Just One Drop. Cap 11

Yunho se sintió atontado cuando despertó. Sacudiendo la cabeza, pasó sus manos por su rostro.

En un torrente de locura, los recuerdos lo inundaron y se puso de pie de un salto con un gruñido. Pero no había nadie que respondiera, sólo cuatro paredes de piedra. Yunho se acercó a aquella que tenía una puerta. Agarró la perilla y tiró. Estaba cerrada con llave. Se dio la vuelta, asimilando su entorno. La habitación no era grande pero estaba bien amueblada. Una cama con dosel grande con una edredón verde y elegantes cortinas doradas rodeaban el marco apoyado contra la pared más alejada. Al otro lado de la cama había dos sillas con respaldo del mismo tono de verde que el edredón. Por encima de las sillas había un espejo grande enmarcado en oro antiguo con la cabeza de un lobo tallada en la cima. No había ventanas en la habitación.

Yunho gruñó. «Una jaula dorada», pensó. El espejo atrajo sus ojos nuevamente.

 — ¿Por qué un prisionero necesitaría un espejo? — se preguntó en voz alta. Mientras más se acercaba, más se permitía usar su vista de lobo. Finalmente, su rostro a tan sólo unos centímetros del vidrio, se dio cuenta que era un panel de doble cristal. Alguien lo estaba observando.

Yunho gruñó y golpeó el vidrio con tanta fuerza que una pequeña grieta se formó donde su puño hizo impacto.

— Beta, cálmate.

Yunho alzó la vista cuando escuchó la voz de su Alfa. Los altavoces en el techo se hicieron obvios.

 — ¿Por qué estoy encerrado, Alfa? — gruñó Yunho.

— No estás controlando a tu lobo.

 — ¿Controlar mi lobo cuando esos mestizos lujuriosos andan detrás de mi compañero? — gruñó Yunho, interrumpiendo a Siwon.

— No tienes pruebas visibles de que es tu compañero. Déjame manejar esto, Yunho.

 — ¿Cómo encerrarme, evitar que lo proteja, es manejarlo? — se burló Yunho.

La puerta se abrió de golpe repentinamente y Siwon entró. Yunho sintió el poder de su Alfa empujándolo a someterse.

— Entiendo que solo eres mi Beta por decisión, no por falta de fuerza. Tú escogiste esto, Beta. Te someterás a mí, no me faltarás el respeto. — La voz de Siwon fue mortal — Te amo como a un hermano, Yunho. Entiendo que necesites protegerlo, pero tienes que confiar en mí. No tiene que gustarte, pero obedecerás mis órdenes.

Yunho estaba estremeciéndose con ira. Estaba dividido por primera vez en su vida. El único pensamiento de su lobo era llegar a su compañero, protegerlo, reclamarlo, atarlo a él. Pero Yunho, el hombre, podía usar la lógica. Finalmente se hundió hasta ponerse de rodillas y desnudó su cuello. Siwon soltó el aliento que estaba conteniendo y se acercó a él.

— No estoy intentando derrotarte, Yunho, estoy intentando protegerte. Eres fuerte, mi igual, pero dudo que alguno de nosotros pueda encargarse de cuatro Alfas y sus manadas. Lo cual es lo que pasará si atacas a sus machos por mirar a tu compañero de tu manada.

— COMPAÑERO — gruñó Yunho.

— Para nosotros, sí, él es tuyo — dijo Siwon con calma — Para ellos no. Él no lleva tu aroma en su sangre, no carga con tus marcas o tu mordida, no hay ningún vínculo mental. Todas esas cosas son fallos en contra de ustedes dos.

— Realiza la Ceremonia de Vinculación, Siwon. Permíteme completar los Ritos de Sangre. Entonces todo el mundo verá que Jaejoong me pertenece.

Siwon sacudió la cabeza.

— Deja que hable con los otros Alfas. El día de hoy se han encontrado tres verdaderas parejas, quizás estén dispuestos a permitirles a ti y a Jae algo de tiempo para explorar esto sin ningún otro macho en la escena.

 — ¿Por qué es incumbencia de ellos? — Gruñó Yunho — ¿Qué tienen que decir respecto a mí o al destino de él?

