― Mi amor. —Yoochun acarició el rostro de Junsu mientras trataba
de despertarlo— Tenemos que prepararnos.
Todos los demás ya se habían levantado y
comenzado a prepararse para el viaje que cada uno tenía por delante. Yoochun
había dejado dormir a Junsu diez minutos extra, sabiendo que las
emociones iban a ser intensas hoy. Iba a ser
agotador.
Para su sorpresa, su compañero odia-mañanas se sentó repentinamente. Lo miró, su cabello
un desastre de dormir. En lugar de una sonrisa
vio el duro destello de la determinación en sus ojos esmeralda.
—Sé que quieres saltar y salir corriendo por
la puerta, Luna, pero no podemos ayudar a Jae o Yunho si no cuidamos de
nosotros mismos. Así que una ducha rápida, después comida. ¿De acuerdo?
—Dime que vamos a arreglar esto, Yoochun. Sé
que me lo dijiste anoche, pero he dormido desde entonces. Así que por favor
dime que lo encontraremos y que recuperaremos los recuerdos de él.
Yoochun se puso de pie y caminó al otro
lado de la cama. Tomando su mano, tiró de Junsu para colocarlo
delante de él. Inclinó su barbilla de modo que estuviera
mirando a los ojos que podría mirar por el resto de la eternidad.
—Te doy mi palabra. Haré lo imposible por
traer a Jae de vuelta con nosotros y restablecer a Yunho. Ellos son tanto mi
familia como la tuya y son de la manada. Protejo lo que es mío. Y aunque no soy
Alfa, soy el príncipe de los TVXQ de Corea. Yunho y Jae son míos. ¿Está claro?
Junsu miró a la hermosa cara de su
compañero. Podía sentir el amor, la preocupación, la inflexible determinación,
y la firmeza concentrados en hacer exactamente lo que dijo que haría.
—Está
claro. Confío en ti.
Yoochun
lo atrajo hacia él, envolviéndolo con sus brazos.
Una mano lo sostenía
firmemente por la parte baja de su espalda y la otra acariciaba su nuca. Cuando
sus labios se encontraron con los de él, el mundo y todas las preocupaciones,
pena, lucha y dolor se esfumaron. Eran sólo él y Yoochun.
Envolvió los brazos alrededor de su cuello, pasando los
dedos a través de su cabello. Presionó su cuerpo más cerca del suyo y fue
recompensado con un gruñido bajo. Después de varios minutos, Yoochun se retiró,
sus labios húmedos de su beso. Sonrió cuando se dio cuenta que él estaba tan
falto de respiración como él.
—Podría besarte todos los días, durante todo el
día, y nunca tendría suficiente. —Aunque él había detenido el
beso, no había aflojado su abrazo.
—Estás de suerte. —Sonrió con picardía.
— ¿Y eso por qué, Luna?
Junsu se puso de puntillas y presionó su
boca en la oreja de Yoochun. Sintió su cuerpo tensarse contra el de él.
—Porque planeo dejar que me beses, a menudo y
principalmente en la boca
—le dijo con un suave soplo de aire contra su oreja y cuello.
Junsu
comenzó a reír cuando Yoochun
gruñó ante sus palabras. Le encantaba
que aún pudiera sacudir su jaula, adoraba tenerlo de puntillas.
«Gracias», susurró Junsu en la mente de él.
«¿Por qué?» Yoochun sinceramente no sabía por qué podía
estar agradeciéndole.
«Por darme eso. Por continuar mostrándome cariño y amor, incluso con
todo esto ocurriendo».
—Junsu, mírame. —Las palabras de Yoochun fueron
amables pero todavía una orden.
Hizo lo que le dijo.
—Tú siempre vas primero. Siempre. Y no eres
sólo tú el que necesita sentirse amado, querido, y necesitado. Somos lobos, el
amor, el contacto, es esencial para nosotros. —Yoochun besó su frente y lo liberó—. Ve a
ducharte. Me encontraré contigo abajo para el desayuno.
—Espera. —Junsu se dio cuenta de que Yoochun no llevaba la ropa
con la que se había ido a dormir. Llevaba un par de pantalones cargo verdes y
una camiseta negra de manga larga—. ¿Dónde conseguiste esa ropa y dónde puedo
conseguir algo? —Necesitaba
muchísimo salir de su conjunto cubierto de hollín.
—El dueño fue por la gente del pueblo y
consiguió que donaran ropa. Debe haber algo en el baño al final del pasillo.
Puede que no se ajuste perfectamente pero al menos está limpia.
—No me importa si son harapos o cachemira.
Sólo necesito salir de estas ropas. —Levantó la vista hacia él y sonrió—. Gracias, hombre lobo. Te veo en un rato.
Yoochun le guiñó un ojo mientras salía
de la habitación.
Junsu llamó a la puerta del cuarto de
baño. Sólo había uno en toda la posada y lo estaba compartiendo con el resto de la manada.
—Ya casi termino. —Era una voz familiar.
—Changmin, soy Susu. Abre.
La puerta se abrió sólo lo suficiente para que Changmin
sacara la cabeza.
Junsu sintió el vapor de la ducha caliente acariciar su cara cuando se
arremolinó más allá de él.
— ¿Estás solo?
Junsu puso los ojos en blanco.
—Sí, sanador, soy sólo yo. Ahora, déjame
entrar. ― Changmin abrió
más la puerta mientras resoplaba.
—Bueno, podías haber tenido a tu lobo
contigo. No quería abrir la puerta así… —Changmin hizo un movimiento de arriba abajo con la mano indicando su
cuerpo vestido con una toalla—… y estar como “oh, hola Yoochun, ¿cómo te
va, Yoochun? Sólo estoy aquí parado en mi toalla pasando el rato y haciendo mis
cosas, Yoochun”. ― Junsu
cerró la puerta tras él y sacudió la cabeza hacia Changmin.
—Eres un pequeño gitano perturbado.
Junsu
miró alrededor, viendo rápidamente la ducha en la pared frente a la
puerta. Era un sencillo cuadrado embaldosado con un desagüe en el suelo. Una
cortina de ducha azul colgaba a través de él. Al lado de la ducha había una
pequeña mesa que tenía ropa y toallas. Junsu no pudo evitar la sonrisa que se
expandió por su cara cuando comenzó a desvestirse.
Changmin le ofreció una débil sonrisa.
—Lo siento. Sólo estoy todo de mal humor.
Estoy recibiendo vibraciones extrañas y…
— ¿Qué quieres decir con vibraciones extrañas?
¿De Jae? ¿El bosque? ¿Sobre Yun? —interrumpió Junsu.
