Las enormes puertas dobles de roble del
castillo se abrieron con un quejido ante Yunho y Jaejoong. Ambos estaban algo
nerviosos por el nuevo espacio en el que tendrían que vivir, pero ya no había
marcha atrás. Todos los papeles estaban
firmados y las promesas hechas. Ahora solo quedaba seguir adelante.
Jaejoong se aferra aún más firmemente al
brazo de su vampiro cuando ve otra hilera de vampiros esperando dentro del
espacioso recibidor decorado en tonos negros y blancos. Como si no hubiera sido
suficiente con todos los vampiros que había habido en el templo, allí hay al
menos unos cincuenta vampiros ataviados en ropas negras y blancas esperándolos en
el recibidor en posición de reverencia. Los pocos que se atrevieron a mirar a
la pareja de reojo, contuvieron un jadeo de sorpresa. Jaejoong seguía siendo la
criatura más hermosa que habían visto jamás. Sin embargo habían oído y habían
visto el día que el salcor llegó, la manera en la que Yunho se comportaba con
el rubio, así que mantuvieron la mirada baja para evitar problemas.
Un miembro del consejo real, quienes
permanecen en pleno detrás de los nuevos monarcas, le susurra a Yunho que son
el personal del castillo. Yunho como de costumbre no tiene idea de que se
supone que debería decirles, así que simplemente dice lo primero que le viene a
la mente.
-Buenas
noches, mi nombre es Jung Yunho y este es mi… esposo Jaejoong. Vamos a estar
viviendo aquí a partir de ahora, así que… por favor cuiden de nosotros. – está seguro que no sonó como rey, pero
la verdad no le importa. Todos los vampiros parados frente a él, hicieron una
reverencia aún más pronunciada.
-Bienvenidos
a casa, sus majestades. – contestaron todos al unísono.
Uno de los hombres parado al frente de la
fila se adelanta y hace una reverencia de noventa grados ante Yunho y Jaejoong.
-Sus
majestades, mi nombre es Lee Jinki y soy el mayordomo del castillo. Cualquier
necesidad o deseo que tengan, por favor comuníquemelo y me encargaré que se
cumpla. – les aseguró el
vampiro.
-Gracias,
Jinki. – dice Yunho asintiendo hacia él.
-Gracias…
-
murmura Jaejoong mirando alrededor, abrumado por el tamaño del lugar. La única
casa que había conocido hasta ahora, era la de Yunho y no era ni por asomo así
de grande. Aunque no podía dejar de admitir, que era bonita…
K se adelanta y con un gesto de su mano
le ordena al personal que se retire. A medida que los hombres y mujeres van
saliendo del recibidor, K se gira para mirar a Yunho con un gesto serio.
-Su
majestad, ¿podría por favor seguirnos a su despacho? Queremos hablar con usted
de unos asuntos…
-¿Qué
asuntos? – pregunta Yunho sin moverse de su lugar. Yunho sinceramente no estaba
de humor para discutir ningún asunto. Solo quería alejar a Jaejoong de los
vampiros que no dejaban de mirarlo con lujuria y hambre.
-Bueno…
primero está el tema de nuestro dios patrón…
-¿Qué
pasa con nuestro dios patrón? – interrumpe Yunho impaciente al vampiro.
El consejo se alinea lentamente en el
lugar que antes había ocupado el personal de servicio, porque es evidente que
Yunho no se va a mover de donde está. Están un poco insultados por la forma en
la que Yunho está refiriéndose a ellos, pero siendo el rey, tienen que
soportarlo.
-Su
majestad, nuestro dios patrón siempre ha sido Ares – comenzó uno de los
hombres que Yunho creía recordar se llamaba Lee Sungmin, en un tono conciliador
–
No creemos que sea prudente que usted decida cambiarlo ahora, después de tantos
siglos de servidumbre en su nombre él podría…
-Perdón,
pero cuando me explicaron lo que tenía que hacer en la ceremonia, me dijeron
que una vez que me casara con Jaejoong y que me pusieran la corona en la
cabeza, tenía que decidir quién sería nuestro dios patrón, jamás dijeron que
tenía que decir a fuerza que fuera Ares nuestro dios patrón. – dijo Yunho con el
ceño fruncido.
El consejo en pleno se revolvió incómodo,
la mayoría poniendo cara de haber olido mierda.