— Normalmente, nada. Pero vinimos a una reunión donde los lobos están buscando específicamente a sus verdaderas parejas. Los Alfas están buscando los mejores intereses para sus machos. Si alejas a Jae de los otros machos y él no es tu compañero, entonces podrías estar condenando a uno de sus hombres a una existencia sombría. — Yunho empezó a interrumpirlo pero Siwon lo detuvo — No lo ven como tu compañero, por lo tanto no te dejarán mantenerlo para ti solo. Es tan simple como eso. Afirmar que hay un sentimiento entre ti y él no es suficiente para ellos.

Los hombros de Yunho se desplomaron con derrota mientras la realidad se hundía. Entendía ahora por qué su Alfa lo había encerrado. Independientemente de lo que pensaran los otros Alfas, independientemente de la falta de marcas de acoplamiento entre él y Jaejoong, él y su lobo lo habían reclamado. Ningún macho Canis lupis emparejado permitiría a otro tocar, mirar, perseguir, o coquetear con su compañero. Él no podía confiar en ellos. A la vez, la idea de Jaejoong allá fuera sin él, como su compañero diría: no es muy bueno.

 — ¿Qué hay de Jaejoong? — le preguntó a Siwon.

— Está con Heechul y los chicos. Lo protegeremos, Yunho.

— No quiero que otro lo toque. ¿No puedes evitar que participe en esas estúpidas actividades? — espetó Yunho la palabra como si fuera lo más repugnante.

— Veré que puedo hacer — cedió Siwon — Necesito que consigas controlarte.

Yunho asintió una vez. No miró a Siwon cuando este se fue.

Luego de varias respiraciones profundas, Yunho finalmente se puso de pie. Empezó a pasearse al igual que su lobo se paseaba en su interior, pensando, planeando. El lobo era astuto y no estaría enjaulado, no lo mantendrían lejos de su compañero.

>>>♥<<<

Jae yacía en su cama, mirando fijamente el techo. Estaba inquieto, enojado… «No», pensó, «estoy furioso. Enojado no empieza a cubrir lo que siento.»

Se puso de costado, acomodando la almohada unas cien veces, e intentó contar cada animal que había salido del Arca. Nada ayudó. No podía dormirse, no cuando sabía que Yunho estaba encerrado.

Siwon no le diría dónde. «Lobo astuto», pensó. Seguro que no se encontraba en algún calabozo o prisión tosca. Siwon nunca permitiría que uno de los suyos fuera tratado de esa manera. Pero aun así, los lobos estaban destinados a ser libres, a correr y vagar. Yunho no manejaría bien el estar enjaulado.

Gruñendo en voz alta, Jae alcanzó su iPhone. Enchufó los auriculares y se los puso en los oídos. Sin revisar su música, sólo golpeó el botón de reproducir y esperó. Sonrió cuando empezó “Fight for You” de Jason Derulo. Su sonrisa se amplió cuando pensó en el plan que estaba poniendo en marcha.

Oh, sí. Lucharía por Yunho. Qué Dios ayudara a aquellos que se encontraban en el lado equivocado del campo de batalla.

>>>♥<<<

A la mañana siguiente, Jae observó a Seulong moverse por la sala donde la manada de China estaba tomando el desayuno. Siguió los movimientos exactos del progreso de Seulong mientras el lobo empezaba una conversación con el macho interesado.

Jae se había preguntado por qué un lobo mostraría interés si las marcas de emparejamiento no aparecían. Su mandíbula cayó al suelo cuando Seulong y Key le explicaron que en los pasados años, cuando las verdaderas parejas eran encontradas, a veces tomaba varios días que las marcas aparecieran. Cuando Jae empezó a replicar sobre ello, Key agregó rápidamente que nunca tomaba más de cuatro días. Yunho y Jae habían estado cerca el uno del otro por meses.

Jae había preguntado luego por qué nadie se había molestado en divulgar ese pequeño bocado. Key dijo que Heechul les había dicho que los Alfas no querían que los machos fueran excesivamente atrevidos con ninguna hembra o docel, sólo por atracción, por días con una esperanza de que las marcas aparecieran.

