martes, 14 de junio de 2016

Herencia Siliciana. Cap 7

La visión del carrito con las sólidas ruedas llenas de barro abandonado en medio del pasillo actuó en el ánimo de Yoochun como una cerilla al acercarse a una sustancia inflamable. En aquel momento de su vida, tanto en la profesional como en la privada, todo estaba a punto de estallar en llamas.

Se encontraba en medio de un proyecto arquitectónico en el que cada día de trabajo perdido le costaba dinero, y con la pesada y siempre impredecible lluvia primaveral de Sicilia siempre amenazante, el contratista de la obra le acababa de decir que se tomaba un semana de vacaciones porque su esposo amenazaba con dejarle tras la aventura que había tenido con un modelo de lencería, y él necesitaba tiempo para arreglar las cosas.


Por otra parte, su padre se había enterado de la presencia de Heechul en la villa y, según María, había llamado cinco veces desde el castillo a lo largo de la mañana, exigiendo la presencia de Yoochun. Y por encima de todo aquello, el joven que no debería significar nada para él estaba interrumpiendo sus pensamientos, sus emociones y sus deseos de un modo que le hacía sentirse furioso con su propia incapacidad para controlar lo que estaba experimentando.

Y por si todo aquello no fuera suficiente, aquél mismo joven había cometido la estupidez de ponerse en peligro a sí mismo y a su hijo porque había pensado que el bebé necesitaba tomar un poco el aire. ¿No tenía conciencia de su propia vulnerabilidad? ¿De verdad pensaba que estaba ya con fuerzas como para empujar un carrito por un camino cuesta arriba y lleno de barro, cuando unos días atrás apenas había sido capaz de subir unas escaleras? Si su hijo lo era también de Yuhwan, pronto descubriría que su padre no le permitiría ninguna estupidez, como había hecho Yoochun.

Yoochun consultó su reloj. Sería mejor que se acercara al castillo antes de que a su padre le diera otro ataque al corazón, pensó.


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Junsu miró con deseo hacia su cama. Heechul, comido, bañado y contento, no estaba sufriendo ninguna consecuencia de su paseo, pero él estaba agotado, admitió, y tenía el frío metido hasta los huesos a pesar de la ducha y la ropa seca que ahora llevaba puesta.

Sólo eran las tres y media… había tiempo de sobra para echarse un rato antes de cenar.

Al menos había superado los últimos y extraños pensamientos que se habían apoderado de él con anterioridad, y que pretendían convencerlo de que necesitaba experimentar la completa intimidad del sexo salvaje y apasionado con Jung Yoochun, pensó aliviado mientras se tumbaba sobre la cama, demasiado cansado incluso para desvestirse. Le sorprendía que pudiera llegar a sentirse así, pero también le sorprendía la ira que había descubierto en su interior, sobre todo contra Leeteuk. Después de todo, no era culpa suya no haberlo deseado con tanta pasión como él a Leeteuk. Sería mucho más sencillo para él aceptar sencillamente que no era la clase de joven que inspiraba una intensa pasión sexual en el tipo de hombres de los que podía enamorarse.

¿Y en otro tipo de hombres? ¿Los que eran como Jung Yoochun? Ese tipo de hombre al que no quería amar, el tipo de hombre para quien la intensa pasión sexual llegaba con la misma naturalidad que la respiración y no significaba nada más que un apetito que satisfacer. No era posible para él tener relaciones sexuales con un hombre que sabía que lo despreciaba. El orgullo no se lo permitiría. Y en cualquier caso, todo había sido un estúpido error provocado por el hecho de que no se sentía muy bien. No lo deseaba en absoluto, se dijo Junsu con firmeza antes de darse por fin el lujo de dormirse.


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Cuando hubo terminado la entrevista con su padre, Yoochun sintió aquél familiar oleada de alivio que siempre le acompañaba cuando salía del castillo.

Su padre había intentado presionarle para que llevara a Heechul al castillo para observarlo, asegurando que, si era hijo de Yuhwan, él lo sabría al instante. Pero Yoochun permaneció firme, asegurando que a ojos de la ley era la prueba de ADN lo que demostraría la paternidad.