Changmin paró de cepillarse el cabello a
mitad de camino. Se dio la vuelta del viejo espejo para mirar a su mejor amigo.
— ¿Has acabado? ¿Vas a dejarme terminar
ahora?
Junsu levantó las manos en señal de
rendición.
—Oh, hombre. Lo siento. Estoy peligrosamente
cerca del furgón de los locos, ¿verdad?
—Definitivamente creo que deberías dar un par
de pasos atrás. Es demasiado pronto para saltar a ese furgón. Te aseguro que te
daré el completo visto bueno cuando sea el momento.
Junsu sonrió.
—Bien. Entonces, ¿qué estabas diciendo?
—No sé realmente cómo describirlo. Creo que Jae
está a salvo, pero al mismo tiempo algo está mal. Tendré que ver cómo está
actuando Yunho, eso me ayudará a saber acerca de Jae. No se da cuenta que a
pesar de que no lo recuerda, él aún está conectado a Jae. Ellos se afectan
mutuamente, lo sepan o no. ―
Junsu se metió en la ducha. Changmin soltó una risa cuando escuchó a Junsu gemir.
—Oh. Dios. Mío. Esto se siente divino. Casi tan
bueno que podría ser malo, pero es tan bueno que no te importa si es malo. ¿Me
sigues?
Changmin tenía una sonrisa que se
extendía por su cara y sus ojos arrugados mientras respondía:
—Sí, princesa lobo, te sigo. Así que, de
todos modos, como iba diciendo, otra vibración que estoy recibiendo es de
cierto lobo…
—Oh, hermano. ¿Estamos preparándonos para
tener algunos momentos Jae?
—Sin duda un momento Jae. Él no es una
opción, para nada, completamente fuera del menú. Pero sigue sonriéndome y
guiñándome el ojo. Quiero decir… Vamos. ¿Cuánto se supone que es capaz de
soportar un chico?
—Déjame adivinar. —Junsu habló por encima del ruido del
agua de la ducha—. ¿El nombre de dicho lobo fuera-del-menú rima
con Sayami?
— ¿Sayami?
En serio, Susu,
¿con eso es con lo que sales? —Changmin puso los ojos
en blanco.
—Bueno, está bien. ¿El nombre del lobo es…?
—Sí, sí, mierda —interrumpió Changmin— Es
nuestro amable camarero del barrio. Quiero decir, ¿me imaginas presentándoselo
a mis padres? Hola mamá y papá, este es Hayami, es un hombre lobo y camarero.
Así que básicamente podría comerme para el almuerzo y luego servirse a sí mismo
una buena cerveza fría para tragarme mejor.
Junsu
se estaba carcajeando fuertemente cuando cerró la ducha y abrió la
cortina. Agarró una toalla y comenzó a secarse.
—Muy buena.
—Estoy hablando en serio, Susu —gimoteó Changmin— Está
empezando a llegar a mí y no tengo tiempo para cuidar un corazón roto.
—Changmin, respira profundamente, déjalo
salir lentamente. —Junsu
esperó hasta que su amigo cumplió mientras continuaba vistiéndose. Se puso un
par de pantalones cargo que eran sólo un pelín demasiado grandes, luego se pasó
una camiseta azul con cuello de tortuga por la cabeza— Ahora,
no nos estresemos acerca del pequeño asunto del CHL, ¿de acuerdo?
— ¿CHL? —El ceño de Changmin se frunció.
—Sí, el Camarero-Hombre-Lobo. — Junsu sonrió, obviamente complacido
consigo mismo.
— ¿Qué pasa contigo y Jae y los acrónimos?
Juro que tienen un cuaderno lleno de ellos.
—Si lo tenemos, nunca lo sabrás. —Junsu le guiñó un ojo a su moreno amigo.
Changmin miró a Junsu de arriba abajo y luego sonrió.
—Dominas totalmente todo el estilo “me di un
baño de hollín en un incendio y ahora tengo que llevar ropa de una talla
demasiado grande en colores que me arruinan por completo”.
Junsu abrió la puerta del baño y
apresuró a Changmin a salir.
—Bueno, gracias, Thelma. Aprecio el apoyo.
—Cuando quieras, Louise.
Para eso estoy aquí, para indicar cuándo
logras un buen aspecto, o fallas en el
intento.
—Bajemos a comer, idiota —dijo
Junsu, sacudiendo la cabeza hacia
Changmin y tirando de él.
Cuando los dos chicos llegaron abajo
vieron que la mayoría de la manada ya había comido
y estaba empezando a dispersarse, algunos
dirigiéndose a ayudar al dueño de la posada a limpiar y
otros ocupándose de cosas que Siwon les había asignado.
Su grupo estaba todo reunido alrededor
de la chimenea en la gran sala de reunión. Yoochun caminó hacia Junsu y le
tendió un plato de huevos y tocino. Y para sorpresa de Changmin, y disgusto
parcial mezclado con alegría, Hayami le tendió a él un plato de lo mismo.
Ambas
chicos tomaron asiento
en el sofá que los chicos habían
desocupado cuando ellos llegaron.
—Muy amable de su parte unirse a nosotros, jóvenes. —Siwon se dirigió a ellos con un tono firme, pero sus ojos contenían
diversión.
—En América, S, hay esta cosa llamada llegar elegantemente
tarde. Verás, es mi trabajo como tu yerno, introducirte en todas estas
costumbres. —Junsu
le sonrió.
Siwon soltó una risa.
— Oh. Bien, entonces, ¿supongo que debo
agradecerte en lugar de reprenderte?
—Ahora lo estás pillando.
Todos aquellos alrededor de la
habitación se rieron con la broma, pero se callaron cuando Siwon se levantó.
—Tan pronto como todos terminen de comer
saldrán en sus direcciones separadas. Heechul y yo, así como la mayor parte del
resto de la manada nos quedaremos aquí. Este será el cuartel general, a falta
de un término mejor. Yoochun, Junsu, Key, y Leeteuk tomarán el vehículo que queda
y se dirigirán de vuelta al aeropuerto para tomar el avión a Corea e ir a la mansión. Una vez allí, Leeteuk se pondrá en
contacto con el historiador de la manada y él debería al menos ser capaz de
señalarles una dirección general de dónde empezar a buscar. —Siwon hizo una pausa y pareció reunir
sus pensamientos. Todo el mundo esperó en silencio, el fuego chasqueando y
estallando mientras la madera se quemaba, y el viento afuera soplando contra las
ventanas.
Finalmente miró a Changmin.
