Jae se sentó en su cama mientras se
quitaba los zapatos. Había escogido un atuendo cómodo,
pero al mismo tiempo halagador. Definitivamente tenía que ser cómodo dado que su clase de defensa personal
era hoy. Así que
se puso pantalones de yoga negros,
una camiseta azul manga larga, y sus Nike. Parado frente al
espejo, examinó el resultado y sonrió. «No
demasiado desaliñado.»
Jae realmente no era vanidoso, pero sí
apreciaba los atributos que Dios le había dado. Largas y torneadas piernas, una
pequeña cintura y un pecho firme. Ciertamente le gustaba esa área, pero estaba
el molesto problema de chicos a menudo hablándole a su pecho en lugar de a su
cara. Algunas veces pensaba que ellos realmente esperaban que les respondieran,
de verdad.
Tenía un abundante y largo cabello
rubio, aunque el rubio no habría sido su primera opción,
y brillante ojos azules. A menudo lo confundían con un rubio tonto, pero algunas veces era mejor
dejar que las personas lo subestimaran.
Jae miró el reloj en su teléfono y
respiró profundo. Yunho estaría ahí en cualquier momento, o al menos debería
estarlo. Desafortunadamente había una pequeña voz, a la cual la mayoría del
tiempo él era capaz de decirle: “me
importa un pito”,
tratando de decirle que probablemente había cambiado de opinión. Él
probablemente se habría acostado en su cama anoche maldiciéndose por reaccionar
ante el calor del momento y hacer una promesa que estaba más allá de lo que él
quería.
«Él no haría eso», le dijo a la voz.
«¿Estás seguro?», respondió esta. Jae sacudió su cabeza.
«¿Qué dem…? Estoy discutiendo con mi subconsciente.
Detente, Jaejoong. Sólo detente.»
Respiró profundo varias veces y se
sintió un poco más en tierra.
— Está bien. Puedo hacer esto. No hay problema
— le dijo a la habitación vacía… después
casi se le salió el corazón por la boca cuando hubo un golpe en la puerta — Sí,
lo tienes bajo control, Chico Maravilla — murmuró sarcásticamente mientras abría la puerta.
Él contuvo la respiración mientras la
abría. Sin importar cuanto había tratado de prepararse, siempre se sentía
afectabo por su presencia: el tamaño de él, el nivel de intensidad en sus ojos
ámbar cuando la miraba. Está bien, así que “afectado” era
decirlo suavemente.
Ambos se quedaron parados ahí mirándose
el uno al otro. Jae tuvo la perceptible sensación que él también había esperado
que él se acobardara. Yunho iba a aprender que Jae no se acobardaba. Una vez que se proponía
algo, se comprometía al cien por ciento.
—
¿Puedo pasar? — preguntó
Yunho finalmente, rompiendo el intenso momento.
— Oh, sí. Lo siento — balbuceó Jae. Y después, mientras él
entraba a su habitación él se dio cuenta
de algo — Tocaste
la puerta — dijo.
Las palabras casi sonaban a una acusación en lugar de
una observación.
Yunho se volteó a mirarlo, una pequeña
sonrisa en su cara reciamente atractiva.
—
¿Estás decepcionado?
— Sí. No. Quiero decir, sólo me atrapaste
fuera de guardia — admitió
finalmente.
Aunque él lo había fastidiado para que
tocara las puertas, ahora encontraba que lo había hecho sentir especial. «Sí, escuchaste bien», pensó. Tan ridículo como sonaba, él
irrumpiendo de esa forma lo hacía sentir que no podía esperar para verlo, o
chequearlo. La urgencia en él cada vez que entraba campantemente sin invitación
era un subidón de adrenalina para él. Esperaba que él no pudiera
ver a través de su expresión de póker que había perfeccionado… no en realidad.
— No me gusta tocar — le dijo él, sonando como el dominante
que era — No debería tener que llamar a tu puerta.
Jae sintió una sonrisa amenazando
transformar su rostro.
—
¿No deberías tener que hacerlo? — No le pasó desapercibido que él sólo le había dado una manera para que
él mantuviera su orgullo y al mismo tener lo
que quería. «Lobo astuto» — Si es así como te sientes, entonces, ¿por qué tocaste?
— le desafió él.
— Pensé en intentarlo, ver si me gusta el
asunto. — Él le levantó
una ceja.
—
¿Estabas probando el concepto de tocar? — Jae mantuvo una expresión seria
mientras hablaba. Se sentía muy orgulloso por ello.
— Esa es una buena manera de ponerlo — coincidió él — Lo voy a devolver a la agencia. No me
impresionó el resultado.
Jae se rió.
—
¿El resultado? Entonces, ¿no te gustó como respondí a la puerta? — Yunho se rió con él.
— Prefiero la mirada enojada que me das cuando
entro sin invitación.
— Bueno, supongo que en tu próxima entrada
serás recompensado totalmente por haber gastado tu tiempo en una fallida
prueba. Me aseguraré de estar doblemente enojado.
Yunho sonrió ante su gracia. Fue una
sonrisa que hizo que Jae se diera cuenta que sólo con él, él se veía así. Sólo
con él dejaba caer la fuerte apariencia exterior.
— Eres el único que me hace sentir así — dijo Yunho, habiendo una vez más
adivinado correctamente la dirección de sus pensamientos.
— Dime de nuevo por qué tenemos que tener esa
cosa de la conexión mental, porque tú ya sabes lo que estoy pensando la mayoría
del tiempo.
— Tu rostro es muy expresivo. Nunca te
escogería como compañero de póker. — Se rió ante la mirada que envió en su dirección. Pero su lobo estaba caminando de un lado a otro en su interior, cansando
de platicar, listo para
seguir con lo de marcar su esencia. Sus ojos deben haber empezado a brillar
porque él tragó fuerte.
— Estoy seguro que tus compañeros en el crimen
llegarán en cualquier minuto. Ven aquí, Jaejoong. — La
voz de Yunho fue un gruñido. Estaba tratando
de bajar el tono del posesivo brillo en sus ojos, pero a juzgar
por cómo él parecía
listo para escapar, no estaba teniendo éxito — Nunca te lastimaría — trató de calmarlo.
Jae mentalmente se golpeó por su
reacción ante la conducta posesiva de Yunho. «Es Yunho, tonto»,
se reprendió. «Moriría antes de
lastimarte». Regañado
suficientemente, se irguió confiadamente y se acercó hasta detenerse frente a
él.
Jae sabía que probablemente esa sería la
única vez que lo tocaría hoy, y él iba a saborearlo y grabarlo en su memoria.
