Con una sonrisa poco
frecuente en los labios y una caja bajo el brazo. Yunho entro en el ascensor
del apartamento de Jaejoong. Aunque él detestaba las sorpresas, a Jae le
encantaban; y por ello estaba deseando ver la cara que pondría Jaejoong cuando
se diera cuenta de que estaba de vuelta treinta y seis horas antes de lo
previsto. Había trabajado largas horas para conseguirlo.
Resultaba irónico que
supiera exactamente lo que le gustaba a Jaejoong. Mucho después de separarse de
él, a menudo se había sorprendido a sí mismo viendo algo y pensando que a Jaejoong
le habría gustado, ya fuera un paisaje, una canción, una prenda de ropa o un
chiste. Tal vez fuera por su habilidad para escuchar mejor que la mayoría de
los hombres, o porque tenía muy buena memoria. O a lo mejor porque era muy
observador. Pero cuando había estado con Jaejoong en Japón le había encantado
hacerle regalos, y observar la expresión de deleite en sus grandes ojos verdes.
No había comprado ni
tarjetas bonitas, ni flores, ni ninguna cosa que pudiera hacer que él lo
acusara de engaño. De modo que había optado por un conjunto de lencería de
encaje fino y un colgante de platino y diamantes con la inicial J, que había
comprado en la joyería más саrа y famosa del
mundo.
Abrió la puerta del
apartamento con su llave, y enseguida se sorprendió al oír el ritmo de una
música animada, lo suficientemente alta cómo para sacudir los cimientos. No se
había dado cuenta antes de que Jaejoong fuera un fan de la música rock, pero se
alegraba al menos de saber que estaba en casa. Fue directamente al salón. No
estaba allí, pero una botella de champán vacía era señal de que tenía invitados.
¿Pero dónde?
En el pasillo que
conducía al resto del apartamento, vio una prenda de ropa en el suelo de piedra
caliza. Frunció el ceño extrañado. Era una camisa morada de hombre, y no era
una de las suyas. En el mismo instante que hizo esa deducción fue cómo si el
mundo entero se volviera del revés. Empezó a sudar y se puso rígido. El
incesante ritmo de la música parecía crecer cómo las aguas revueltas de sus
emociones. Detrás de una puerta, oyó unos llantos que eran más fuertes que la
música. Eran Yoochun y Changmin, llorando a lágrima viva…
Aunque el instinto lo
empujaba a ver cómo estaban, su mirada brillante y salvaje estaba fija en la puerta que tenía
en frente y que se abría directamente al dormitorio de Jaejoong. Llegó a la
puerta y vio a la pareja desnuda en la cama.
Reconoció primero a Lim Taecyeon, y estaba a punto de arrancarlo de la
cama cuando se dio cuenta de que la persona que estaba en la cama de Jaejoong
no era Jaejoong, sino Maribel, la niñera. El asco y el alivio se combinaron en
su interior con tanta fuerza, que a Yunho empezó a darle vueltas la cabeza.
Cuando apagó el equipo de música, vio un polvo blanco en el tocador y un
billete enrollado. Se puso pálido de repugnancia.
— ¡La fiesta ha terminado! ¡Salid de aquí antes de que llame a
mis hombres de seguridad para que os echen!
Taecyeon intentó
disculparse en coreano; pero Yunho le cortó y le dijo que, si no se largaban
enseguida, avisaría a la policía.
Entró en el cuarto de
los niños y al verlos con las caras sofocadas se dio cuenta de que llevaban más
de un par de minutos llorando. Desprovistos de su confianza habitual, los niños
estaban llorosos y penosamente agradecidos por verlo.
Lo cierto era que se
sentía muy raro, como si estuviera enfermo, se dijo al darse cuenta de que le
temblaban las manos. Por alguna inexplicable razón no dejaba de revivir el
repugnante instante en el que había pensado que Jaejoong estaba acostándose con
otro, engañándolo, traicionándolo…
Uno de los mellizos
sollozó, sacándole de su ensimismamiento. Jaejoong no se había metido en la
cama con nadie, se recordó con fiera exasperación. Más tarde, estaría con él en
la cama, en su cama de Dove Hall. No pensaba negociar más con él. Había sido muy paciente, pero a partir de
entonces se ocuparía él de la situación cómo debiera haber hecho desde el principio.