—Tú, Luhan, Hayami y Yunho se dirigirán
afuera a pie.
Los ojos de Changmin se abrieron
ampliamente ante esta declaración.
— ¿A pie? ¿En el frío y la nieve? — chilló.
—Yo podría sacrificar un poco de calor
corporal por ti si lo necesitas — bromeó Hayami y guiñó un ojo. Le dio un gran placer hacerlo sonrojar.
—Hayami. —La voz de Siwon fue una advertencia aunque no había
calor verdadero detrás de ellas— Ahora bien, he reunido todas las cosas que necesitarán
para encargarse de este tiempo. Tendrán un poco de ayuda a lo largo del camino,
aunque no deberían buscarla. Simplemente dejen que vaya a ustedes.
Se oyó un gruñido cuando
Junsu se lanzó
a sí mismo hacia atrás en el sofá
dramáticamente.
—S, me estás matando. Primero, tienen la
oportunidad de conocer a la Hada, ¿y ahora consiguen ir a una excursión digna
del Señor de los Anillos a través de la montaña? ¿Y aun así todo lo que yo consigo es a un tipo viejo
y papel quebradizo?
—Sólo recuerda que todo es por Jae y Yunho. —Changmin palmeó la pierna de su mejor amigo.
—Esa es tu única salvación. De lo contrario
me estaría invitando a mí mismo a su pequeña aventura.
Dos horas, varias
discusiones, y montones
de quejidos mientras
la manada se separaba más
tarde, Junsu, Yoochun, Leeteuk y Key estaban una vez más en un Hummer viajando
por la larga carretera montañosa de vuelta hacia la mansión de los Lobos TVXQ Coreanos. Mientras tanto, Changmin, Luhan,
Hayami y Yunho habían comenzado su arduo viaje a pie.
— ¿Crees que lo tenemos todo? —preguntó Changmin a Luhan mientras se
adentraban en el bosque de los Alpes Transilvanos. Estaban caminando en fila
india con Luhan a la cabeza, luego Changmin, Hayami y Yunho en la retaguardia.
—Si no lo tenemos, lo único que nos dejamos
fue un inodoro.
—En serio —añadió Hayami— tenía que haber sido Heechul el que empacara
para nosotros. Ningún hombre habría pensado en todas las cosas que tenemos
empaquetadas en estas bolsas que estamos cargando sobre nuestras espaldas.
Junsu había sugerido llevar un caballo o
un burro, pero Siwon dijo que incluso si pudieran
encontrar uno sería
simplemente una boca más que alimentar.
Así que, sin un caballo/burro de carga, los cuatro estaban en camino.
Todos se quedaron en silencio mientras
caminaban. El crujido de la nieve bajo sus botas,
y el ocasional pájaro o animal correteando eran los únicos sonidos.
Yunho estaba perdido en sus pensamientos.
Después de que Jaejoong lo hubiera bloqueado, y había tenido
algún tiempo para calmarse, había
ido a Siwon. Le hizo saber que Jaejoong dijo que las personas que lo
habían rescatado eran Minho y Taemin: un Alfa y su compañero que se creía que habían
muerto hace tres siglos. Siwon estaba sorprendido, pero no completamente conmocionado. Le
había dicho a Yunho que a la luz de las circunstancias de Jae, ir a ver a Peri era
el mejor curso de acción para Changmin.
Cuando
se había despertado esta mañana supo que algo iba mal. No podía sentirlo en absoluto. No era como cuando él había bloqueado su mente; incluso entonces aún podía sentirlo
pero ahora no había nada. Había decidido
que tal vez estaba inconsciente, y aunque odiaba
la idea de él inconsciente, era un pensamiento mejor que otras posibilidades.
No se lo había mencionado a nadie porque no se imaginaba que hubiera algo que
se pudiera hacer acerca de ello. Cuanto más tiempo pasaba sin su presencia más
débil comenzaba a sentirse, y la oscuridad arrastrándose en su mente y alma se
intensificaba. Ahora estaba pensando que tal vez habría
sido una buena idea mencionárselo a Siwon. Si iba a peor, decidió, hablaría con Changmin y Luhan.
>>>♥<<<
Jeong Luhan no podía creer dónde estaba,
o lo que estaba haciendo. Si alguien hubiera venido
a él un año antes
y dicho: “Oye, el año que viene
estarás en Rumania con la manada Coreana
haciendo senderismo a través del bosque en busca de una hada”, le habría dicho que dejara de esnifar aquellos
bolígrafos permanentes. Pero aquí estaba, en Rumania, haciendo senderismo en el
frío glacial buscando un hada. Había sabido que las Fae existían en el pasado.
A Luhan le gustaba conservar al menos un poco de su historia y la historia de
otros seres sobrenaturales. Sin embargo, no había sido tan diligente en los
últimos años y no sabía que las Fae eran aún una parte de este mundo. Era increíble.
No había duda de que lamentaba lo que le
había hecho a Junsu, pero al mismo tiempo estaba tan contento de que estuviera
aquí, capaz de ayudar a su propia especie.
>>>♥<<<
Changmin estaba intentando concentrarse
en dónde plantaba su pie en la nieve para evitar tropezar, pero su mente
continuaba preguntándose por el lobo demasiado-caliente-para-su-propio-bien caminando detrás de él. No entendía
el dolor en su interior cuando
lo miraba. Lo que podía entender era su atracción
por él: era jodidamente lamible. Changmin sonrió
ante las palabras
que había escuchado a Jae usar tantas veces antes. Jae, ahí es donde su mente
debería estar. Y lo estaba, pero también estaba en Hayami.
«¿Ves, Jae? Te necesito», pensó Changmin. «Tú me dirías que me recompusiera, y si
ocurre que soy manoseado en el proceso, entonces qué suerte la mía».
Changmin dejó salir una carcajada ante
eso. Era exactamente lo que diría Jae. Changmin echó los hombros hacia atrás y
se irguió un poco más. Lo que sea que estuviera pasando o no entre él y Hayami
aún estaría ahí una vez que Jae estuviera a salvo en casa.
Siwon lo había enviado para encontrar respuestas acerca de cómo ayudar a Jae. Lo
había apartado a un lado antes de que se fueran y le había explicado todo
acerca de Jae y Taemin y su compañero. Él sentía firmemente que Perizada
tendría respuestas y sería capaz de ayudarles. La respuesta de él fue:
— ¿Y si no las tiene?
Siwon había fruncido el ceño ante su
pregunta, luego una traviesa sonrisa se había dibujado en su atractivo rostro
mientras le decía:
—Si te hace pasar un mal rato, lo cual tienes
que esperar, simplemente pregúntale si podría por favor al menos asegurarse de que
el polvo de hadas golpee sus traseros, junto con la puerta, cuando salgan.
