La fiesta de cumpleaños de Jung YongHwa estaba en todo su apogeo cuando Jaejoong
llegó aquel sábado. Había estado a punto de no ir, pero al final pensó que, si
no iba, Yunho iría seguramente a buscarlo y sería peor.
Ahora más que nunca necesitaba mantenerse apartado de él. Quería tener
su secreto a salvo el mayor tiempo posible. Se había hecho otros tres test de
embarazo y todos habían dado positivos. Tuvo una sensación de vértigo al pensar
que estaba embarazado y llevaba un hijo en sus entrañas. Pero sólo estaba de
seis semanas. Era aún muy pronto para tener garantías de que todo saliese bien.
Los abortos que había tenido en el pasado se habían producido durante las ocho
primeras semanas del embarazo.
Un buen número de camareros uniformados, dando muestras de gran
habilidad y equilibrio, pasaban por entre los invitados llevando en la mano
bandejas con todo tipo de bebidas.
― Señor de Jung ― le dijo uno de ellos ― ¿Le apetece un poco de champán?
― Gracias ― contestó con una sonrisa de
circunstancias ― Pero
prefiero un zumo de naranja.
Con la copa en la mano, se dirigió a la zona de recepción donde un
nutrido grupo de gente se arremolinaba en torno al homenajeado para
felicitarle. Había estrellas de Hollywood, altos personajes del mundo de las
finanzas e incluso algunos representantes de las monarquías europeas, además de
los amigos íntimos de YongHwa y, naturalmente, toda su familia.
Jaejoong se había puesto muy elegante para la ocasión. Tenía que seguir
representando el papel de esposo modelo que había desempeñado durante todos esos
años. Había elegido un traje fucsia que resaltaba el rubio natural de su pelo y
el bronceado que había adquirido en un breve viaje que había hecho
recientemente. Llevaba unos zapatos que combinaban muy bien con su traje de
tacón un poco alto, aunque no lo suficiente como para estar a la altura del
hombre que se acercó a él en ese momento y le puso una mano en la espalda.
Sintió un pequeño sobresalto y estuvo a punto de derramar la copa.
― ¡Yunho! ¿Qué demonios te crees que estás haciendo presentándote así de
esta manera? ― exclamó algo irritado.
― Estás maravilloso esta noche, Jaejoong ― replicó él sin hacer el
menor caso a sus palabras y acercándose a él hasta hacerle sentir su aliento en
el cuello ― Mmm… veo
que te has vuelto a poner ese nuevo perfume. Va muy bien con tu personalidad.
Jae frunció el ceño apartándose de él unos pasos.
― Creo que será mejor que te vayas con tus amigos. Todo el mundo se pondrá
a cotillear si nos ven juntos. No quiero tener más incidentes con la prensa.
― Déjales que hablen ― dijo él con una sonrisa burlona ― ¿O es que no puedo estar un rato con el que
pronto será mi ex esposo? Además, tenemos que discutir aún algunos asuntos.
― Si te refieres a la villa de Jeju, debo decirte que no he cambiado de
opinión. Ya he enviado todos los papeles a tu abogado. No estoy dispuesto a que
me despaches de cualquier manera. Ya te dije que quería esa propiedad.
― Lo sé ― dijo él, tomando una copa de champán
de la bandeja del camarero que pasaba por su lado en ese momento ― Pero el caso es que existe un pequeño
problema ― añadió mientras echaba un buen trago ― Yo también la quiero.
― Pues hay una cosa clara ― dijo Jae con una leve
sonrisa irónica ― Los dos no
podemos tenerla, ¿no crees?
Yunho le dirigió una mirada tan dura como el acero.
― Bueno, he estado pensando en ello. Me gustaría que, al menos durante los
próximos doce meses, la villa continuase siendo una finca privada, tal como
ahora, sin ningún cambio.
― ¿Y después? ― preguntó Jae receloso.
Yunho tomó otro sorbo de champán, demorando intencionadamente la
respuesta para dar mayor tensión e interés a sus palabras.
― Si finalmente sigues interesada en ella, podrás comprársela a mi
familia.
― ¡Oh, vamos! ¿No estarás hablando en serio? ― exclamó.
― ¿Por qué no? Vas a recibir toda una fortuna por nuestro divorcio. Podrás
comprarte diez villas como ésa, si quieres.