La respuesta de Jae:

— Quizás sería mejor castrar a los machos y cortar todas las amenazas y las meadas en lo arbustos.

Hayami había escuchado y gruñó, luego palideció cuando Jae lo había mirado e hizo un movimiento de tijeras con los dedos. Mientras lo hacía, cantó la melodía de Wheels On the Bus: “Las tijeras al lobo van a cortar, cortar, cortar.”

Pero ahora, Seulong estaba hablando con el lobo que lo había estado mirando ayer. Él era apuesto, alto y fuerte, como todos los Capis lupis.

— Hola — dijo él con una sonrisa taimada.

— Hola — respondió Seulong con su propia sonrisa dulce — ¿Cuál es tu nombre?

— Jovin. ¿El tuyo?

— Seulong. — Él pestañeó — Entonces, ¿quieres ir a alguna parte? ― El rostro de Jovin se iluminó.

— Seguro.

Mientras él se ponía de pie y se despedía de sus compañeros de manada, Seulong se volvió hacia los CF y les alzó un pulgar. Ahora a conseguir que él le entregue la mercancía. Puso los ojos en blanco. «Estoy hablando como los americanos ahora», gimió.

Rápidamente dominó su expresión cuando Jovin lo tomó de la mano y lo sacó de la sala.

— Entonces, oh, gran maligno, ¿cuál es tu plan? — le preguntó Changmin a Jae secamente.

Jae se frotó las manos y sonrió.

— Bueno, comienza con un strip póker.

— Ahh, buen Dios. Siempre empieza con un strip póker.

 — ¿Recuerdas lo que pasó la última vez que jugaste strip póker? — agregó Junsu.

— Esto suena bueno — chilló Key, agachándose en el suelo de la habitación de Jae.

— Oh, vamos. Eso fue una solo vez. O sea, en serio, uno pierde un pequeño juego de strip póker…

— Jae, contigo siempre es “solo fue una vez” — suspiró Changmin.

— Ves, eso es bueno. Significa que aprendo rápidamente. — Jae se encogió de hombros.

— Increíble. — Junsu lanzó sus manos al aire — Encuentra una manera de justificar cualquier cosa.

 — ¿Quieres escuchar mi brillante plan o te gustaría enumerar todas mis transgresiones?

— No. — Changmin fue el que alzó las manos ahora — Vamos a seguir cavando en esa caja de pandora y acabaremos encontrando algo peor que el brillante plan que estás preparando que nos vas a explicar.

Jae fulminó a Changmin con la mirada.

— Si terminaste…

— Por supuesto. ― Key miró a Junsu.

 — ¿Siempre son así?

— Créelo o no, esto es bueno. Han considerado asesoría, pero creo que están intentando resolver sus diferencias ellos solos.

— Bien, pícaros, escuchen. — Jae se puso de pie con las manos en las caderas, el acero estaba en sus ojos — Como estaba diciendo, empieza con strip póker. Necesitamos algo que los mantenga distraídos por un momento. De esa manera, Junsu y Changmin tendrán bastante tiempo para ir a través de las habitaciones de los lobos.

— Oye, oye. Me perdiste en lo de Junsu y las habitaciones de los lobos. — Junsu retrocedió.

— Bueno, si crees que Yoochun estará bien con que juegues strip póker con un grupo de lobos sin pareja, entonces está bien…

— De acuerdo, buen punto — concedió Junsu.

— Pero, ¿qué se supone que buscaremos en sus habitaciones?

— Ropa — afirmó Jae — Todas ellas. No quiero que tengan una pisca de ropa que ponerse. Ropa de cama, también. Sábanas, toallas, edredones. Que desaparezca todo.

 — ¿No serán capaces de simplemente transformarse a sus formas de lobo? No necesitarán sus ropas — interpuso Key.

— Ahí es donde las cosas se ponen complicadas.

 — ¿Más complicado que confiscar un montón de ropa de hombre y de alguna manera llevársela sin ser vistas? — preguntó Changmin sarcásticamente.