— ¿Cómo te va por ahí, ojos marrones? —Changmin fue sacado de sus
pensamientos por el sonido de la profunda y juguetona voz detrás de él.
Luhan
había parado unos metros más adelante y estaba tomando
un trago de agua. Changmin se
dio la vuelta para mirar a Hayami. Deseó poder decir que su corazón no
tartamudeó cuando él sonrió y le guiñó un ojo, pero sería un mentiroso. Changmin era muchas cosas:
cobarde, tímido, torpe,
pero no un mentiroso.
Así que, sí, su corazón tartamudeó y sus palmas estaban tan sudorosas como un
cerdo relleno.
—Estoy bien. Bueno, en realidad sólo estoy
intentando con mucho esfuerzo no caerme
de culo. —Changmin se puso una mano sobre la boca justo cuando la palabra “culo” se le escapó.
Sabía que su cara se estaba volviendo
rojo brillante por el calor
ardiendo en él—o, eh, Jae me ha contagiado. Bueno, esa es
la excusa que estoy usando de todos modos.
Hayami soltó una risa.
—Bueno, no intentes evitar caerte sobre ese
precioso trasero por mí. Haré mi misión asegurarme de que sea yo donde
aterrizas. —La sonrisa de Hayami era preciosa y tan
enorme que un hoyuelo apareció en su mejilla derecha. Changmin tuvo que reírse
ante su coqueteo y arrogancia.
— ¿Funciona esa línea con todos los chicos? —bromeó él en respuesta mientras se daba la vuelta para continuar siguiendo a Luhan ahora
moviéndose.
—No lo sé, no me importa. Sólo hay una chico con
el que me importa que funcione. —La cabeza de Changmin se giró con voluntad propia ante el sonido de la
voz de Hayami. Toda la picardía se había ido, la arrogante sonrisa sólo un
recuerdo. Sus ojos se posaron
en un dominante Canis lupis que había
encontrado su presa. La respiración de Changmin se aceleró como si se diera cuenta
de lo serio que estaba. Hayami
lo empujó amablemente hacia delante pero no dijo nada más.
>>>♥<<<
Hayami vio cómo Changmin se daba la
vuelta en la dirección en la que estaban yendo. Sus palabras obviamente habían
dado en el blanco. No había tenido la intención de asustarlo pero su lobo
estaba empujándolo a dejar perfectamente
claro que estaba reclamándolo. Hayami estaba de acuerdo con su lobo, pero no
entendía cómo era posible cuando Changmin era cien por ciento humano.
Lo observó voltear sus rizos castaños
por encima de su hombro mientras sus ojos vagaban por el paisaje de aquella
tierra, las preguntas llenándolos. Él sonrió cuando un conejo se escabulló a
través de su camino, luego jadeó cuando un halcón agarró a la criatura con sus garras,
precipitándose hacia arriba
en el frío aire quebradizo. Y cuando Shim Changmin se dio la vuelta
para mirarlo con ojos brillantes, la tristeza
de ver a un pequeño
inocente tomado en el círculo
de la vida, supo que podría
derribar montañas para quitar esa tristeza de él. Humano
o no, Shim Changmin era suyo.
>>>♥<<<
2 Días Después del Incendio.
Era media tarde cuando finalmente
llegaron de vuelta a la mansión. Junsu se estiró mientras salía del Hummer. A
pesar de que estaba rígido —y hambriento— por el viaje, estaba ansioso por empezar
a indagar a través del pasado de los Canis lupis para descubrir una manera de
romper la maldición sobre Yunho y detener a la bruja.
—Bueno, Leeteuk —dijo Junsu, alzando
una ceja hacia
él— guía
el camino a los archivos.
Yoochun tomó la mano de Junsu, llevándolo
con él mientras caminaban dentro de la mansión. Key los siguió silenciosamente, aún cansado por el viaje.
Atravesaron el largo pasillo donde se encontraba la oficina de Siwon. Cuando
llegaron al final del corredor, Yoochun abrió la última puerta de la izquierda.
—Siempre me pregunté qué había aquí —murmuró Junsu mientras miraba a Leeteuk
poner un código en un teclado numérico
localizado sobre la pared
justo dentro de la habitación, el cual terminó siendo un armario… ¿o no lo era?
—Liiiiiindo. —Junsu sonrió— No
me dijeron que este lugar tenía pasadizos secretos.
Leeteuk se encogió de hombros.
—No preguntaste —respondió secamente. Después de poner el código, Junsu observó
lo que parecía ser una pared sólida
en la parte de atrás del armario deslizarse a la derecha,
dejando una abertura
que revelaba una escalera de piedra
descendente.
—Eso es bastante retorcido. ¿Tú sabías sobre
esto? —preguntó Junsu a Key.
—Junsu, tengo veintisiete años, sin pareja y
a pesar de que soy un dominante, no me dicen nada aquí. —Key le guiñó un ojo— Así
que no. No sabía sobre esto.
—Está bien, entonces. Bien, aprendemos algo
nuevo cada día. —Junsu divagaba mientras seguía a Yoochun
a través de la entrada.
—Tengo el presentimiento de que vamos a
aprender algo más que eso hoy —dijo Yoochun mientras volteaba a ver a Leeteuk—
Deberías guiar el camino. Has estado aquí antes, ¿no?
Leeteuk asintió.
—Sí. Es fácil perderse una vez que sales del
salón principal, así que permanezcan juntos.
El grupo descendió los escalones de
piedra, los cuales bajaban en espiral. Junsu
notó los candelabros que iluminaban el camino. El pasadizo era estrecho,
con paredes de piedra siguiendo el espiral de la escalera. El aire era rancio y
frío, e incluso con las luces, parecía hacerse más tenue entre más lejos iban.
Después
de llegar al final de la escalera, Leeteuk se detuvo
en el centro de una habitación larga y rectangular. A lo largo de la pared izquierda
había un escritorio grande. Había pantallas de
computadoras, Junsu contó seis en total en la pared enfrente del escritorio, y papeles se dispersaban sobre la parte
superior del mismo cubriendo la mitad de un teclado y
un mouse. En todas las paredes del cuarto había estantes llenos con libros y
objetos. Había un sofá de felpa y dos sillones
mullidos directamente a la izquierda de la escalera. Al otro lado de la habitación,
en la pared más lejana,
había varios arcos que conducían a la oscuridad. Frente a los arcos
había mesas redondas con sillas alrededor de ellas. Junsu podía notar que había
algo sobre las mesas, pero estaba muy lejos para ver exactamente lo que era. Pasando a Yoochun y Leeteuk, Junsu
se movió cerca de las mesas y descubrió
lo que había sobre ellas, o en ellas mejor dicho.
