El
calor de la noche siciliana los envolvió cuando salieron del avión, y para
cuando llegaron al coche que los esperaba, Jaejoong iba sudando.
—
Yoochun
— Yunho saludó a su hermano, que estaba esperando por ellos, con afecto y
calor, y los dos hombres se abrazaron antes de que Yunho agarrara a Jaejoong
del brazo para presentárselo al hombre alto y guapo que los esperaba al lado
del Mercedes.
Esperaba
que le estrechara la mano, pero el hombre lo abrazó, aunque su abrazo no tuvo
el mismo efecto que el que le había dado Yunho.
Luego
miró a Taemin con cariño y lo sacó de su carrito con tanta pericia, que todos
los miedos maternales de Jaejoong desaparecieron al instante. Yoochun hizo
sonreír ampliamente a su hijo haciéndole carantoñas, lo que indicaba que estaba
familiarizado con los bebés.
—
Es un auténtico Jung
— le escuchó decir a Yunho con orgullo como si Taemin fuera suyo mientras su
hermano se reía con él.
—
Tiene tus ojos, hermano.
Fue
Yunho el que se encargó de Taemin cuando entraron en el coche, y quien lo ató a
la sillita mientras hablaba con su hermano.
El
camino que llevaba al castillo estaba oscuro en contraste con el propio castillo,
que brillaba con un sinfín de luces.
—
Mi esposo está deseando
conocerte y darte la bienvenida — le dijo Yoochun a
Jaejoong antes de salir del coche— Quería
venir conmigo esta noche, pero Yunho dijo que no porque pensó que estarías
demasiado cansado. Te llamará mañana para venir a verte, y me atrevería a decir
que traerá a nuestro pequeño consigo.
Luego
besó a Taemin con sonoridad en la frente y lo abrazó antes de pasárselo a Yunho,
que lo colocó en su carrito mientras dos hombres sacaban las maletas del
maletero del coche.
Jaejoong entró en el castillo, donde le
presentaron al ama de llaves y a dos doncellas muy jóvenes.
Durante
el camino se había enterado de que Yoochun y su esposo vivían en una villa
varias millas más allá del castillo, y que Yoochun era promotor inmobiliario y
viajaba mucho debido a su trabajo, mientras que el hermano del medio de Yunho
poseía una aerolínea. Al parecer tenía su propio apartamento dentro del
castillo, pero pasaba la mayor parte del tiempo en Florencia, donde estaba la
base de su empresa. Lo que más sorprendió a Jaejoong fue saber que Yunho
también tenía intereses comerciales aparte de sus responsabilidades como
heredero de su padre. Era arquitecto y experto en conservación, y también tenía
una casa en Florencia aparte de su propia ala en el castillo.
—
Entonces, ¿no vives aquí
todo el tiempo? — le preguntó Jaejoong ahora que estaban
dentro.
—
Normalmente no, pero no
debes temer que os deje solos a Taemin y a ti.
—
No estaba pensando en eso
— mintió Jaejoong. No quería que Yunho pensara que lo necesitaba, porque
entonces creería que tenía algún interés personal en él... y no era así.
—
Maria ha preparado
habitaciones para Taemin y para ti — le dijo Yunho,
ignorando su mentirijilla— Os
las enseñará ahora.
Era
tarde y Jaejoong estaba cansado, tan cansado que en cuanto vio la gigantesca y
confortable cama en la habitación que Maria le estaba mostrando, lo único que
quiso hacer fue tumbarse en ella.
Sin
embargo, era una umma con responsabilidades. Aunque una breve mirada para
tranquilizarse, porque su dormitorio daba a un cuarto infantil equipado con
todo lo que Taemin pudiera llegar a necesitar, incluido un calienta biberones.
—
El esposo del signore, él
lo ha escogido todo — le dijo Maria en mal coreano.
—
¿El signore?
— preguntó Jaejoong con incertidumbre tratando de no mirar hacia la cama con
demasiada ansia.
—
Sí. Es el hermano del
signor Yunho. Su esposo vendrá mañana a verlo a usted.