-Pensamos
que usted entendería que después de años de tradición, no sería prudente
cambiar ahora al… - murmuró Bi
-¿Por
qué no es prudente? El dios patrón se ha elegido siempre de acuerdo a quien el
rey creía que era mejor o se sentía que serviría mejor a los intereses de la
gente.
-Su
majestad – comienza K – El interés de los
vampiros siempre ha sido ganar las batallas a las que estamos sometidos
constantemente por nuestros enemigos. Ares siendo el dios de la guerra es el
que le sienta mejor a nuestros intereses, señor.
Jaejoong se acurrucó más cerca de Yunho,
aferrándolo con los brazos alrededor de la cintura del vampiro. Yunho abraza a
Jaejoong con un solo brazo, atrayéndolo más cerca de su cuerpo.
-No,
como muy bien dijiste, Ares es el dios de la guerra. Se regocija en el odio, la
batalla y la muerte de ambas partes. Mientras exista la guerra el será feliz.
Atenea es la diosa de la inteligencia y la estrategia en batalla. Es bien
sabido que ella ha ganado más guerras que Ares. Y no cambiaré de opinión al
respecto.
El consejo entero se remueve y murmuran
entre ellos, evidentemente molestos con las palabras de Yunho. Sin embargo K
decide que no vale la pena seguir discutiendo esto, considerando que Yunho
había declarado quien sería dios patrón delante de todo el pueblo en el templo.
No había nada que hacer al respecto. Así que decidió saltar al siguiente tema, ahora
que tenía la atención del nuevo gobernante.
-
Como usted diga, su majestad. Confiaremos en su buen juicio como siempre lo
hemos hecho con los anteriores reyes. – Dijo K haciendo una reverencia ante
Yunho, seguido inmediatamente aunque a regañadientes por el resto del consejo – Con respecto al otro tema que queríamos
tratar con usted – comenzó extendiendo la mano hacia atrás, donde Bi puso
una hoja de papel – Es acerca de su
horario por los siguientes meses, su alteza. ¿Ha recibido usted formación
militar?
Yunho acaricia lentamente el costado de
Jaejoong, haciendo sin saberlo, que este se sienta listo para saltar sobre el
vampiro. Los miembros del consejo estaban algo incomodos por la evidente
necesidad del rubio, pero no se atrevían a pronunciar palabra.
-La
básica. Los dos años requeridos cuando se llega a la mayoría de edad.
-Esperaba
que dijera eso, facilitará muchos las cosas. – K le extendió la
hoja de papel a Yunho – Este será su
horario, su majestad. Necesita estar en plenas condiciones para defenderse si
es que fuera necesario.
Yunho y Jaejoong miraron la hoja y
fruncieron el ceño casi al mismo tiempo.
-Este
horario, cubre todas las horas que estoy despierto… - murmura Yunho,
levantando la mirada de la hoja, para clavarla en el vampiro frente a él.
-Usted
comprenderá, su majestad, que es necesario que esté listo y en óptimas
condiciones lo antes posible. Su horario se mantendrá así por tan solo unos
tres meses.
Cuando Yunho estaba por responderle a K,
sintió el tirón que Jaejoong le dio a su brazo y bajo la mirada. Jaejoong tenía
los ojos tristes y el gesto de preocupación.
-Te
dije que no quería venir. Te alejarán de mí… - murmuró el rubio lastimeramente.
K se giró hacia Jaejoong y le sonrió
conciliadoramente.
-Seguramente
usted entenderá, su majestad, que es necesario que…
-Jaejoong
no tiene que entender nada. – lo cortó Yunho.
K levantó la mirada hacia él sorprendido.
-¿Disculpe?
-Dije
que Jaejoong no tiene porqué entender nada. Esto es ridículo – dijo Yunho
entregándole el horario a K de nuevo –
Entiendo que quieran que esté en óptimas condiciones lo antes posible, pero no
así. Necesito tener mi tiempo con él.
-Su
alteza, usted necesita…
-¡Una
semana! Una semana fue todo lo que tuve con él. Es mi esposo y no sé nada de
él. ¿Acaso entiende eso? – Preguntó Yunho sintiéndose cada más fastidiado – Daré todo de mi para ser lo que ustedes
necesitan que yo sea, pero no a costa de Jaejoong. Dejaré que cambien ese
horario para que me den al menos la mitad de mi día con él.