Tallado en la parte superior de las
mesas había escenas. Cada mesa tenía un diferente tallado. La primera era una
manada de lobos corriendo juntos a través del bosque.
El artesano le había puesto
tantos detalles que pudo ver donde
los lobos pateaban la nieve detrás de ellos. Sus rostros se veían iluminados y
sin preocupaciones, sin bordes o sombras en sus ojos.
La siguiente mesa era de una escena de
dos lobos gigantes encerrados en una batalla. Alrededor de ellos había otros
lobos viéndolos, esperando. Los dos lobos peleando entre sí, estaban en sus
patas traseras, cada uno tratando de destrozar a su enemigo. Ambos conjuntos de
dientes estaban desnudos y saliva goteaba de sus hocicos. Junsu se estremeció
mientras estudiaba la mesa; casi pudo sentir la tensión que los lobos debieron
haber sentido.
La tercera y última mesa tenía una
escena mucho más calmada. Era tan conmovedor que Junsu pudo sentir un tirón
dentro de él, el anhelo de lo que vio. Un enorme lobo se sentaba alto y
orgulloso. Su cabeza estaba hacia abajo, viendo al lobo más pequeño presionado contra él, y presionado contra
él, había un pequeño
cachorro. La loba miraba al orgulloso macho
con asombro, mientras que la mirada en los ojos del macho
sostenía intensas emociones por los dos a su cuidado.
Junsu estaba maravillado por el detalle
que mostraba y la cantidad de emoción de alguna manera tallada en la cara de
esos lobos.
—Es quienes somos, quienes hemos sido, y
quienes queremos y necesitamos ser. —Junsu escuchó una voz viniendo de los
oscuros arcos. Se volteó para ver a Leeteuk,
Yoochun y Key. Yoochun caminó
a donde estaba él y lo puso detrás de él.
— ¿Así que este es el compañero del príncipe? —dijo la voz.
—Deja de ser dramático y sal, JangWoo. —Leeteuk puso sus ojos en blanco.
—Leeteuk, ¿acabas de poner los ojos? —preguntó la voz, ahora nombrada JangWoo.
—He estado con los jóvenes americanos por
meses. He aprendido mucho más que sólo poner los ojos en blanco.
Junsu y Key rompieron en carcajadas,
pero pararon abruptamente cuando una figura emergió del arco de en medio. Junsu
intentó caminar alrededor de Yoochun para ver mejor al hombre, pero Yoochun
seguía moviéndose con él.
«Yoochun». La voz de Junsu fue severa cuando habló con él a través de su vínculo.
«No te muevas de mi lado»,
le dijo mientras cedía y le permitía moverse
al lado de él.
Junsu ladeó la cabeza a un lado mientras
miraba al nuevo macho.
— ¿No eres viejo y empolvado? —El hombre que tenía delante de él
parecía estar en sus treinta, alto, cabello negro y ondulado. «Tiene
absolutamente el estilo de Aragon», pensó Junsu, comparando a JangWoo con el personaje de El Señor de los Anillos.
«¿Eso que escucho en tu voz es admiración, Junsu?» Yoochun obviamente había escuchado sus pensamientos.
«Relájate, hombre lobo. Solo tengo ojos para ti».
«Bien, odiaría tener que encontrar un nuevo historiador». La voz de Yoochun era un gruñido en su mente.
«Nos estamos sintiendo posesivos hoy, ¿verdad?», lo molestó.
«Compórtate».
«Últimamente escucho mucho de eso de ti». Junsu le dio una imagen mental de él sonriéndole amablemente a JangWoo.
De acuerdo, se dio cuenta que quizás esa
no era una de sus más grandes ideas, una vez que Yoochun lo jaló detrás de él
de nuevo. Dejó escapar un fuerte resoplido pero se conformó con pararse de
puntillas y mirar sobre su hombro.
JangWoo usaba una desteñida camiseta
gris. Impreso en el centro de la camiseta estaba escrito: “Solo puedo ser amable con una persona al
día. Hoy no es tu día… probablemente mañana tampoco lo sea”. Tenía pantalón vaquero azules
deslavados y deportivos Converse negros. «¿Este era el historiador de la manada? ¿En
serio?», pensó Junsu.
JangWoo río al ver la expresión
escéptica de Junsu.
— ¿Viejo y
empolvado? Eso depende sobre quién preguntes —bromeó. Miró de nuevo a Leeteuk y
sonrió— Ha pasado tiempo, viejo amigo.
Leeteuk asintió.
—Han sido unos meses ocupados, pero estoy
seguro que lo sabes.
—Saber es mi trabajo, así que por favor,
siéntete libre de no compartirlo. —JangWoo sacó una silla de la primera mesa redonda y se sentó frente al
grupo.
—Linda camisa —dijo Key. Sus ojos se dispararon hacia
Junsu, quien le dio unos pulgares en alto.
—Mi hermana. —JangWoo sonrió— Me manda estas camisetas con diferentes
frases sobre ellas. Dice que es para ayudarme a mantener mi sentido del humor.
Aparentemente estoy rodeado de hechos aburridos.
— ¿A qué te referías hace rato? —preguntó Junsu de detrás de Yoochun, quien aún no lo dejaba pasar.
—Estabas mirando las mesas; sentiste el tirón
de ellas.
Junsu
asintió pero no habló. Sintió
a Yoochun enrollando un brazo alrededor de su cintura. Lo jaló,
firmemente contra él.
—Estas mesas fueron
talladas por las Fae. Ahora
bien, las Fae nunca hacen algo sin razón. —JangWoo hizo señas hacia la primera mesa— Está imagen es de lo que hemos sido creados
para ser. Estoy seguro que conoces la leyenda detrás del Canis lupis, ¿cómo la
Diosa de la luna nos creó?
Junsu asintió.
—Sí. Ella nos creó para salvar las especies
de los Lobos TVXQ.
—Es más profundo
que eso. —JangWoo se puso de pie para mirar el tallado,
sus dedos trazaban los lobos mientras hablaba—
La gran Luna vio que el hombre se
estaba dividiendo a sí mismo.
La familia ya no era importante. Vio las guerras, el odio, y a los niños afectados
por eso.
