Yunho
dejó dinero suficiente en la mesa para pagar la cuenta, más una propina, y
salió tras Jaejoong tras recoger su chaqueta. Odiaba verlo tan dolido. Lo
odiaba. Y era culpa suya por haber dicho algo así.
Cuando
salió a la calle, Jaejoong estaba apoyado contra el coche con la cabeza gacha.
Suavemente Yunho le colocó la chaqueta sobre los hombros, abrió la puerta del
copiloto y murmuró:
― Entra. Las noches de primavera son frías.
Obedeciendo,
porque ¿qué otra opción tenía?, Jaejoong se metió en el coche mirando hacia
abajo y él cerró la puerta y rodeó el coche para colocarse tras el volante.
La
velada había sido un completo desastre. Había pretendido convencerlo de una vez
por todas de que era inocente de todos los cargos contra él y Yunho había
tirado por tierra todo lo que había conseguido decir, como si todo aquello
estuviese por debajo de él, obviamente convencido de que había hecho bien
contactando inmediatamente con la agencia para la que trabajaba para ponerlo en
la lista negra por ser un ladrón.
¿Qué
esperanza tenía de hacerle creer algo que no quería creer? ¿Por qué gastar su
aliento intentándolo?
Jaejoong
sintió cómo él giraba la cabeza para mirarlo y cerró los ojos con fuerza.
― Lo siento. No pretendía sonar censurador
sobre el hecho de que te mudaras con ese tipo ― dijo Yunho, y Jae abrió
los ojos de nuevo.
Sintió
cómo la ira, potenciada por el alcohol, le subía por la espalda ante aquella
supuesta disculpa. Tenía una bajísima opinión de él y se aferraba a su
convencimiento, haciéndolo pasar por el tipo de docel que viviría a costa de un
hombre a cambio de favores sexuales. ¿Sería por eso por lo que pensaba que iba
a ponerse a dar saltos ante su proposición de matrimonio? Apretó las manos con
fuerza sobre su regazo mientras miraba por la ventanilla.
― ¿Por qué ibas a sonar censurador? ― preguntó
de pronto ― Tú, de
todas las personas, debes de comprender lo que es tomar aquello que se te
ofrece. Se te da bastante bien, por lo que yo recuerdo.
― ¿Qué quieres decir? ― preguntó
Yunho con voz serena.
― ¿Es que tengo que deletrearlo? ― preguntó
Jae, y al obtener el silencio como respuesta, continuó ― Crees que todo el mundo es como tú. Ves algo
tentador, algo fácil, y te lo quedas.
― ¿Ahora me acusas tú a mí de robarles cosas a
otras personas? ― dijo Yunho con ironía.
― Peor. Robas corazones y luego los destrozas.
En
cuanto lo dijo, Jaejoong deseó poder retroceder y comerse las palabras. Se
llevó la mano a la frente.
Ya lo
sabría sin ninguna duda. Sabría que él había hablado en serio cuando había
dicho que lo amaba, y que no se trataba de la típica aventura de verano. Sabría
que su estúpido corazón se había visto involucrado en todo ese asunto.
Si a
eso le añadía la manera en que su cuerpo había reaccionado recientemente a su
tacto, incluso a su mirada, sabría también que seguía desesperadamente enamorado
de él. Y sabría que podría manejarlo a su antojo y hacer que se casara con él,
cualquier cosa con tal de poder estar con él, y él nunca sería capaz de escapar
de Yunho y conseguir una vida tranquila para él y para Changmin lejos, muy
lejos.
― ¡Llévame de vuelta! ― exclamó
Jaejoong, y deseó no haber nacido cuando su humillación se hizo aún mayor y las
lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas.
Yunho
puso en marcha el motor y comenzó a conducir, sintiendo que todas sus sospechas
habían vuelto a tomar fuerza. Miró a Jaejoong con los ojos entornados y el ceño
fruncido.
Odiaba
verlo llorar. Lo desgarraba por dentro. Él y JiHyun le habían hecho entre los
dos un daño terrible. JiHyun activamente. Él pasivamente.
Él se
había quedado sorprendido y dolido ante la evidencia que tenía ante sus ojos,
ante el supuesto silencio de culpabilidad de Jaejoong, pero ahora estaba seguro
de que ese silencio era producto de una sorpresa tan grande como la suya.