Una vez que estuvieran fuera de su habitación, bajo el escrutinio de los Alfas,
no podrían mostrar un verdadero interés en el otro. Era suficiente malo que ya
hubieran llamado la atención hacia ellos mismo al punto en que la tenían en
menos de veinticuatro horas. Nunca podrían acusar a Jae o a Yunho de ser sutiles; definitivamente no era el segundo
nombre de ninguno de ellos.
Él gentilmente envolvió
su gran mano alrededor de la nuca de Jaejoong. Lo observó fascinado mientras sus ojos se cerraban, como si
disfrutara la sensación de su piel sobre la suya. Tiró de él más cerca. Sus
brazos se envolvieron alrededor de él y apoyó su cabeza en su pecho como si lo
hubiesen hecho miles de veces. Yunho gruñó profundamente, su lobo estaba
disfrutando del toque de su compañero.
«Compañero», pensó Yunho. Cada fibra en él le decía que él lo era, y aun así a una
pequeña parte de él todavía le preocupaba que la falta de señales de
emparejamiento fuera la confirmación de que no perteneciese a él. Sintió un
aullido de rabia brotando de su garganta ante la idea de él siendo de otro.
Tenía que ponerle una cadena a su lobo.
Él puso su mejilla contra su coronilla y
sopló suavemente en su cabeza. Jaejoong se estremeció en sus brazos, haciendo
que él lo estrechara más fuerte. Después de estar así por lo que sintió como
segundos, aunque él sabía que había sido más tiempo, se apartó lo suficiente
para inclinarse y colocar su nariz en su cuello, el lugar sensitivo donde
seguía con su hombro. Él respiró profundo y de nuevo sopló suavemente. Esta vez
las rodillas de Jaejoong casi cedieron y lo hubiera hecho si sus brazos no
hubieran estado a su alrededor; probablemente habría caído al suelo.
Yunho sonrió mientras continuaba
respirando cerca de su cuello. Le estaba tomando cada onza de control que quedaba en él no morderlo, incluso
sólo mordisquearlo. Mostrarle dónde
él tendría su marca. Besó su cuello
suavemente y cuando escuchó un gemido susurrante salir de él,
rápidamente se alejó. Mantuvo sus manos en sus brazos hasta que supo que estaba
firme en sus pies.
Jae permaneció parado ahí, aturdido
mientras Yunho abruptamente se alejaba de él. «¿Hice algo malo?», se preguntó. Miró a Yunho y vio que su
respiración se había acelerado. Apretaba los dientes y sus ojos estaban más
brillantes de lo que alguna vez los había visto.
—
¿Estás bien? — le
preguntó vacilantemente, temeroso de que lo hubiera asustado.
— Sólo necesito un momento. — Su voz era ronca.
—
¿Hi-hice algo malo?
— balbució Jae en preocupación. De repente no podía dejar de frotar sus manos
en sus pantalones. No estaban pegajosas o sudadas, pero sentía que tenía que
hacer algo con ellas.
— No, hermoso. No hiciste nada malo. Sin
embargo, hiciste algo bien. Muy, muy bien. — Yunho dejó escapar un profundo suspiro mientras pasaba
sus manos por su cabello.
— Entonces, ¿qué está mal? — preguntó, ladeando su cabeza y cruzando
sus brazos sobre su pecho, efectivamente atrayendo los ojos de Yunho a sus
ahora levantados pechos.
La cabeza de Yunho se movió lejos tan rápidamente
como sus ojos habían aterrizado en él. Se aclaró su garganta, indiscutiblemente
incómodo y avergonzado por sus acciones. Jae no pudo evitar la sonrisa que
sentía en su interior ante su obvia atracción hacia él. «Bueno, un chico tiene que saber»,
pensó a la defensiva.
— No es que haya algo malo. Es sólo que…
bueno, verás… — Yunho
realmente estaba nervioso.
Qué novedad.
— Estoy atraído hacia ti — balbuceó finalmente.
— Bueno, eso espero — respondió él.
— No estoy diciendo que sea malo, Jaejoong.
Estoy diciendo que es intenso y… cuando haces sonidos como el acabas de hacer…
Las manos de Jae se movieron a su boca.
Un amortiguado—: ¿Qué sonido? — salió a través de su mano.
— El gemido — dijo de manera casual — Nene, no puedes hacer sonidos como ese. Es
como entregarle a un hombre la invitación a un banquete hecho sólo para él.
Aunque Jae escuchó todas sus palabras,
permaneció atascado en la pasión que escuchó en la palabra “nene”.
—
¿Acabas de llamarme nene? — le preguntó dulcemente.
— Jaejoong, ¿escuchaste lo que dije?
— Sí, ¿pero acabas de llamarme nene?
Yunho se le quedó mirando y la confusión
llenaba su expresión.
— Sí. ¿Es ese un problema? — Jae sacudió su cabeza.
— No, como que me gusta — admitió desvergonzadamente — Nunca
pensé que fueras del tipo que dice nene.
— Tengo la sensación de que hay un montón
sobre mí que cambiará por ti — le confesó.
— Huh. Bueno, me gusta. No te detengas. — Le guiñó un ojo.
Yunho
se rió y sacudió su cabeza, una vez más pasando sus manos por su
cabello.
— Vas a ser mi muerte, Kim Jaejoong.
— Entonces, ¿te veré hoy? — preguntó él.
— Sí. Estaré en todos los grupos en los que tú
estés. Fue arreglado con anticipación dado que he sido asignado para mantenerte
a salvo.
— Pero, ¿es seguro? Quiero decir, ¿que tú
estés conmigo? — Yunho
no lo miró cuando respondió.
— Para ti.
Jae no respondió y él se acercó de nuevo
a él. Estirándose, acarició su mejilla y prometió:
— Trataré de mantener la calma.
— Tampoco me gusta verte con alguien más.
Estaré intentando no perder el control tanto como tú.
— Somos todo un par, ¿verdad? — dijo él, sonriendo.
Jae le devolvió la sonrisa.
Hubo un golpe en la puerta y Yunho
automáticamente se puso frente a él. Él lo empujó a un lado.
— Tranquilízate, lobo. Probablemente son los
chicos.
Yunho siguió cerca y antes de que él
pudiera abrir la puerta, preguntó:
—
¿Quién es?
Ambos escucharon risitas al otro lado. Jae
puso sus ojos en blanco y abrió la puerta. Junsu, Changmin, Key, y Seulong se
detuvieron y borraron las sonrisas de sus caras.
— Jóvenes. — Jae los miró severamente.
— Jae, me gustaría que supieras que no
participé en las risitas
— dijo Yoochun desde detrás de la manada de hienas en la puerta de Jae.
