– Da lo mismo lo que
digas, me gusta un tipo sentimental para pasar el resto de mi vida con él.
– No soy de corazones y
flores, lo sabes.
– A veces pienso que te
conozco mejor que tú mismo.
– ¿Cómo conocías a Hyunjoong?
– Creía que lo conocía – la pregunta dolió – pero
resultó que sólo veía lo que quería ver.
– Dices que me amas, pero
en tu cabeza soy una especie de superhéroe. ¿Qué pasa cuando me ves como el
hombre que realmente soy, nada sentimental, magnate despiadado y todo eso?
– Lo primero de todo: sí
te veo cómo eres, Yunho. Éramos amigos antes que amantes – le recordó – Te he visto
en cada aspecto de la vida desde tus momentos de impaciencia en el trabajo hasta
cuando te has dado cuenta de que tu madre te abandonó con gran dolor.
– ¿Y?
¿De verdad pensaba él que esas cosas no tenían importancia?
– Sé que puedes ser
despiadado, pero también sé que no te obsesiona la venganza. Si fuera así le
habrías hecho algo al marido de tu madre, pero no ha sido así. No eres tan
despiadado.
– Sí lo soy.
– ¿De verdad?
– No te hagas el obtuso.
– Eso lo serás tú – se separó de él y se cruzó de brazos.
– ¿Es nuestra primera
discusión? – bromeó.
– No – dijo sin reírse – Hemos
discutido antes
– No desde que nos
comprometimos – tiró de Jae hacia el sofá.
Opuso poca resistencia y se sentó junto a él, no en su regazo.
Siguió con los brazos cruzados.
– Aunque, considerando lo
poco que hace de eso, no es mucho decir – añadió Yunho.
– Has empezado tú.
– ¿Y?
– Eso implica que tienes
más que decir sobre la materia, así que suéltalo todo ahora.
Pensó que toda esa discusión podría ser porque él necesitara que
lo tranquilizara. Y el señor Arrogante no podía sencillamente pedirlo. Si
necesitaba que lo tranquilizara, estaba encantado de hacerlo, aunque estuviera
siendo un poco desagradable. Además resultaba extraño que Jae fuera el que le
había dicho que lo amaba y fuese él quien necesitase pruebas.
– Quizá no seas sentimental por naturaleza, pero eres lo
bastante para mí. Puede que no te veas romántico, pero como eres conmigo, las
cosas que me dices, son todo lo que necesito en ese aspecto. Hyunjoong fingía
ser el hombre que yo podía amar. Tú eres ese hombre. No finges ser nada. De hecho
a veces eres brutalmente sincero.
– ¿Y eso no te da qué
pensar?
– No – trató de sentirse ofendido –
Confiar me cuesta mucho ahora. Saber que no mientes me reconforta mucho. Sé que
puedo confiar en ti y no pensaba que podría volver a decirle eso a un hombre al
que amara.
– ¿Qué es el amor sin
confianza?
– No lo sé. No soy
filósofo. Nunca he pretendido serlo. Sólo sé que te amo. Confío en ti por quien
eres. Y nada va a cambiar el modo en que te veo. Así que vete acostumbrando.
– Supongo que no tengo mucha
elección.
– No si aún quieres
casarte conmigo.
– Eso está fuera de
discusión.
– Bien.
– ¿Podemos reconciliarnos
por medio del sexo? – preguntó Yunho con mirada lasciva.
– Creo que sí – se echó a reír.
Estaban metidos en un baño de espuma después de hacer el amor
tiernamente.
– Pensaba que
reconciliarse por medio del sexo sería rápido.
– Ya hacemos eso sin
discutir antes.
– Cierto.
– Además, no me gustan
los estereotipos.
– Por eso no te
preocupes, eres un hombre muy particular, Yunho.
– Y tú un joven muy
especial.
– Cuidado, te estás
poniendo sentimental otra vez.
– Entonces igual es el
momento ideal para hacer esto.
– ¿Esto?
Se inclinó sobre el borde de la gran bañera buscando algo. Se
enderezó con una caja azul en la mano. No había duda, era de Tiffany’s.
– ¿Yunho? – dijo casi en un susurro.
– Kim Jaejoong, ¿me
concederías el honor de ser mi esposo? – la miró a los
ojos directamente.
– Sabes que sí – respondió con los ojos llenos de lágrimas.