— Complicado porque voy a tener que hablar con Luhan. Estoy pensando que si tienen drogas para someter a los hombres lobos, entonces quizás tengan drogas para prevenir que se transformen.

Junsu sonrió.

— Malvado, retorcido hombre.

— No quiero que nadie salga lastimado, pero no quiero que piensen que pueden meterse con lo que es mío y salir impunes. Entonces, aunque pueda parecer leve, van a estar humillados.

Key, quien había estado escuchando atentamente, levantó la mano. Jae lo miró.

 — ¿Qué pasa, lobo?

 — ¿Cómo sabes que ganarás en el strip póker?

— Jae nunca pierde — dijo Changmin como si tal cosa. Jae se encogió de hombros.

— Lo que está intentando decir es que, yo nunca pierdo.

— Bueno — dijo Junsu lentamente — Entonces, strip póker y un éxodo masivo de todas las formas de cubrirse. — Ladeó la cabeza a un costado — ¿Qué vamos a hacer con dichas ropas, toallas, etc, etc?

 — ¿Qué les parece una fogata, chicos? — Jae guiñó un ojo — El fuego es mi especialidad, después de todo.

Changmin volvió a gemir.

— Strip póker y fuego. ¿Alguna vez aprende?

Jae empezó a pasearse. Iban a necesitar ayuda. No había manera de que Changmin y Junsu pudieran conseguir todas las cosas de esas habitaciones ellos solos. «Piensa, Jae. Dios, se supone que eres el maquinador de esta pandilla.»

Se devanó los sesos. Necesitaba a alguien que pudiera moverse por la mansión con libertad.

Alguien a quien no le prestarían atención.

No había manera de que dejaran a alguna de las hembras o doceles caminar por los pasillos sin invitación. Pero un macho iría donde le plazca. «Bah, era como si estuviéramos de regreso al siglo dieciocho o algo así.»

— Necesitamos a un amigo — anunció Jae, luego su cabeza se alzó de golpe hacia Junsu — ¿Estás dejando escuchar todo esto a tu bola de pelos?

Junsu sacudió la cabeza negativamente, aunque sabía que tan pronto como Yoochun se enterara iba a estar enfado hasta la médula.

— Bien, no lo hagas. Sabes que nos encerraría hasta que todo esto haya acabado. — Jae se golpeteó la barbilla — ¿Quién sería más sencillo? ¿Hayami o Leeteuk? — pensó en voz alta.

Hubo un golpe en la puerta. Jae se acercó y la abrió para ver la dulce sonrisa de Hayami. «Iba a ser Hayami.»

— Estaba comprobando para asegurarme de que los jóvenes están bien. — Sonrió. Si Jae no estuviera embelesado por cierto lobo fuera de control podría haberse sentido atraído por Hayami.

— Hayami, las parcas te han enviado — dijo Jae dramáticamente, estirando el brazo para indicarle que entre.

Junsu puso sus ojos en blanco.

 — ¿Qué está haciendo? — murmuró Changmin.

— Salvando nuestros traseros al último minuto — respondió Junsu.

— Bueno saberlo.

Hayami entró con cautela.

— Las parcas me han escogido, ¿eh? ¿Debería preguntar?

— Bueno, probablemente serás considerado culpable por asociación de todas formas. Podrías meterte de lleno desde el principio. — Jae sonrió dulcemente hacia él — Además, siempre digo que si vas a hacerlo, hazlo en grande.

Él miró a los otros chicos en la habitación.

— Sí, habla en serio — ofreció Junsu secamente.

 — ¿Qué necesitas? — Luego resopló — Sólo para que conste, juraré que me chantajeaste para entrar en esto.

Jae sonrió.

— Sabía que eras más que sólo una cara bonita. ― Hayami resopló, levantando una solo ceja hacia él.

— Necesitamos que ayudes a Changmin y Junsu a robar ropa, sábanas, toallas. Casi cualquier cosa que pudiera tratar de cubrir su gloriosa desnudez. — Jae estaba caminando por la habitación mientras hablaba todavía pensando en la logística de su plan. Cuando Hayami le dio una mirada confundida, agregó— Oh, de los lobos que planearon esa pequeña aventura de película.