― No quiero tu maldito dinero ― respondió Jae
dirigiéndose a la terraza para evitar las miradas curiosas de la gente que
empezaba a fijarse en ellos.
Yunho lo siguió hasta allí antes de que él cerrara las puertas
francesas.
― ¿Cómo te las arreglas para conseguir que las cosas contigo sean siempre
tan difíciles? ― preguntó Yunho.
― ¡Vaya, eso tiene gracia viniendo de ti! Tú eres el que trata de poner
todo tipo de obstáculos legales, haciéndome firmar una pila de documentos tan
grande como dos guías telefónicas juntas.
― No lo tomes como nada personal ― dijo él arrugando el
entrecejo ― Son cosas
de negocios. Tengo que defender los intereses de mis accionistas e inversores.
Jaejoong dejó la copa de zumo de naranja en una mesita, antes de
responderle.
― Ya, ya sé. Toda tu vida no es más que un negocio. Como lo ha sido
nuestro matrimonio. El único problema es que yo no respondí a tus expectativas.
― ¿Qué pretendes decir con eso? ― dijo Yunho con una voz
dura y afilada como un dardo.
― Lo sabes tan bien como yo, Yunho.
― Yo quería que lo nuestro funcionase, Jaejoong ― replicó
él muy sereno ― Lo deseaba
sinceramente, pero, por alguna razón, los dos contribuimos a que las cosas acabaran
mal. Estuvimos casados durante cinco años. Sé que no fue fácil para ti pero,
créeme, tampoco lo fue para mí, viéndote…
No pudo acabar la frase, se apartó unos pasos y apuró su copa de champán
de un solo trago.
Jae lo miró, preso de aquel estado emocional que sentía siempre que se
ponían a discutir. Sabía que Yunho no quería hablar nunca de ese asunto. Jae
pensaba que los abortos que había tenido en su matrimonio habían sido el modo
del que la naturaleza se había servido para decirles que no eran lo bastante
responsables y maduros para ser padres. Hubiera querido hablarle de sus bebés
malogrados. Todos ellos tenían nombre. Jae se los había puesto nada más conocer
su embarazo. Hubiera querido hablarle de cada uno de ellos, de sus sueños rotos
y de sus esperanzas frustradas.
Yunho odiaba el fracaso. Era una palabra que no figuraba en su
vocabulario. Él era un hombre de negocios responsable y comprometido con sus
proyectos, un triunfador. Estaba acostumbrado al éxito y no dudaba en poner en
juego todos los medios necesarios para conseguirlo. Su abuelo y luego su padre
habían levantado con gran esfuerzo el imperio hotelero que él había heredado y
que se sentía en la obligación de perpetuar y acrecentar. No podía perder el
tiempo en nimiedades. Quería resultados y no podía andarse con
sentimentalismos. Así era como había conseguido que Jaejoong fuera su esposo.
Su padre había sufrido por entonces un grave trauma craneal a consecuencia de
un choque frontal en un accidente de tráfico y había sido ingresado en estado
de coma en un hospital, con pocas esperanzas de vida.
Yunho se había fijado en él, pensando que sería el esposo ideal: educado,
inteligente, joven, con buena salud y en la edad ideal para tener hijos. ¡Qué
ciego había estado!, pensó él con amargura. Podía haber elegido otro joven mucho
mejor. Algunos miembros de su familia se habían encargado de recordárselo
sutilmente en más de una ocasión durante esos años: que si tal o cual amigo
suyo acababa de tener un hijo, que si aquel antiguo compañero de la universidad
había tenido gemelos… Cada uno de aquellos comentarios había sido como un puñal
que le clavasen en el corazón, haciéndolo sentirse fracasado como docel y como
esposo, y destruyendo su autoestima y su esperanza de llegar a ser eomma algún
día. No había respondido a las expectativas que los Jung habían puesto en él
para que les diera el heredero que perpetuase la dinastía. Sabía que mientras
siguiera siendo el esposo de Yunho, su familia seguiría todas las noches,
durante la cena, con aquellas indirectas mezcla de reproche y compasión.
Yunho depositó su copa en una mesita de hierro forjado y luego lo miró
fijamente.