Sacó de la caja un anillo de diamantes engastados en platino y
se lo puso en el dedo.
– Te mereces una
declaración como es debido.
– Gracias – dijo con voz quebrada.
– Sabía que te ibas a
poner empalagoso.
– Así es como soy, empalagoso – se echó a reír.
– E increíblemente dulce.
– Te amo – se enjugó las lágrimas.
– Espera a ver lo que he
hecho con los anillos de boda – alzó la caja por
encima de la cabeza al ver que él quería abrirla – No... hasta la ceremonia, no.
– Me estás devolviendo la
del vestido.
– Eres tú el de las
tradiciones.
– Lo haces para tenerme
intrigado.
– Quizá.
Se lanzó a por él y Yunho tiró la caja antes de rodearlo con los
brazos.
>>> ♥ <<<
Con frecuentes miradas hacia la calle, Yunho paseaba al final de
las escaleras de los juzgados. Yoochun, apoyado en la pared, lo miraba con
sonrisa afectada.
– Espera y verás, el
domingo en la puerta de la iglesia no estarás tan tranquilo – dijo Yunho.
– No, pero no pasearé por
el templo como un imbécil.
– Gasto el exceso de
energía.
– ¿Y lo de mirar al reloj
cada treinta segundos?
– Se suponía que tenía
que haber llegado hace cinco minutos.
– ¿De verdad estás
preocupado porque Jaejoong no vaya a aparecer?
– Lleva seis minutos de
retraso – dijo sin responder a su afirmación.
– Y llega un novio.
Yunho se dio la vuelta y vio una limusina que se detenía delante
de la escalera. Sintió un alivio irracional, como si se hubiera retrasado una
semana. Sabía mejor que nadie lo fácil que era abandonar a alguien a quien se
quiere.
Bajó las escaleras para abrir las puertas. Junsu salió con un
traje rosa y una gran sonrisa.
– Felicidades, Yun.
– Gracias.
Miró por encima de él en busca de su novio. Y Jaejoong parecía
una novia.
Llevaba un velo corto y un vestido blanco de cóctel con volantes
de chifón. Sus ojos brillaban de felicidad.
– ¿Me ayudas a salir? – tendió la mano.
Algo vibró en su pecho cuando lo ayudó. Lo rodeó con los brazos,
apartó el velo y lo besó. Un beso que interrumpieron los cláxones de los coches
que esperaban.
– Pensaba que el beso era
al final de la ceremonia – dijo Junsu.
– Los magnates griegos hacen las cosas a su estilo – dijo Yoochun.
– Me gusta tu estilo – dijo Jaejoong mirando a los ojos a Yunho.
– Me alegro. Me gusta lo
que llevas – le gustaba que hubiera hecho el esfuerzo de
parecer una novia.
– Espera a ver lo que
llevo debajo – dijo con una mirada malévola.
– No digas esas cosas – musitó entre
dientes.
– ¿Por qué no?
– No me parece adecuado
casarme con una erección.
– ¿Puedo hacerte eso? – bromeó.
– Sabes que puedes.
– Trataré de ser bueno.
– No demasiado bueno – no pudo evitar decir mientras entraban al edificio.
La ceremonia fue corta, la pompa estaba reservada para Grecia,
así que Yunho no entendió la sensación de trascendencia que experimentó al
firmar el certificado. Sin embargo, le temblaban las manos cuando le pasó el
bolígrafo a Jaejoong. Las manos de él también temblaban al firmar. Fue un
momento vital.
Ya eran legalmente esposos.
– ¿Es el momento del
beso? – preguntó abrazándolo.
– Sí, creo que sí.
Sus labios se encontraron y el beso se convirtió en una promesa.
– Mío.
– Sí, mi troglodita
particular, soy tuyo y tú mío.
– ¿Estáis seguros Yoochun
y tú de que nos sois hermanos biológicos? – preguntó Junsu
entre risas – Tenéis las mismas
tendencias primitivas.
– Somos hermanos en todos
los sentidos que cuentan – afirmó Yoochun.
– Supongo que eso nos
hace cuñados – dijo Jaejoong feliz.
– El próximo domingo – dijo Junsu, mirando su anillo de compromiso.
– Lo estoy deseando.
– Yo también.
– Lo que yo deseo ahora
es el almuerzo con champán en el ático – dijo Yoochun – Mi ama de llaves ha prometido un ágape a
la altura de los magnates que somos.
