—
Es maravilloso teneros a Taemin
y a ti viviendo aquí, Jaejoong. A veces tengo que pellizcarme para ver que no
estoy soñando.
Jaejoong asintió con la cabeza y trató de
fingir que estaba prestando la atención necesaria a las palabras de Junsu
mientras los dos tomaban el té y veían jugar felices a sus hijos en el patio
sombreado de la preciosa mansión de Yoochun. Sin embargo, la realidad era que
le estaba resultando imposible apartar sus pensamientos del embriagador placer
que sentía al revivir una y otra vez los acontecimientos acaecidos dos noches
atrás, cuando se despertó en medio de la aterciopelada oscuridad y se encontró
en la cama con Yunho.
Todavía
flotando debido a la dulce satisfacción física del orgasmo anterior y a la
sensación de que por fin se había liberado de su prisión y podía celebrar su
sexualidad, Jaejoong se sintió invadido de un desconocido sentimiento de
seguridad en sí mismo y felicidad.
Estaba
seguro de que aquellas sensaciones eran las que la habían llevado en cierto
modo no sólo a estirarse voluptuosamente contra Yunho, saboreando su
sensualidad, sino también a ser lo suficientemente activa como para explorar
más profundamente.
Sólo
había hecho falta dar un pequeño paso, colocar la palma de la mano en el pecho
de Yunho para descubrir el delicioso placer de sentir su corazón latiendo.
El
hecho de que Yunho estuviera dormido había carecido completamente de
importancia para él. Se sentía lleno de una excitante confianza y de una
alegría sensual. Su nueva sensación de libertad había dejado atrás a la
racionalidad. Jaejoong se sentía tan absoluta y completamente perdido en una
neblina de placer sensual y de excitación, que no había sido capaz de impedir
que su recién descubierta feminidad se saliera con la suya.
Había
acariciado con las yemas de los dedos el brazo desnudo de Yunho, le había
besado desde el pecho hasta el cuello, entreteniéndose durante interminables
minutos, investigando la hendidura de la base de su cuello con la punta de la
lengua, dibujando espirales de deliciosa gratitud por todo lo que Yunho le
había entregado. Y entonces, cuando la lánguida y relajada felicidad que había
estado sintiendo se fue transformando en deseo, Jaejoong continuó acariciándole
la nuez con la lengua para después subir, dirigiéndose hacia su oreja y
acercándose más a él. Cada movimiento de sus labios parecía querer reflejarse
en sus tirantes pezones, apoyados en el pecho de Yunho.
Jaejoong no supo cuándo ni cómo bajó la mano
hacia su cadera mientras las yemas de sus dedos se morían por ir más abajo. Lo
único que sabía era que incluso ahora, dos días enteros después, al recordar
las palabras que le dijo Yunho entonces girándose hacia él todavía sentía un
deseo intenso en la parte inferior de su cuerpo.
—
O paras ahora mismo, o
aceptas las consecuencias de lo que estás haciendo.
Por
supuesto, Jaejoong tendría que haberse detenido. Después de todo, ya había
encontrado su sensualidad, así que no había ninguna necesidad de que Yunho
continuara con su programa de enseñanza. Pero no se había detenido. Nada podía
parar su deseo. Y no sólo no había parado, sino que había deslizado
deliberadamente la mano hacia abajo, acariciando con los dedos el grueso y
ligeramente húmedo vello hasta alcanzar la firme erección de Yunho.
Jaejoong no entendía cómo un docel que no
conocía las intimidades del cuerpo de un hombre podía sentir aquel fiero deseo
de poseer y controlar aquella virilidad. Pero así era.
Yunho
había aguantado la exploración de sus caricias durante unos minutos cargados de
calor, durante los cuales el latido de su corazón se había acelerado hasta que
el aire que había entre ellos se llenó con el sonido de su mutua y agitada
respiración. La virilidad de Yunho, que ya estaba firme bajo las yemas de sus
dedos, se hizo más dura y grande. Y entonces él gimió en voz alta, con un
gruñido gutural, completamente visceral, que atravesó por completo a Jaejoong.
Entonces se movió, colocando su cuerpo encima del suyo mientras lo mantenía
contra su boca y lo besaba hasta dejarlo sin aliento.
Sólo
dejó de besarla un instante para decirle con voz torturada:
—
Te deseo. Te deseo aquí
mismo y ahora.
—
Yo también te deseo
— susurró Jaejoong.
