Lo tomó en brazos y la llevó al dormitorio a grandes zancadas. Una vez allí, cambió de opinión sobre usar la cama y se desvió hacia el sillón que había en una esquina.
Se sentó, lo puso a horcajadas encima de él y le acarició otra
vez el húmedo glande que ya mostraba gotas de pre-semen.
– Pero...
– Has dicho que lo que
quisiera.
– Es cierto – sonrió.
Cuando apoyó las manos, lo levantó de las caderas de modo que
quedó completamente abierto para él, pero incapaz de darse placer a sí mismo
sin su cooperación. Que le permitiera controlar la situación lo excitaba a
niveles increíbles y hacia su erección de acero.
La confianza que tenía en él le asombraba, pero lo único que
quería era darle el máximo de placer posible. Empezó con su rostro,
recorriéndolo con los dedos.
– Precioso.
Jae sonrió. Lo besó y recorrió sus labios con la lengua. Pasó al
cuello y se detuvo en un punto particularmente sensible entre los hombros.
– Tocas mi cuerpo mejor
que Junsu el piano – dijo Jaejoong.
– Estoy obsesionado.
– Te creo – gimió al llegar sus pulgares a los pezones.
– ¿Te excitaba llevar
esto debajo del vestido?
– Sabes que sí.
– Recuerdo el primer día
que fuiste a trabajar sin ropa interior.
– Te volviste loco esa
noche en la habitación del hotel cuando te diste cuenta.
Gimió cuando su lengua llegó al punto en el que los hombros se
unían al cuello.
– Estaba preparado para
hacer el amor mucho antes de que acabara la fiesta.
– ¿Cómo puedo haber
tenido tanta suerte de acabar con un joven tan picante?
– Antes no era así.
– No, este aspecto de ti
es sólo mío.
– Eres tan posesivo.
¿Seguro que no tienes dragones entre tus ancestros?
– Nada de criaturas
míticas, quizá algún conquistador. Soy griego – siguió con los pezones.
– Eres increíble. Ahora,
por favor... deja de tomarme el pelo.
– No te tomo el pelo. Te
estoy llevando al mismo frenesí que siento yo dentro de mí.
– Ya he llegado ahí.
– No, pero llegarás
pronto.
Arqueó las caderas y utilizó la punta de su sexo para
acariciarla entre las piernas. Jae gritó al notar la caricia en el miembro.
– ¡Te quiero dentro!
– Pronto – antes de que pudiera quejarse, la agarró de la cintura y la
colocó de modo que la abertura de su cuerpo estuviera donde tenía que estar.
Lo bajó y se levantó él en el mismo movimiento, lo que le
arrancó un grito de puro placer y un rugido de agonía a él. Su contención se
quebró y empezó a mecerse con frenesí. Mantuvo el ritmo de las embestidas hasta
que juntos llegaron al clímax.
Jae se desmoronó sobre su pecho jadeando. Inmediatamente, le
desató el corsé y vio las marcas rojas que había dejado en su piel. Le
parecieron excitantes, pero sacudió la cabeza.
– Nada de corsés ya, al
menos hasta que haya nacido el bebé.
– Como quieras.
– Gracias. Me das los
mejores regalos.
– Lo intento.
Jaejoong se despertó a la mañana siguiente con unas desagradables nauseas. Se sentó en la cama y volvió a tumbarse, pero no se le pasaban. Tampoco ayudaba el brazo de Yunho sobre él.
– Quita, Yunnie.
– ¿Eh? – Se sentó en la cama y la miró – ¿Qué te pasa?
– Estoy teniendo los
primeros síntomas del embarazo.
– Estás pálido, ¿te
encuentras bien? – Entonces pareció darse cuenta – ¿A qué te refieres?
– Náuseas matutinas.
– He leído sobre eso – saltó de la cama – Hay
muchas recomendaciones, pero la más popular es ginger ale y galletas de soda.
Tengo en la cocina.
– ¿Tienes ginger ale en
la cocina?
– Claro, es el Canada
Dry. Se supone que eso tiene que ayudar. Hay más cosas, pero podemos probar con
eso.
– Bien.
Al minuto, volvió con un vaso.
– Bebe a sorbos pequeños
y cómete unas galletas despacio antes de volver a sentarte.
Hizo lo que le decía.
– Funciona.