Pero ésa
no era excusa. Se odiaba a sí mismo por todo eso.
Cuando
pensaba en todo lo que debía de haber pasado, le daban ganas de ponerse a dar
puñetazos contra la pared. Abandonar la casa de Jihye con la reputación por los
suelos y luego, gracias a JiHyun, ser despedido del trabajo. Luego descubrir
que estaba embarazado de él y ser incapaz de ir a pedirle ayuda por pensar que
era un hombre casado. Un docel de cualquier otra calaña se habría acercado de
todos modos, exigiendo ayuda, sin importar quién se pusiese en su camino.
Sin
embargo, él se las había apañado por sí solo, criando a su hijo en condiciones
infrahumanas hasta que el destino le había jugado otra mala pasada con la
muerte de su amiga. Y entonces se había mudado con el tipo rubio. ¿Y qué?
Sintió
un vacío enorme en el estómago. ¿Qué otra cosa podía haber hecho? De pronto sin
casa y sin trabajo por la muerte de su amiga, que cuidaba de su hijo mientras él
trabajaba para cobrar una miseria. No debía de haber tenido muchas opciones, no
con un bebé que alimentar. ¿Así que qué derecho tenía él para cuestionar su
moralidad?
Tendría
que disculparse.
Al día
siguiente confirmaría sus sospechas y se enfrentaría a JiHyun. Obtendría la
verdad de sus labios. Luego haría todo lo que estuviera en su mano para enmendar
el comportamiento tan horrible que había tenido con Jaejoong.
De
pronto un sollozo amortiguado llamó su atención y giró la cabeza, viendo que Jaejoong
tenía los nudillos apretados con fuerza contra la boca y parecía completamente
asustado.
Inmediatamente
Yunho disminuyó la velocidad. Conocía las estrechas carreteras de la colina
como la palma de su mano, pero él no. Él sabía que nunca se arriesgaba, pero Jaejoong
no. Sintió su corazón contraerse. Se había ganado otro error más en su ya
inmensa lista. No podía esperar a solucionar todo el asunto y aclarar las
cosas. En ningún momento se le ocurriría actuar sin tenerlo todo atado y bien
atado. Sólo entonces sería libre de remover cielo y tierra para intentar
disculparse.
― Ya casi estamos en casa ― dijo
él con suavidad mientras tomaba la última curva a una velocidad de risa. Pero
se daba cuenta de que, si pretendía impresionarlo con su caballerosidad, no lo
estaba haciendo bien, porque otro sollozo escapó a sus labios, haciendo que se
odiara a sí mismo todavía más.
¿Casa?
Ojalá. Jaejoong se tragó otro sollozo y se odió a sí mismo por ser tan débil.
Esa hermosa casa situada en Jeju nunca sería su casa, a no ser que accediera a
casarse con él en un matrimonio sin amor.
¿Pero
cómo iba él a aceptar semejante sentencia en vida, aun amándolo? Por desgracia,
si se negaba a una vida llena de dolor, humillaciones y esperanzas sin
solución, estaría negándole a su preciado hijo todo aquello que un miembro de
la familia Jung podía tener. Lo mejor de todo. Era un dilema que la estaba
volviendo histérico.
En
cuanto el coche se detuvo en seco frente a la puerta principal de la casa, Jaejoong
salió como un rayo. Trató de hacer que sus piernas resistieran respirando
profundamente y diciéndose a sí mismo que el dinero y el privilegio no lo era
todo en la vida.
― Deja que te ayude ― dijo
Yunho, y el tono dulce de su voz le dio ganas de echarse a llorar de nuevo. Y
el brazo que deslizó alrededor de su cintura lo hizo querer darse la vuelta y
hundir la cabeza en su pecho fuerte y ancho, deshaciéndose en un mar de lágrimas
y de miseria.
Diciéndose
a sí mismo que él estaba hecho de otra pasta más resistente, Jaejoong apretó la
mandíbula y se concentró en caminar más o menos en línea recta mientras se
acercaban a la puerta. Desesperadamente trató de ignorar el calor de su brazo
mientras lo guiaba, la fuerza de su mano mientras le presionaba suavemente en
la cintura, pero no tuvo mucho éxito, porque su corazón comenzó a golpear con
fuerza como un martillo en su pecho.
Yunho
abrió la puerta y llegaron hasta el hall principal.
― Gracias, puedo yo solo ― consiguió
decir Jaejoong una vez dentro.