— Anotado, bola de pelos — reconoció Jae. Junsu sonrió
dulcemente.
— Vinimos a ver si estabas listo para bajar a
desayunar.
— Sí, seguro que lo hicieron. — Jae
sintió la mano de Yunho en su espalda
baja y se calmó, permitiendo que su enojo desapareciera — Hagamos
esto — cedió él con
una sonrisa.
— Vayamos a darnos un atracón, Jóvenes — soltó Junsu mientras el grupo se
dirigía abajo.
— Junsu, pensé que dijimos que no usarías esa
palabra — le recordó Jae.
— No — respondió Junsu — Tú trataste de hacerme no usarla y yo te
ignoré.
— Qué bueno saber que valoras mi opinión — murmuró Jae.
— Con la mayor vehemencia, Jae. — La respuesta de Junsu hizo que Jae
bufara.
La sala donde iban a comer era mucho más
pequeña que el gran salón donde habían estado la noche anterior, pero era igual
de lindo. Todos tomaron asiento y Junsu se sentó a la izquierda de Jae y Changmin
a su derecha. Cuando Junsu notó que Yunho
se sentó frente a Jae, no a lado de él,
miró a Jae, con sus cejas fruncidas. Sus ojos decían claramente: “¿Qué pasa?”
Jae se inclinó y susurró cerca al oído
de Junsu.
— Tenemos que mantener las cosas en secreto.
— Entendido.
Siwon y Heechul pronto llegaron y los
otros miembros lentamente entraron. Jae asintió hacia Luhan cuando apareció.
Aparentemente llegó tarde anoche después de todo el drama.
Jae suponía que él y Yunho iban a tener
que ponerlo al día con lo que
habían decido anoche.
Chansung y Onew
llegaron y le sonrieron a Jae. Él les devolvió la sonrisa y observó mientras JR
y Minhyun lo reconocían. Una vez que toda la manada estaba presente, Siwon
señaló a que sirvieran la comida.
El desayuno consistía en tocino, jamón,
algún tipo de pan que se suponía que eran panecillos, huevos, y panqueas si querías.
La mayor parte la pasaron en silencio mientras todos se concentraban en comer.
Siwon finalmente se dirigió a ellos.
— Cada uno de ustedes sabe qué debe hacer hoy.
Represéntenos bien. — Sus ojos aterrizaron en Yunho y Jae se esforzó por no reírse.
Junsu, Changmin, Key y Seulong no lo lograron. Yunho los
miró amenazadoramente e inmediatamente se callaron.
— Realmente no entiendo el punto de estas
actividades — dijo
Key, añadiendo comillas cuando dijo actividades — Quiero decir, vamos, Alfa. Los CF van a
estar trabajando en defensa personal con los machos de la manada de China. ¿Qué
es eso?
—
¿Los CF? — preguntó
Siwon antes de abordar su pregunta.
— Sí, como en Los Cinco Fabulosos — dijo él señalando a Changmin, Jae, Junsu,
Seulong y a sí mismo.
Yunho,
Yoochun, Hayami e incluso Leeteuk
trataron de esconder
su risa tosiendo. Key les lanzó una mirada que prometía un castigo si no
paraban y cesaban.
Siwon
sonrió ante el nombre que él había dado al grupo, y ante la amistad
que había crecido. Significaba que había camaradería, lo cual era vital para
una manada sana. Él sabía que una manada con jóvenes y mujeres intensas llenas
de celos insignificantes podía ser destruida
fácilmente.
— Key, tan ridículo y tonto como parece, estas
actividades están diseñadas para evitar tener lobos ociosos sin nada en qué
concentrarse salvo en vencer la competencia por un compañero. No podemos meterlos
a todas en una habitación y darles a los hombres pase libre.
— Hablando de “festival de machos”— bromeó Jae. Changmin y Junsu
sonrieron.
— No necesito para nada esa imagen, Jae — le reprendió Changmin, aunque la
sonrisa nunca dejó su cara.
— Oh, vamos. Saben que todos lo estaban
pensando — se quejó Jae.
Hayami le sonrió y guiñó.
— Culpable del delito.
Yunho sacudió su cabeza
ante el joven lobo. «¿Yo era así de tonto?», se preguntó,
después respondió su propia pregunta. «No, definitivamente no.»
Siwon continuó, ignorando la charla
entre ellos.
— El punto de hoy es que puedan conocer otros
machos pero su tiempo también tendrá un buen uso. Todos deben aprender defensa
personal y así habremos matados dos pájaros con un solo tiro.
Cuando nadie más refutó, él continuó.
— Si son tan afortunados de encontrar a sus
verdaderos compañeros, les pediré que vengan a hablar conmigo y Heechul
inmediatamente. Este escenario es bastante diferente al nuestro, y la pareja
deberá probar su estatus de compañeros.
—
¿Qué clase de prueba? — preguntó Yunho, con un trasfondo de algo muy peligroso en su tono.
— Lo más obvio serían las marcas. — Ante
las palabras de Siwon, varios de
los machos sin pareja, incluyendo a Hayami y Yunho, hablaron.
— No puedes hablar en serio — gruñó Yunho — ¿Cómo
se atreven los Alfas a pedirnos que exhibamos a nuestro compañero como si fuera
un pedazo de carne? Y pedir ver lo que debería ser sólo para los ojos de nuestro
compañero… eso es cruzar la línea, Alfa.
Heechul tocó el brazo de su compañero y Siwon
le echó un vistazo.
— Tú nunca le habrías permitido que vieran mis
marcas.
Siwon permaneció en silencio mientras
observa los rostros de su manada. Los machos estaban tensos, listos para
reaccionar ante la noticia del momento. Incluso los machos con pareja estaban
horrorizados ante la idea de alguien viendo las marcas de una mujer
u docel. Él respiró profundo. Este encuentro realmente sería una prueba
para su liderazgo y la lealtad de su manada.
— No estoy diciendo que esté de acuerdo con
ello, tampoco que los obligaré a obedecer. Es por eso que les pedí que vinieran
a mí y Heechul en primer lugar.
—
¿Por qué no sólo hacen que uno les diga lo que el otro está pensando? — preguntó Seulong.
— Porque aseguran que la pareja puede
simplemente planear qué dirán con anticipación, haciéndolo parecer como si
tuvieran una conexión mental cuando no es así — explicó Siwon.
Changmin levantó su mano para hablar. Siwon
le sonrió amablemente.
— Changmin, ¿tienes una pregunta?
— Um, sí. ¿Por qué alguien pretendería ser un
una verdadera pareja?