― Mi abuelo se está muriendo ― dijo en voz baja con
tono grave ― Me lo dijo
esta mañana. Le quedan sólo uno o dos meses de vida. Nadie más lo sabe.
― ¡Oh, no…! ― exclamó Jae, muy afectado.
― Sí, por eso él quería que toda la familia estuviese aquí esta noche.
Quería pasar una velada feliz en compañía de todos. Comunicará la noticia a la
familia y a los amigos en una o dos semanas.
Jaejoong podía comprender que YongHwa quisiera centrar la celebración en
su cumpleaños y no deseara hablar de su inminente fallecimiento. Era, sin duda,
cosa del orgullo de los Jung. Yunho lo tenía a raudales.
― Gracias por decírmelo ― dijo suavemente, sin
saber muy bien por qué lo decía.
¿Por qué no se lo había dicho antes a Yoochun y a Changmin, que eran sus
hermanos?, se dijo para sí.
― Quiero que reconsideres tu decisión de irte a Japón y pospongas el viaje
para más adelante. Llama al instituto y diles que no puedes presentarte a la entrevista.
Diles que necesitas un permiso por motivos familiares.
Jae lo miró muy sorprendido con la boca abierta.
― No puedo pedir un permiso de trabajo antes de haber conseguido el trabajo.
Le darán mi empleo a otra persona.
― Si creen de verdad que eres la persona más adecuada para ocupar ese puesto,
te esperarán hasta que puedas presentarte.
― No creo que vayan a dejar alegremente el puesto vacante hasta que a mí
se me ocurra aparecer por allí ― dijo Jae muy enfadado ― Soy la persona con menos experiencia de los
tres candidatos. No he vuelto a dar una clase desde que terminé las prácticas
en la universidad. No tendré ninguna oportunidad de conseguir el trabajo si no
me presento a la entrevista.
― No necesitas ese trabajo en este momento, Jaejoong. Tendrás una
asignación más que generosa. Si de verdad quieres trabajar, ya tendrás ocasión
de conseguir un empleo más adelante.
Jaejoong le dirigió una mirada asesina.
― ¿Cómo te las arreglas para tomarte siempre los problemas de los demás
con tanta filosofía?
Yunho le devolvió la mirada frunciendo el ceño y arqueando una ceja.
― ¿Y cómo te las arreglas tú para tener siempre una postura tan
irracional?
Jaejoong se dio la vuelta y se puso a mirar los jardines con las manos
fuertemente agarradas a la balaustrada de la terraza para tratar de
controlarse.
― ¿Tiene esto algo que ver con la salud de tu abuelo o es sólo una
estratagema para tratar de que cambie de opinión sobre nuestro divorcio?
― Tendrás el divorcio que tanto deseas, pero a su debido tiempo. Ahora lo
único que quiero es que mi abuelo viva tranquilo, pensando que nos hemos
reconciliado.
Jae se dio la vuelta bruscamente y lo miró con cara de indignación.
― ¿Me estás pidiendo que vuelva contigo como si siguiera siendo tu esposo?
Él sostuvo su mirada sin dificultad, con expresión serena e impasible.
― Será sólo cuestión de uno o dos meses. Quiero que mi abuelo viva en paz
los días que le queden de vida. Nuestra separación le ha disgustado mucho. No
me había dado cuenta de cuánto hasta ahora.
Jaejoong creyó ver una acusación velada en aquellas palabras.
― No me estarás echando a mí la culpa de su estado terminal, ¿verdad?
Él le dirigió una mirada que parecía reprocharle que se comportara de
una forma tan infantil cuando él, en cambio, trataba de comportarse como una
persona madura y responsable.
― Jaejoong, no pongas en mi boca palabras que no he dicho. Mi abuelo tiene
noventa años. No es de extrañar que tenga alguna enfermedad a esa edad. El
hecho de que esté ya en fase terminal es algo muy triste, pero no inesperado.
Ha fumado mucho durante toda su vida. Ha tenido mucha suerte de haber
conseguido vivir tantos años. Mi padre, en cambio, no fue tan afortunado.
Jae lo miró con indiferencia.
― Sin duda, crees que tengo una mala influencia sobre tu abuelo, que soy
una especie de gafe que le trae mala suerte. Anuncio que quiero el divorcio y
unas semanas después se está muriendo. Parece que ejerzo sobre él una relación
perniciosa, ¿no crees?