Obviamente
Yunho no se creyó una palabra de aquello y Jaejoong se encontró de pronto en
sus brazos, mientras lo llevaba escaleras arriba, y sintiendo cómo su corazón
latía como loco sólo con respirar su familiar fragancia y el poder de su
masculinidad.
Para
cuando Yunho abrió la puerta de su dormitorio, Jaejoong se dio cuenta de que
estaba derritiéndose por dentro. Se preguntó si él estaría recibiendo los
mensajes que enviaban sus brazos, que se habían enroscado a su cuello sin saber
cómo. Y su cuerpo, que se había pegado al de él. Y también se preguntó cómo
sería capaz de resistirse si Yunho decidía actuar con la información que había
recibido.
Respirando
entrecortadamente y con el cuerpo ardiendo, a Jaejoong le llevó unos momentos
darse cuenta de que su resistencia, o más bien su falta de resistencia, no iba
a ser puesta a prueba en ese momento.
Dejándolo
en el suelo, Yunho dio un paso atrás y dijo:
― Date una ducha. Como no has comido nada y
has bebido demasiado, le diré a alguien que te traiga sándwiches y café solo ― y se
marchó, cerrando la puerta tras él, dejándolo solo y torturándose a sí mismo
por haber vuelto a alimentar las esperanzas de que pudiera sentir algo por él como
había sucedido tiempo atrás en la isla.
No le
quedaba duda alguna de que jamás lo había amado. Mentir sobre la devoción
eterna era el más viejo de los trucos para conseguir que él regresara a su cama
una y otra vez.
Pero
ahora ni siquiera lo deseaba físicamente.
Era un
pensamiento claro. Un pensamiento que no necesitaba recordar dadas todas las
pruebas que tenía.
Recuperando
el poco sentido común que le quedaba, se dijo a sí mismo que debía aferrarse a
ese pensamiento y nunca permitirse el lujo de volver a olvidarlo, porque así
fortalecía su convicción de que el matrimonio entre ellos estaba totalmente
fuera de lugar.
Una
ducha fría le permitió recuperar todo el sentido que había perdido mientras Yunho
lo llevaba en brazos a su habitación.
Se
puso uno de los camisones de seda que había adquirido en sus viajes por Europa
y luego se ató una toalla al pelo a modo de turbante. Inmediatamente se la
quitó y la tiró. Su pelo podía secarse por sí solo.
Cuando
salió del baño, vio que alguien había colocado una bandeja con café y un plato
con rollitos crujientes rellenos sobre la mesilla que había junto al sillón
situado a uno de los lados de la inmensa cama.
El
estómago se le revolvió. Podría tomar un café caliente, ¿pero comida?
― Come.
La voz
de Yunho lo sobresaltó y le hizo girar la cabeza. Estaba de pie junto a la
puerta, en la penumbra, allá donde no llegaba la luz emitida por la lamparilla
encendida junto a la cama. Confuso y sintiendo cómo la tranquilidad que acababa
de recuperar desaparecía de nuevo, Jaejoong no pudo hacer otra cosa más que
quedarse mirándolo. Disfrutando de su maravilloso físico, de sus rasgos
devastadores, del brillo de aquellos ojos negros que parecían pegados a los
suyos. Sus propios ojos comenzaron a nublarse por culpa de más lágrimas.
Si
lloraba de nuevo, estaría perdido. Yunho lo sabía y trató de aferrarse a la
decisión que antes le había permitido dejarlo en el suelo y salir de la
habitación sin más, cuando cada célula de su cuerpo gritaba por poseer su delicado
cuerpo.
Observándolo,
viendo cómo el color inundaba sus mejillas, cómo la luz de la lámpara
acariciaba su figura, resaltada por el camisón de color marfil, sintió cómo se
excitaba.
Saber
que Jaejoong no era inmune a él, lo hacía incluso más tentador. Se le quedó la boca
seca. ¡Dios! ¿Es que no tenía integridad alguna? Hasta que sus sospechas no
fueran confirmadas, Jaejoong estaba totalmente fuera de su alcance. E, incluso
después de eso, tendrían que aclararse muchas cosas antes de que su relación,
si es que alguna vez fuesen a tener algo similar a una relación, pudiera
prosperar.