Junsu se alejó de Yoochun y sacó una
silla de la tercera mesa. Los otros siguieron su ejemplo. Mientras continuaban
escuchando el conocimiento del historiador de la manada, era obvio para Junsu
por qué JangWoo era el historiador. Era tan apasionado con su historia.
—Entonces miró hacia los lobos, quienes
estaban disminuyendo en número, y de regreso a los humanos, quienes ya no se
preocupaban por ellos, y combinó sus espíritus. Tomó la naturaleza leal, protectora
y posesiva de los lobos y tomó la inteligencia, emociones y amor de los humanos
y las puso juntas. Ella nos diseñó para ser una manada.
»El Canis lupis, ambos, lobo y hombre, fueron destinados a ser una familia
una con la otra. Ganamos fuerza a través de nuestro vínculo con cada uno de
nosotros. La primera mesa es lo que la Diosa quería para nosotros. La segunda
mesa es quienes somos hoy. Hemos atacado a nuestro semejante, dividido nuestra
especie, incluso tenido una guerra civil. Sufrimos por ir contra nuestra verdadera
naturaleza. —JangWoo
sacudió la cabeza— En cualquier caso, la tercera mesa es quien
necesitamos ser. No podemos sobrevivir sin los niños. Pero la Diosa de la luna ha
visto sufrir a los niños humanos por las guerras y divisiones en su especie. Su
manera de asegurarse que entendemos qué precioso es un niño es dándonos unos pocos.
»Ella nunca quiso que olvidáramos la bendición de un niño y la esperanza
que traen. La historia revela nuestro camino, estamos en las circunstancias en las
que estamos hoy por las acciones que, como especie colectiva, hemos hecho. Esta
tercera mesa empuja a nuestro lobo. El lobo en nosotros anhela por una manada,
por una familia, por el tacto, por los niños. Estas mesas creadas por las Fae fueron
diseñadas para sacar al lobo de uno cerca de la superficie, para abrir nuestros
ojos humanos, para poder ver lo que se necesita hacer.
Todos miraron en silencio cuando JangWoo
terminó de hablar. Finalmente, Leeteuk habló.
—Gracias por eso, JangWoo. Es importante que
recordemos por qué estamos aquí.
—Bueno, estoy seguro
que no vinieron por una lección de historia sobre la
Diosa de la luna y nuestra especie. ¿En qué puedo ayudarlos?
— ¿No te contactó Siwon? —pregunto Yoochun, sus cejas fruncidas.
—No, no he escuchado nada de nuestro Alfa. ― Leeteuk miró cauteloso.
—Siwon me dijo que llamaría a JangWoo para
decirle que veníamos. ― Yoochun encontró los ojos de JangWoo.
— ¿Ha venido alguien a verte hoy?
JangWoo lo pensó por unos minutos,
tratando de recordar, pero su mente estaba nublada y sus pensamientos fuera de
su alcance.
—No lo recuerdo. Ni siquiera recuerdo qué he hecho
hoy. —Justo
cuando las palabras salieron
de su boca, Yoochun, Leeteuk
y Key salieron disparados hacia los
arcos.
Key jadeó.
— ¿Eso es humo?
Luego, todos estuvieron de pie y
corriendo en dirección al olor ahumado.
A unos quince metros del pasillo, el
humo comenzó a rodearlos.
—JangWoo, ve a buscar unas mantas, ¡y
apúrate! —gritó Yoochun.
JangWoo salió en dirección a su cuarto.
Un minuto después, llegó a la gran sala de archivos y vio montones de
pergaminos, papel y libros sobre el piso, las llamas estaban llegando hacia
ellos. Le tiró una manta
a Yoochun, una a Leeteuk
y tomó la que quedaba. Cuando
cubrió el fuego con él, pisoteó tan fuerte como pudo, Leeteuk y Yoochun
siguieron su ejemplo.
Junsu y Key miraban con horror.
—Esto no es para nada bueno —murmuró Junsu.
—Creo que es lo que ustedes los americanos
llaman un eufemismo
—dijo Key incapaz de despegar sus ojos de la escena frente a ellos.
—Del siglo —añadió
Junsu. Comenzó a toser por el humo, el cual llenó el cuarto mientras el fuego
se extinguía.
Yoochun
se inclinó contra
los estantes detrás de él. Su respiración era laboriosa y su
pecho se apretaba mientras trataba de succionar el poco aire limpio que quedaba en la habitación.
—Esto tiene que ser obra de esa bruja. ― La cabeza de JangWoo se alzó de golpe.
— ¿Bruja? —preguntó con horror.
>>>♥<<<
A última hora en la noche ese día, los
dos grupos habían decidido ponerse
en camino, Heechul se paró en la ventana del dormitorio que él y Siwon
compartían en la taberna. Sus ojos observaban la noche. El cielo estaba despejado
y las estrellas salpicaban la oscuridad. La luna era creciente, lo que despedía
un resplandor misterioso. No sabía por qué, pero se sentía como si pudiera
empujar a su manada solo por voluntad, y que si quitaba los ojos de esta vista
por un segundo, todo fallaría. Escuchó la puerta detrás de él abrirse y
cerrarse suavemente. Fuertes brazos se envolvieron alrededor de su cintura
desde atrás y dejó caer y reposar su cabeza en el fuerte pecho de su compañero.
—Siento tu resolución, Naui. —El aliento de Siwon susurró suavemente sobre su cabello.
—Siento que si me alejo, o dejo de pensar
sobre ellos por incluso solo un pequeño segundo, sus pies vacilaran
y su coraje fallará. ¿Qué tan vanidoso
es eso?
Siwon se rió entre dientes.
—Mi amor, eres un Alfa. Está en tu naturaleza
controlar y proteger. Date un descanso. Hemos mandando a los que más aman a Jae
y Yunho. Ellos continuarán hasta que todo esté bien de nuevo. No dudo de ellos.
Heechul sabía que él tenía razón, pero
no hacía menos difícil sentarse y esperar escuchar de ellos. Para escuchar si
estaban a salvo y cerca de encontrar a Jae y restaurar a Yunho.
—Necesitas descansar. Ambos lo necesitamos.
Ven. —Siwon lo jaló hacia su cama y se
acostó al lado de él— Duerme, Luna. Confía en que tu manada es
fuerte.
Heechul se sumió en el sonido de la
gentil voz de su compañero cantando suavemente. Sonrió a sí mismo ante el
pensamiento acerca de cómo los otros machos lo molestarían si supieran que le
cantaba a su compañero para dormir.