Pero no fue en el ático de Yoochun donde acabaron. Dora, el ama
de llaves, los esperaba en el vestíbulo del edificio de su empresa con la
mayoría de sus empleados. Había carteles de felicitación para las dos parejas y
camareros con bandejas de comida y copas de champán.
– ¡Enhorabuena! – dijeron
a coro sus asistentes personales.
– Señorita Parks, ¿ha
planeado usted esto? – preguntó Junsu impactado.
– Con la ayuda de la
secretaria del señor Jung y el ama de llaves del señor Park.
Dora abrazó primero a Yoochun y después a Yunho.
– Queríamos hacer algo
para que supieran que los empleados estamos encantados con su felicidad
personal.
– Gracias – dijo Junsu, abrazando y besando al ama de llaves – Es realmente especial.
– Queremos que estén
cómodos, aquí están entre amigos.
Yunho recibió más felicitaciones en la fiesta sorpresa que en
toda su vida.
– Es perfecto – dijo Jaejoong con los ojos llenos de lágrimas.
– Siempre he dicho que
contratamos a los mejores – dijo Yoochun presumido.
– Sin duda – corroboró Yunho.
Cuando llegó con Yunho al apartamento unas horas después, un
desconocido calor llenaba el cuerpo de él.
– Ha sido todo un detalle
por su parte – dijo Jaejoong quitándose los zapatos.
– Yoochun estaba tan
sorprendido como yo.
– ¿No sabías nada?
– Nada de nada.
– Junsu estaba sorprendido
por que estuviera implicada la señorita Parks, pensaba que lo odiaba.
– Siempre me he
preguntado si Parks es humana, pero odiar a Junsu... Imposible, es casi tan
dulce como tú.
– Otra vez te has puesto
zalamero – se quitó el velo y lo arrojó al sofá – Me gusta.
– Y a mí la idea de
descubrir lo que llevas debajo.
– Sí... – con una provocativa sonrisa se llevó las manos a la espalda.
Yunho oyó el sonido de una cremallera. Su cuerpo se puso en
alerta.
– Eres algo único en mi
vida – dijo él.
– Eso es suficiente para
mí.
– ¿Sí?
– Sí – dijo con fuerza.
– Sí, estamos bien
juntos.
Hizo un movimiento con el torso y el vestido se soltó.
– Estamos muy bien juntos
– dijo Jae mientras el vestido caía al suelo dejando a la vista un
corsé azul que realzaba su precioso pecho.
– Impresionante.
Sonrió de un modo que le dejó sin aire en los pulmones mientras
el vestido seguía cayendo y dejaba a la vista el resto de su escandalosa ropa
interior. El corsé sin tirantes acababa justo encima de las caderas dejando
completamente a la vista el diminuto triángulo de tela azul del tanga que
llevaba. Las medias las sujetaban un ligero a juego.
Giró en redondo para ofrecerle una vista completa de sus nalgas
desnudas enmarcadas por las tiras del tanga. Miró por encima del hombro y le
lanzó un beso.
– Me estás provocando
– Lo intento – se volvió de nuevo hacia él –
¿Te gusta?
– Me... – carraspeó – Te adoro,
gineka mu. Eres una fantasía hecha realidad.
– ¿Has soñado con
embarazados con lencería?
– He soñado con que eras
un regalo perfectamente envuelto esperando a que lo abriera.
– Pues disfruta de
desenvolverme.
– Estaría loco si no lo
hiciera.
– No soy un supermodelo,
pero me miras de un modo que haces que me sienta así.
– Ven aquí – dijo él tendiéndole una mano.
– Aún no – sacudió la cabeza y con
ella el sedoso cabello rubio.
– ¿Por qué no?
– Llevas demasiada ropa.
– ¿No quieres
desenvolverme tú a mí?
– En otro momento.
– Quieres que me desnude
para ti.
– Sabes que sí.
Lo hizo. Si él se moría de ganas de desenvolverlo, Jae dejó
claro que le producía mucho placer verlo desnudarse. No tuvo que hacer nada
raro, simplemente quitarse la ropa como siempre para ver cómo se le
entrecortaba el aliento.
Así que fue lo que hizo. Primero se quitó la chaqueta y la dejó
caer al suelo. Después la corbata y tras ella la camisa. La siguieron los
zapatos y calcetines. Los pantalones cayeron por sus piernas con un solo
movimiento. Se quedó sólo con los calzoncillos oscuros que apenas contenían su
erección. No se los quitó, ya habían jugado antes a ese juego. Le tendió los
brazos a Jae.