— Sabes de nuestra longevidad. Has visto hasta
qué punto llegarían algunos machos por tener un compañero a través de lo que
Junsu experimentó. —
Siwon se detuvo y Changmin asintió en acuerdo — Hay mujeres y doceles que están igual de
desesperados por un compañero. Algunos piensan que si ambos acceden entonces
deberían poder estar juntos, sin importar las consecuencias. Lo que no
entienden, o no recuerdan porque han estado solos por tanto tiempo, es que
nadie en esta tierra, humano o Canis lupis puede llenar el agujero dentro de
sí. Nadie, sin importar cuánto puedas amarlos, puede darte la otra mitad de tu
alma. Y si llega el momento en elegir entre alguien que no es tu verdadero
compañero y tu verdadero compañero aparece, no hay nada que te detenga de ir
con él. Te alejarás de cualquier vida que hayas construido, niños que hayas
engendrado, y la persona con la que te hayas casado sin una mirada hacia atrás.
Es nuestro trabajo como Alfas proteger a nuestra manada. Como un padre que guía
a su niño, así es un Alfa con su manada. Los Alfas que nos han reunido quieren
asegurarse de que nadie cometa el error de pensar que pueden encontrar lo que
están buscando en alguien que verdaderamente no les pertenece. Es por eso que
insisten en una prueba.
La sala quedó en silencio cuando él
terminó de hablar. Siwon sabía que entender el por qué no necesariamente lo
hacía más fácil de aceptar. Su manada simplemente tendría que confiar en él.
Yunho miró al otro lado de la mesa a Jaejoong,
imaginándolo con sus marcas. Después pensó en otro viéndolas. Simplemente eso
no iba a pasar. Él estaría muerto antes de que alguien más viera la espalda de Jaejoong.
Sintiendo sus ojos en él, Jae levantó la
mirada y vio la intensidad de la mirada de Yunho.
Él supuso que estaba contemplando la idea de él portando sus marcas y la posibilidad de
alguien viéndolas. No estaba complemente seguro pero suponía que la respuesta
de Yunho era un gran y rotundo: “Cuando
el infierno se congele”.
Sus ojos estaban brillando, apretaba los dientes.
Había cruzado los brazos sobre su pecho
y podía ver sus músculos flexionándose. «Sip, bastante seguro
que los cerdos tendrían que volar, el infierno se tendría que congelar, y
George tendría que vender su propiedad frente al océano antes de que otra
persona viera sus marcas. Si alguna vez aparecen», pensó él
solemnemente.
— Si nadie más tiene algo que decir… — Siwon
esperó. Cuando nadie
habló les permitió irse.
>>>♥<<<
Jae se sentó en el gimnasio con el resto
de los CF; tenía que admitir que le encantaba la designación de Key a su pequeño
grupo. Chansung y Onew
estaban en un lado de la habitación y JR y Minhyun estaban en el otro.
Sus ojos recorrían el gimnasio
constantemente, esperando a ver si alguno de los lobos se convertiría en un
problema.
Jae tenía la sensación de que algunos de
los machos apareados tenían ganas de pelear y no les importaría derribar a un
lobo o dos. A la derecha estaba sentado un grupo de mujeres sin pareja. Algunas
lucían ansiosas, sus ojos muy abiertos, inspeccionando a los hombres
en el suelo. Otras lucían como si acabaran
de averiguar que se dirigían al taxidermista.
Yunho
y Yoochun estaban
sentados un par de filas detrás de los CF en las gradas, escudriñando a la multitud con
la misma concentración. Incluso con los ojos
vagando por la habitación, Jae sabía que Yunho era muy consciente de él. Él sabría si se
movía un centímetro de donde estaba sentado ahora. Sabría si su respiración
cambiaba en absoluto, o su ritmo cardíaco aumentaba. Sonrió para sus adentros,
pensando en lo agradable que era tener a ese por el que había estado
suspirando, lo agradable que era haber aceptado lo que hay entre ellos.
Seulong, quien estaba sentado a la
izquierda de Jae, le dio un codazo y movió la cabeza en dirección a las
puertas.
Vieron como un hombre, un hombre muy
grande, entraba en el gimnasio. Se detuvo en el centro y su presencia trajo
inmediatamente la habitación al silencio. Jae miró más de cerca y se dio cuenta
que era Shindong. Fue entonces cuando se dio cuenta que él no lo había visto o Donghae
desde que llegaron al Encuentro.
«Eso es raro», pensó.
—
¿Te diste cuenta que Shindong y Donghae han estado Perdidos en Acción
desde que llegamos? — preguntó,
inclinándose hacia Junsu.
Junsu asintió.
— No había pensado en ello hasta verlo ahora
mismo.
Jae vio como el rostro de Junsu adquirió
esa rareza que ponía cuando hablaba con Yoochun a través de su vínculo. Pensó: «Nota mental: practica usar el vínculo mientras te
miras en el espejo.» De
esa manera él podría asegurarse de mantener una expresión normal cuando y si Yunho
y él alguna vez llegaran a eso.
— Yoochun dice que Siwon los tiene a ambos
encargándose de un par de las actividades para ayudar a minimizar el riesgo de
Yunho poniéndose en una situación en la que pudiera ofender a las hembras o
doceles de las otras manadas.
—
¿Cómo podría ofenderlos? — preguntó Jae.
— Si de plano se niega a participar con uno de
ellos en una actividad en solitario o en grupo, se considera una bofetada en la
cara.
Jae asintió mientras se volvía y miraba
a quien le ocupaba cada pensamiento. Él lo miraba, como a menudo lo hacía
cuando él lo miraba. Él sonrió y la ligera curva en alto de sus labios no habría sido captada por cualquiera.
Pero Jae estaba aprendiendo sus expresiones sutiles. En su situación actual, él
estaba tratando de evitar sostener un cartel que dijera: “Estoy tras Kim Jaejoong”, pero al mismo tiempo no quería que
olvidara lo que había dicho.
Él lo quería.
— Bienvenida manada de China — anunció Shindong — Mi nombre es Shindong y soy miembro de la
manada Coreana. Estaré liderando las lecciones de hoy. — Luego, dirigiéndose a las gradas,
donde los dos grupos de mujeres y doceles se sentaban, apuntó a la derecha — Damos
la bienvenida a las hembras y doceles de la manada Taiwanesa.
Todos los chicos aplaudieron con respeto
pero sus ojos eran salvajes e impacientes.
— También damos la bienvenida a las hembras y
doceles de la manada Coreana.
Una vez más los machos aplaudieron.
— Eso habría sido la entrada perfecta — murmuró Key, haciendo referencia a la
porra que había sido evitada completamente por mi Yunho.
«Aguafiestas», gruñó Jae interiormente hacia él.