>>>♥<<<
Changmin y Luhan reunieron ramitas
mientras Yunho y Hayami rompieron ramas de árboles
para construir una fogata. Changmin
no podía recordar
un momento en el que tuviese
tanto frío. Una vez que el fuego estuvo ardiendo, los cuatro se sentaron juntos
tan cerca cómo pudieron. Cada uno estaba envuelto en capas y capas de ropa,
gorros, bufandas, guantes y mantas. Yunho pasó la cecina y el pan que el dueño
de la taberna les había proporcionado. Proteína, carbohidratos y agua.
Sorprendentemente, Changmin sabía por su clase de salud de décimo grado que el
cuerpo podría sostenerse incluso de menos si lo necesitaba.
— ¿Cómo vamos a saber que llegamos a donde se
supone que debemos llegar? —preguntó
Luhan a nadie en particular.
—Siwon dijo que ella nos encontraría. Que
sólo necesitábamos llegar lejos en las montañas y eventualmente Perizada se daría
a conocer. —Changmin miró a cada uno de sus amigos, sus compañeros de
manada, tan raro como sonara, se sentía bien.
Todos permanecieron callados mientras
terminaban su comida y bebida, todos mirando las rojas, amarillas y naranjas
flamas que danzaban enfrente de ellos. El silencio fue roto cuando Changmin se
volteó hacia Yunho.
—Sé que es una cosa privada entre compañeros,
pero cómo le está yendo a Jae. ¿Se ha comunicado contigo?
Los tres vieron como Yunho se tensaba
visiblemente. Su cara hizo una mueca, casi como si le doliera.
—Yo… —comenzó Yunho, pero se detuvo. Agachó la cabeza brevemente para
quitarse la sensación de que algo estaba mal— No puedo sentirlo. Cuando trato de
contactarlo, es como si el vínculo que nos une hubiera sido cortado.
Changmin sacudió su cabeza.
— ¿Por qué no habías dicho nada?
Yunho gruñó por la acusación en la voz del
sanador.
—Y exactamente, ¿qué es lo que hubieras
hecho?
Hayami dejó salir un bajo gruñido y se
movió para sentarse entre Yunho y Changmin.
—Sé que eres mi Beta, pero no le hablarás a él
de esa manera.
—Hayami —la voz de Changmin fue suave— está
lastimado, no entiende. No seas tan duro con él.
Hayami
se volteó y miró los ojos color
miel de Changmin, los cuales estaban llenos de dulzura y entendimiento.
—Entiendo que está lastimado. Pero tú eres un
sanador y eres mío y te tengo que proteger.
Changmin tomó un fuerte respiro.
— ¿Tuyo?
Hayami cerró sus ojos por un momento,
maldiciéndose por el desliz.
—Eres de la manada. Pero yo estoy aquí, soy
de la manada, y te protegeré incluso de uno de los nuestros.
Changmin puso su mano suavemente sobre
su hombro.
—Gracias. Yunho no va a lastimarme. Necesito ver
si puedo averiguar lo que está pasando.
Hayami asintió pero se quedó dónde
estaba.
—Ahm, Hayami. — Changmin alzó sus cejas al guapísimo,
pero aun así exasperante, lobo frente a él — Eso significa que necesito estar cerca de
Yunho. ― Cuando Hayami
no se movió, Changmin se puso de pie con un resoplido y murmuró: —Jae
tenía razón. Malditas bolas de pelos tercos y mandones.
Luhan río mientras los ojos de Hayami se
abrían de par en par ante el amable sanador mostrando las garras.
Changmin tomó asiento al lado de Yunho.
— ¿Puedo tocarte?
Un gruñido bajo provino del otro lado
del fuego.
—Hayami —le advirtió Luhan. Hayami no lo tomó en cuenta, pero
paró de gruñir.
Yunho asintió a Changmin para hacerle saber
que estaba bien. Changmin puso su mano sobre su pecho y cerró sus ojos. Se sintió tan ignorante cuando
intentó usar este tan
mencionado “don”. No
entendía cómo funcionaba. Todo lo que podía hacer era abrir su mente y dejar
que cualquier magia que pareciera estar dentro de él hiciera su trabajo.
Changmin sintió energía flotando
dentro de Yunho mientras buscaba
el vínculo del que él había hablado. Se sintió como un intruso
sabiendo que el vínculo entre compañeros, de lo que Junsu había
explicado, era muy íntimo. Su mente buscó a través de él, encontrando la
conexión que el Beta tenía con su Alfa y con la manada, una intricada red. Finalmente se encontró con lo que parecía un cordón
de oro, fuerte y brillante. Siguiendo su camino, casi se retiró cuando vio en
extremo cortado. Parecía
roído, como una cuerda desgastada en las puntas.
Changmin notó que la punta y varios centímetros del cordón ya no eran
doradas, sino oscuras, muertas.
Se aproximó a las partes oscuras. Tan
pronto como su conciencia lo tocó, se sintió siendo expulsado de la mente de
Yunho y volver al presente.
Changmin estaba sin aliento. Abrió sus
ojos para ver a la cara de Yunho cubierta en sudor, su boca apretada en dolor,
y la agonía que era tan evidente en el interior, sangraba por sus brillantes
ojos ámbar.
—Changmin —habló
Hayami con un bajo gruñido— aléjate de él.
Changmin lo ignoró y en lugar de
alejarse, se movió alrededor hasta que estuvo arrodillada justo enfrente de
Yunho.
—Tu vínculo con él ha sido cortado. Está
muriendo.
>>>♥<<<
Yunho cerró sus ojos, apretándolos fuerte. Tal
vez si los cerraba lo suficiente fuerte y por el suficiente tiempo, las
palabras del sanador no serían ciertas. Él no recordaba a Jaejoong; no
recordaba su esencia, su toque, o la hermosa
cara que había
visto en las fotos del celular de Changmin. Pero quería hacerlo. Quería tener la oportunidad de conocerlo de nuevo, de amarlo de nuevo.
— ¿Cómo? —Su voz sonó ronca.
—No estoy muy seguro, pero se siente como
magia. Sin embargo, no es oscura. No es como la magia de la bruja.
— ¿Qué te dijo Jae cuando fuiste capaz de
hablar con él? —preguntó
Luhan.
Yunho se dio cuenta entonces que Luhan no
sabía nada de Taemin teniendo a Jaejoong. Lo miró, recordando la noche en su
oficina con Siwon y Heechul. Sentados ahí, escuchándolo leer acerca de un latente
llamado Taemin. No recordaba por qué él le estaba
diciendo acerca del latente, pero sintió que debía
ser importante.
—Me dijo que Taemin y su compañero Minho lo
rescataron de la caverna.
Luhan saltó a sus pies.
