Con lágrimas en los ojos, permití a un ayudante que me envolviera
en las prendas de batalla. Me puso los guantes, trenzo mi cabello de nuevo y me
ayudó con el casco. Encajo en mis envoltorios hechos a medida de nuevo, pero todavía
se sentía como si llevara el peso no sólo de mis bebés, sino el de todo el
mundo sobre mis hombros.
Minho, Onew y Siwon agitaban sus pequeñas extremidades en el
aire mientras que les ponían la ropa en la cama. Vestidos con los mejores
equipos en la actualidad, eran una mezcla de tonos rojos y naranjas, pero las
telas eran tales que los mismos colores parecían casi envueltos por la niebla y
eran bastante apropiados para los niños.
La única diferente era JiHye, con envolturas que asumían la
apariencia de un vestido y en color rojo dominante como era la costumbre para
las descendientes femeninas de líneas mixtas. Ella era la de más probabilidades
de casarse en otro reino y asumir los títulos y las costumbres de una nación
diferente. Para tal efecto, era importante marcarla como heredera de un jefe
dominante en un matrimonio de dos líneas por el mayor tiempo posible.
―Déjennos― Yunho ordenó detrás de mí, teniendo a todos los
ayudantes fuera de la tienda.
Cerró la distancia entre nosotros y llegó a mí, abrazándome
contra su pecho.
― Me gustaría que hubiera otra manera.
― Hemos tenido esta discusión ya. Nuestros hijos y nuestro reino
tienen que venir primero. Debemos confiar en nuestra victoria y tengo que creer
que al final de todo esto voy a tenerte a salvo a mi lado otra vez ― le dije mientras me volví para mirarlo.
Yunho parecía casi devastado. Su cabello sobresalía en las todas
direcciones, los ojos cansados, y yo habría jurado que había nuevas líneas de
preocupación que estropeaban su hermoso rostro.
― No puedo evitarlo, pero estaré preocupado por todos ustedes
dirigiéndose fuera de mi vista.
― Lo sé ―
susurre en voz baja mientras le tiraba más cerca y descanse mi cabeza sobre su
corazón. ― Vamos a
hablar cada dos días como hemos acordado y voy a hacer mí mejor esfuerzo para
no empujar a nuestro reino a la ruina sin tu orientación en este momento de
pérdida.
― Vas a hacerlo mejor que cualquier tontería ― Yunho me dijo justo antes de que besara
la parte superior de mi cabeza. ― Mi Príncipe será la envidia de todo el mundo e incluso durante la
guerra, llevará a nuestro país en riqueza y prosperidad.
― Palabras bonitas ― casi tararee en su pecho.
― No menos que la verdad, mi marido ― expresó Yunho, sólo para ser interrumpido por el grito de JiHye.
Nos reímos entre dientes, pero era un sonido con el corazón
roto. Lo miré a los ojos y traté de no sentir tanto miedo por él, por nosotros.
Pero yo sabía que Yunho sentía lo mismo, y cuando él se inclinó para besarme a
pesar de la angustia de nuestra hija, yo no podía darle menos de todo lo que yo
era. Cada suspiro, afecto y preocupación eran compartidas entre nosotros en la
necesidad de nuestros labios y el toque de nuestra carne.
― Te amo. Mantente seguro, mi Rey ― Dejé que mis dedos permanecieran contra su mejilla mientras él
devolvió la devoción en una mirada sincera.
―Yo también te quiero. Mantente fuerte, mi Príncipe.
Con eso, nos separamos, volviendo a nuestros deberes y
reemplazando poco a poco nuestras expresiones afectuosas con máscaras corteses.
No había lugar para la debilidad o las lágrimas delante de nuestros súbditos.
Nos despedimos y el resto fue una formalidad inevitable.