— Hoy los hombres van a enseñar defensa
personal y algunos movimientos de combate. Los Alfas sienten que es importante
que todos los miembros de la manada sepan cómo defenderse. Aquellos de ustedes
que ya han estado entrenando serán emparejados con un instructor avanzado. — Shindong miró más allá de los CF y
señaló de nuevo — Yunho, por qué no bajas con Key y nos
demuestran algunos de los movimientos que aprenderemos hoy.
A medida que Yunho hizo su camino
bajando las gradas, caminó detrás de Jae y los otros chicos. Mientras pasaba a
su lado frotó un dedo suavemente en
la nuca de su cuello, tan rápido que nadie se percató de ello. Él sonrió.
«Te quiero.» Él oyó su voz en su mente y deseó que no fuera sólo un recuerdo.
Fue entonces cuando Jae realmente
entendió por qué Shindong había sido hecho líder. Él sabía que Jae se sentiría
menos amenazado si Yunho entrenaba con una de las parejas
de su manada. Él estaba
agradecido por ello, pero sabía que
era sólo un breve respiro
porque él estaba
mayormente avanzado en la lucha. Él sería emparejado con un miembro
de otra manada en algún momento, pero definitivamente nunca con Jae mientras
tuviera tanta habilidad de defensa personal como la tenía en encestar. Eso
sería un gigantesco nada.
Los chicos vieron como Yunho y Key
hicieron algunos impresionantes movimientos de combate y luego demostraron
algunos básicos — lo que Jae consideraba “malditamente esquivos”— movimientos. Estos eran movimientos diseñados para desactivar un
atacante el tiempo suficiente para ficharlo con seguridad.
Cuando
la demostración terminó,
Shindong comenzó a llamar los nombres,
anunciando las parejas. Explicó que cada veinte minutos las hembras y doceles girarían
hacia la derecha para entrenar con un macho
diferente.
«Genial», pensó Jae. «Es citas rápidas a lo Karate Kid.»
Oyó ser llamados el nombre de Yunho y el
de un chico. Él ni siquiera miró para ver quién era. No podía. En lugar de eso
empezó a murmurar:
— Te quiero. Te quiero. Te quiero.
Junsu miró a Jae, sacudiendo la cabeza
ante las tácticas extrañas de su mejor amigo.
— Bueno, si insistes — respondió Junsu — Aunque,
Yoochun podría estar un poco celoso.
Jae le disparó el dedo.
—
¿Por qué estás murmurando eso? Has pasado de “no es una opción” a “te
quiero”. ¿Qué pasa?
Jae miró a Junsu y Changmin, quienes lo
miraban inquisitivamente.
— Él me dijo que recuerde, cuando tiene que estar con los
otros chicos, que me quiere. No puedo mirarlo con otro chico. Me gustaría que
no fuera un gran problema pero nunca he estado tan jodido por un chico.
— Él no es cualquier chico — le dijo Junsu.
— Tal vez — dijo Jae suavemente. Changmin golpeó su pierna.
— No hables así. Es obvio que él está loco por
ti, como certificablemente. Confía en él, Jae.
Jae asintió y su cabeza
se levantó de golpe cuando
su nombre fue llamado.
Él miró hacia la colchoneta que Shindong había indicado, en donde un tipo alto
estaba de pie. Él le sonrió y la mirada en sus ojos lo hizo sentir como si
estuviera tratando de ver su alma. Lo hacía sentir desnudo y vulnerable, y sólo
había un lobo con el que él estaba de acuerdo con que lo hiciera sentir así.
Empezó a bajar las gradas.
— Esto va a apestar.
Seulong le dirigió una sonrisa
alentadora.
— Aguanta ahí, latente.
— Gracias, chico lobo. — Jae trató de devolverle la sonrisa,
pero no llegó a sus ojos.
Yunho
observó mientras Jaejoong
se acercaba al lobo con el que había sido emparejado. Casi gruñó cuando
se dio cuenta que era el tipo del que había tomado el teléfono la otra noche. Ese cachorro
había estado grabando el baile de los chicos. Apartó los ojos, tratando de
poner a su lobo bajo control.
No escapó a su atención que Jaejoong no
lo había mirado ni una solo vez desde que había sido emparejado con el pequeño
moreno delante de él. El chico sonrió tentativamente y Yunho tuvo que forzar
sus labios a levantarse. Por la mirada en su cara no llegaba a ser una sonrisa.
— Vamos a terminar con esto — murmuró mientras daba un paso hacia
él. Él parecía listo para correr, y mientras Yunho comenzó a llevarlo a
través de movimientos básicos de defensa personal podía sentirlo temblando.
Deseó poder concentrarse lo suficiente como para al menos tratar de
tranquilizarlo, pero le estaba tomando cada onza de su fuerza de voluntad no
levantar a Jaejoong sobre su hombro y llevárselo para llevar a cabo la
Ceremonia de Vinculación.
Sus ojos seguían desviándose hacia él, y
cuando Shindong finalmente anunció que era hora de cambiar, dejó escapar un lento suspiro.
Por lo menos él estaba
alejándose del lobo que había estado babeando por él anoche. Pero a medida que Yunho
vio quién era el siguiente en la fila de Jaejoong se dio cuenta que casi todos
habían estado allí la noche anterior. Ellos habían visto a su compañero mover
sus caderas sugestivamente, cosas moviéndose que sólo conducirían la mente de
un hombre en la dirección equivocada. La coqueta mirada de incitación que había
estado pegada en su hermoso rostro… «Maldita sea, va a ser
un largo día», pensó mientras se volvía para enfrentar a la próxima
hembra de la que no quería estar cerca.
Con una hora y media en el entrenamiento
de autodefensa, Jae estaba sintiéndose un poco alentado. Por fin le había
permitido a sus ojos fijarse en Yunho. Cada vez que había estado trabajando con un chico era dolorosamente obvio que estaba tratando de
tocarlo lo menos posible.
Jae deseó poder decir lo mismo de los
chicos con los que había estado trabajando. Sentía como si estuviera
constantemente teniendo que alejarse de un accidental — sí, claro— manoseo o agarre. Sólo se alegraba
de que Yunho no lo hubiera visto.
El chico con el que ahora estaba
entrenando se dio la vuelta
para enseñarle un movimiento
que desactivaría a un atacante sujetándolo por detrás. Jae se quedó quieto
mientras él envolvía un brazo alrededor de lo que él pensaba iba a ser su
cuello. Él dio un paso más cerca de modo que sus cuerpos se tocaban desde el
pecho hasta las pantorrillas.