– Bien. Ahora que vas a
dormir conmigo todas las noches, me aseguraré de que cada mañana tengas lo que
te haga falta.
– Te has acostumbrado a
tenerme todas las noches para acurrucarte.
– Y cuidarte y ver cómo
estás.
– Cierto. Ahora si quieres puedes ver cómo me doy una ducha o
ducharte conmigo, tú eliges.
Se metió en la ducha con él, lo que no le sorprendió.
Pasaron el día disfrutando de su estado de recién casados y
haciendo el equipaje para Grecia. Todo fue optimismo hasta que pensó que
también podría marearse en el avión. Paseó por el salón antes de la cena con
una letanía de preocupaciones y diciendo que podían cambiar de planes. Pero eso
no iba a suceder.
– Jamás me he mareado en
un avión.
– Pero ahora tienes
náuseas por el embarazo.
– Que parecen limitarse
sólo a las mañanas, de lo que me siento agradecido.
– Pero no podemos estar
seguros...
– Y tampoco evitar que
suceda preocupándonos.
– No deberíamos haber
planeado esa boda en Grecia.
– Me dijiste que siempre
habías querido casarte en Grecia.
– Sí, bueno.
– Y sabes que yo también
quiero. Estoy bien, Yunnie. Además la mitad de la familia está ya allí y se
muere por verte.
– Pero...
– Te prometo que estaré
bien – si era así ya, ¿cómo sería en el paritorio?
– No puedes prometer algo
así.
– Sí puedo. Estarás
conmigo, sé que estaré bien.
– No comparto tu
confianza.
– Lo siento, pero no
pienso retrasar la boda e ir hacia el altar con una barriga como una sandía.
– Bueno, pero llevaremos
galletas y ginger ale.
– Buena idea. Un Valium
tampoco estaría mal.
– No puedes tomar Valium
embarazado.
– No estaba pensando en
mí.
La mañana siguiente fue una repetición de la anterior, pero
cuando asentó el estómago, se vistieron para la boda de Yoochun y Junsu.
La ceremonia fue bonita e íntima, a no ser que se contaran los
amigos de Junsu que lo siguieron por Internet. Después hubo una recepción para
pocos invitados en uno de los mejores hoteles de Seattle.
Al día siguiente, los recién casados esperaban tomados de la
mano a despegar con destino a Grecia en avión de la empresa. Aunque Jae también
iba de la mano de Yunho, sentía un poco de envidia de Junsu evidentemente amada
por su marido. Yunho podía no amarlo, pero lo trataba a él como Yoochun a Junsu.
Quizá algún día esa falta de amor se mostraría de un modo que doliera, pero no
iba a ponerse melodramático antes de tiempo.
>>> ♥ <<<
– Estás embarazado, ¿verdad?
Jaejoong ni siquiera trató de responder inmediatamente a la
pregunta de su madre. Era la primera vez que se quedaba sola con sus padres
desde que se habían reunido en el hotel que Yunho les había reservado. Estaban
en el salón de la suite de los novios mientras Yunho atendía una llamada
telefónica en el dormitorio. Después, irían a cenar, dado que la noche previa a
la boda no podrían porque irían a casa de la madre de Yunho.
– No es un secreto, Jaejoong.
¿Por qué si no se casaría un millonario avisando con tan poco tiempo?
– ¿Porque quiere?
– ¿Te quiere, cariño?
– Yo lo quiero mucho.
– Eso es lo que pensaba.
¿Te has quedado embarazado a propósito? Nada bueno sale de maquinaciones así – parecía una matrona victoriana, no una mujer con un hijo casado
y divorciado.
– No. Deberías saber que
jamás haría una cosa así.
– Era una pregunta
lógica.
– No, no lo era. ¿Qué es
esto, la Inquisición? Pensaba que te alegrabas por mí. Así parecía por
teléfono. ¿Por qué tantas preguntas ahora?
– Me preocupo por ti,
cariño – lo miró como las madres miran a sus hijos.
– No te preocupes – no podía creerlo, se iba a casar en la iglesia al cabo de dos
días y sus padres tenían sus dudas – Yunnie
es bueno conmigo.
– Pero ¿es bueno para ti?
– Claro que lo es. ¿Cómo
puedes preguntar eso?
– El dinero no lo es todo
– le acarició el hombro.
– ¿Crees que me caso por
el dinero? ¿Acaso lo conoces?