― Tú no tuviste la culpa de que mi padre muriera unos días después de
casarnos ― replicó él con la mandíbula contraída ― Nadie la tuvo. Fue sólo un accidente trágico y desgraciado, como muy
bien sabes.
― No estaba hablando de tu padre.
― Los abortos son otra de las fatalidades que ocurren en la vida, como lo
es la vejez ― dijo él sin apenas mover los labios
para hablar ― Son cosas
más corrientes de lo que crees.
Jae le dio de nuevo la espalda para que no se diese cuenta del rubor que
subía por sus mejillas.
― Si volvemos a vivir juntos, lo único que conseguiremos será complicar
aún más las cosas y retrasar nuestro divorcio. Contribuiremos a crear falsas
esperanzas en la familia y luego sufrirán una gran decepción al darse cuenta de
la cruda realidad.
― Soy consciente de que es algo que tendremos que tratar con mucho tacto
pero, de momento, creo que es lo mejor que podemos hacer.
Jaejoong se volvió de nuevo hacia él con un gesto de desdén.
― ¿Por qué? ¿Porque así dispondrás de más tiempo para planear la forma de
poner a buen recaudo todos tus bienes?
― No te conocía en esa faceta, Jaejoong. No sabía que pudieras llegar a ser
tan cínico.
― He madurado, Yunho ― dijo, alzando la barbilla muy
arrogante ― He aprendido
mucho de ti y de los golpes que me ha dado la vida.
Yunho se apartó unos pasos de Jae y se puso a contemplar los bellos
parterres del jardín, tal como él había hecho unos instantes antes. Pero se
agarró con fuerza, no a la balaustrada como Jae, sino al respaldo de un banco
metálico que estaba a más de un metro de distancia. Jae sabía que tenía vértigo
y que le daban pánico las alturas desde que era niño. Era algo de lo que se
había enterado por casualidad, él nunca se lo habría dicho. Así era su
relación, pensó él. Yunho veía aquel miedo irracional como una debilidad que
tenía que vencer. Jae le había visto multitud de veces luchando por dominar
aquella primera reacción de miedo. Su tenacidad le había impresionado, pero
también se había sentido frustrado por no poder ayudarle a superar aquella
fobia. En más de una ocasión había sentido el deseo de acercarse a él para
infundirle confianza, pero no se había atrevido a hacerlo nunca. Sabía que lo
habría apartado como si pensara que pretendía empujarle por el borde de aquel
oscuro abismo que tanto miedo le daba.
― Quiero que mi abuelo muera en paz ― volvió él a repetir tras
un largo silencio ― y estoy dispuesto a hacer cualquier cosa
para conseguirlo.
A Jaejoong, aquellas palabras le resultaron familiares. Sabía que él no
se paraba en nada cuando quería conseguir algo, aunque fuera verse obligado a
volver a vivir con un esposo al que nunca había amado e incluso despreciaba por
no haber respondido a las expectativas que había puesto en él. A Yunho no le
costaría nada seguir interpretando aquella farsa. Ya tenía para divertirse a su
escultural modelo de lencería.
Sabía por propia experiencia que la prensa no siempre decía la verdad,
pero…
«Cuando el río suena, agua
lleva», dice el refrán. Ésa era la duda que lo había corroído multitud de veces
a lo largo de su matrimonio. Yunho había negado siempre todos los escarceos
amorosos que le había adjudicado la prensa del corazón, pero no había
conseguido con ello disipar sus dudas y recelos. Volvían a salir a flote como
acaba el aceite por subir a la superficie de un recipiente con agua por mucho
que se le remueva. Jae había tratado de superarlo todo aferrándose a la
esperanza de quedarse embarazado y tener un hijo que viniera a reforzar la
frágil estructura sobre la que se había cimentado su matrimonio.
Pero eso nunca había llegado a suceder.
Se puso ahora una mano en el vientre y sintió un vuelco en el corazón…
Quizá aún estaba a tiempo…
Yunho apartó las manos de la silla y se dio la vuelta al ver que alguien
se acercaba a la terraza.
― Yoochun ― dijo él con una media sonrisa ― No te vi llegar.
Su hermano Yoochun, dos años más joven que él, lo miró sonriente.
