El espacioso jardín iluminado por faroles
distribuidos cada pocos metros del castillo victoriano, estaba una vez más
lleno a reventar. En realidad estaba incluso más lleno que el día anterior, las
noticias sobre la salcor y el trato que había realizado el consejo con ellas se
había difundido a cada uno de los vampiros y criaturas que habitaban en la
ciudad. Así que entre la muchedumbre no solo había vampiros, sino todo tipo de
criaturas. Yunho incluso había visto a una de las sirenas que vivían en el
pueblo, caminando entre el gentío y ellas odiaban usar las piernas. Eso
explicaba a la perfección lo sorprendente que había sido para todo el mundo
este acontecimiento.
Los nobles vampiros parecían haberse
echado todo el ropero encima, Yunho suponía que creían que si impresionaban a
la salcor, esta se iba a inclinar por alguno de ellos, lo cual era estúpido
pero Yunho no iba a reventar su burbuja.
Aunque en realidad todos los presentes
parecían haber puesto especial esmero en verse bien. Yunho por su parte
solamente se había presentado allí con un par de pantalones negros que tenía
hace varios años ya, pero que el encontraba cómodos por que se amoldaban a sus
piernas perfectamente y una floja camisa blanca con los tres primeros botones desabrochados.
Él no quería impresionar a nadie, ya que no creía que de toda la gente allí
presente, justo él sería el elegido. Solo había asistido porque como todos los
demás, la curiosidad se lo estaba comiendo vivo desde la reunión del día
anterior.
La guardia y Siwon estaban apostados en
lado derecho de las grandes puertas de roble del castillo y el consejo estaba
en la entrada, sentados en frágiles sillas doradas. Esperando. Hacía aproximadamente
dos horas que había anochecido y la gente había comenzado a juntarse aquí.
Todos estaban impacientes, pero las salcor no habían dicho la hora exacta en la
que llegarían.
De repente una mujer alta y rubia que
estaba usando casi nada de ropa apareció de la nada justo detrás de K. En
cuanto un vampiro entre el gentío la detecto jadeó ruidosamente, y todas las
cabezas se giraron en esa dirección. Los miembros del consejo y la guardia se
giraron para mirarla, mientras rodeaba a paso lento las sillas doradas, para
estar de frente con K. Este se levantó rápidamente y se acercó a la mujer, la cual
era la más hermosa que Yunho había visto jamás. Aunque ella no parecía notar
que todos los presentes la estaban mirando con codicia y deseo en los ojos.
-
¿Qué sucedió? ¿Dónde está la salcor? – preguntó K para la sorpresa de todos los
que habían asumido que ella era la que esperaban.
-
ÉL salcor, vendrá en cuanto tu y yo firmemos un acuerdo, donde esté establecido
por escrito todo lo que acordamos. De otra forma él no pondrá un solo pie en
este lugar. – respondió la mujer con una voz suave y cantarina, aunque llena de
seriedad.
K y el resto del consejo se la quedó
mirando fijamente, y solo entonces los vampiros parecieron comprender lo que
ella había dicho. EL no ella. Había salcors hombres y ellos tendrían a un
hombre en vez de a una mujer. Yunho se sintió un poco decepcionado. Él había
pensado que tendrían una hermosa reina y un rey vampiro. Ahora parecía que
tendrían un hermoso rey y una reina vampira. Pero eso significaba…
-
¿Por qué no habías comentado esto con migo? No teníamos idea de había hombres
entre ustedes. Nosotros necesitamos un rey de nuestra clase, para que lidere
nuestras tropas y proteja a nuestra gente. Nuestras mujeres…
-
Estoy segura que una mujer podría hacer el mismo buen trabajo que un hombre. – Lo interrumpió la
salcor – O incluso uno mejor. Además a nuestra
clase, hombres como mujeres nos da exactamente igual. Puede que aún puedan
tener su rey como quieren ustedes, aunque a mí me parezca estúpida su
preocupación y bastante insultante.
-
Puede que para ustedes esté bien tanto hombres como mujeres, pero no es así
aquí. No todos aceptan a cualquiera y…
-
Nadie le dice jamás que no a un salcor. Nadie. Y no van a ser ustedes los
primeros.