Todos los miembros del consejo parecían
dispuestos a protestar, pero Yunho ya había tenido suficiente. Acababa de tener
una pequeña muestra de lo que ellos querían que fuera su vida, y no iba a
dejarlos. Si querían que él se fuera, se iría, pero su vida la controlaba él.
Ignorando las protestas que habían
comenzado a formarse en los labios delos vampiros, Yunho se giró para encontrar
a Jinki en una esquina de la habitación, con la mirada en el suelo.
-Jinki…
¿Podrías enseñarnos nuestra habitación? Estamos algo cansados.
-
Por supuesto, su majestad – murmuró Jinki mirando algo inseguro en dirección de K – Por favor, síganme.
Yunho simplemente lo siguió, llevando a
Jaejoong consigo y quitando completamente de su mente a los enfadados vampiros
que dejaba detrás. Él había preguntado si lo querían fuera, y ellos habían
respondido que no. Si la razón para aceptarlo, era que creían que lo
manipularían a su antojo, estaban mal. Su gente era importante, pero Jaejoong
también.
Jinki los guió a través de pasillo tras
pasillo. Todos ellos elegantes, aunque un poco sombríos y tétricos, lo cual no
sorprendía a nadie. El antiguo rey no se había casado y los gustos de un hombre
no siempre son los mejores, mucho menos los de un guerrero que estaba más en el
campo de batalla que en su propia casa. Yunho mira a Jaejoong y puede casi leer
los mismos pensamientos en el rostro del rubio. Yunho se carcajea llamando la
atención del salcor que lo mira confundido.
-La
decoración no es de tu estilo ¿Verdad? – pregunta divertido
-Nop.
A menos que las paredes estén cubiertas de madreselva y hubiera flores y
arboles aquí y allá, nop. No es mi estilo.
-Entonces
haz eso… - respondió Yunho divertido.
-¿Qué
cosa? – pregunta Jaejoong confundido
-Llénalo
todo de plantas, si eso quieres. Es tu hogar ahora, Jaejoong. Haz lo que tú
quieras.
Jaejoong le regala a Yunho una de sus más
brillantes sonrisas, de esas que hacían que el vampiro perdiera cualquier
noción de realidad, excepto por Jaejoong.
-Sus
majestades, hemos llegado – anunció Jinki, rompiendo la burbuja que se había
formado en el cerebro de Yunho.
El pequeño vampiro abrió la puerta y se
hizo a un lado para dejar al par pasar. La habitación tenía más del mismo
estilo de decoración. Los grandes ventanales con gruesas cortinas negras y la
enorme cama, era lo que más llamaba la atención en la casi vacía habitación.
Era una enorme y monstruosa cama de dosel, con cortinas negras. Además de eso
solo había un armario de roble oscuro y un espejo, sin contar una puerta que parecía
conducir hacia el baño privado. Las paredes eran de un tono borgoña y la
alfombra que cubría el suelo también. La habitación era más grande que toda la
casa de Yunho, y parecía más grande aún por el hecho de que no tenía casi nada
dentro.
-Me
retiraré ahora si no necesitan nada más, majestades. – dijo Jinki mirándolos
como esperando órdenes.
Yunho asintió en su dirección sin decir
nada y Jinki se retiró de la enorme habitación cerrando las puertas
silenciosamente tras de sí. Yunho se separó de Jaejoong y caminó un poco por la
habitación, tratando de hacerse a la idea de que esta sería su habitación por
muchos años. Se giró hacia Jaejoong y le sonrió cálidamente.
-¿Por
qué no empiezas la remodelación en esta habitación? Después de todo, es nuestro
dormitorio.
Jaejoong sonrió y cerró los ojos. Su
cuerpo comenzó a iluminarse suavemente, y Yunho creyó firmemente que los
ángeles existían. Jaejoong era… demasiado hermoso para ser real. Tan absorto
estaba Yunho en ver a su esposo, que no notó las enredaderas de madreselva
arrastrándose lentamente por las paredes hacia el techo, ni el enorme sauce
llorón que estaba creciendo cerca de su cama y que dejaba caer sus hojas sobre esta,
tampoco los arbustos con flores. Solo Jaejoong. Solo esa luminosa y perfecta
criatura que le pertenecía a él y solo a él. Aunque no conociera a Jaejoong,
aunque este afirmara que todo eso que le sucedía era únicamente el lazo
uniéndolo a Jaejoong, Yunho sabía muy dentro suyo que amar a Jaejoong no sería
difícil.