Después de lavarse las
manos y refrescarse, miró a sus hijos. Se habían quedado sin niñera. ¿Y dónde
estaba Jaejoong? Podría llamarlo. O podría cuidarlos él. Con el disgusto que se
habían llevado los niños, pensó que se ocuparía él de ellos para no
trastornarlos más.
Dos horas después,
llamó a Rain para que fuera a echarle una mano y bajara a los niños a la
limusina.
—No me preguntes nada —le dijo Yunho al hombre cuando le pasó a Yoochun, que sólo llevaba puesto un pañal e
iba envuelto en una manta manchada de chocolate.
Su hermano estaba en un
estado similar.
Cuando los niños
estuvieron seguros en sus asientos del coche, Yunho respiró hondo y se relajó
por primera vez en dos horas. Al momento se quedó dormido. La limusina había
recorrido bastante camino en dirección a Dove Hall antes de que Yunho descolgara el teléfono
para llamar a la eomma de los mellizos.
>>>♥<<<
—Eres un buen chico — Jung Seonmi le apretó la mano a Jaejoong con afecto— Espero que consigas ese
empleo.
— ¿Aunque Yunho se ponga hecho una furia? ― Esa mañana, Jaejoong
había tenido una entrevista para un puesto de recepcionista en una inmobiliaria
de categoría. Después, se había reunido con Seonmi para acompañarla al
dentista, ya que a la mujer le daba mucho miedo ir sola. Después del dentista,
habían almorzado juntos y se habían ido de compras.
— Un poco de algo que no le guste le viene bien — le dijo su abuela
alegremente — ¡Mira que decirte que se quiere casar contigo porque es su
deber! Toda esa educación, y te dice eso. Es lógico que dijeras que no. Es un Jung,
un banquero. Te presentará una oferta mejor.
—Ya veremos…
Mientras le daba un
beso a la mujer en la mejilla, Jaejoong le prometió que pronto iría a almorzar
a su casa con los niños y se marchó.
Cuando Yunho lo llamó,
estaba entrando en su apartamento.
— ¿Qué quieres decir con que los niños no están aquí?
Con unas cuantas
frases, Yunho hizo un resumen de la escena que había interrumpido horas antes.
A Jaejoong se le encogió el corazón; llevaba todo el día fuera de casa y se
sentía culpable.
—Maribel me parecía tan agradable… —murmuró con
turbación.
—Tristemente, eso no significa que fuera responsable. En
retrospectiva, tal vez fuera un poco demasiado joven.
Después de asegurarle
que Changmin y Yoochun estaban bien, Yunho sugirió que hiciera una bolsa con lo
necesario para que los niños y él pasaran el fin de semana en Dove Hall.
— ¿Me culpas por esto? —susurró él.
—No. Pero no dejaré que vuelta a ocurrir, Yobo.
Mientras hacía la
maleta, Jaejoong se preguntó qué habría querido decir con ese último
comentario. ¿Acaso no había sido él el que había contratado a Maribel para el
puesto?
Cuando salía del
apartamento, vio la bolsa con sus regalos y los abrió. Se puso el colgante con los ojos llenos de lágrimas.
Estudio la lencería con las mejillas sonrojadas y la guardó en la bolsa de fin
de semana, además de los juguetes que él había comprado para los niños.
Cuando llegó a Dove
Hall, lo primero que hizo fue ir a ver a sus hijos, que dormían ya en sus
cunas. Tal vez sus preocupaciones fueran exageradas, pero era consciente de que
podría haberle ocurrido algo más grave a los niños.
Yunho estaba en la
biblioteca, hablando por teléfono, y cuando él entró, le hizo una señal para que esperara un poco.
—Yoochun y Changmin parecen estar bastante tranquilos a pesar de
toda la emoción —le confió él.
—No habrías dicho eso de haberlos visto cuando llegamos aquí — reconoció Yunho con
pesar — Me quedé con
ellos un par de horas en el apartamento y no dejaron de llorar.
— ¿Por qué no me llamaste? Habría venido directamente a casa.
—Pensaba que vendrías antes y… Bueno, soy su padre —Yunho se encogió de
hombros— Creí que
podría cuidarlos sólo durante una hora o dos. El orgullo me puede. Pero
reconozco que no soy capaz.
—Bueno… al menos lo intentaste — respondió Jaejoong, llevándose la
mano al cuello — Ah, me encanta el colgante… Es precioso, Yunho. Ojalá hubiera
estado en casa cuando llegaste.