Hubo un silencio prolongado, mientras K y
la alta mujer se miraban fijamente. Era evidente que K tenía ganas de seguir
discutiendo, pero había mucho en juego. Dos miembros del consejo se acercaron a
él y por la forma en la que K desvió la mirada hacia ellos, supuso que estaban hablando
mentalmente. Era una habilidad que se adquiría con los años y que era muy útil
cuando tenían que luchar. La salcor permanecía de pie, de brazos cruzados, como
si no tuviera una sola preocupación en el mundo. Aunque Yunho notó que parecía
estar presionando sus brazos con más fuerza de la necesaria.
-
De acuerdo. Firmaremos el contrato contigo.
Bi, el segundo al mando del consejo salió
del castillo seguido por una pequeña mujer que cargaba papel y pluma. Apoyando
la hoja sobre una mesa de jardín que un guardia había acercado, el documento
comenzó a redactarse bajo la atenta mirada de la salcor. Una vez terminado, los
miembros del consejo firmaron el documento uno por uno y al final lo hizo la
salcor. Cuando acabó de firmar suspiró profundamente, como si algo le molestara
antes de enderezarse y levantar la voz ligeramente.
-
Jaejoong… puedes venir.
En lo que Yunho tardó en parpadear, una
nueva persona se unió a la rubia. ¿Un hombre? No podía ser. Era demasiado
hermoso para ser hombre. Si antes había creído que la mujer rubia era hermosa,
este… ser era la perfección hecha corpórea. Su cabello era del color de la miel
y sus ojos eran hermosos. La clase de ojos que no te olvidas en tu vida. Su piel
era pálida y perfecta, como hecha de porcelana. Sus labios rojos y rellenos. Si
bien era imposible descifrar su género mirando a su rostro, su cuerpo lo dejaba
muy claro. Brazos fuertes y tonificados, acompañaban un pecho igual de firme.
Su abdomen estaba marcado y su cintura era tan estrecha que pondría en
vergüenza a muchas de las mujeres que Yunho conocía. El muchacho solo llevaba
algo parecido a un taparrabos hecho de hojas, solo que parecía ser más complejo
que ello. No es que a Yunho le importara mucho lo que vestía, tanto como toda
la perfecta piel que veía. Yunho jamás se había sentido atraído hacia otro
hombre antes, pero este… no le molestaría para nada intentarlo con él.
La salcor rubia apoyó la mano en la
espalda baja del muchacho y se acercó a susurrar en su oído, aunque todo el
mundo lo escuchó por que reinaba el silencio más absoluto entre la multitud. El
salcor había dejado a todos sin palabras ni respiración.
-
Ve, Jaejoong. Busca a tu destinado.
Jaejoong… Jaejoong… sonaba tan perfecto.
Justo como él. Yunho vio como Jaejoong bajaba las escaleras lentamente. Parecía
algo intimidado por la multitud que se lo comía con los ojos, y eso hizo que
Yunho quisiera sacarlo de allí y llevarlo a algún lugar donde se sintiera a
gusto, lo cual era malditamente extraño.
-
La gente de esta esquina son los nobles de la raza. Si puedes, inspecciónalos a
ellos primero. – pidió Bi a Jaejoong con la voz un poco entrecortada.
El hermoso salcor miró al consejero por
encima de su marfilado hombro y asintió ligeramente antes de encaminarse hacia
el pequeño grupo de nobles. El muchacho se acercó al primer noble y olisqueó el
aire a su alrededor, antes de seguir con el siguiente. Era muy rara la forma en
que los inspeccionaba, a veces olisqueaba el aire, a veces los miraba directamente
a los ojos por unos minutos, otras los tocaba inspeccionando sus brazos o
torso. Pero lo que sea que buscaba pareció no encontrarlo en los miembros
estirados de la comunidad, porque se apartó del grupo sin decir nada y se
acercó al siguiente grupo. Los nobles al parecer, estaban demasiado atontados
por la belleza de Jaejoong, porque ninguno protestó cuando este se alejó.