Por supuesto, al anciano no le había gustado nada aquello, y a continuación había seguido el clásico argumento que Yoochun había escuchado desde que era pequeño, en el que el príncipe acusaba a sus tres hijos mayores de tener sus propios planes y estar resentidos con su segunda esposa y con su hermanastro. Aquello había llevado al príncipe a asegurar que Yoochun y sus hermanos estaban tratando deliberadamente de mantener a su nieto lejos de él, a pesar de haberle dado su palabra de que lo encontrarían. Pero Yoochun se había negado a permitir que su padre lo acosara, o que utilizara el chantaje emocional para obligarlo a llevar a Heechul al castillo.

 — Todavía no soy un viejo inútil — le había dicho el príncipe a Yoochun — Tengo amigos, y te lo advierto, Yoochun, nadie conseguirá mantener al hijo de Yuhwan apartado de mí.

 — Nadie quiere mantenerlo lejos de ti, padre — aseguró Yoochun — Pero primero debemos asegurarnos de que ese niño es realmente hijo de Yuhwan.

 — Deberías dejar que lo juzgara yo, su padre. ¿Qué clase de hombre no reconocería a su propia sangre? — preguntó el príncipe con teatralidad.

Era un lástima que su padre hubiera descubierto la presencia del niño en la isla, admitió Yoochun, porque eso sólo complicaba las cosas.

Aquel repentino e inesperado arrebato de energía que le llevó a pisar con más fuerza el pedal del acelerador del coche le advirtió del peligro de sus sentimientos encontrados respecto al hecho de que Junsu hubiera sido el amante de Yuhwan. ¿Su amante? Yoochun torció el gesto.

¿Desde cuándo ese tipo de sexo superficial y sin significado que practicaba Yuhwan había tenido algo que ver con el amor? Sentía lástima por Heechul, él mismo sabía lo que suponía para el alma de una persona saber que su vida había sido concebida a través de un acto carente de cualquier significado emocional.


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Teniendo en cuenta la determinación de Junsu a hacer exactamente lo contrario de lo que le decía, aunque eso significara poner en peligro la vida de Heechul, Yoochun pensó que sería un pérdida de tiempo advertir a Junsu de que su padre podría intentar engañarlo para que llevara a Heechul a verle. Sin embargo, su propia conciencia insistía en que debía hacer algo al respecto, reconoció mientras llamaba con los nudillos a la puerta semiabierta.

La visión de Junsu dormido sobre la cama completamente vestido le impactó, provocando que frunciera el ceño con furia renovada, como cuando lo vio empujando el carrito colina arriba por el camino lleno de barro.

Yoochun había utilizado la autoridad de los  Jung, de la que raramente hacía uso, para preguntarle al doctor Vittorio después de que hubiera examinado a Junsu si sospechaba que, aparte de la falta de hierro, había algo más grave.

Al principio, Luca Vittorio se había negado a responderle. Pero Luca y Yoochun habían jugado juntos de niños. Cuando Yoochun le aseguró que sólo quería saberlo para asegurarse de que Junsu recibiera el tratamiento que necesitaba, Luca sacudió la cabeza, asegurando que estaba completamente seguro de que los síntomas de Junsu estaban provocados por una deficiencia de hierro, pero que eso no significaba que no fuera grave. Dependía de la magnitud de la deficiencia y de sus causas. Las tabletas de hierro que Luca le había prescrito eran una solución a corto plazo.

Junsu conocía la situación tan bien como Yoochun, y sin embargo se había puesto en peligro provocando más daño a su salud. Aquél joven le enfurecía hasta unos niveles que no sabía ni que existían hasta que él apareció en su vida, admitió. Igual que lo excitaba con la misma intensidad.

Él no lo excitaba. Yoochun era un hombre. Un hombre que había llevado una vida de monje durante la mayor parte del año. Y dado que se debía más bien a una cuestión accidental que a una decisión tomada, debido a la cantidad de trabajo que había tenido, resultaba natural que cuando un joven se le echaba encima como había hecho él, respondiera.

El hecho de que se hubiera sentido momentáneamente tentado por él no significaba nada.