Yunho lo estudió,
deleitándose con su apariencia y con su vestimenta. Era una pena que tuviera
que decirle algo que estropearía el momento.
—En este momento tenemos algo mucho más imperativo que
considerar
— dijo Yunho
muy serio — He tratado de
llevar esta relación bajo tus condiciones, y no está funcionando.
— ¡Me culpas a mí! ¿No crees que ya me siento bastante mal? Me
advertiste sobre Taecyeon y no te hice caso… Y él ya me había dicho que estaba
detrás de Maribel…
— ¿Lo sabías entonces? Pensaba que estaba interesado en ti. Ya no
podía disimular.
—No —dijo Jaejoong con pesar.
Yunho aspiró hondo y lo
miró con gravedad.
—Quiero serte franco. Quiero que mis hijos vivan aquí conmigo
donde hay un servicio adecuado que impedirá que ocurra lo que ha ocurrido hoy.
—Pero eso no es posible — protestó Jaejoong con pesar.
—Lo es si te casas conmigo. O te casas conmigo o peleo por la
custodia.
Jaejoong se quedó tan
sorprendido, que de momento no podía creer que él lo dijera en serio. La última
vez que había estado con Yunho él lo había tratado cómo a un amante; pero de
pronto esa intimidad, esa calidez y esa confianza habían desaparecido, cómo si
jamás hubieran estado ahí.
—No puedo creer que me estés amenazando.
—Yoochun y Changmin merecen más de lo que les estamos dando. Si
yo puedo renunciar a mi libertad, tú también.
Jae apretó los puños.
— ¿Pero y si yo no quiero que te sacrifiques? ― Él lo miró con frialdad.
—No permito negociar con esto. Ya he empezado a hacer los preparativos
para la boda.
Jae lo miró con rabia,
sin dar crédito a lo que estaba pasando.
—Bueno, pues ya puedes empezar a deshacerlos.
— ¿Por qué iba a hacer eso? ¡A qué viene tanto drama! De todos
modos, te estás acostando conmigo, cariño.
Jaejoong se puso
colorado.
—No te atrevas a echármelo en cara.
Yunho se quedaba
paralizado cuando había alguna situación de conflicto.
Pero de pronto le salió
la rabia sin saber de dónde salía.
— ¿Echarte en cara el qué? ¿La verdad? De haber estado en casa
cuando llegué hoy, te habrías metido en la cama conmigo.
El color de sus
mejillas se convirtió en palidez. Se sentía humillado. Era cierto. Nunca se le
había dado muy bien decirle que no en el plano sexual, y para sus adentros
reconoció que se habría vuelto a acostar con él.
— ¿Sabes dónde he estado esta mañana? En una entrevista de
trabajo.
— ¿Es que tienes que pasarte cada momento del día pensando en el
modo de irritarme? — Le preguntó Yunho en tono bajo y lleno de rencor, tratando de
ahogar todavía esa oleada de rabia que lo descontrolaba — ¿Un trabajo? ¿Por qué le
empeñas en rechazar todo lo que quiero hacer por ti?
—Sólo quiero ser independiente…
—Olvídalo. Nunca pensé que fuera a decirlo, pero necesitamos
volver a los valores de antes. No quiero un compañero, ni un amante ocasional.
Quiero un esposo. Hay varias y buenas razones por las que debamos casarnos, por
ejemplo que tenemos dos hijos y que nos llevamos de maravilla en la cama — dijo Yunho con
ironía — Pero la
próxima vez que me acueste contigo, seré tú marido.
Jaejoong alzó la
barbilla.
— ¿De verdad te enfrentarías a mí por los mellizos ante el juez?
—Si es eso lo que hace falta para que actúes con sensatez, sí —declaró Yunho sin
remordimiento— Creo que estás comportándote de un modo irresponsable.
—No es cierto.
—Tal vez no seas lo bastante maduro cómo para ver lo que yo veo.
Yoochun y Changmin necesitan una eomma y un padre. Sé el valor de eso.
A Jaejoong se le
aceleró el pulso. Estaba furioso con él; sus amenazas superaban su sentido de
la justicia. ¿De verdad intentaría separarlo de los mellizos? ¿O sólo lo decía para convencerlo? ¿De verdad se daba
cuenta, o acaso le importaba, lo que le estaba haciendo a él de paso? Quería
tener igualdad de derechos con sus hijos y más poder de decisión sobre lo que
pasaba en sus vidas. Si no estaba ya preparado para comprometerse, sólo el
matrimonio le daría esos requerimientos.