— Bien… primero. Sólo quiero decir que no creo que sea una mala idea, sino que pienso que es una idea seriamente mala.

— Seriamente mala — repitió Jae — Bien, anotado.

— Muy bien, digamos que sigo con esto y ayudo. ¿Cómo exactamente se supone que vamos a sacar todos esos artículos de las habitaciones?

Jae detuvo su caminar y soltó un fuerte resoplido.

— Esto es lo que tengo. Todas las habitaciones tienen ventanas en ellas, ¿cierto?

Hayami asintió.

— Bien, entonces, ¿qué tal si Junsu y Changmin te tiran los artículos por la ventana? De ese modo podrías tomarlos y hacer una pila en el patio principal.

— Está bien, ¿luego qué?

— Entonces encendemos un fósforo y los vemos arder, nene. — Los ojos de Jae se entrecerraron y la sonrisa que se deslizó por su rostro hizo que escalofríos recorrieran la espalda de Hayami.

La habitación estuvo en silencio por varios minutos.

— Así que, ¿cuándo se supone que vamos a hacer esto y dónde van a estar los lobos? — preguntó Hayami finalmente.

— Oh, sí. Te perdiste esa parte — balbuceó Jae, luego se animó — Bueno, empieza con strip póker.

— Aquí va — murmuró Junsu. Los ojos de Hayami se ensancharon.

— Oh no, Jae. Huh uh, de ninguna jodida manera. Yunho me arrancaría la cabeza si piensa que te dejé jugar strip póker con un grupo de machos. De ninguna manera va a pasar. Puedes olvidarte de tu plan y esperar por Yu…

Hayami fue abruptamente interrumpido cuando Jae se acercó tanto a él que sus pechos se tocaron.

Él intentó retroceder, pero él agarró el frente de su camisa y lo mantuvo en el lugar.

— Escucha y escucha bien, peludito — gruñó Jae — Así es como ha ido mi día. Pasé la mañana esquivando patas mugrientas, literalmente, solo para tener una pata mugrienta aterrizando en mi pecho y apretando con mucha fuerza. Vi al lobo que probablemente es mi compañero luchar con tal cachorro de patas mugrientas y terminar en toda una lucha sangrienta. Luego me levanté la camiseta en una habitación llena de lobos para mostrar las, oh, tan bellas adicciones a mí ya glorioso pecho. ¿Hasta aquí estás conmigo?

Hayami era inteligente y no hizo nada más que respirar.

— Para colmo, estas pulgas caminantes me grabaron a mí y a mis chicos sin nuestro conocimiento cuando estábamos siendo poco decentes… nuestra culpa. Luego, después de que Yunho les dijera que lo tiraran y los dejó ir, ellos lo pusieron en una gran pantalla y tuvieron una fiesta… no nuestra culpa. Tuve que exhibirme a la maldita manada entera para evitar que Yunho matara a los idiotas, lo que significa que él vio los moretones y todo eso, y seguramente me encerrará en una habitación hasta que decida que puede manejar a otros machos estando cerca de mí nuevamente. Encerraron a Yunnie porque fue hecho un basilisco sobre ellos, lo que significa que no voy a estar con él. Soy un docel. No puedo desafiar a esos idiotas, limpiarían el piso con mi trasero. Pero puedo emparejar las cosas. Demonios, no hay furia como la de un docel despechado, Hayami. Harías bien en recordarlo. — Él soltó su camisa y retrocedió, pero le sostuvo la mirada — Estoy cansado, estoy furioso, quiero ver a mi lobo, y me duele el pecho. No me digas que no tome represalias contra aquellos que me ofendieron. ¿Estamos en la misma página?

Hayami se frotó la cara y dejó escapar un suspiro. Volvió a mirar a Jae y una gran sonrisa se extendió en su rostro.

— Me alegra tanto que seas el compañero del Beta. ― Jae ladeó la cabeza hacia un lado.

 — ¿Por qué dices eso?

— Porque alguien necesita evitar que su cabeza se agrande más de lo que ya está y tengo la sensación de que eres el lobo para hacerlo. Eso, y que tú lo mantendrás ocupado — Hayami meneó las cejas sugestivamente — y lejos de nuestros cabellos.