— ¿¡Qué!? ¿Cómo es eso posible?
—Tú mismo dijiste, cuando estabas leyendo la historia
sobre ellos, que sus cuerpos nunca fueron encontrados. Aparentemente, vivieron.
Luhan continuó mirando a Yunho como si
estuviera hablando en un idioma extranjero y estuviese buscando
desesperadamente la traducción en su mente.
— ¿Dijo dónde están o dónde han estado por
los últimos tres siglos? —Su
tono era de alguna manera sarcástico.
—No me diría nada sobre ellos. Los estaba
protegiendo.
— ¿De qué? —preguntó Changmin antes de que Luhan terminara de
decir las palabras.
—No lo sé —gruñó Yunho— Se rehúsa a decirme. Se niega a someterse a
su compañero.
Hayami trató de disimular la risa que
forzó su camino en su pecho con una tos, pero no tuvo éxito. Yunho lo miró.
— ¿De qué te ríes, cachorrito?
Hayami mostró esa sonrisa
detiene-corazones y guiñó un ojo a Changmin mientras le contestaba a Yunho.
—Estos chicos americanos no se someten, Beta.
Tal vez quieras acostumbrarte a la idea.
—Entonces, ¿cómo vamos a protegerlos? ¿Cómo vamos
a evitar que hagan cosas estúpidas?
—Bueno, tú estás emparejado con Jae. —Changmin se río entre dientes— Su
segundo nombre cambia día a día. Los básicos son “ninfómano”, “impetuoso”, “muy
inteligente para su propio bien”, “sabelotodo” y el más conocido “estúpido”.
Tienes un trabajo muy difícil por delante.
—Entonces, ¿no piensas que sea magia negra? —preguntó Yunho, cambiando de tema.
—No, definitivamente no. Pero sí es magia. — Changmin miró a Luhan — ¿Dijiste
que este Taemin es un sanador? ¿Pudo haber hecho algún tipo de magia?
—Honestamente, Changmin, no lo sé. No sé lo
suficiente sobre sanadores y la magia que invocan. —Luhan pensó por un momento—
Tal vez sea Fae. Si esta Perizada es lo que Siwon dice
que es, tal vez conozca a Taemin, tal vez lo haya ayudado a hacer esto.
Changmin estaba de pie, paseándose. Hayami
miraba cada uno de sus movimientos.
— ¿Por qué Taemin
rompería el vínculo
si él es uno de los buenos? —Changmin estaba pensando en voz alta, tratando de
razonar todas las posibilidades.
—Tal vez han estado escondiéndose —sugirió Hayami.
—Eso explicaría por qué nadie ha escuchado de
ellos en siglos —concordó
Luhan.
Changmin continuó caminando alrededor
del fuego, su mente dando vueltas.
—Si estuvieran en la clandestinidad, tal vez
se preocuparían sobre Jae siendo capaz de decirle a Yunho cosas que tal vez
revelara su paradero. —Miró
a Luhan, quien asintió en acuerdo.
—Seguramente él entendería que hay
consecuencias por romper el vínculo de verdaderos compañeros. —Luhan sacudió su cabeza con
incredulidad— A menos que piense que no los afectará
mucho, o incluso en absoluto, ya que no han completado los Ritos de Sangre.
—Cualquiera que sea la razón, tenemos que
encontrar a este personaje Peri —resopló Changmin— Si lo que sentí que estaba pasando con Yunho,
está pasando con Jae, ambos están en problemas.
La cabeza de Yunho se disparó en alto.
— ¿Jae podría estar sintiendo esto?
—Lo más probable es que está soportando lo
mismo. Tu vínculo con Jae es inusual, por lo que sé, para un par que no está
emparejado. Ambos son tan intensos. Tenemos que tratar de movernos rápido
mañana.
Cada uno de ellos puso sus mantas cerca
del fuego. Hayami y Yunho acordaron tomar turnos para mantener vigilado el
lugar. Yunho tomó el primero. Sentía demasiado dolor para poder dormir. Y
sabiendo que posiblemente Jaejoong estaba sintiendo esto también, se le hizo un
nudo en su estómago. Su lobo estaba inquieto y enojado. Yunho seguía teniendo
la sensación que su lobo recordaba a su compañero. Si su lobo lo hacía, ¿por
qué él no? Cualquiera que fuera la razón, hasta que estuviera reunido con
Jaejoong, su lobo era peligroso. Él era peligroso.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
esto se pone muy bueno espero que pronto encuentren a Jae y a esa hada para que revierta el hechizo pues no quiero que sufran y menos que muera el vinculo entre ellos quiero que estén juntos cada uno con su pareja y siendo felices con sus bebes lobitos
ResponderEliminarGracias
Hayami y Changmin, si ha de haber algo de lobo en él y además sanador. Ojalá ya se les aparezca la ada para que ayude al YunJae y además eliminen a la bruja y Kangta.
ResponderEliminarGracias!!!
Si ojala que aparesca la hada para que pueda romper el hechizo que puso entre Yunho y Jaejoong ya que ellos estan sufriendo y que es lo que esta pasando en el palacio de la manada ya que los papeles del historiador se estan quemando y no quiere que sepan nada de la bruja gracias Poleth esperare con ansias el siguiente capitulo
ResponderEliminarAmeeee y super ameee el Hayamin de este Cap a mas no poder OMG Hayami le dejó ir un "eres mio" que si literal me hizo gritar de emoción, no entiendo como es que ChanGMin lo tomó como si le diera el buenos días una mañana cualquiera... ok estoy feliz por ellos pero super preocupada por lo que Yoochun y su grupo encontraron. Sera se la bruja hechizó a JangWoo??? AY NOOOO¡¡¡ Bueno pero el equipo ChangMin ya tiene algo en mente y eso es bueno. Gracias infinitas por el Cap¡¡ Cuando el lafommalo no hace ruido... algo feo va a pasar😢😢😢verdad???
ResponderEliminarHayami ya le dijo a Changmin que el es suyo y lo defendera de todo.
ResponderEliminarMe gusto lo que estaba representado en la tercera mesa es muy lindo,sera que la bruja hechizo a JangWoo???
Chamgmin ya sabe porque no se rompio el vinculo de Yunho y Jae
Yunho esta sufriendo porque no se puede comunicar con Jae y mas al saber que esta sufriendo
Muchas gracias por un capítulo más.
ResponderEliminarYa quiero saber que es lo que va a pasar, Hayami todo confiado le dice "eres mio" que lindo lo amé en esta parte. Pobre Yunho y JaeJoong que están sufriendo, Ojalá no tarden en encontrar al hada.