La
luz de la luna revelaba un sendero de plata húmedo de sudor sobre la piel de Yunho,
dejando al descubierto el deseo masculino que brillaba en sus ojos. Su
intensidad reflejaba el ardor peligroso que estaba lamiendo las terminaciones
nerviosas de Jaejoong.
Había
tenido un hijo, se había regocijado con su nacimiento, inconsciente entonces
del efecto que la experiencia física podía tener en su cuerpo. Pero de pronto,
Jaejoong fue consciente de lo mucho que ese proceso podría haberlo cambiado. Y
no sólo el proceso. No tenía recuerdos de lo que le había ocurrido con Yoohwan,
pero había ocurrido.
En
algún lugar recóndito de su ser, había sentido el dolor de algo primitivo que
no se atrevía a admitir: una mezcla de deseo y dolor al darse cuenta de que Yunho
era el hombre, el amante, que, teniendo la oportunidad, le hubiera gustado que
fuera el primero.
Yunho
le besó el rostro y el cuello, acariciándole el sexo con los dedos como había
hecho con anterioridad. Esta vez, la sensación que se apoderó de él fue más
fuerte, más profunda, y arqueó su cuerpo contra el suyo. Yunho lo besó en los pechos
y le preguntó con dulzura:
—
¿Estás seguro de que esto
es lo que quieres?
Jaejoong recordó que entonces se había reído
con nerviosismo, antes de decirle sinceramente:
—
Sí... y mil veces más de lo
que nunca imaginé que lo desearía.
Bajo
la luz de la luna, vio cómo el pecho de Yunho se expandía y luego se contraía.
—
Tengo que tomar
precauciones — le dijo— No tardaré ni un segundo.
Jaejoong sabía que lo que decía tenía sentido,
pero de pronto, la idea de que lo dejara le resultó insoportable. Entonces se
colgó de él, rodeándolo con los brazos, apretando la pelvis contra él en
doloroso deseo.
— No — le dijo.
¿Se
hubiera quedado Yunho si no se hubiera frotado contra él de manera tan
provocativa, con el cuerpo convulso en franco y delirante placer mientras
sentía su dureza contra su propio miembro? Jaejoong no lo sabía. Lo único que
sabía era que el placer de su propia sensualidad le resultaba tan intenso, que
repitió el movimiento... no una vez, sino varias.
Entonces
Yunho perdió el control y lo recolocó un poco para poder entrar despacio en él.
—
Si quieres que pare...
— comenzó a decir.
Pero
Jaejoong negó con la cabeza y lo rodeó con las piernas para atraerlo hacia sí.
Después
de eso, el mundo se había convertido en un torbellino de diferentes pasiones,
cada un más intensa que la anterior. Un caleidoscopio de deseo compartido. La
piel de Jaejoong se apretó golosamente alrededor de Yunho mientras cada embiste
lo introducía más y más en su interior.
Sentirlo
dentro era diferente a todo lo que había imaginado jamás. Yunho lo llenaba y lo
completaba, y el placer había ido creciendo hasta que Jaejoong se perdió de tal
modo, que su orgasmo lo pilló desprevenido, abrumándolo tan repentinamente que
quiso retenerlo para poder disfrutar de la sensación más tiempo.
Los
ecos del momento todavía la atravesaban cuando Yunho se tensó antes de
embestirlo una última vez, la alegre agonía de su triunfo viril reverberó a
través de la noche plateada.
Jaejoong gritó poco después sin ningún motivo,
y por si eso fuera poco, luego le dijo a Yunho emocionado:
—
Ha sido maravilloso. Ojalá
hubieras sido tú el primero. El primero, el último y el único.
El
sollozo de protesta de Taemin cuando Heechul y él quisieron hacerse con el
mismo juguete la devolvió a la realidad.
—
¿Cuándo vuelve Yunho de
Florencia? — le estaba preguntando Junsu.
—
No llega hasta mañana por
la noche.
Jaejoong vio el modo en que lo miró Junsu y
trató de no sonrojarse. Sus palabras habían delatado claramente que lo echaba
de menos y que deseaba que volviera.
No
supo que Yunho se había ido a Florencia hasta que Maria se lo dijo. Jaejoong
había vuelto a su propio dormitorio para dormir, por supuesto. Después de todo,
Yunho y él no eran una pareja normal. Pero la cama le resultó fría y vacía tras
el calor de la suya. El castillo entero parecía vacío sin él.
¿Sería
así el resto de su vida sin él?