– Claro que lo conozco,
nos lo has presentado.
– Es sarcasmo, mamá. Es
que no puedo creer que pienses que el dinero es lo único que puede ofrecerme Yunho.
O que sea lo que a mí me interesa Llevo solo mucho tiempo. He levantado un
negocio cuando estaba casi hundido. No he tenido muchos novios después de Hyunjoong.
Sólo Yunho y es el hombre más asombroso que he conocido.
– Es imponente, desde
luego. Lo que no sé es si esa clase de hombres pueden formar una familia.
– Ah, ¿te refieres a lo
contrario de un marido cuya carrera supone que su mujer y sus hijos tengan que
cambiar de residencia cada dos años por sus cambios de destino?
– No hay razón para
recriminaciones – dijo su padre un poco ruborizado – Servía a mi país y lo sabías.
– Bueno, pues Yunho me
sirve a mí.
– ¿Qué demonios se supone
que significa eso? – exigió su padre.
– Hace todo lo que puede para que yo sea feliz. Me cuida y me
deja que le cuide. Sé que puedo apoyarme en él cuando lo necesito.
– Pero no te ama – adivinó su madre y se le notó en la lástima de su voz.
– ¿Por qué dices eso? – dijo en tono poco amistoso.
– Porque no has dicho que
te quiera. Ya lo habrías hecho si fuera así – la lástima
seguía allí.
– Tengo de él lo que
necesito – dijo tajante Jaejoong.
– Necesitas su corazón.
– Eso es asunto mío.
– Eres nuestro hijo – intervino su padre – Tu felicidad es asunto nuestro.
– Yunho me hace feliz,
¿no lo veis?
– Tu padre y yo pensamos
que deberías considerar esperar para casarte. Al menos hasta que pases el
primer trimestre, yo tuve dos abortos. ¿Qué harás si te sucede eso? ¿Qué le
pasará a tu matrimonio si la razón de él no llega a término?
– No es una situación que
me apetezca discutir – ya lo había pensado y
decidido que lo afrontaría como cualquier otra pareja, no se casaba con él sólo
por el embarazo.
– No te hemos educado
para que escondas la cabeza ante las cosas difíciles – dijo su padre.
– No me escondo.
– Simplemente está
pensando en positivo – dijo la voz de Yunho,
llenándola de alivio.
– Eso está bien – dijo su padre poniéndose de pie – pero ¿qué pasa si mi hijo pierde el bebé?
– Lo afrontaremos como
cualquier otra pareja.
Jaejoong no pudo evitar sonreír al ver cómo se parecían esas
palabras a sus pensamientos.
– Algunas de esas parejas
sufren un gran dolor que afrontan gracias al amor que se tienen.
– No sé lo que hace otra
gente, pero yo no me vengo abajo ante la adversidad, ni su hijo tampoco. Usted
debería saberlo mejor que nadie. Ha sobrevivido a dejar amigos detrás una y
otra vez y a un matrimonio desastroso – apoyó a Jaejoong
una mano en el hombro – No se va a rendir
en nuestro matrimonio, no importa lo que tengamos que afrontar juntos – Jaejoong
se puso de pie y él lo agarró de la cintura. Lo miró – Dijiste que nada cambiaría lo que sentías por mí.
– Sí.
– Bueno, nada puede
cambiar que quiero que seas la madre de mis hijos y mi esposo. La lejana
posibilidad de que pierdas ese niño no cambiará nada.
– Entonces estamos bien –
dijo Jae con una sonrisa y conteniendo las lágrimas.
– Si eso no es bastante
para ustedes – se dirigió a sus padres – lo siento, pero no renunciaré a su hijo. Ni ahora, ni nunca.
Era la afirmación a más largo plazo que le había oído Jaejoong
jamás.
– Sólo estamos sugiriendo que aplacéis un poco la boda – dijo la madre en tono razonable – Puedes ser el padre de su hijo sin estar casado con él.
– Puedo ser mejor padre y
compañero de su hijo si estamos casados.
– No entiendo nada – dijo Jaejoong – No me
dijisteis nada de esto por teléfono.
– Estas cosas no se dicen
por teléfono – dijo su madre.
– Y tampoco habríais
conseguido un viaje gratis a Grecia – dijo Jae
sarcástico.
– ¡Jaejoong! – lo amonestó su madre.
Su padre frunció el ceño.