― Hemos llegado un poco tarde. Tuvimos que esperar a que Hani se
despertara de la siesta ― dijo inclinándose hacia Jaejoong y
besándolo en ambas mejillas ― Junsu
estará encantado de poder tener a alguien con quien charlar. Aún se siente un
poco inseguro hablando coreano en público.
― No tiene por qué ― dijo Jae ― Todo el mundo lo quiere mucho y no digamos a
la pequeña Hani.
― Tenemos una noticia que daros ― dijo Yoochun muy
sonriente y orgulloso ― Siento que
quizá os resulte algo molesto oírlo en vuestras circunstancias, pero el caso es
que… estamos esperando otro bebé.
La atmósfera de la sala pareció volverse irrespirable por un instante. Jaejoong
fue el primero en romper el hielo.
― Yoochun, eso es un noticia maravillosa. Me alegro mucho. Debéis sentiros
muy felices. Y, ¿para cuándo va a ser?
― Bueno, aún no estamos seguros del todo ― respondió Yoochun con
cierta timidez ― Sólo hemos
hecho uno de esos test caseros de embarazo. Para ser sinceros, es aún un poco
pronto para asegurar nada.
«¿Qué me vais a decir a mí?», pensó Jaejoong,
con una enigmática sonrisa que ningunos de los dos hermanos supo interpretar.
― ¡Enhorabuena! ― exclamó Yunho felicitando
muy efusivamente a su hermano ― Me alegro
mucho por ti. Estoy deseando otra sobrina, o sobrino, al que darle todos los
caprichos.
Yoochun pareció ahora más aliviado al ver la forma en que su hermano y
su cuñado se habían tomado la noticia.
― Bueno ― dijo aún muy sonriente, pero ahora
con una expresión de malicia en la mirada ― ¿Y qué andabais haciendo aquí los dos solos?
Se produjo otro tenso y largo silencio que pareció quedar suspendido en
el aire como la humedad que precede a la tormenta.
― Jaejoong y yo también tenemos algo que deciros ― dijo
Yunho finalmente, pasando un brazo por la cintura de su esposo y atrayéndolo
hacia sí ― Hemos decidido reconciliarnos.
Ya no habrá divorcio.
Jaejoong se quedó boquiabierto y clavó los ojos en él, pero no dijo
nada. Sentía su brazo alrededor de su talle como una cadena que lo mantuviera
atado a él con la misma fuerza que pretendía hacerlo con sus palabras.
Yoochun miró a los dos sucesivamente con una sonrisa de oreja a oreja.
― Ésa sí que es una gran noticia. ¿Se lo habéis dicho ya al abuelo? Le
haréis el mejor regalo de cumpleaños de todos.
Yunho sonrió con aire de suficiencia.
― Nos disponíamos precisamente a hacerlo cuando llegaste, ¿verdad, Boo? ― dijo
él mirando a su esposo.
Jaejoong sintió deseos de negarlo. Quiso decirle a Yoochun que su
hermano era un hombre cruel, despiadado y manipulador, que no reparaba en nada
con tal de conseguir sus propósitos. Pero sabía que, si lo hacía, le aguaría la
fiesta a YongHwa. El abuelo se estaba muriendo y Yoochun tenía razón: la
noticia de la reconciliación de su nieto favorito con su esposo le colmaría de
felicidad en aquel día de su aniversario. Por eso prefirió esbozar una sonrisa
de circunstancias.
― Ha sucedido todo tan deprisa…
― Tengo que decírselo a Junsu ― replicó Yoochun muy
ufano ― Se va a poner muy contento.
Esto hay que celebrarlo con champán ― tomó la copa vacía de Yunho
y se fue luego a donde Jaejoong había dejado su zumo de naranja por la mitad,
volviendo al poco rato con una sonrisa burlona ― Jaejoong, creo que la ocasión se merece que brindemos con algo más serio
que un zumo de naranja, ¿no te parece?
― No sé… ― respondió, sintiendo sobre sí el peso
de la mirada de Yunho ― No suelo
tomar alcohol.
― Tendrás que hacerlo esta noche ― dijo Yoochun muy
sonriente, saliendo de la terraza para reunirse con su joven esposo y su
pequeña de dos años.