Vi a Changmin montado en un caballo cuando salimos de la tienda de
campaña con nuestros hijos a buen recaudo en nuestros brazos. Un grueso vendaje
le cubría la cara y el cuello y su brazo derecho sujetado contra su pecho para
evitar que la herida se volviese a abrir. Él apenas se mantenía despierto, pero
aún sonreía cuando me vio. Me hubiera gustado hacer mucho más que simplemente
devolver el sentimiento. Era necesario llevarlo con nosotros, y dos soldados
fueron asignados a vigilar que no se cayera.
― ¿Puedo tomar a los pequeños, mientras monta el caballo, mi Príncipe? ― Otro ayudante se acercó tentativamente.
Yo renuncié al agarre sobre mis hijos y sorprendentemente se
comportaron bien. A diferencia de los otros caballos, el mío estaba equipado
con una silla especial, sosteniendo cuatro bolsillos amplios, dos en frente de
mí y dos en la parte posterior. Eran los transportadores de los niños y por
suerte, los herederos eran todavía lo suficientemente pequeños para que el
caballo pudiera equiparse con cuatro de ellos.
― Mi Rey, ¿es prudente tener tanto a los herederos y al Príncipe en el
mismo caballo? ¿No sería un carro más apropiado? ― Uno de los soldados de mayor rango
preguntó a Yunho.
― No. En caso de un ataque, los quiero juntos, y un caballo solo es
más rápido que un carro. Si alguno de ustedes ve peligro o se encuentran a sí
mismos bajo ataque, quiero que se asegure de que su Príncipe tiene la
oportunidad de escapar. El Príncipe Jaejoong maneja a caballo bien. Todo lo que
necesita es una oportunidad. Te estoy confiando la seguridad de toda mi
familia.
Los hombres armados y mujeres que nos rodeaban se inclinaron.
Miré a todos, uno por uno, en busca de un solo signo de engaño que haría
abortar todo el recorrido. Pero nada era visible, y todos los soldados y los
portadores de la magia tenían nada menos que respeto en sus rostros.
Acaricié a la bestia que nos llevaría en nuestro largo viaje y
rápidamente me levanté sobre su espalda. Era magnífico, fuerte y el juego de
los músculos en sus poderosos hombros era evidente con cada movimiento casual.
Señalando al ayudante para que me diera uno de los gemelos,
estaba preparado para su grito, aunque sea brevemente, se separó de su hermano.
Junte nuestras caras juntas, tarareando consoladoramente antes de colocarlo en
el bolsillo trasero derecho de la silla de montar. Él encajó perfectamente
dentro y tenía muy poco espacio para moverse, pero yo podía verlo claramente
una vez que me diera la vuelta y me daría cuenta de cualquier signo de sufrimiento
en nuestro viaje a casa.
Una vez que tuve a Minho instalado también en el bolsillo
izquierdo trasero, pasé mis manos sobre ellos tres veces, asegurándome de que
estaban protegidos de la incomodidad que causaría el difícil camino, aunque
iban a quedarse dormidos durante la mayor parte de su permanencia en el
interior de los bolsillos y había un fuerte escudo por encima de ellos para
protección.
Una vez establecidos, Yunho puso a JiHye en mis brazos, seguido
de Siwon, y en cuestión de minutos, yo estaba rodeado de mis durmientes hijos y
listos para nuestro viaje.
Levantando la cabeza muy alta, miré a la multitud que nos
rodeaba, clasificando las palabras en mi cabeza.
― Todavía tenemos batallas difíciles por delante. Algunos caerán,
otros perderán a miembros de su familia, pero en nombre de la venganza, también
lo hará el otro lado. Si la suerte gira en nuestro camino, sus bajas serán más
altas. Es la triste canción de la guerra que nos espera, pero si al final de
ella tenemos la suerte de decir que hemos prevalecido, cada lágrima derramada y
la pérdida de sangre será devuelta. Estén de pie orgullosos y llenos de
recursos, tengan fe y luchen por sus familias. Les enviaré toda la ayuda que
pueda encontrar y buscaré la misericordia de los dioses para ahorrar cada vida
posible. Luchen fuertes, mueran con honor. ―
Terminé con un arco a los que escuchaban, una respetuosa inclinación de cabeza
hacia mi marido, mi Rey, luego espolie al caballo ligeramente, dirigiéndolo
hacia adelante en otro desafío.