Yunho
tomó aliento sintiendo el dolor por dentro. Puede que Jae respondiera
físicamente a él, algo hormonal, pero el regalo que suponía su amor, ya no le
pertenecía. Después de cómo lo había tratado desde que lo había encontrado en
Londres, seguramente él lo odiaría. Y no podía culparlo por eso.
Jaejoong
se movió ligeramente para acercarse al sillón, e hizo que la seda del camisón
se pegara a su cuerpo, resaltando su figura.
Yunho
comenzó a sudar.
No
debía estar allí. Con él así. Era más de lo que su cuerpo podía resistir.
Apretó los puños, inconscientemente.
¿Qué
se le había metido en la cabeza para prepararle el café y los rollitos él mismo?
Su excusa personal había sido no querer molestar a los empleados a los que
había dado la noche libre. Pero lo que realmente había deseado era estar con él
y asegurarse de que no siguiese triste. Quería mirarlo, tocarlo. Quería estar
con él.
Se movió,
inevitablemente atraído hacia él. Jaejoong levantó los ojos y lo miró
fijamente, respirando con lentitud. Yunho lo observó y sintió cómo, una vez
más, se le secaba la garganta y el corazón le martilleaba en el pecho.
― ¿Jaejoong?
¿Era
aquello una pregunta? ¿Aquél era él? ¿Era ése el hombre increíblemente seguro
de sí mismo que, hasta ese momento, había habitado en el cuerpo de Jung Yunho?
¿O no era más que un humilde suplicante atrapado por la fuerza de aquello que
sentía por ese docel?
Él
separó los labios como si estuviera buscando algún tipo de respuesta. Encogió
los pies sobre la gruesa alfombra. Siendo consciente de lo mucho que lo
deseaba, sorprendido hasta niveles antes insospechados, Yunho recuperó el poder
que, segundos antes, le había sido arrebatado.
Sólo
hizo falta tocarlo una vez. Sólo una. Tocarle el hombro desnudo con la palma de
la mano.
Con un
leve suspiro, Jae se acercó de buena gana, derritiéndose contra su cuerpo
mientras él con sus manos recorría sus caderas y lo presionaba contra su cuerpo
caliente.
Cualquier
pensamiento de resistencia o de auto preservación, y cualquier resquicio de
orgullo desapareció en un abrir y cerrar de ojos cuando lo besó. ¡No lo
deseaba! Por alguna razón, todas sus acciones pasadas y su aparente
indiferencia habían intentado negarlo, pero ahora todos los muros habían
quedado derruidos. La magia había vuelto con ganas, con una fuerza mayor que la
de ellos dos juntos.
Una
pasión ciega lo embargó mientras con su boca Jaejoong recibía sus besos. Le
agarró el pelo negro y espeso con las manos y, al sentir el calor de su
erección contra su estómago, se excitó más aún.
Él
apartó la boca para colocarla acto seguido entre cuello y hombro y Jaejoong
sintió cómo el pulso se le aceleraba. Echó la cabeza hacia atrás al sentir cómo
él le acariciaba el pelo y, con un movimiento rápido, el camisón cayó a sus
pies. Con un gemido, Yunho lo mantuvo ligeramente alejado de él para poder
observarlo con sus ojos magnéticos y recorrer con la mirada su desnudez.
― Ardo por ti, Jaejoong ― dijo
en voz muy baja― Ven a mí.
La
parte de su cerebro que le habría dicho que se marchase, que no tenía intención
de dejarse engañar por segunda vez, parecía haber desaparecido. No había nadie
en casa. Lo único que hizo fue entornar los párpados y agachar la cabeza ligeramente,
como si estuviera drogado, y eso fue más que suficiente para que Yunho lo
rodeara con los brazos y lo llevara a la cama.
Yunho
comenzó a quitarse el jersey de cachemir para dejar al descubierto su magnífico
torso y Jaejoong no pudo más que quedarse en la cama, mirando y estremeciéndose
por el deseo mientras sus ojos redescubrían una vez más el cuerpo que una vez él
había conocido mejor que el suyo.
Le
había mentido, lo había engañado, lo había tratado como si fuera una basura.
Pero era suyo. Había dado vida a su hijo. Él nunca lo sabría, pero lo amaría
siempre, por encima de todo. Esa última noche con él sería todo lo que jamás
podría tener o pedir. Más que eso, el matrimonio o incluso el derecho a poseer
su cuerpo cuando quisiera, acabaría por destruirlo
.
