios kilómetros hacia la profunda caverna que había encontrado. El lobo puso a Jae boca arriba justo en el borde de la misma. Luego Seulong gradualmente volvió a su forma humana; tembló ante la pérdida de su pelaje, pero rápidamente se sacudió y agarró los cubos de orina de lobo que KangTa había insistido que tomara, los cuales había escondido el día anterior.

Él volvió al lado de Jae mientras éste comenzaba a gemir y a volver en sí.

— Diablos — gimió Jae.

— Lo siento, Jae. Lo siento, pero tengo que hacer esto. — Seulong empujó las piernas de Jae sobre el borde de la caverna.

Jae jadeó y sus brazos se estiraron temblando en busca de algo, cualquier cosa. Seulong le dio otro empujón y Jae se deslizó sobre el borde. Su estómago se raspó contra la piedra mientras que su camiseta se subía; sus uñas se rasgaron mientras trataba de agarrar algo para no caerse.

Jae se deslizó más y más, sus pies empujándose hacia cualquier roca que pudiera darle un punto de apoyo. Finalmente sintió una raíz que sobresalía y la agarró, aferrándose desesperadamente de esa cuerda vital. Él miró hacia arriba y apenas pudo ver a Seulong en la oscuridad, inclinándose sobre el borde, con un cubo de algo en la mano.

 — ¿Por qué haces esto? — preguntó Jae, su voz apretada del miedo y la tensión de sostenerse.

— No entenderías. — Seulong tenía lágrimas por sus mejillas — Tienes a tu compañero. ¿Cómo podrías entender?

— Pruébame — gruñó Jae. Seulong limpió sus lágrimas

— Estuve enamorado. Él era humano. ― La boca de Jae cayó abierta.

 — ¿Y tu compañero?

 — ¿Qué pasa con él? — Escupió Seulong — No lo veo por aquí. ¿Y tú, Jae? Quién sabe cuánto tiempo tarde hasta encontrarlo. Podría tardar siglos, sin embargo, Siwon espera que viva solo, vacío.

— Él sabe que sólo tu compañero hará que el vacío desaparezca, Seulong — dijo suavemente Jae, tratando de razonar con el lobo enfurecido.

— Era feliz con JoKwon. Me hacía reír. — Los ojos de Seulong se nublaron mientras que los recuerdos llenaban su mente. Luego su rostro se oscureció — Siwon lo descubrió e hizo enviar a JoKwon  a los Estados Unidos. Me prohibieron verlo, o a cualquier otro ser humano. Ya no estar más bajo el mando de Siwon es la única manera en que puedo estar con JoKwon.

 — ¿Lo envenenaste? — Los ojos de Jae se ampliaron mientras su respiración se aceleraba.

— No. KangTa lo hizo. KangTa accedió a dejarme unir a su manada, y si no encuentro a mi compañero entre ellos, accedió a dejarme ir a Estados Unidos para encontrarme con JoKwon. Me dijo que tenía que deshacerme de ti. Piensa que al deshacerse de ti se estará encargando también del Beta. Yunho se matará por pelear contra la manada de KangTa o morirá buscando tu cuerpo. También tiene planes para Yoochun… se implementarán con el tiempo también.

Jae no podía creer lo que estaba oyendo. Sus brazos estaban cansándose y empezaban a temblar. Tenía que intentar que Seulong cambiara de alguna manera su opinión.

— Seulong, no tienes que hacer esto. Podrías dejarme ir y sólo marcharte. No se lo diré a nadie.

Seulong se rió.

— KangTa me mataría si no termino la tarea que me ha dado. Lo siento, Jae. De verdad me agradas, pero amo a JoKwon, y no voy a desperdiciar mi vida esperando por un compañero que nunca podría encontrar.

Empezó a inclinar el cubo de líquido y Jae sintió nauseas mientras el hedor golpeaba su nariz un segundo antes de que el frío fluido lo empapara. Jae escupió y tosió, tratando de que no entrara en su boca.

— Lamento la orina, pero KangTa insistió — le dijo Seulong mientras él recogía otro cubo y lo vertía — Dijo que cubriría tu aroma y que les llevaría más tiempo encontrarte.