Pero en lugar
de su cuello su brazo se envolvió
sobre su pecho, su mano no
del todo bajo su brazo. Él básicamente tenía un puñado de senos. Para nada
bueno.
Jae lo hubiera pasado por alto si el
idiota no hubiera apretado. Él jadeó en estado de shock e instantáneamente oyó un gruñido
en algún lugar más allá de
él. Conocía ese gruñido. El lobo que
lo sujetaba apretó dolorosamente y Jae trató de alejarse de él, lo que sólo
causó que sintiera como sus garras se clavaban.
«Eso va a dejar una marca», pensó.
El gruñido, el gruñido de Yunho, se
convirtió en un rugido. Su cabeza se levantó, mientras trataba desesperadamente de salir de las manos toconas del lobo.
Vio a Yunho mirándolo, luego a la mano que estaba plantada
en su pecho.
Yunho
entró en fase, cambió más rápido de lo que jamás había visto a un
lobo cambiar, y se lanzó a través de la sala. De repente todo un torbellino en
movimiento. Jae fue sacado de los brazos ofensivos del lobo y se encontró en
los de Chansung.
— Sácalo de aquí ahora — le dijo a Onew — Y trae al Alfa. Él es el único que puede
hacer cambiar a Yunho.
Onew asintió y se volvió hacia Minhyun.
— Ve por Changmin y Junsu. Yoochun y los otros
chicos van a tener que tratar de sacar a Yunho de encima del idiota.
Jae y Onew se volvieron al oír cuerpos
chocando. Se congelaron. Para su horror, el otro chico había cambiado en un
lobo gris moteado y él y Yunho estaban dando vueltas entre sí. Yunho era mucho,
mucho más grande, con una piel de color gris brillante y una pata blanca.
Vieron cómo Yunho rugía y chasqueaba
hacia al otro lobo, tratando de alcanzarlo. Yunho tuvo su oportunidad cuando el
lobo se tambaleó hacia atrás un poco. Aprovechó el error y se lanzó hacia
adelante. Sus dientes se hundieron en el cuello
del lobo más pequeño y en una sorprendente demostración de fuerza, Yunho
levantó al lobo y lo estrelló sobre su costado.
El otro lobo se resistió
brevemente antes de someterse. Yunho dio un paso
atrás, liberándolo. Si Jae no hubiera estado muerto de miedo, se habría reído
cuando él le dio una palmada al otro lobo en la cabeza, dejándolo inconsciente
con eficacia.
Yunho
levantó la cabeza
y aulló, y como si estuvieran fuera
de su control, los otros machos de la manada Coreana aullaron con él. De repente Jae sintió una presión
llenar el aire que casi lo llevó a sus rodillas. Los aullidos cesaron. Él
observó mientras todos los lobos pura sangre se arrodillaron y un muy, muy enojado Siwon retumbó a través de las puertas
del gimnasio.
Cuando
Jae volvió a mirar a Yunho, pudo verlo luchando
bajo el peso del
poder de su Alfa. Un par de veces se tambaleó, pero continuó. «Bárbaro estúpido». Él puso los ojos en blanco y cerró el resto de la distancia entre ellos.
Negó con la cabeza.
—
¿En qué estabas pensando? — Él le gruñó pero sabía que no era a
él — ¿Quieres que nos separen? Porque eso es lo que van a
hacer si no puedes evitar perder la cabeza.
Dejó de hablar
cuando Siwon se acercó a él. Sus ojos brillaban de un azul profundo. Él extendió la mano y
alguien puso un par de pantalones de ejercicio en él.
— Cambia de vuelta. — Su voz era baja, pero no menos imponente de lo que hubiera sido un
grito. Yunho cambió y Jae se volvió rápidamente. Cuando ya no oyó el roce de la
ropa, se dio la vuelta para ver los ojos de Yunho sobre él, no en Siwon.
— ¿Estás
bien? — le preguntó.
Jae vaciló mientras pensaba en cómo el
lobo lo había agarrado, incluso violado. Había sentido sus garras perforando su
piel… Decidiendo que era
probablemente mejor para cada persona en la vecindad si él no mencionaba ese
pequeño bocado, mintió… sólo un poco.
— Estoy bien.
Siwon se volvió hacia Shindong.
— Por favor, dales mis disculpas a los Alfas y
hazles saber que voy a disciplinar a mi manada en consecuencia. Vamos a
despedirnos hasta los acontecimientos de esta noche.
Shindong asintió.
Siwon miró a los otros miembros de su
manada. Uno a uno, bajaron la mirada, dejando al descubierto sus cuellos.
— Manada, reúnanse conmigo en la habitación en
la que desayunamos. Ahora.
— Jae.
Seulong se acercó a Jae. Changmin y Junsu
ya habían aparecido a su lado.
—
¿Estás bien? — preguntó
Seulong.
— No estoy muy seguro de cómo me siento en
este momento — admitió
Podía sentir los ojos de Yunho sobre él
mientras caminaba detrás de ellos.
—
¿Qué pasó, Beta? — preguntó Yoochun.
— Ahora no — respondió Yunho bruscamente.
Uno a uno, los miembros de la manada se
presentaron en la sala de desayuno. Las mesas y las sillas habían sido
removidas. En su lugar había sillas de descanso. Siwon no se sentó. Heechul se
unió a él y se veía igual de enojado. Jae
vio como todos los machos se miraban entre sí. Ninguno cedería y se sentaría
hasta que Siwon lo ordenara. Una vez todo el mundo estuvo dentro, Chansung
cerró la puerta con un chasquido siniestro.
Para sorpresa de Jae era él a quien Siwon
se dirigió en primer lugar.
— Jae, por favor explícame con el mayor
detalle posible lo que pasó.
Él respiró hondo antes de empezar.
— El último lobo con el que estaba entrenando
me toqueteó —
dijo Jae con franqueza. Yunho gruñó, incluso Yoochun y Hayami gruñeron
ante sus palabras. Siwon respiró hondo.
—
¿Eso es lo más detallado que puedes ser?
— Al principio su mano sólo estaba posada en
mi pecho, lo que hubiera pasado por alto. El factor decisivo fue que él apretó
y no lo soltó. — Él
se encogió de hombros incómodamente — Por lo tanto, no fue un tipo de gesto “ups, mi error” o un “hola” pasajero, fue más un gesto como “me gustaría una habitación para la noche,
por favor”.
Yunho se estremecía visiblemente en la
esquina mientras trataba de mantener a su lobo bajo control.
— Yunho, cálmate — le ordenó Siwon.
—
¿Ha dejado alguna marca en ti? — Siwon se giró hacia Jae.
Interiormente, Jae maldijo porque realmente había estado esperando
evitar esta parte.