– No quería decir eso – dijo Yunho.
– Claro que no, lo
siento, pero es un momento muy especial en mi vida y lo estáis echando a
perder.
– No es nuestra
intención, sólo queremos lo mejor para ti – dijo su madre
sincera.
– Una cosa – intervino Yunho – ¿Le
sugirieron que esperara para casarse con Hyunjoong?
– No – dijo su madre.
– Pensamos que era
perfecto para ella – admitió su padre.
– ¿Por eso están tan
decididos a hacerle reconsiderar su decisión ahora? ¿No la protegieron del
dolor una vez y no quieren que se repita?
– ¿Es cierto eso? – Jaejoong no había considerado esa posibilidad.
– No queremos que te
vuelvan a romper el corazón – dijo su madre
llena de lágrimas.
– Todo el mundo afronta
el dolor en la vida, pero eso no puede hacer que dejemos de tomar decisiones.
Confío en que Yunnie sea el marido que necesito. Si me equivoco, lo afrontaré.
De vosotros ahora lo que necesito es apoyo, ¿me lo podéis dar?
– Por supuesto – dijo su padre.
Sus padres lo abrazaron y se disculparon por herir sus
sentimientos y dudar de Yunho. Sorprendentemente la cena fue agradable y
relajada. Por suerte la reacción de sus hermanos no fue tan complicada.
La cena con la madre de Yunho y su familia fue muy emotiva. Leda
estaba extasiada con que su hijo quisiera relacionarse con ella. También
adivinó que estaba embarazado, pero le pareció algo para alegrarse. Estaba
encantada con tener otro nieto.
Los hermanos estuvieron incluso más felices que la madre y la
hermana se ofreció para ayudar a la madre primeriza.
– Ha ido bien – dijo Jaejoong en el sofá del salón de la suite después de
volver de Kifissia.
– Sí – la sentó en su regazo.
– Eres tan cariñoso…
– Me gusta abrazarte.
– Eso está bien, porque me gusta mucho que me abracen.
– Somos perfectamente
complementarios – dijo muy satisfecho.
– Lo somos – aunque sólo hubiera amor en una dirección, lo que importaban
eran los hechos.
– Tus padres se equivocan
– dijo con absoluta certeza –
Esta boda no es mala para ninguno.
– Lo sé; además ya
estamos casados.
– ¿Habrías hecho caso de
sus consejos si no lo hubiéramos estado?
– ¿Me lo preguntas en
serio?
– Sí.
– Soy perfectamente
consciente del riesgo que hay en el primer trimestre.
– ¿Y?
– Y, le di vueltas, pero
decidí que no quería esperar a casarme. Habría sentido demasiado que nos
casábamos sólo porque estaba embarazado y así creo que sólo es la primera razón
por la que has considerado casarte. No digo que me ames, pero sí que me
necesitas – agarró su rostro con las dos manos – Y quiero estar casado contigo.
– Estás diciendo que
habrías querido casarte conmigo aunque no hubiera habido bebé. Que el bebé ha
sido el catalizador para que yo superara mis reticencias.
– Exacto. ¿Qué te parece?
– Estoy sorprendido.
Aunque hayas dicho que me amas, pensaba que te casabas por el embarazo.
– No. Te amo y eso va de
la mano con querer pasar el resto de mi vida contigo.
– ¿Sí?
– Sí – apoyó las manos en su pecho y notó el latido de su corazón.
– ¿Qué significa cuando
un hombre quiere casarse con un joven más que nada en su vida?
– ¿Qué estás diciendo, Yunho?
– Si tus padres te
hubieran convencido de no casarte, te habría rogado que lo reconsiderases.
– Jamás te habría
apartado de mí.
– Mejor, porque no se me
da bien rogar.
– Nunca tendrás que
rogarme que no te deje, Yunho. Nunca. Lo prometo. Renunciaría a todo antes que
a ti.
– Lo dices de verdad.
– Sí.
– Yo también renunciaría
a todo antes que a ti. Te amo, Jaejoong.
– No sabes lo que dices – pero sí lo sabía.
Lo podía ver en cada línea de su rostro, en sus ojos y oírlo en
cada palabra que decía.
– ¿Te he mentido alguna
vez?
– No, pero decías que...
– Te habría rogado que no me dejaras.
– Estoy embarazado de tu
hijo.