Las manos de Jae comenzaron a deslizarse mientras que la raíz en la cual se sostenía empezaba a deslizarse por la orina. Él trató de ahogar el grito que salió cuando se resbaló, ganando sólo su alcance en el último segundo.

— Harías cualquier cosa para estar con Yunho, Jae. Eso es lo que tengo que hacer para estar con JoKwon.

— Yunho es mi compañero, Seulong. No es lo mismo. No estarás satisfecho con el humano. — Jae intentó otra vez, pero sabía que era inútil mientras Seulong se paraba.

— Me tengo que ir, no quiero que ellos vengan a buscarme. Ruego para que tu muerte sea rápida y así no sufras. — Y luego él se había ido.

Jae miró arriba hacia la oscuridad, comprendió justo antes de que sus manos se deslizaran que él iba a morir. Una lágrima se deslizó por su mejilla mientras que su agarre aflojaba en contra de su voluntad.

Gritó roncamente mientras caía. No fue tan profundo como pensó, la caída no duró mucho, pero no suavizó el aterrizaje. Él golpeó el duro suelo y una vez más, la oscuridad asumió el control.

>>>♥<<<

Changmin finalmente encontró la hierba de flor púrpura. Corrió, su linterna rebotando sobre el suelo. Él cayó al suelo junto a la planta y comenzó a cavar para sacar la planta por la raíz. No sabía cómo lo sabía, pero sabía que tenía que tener la raíz unida para que el antídoto fuera potente.

Cavó y cavó, sus uñas cubriéndose de suciedad, y finalmente sacó varias plantas. Las metió en su camisa y comenzó a correr de nuevo. Cada vez más rápido se empujó a sí mismo, la urgencia por regresar llevándolo como una manada de lobos furiosos. 

Changmin no le dio importancia a Seulong o Jae, pensó que eran chicos grandes y podían arreglárselas por sí mismos. Finalmente vio la masiva puerta de entrada de la finca. Mientras entraba deprisa por la puerta, y se precipitaba por las escaleras hacia la puerta principal, casi corrió contra Luhan.

— Umph — gruñó Changmin cuando se obligó a detenerse. Miró hacia el doctor — ¿Sigue vivo?

— Sí, pero por muy poco — le dijo Luhan tristemente — Quiero que hagamos esto en mi oficina. No quiero decirle a nadie lo que estamos haciendo, y cuando le demos el antídoto no le diremos a nadie que lo tenemos.

 — ¿Sabes quién lo envenenó? — preguntó Changmin mientras sus ojos se abrían más.

— No, pero tuvo que ser alguien en esa pequeña cena. Voy a tratar de hacer que Yoochun y Yunho indaguen en la habitación, pero los dos están muy volátiles en este momento. — Luhan ladeó su cabeza a un lado — Especialmente Yunho desde que se dio cuenta que su compañero ha desaparecido.

Changmin miró tímidamente al suelo.

— Él está fuera con Seulong buscando Wolfsbane.

Luhan asintió una vez e hizo eco de los pensamientos de Changmin.

— Bueno, son chicos grandes. Pueden arreglárselas solas. Ahora, tú y yo vamos a hacer el antídoto.

Luhan tiró de Changmin a la mansión y se apresuraron a su oficina.

Changmin sacó las plantas y le dijo a Luhan que le consiguiera un recipiente con agua caliente y algunos viales pequeños.

Luhan colocó los artículos en la mesa de laboratorio frente a Changmin.

— Esto es tan extraño — murmuró Changmin.

 — ¿Qué?

— Yo sabiendo qué es lo que tengo que hacer. Es como si alguien hubiera encendido un interruptor.

Changmin trabajó rápido, removiendo las hojas y sumergiéndolas en agua caliente. Llenó el recipiente hasta que todo lo que se podía ver eran hojas oscuras flotando en él. Tan pronto como el agua estuvo a temperatura ambiente, sabía que estaba listo. Tomó dos viales y los llenó.

Algo hizo clic cuando sostuvo los frascos en sus manos. Changmin cerró sus ojos y sintió la magia, esa era la única palabra que se le ocurría, fluyendo a través de él mientras invocaba las propiedades curativas de la planta. Su boca empezó a moverse mientras susurraba las palabras que aparecieron en su mente.