— Huh, él tiene egomanía — concordó Jae — De regreso al problema en cuestión, ¿estás dentro o fuera?

Los ojos de Hayami se suavizaron.

— Estoy dentro. Alguien tiene que asegurarse de que salen vivos de esta. Aahh, es una mala idea — gimió.

Jae sonrió.

— Estoy muy contento de que veas las cosas de nuestra manera. Odiaríamos tener que atarte y meterte en un armario en alguna parte.

La cabeza de Hayami giró bruscamente hacia los otros chicos.

— Una vez más — dijo Changmin secamente — sí, lo dice en serio.

>>>♥<<<

Luhan estaba sentado en su escritorio, continuaba en la búsqueda de los archivos por cualquier documentación sobre el emparejamiento de los latentes y los pura sangre Canis lupis. La puerta se abrió de repente.

— Doc, necesitamos de su ayuda — anunció Jae mientras él y Changmin entraban.

Luhan se recostó en su silla y sonrió.

 — ¿Cómo puedo servirles, chicos?

— Primero necesito que prometa que mantendrá una mente abierta y me dejará terminar antes de enloquecer. — Jae sostuvo la mirada de Luhan, esperando a que el doctor aceptara antes de continuar.

— Está bien, lo haré. Prometo mantener una mente abierta y no enloquecer hasta el momento apropiado.

— Genial. — Jae tomó asiento en una de las dos sillas en frente del escritorio y Changmin tomó la otra — Estoy declarando la guerra a los hombres que fueron lo suficientemente estúpidos para provocar a mi compañero.

 — ¿Tu compañero? — interrumpió Luhan.

— No no, Doc. Prometió mantenerse al margen hasta que terminara. — Jae le arqueó una ceja.

Luhan levantó las manos en señal de rendición.

— Como estaba diciendo, estoy declarando la guerra. No quiero herir a nadie pero sí quiero mandar un mensaje claro de que las parejas en esta manada no van a aceptar mierda de nadie, ni vamos a tolerar que ellos enojen a nuestros hombres. — Jae hizo una pausa esperando a ver si Luhan iba a decir algo. No lo hizo — Así que he estado cocinando un plan, que aunque es inofensivo, será bastante humillante.

Empezó a explicar los detalles de su plan. Al mismo tiempo, los ojos se Luhan se fueron abriendo más y más.

— Ahora bien, un problema que estaba tratando de solucionar era cómo asegurarme de que todos vayan a ver los Chippendales. Creo que he encontrado la solución. Key y yo seremos los que los invitaremos a jugar cartas con nosotros. Les diremos que tenemos que jugar en el gimnasio después de que todos se hayan ido porque no podemos tener sus esencias en nuestras habitaciones o nuestros machos enloquecerán. Entonces, después de que Junsu, Changmin y Hayami hagan su parte, ellos podrán tomar los volantes, hechos por mí, e ir puerta por puerta a repartirlos. — Jae sonrió, obviamente satisfecho consigo mismo.

Changmin lo miró, con la frente arrugado.

 — ¿Qué va a decir el volante exactamente?

— Que deben venir a una fiesta multi-manada después de horas en el gimnasio. Inteligente, ¿no? — Jae levantó la mano a Changmin para chocarlas.

Changmin le dio un golpe reacio a la mano.

— Pero cuando lleguen al gimnasio en lugar de una fiesta van a obtener una vista de…

Jae interrumpió.

— Lobos con el trasero desnudo. ― Luego se echó a reír.

— De verdad estás empezando a asustarme — dijo Changmin cansadamente.

Cuando Jae miró a Luhan expectante, él se inclinó hacia adelante y puso sus codos sobre el escritorio. Tomando una respiración profunda, preguntó:

 — ¿Y qué es exactamente lo que necesitas que yo haga en este loco, aunque ingenioso, plan?

— Estábamos esperando que tal vez tú supieras de una forma de impedir a los lobos transformarse — explicó Jae — Sería un poco inútil si ellos pudieran transformarse en sus formas de lobo.