Aunque su negativa a
seguir con el papel de padre a distancia no sorprendía del todo a Jaejoong. En
los últimos meses, Yunho había pasado de padre reacio a papá comprometido.
Había hecho muchos esfuerzos para pasar más tiempo con Yoochun y Changmin, y a medida que los
iba conociendo había aprendido a quererlos. En realidad, Yunho había conseguido
establecer unos vínculos con sus hijos que no dependían en absoluto de él.
De pronto lo invadió el
pánico. Ya no se veía con los niños cómo un trío indivisible. De repente se
sentía muy asustado e inseguro Su posición en la vida de Yunho estaba rodeada
de mucha más incertidumbre. Sus hijos siempre serían sus hijos, pero él no
tenía ninguna seguridad. No le consolaba saber que la última vez había
terminado acostándose con él porque no había podido contemplar la posibilidad
de que él pudiera liarse con otra persona. En realidad, lo había manipulado
para que hiciera exactamente lo que quería él con frialdad y eficacia. Lo que
mejor se le daba en el mundo era conseguir sus objetivos. Por eso
le daba miedo que de pronto hubiera decidido llevarse a los niños. Y sabía que,
toda vez que se iba pasando la novedad,
no podría retenerlo por el sexo.
Yunho notó la tensión
que emanaba la tensa figura de Jaejoong. No pensaba decir nada para aliviar la
presión. Habiendo tomado una decisión, estaba convencido que tenía que seguir adelante.
—Me sorprende que utilices las amenazas para que haga lo que tú
quieres. ― Yunho lo miró
tranquilamente.
—Sin comentarios.
—Esto no lo olvidaré — aspiró hondo y se dio la vuelta — Mañana te daré una respuesta.
Cuando la puerta se
cerró, Yunho tuvo ganas de romper algo. ¡Era tan obstinado! Jamás había
conocido a alguien tan cabezota cómo él. ¿Qué tenía de malo que se decidiera en
un momento? ¿Acaso quería él hacerle esperar adrede?
¿Y eso de trabajar? Se
lo imaginó en una oficina. Alguien tan lleno de vida y de energía cómo Jaejoong
sería enseguida muy popular. Tenía una mente rápida y una lengua aún más
rápida. Era trabajador y aprendía con rapidez. Y también era muy sexy…
Apretó los labios con
rabia. Más de uno lo encontraría atractivo, y pensarían que él querría algo cuando se enteraran que
era ya eomma de dos niños. De hecho, algunos hombres tal vez se fijaran en él
por eso. Imaginó a los lobos que lo rodearían cuando él estuviera fuera del
país en viaje de negocios. Apretó los dientes. No quería dar pie a que pasara
nada de eso.
Jaejoong cenó en su
precioso dormitorio. No tenía hambre, de modo que tomó algo ligero. Estaba muy
enfadado por lo que habían hecho Lim Taecyeon y su niñera a sus espaldas, y
agradecía la inesperada aparición de Yunho. De no haber sido así, ¿quién sabía
cuánto tiempo habría durado esa horrible situación?
Cuando se metió en la
cama, permaneció despierto mucho rato, ahogado por la incertidumbre y la
preocupación. Pero no tenía dudas sobre la respuesta que tenía que darle. Por
dos razones muy buenas se casaría con Yunho. La primera, porque no podía
arriesgarse a perder a sus hijos; si se enemistaba con Yunho, todo podría
terminar de un modo desastroso. El hecho de que amaba a Yunho ocupaba un
segundo lugar, precisamente porque en ese momento se avergonzaba de amarlo.
Pero pronto se daría cuenta de que él no tenía intención de doblegarse a su
coacción comportándose cómo debía un esposo. Ni hablar, se decía Jaejoong con
amargura.
Cuando Jaejoong se
levantó al día siguiente y vio que Yunho ya se había marchado al banco en
Londres, como si fuera un día normal, sintió mucha rabia. Así que después de
atender a sus hijos marcó su número privado.
Yunho despidió a los
empleados y trató de no pensar en la caída de la bolsa que le había obligado a levantarse al
salir el sol.