—Maria debía estar refiriéndose al esposo de Yoochun, pensó Jaejoong.
Cuando
se despertó, se dio cuenta de que alguien debía haber entrado antes en el
dormitorio para dejar una bandeja de desayuno para él con café, fruta y suaves
panecillos. También habían descorrido las cortinas para permitir la entrada del
glorioso sol. Jaejoong se levantó de la cama y se envolvió en el albornoz que
había encontrado la noche anterior en el cuarto de baño, y lo primero que hizo
fue ir a ver a Taemin, que estaba tranquilamente tumbado en su cuna viendo el
móvil que colgaba por encima de su cabeza.
Luego
se sirvió una taza de café y se lo bebió con un ojo puesto en la puerta abierta
del cuarto del niño y otro hacia el balcón de su dormitorio, en el que había una
mesa y dos sillas.
Ya
hacía mucho calor. El cielo brillaba con un azul brillante, y al darse cuenta de
que podía ver el mar más allá de los muros del castillo, Jaejoong sintió una
gran alegría. Justo debajo del balcón había jardines rodeados de antiguos muros
por los que trepaban las rosas. A lo lejos, más allá de los jardines
amurallados, se alzaban los picos de las montañas para encontrarse con el
cielo. En las faldas de las laderas se multiplicaban los olivos.
Jaejoong oyó a Taemin gorgojeando. Él se
terminó el café y sonrió. Sería maravilloso ser libre para estar con él y
disfrutar de cada pequeño logro de su desarrollo.
Una
hora más tarde, con Taemin bañado, cambiado, alimentado y vestido, Jaejoong se
fue a vestir. La confusión que sintió al ver que no podía encontrar la ropa que
llevaba cuando llegó al castillo la noche anterior se transformó en sospecha y
después en una ira tan intensa que lo hizo estremecerse de los pies a la
cabeza. Se dio cuenta de que no sólo faltaba la ropa de la noche anterior, sino
también la maleta que contenía el resto de sus cosas.
Su
ropa había desaparecido. Sin duda se la habían llevado siguiendo las órdenes de
Yunho para que se viera obligado a ponerse la ropa que él le había comprado,
que a él le parecía más adecuada, y que además, sorpresa, no había
desaparecido.
No
conseguiría imponerle su voluntad. No permitiría que lo acosaran ni que lo
controlaran. Pero no le quedaba más opción que ponerse uno de los nuevos conjuntos
que había en la habitación, porque no iba a bajar en albornoz.
No
podía soportar mirarse, pensó Jaejoong mientras se subía la cremallera de un
par de pantalones de algodón y se calzaba unos bonitos zapatos planos. Al menos
había encontrado un chal para ponerse encima de la camiseta de tirantes que se
había visto obligado a ponerse. Contra su voluntad, vio su piel blanca. La
palidez la hacía parecer desnudo. Agarró a Taemin y se dirigió hacia la puerta
del dormitorio. No permitiría que lo controlaran así, y en cuanto viera a Yunho
se lo haría saber.
El
castillo parecía un laberinto de largos corredores, y la noche anterior, cuando
Maria le había mostrado su habitación, había estado demasiado cansado para
prestar atención. Cuando seguía sin encontrar las escaleras tras atravesar lo
que le parecieron miles de pasadizos que no llevaban a ninguna parte, empezó a
preocuparse... hasta que dobló la esquina y se dio cuenta de que había llegado
a un rellano del que salían un escaleras.
Estaba
a punto de bajar por ellas cuando se abrió una puerta al final del rellano y
salió Yunho.
—
Quiero que me devuelvan mi
ropa — dijo Jaejoong enfadado antes de que él pudiera
hablar— Supongo que te crees
muy listo haciendo que se la llevaran para que me viera obligado a ponerme lo
que me has comprado, pero...
—
¿Se han llevado tu ropa?
¿La que traías cuando llegaste? — Jaejoong apretó los
dientes.
—
Lo sabes perfectamente, y
tampoco está mi maleta. Tú eres quien hizo que se las llevaran. Después de
todo, eres el heredero de los Jung.