No iba
a empezar a preocuparse en ese momento sobre el hecho de que, para él, aquello
no sería más que el modo más natural de saciar su apetito sexual, y nada más.
Jaejoong
era suyo. Y aquello sólo podía ser el destino. Ése fue su último pensamiento
coherente antes de que él se tumbara desnudo junto a él.
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Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Chicas, les pido mil disculpas por mi ausencia en el blog. Desafortunadamente por un problema de sincronización en mi Google Drive, perdi las adaptaciones que ya tenia terminadas, por lo que he tenido que iniciar nuevamente las adaptaciones, pero desafortunadamente no cuento con mucho tiempo debido a mis trabajo y mi maestria.
Solo les pido un poco de paciencia. Un abrazo ^_^
Aaahh mil gracias esperaba la actualización con ansias.
ResponderEliminarPor dios....por fin cedieron a sus sentimientos, solo espero el momento en que todo quede aclarado y perdonado.
Yunho por no confiar en Jae y juzgarlo a la primera lo hizo sufrir y ahora se arrepiente. Espero q haga ahora lo correcto y compense con amor todo lo q hizo.
ResponderEliminarAmiga lamento que perdieras las adp :(
Si, me imagino estarás sin tiempo con tu trabajo y maestría pero es para asegurar tu futuro y vale la pena asi q no te sientas mal y ya cuando puedas actualiza. ^^ yo en fbk les seguire avisando a las chicas cuando actualices amiguita *.*
Ahh todo bien
ResponderEliminarSi algo tengo es paciencia!!
Y mucha...
Como terminara todo esto!!?
El YunJae juntos
Ojala arreglen las cosas mas yh
Gracias
Saludos!!
Pues ya era hora de que Yunho se de cuenta que esa le mintió y dejó quedar mal a Jae ante sus ojos y cuando le confirme de todo lo que hizo pora perjudicar a Jae se arrepentida más por que se dará cuenta de la inocencia de Jae y de que de verdad lo ama y siempre fue sincero con el
ResponderEliminarGracias
Yunho es un idiota por decir todas esas cosas a Jae,pobre de el ya no soporta el hecho de que Yunho no quiere creer en el.
ResponderEliminarAl menos Yunho ahorita ya esta dudando de todo lo que paso y hablara con su ex para aclararlo.
Al fin los 2 se dieron por vencido,los 2 se siguen amando,que pasara????
Que alegria ver tu actualización,espero que Yunho pueda aclarar todas las mentiras que lo separaron de Jae y puedan disfrutar de su amor y su hijo......gracias Poleht
ResponderEliminarEl amor y deseo de ambos es inevitable, sólo ojala se aclare todo y vuelva la confianza del uno por el otro pronto.
ResponderEliminarGracias! !!
En cualquier relación lo fundamental es ma confianza y yunho tiene 0 confianza en jae , pobre jae :( espero que yunho se de cuenta que es un tonto por tratar a jae de esa manera :(
ResponderEliminarMuchas gracias por todos los capítulos 😍
Y LA FUERZA DE VOLUNTAD SE FUE MUY LEJOS POR PARTE DE AMBOS.... JEEEJEEJE YUNHO ESCUCHALO Y DILE LO Q SIENTES.... NO LO CALLEN MAS
ResponderEliminarEspere hasta queblas actualizaciones se acumularan porque amo poder leer capítulo tras capitulo, me aguate las ganas hasta no tener muchas jaja para no leer hasta tener muchas. Gracias por retomarlas siento mucho el que hayas perdido las adapatación. Respecto al cap, Me habría encantado que Jae sacara furza de algún lado e hicira padecer a Yunho por cadezota. Deminios Yunho lo hiciste llorar(>¡O¡<) Pero finalmente se ha dado cuanta de la inocencia de JJ. La cosa es que no me resigno a ver a Jae así de debíl. Aunque lo entiendo... Dios es Yunho por el que perdía el corazón¡¡¡
ResponderEliminarYo creí que está vez no iba a llorar, pero nop, creo que esta parte donde Jae habla con YunHo y este finalmente se da cuánta de su error y de todo cuanto Jae paso por su falta de plena confianza es en serio el momento más lamentable para amabos. La verdad es que también. Me dio risa porque se me ocurrió que de primero Beppe le diera un zape con el plato se gambas🤭🤭
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