Jaejoong dio un respingo, como si le hubieran
dado una pequeña descarga eléctrica. ¿Qué clase de pensamiento absurdo era
aquél? ¿Cómo iba a estar su vida vacía si tenía un hijo y ahora, gracias a Yunho,
también la capacidad de encontrar un compañero adecuado con el que poder
comprometerse? Pero el único hombre con el que quería comprometerse era con Yunho.
¡No!
No debía pensar así. Y no lo haría. Hacer que se enamorara de él no había sido
sin duda el propósito del plan de Yunho para ayudarlo a recuperar su reprimida
sexualidad. Se sentiría horrorizado si llegaba a descubrir lo que sentía. Tenía
que ser su secreto.
—
Me preocupo por el príncipe
cuando Yunho no está aquí — dijo para tratar de explicarle a
Junsu su reacción— Sobre
todo después de que tú me lo advirtieras.
En
cierto modo era verdad. Se había sentido muy ansioso a primera hora de la
mañana, cuando Maria le dijo que el príncipe quería ver al «al niño»
y que enviaría a su criado personal para recoger al niño. La presencia de
Jaejoong no era requerida. Era absurdo sentirse tan temeroso y vulnerable porque
Yunho no estuviera allí. Después de todo, ¿qué podía hacer su padre? Era un
hombre mayor y frágil, y Taemin era su hijo.
>>>♥<<<
Yunho
apartó a un lado los planos que había estado estudiando. Era inútil. Se estaba
engañando a sí mismo si creía que iba a ser capaz de trabajar. Sus pensamientos
sólo habían estado en un lugar desde la noche que Jaejoong compartió su cama, y
ese lugar era con él.
Siempre
había presumido de pensar en los demás y en sus necesidades, pero ahora se daba
cuenta de que había pecado de soberbia. En su arrogancia y en su incapacidad
para reconocer su propia vulnerabilidad, no había visto el peligro de lo que
tenía planeado.
No
tenía sentido decirse a sí mismo que sus motivos habían sido altruistas,
basados en la genuina creencia de que tenía el deber de ayudar a Jaejoong.
Debería haber valorado el riesgo de su propia debilidad. Después de todo, era
humano. Muy humano, tal como había demostrado la noche que había pasado con
Jaejoong.
Yunho
creía que estaba haciendo lo correcto, y que ninguno de los dos corría ningún
riesgo. ¿Ningún riesgo? ¿Y eso de romper la regla de oro de las relaciones
sexuales al no utilizar preservativo? ¿Qué otra prueba de su torpeza necesitaba
para enfrentarse a la verdad antes de admitir su debilidad y su error?
Había
desafiado al destino de forma inconsciente y arrogante, y ahora tenía que pagar
el precio. Pero lo peor de todo era que, con su comportamiento, había roto el
lazo de confianza en el que le había asegurado a Jaejoong que podía confiar. La
verdad pura y dura, como se veía obligado ahora a confesarse, era que lo había
deseado desde el momento en que lo abrazó. En aquel momento, le había llegado una
especie de comunicación que se dirigió directamente a sus sentidos... y a su
corazón. Había ignorado deliberadamente todas las señales de advertencia, y
había animado deliberadamente a Jaejoong a que creyera que él sería su
salvador.
¡Su
salvador! No era mejor que Yoohwan por lo que había hecho, aunque en sus brazos
Jaejoong hubiera descubierto el auténtico placer sexual. Igual que en los suyos
él había descubierto lo que era el amor.
Un
repentino escalofrío le recorrió el cuerpo, obligándolo a levantarse de golpe
del escritorio. Desde la ventana del despacho de su apartamento de Florencia, situado
en el hermoso palacio del siglo XVIII que había pertenecido a la familia de su
madre. Yunho miró hacia el elegante jardín.
Había
abusado de Jaejoong, tal y como había hecho su hermanastro, aunque el propio
Jaejoong no fuera consciente todavía de ello; aunque antes de quedarse
finalmente dormido en sus brazos le hubiera susurrado las gracias por lo que habían
compartido.
En
algún momento, de alguna manera, durante su momento de intimidad, Yunho había
permitido que Jaejoong cruzara una línea que no tenía derecho a dejarle pasar.
Le debía una disculpa y una explicación. La disculpa podía dársela y se la
daría. Pero la explicación...