Ignorando
su sarcasmo, Yunho extendió los brazos para recibir a Taemin.
—
Te estás confundiendo. No
he dado ninguna orden respecto a tu ropa. Personalmente, creo que estás mucho
más cómodo así vestido, pero es decisión tuya. En cualquier caso, no tengo ni
idea de dónde está tu maleta. Ven conmigo, por favor.
Yunho
se las había arreglado para quitarle a Taemin a pesar de que él no quería. Al
niño parecía no importarle, porque sonreía encantado a su nuevo pariente y le
balbuceaba en su propio lenguaje mientras Yunho bajaba por las escaleras,
obligando a Jaejoong a seguirle a toda prisa.
Lo
guió por el pasillo a través de varias salas de recepción bien amuebladas con
lo que parecían ser antigüedades carísimas. Finalmente, se detuvo en un salón
de aspecto más confortable en el que María estaba supervisando a un de las
doncellas.
En
cuanto el ama de llaves vio a Taemin le sonrió y luego saludó a Jaejoong.
—
Jaejoong quiere saber qué
le ha pasado a la ropa con la que llegó anoche
— le dijo Yunho a Maria hablando muy despacio en coreano para que lo entendiera.
Maria
le sonrió abiertamente a Jaejoong.
—
La he metido en la lavadora
— le dijo encantada— ¿Quieren
tomar ahora el café? ¿Y algo de comer?
—
Tomaremos café en la
terraza. Gracias, Maria — respondió Yunho— Ah, y trae servicios extras para Yoochun
y Junsu. Pronto se reunirán con nosotros.
—
Tendrás que culpar a mis
cuñados por lo de tu ropa — le dijo Yunho a Jaejoong en
cuanto Maria y la doncella se marcharon— Insistieron en remodelar la cocina del castillo, con el resultado de que
Maria no puede evitar utilizar la nueva lavadora con la mínima excusa. En cuanto
a lo de tu maleta, investigaré.
Jaejoong se sentía mortificado. Estaba muy
claro que se había precipitado en sus conclusiones. Si no se andaba con
cuidado. Yunho iba a empezar a pensar que estaba paranoico. A pesar del hecho
de que el interior del castillo tenía una temperatura agradable, Jaejoong
estaba sudando. Lo último que deseaba era que Yunho le preguntara por su
reacción a la ausencia de su ropa.
—
Tengo que disculparme
— comenzó a decir tenso. Yunho sacudió la cabeza para impedirle que siguiera.
—
No es necesario
— aseguró— La culpa es mía por
haberte presionado.
Jaejoong estaba tan asombrado por que lo
hubiera reconocido, que lo miró interrogándolo con la mirada de forma tan
abierta, que a él mismo le sorprendió. Permitir que Yunho viera lo que estaba
pensando lo hacía sentirse vulnerable.
—
Hasta que se casaron y me
libré de lo que pensaba que era mi responsabilidad por su bienestar, mis
hermanos me criticaban por mi excesiva preocupación por su bienestar. Era una
costumbre que había adquirido cuando éramos pequeños y los tres éramos
vulnerables a los cambios de humor de una madrastra que no nos quería y a un
padre al que no le importábamos. No es mi intención dar lástima. Mis hermanos y
yo hemos tenido y seguimos teniendo unas vidas
privilegiadas.
»Sin embargo, el hecho de ser el
hermano mayor no me da derecho a interferir en sus vidas, ni mi excesivo
sentido de la responsabilidad tampoco me da derecho a darte lecciones sobre la
conveniencia de tu ropa en el clima de Sicilia. Sin duda debo haberme pasado si
tú has llegado a creer que le había dado órdenes a Maria para que se llevara tu
ropa.
Jaejoong volvió a sentirse mareado. Al
parecer, aquello se estaba convirtiendo en algo normal cuando estaba con Yunho.
—
Seguramente he exagerado
— admitió él.
La
cálida sonrisa que Yunho le dedicó provocó que le diera un vuelco al corazón.
Tenía una bonita sonrisa.