—Buenos días, Yobo — lo saludó en tono pausado — Estaba haciendo planes para
mi despedida de soltero.
Hasta ese momento, Jaejoong
había permanecido tranquilo; pero al oírle hablar así, con esa seguridad, le
entraron ganas de cortar la conversación.
— ¡No tiene gracia, Yunho!
—Era una broma.
—Pues no bromees con lo de anoche — le dijo Jaejoong — No me has dejado otra
opción, y ésa es la única razón por la que acepto casarme contigo.
—Es una noticia estupenda —dijo Yunho en el tono más confiado posible— Pediremos una autorización
especial y nos casaremos dentro de dos semanas. El organizador de la boda
trabajará con mis empleados, para que tú puedas dedicarte a elegir tu traje.
— ¿Y también me vas a dar alguna idea para eso? —dijo Jaejoong con
ironía, ya que parecía que todo lo demás estaba ya decidido.
—Me encantaría verte de blanco, mi joven señor. Será una boda
muy tradicional —Yunho vio que dos de sus empleados a la puerta le hacían
señales — Mira, lo
siento, el helicóptero está aquí para llevarme al aeropuerto. A lo mejor no
vuelvo hasta unos días antes de la boda, pero prometo llamarte cada día.
¿El aeropuerto? ¿Adónde
iría?, quiso preguntarle, pero él ya había colgado. Momentos después, encendió
el canal de economía y escuchó la noticia de la crisis en los mercados de
valores.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
que bueno que sacaron a esos empleados irresponsables de el cuidado de los niños si no hubiese llegado Yunho quien sabe que seria de los niños y esos drogados y haciendo de las suyas a espaldas de Jae y Yunho
ResponderEliminarno entiendo a este Yunho por que si esta viendo que Jae es el hombre ideal y único por que no puede ser mas dulce y romántico con el que eso es lo que Jae esta queriendo que le demuestre que lo ama y que se quiere casar por amor y no por un compromiso por tener a sus hijos me desespera que sea tan frío con Jae el se merece mas cariño de su parte
Gracias
Omg! Por un momento pensé "no puede ser Jaejoong con otro!!joderrr casi meda algo uff pero solo fue la estúpida niñera que bueno que Yunho llego y los echo e.e
ResponderEliminarYunho tiene que ser un poco más lindo con Jaejoong es tan frioo espero que pronto acepte que lo ama ♡
Gracias por el capi^^/
Yunho debe de amarlo mucho para que actúes de esa forma tan fría pero fue una suerte que aparecieras así de improviso al apartamento de Jaejoong para que esos sinvergüenzas no siguieran haciendo de las suyas todavía drogandose y teniendo sexo y los hijos llorando que bueno que los botaras del departamento y yunho no está bien lo que le haces a Jaejoong deberías de ser un poco más romántico
ResponderEliminarEnserio que comencé a leerlo con miedo cuando Yunho se dio cuanta de que esa camisa no era suya >< omg y total que era la irresponsable ñiñera y el otro casanova como es posible tenia a su cuidado a dos niños debió botarlos a patadas aish ....pero Yunho dime todo lo que haces los regalos no es por amor los celos como lo describes cada vez que lo vez yo diría que estas enamorado solos que no quieres aceptarlo o mejor aun no te has dado cuenta
ResponderEliminarQue par de irresponsables son esos 2,que bueno que Yunho los descubrió y corrio a Maribel,Yunho ya estaba echando humos al pensar que Jae es el que estaba con otro.
ResponderEliminarYunho esta haciendo todo mal,ahora Jae se va a casar con el pero solo porque lo amenazó con quitarle sus hijos
Jaejoong me desespera y no se porq......ah si, una de las razones es porq piensa mas en Yunho q en sus hijos.....me da colera eso. Mil gracias!
ResponderEliminarYunho tiene una manera nada romantica de pedirle matrimonio a Jaejoong, asi no gana nada :/
ResponderEliminarMmmm nooo pues no, Este par está "taaan amartelado" Yunho me saca canas verdes(>O<) por qué tiene que ser tan insencible con Jae. Es tan de hielo, encontró a sus hijos en tal situació y fue tan calculador que no se le dió acurrucar a los bebés. AISSSSHH QUE frustrante tener que lidiar con una boda así. ÉL no quiere reconocer que esta enamorado de Jae y lo critíca de inmaduro y necio???
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