— Eres llamado la perdición del lobo cuando en realidad sanas. Te invoco hoy para buscar el veneno destinado a robar. Penetrar en el lobo y verter vida de nuevo en él. Dale fuerza a mi Alfa, no lo dejes caer.

Changmin abrió sus ojos y una solo lágrima se deslizó en uno de los frascos. De repente el líquido empezó a brillar de un color blanco puro.

— Está hecho — le dijo Changmin a Luhan resueltamente.

Luhan asintió. Sacó su celular y envió un mensaje a Yunho.

Luhan txt: En camino

— Vamos.

>>>♥<<<

Yunho se paseaba, su lobo estaba preocupado y herido. Su Alfa estaba cerca de la muerte. El compañero de su Alfa estaba al borde la muerte. Y el compañero de Yunho se había marchado sin siquiera un “nos vemos, bola de pelos”. Luhan acababa de mandarle un mensaje avisando que él y Changmin estaban de camino con el antídoto. Ahora sólo tenían que orar para que funcionara, que Changmin realmente fuera un sanador, aunque parecía que sí lo era. Pidió a todos que salieran excepto los miembros de la manada, y los demás salieron a la habitación donde sólo unas horas antes los Alfas se habían reído y burlado de sus manadas.

Yunho siguió mirando hacia abajo a los lobos a través de la puerta abierta, su lobo buscando al que se atrevió a herir a Siwon, pero su mente era un desastre, nublado con demasiados sentimientos. Estaría más tranquilo una vez que Jaejoong regresara. Una vez que él estuviera a su lado, olfatearía al traidor.

>>>♥<<<

Yoochun tiró de Junsu a su regazo y envolvió sus brazos alrededor de él, tratando de controlar su temblor. Él estaba en shock, así como lo estaba él.

«¿Quién haría esto, Yoochun?»

«No lo sé, amor. Mi padre es muy poderoso, y con el poder vienen enemigos. Simplemente no pensé que fuera nadie de entre nosotros.»

Junsu dejó a Yoochun y caminó hacia la cama, subiendo junto a Heechul. Tomó su mano y la sostuvo contra su corazón. Lágrimas bajaron por sus mejillas mientras él miraba al hombre de la que había llegado a pensar como una madre luchando por cada respiración.

«Él es la persona más dulce que he conocido, Yoochun. Tan desinteresado y amoroso.» Junsu no pudo evitar el sollozo que forzó su camino desde su pecho. Se inclinó sobre Heechul y rezó para que fuera perdonado, para que los dos fueran perdonados.

Yoochun deslizó sus brazos alrededor de él. Una solo lágrima escapó de su mejilla, por sus padres y por su compañero. Tantas muertes en los meses pasados, tantas vidas desperdiciadas. Y ahora más serían tomadas. Ya sea la de sus padres o la del culpable del intento de asesinato.

Changmin y Luhan entraron a la habitación y Yunho cerró la puerta tras de ellos, dejando fuera a los otros. Changmin caminó tranquilamente hacia la cama y subió al lado de su Alfa, porque como el sanador de su manada, él realmente era su Alfa. Las lágrimas amenazaban con extenderse al pensar en cómo había sentido el veneno en su sistema al presionar la mano hacia él antes. Era lento, filtrándose en sus células, matando, destruyendo.

Sacó los frascos de su bolsillo y se olvidó de la habitación a su alrededor mientras desenroscaba las tapas. Colocando una mano detrás de la cabeza de Siwon, se inclinó al frente y presionó el frasco en sus labios. Así como antes, las palabras que necesitaba decir fluyeron a través de su mente y de su boca. Susurró cerca de su oído mientras sostenía el frasco en su boca, esperando para derramarlo hasta que sus labios se separaran.

— Mi Alfa, escucha mi voz. Soy Changmin, sanador gitano de la manada Coreana. Llamo a tu lobo. Preséntate y cuida del hombre que alberga tu espíritu y protege tu manada. Acércate, lobo Alfa, y confía en que lo que te estoy dando es para sanar y no para herir.

Changmin vio como los labios de Siwon se separaron, y él fue capaz de inclinar el antídoto en su boca. Rápidamente vertió el segundo frasco y lo miró tragar, cerrar su boca, y volverse inmóvil de nuevo.

