Mientras Luhan pasaba el paño caliente
por la espalda de Junsu, tratando de limpiar la sangre
seca, pensó en cómo finalmente había despertado después de haber sido noqueado
por Jiho, había gritado hasta que Jiho finalmente había regresado a la
habitación. Lo había avergonzado por la forma de tratar a su llamado compañero
y él finalmente había cedido y había traído un poco de agua tibia y
un paño para que pudiera limpiar la ensangrentada piel de Junsu. Él había
querido tratar de hablar con Jiho para que lo dejara ayudar a Junsu a tomar un baño caliente, pero no había sido capaz de despertar al pobre
chico en el momento. Luhan se imaginó que estaba en estado de shock por la
brutal forma en que el lobo lo había tratado. Demonios, él mismo estaba en
shock. Ahora que Junsu estaba despierto tenía miedo de cómo su mente lidiaría
con todo lo que le había sucedido a manos de Jiho.
— ¿Por qué lo hizo? —Junsu finalmente levantó
el rostro y miró a Luhan
a la cara.