Aunque era el que encabezo a mis guardias al campo, en cuestión
de minutos me rodeaban y estábamos en los primeros pasos de nuestro largo
viaje. El sistema continuó durante horas sin incluir las paradas que hicimos
para alimentar a los pequeños, y sin siquiera la necesidad de dirigir y prestar
atención, me quede con la pesadez de mis propios pensamientos.
Probablemente serían meses, sino años, antes de que viera a
Yunho de nuevo. Mis hijos pasarían los años más difíciles de su crecimiento,
aprenderían a hablar correctamente y formar sus propias opiniones inmaduras e ideas
sin su padre. Todos los pequeños detalles que era probable se perdería y un
tiempo que nunca sería capaz de recuperar.
Eso no era siquiera la peor parte. Yo iba a tener a dos naciones
de la posguerra involucradas en una nueva batalla con un mínimo de experiencia
de liderazgo y dos juegos de asesores que mirarían hacia mí en busca de
soluciones. Contaba con la capacidad de hablar con Yunho regularmente y pensar
con el sobre la mayoría de las decisiones antes de ponerlas a prueba, pero era
lo suficientemente realista como para saber que no sería posible para todos los
temas. Algunas cosas estarían solamente en mis hombros y era una idea que me
tenía respirando profundamente en un intento de mantenerme en mí.
Yo no era un Rey verdadero, no era alguien que estuvieran
realmente acostumbrados a ver en el trono del que se esperaba llevara a cabo
las mejores resoluciones. Yo era un Príncipe, maldición. Y ahí fue el punto en
que mis pensamientos solo se detuvieron y el curso de nuestras vidas se
enderezó. Yo era un Príncipe, fácilmente destronado y ahora con herederos
asegurados, reemplazable cuando llegara el momento adecuado. No es algo que me
importara porque el trono nunca había sido algo que realmente quisiera, pero
ese pensamiento había traído otro con él. Era una realidad dolorosa que un Rey
extranjero, o alguien de suficiente sangre real, sería capaz de aprovechar la
oportunidad en la medida de sus posibilidades. Si por casualidad, Yunho moría
en el campo de batalla, sólo un gobernante extranjero, o un pariente celoso, lo
suficientemente ambicioso para tomar mi lugar en ese trono, usaría la
inconsistencia en las leyes y me empujaría a un lado mientras gobernaría en mi
lugar hasta que mis hijos tuvieran edad suficiente para tomar su lugar
legítimo.
No, no estaba cómodo con esa idea, en absoluto. Al igual que mis
pensamientos se detuvieron, también lo hizo mi caballo. Afronté a los soldados
y a los portadores de la magia que me miraban con expectación y di una orden diferente.
― Quiero que el portal del palacio real Kari se abra lo más cerca que
pueda hacerlo.
Los soldados se volvieron hacia mí y los pocos que estaban
listos para protestar fueron fácilmente dominados por una simple mirada
amenazadora. Era extraño cómo algunas cosas que trabajaron en Yunho tuvieron un
efecto aún mejor cuando se utilizaba en nuestros hombres. Sonreí para mí y
seguí a la ubicación donde queríamos finalmente ser capaces de abrir el portal
y estar un paso más cerca de nuestro objetivo.
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Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
Toda una gama an responsabilidad para Jae, dos reinos y sus cuatro bebés. Pero parece ser que ha tomado una gran decisión al cambiar su destino de llegada.
ResponderEliminarGracias!!!
Vaya, las posibilidades golpearon su consiencia y su cerebro de manera abrumadora. Nada debe hacerlo flaquear. Jae lleva un peso enorme a cuestas. Debe ser cauto,solo espero que ese cambió no sea contraproducente, tal como pintan las cosas, cuamquier movimiento suyo tendra consecuencias.
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