—
Mi padre querrá ver a Taemin,
por supuesto. Tiene una enfermedad de corazón incurable que le provocó un nuevo
ataque cuando yo estaba fuera. Le hace mucha ilusión que Taemin forme parte de
la familia. Sabe que los dos estáis aquí, y eso le ha tranquilizado, pero el
médico ha recomendado que descanse un poco más antes de ver al pequeño.
»Tengo que advertirte de que mi padre
adoraba a Yoohwan. No sabe nada de las circunstancias que rodearon la
concepción de Taemin. No querrá oír nada malo de su hijo favorito, y debido a
su estado, creo que sería mejor no obligarle a aceptar la realidad de cómo era
mi hermanastro. También debo advertirte de que mi padre no trata a los doceles
con el respeto que debería, y que seguramente encuentres su actitud ofensiva.
Te aseguro que sus ofensas no son en absoluto personales. Si tú quieres, yo
llevaré a Taemin a conocer a su abuelo.
Jaejoong se dio cuenta de que Yunho estaba
intentando protegerlo de su padre, pero en esa ocasión agradeció su
preocupación.
El
sonido de unas voces interrumpió sus pensamientos.
La
pareja que entró en el vestíbulo compartía un amor tan grande el uno por el
otro, que Jaejoong sintió un nudo en la garganta. Fue testigo de las miradas
que Jung Yoochun intercambiaba con su esposo mientras ataban juntos en el
carrito a un niño pequeño que debía de ser de la edad de Taemin. En cuanto los
niños se miraron, nadie tuvo ojos para otra cosa.
—
Es increíble, ¿verdad? Los
bebés se sienten muy atraídos entre ellos. Se comunican su interés sin decir un
sola palabra — el esposo de Yoochun se rió— Por cierto, soy Junsu
— se presentó dejándole el carrito a Yoochun mientras él se acercaba para abrazar
con cariño a Yunho. Luego le dio a Jaejoong otro breve pero cariñoso abrazo
antes de admirar a Taemin— Bueno,
está claro que es un Jung — se rió, añadiendo— Oh, mira esto, Yoochun... tenías razón.
Tiene los ojos de Yunho.
—
Debiste quedarte asombrado
cuando Yunho se puso en contacto contigo. Yo me asusté muchísimo cuando lo hizo
Yoochun. Creí que iba a intentar apartar a mi sobrino de mí.
Los
dos jóvenes estaban sentados juntos en la terraza mientras los bebés jugaban
felices en la alfombra a sus pies. Yunho y Yoochun habían desaparecido para
ocuparse de unos asuntos familiares, y durante la hora que había estado fuera,
Jaejoong había descubierto muchas cosas sobre el esposo de Yoochun, incluido el
hecho de que hubo un momento en el que la familia Jung pensó que su sobrino, Heechul,
podía ser hijo de Yoohwan.
—
Ha sido muy valiente por tu
parte venir aquí. Sé lo solo y vulnerable que debiste sentirte tras el
nacimiento de Taemin. Pero ahora tienes a Yunho para que os proteja a los dos,
y puedes confiar en que eso será justo lo que haga. Es un hombre de honor. Yoochun
dice que no, pero sé que tiene a Yunho en un pedestal, y cuando uno sabe cómo
cuidó y protegió Yunho a sus hermanos cuando eran pequeños, se entiende. Su
padre se portó terriblemente mal con ellos y con su madre. Yoochun dice que el
sentido de responsabilidad de Yunho hacia el apellido de los Jung es lo único
que les hace seguir hablando con su padre.
»Sin embargo, lo que más admiro de él
es cómo enseñó a sus hermanos a valorar su individualidad. Les enseñó a ser
independientes de él y de las riquezas y el estatus de los Jung. Los tres han
tenido éxito por su cuenta, y Yoochun dice que se debe a que Yunho les enseñó
con el ejemplo la importancia de ganarse el respeto de los demás. Debió de ser muy
duro para él. Después de todo, no era siquiera adolescente cuando su madre
murió tras el parto de Yoochun.
—
Está claro que le tienes
mucho cariño — sonrió Jaejoong.