La puerta que separaba el dormitorio del cuarto de Heechul estaba abierta, y Yoochun se dirigió hacia él. ¿Cómo podía su padre esperar que alguien creyera que era posible «saber» si un niño desconocido era de su sangre? Yoochun miró hacia la cuna, donde Heechul estaba completamente dormido. Estar allí le hacía mucho bien a Heechul. Había recuperado peso.

Yoochun se inclinó y observó al niño dormido. Su cabello oscuro estaba ligeramente rizado. Todos los hombres Jung habían tenido el cabello grueso, oscuro y rizado, aunque siendo adulto, Yoochun había optado por llevar siempre el pelo corto para que no se le vieran los rizos. Heechul tenía unas tupidas pestañas y los ojos muy oscuros. Pero, ¿qué significaba eso, después de todo? Yoochun no veía nada en Heechul que le recordara a Yuhwan, pero eso no impediría que su padre lo viera, ya que tan empeñado estaba. Su padre podía estar al borde de la muerte, pero seguía siendo un hombre muy poderoso y autoritario, un hombre acostumbrado a asegurarse de que prevaleciera su voluntad, sin importarle el coste que tuviera sobre los demás.

Yoochun podía atisbar un futuro difícil para aquel niño que ahora dormía plácidamente en su cuna si al final resultaba ser hijo de Yuhwan… y más duro todavía para su madre. Por muy bienvenido que fuera Heechul en la familia, Yoochun sabía que su padre tendría sentimientos muy distintos hacia su madre. El príncipe había mimado y estropeado a Yuhwan desde el momento en que nació, cerrando los ojos a sus excesos mientras se hacía adulto.

¿Cuánto tenía de responsabilidad aquél indulgencia en el estilo de vida de Yuhwan y en su muerte?

Yoochun acarició el edredón que cubría el cuerpo dormido de Heechul, sonriendo al ver cómo los dedos del niño se enredaban alrededor de su dedo índice, como si incluso dormido el niño buscara instintivamente la seguridad del contacto de un adulto.


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Lo primero que vio Junsu al despertarse fue a Yoochun inclinado sobre la cuna de Heechul, con una mano a un lado de la cuna y la otra dentro. El corazón le dio un vuelco en el pecho. Yoochun podría negarlo, pero ni él ni sus hermanos tenían ningún motivo para querer a Heechul. No habían querido desde luego a su propio hermanastro, según le había cotilleado María, diciendo que los tres hermanos eran ricos por sí mismos y que ningún hijo de Yuhwan podría usurparles su derecho a heredar los títulos de su padre. Pero si su padre decidía dejarle a su nieto un dinero que ellos habían asumido que sería suyo…

El instinto protector de Junsu lo hizo ponerse de pie al instante y correr hacia el cuarto del niño.

 — ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó son sequedad. Yoochun giró la cabeza para mirarlo, pero no movió la mano.

Junsu se fue al otro lado de la cuna y miró ansioso a Heechul, pero se relajó al ver que respiraba tranquilamente. Aquello debería haber bastado para tranquilizarlo, pero la visión de la manita de Heechul curvada alrededor del dedo de Yoochun le provocó otro vuelco al corazón… esta vez de rabia, no de miedo.

Yoochun no tenía derecho a entrar en el cuarto del bebé y mirar al niño como sólo podía haberlo mirado el padre de Heechul. Junsu tuvo que luchar contra el deseo de sacar a Heechul de la cuna y estrecharlo con fuerza contra sí, pero tuvo que preguntar:

 — ¿Por qué estás aquí?

 — Porque quiero estar. Después de todo, ésta es mi casa y Heechul podría ser mi sobrino. Es natural que quiera comprobar que no ha sufrido ningún daño por culpa del inconsciente comportamiento de su madre.

Aquella respuesta, unida al recuerdo de cosas que prefería olvidar, incrementó la ansiedad de Junsu. Para colmo, Yoochun soltó suavemente el dedo de Heechul y urgió a Junsu a entrar de nuevo en el dormitorio.