– Y es maravilloso, pero
tú lo eres más. Creo que mis sentimientos han estado petrificados, pero tú los
has traído a la vida. Tu belleza interior y exterior, tu amor, son la broca de
diamante necesaria para romper la piedra.
– Te estás poniendo
poético – las lágrimas le corrían por las mejillas.
– Yoochun dice que pasa
cuando te enamoras.
– No me lo puedo imaginar
en él.
– No hace falta, soy el
único magnate griego que necesitas.
– Eres el único hombre,
griego o de otra clase, al que amo.
– Y tú eres el único joven
al que amo, que he amado y que amaré – lo besó para
confirmar sus palabras – Siento que me
haya llevado tanto tiempo darme cuenta de que lo que sentía era amor. No sé
cuánto más me habría hecho falta si no hubiera sido por tus padres.
– ¿No me digas que esa
conversación ha tenido un lado positivo?
– Parece que sí.
– Entonces supongo que
puedo perdonárselo – se echó a reír – No puedo esperar para decirles que me amas.
– Quiero hacerlo yo.
– Bien, pero dímelo a mí
otra vez.
Y así lo hizo, una y otra vez hasta que su corazón se llenó con
su voz.
>>> ♥ <<<
Yunho estaba en la iglesia con Yoochun.
– ¿Nervioso? – preguntó Yoochun.
– Nada. Mi amor llegará
al altar justo a la hora.
– ¿Has dicho tu amor?
– Sí.
– Sabía que al final
entrarías en razón.
Se echaron a reír hasta que la música del órgano anunció la
llegada del novio.
Llevaba el cabello rubio recogido en un complicado peinado. No
llevaba velo esa vez, sólo una radiante diadema y una sonrisa gloriosa. El
vestido sin mangas hacía frufrú mientras caminaba hacia el altar solo.
– Parece una princesa – dijo Yoochun reflejando los pensamientos de
Yunho.
– Es la reina de mi
corazón.
– Y tú el rey del suyo.
– El Supermán, piensa que
soy un superhéroe.
Yoochun se echó a reír. Jaejoong llegó a su altura y le tendió
le mano. Jae la aceptó y se volvieron hacia el sacerdote para que bendijera su
vínculo.
Continuara
\\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Que preciosos! Al fin se casaron y con la certeza de que Yunho lo ama, lo cual hace mas dichoso a este hermoso matrimonio.. Amo el YunJae!!!!
ResponderEliminarGracias!!!
Oh que lindos, al fin juntos por siempre... Hasta que la muerte los separe, gracias por el cap.
ResponderEliminarAl final Yunho se dio cuenta del amor que sentía por Jaejoong. Gracias por compartir la adaptación.
ResponderEliminarawwww que lindo gracias por el capitulo
ResponderEliminarHermoso geacias x el capitulo
ResponderEliminarSe casaron!!! Bien!! Lo mejor de todo es que por fin Yunho se dio cuenta que amaba a Jaejoong eso era obvio a la vista de cualquiera por como Yunho se preocupaba por Jae todo lo que hacia por el... supongo que nunca estubo acostumbrado a dar y recibir amor asi que no supo identificar el sentimiento.... pero que ahora lo pueda decir abiertamente es hermoso.
ResponderEliminarQue lindo al fin Yunho se dio cuenta de que ama a Jae,que bueno que esa discusion sirvio de algo ahora si van a ser felices
ResponderEliminarTuT soy tan feliz.... Por fin Yunho acepto que ama a Jae ❤
ResponderEliminarMe encantó este Yunho..siempre fue tan lindo con Jaejoong^^/
que hermoso por fin Yunho se dio cuenta que ama a su Jae y se lo a dicho ahora si que lo a echo el hombre mas dichoso por que al fin a escuchado de sus labios que lo ama
ResponderEliminarGracias
Porfin Yunho lo admites que era amor lo que sentías por Jaejoong lo sabíamos felicidades
ResponderEliminarQue lindooo,me encantó gracias
ResponderEliminarQue lindooo,me encantó gracias
ResponderEliminarNo que no??? Dirian por ahí que cae más pronto un hablador que un cojo, y Yunho se canso de negar su capasidad de amar. Al fín¡¡¡ Yo en cambió no puedo separar a Yoochun de meloso, romantico, poeta, loco y sexy jajaj perfecto¡¡¡
ResponderEliminarQue linda historia,te felicito
ResponderEliminar