-
¿Qué tal? ¿Te gusta Yunnie? – pregunta el salcor saltando en los brazos
de su vampiro.
Yunho sale de su ensimismamiento para
encontrarse en… un pequeño claro de bosque… con una cama. Incluso estaba
pisando pasto. ¿Cómo es que no había notado eso?
-Wow…
Jae… esto es… wow…
Jaejoong frunce el ceño y toma el rostro
de su vampiro entre sus manos para mirarlo a los ojos.
-¿No
te gusta? Puedo devolverlo a la normalidad si es que no te gusta, tu solo
tienes que decírmelo. Umma siempre dice que me extralimito. Una vez me pidió
que hiciera crecer algunos árboles en una pequeña zona vacía del bosque e hice
crecer tantos que los pobres no podían estirar sus raíces porque no tenían el
espacio para hacerlo y estaban tan pegados que nosotros no podíamos pasar entre
ellos para podes separarlos. Le tomo una semana a Umma arreglar el lío y desde
entonces siempre que hago esto me supervisan. ¡Es que es injusto! ¡Tenía quince
años! ¿Cómo esperaban que controlara mi magia a la perfección a esa edad? Pero
Chunnie era más descuidado con su magia que yo, una mañana que él estaba
teniendo sexo con dos salcor hembra, estaba tan excitado que hizo crecer un
árbol de la nada y no se dio cuenta hasta que una de las ramas se le metió por
el…
Yunho interrumpe el tren de pensamientos
desviado de su rubio con un beso que le roba el aliento, y Jaejoong lejos de
enojarse, gimotea necesitado y se aferra a la nuca de su moreno haciendo todo
lo posible para hacer el beso más profundo aún. Pareciera que siempre necesita
más.
Yunho mordisquea los labios regordetes
del salcor antes de separarse para hablarle.
-
Esta perfecto. Si a ti te hace feliz, está bien para mí.
Jaejoong hace un sonido con su garganta
para darle a entender a Yunho que está escuchándolo, pero en realidad parece
mucho más interesado en lamer y mordisquear el cuello moreno.
-Jaejoong…
¿Sabes que es lo que normalmente hacen dos personas después de casarse? – pregunta Yunho
acariciando los muslos y el trasero del rubio perezosa y posesivamente.
Jaejoong simplemente hace otro ruido,
mientras trata de meter las manos por debajo de la camisa negra que lleva el
vampiro y que le está ofendiendo hasta lo más profundo justo en ese instante.
Yunho sonríe divertido y acerca sus
labios a la delicada oreja del salcor.
-
Terminan de sellar el pacto con sus cuerpos…
Y solo entonces Yunho obtiene la atención
del rubio, quien se despega de su cuello con un gimoteo necesitado, dejando una
marca detrás, solo para aferrar su rostro firmemente y conducirlo hasta sus
labios expectantes. Yunho sonríe contra los labios de su esposo y solo atina a
quitarse la corona de la cabeza y a tirarla quien sabe cerca que arbusto, antes
de conducir al salcor hacia la cama que los espera para ser usada.
Que maravilla ** jae uso su magia para arreglar la habitación a su gusto ^^ la aneptoda de yoochun con la rama metiéndose en..... me dio risa.
ResponderEliminarMe alegra q yunho no se deje manipular y defienda sus ideales ** ya quisiera tener aquella magia para rediseñar mi habitacion *.*
Yunho les ha demostrado que no manipularan su vida y que el tomara sus propias decisiones,Jae redecoro su habitacion con su magia,me dio risa su anectoda de Yoochun
ResponderEliminarya me imagino que cara pondrán cuando los de su servicio lleguen a traer el desayuno y se encuentren en medio del vozque el que Jae a creado para ellos dos eso si que es un nidito de amor
ResponderEliminarGracias
Que bien que Yunho no se deje manipular por nadie mas que de Jae. Como quedará ese castillo oscuro y lúgubre después del toque de Jae, fascinante.
ResponderEliminarGracias!!!
Muy bien hecho Yunho, molestos o no tu eres el Rey y no su enclencle. Ohhh, cuando dió carta abierta a Jae para redecorar pense que tendría a un sequito de vampiros llevando macetas de aquí para allá, pero woooo esto fue muy liiiindo jajjaj mucho más con su perloteo feliz jajajj OPD la anegsota de Chunnie en definitiva puso ideas en mi cabecita pervertida.
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