— Vaya. Sin presión, ¿eh? — La sonrisa de Luhan fue leve, pero no los había echado de su oficina… aún — No conozco ninguna droga que se haya desarrollado para este propósito. Un Alfa puede impedir a sus lobos cambiar, pero, ¿lo tomo como que no quieres que ninguno de los Alfas esté al corriente de este plan tuyo?

— Estarías en lo correcto.

Luhan se tocó la barbilla mientras pensaba en todas los cosas que sabía respecto a la medicina y los lobos. Changmin de repente saltó.

— Santa mierda.

— Uh, Changmin querido, ¿te gustaría compartir tu obvia epifanía? — preguntó Jae.

— Nepeta — susurró Changmin.

 — ¿Nep-qué?

— Nepeta — repitió — No me preguntes cómo sé esto porque no tengo ni una jodida idea. Sólo estaba sentado aquí pensando en lo loco que eres…

— Sí, gracias por el voto de confianza — murmuró Jae.

—… y luego, ¡BAM! Sólo está allí en mi cerebro. Nepeta. Impide a los lobos transformarse.

Luhan estaba sentado con su boca abierta, mirando a Changmin. Changmin miró al doctor, y lanzó sus manos al aire.

— Les estoy diciendo que no sé de qué diablos se trata todo esto, pero ahí está.

Jae se levantó, y se fue alrededor de la computadora del doctor, empujando contra el doctor para tener acceso al mouse y el teclado.

— Mueve tu aturdido trasero hacia un lado y déjame hacer un poco de investigación, doc.

Luhan distraídamente rodó su silla fuera del camino de Jae mientras él empezaba a teclear.

 — ¿Qué estás haciendo?

— Buscando Neptun — respondió Jae.

— Nepeta — le corrigió Changmin — N-E-P-E-T-A. ― Él lo miró.

 — ¿Incluso sabes cómo deletrearlo? ― Changmin asintió y trago duro.

De repente Jae rió.

— Oh, esto es demasiado. El nombre más común para nuestra pequeña congeladora de cambio es hierba gatuna. — Changmin en realidad dejó escapar algunas risas mientras Jae golpeaba el escritorio — No sé qué puede ser aún mejor que eso.

Luhan finalmente fue sacado de su shock momentáneo cuando Jae lo sorprendió con el golpe al escritorio. Miró a Changmin y sonrió.

— Uh, doc. Me está asustando — admitió Changmin de mala gana.

— Creo que eres un sanador — le dijo Luhan con admiración — Un sanador gitano.

Jae miró de Luhan a Changmin y de vuelta.

 — ¿Cómo dijo?

— Cada siglo más o menos, un sanador gitano aparece en una manada de Canis lupis. No hay ninguna razón para ello. Pero es un gran honor y empuja las balanzas de poder mayormente hacia esa manada — explicó.

 — ¿Qué quiere decir con “aparece”? — preguntó Changmin.

— Sólo que quién sea él, y el sanador siempre es docel, dondequiera que él esté, el destino lo trae a la manada a la que va a servir. Tú fuiste destinado a ser amigo de Junsu, porque Junsu era la clave para guiarte a esta manada. Así como Jae estaba destinado a ser amigo de Junsu, porque él también iba a ser una parte de la manada Coreana.

 — ¿Cómo es eso siquiera posible? — preguntó Changmin dudosamente.

— No hay cómo explicar los Destinos, Changmin — le dijo Luhan honestamente — Todos tienen un destino y sin importar cuántas veces se extravíen, siempre van a encontrar la forma de volver al camino que va a cumplir su propósito.

— Entonces, ¿cómo sabes que soy un sanador gitano? — Changmin se sentó de nuevo en la silla de la que se había desbocado.

— Bueno tenemos que asegurarnos de que lo eres, pero los sanadores gitanos son bendecidos súper naturalmente con el conocimiento de las hierbas, medicina, las artes de la curación, cosas que sería imposible saber sin años de estudio.

 — ¿Cómo sabes todo esto? — preguntó Jae.