— Cuando dices marcas… — empezó Jae vagamente.
Antes de que Siwon pudiera comentar Yunho
estaba a su lado, girándolo para enfrentarlo a él. A pesar de que fue muy amable
con él, su toque fue firme,
decidido. Su mano, ahora firme, se acercó y le acarició el rostro.
— La verdad, Jaejoong. ¿Ese mestizo dejó
marcas sobre ti? — Las
palabras de Yunho fueron tan suaves. Él se dio cuenta que no quería tener esta
conversación delante de todos.
— No estoy seguro. Realmente no he tenido la
oportunidad de comprobar.
— Comprueba — dijo Yunho simplemente. La mandíbula de Jae se
abrió.
—
¿Qu-qué, aquí? ¿Ahora?
Heechul se acercó a Jae y tiró de él
hacia un lado. Yunho volvió a mirar a
todos los machos de la habitación y gruñó. En un instante todos le dieron la
espalda. Él volvió a mirar a Jae. Heechul estaba ayudándolo a levantar su
camisa. Cuando Jae se fijó en él, detuvo su camisa de ir más arriba.
Se aclaró la garganta.
— Lobo, no te has ganado ningún privilegio
especial. Así que a menos que estés repartiendo Benjamins, no llegarás a ver el
show.
En ese momento sus pensamientos acerca
de él estaban lejos de ser inapropiados, sin importar qué parte viera. Pero él
comprendió que él no se sentía cómodo con él viéndolo sin ropa. Así que cedió y
se volvió.
Los otras chicos se acercaron para
formar un semicírculo a su alrededor mientras él esperaba con impaciencia. Casi
se giró cuando oyó el jadeo de Changmin.
— Maldita sea — murmuró Changmin.
Heechul miró a su compañero; él estaba
gruñendo.
— Tiene hematomas y marcas de garras.
— Maldita sea — jadeó Junsu cuando se inclinó
alrededor de Heechul. Key se tapó la boca para evitar soltar una palabrota.
Seulong asintió.
— Eso va a estar allí por un tiempo, Jae.
Jae puso los ojos en blanco mientras
observaba a Yunho retorcerse mientras trataba de evitar mirar.
— Su lujo de detalles realmente está ayudando
a mantener a todos calmados, chicos — dijo Jae con sarcasmo
— Sólo relájense. No es como si tendré sus marcas en mí para siempre.
Él se dio cuenta del error de sus
palabras un segundo después de que salieran de su boca. El lobo de Yunho
consideraría eso como otro lobo marcándolo, reclamándolo. Jae sabía que no lo
había hecho… sólo era un chico pervertido.
Yunho
empujó a todos los
chicos fuera de su camino
y estuvo de pie frente a
él más rápido de lo que Jae pudiera parpadear. Él se quedó inmóvil mientras lo miraba a la cara, sus rasgos
oscuros acentuados por la ira. Lo sintió tirar de su camisa hacia abajo para
cubrirlo. Él todavía no podía moverse.
— Una vez más, Jaejoong, haces trivial algo
que es serio. — Los ojos de Yunho se estrecharon
peligrosamente — ¿Por qué?
— No estoy diciendo que lo que hizo estuvo
bien, pero podría haberlo manejado. Él sólo estaba siendo un chico. Vio una
oportunidad de conseguir un poco de acción gratis y la tomó. Soy perfectamente
capaz de darle patadas a un hombre en las bolas, B. No necesito que vayas todo
colmillos y garras sobre él.
Todos los chicos en la sala se
estremecieron al oír las palabras de Jae excepto Yunho. Él estaba inamovible en
este punto.
—
¿Sólo estaba siendo un chico?
¿Sólo estaba SIENDO UN CHICO? — Rugió Yunho — ¡Él te tocó! Tenía sus manos sobre ti, sobre
tus…
—
¿Partes íntimas? —
ofreció Jae, oh, tan amablemente. La boca de Yunho se apretó.
— Sí, Jaejoong. Él tenía sus manos sobre tus
partes íntimas. Eso no es “siendo sólo
un chico”, eso es ser un imbécil. ¡Un imbécil que tocó lo que es mío!
Jae debía callarse
y cortar sus derrotas, pero dar marcha
atrás nunca había sido su fuerte.
Junsu observó, fascinado por el
argumento subsiguiente frente a él. No creía que ninguno de ellos realmente se
diera cuenta de lo apasionados que eran el uno por el otro. Sin embargo, él no
estaba seguro de que fueran a sobrevivir su apareamiento sin que uno de ellos
estrangulara al otro. Las palabras que Jae estaba escupiendo en el momento
estaban sacando seriamente las probabilidades
de supervivencia fuera de su esquina.
—
¿Estás enojado porque él llegó primero, lobo? Porque si ese es el caso
me parece necesario recordarte que tu oportunidad está por venir.
Los chisporroteos, toses, y maldiciones
que recorrieron la habitación fueron enfatizadas por Changmin sorprendiendo a
todos con un:
—
¿Qué DEMONIOS, JAE? Cállate.
Jae no apartó los ojos de Yunho mientras
contestaba lo que era ciertamente retórico.
—
¿Qué? Sólo estoy recordándole que, en última instancia, yo soy suyo.
— Sí, bueno, hacer hincapié en que otro lobo
tenía sus manos sobre toda tú, sin contar que eso sucedió delante de tu
compañero, no está ayudando realmente — replicó Changmin.
La mano de Yunho se alzó mientras
apretaba sus ojos cerrados. Se pellizcó el puente de la nariz, sosteniéndose de
un hilo.
— Alfa. — La palabra era una súplica.
— Parejas acopladas, por favor lleven a los
chicos de vuelta a sus habitaciones. El resto diríjase de nuevo a su
habitación.
Todo
el mundo estaba
en movimiento excepto
Jae y Yunho. Siwon fue el
último en salir de la habitación. Antes de cerrar la puerta se volvió a mirar a
Yunho, quien no apartó la mirada de Jae.
— Entiendo por qué lo hiciste, Beta. Y puede
que debido a que eso dejó marcas en su piel tú no serás castigado por tu
insolencia.
Yunho observó a Jaejoong devolverle la
mirada sin pestañear. No podía recordar un momento en su larga vida en el que
hubiera estado tan enojado. Empezó a temblar con la urgencia de cambiar,
recordando la mano del lobo en su compañero.
Jaejoong dio un paso hacia él,
completamente impávido ante su falta de control. Él colocó las manos a ambos lados
de su cara y antes de que él se diera
cuenta, se puso de puntillas y presionó sus labios contra los suyos.