 — Tengo noticiasdijo con calma — Por desgracia, mi padre está al tanto de que Heechul y tú os encontráis en la isla, y peor todavía, ha decidido que reconocerá al hijo de Yuhwan en cuanto ponga los ojos en él. Supongo que a ti te encantará la idea de que mi padre esté tan desesperado por encontrar a su nieto que decida que Heechul es hijo de Yuhwan.

 — Ahí es donde te equivocas — aseguró Junsu al instante — Por muy sorprendente que te parezca, lo cierto es que no quiero que Heechul sea hijo de Yuhwan. Preferiría que lo fuera de Leeteuk. Después de todo, Leeteuk estaba dispuesto a casarse… conmigo, y a criar a Heechul como si fuera suyo.

En cuanto hubo pronunciado aquéllas palabras, Junsu deseó no haberlas dicho. Pero ya era demasiado tarde para arrepentirse. Yoochun lo estaba mirando con extrema seriedad, y luego vio que cruzaba el dormitorio y se acercaba a la puerta para cerrarla antes de girarse para enfrentarse a él.

 — Entonces, ¿hay otro hombre que sabes que podría ser el padre de Heechul? — preguntó con frialdad.

 — Pero está muerto — se vio forzado a admitir Junsu — Murió en un accidente de tren.

 — ¿Por qué no habías dicho nada de esto antes?

 — No me diste oportunidad. Lo único que te importaba era demostrar si tu hermanastro era el padre de Heechul o no.

 — Dices que no quieres que Heechul sea de Yuhwan, y sin embargo te pusiste en contacto con él para decirle que ibas a tener un hijo suyo. Él te dio dinero.

Yoochun estaba enfadado, furioso, al pensar en todo el tiempo que habían perdido, cuando unas cuantas palabras habrían bastado para saber desde el principio que Yuhwan no era el padre de Heechul.

 — ¿Hay alguna posibilidad de que Heechul pudiera ser hijo de Yuhwan, o ha sido todo un ardid tuyo y de tu amante para conseguir dinero de Yuhwan sabiendo desde el principio que no era suyo el hijo? Contéstame — le dijo con brusquedad — a menos que quiera que te arranque la respuesta.

 — No lo sé admitió Junsu

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8 comentarios :

  1. Ohh dios oohh diooss!! Creo que deberías decir la verdad Junsu, decir que tu eres el tío de Heechul y no su umma porque si no te vas a enredar mas y mas.

    Esto se está poniendo muy serio!!

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  2. Grrrr q ese viejo ya le pare..q cinico.....mal hombre. Y Yoochun, cae y cae .... Y no lo quiere aceptar.....y OMG! Susu se puede delatar ahora, cuidado. Gracias linda :)

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  3. Aaaaaahhh las cosas se complican un poco para Junsu...Su debes hablar y decir la verdad antes de que se enrede todo aun más y Yoochun sigan haciéndose ideas malas sobre ti.....please quiero saber que sigue,espero la continuación con ansias, gracias por tu trabajo.

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  4. Aaaaaahhh las cosas se complican un poco para Junsu...Su debes hablar y decir la verdad antes de que se enrede todo aun más y Yoochun sigan haciéndose ideas malas sobre ti.....please quiero saber que sigue,espero la continuación con ansias, gracias por tu trabajo.

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  5. Muchas gracias por esto... me sirve para distraerme de lo q esta pasando...
    Saludos x3
    Espero actu~

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  6. Me encanta la historia por favor sigue actualizando estaré pendiente. Saludos!!!!!

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  7. umnmm me temo que cada día es mas dificil para Junsu sostener la verdad del origen de Heechul

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  8. Zaaaaaz esto va a complicar más las cosas para Junsu, yo quería que se le saliera el nombre de Leeteuk pero no así, ahora que igual puede que Mi Chunnie sienta más celos de los que ya siente por Yoohwan aunque no lo ascepte. El bebé ya ha entrado en su corazón y toda la preocupación y protección hacia él y Junsu es por algo. Junsu beberia revelar la verdad sobre su relación con Heechul. Esto se pone interesante, quiero que mi Chunnie sienta mucha ternura por Junsu¡¡¡ que pasaría su a Junsu se le sale un gesto maternal para mi Ratón???woooo

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