― Yoochun tiene razón ― afirmó Yunho después de un silencio
que pareció interminable ― Ésta es
una noche de celebraciones.
― ¿Cómo te has atrevido a mentir a tu propio hermano de esa manera? ― replicó
Jae con una mirada cargada de indignación ― Esto es sólo una farsa y tú lo sabes.
Él hizo un gesto de indiferencia como tratando de restar importancia a
sus palabras.
― Sólo se trata de hacerle la vida lo más feliz posible a mi abuelo en
estas últimas semanas que le quedan. Me dijiste que querías la villa de Jeju, ¿verdad? ― dijo él mirándolo muy serio ― Pues bien, Jaejoong, créeme si te digo que
ésta es la única forma en que podrás conseguirla.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
esto si que es chantaje Yunho no se quiere deshacer de Jae por que lo sigue amando y no se por que le hace esto a Jae o es Jae el que pidió la separación y por eso Yunho lo quiere retener mas tiempo y haber si no descubre Yunho que su Jae por fin lo ara padre eso es lo que mas anhelan los dos en sus vidas y espero que si se logre
ResponderEliminarGracias
Yo pienso que Yunho no deberia jugar asi con los sentimientos de Jae ya que si ellos decidieron divorciarse es bueno que le deje su espacio y no se ponga a ser chantajista por que cuando uno quiere,quiere que esa persona sea feliz que bueno que el Yoosu valla a tener otro hijo y sean felices pero yo de Jaejoong me fuera nomas a mi trabajo y lo dejara un tiempo solo para el poder estar con su hijo y lo haga sufrir gracias Poleth poreste capitulo ya que la trama esta muy emocionante
ResponderEliminarhi
ResponderEliminarQue matrimonio extraño, no hubo amor en el pasado???? Yunho no dice nada... tal parece que no asume su amor por Jae. Es com si su orgullo estubiera más que herido, primero por no haber obtenido el hijo que tanto espera. Y segundo porque no logra tener bajo control los sentimienros de Jae pero sobre todos los propios. Obvio el abuelo le importa y más en tales condiciones, pero es obvio que es un intento de retener a Jae al.menos por un tiempo más. POR FA DANOS DETALLES DEL Yoosu¡¡¡ la avtirud de Yoochun me resulta rara. Sera que en verdad apresia a Jae??? Aigo tan lindo con su espectativa sobre la noticia dw su Bebe. Sabe que causa doloren su hermano. Y Minie¡¡¡ con Minho o Hayami???
ResponderEliminarTodos esos pretextos que pone Yunho para firmar el divorcio es porque ama a Jae y le cuesta trabajo separarse de él y creo por lo que dicen que Jae fue el que pidió el divorcio, uno por su problema de lo de los bebés y otra por todos los chismes de la prensa donde le inventan novias a Yunho y que no se sabe si son verdad o solo chismes para vender mas, pero haber que resulta.
ResponderEliminarGracias!!!
Se ve que los 2 se siguen amando pero no lo dicen,Yunho hace todo lo posible para regresar con Jae pero no lo dice abiertamente y Jae esta acomplejado por lo de los bebes y los chismes y por eso piensa que Yunho no lo ama y pidio el divorcio,deberian hablar de su matrimonio y ahora que viviran juntos haya un avance para bien
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOtro bebe en camino. El yoosu si q no pierde el tiempo. Sera q se da cuenta del embarazo en esos días de convivencia? O.O jae tuvo abortos anteriores que tristeza :(
ResponderEliminarAmiguis una observacipn: revusa las publicaciones antes de colgarlas aca en este cap se te escapo uno o dos articulos femeninos q se referían a Jaejoong. Por lo demas todo super. Gracias amiga ^.^ esperare el próximo cap :)
Me gusta mucho tu historia vuelve pronto 🙌💕
ResponderEliminarQue interesante 😍😍😍😍😍
ResponderEliminarYa quiero leer mas ❤❤❤❤❤
Jae y Yunho se estan haciendo mucho daño :( espero que los dos piensen muy bien antes de dañarse mas 😍
Muchas gracias por los capitulos 😀
PUES OJALA QUE JAE SI ESTE EMBARAZADO Y QUE SE DE CUENTA YUNHO PRONTO URGEME
ResponderEliminarHola Polhet ,se te de extraña,que es de tu vida vuelve
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