Yunho deseó poder decir que él dudó en
considerar las consecuencias de sus acciones, pero en ese momento nada podría
haber calmado su lobo de la manera en que ese toque íntimo lo hizo. Sus brazos rodearon
su pequeña cintura, acercándolo más. A medida que su
cuerpo se encontraba con el suyo, Yunho inclinó la cabeza para profundizar el
beso. Lo oyó gemir y gruñó en respuesta. Cuando sus lenguas se encontraron casi sonrió.
Él no había tratado con vacilación
deslizarse en su boca, no su chico. Él se lanzó confiadamente, retándolo a
responder. Lo sintió estremecerse cuando lo acercó más, su pecho fuertemente
presionado contra él. Eso trajo sus pensamientos de vuelta a su lesión.
La posesividad se lanzó hacia delante,
confundiendo su cerebro, y su beso se volvió desesperado. Lo levantó por la
cintura y lo presionó contra la pared, ni una solo vez separando sus labios de
los de él.
Jae le echó los brazos al cuello y se
impulsó hacia arriba, luego envolvió sus piernas alrededor
de su cintura. Este valiente
movimiento le permitió
empujar a través de la niebla. Él suavizó el beso y después de unos
pequeños persistentes, se echó hacia atrás.
Yunho notó lo hermoso que se veía, sus
labios rojos e hinchados por su beso, sus ojos medio cerrados mientras trataba
de recuperar el aliento. Lentamente él desenvolvió sus piernas y bajó al suelo.
Él no podía negar la atracción que sentía por su confianza. Él no se sonrojó ni
se disculpó por haber llegado a ser
tan apasionado, no trató de ocultar el deseo que llenaba sus ojos, y no bajó
los brazos para concederles algo de espacio. Él se agarró con fuerza y sonrió seductoramente.
— Eso fue delicioso. ― Yunho rió.
— De todas las cosas que puedes decir:
apasionado, asombroso, increíble, inigualable, ¿y sales con delicioso?
— Fue todas esas cosas — estuvo de acuerdo — Pero
ninguna de ellas describe cómo sabes.
— Jaejoong. — Su nombre fue un gemido sacado desde su pecho.
—
¿Cómo lo describirías entonces? — le desafió.
—
¿Qué parte? ¿Tu sabor? ¿La sensación de tus labios sobre los míos? ¿Tener
tu cuerpo presionado tan cerca de mí? ¿Qué quieres que describa, nene?
— La mirada en tus ojos dice lo suficiente — respondió él con suavidad. Jae dejó
caer los brazos y Yunho inmediatamente se sintió frío y vacío.
—
¿Estás mejor? — preguntó
vacilante. Yunho lo pensó por un momento.
— Sí. Gracias. Simplemente no podía calmar a
mi lobo — hizo una pausa—
o a mí mismo.
— ¿Así
que estás tranquilo ahora?
— Algo. — Su sonrisa se desvaneció, reemplazada por una mandíbula apretada y el
ceño fruncido — Sólo necesito un poco de tiempo contigo.
Sólo a ti.
Jae vio como Yunho permitía que la pared
que siempre erigía frente a otras personas bajara. Él lo tomó de la mano y lo
llevó hasta uno de los sofás de dos plazas. Quitándose los zapatos, subió sus
piernas en el sofá y se inclinó hacia su costado mientras sus brazos lo
rodeaban. Él cerró sus ojos y sintió que
él descansaba su mejilla contra su cabello. Hubo un ruido sordo en su pecho
mientras se acurrucaba más cerca.
Yunho cerró sus ojos mientras sostenía a
Jaejoong. Esto era lo que necesitaba su lobo. Estaba empezando a darse cuenta
de por qué Yoochun tocaba a Junsu todo el tiempo. Era como si no podía no
tocarlo. La tranquilidad, comodidad y paz que venía del contacto de Jaejoong
era una droga. Una droga a la que se estaba haciendo rápidamente en adicto.
«Gustosamente», pensó.
— Quedémonos aquí por un tiempo, ¿de acuerdo? — le
preguntó Jae medio dormido.
— Diez mil no podrían alejarte de mi lado.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Por que ese l9bo le hizo eso a Jae que era lo que queria demostrar por que se puso asi o es otro plan de Kangtan para poner fragil la manada de Siwon y quien es el traidor gracias Poleth poer ete capitulo esperare con ansias el siguiente
ResponderEliminarOhhhhhh ya hubo besito.!!!! Q lindos ya no se pueden separar, creo q no esta lejano el dia q esa fogocidad los lleve al apareamiento xD... gracias x ka actu poleth....!!! <3
ResponderEliminarese Yunho poniendo en su lugar a ese mano larga y defendiendo lo suyo
ResponderEliminarlo mas lindo y tierno es como Jae apacigua el lobo de Yunho y me encanto el beso calma furias
Gracias
Ohhhh Por Diooooos Que Mometoooos tan intensamente YunJae😍😍😍😍 no tienes idea de lo mucho que espere ese beso y me quede corta con lo intenso que resulto todo. Ellos ya pedian con todas sus ganas que esto pasara¡¡¡¡ desde que Yunho fue por la mañana para marcar su esencia supe que era "EL CAPITULO" hasta la piel se me puso chinita¡¡¡¡
ResponderEliminarJajaj me dio mucha risa mi Chunnie tratando de salvar el pellejo ante la indesifrable reacion de Jae por las risitas jajaj mas vale prevenir cierto Bebe???😘😘. Y ChangMin oh cosita linda tratando de controlar la intensidad desmedida de Jae. Que bueno que Jae la supo canalizar... y vaya forma😚😚😚. Maldito Lobo su mamá no le amarró las manos "o patas" se cachorro o que demonios????😠
Jae enserio que volvera loco a Yunho, siempre restandole importancia a las cosas.
ResponderEliminarEspero que no castiguen a Yunho por lo qye hizo ademas lo hizo para proteger a Jae de ese acosador.
Me encanto ese beso se hizo esperar pero fue genial en ello demostraron lo mucho que se quieren
Al fin ese beso tan esperado y deseado por ellos y por nosotras, calma fieras, Jae es único. Según Yunho no será castigado por lo que hizo ese lobo, sobre todo porque dejo marcas y hematomas, pero ese lobo no recibirá un castigo por mano larga, deberían o sería un plan de KangTa para algo.
ResponderEliminarGracias!!!
Omg!!! Ese beso fue inteso 😆, estoy un poco retrasara con los capítulos, pero quise dejar pasar un poco psra leerlos todos jejeje, ahora di a leer un paciencia, kyaaaas me encanta él yunjae 💟💟 ,bueno mejor me voy por él otro capitulo jejehe 😋😋😋
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