Estaba
deseando cambiar de tema. Oír hablar de la infancia de Yunho, imaginarlo siendo
niño, saber de su dolor emocional, provocaba que sus propias emociones salieran
a la superficie.
—
Sí, se lo tengo, y quiero
que sepas que te puedes fiar de Yunho. Taemin y tú estaréis a salvo bajo su
protección.
Junsu
frunció el ceño y se atusó los pliegues de su corto pantalón de lino. Luego
jugueteó con la gafas de sol que se había quitado. Estaba claro que se sentía
algo incómodo.
—
No quiero ser desleal,
aunque ya le he dicho a Yoochun lo que pienso. Puedes confiar al cien por cien
en Yunho, pero quiero advertirte de que tengas cuidado con el anciano príncipe.
No sé si Yunho te ha contado algo de su padre.
—
Me ha dicho que adoraba a Yoohwan
— dijo Jaejoong. Junsu asintió con la cabeza.
—
Sí, así es. Haría cualquier
cosa con tal de que el hijo de Yoohwan creciera aquí, igual que su padre.
Había
un tono de advertencia en las palabras de Junsu, advirtió Jaejoong.
Pero
antes de que pudiera preguntarle directamente. Yunho y Yoochun regresaron.
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
que quiso decir Junsu que lo obligara a que se quede a como de lugar que lo case con Yunho y así se quedaran en ese lugar para siempre y así tendrá Yunho una esposa hermosa y un hijo que el cuidara y amara como a su querido Jae bueno eso quiero yo que el abuelo case a Yunho con Jae para que no se valla de ese lugar así todos felices y yo muy contenta XD
ResponderEliminarGracias por compartirlo
Mil gracias por este capitulo nuevo..... ansío saber que les deparará a Yunho y Jaejoong, el como se irán dando las cosas entre ellos
ResponderEliminarWaAa ay empieza la aventura de Jae en el castillo... tae se parece más a Yun jejeje creo q creerán q es hijo de él y Jae jejeje. Si Jae confía en Yun jejeje .. gracias x la actu besos
ResponderEliminarMuchas gracoas por el cap. Sin duda el viejo va a querer hacer de las suyas. Sin embargo creo que yunho va a proteger
ResponderEliminar-Se corto- bueno Yunho los va a proteger bien. Creo en ello. Q bueno q ya Jae ya conocio a SuSu ..... Pasaron por una situacion casi igual.....asi q se entenderan...wiii q lindos. Muchas gracias :)
EliminarEl padre de yunho dara dolores de cabeza lo mas seguro :/ pero todo saldra bien ...espero.
ResponderEliminarYunho es un amor. Merece que jae lo ame. Ojala pronto surha el amor entre ellos y tengan la dicha q merecen. Gracias por compartir amiga ^^
me encanta ¡¡¡ espero que yunho sea un amor con ellos ¡ =)
ResponderEliminarGracias por la actualización ...no nos hagas esperar mucho que me vuelvo loca jajaj =) .
Hola, la historia va de maravilla, súper interesante. Me agrada la actitud de la familia con Jaejoong.
ResponderEliminarActualiza pronto por favor,saludos esperó estés bien 💕💜
Poco a poco Jaejoong tiene que ser el chico que fue antes, Yunho esta haciendo todo por Tae y por el ya que dice que es mas hijo de Yunho XD espero que el viejo príncipe no le haga la vida a cuadritos a Jae pero Yunho estará a su lado protegiéndolo
ResponderEliminarJunsu Ha hecho bien en poner a Jae bajo aviso de cualquier cosa que pueda hacer el padre de los Jung. Es Yunho quien ha tomado la postura de padre para TaeMin desde que supo de él y no dudo que El principe quiera interferir. Fue realmente linda la manera en la que el Yoosu dió la bienvenida a Jae y al Bebe en especial mi Chunnie tan mimosito con el pequeño. Por otro lado Juraba que la maleta perdida era una estrategia de Yunho ya que no le gusta ver la inseguridad de Jae proyectada en su atuendo, sin embargo sé que con mucha sutileza Yunho hara que el Jae alegre y seguro vuelva y supere las malas vivencias.
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