¿Qué
iba a explicarle? ¿Que se había ocultado la verdad a sí mismo y de rebote a
Jaejoong al no admitir que sus acciones estaban en parte motivadas por el deseo
que sentía hacia él? No había sido sincero ni con Jaejoong ni consigo mismo, y él
tenía todo el derecho de mundo a tratarlo con rabia y desprecio. Aquellos eran
los sentimientos que Yunho albergaba hacia sí
mismo.
Lo
que había hecho era, a sus propios ojos, una transgresión de todo lo que
consideraba su deber hacia Jaejoong.
Yunho
había visto cómo sus hermanos se enamoraban y descubrían que su amor era
correspondido, y les había envidiado por su felicidad. Ahora los envidiaba
todavía más.
¿Por
qué se estaba enamorando de Jaejoong?
No
podía, no lo haría. Después de todo, le había prometido la libertad de tomar
sus propias decisiones. No debía cargarlo con el peso de sus sentimientos. A
partir de aquel momento, ése sería su secreto y sólo suyo. Aquella noche tenía una
cita para cenar en Florencia con un arquitecto y su mujer.
Pero
sólo había un sitio en el que quisiera estar en aquel momento, y una sola
persona con la que deseaba estar.
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
que pasa a qui no hay nada y esto me desespera quiero el capitulo quiero leerlo por fa donde estaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarO.O!!! Que sucedió aparece que hay nuevo capitulo pero no hay contenido y ansió saber que sucede entre Yunho y Jaejoong, así que no me queda más que seguir esperando..... gracias
ResponderEliminarSi yo ya lo había visto y no ha salido nada por favor que paso con el capítulo que seguía ahí
ResponderEliminarJajajajajaja chicas lo siento, no me habia dado cuenta y ahora no tengo mi computador, espero en la noche solucionar el problema. Disculpas
ResponderEliminaresta bien esperare
ResponderEliminarGRACIAS
Por fin yunho se dio cuenta de sus sentimientos ¡¡ =)
ResponderEliminarespero la siguiente actualización esto cada vez se pone mas interesante ¡¡
Gracias por actualizar ¡¡ besos .
no importa como paso todo a qui lo único que importa es que los dos se aman y que juntos serán felices por que si Yunho deja que sus cuestionamiéntos ganen eso los llevara a la separación y al sufrimiento de ambos así es que mejor que reconozca que sin Jae no serán felices y es mejor estando los tres juntos y formar una linda familia y quien sabe y sus descuidos traigan consecuencias y la familia crezca espero que si
ResponderEliminarGracias me encanta y estaré en espera de mas
Si se ven que se aman ojala que se den una oportunidad y sean felices y como no se cuidaron ustedes ya se imaginarán el resto por favor Yunjae desen una oportunidad
ResponderEliminarAy Yun no vayas a hacer una tontería mejor dile la verdad. Q el también siente lo mismo x ti. Lo has ayudado y el se dejó ayudar xq sienten esa química jejeje así q cinfuesat y no sufran. Besos
ResponderEliminarNooooo 😨😨😨 yun dile lq verdad a jae el tbm t dira q t ama kyaaaa talvez jae despues d esa noche de pasion este esperando un miniyun puede ser jijajja gracias x la actu y esperare con ansias la conti
ResponderEliminarLos dos lo quieren guardar como su secreto :/ ..... Veo como estos dos trataran de esconder sus propios sentimientos, pero veamos si en verdad lo lograran. Muchisimas Gracias!!!
ResponderEliminarDieron el gran paso *.* tienen que aclarar sus ideas primero con ellos mismos y despues de teber una respuesta pues decirselo mutuamente
ResponderEliminarDieron el gran paso *.* tienen que aclarar sus ideas primero con ellos mismos y despues de teber una respuesta pues decirselo mutuamente
ResponderEliminarSe enamoraron y es mutuo kyyaa y llegaron a unirse completamente peroooo porque ambos se empeñan a esconder sus sentimientos porque >< tienen que aclarar sus pensamientos mas Yunho porque te comparas con tu hermanastro noooo pienses así y ahora que va a pasar
ResponderEliminarOPD Han reconocido sus sentimientos¡¡¡¡ Jae cosiiiiito, pues practicante lo Fue Yunho te dió incluso un amor del que no era consiente pero que lo motivó a estar contigo. Bueno aquí lo bueno es que ya no hay represión sexuali que los limite, el lio es que ahora van a intentar reprimir el amor que sienten. Noooo. Amense, amese hasta decir no más. A que las acciones del principe vana hacer que haya deciciones en pro del "Te amo" que ambos se quieren callar. ♡♡♡♡♡
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