– ¿Qué tal así?
– Aún llevas una cosa – dijo Jae con una sonrisa.
– Menos que tú.
Se llevó la mano a la barbilla como si estuviera pensando y
después se inclinó hacia delante ofreciéndole una tentadora visión de su pecho presionado por el corsé. Se llevó una mano a una de las ligas, lo miró
provocativamente y dijo:
– ¿Querías que hiciera
esto?
Se acercó a Jae, se dejó caer de rodillas y le apartó las manos.
– Mío.
– Sí, mi troglodita.
Desenvuelve tu regalo de boda.
Bajó la liga por la pierna, después la otra y después le sacó
las medias enrolladas por los pies.
– Precioso.
– Gracias.
Subió con las manos acariciándole las piernas.
– Tú piel es más suave
que las medias.
– No puedo hablar – dijo, notando que se le doblaban las rodillas.
Le rodeó la cintura con un brazo para ayudarlo a sostenerse. La
abrazó con más fuerza y se encendió aún más.
– Vamos a atajar el
peligro. Si eyaculo en los calzoncillos será culpa del tentador envoltorio.
– ¿Te gusta tanto la
lencería?
– Por primera vez estoy
tentado de dejarte algo puesto mientras hacemos el amor.
– Lo que tú quieras.
Cada vez estaba más excitado.
– Pero esto tiene que
desaparecer – le quitó la tanga.
No esperó a que Jae lo exigiera para quitarse lo que le quedaba
a él. Jaejoong bromeó sobre el tamaño y él se defendió diciendo que era el
adecuado para lo que le esperaba entre sus piernas.
– Te deseo – dijo Jae acariciando su miembro – Deseo esto – lo frotó.
Gimió de placer.
– Tienes que parar si
quieres tenerlo dentro antes de que estalle como una bengala.
– Mejor como el Vesubio,
te conozco, no será tan suave.
– Quieres matarme de
placer.
Se echó a reír, pero enmudeció cuando le devolvió el favor
deslizando los dedos entre su tierna entrada. Probó la humedad
de su pene y después deslizó el dedo medio en su interior hasta presionar su
punto G que había pasado largo tiempo buscando en anteriores ocasiones.
– Oh, sí, Yunnie, justo ahí.
Frotó con el pulgar en su hinchado capullo del placer.
– Y ahí, ¿ne?
– Ahora empieza el
griego...
– Nunca termina, gineka
mou.
– ¿Qué significa eso? A Junsu
parece gustarle mucho.
– Si puedes pensar en Junsu
ahora es que estoy haciendo algo mal.
– Dímelo – aceleró los movimientos de su mano.
– Literalmente, «mi
mujer», ahora «mi esposa».
– Eres más posesivo de lo
que quieres admitir.
– Será la sangre
mediterránea...
– Hazme el amor, marido – dijo rodeándole el cuello con los brazos.
Continuara
\\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Kyaaa>0< estoy esperando por el cap donde Yunho también le diga a Jae que lo ama ♡ ^^
ResponderEliminarAl fin se casaron...
Nooooo porque justo lo dejas alli???? Ahora ya se casaron solo falta que Yunho se de cuenta de que lo ama
ResponderEliminarYunho estaba nervioso el pobre pensaba q JaeJoong quizas no venia. Si que estan enamoradisimos. Jae saca el lado romántico de Yunho. Me encanta amiguis gracias por actualizar ^^
ResponderEliminarahora si ya son esposos y Yunho no tiene que temer mas pues su amado jae ya es su esposo y serán muy felices por que se aman demasiado aun que Yunho no termine de aceptar que este perdido de amor por su Jae
ResponderEliminarGracias
Felicidades a los recién casados ..Yunho Yunho eres mas romántico kyyaa esto es amor
ResponderEliminarTuvo de todo¡¡¡ me reí con ese "Eso lo seras tú" y con Yunho todo alusinado por lamidea de pasar la noche sin Jae en su cama. Mi Chunnie tiene cuñado nuevo y para rematar lindo este regalito de bodas totalmente hot. Diooos que me quedé super emocionada A Yunho le faltan cinco Cm para soltar darle a Jae el te amo que sellara su felices por siempre¡¡¡
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