— No sólo estudié medicina humana cuando fui a la escuela de medicina. Aprendí lo más que pude sobre cómo atender a los Canis lupis también. Aunque, nunca seré capaz de aprender todo lo que los sanadores saben. Estudié la historia de los sanadores gitanos dentro de las manadas un par de décadas atrás. No ha habido un sanador gitano, al menos documentado, en casi dos siglos. — Luhan sacudió su cabeza en incredulidad y sonrió — Vaya. Si confirmamos esto, Siwon va a estar emocionado.

— Está bien, así que empecemos con las felicitaciones — anunció Jae — Changmin, felicitaciones. Ahora tenemos que dejarlo pasar y volver a esta revelación en un tiempo y hora posteriores.

— Sin falta, Jae, acabo de descubrir que soy alguna clase de rara mercancía, pero por favor vamos a planificar la caída de algunos pervertidos Canis lupis. — Changmin le puso los ojos en blanco a su sarcástico mejor amigo.

— Extraordinario. — Jae asintió — Así que, hierva gatuna. Como estaba diciendo, es extremadamente asombroso pero, ¿dónde podemos conseguir algo de ello? Aquí dice que es comúnmente encontrada en Europa. Y por casualidad estamos en Europa. ¿Coincidencia?

— Sí — interrumpió Changmin.

— Yo creo que no — continúo Jae, sin inmutarse — Luhan, tengo una misión para ti si decides aceptarla.

— Oh, hermano — murmuró Luhan — Déjame adivinar. ¿Quieres que encuentre un poco de hierba gatuna y averigüe cómo hacer la mezcla?

— Preferiblemente algo líquido para que así podamos echarlo en sus bebidas — dijo Jae distraídamente.

Luhan se sentó en silencio, contemplando las consecuencias de ser parte de la pequeña maquinación de Jae. No iba a mentir y decir que estaba más allá de tal mezquindad, porque honestamente, quería atrapar a esos mocosos por pensar que podían meterse con sus chicos. Siwon con toda seguridad se iba a enojar, pero de nuevo él ya estaba en la casa del perro proverbial así que, qué diablos.

— Está bien, estoy dentro. — Él aplaudió con entusiasmo, sintiéndose más joven de lo que se había sentido en mucho tiempo.

Jae guiñó.

— Adoro cuando un plan empieza a formarse, especialmente uno que involucra strip póker, hogueras, y hombres lobos desnudos. En serio, ¿qué más querría un chico?

Changmin gimió mientras se desplomaba de vuelta en la silla.

— Esto va a ser un desastre, puedo sentirlo.

La cabeza de Jae salió disparada en torno a Luhan.

 — ¿Puede chico gitano aquí predecir el futuro?

— No, no son clarividentes.

— En ese caso, no, Changmin. Lo que estás sintiendo es la exuberante alegría que viene de participar en una de las experiencias cambia vidas de Jae.

 — ¿Oh, es eso lo que es? Pensé que era gas — dijo Changmin irónicamente. Ignorando la observación de Changmin, Jae se dirigió a Luhan de nuevo.

— Así que tú tienes la operación congelación de cambio. Son… — Jae miró a su reloj — las nueve ahora. Vamos a necesitar probarlo antes de que la operación comience, así que necesitamos estar listos para mañana en la noche.

 — ¿Cuándo están planeando tener esta pequeña fiesta? — preguntó Luhan.

— Pasado mañana. Yoochun le mencionó a Junsu que los Alfas y sus compañeros van a tener una cena privada ese día. Con ellos distraídos, creo que sería el momento más oportuno para obtener nuestra venganza.

— Está bien — dijo Luhan levantándose — Voy a salir y ver si puedo olfatear un poco de hierba gatuna fuera de los terrenos de la propiedad. Ustedes chicos traten de mantenerse bajo el radar.

— Lo haremos, doctorísimo. — Jae le dio un pulgar en alto y salió de la oficina.

Changmin miró de vuelta a Luhan, quien sonreía.

— No te preocupes, Changmin. Haré un poco de investigación sobre los sanadores gitanos, y tú y yo resolveremos esto.

Changmin le devolvió la sonrisa.

— Gracias, doc. Se lo agradezco.

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