Una vez más, se inclinó al frente y puso su frente contra la de él. Cerró sus ojos y ralentizó su respiración. Sintió al lobo revolviéndose debajo del hombre, herido, asustado y enojado. Temía por su compañero, siendo incapaz de sentirlo.

Changmin susurró en su mente.

«Él está aquí a tu lado, Alfa. Ningún daño vendrá hacia él si luchas. Lucha contra el veneno, deja que el líquido sanador se mueva a través de tu cuerpo. Si tú eres curado, él lo será.»

El lobo se asentó ligeramente. Changmin podía sentir el Wolfsbane moverse, buscando el veneno, como si se tratara de un ser vivo.

«Descansa ahora, Alfa. Estás protegido, eres amado.» Changmin se apartó y bajó de la cama. Sintió a su cuerpo hundirse, sin darse cuenta cuán extenuante había sido la curación. Miró a Yunho.

— Está funcionando. No sé cuánto va a tardar hasta que él despierte. Necesitan ser protegidos y vigilados.

— No habrán menos de cuatro lobos con ellos en todo momento. Vamos a rotarnos en turnos para que así todos tengan tiempo de descansar. — Yunho se giró hacia Yoochun — ¿Asumo que te quieres quedar?

Yoochun asintió mientras sostenía a su compañero. Yunho se giró hacia los otros miembros de la manada.

— Shindong, Donghae, Leeteuk, ustedes tomarán el primer turno con Yoochun. Tengo que averiguar en dónde diablos está mi compañero. — Se giró hacia Changmin — Ven — demandó bruscamente.

Changmin se enderezó, reuniendo fuerza siguió al Beta fuera.

 — ¿Dónde está? — preguntó Yunho una vez que estuvieron en el pasillo, lejos de los oídos indiscretos.

— Fue conmigo y Seulong a los bosques para encontrar el Wolfsbane. Nos separamos y yo logré volver primero. Me imaginé que estarían justo detrás de mí — explicó Changmin rápidamente.

Miró al Beta luchando para controlar a su lobo.

— Voy a revisar su habitación. ¿Podrías conseguir a Luhan y a Key y buscar por él también?

Sin esperar por su respuesta, Yunho se giró y caminó rápidamente hacia la habitación de Jaejoong.

Yunho sabía antes de abrir la puerta que Jaejoong no estaba en su habitación. Entró de todas formas, necesitando su esencia a su alrededor.

Caminó hacia la cama y se sentó en el borde.

Sólo unas horas antes se había acostado con él en esta cama, sosteniéndolo, besándolo, mostrándole lo mucho que lo amaba y lo quería.

¿Cómo es que el día se había jodido tan rápidamente? Sintió su pecho apretarse mientras la oscuridad se filtraba.

Su Alfa estaba enfermo y la manada estaba débil por ello, su compañero estaba pérdido, y su lobo estaba al borde de la furia.

Las manos de Yunho temblaban mientras tomaba la almohada de Jaejoong y la empujaba a su cara. Tomó una respiración profunda y captó una pequeña cantidad de comodidad de la vainilla y canela que se filtró dentro de su propio ser.

Su mente vagó a hace mucho tiempo atrás cuando su corazón había estado en manos de unA mujer, joven, llena de vida y de coraje al igual que su compañero. Jihye había sido una alegría para todos alrededor de él y él la había perdido. Pensó que su corazón nunca se iba a curar de la pérdida de su hermana. Pero luego había conocido a Jaejoong, su compañero. Él llenó el agujero en él y vertió vida donde la muerte había lentamente empezado a tomar lugar. Ahora no sabía dónde estaba, no sabía si él estaba bien.

El corazón de Yunho se rompió y su lobo empujó hacia adelante a medida que un aullido lastimero se vertía desde el fondo de su alma. Mientras tomaba respiraciones profundas, tratando de calmar a su lobo y rehacerse, pudo sentir a su lobo estirándose, buscando el vínculo entre ellos que todavía tenía que consolidarse verdaderamente. Sus hombros cayeron.

«¿Tienes alguna idea de cuánto tiempo he esperado por ti?». Su mente buscando por su propia voluntad. «Apenas acabo de encontrarte y ahora te estoy perdiendo».

Luego en el silencio, Yunho lo escuchó.

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