Jaejoong caminó entre la gente de la
comunidad inspeccionándolos sin prisa, exactamente de la misma forma que lo
había hecho con los nobles. Yunho aún estaba lejos del muchacho, admirándolo de
lejos cuando un tipo sostuvo al salcor del brazo y tiró de él con brusquedad.
-
No lo hiciste bien niño. Mírame de nuevo. Ven aquí. – gruño apretando a
Jaejoong contra su cuerpo.
-
¡Que diabl…
-
¡QUITA TUS JODIDAS MANOS DE ÉL! – rugió alguien acallando la protesta de
la iirie.
Yunho estaba desconcertado. Todos los
presentes se dieron vuelta a mirarlo y no tenía idea de porqué. Oh diablos… él
había rugido la demanda. A él le había hervido la sangre al ver a ese estúpido manoseando
a Jaejoong. ¿Por qué? Que lo condenaran si lo sabía. Lo que era importante en
ese momento, era que al parecer había llamado la atención del bello salcor, por
que el muchacho lo estaba mirando fijamente a los ojos. Yunho lo vio jadear
antes de que empujara al idiota que lo había agarrado, lanzándolo al suelo sin
mucho esfuerzo. Un segundo el salcor estaba a sus buenos cinco metros de Yunho
y al siguiente estaba parado justo frente a él.
Esta vez el jadeo se escapó de los labios
de Yunho. Si el muchacho le había parecido perfecto de lejos, de cerca era… un
ángel. Todo lo que pudo hacer fue respirar y contemplarlo. Incluso su aroma era
perfecto. Olía fresco, a árboles y a flores, a tierra mojada y a todo lo que
era luz. ¿Si quiera tenía sentido? No, pero tampoco importaba. No en ese momento.
No mirándose en esos enormes ojos grises.
Jaejoong no podía dejar de mirar al
vampiro. En toda su vida había visto alguien tan atractivo, masculino y sexy.
Eso era algo que decir cuando había vivido entre salcors toda su vida, y ellos
son considerados las criaturas más bellas en el mundo. Pero este hombre que
estaba parado justo frente a él, era todo lo que él quería. Era más alto que
él, su cabello era castaño y sus ojos tenían la forma de almendra. Su nariz era
perfecta y sus labios… Jaejoong quería besarlo. El labio inferior era más grueso
que el superior y tenía un pequeño lunar justo en la comisura del labio. Su
piel era bronceada, lo cual era algo que Jae no se esperaba en un vampiro, y
sus brazos eran musculosos y fuertes.
Perfecto.
Tan perfecto…
Jaejoong no pudo resistir el impulso de
tocarlo. Levantó la mano y comenzó a inspeccionar sus brazos, sus hombros, su
pecho, su abdomen, para acabar en su entrepierna. El vampiro jadeó provocando
que Jaejoong levantara la mirada una vez más. Jae era muy bueno leyendo la
lujuria, y esos hermosos ojos café estaban llenos de ella. Lo que Jae sostenía
en su mano, comenzó a crecer y eso lo hizo sentirse feliz. Lo había encontrado.
Había encontrado a su compañero, y era perfecto. Completamente perfecto.
-
Tu nombre… - murmuró con la voz ronca sin dejar de mirarlo a los ojos y deslizando
su mano de su entrepierna a su abdomen, subiendo hasta llegar a su cuello.
-
Yunho… Jung Yunho – Jaejoong gimió al escuchar la voz de su compañero.
Tenía la impresión de que podría venirse solamente escuchándolo hablar. Nadie
jamás había provocado eso en Jaejoong.
Jaejoong se pegó por completo al cuerpo
de Yunho y este lo recibió de buena gana, sus manos dirigiéndose solas al a
cintura del muchacho para atraerlo aún más cerca. Un escalofrío de puro placer
recorrió la espalda del salcor al ser sostenido. El cuerpo del vampiro se
sentía tan correcto contra el suyo, que Jae no entendía como había podido vivir
todos esos años sin esto y sin su aroma que lo estaba volviendo literalmente
loco. Jae arrastró su nariz perezosamente por la yugular de Yunho arriba y
abajo, oliéndolo como si estuviera apreciando un buen vino. Yunho apretó con
más fuerza su agarre en la cintura de Jaejoong y enterró el rostro en el sedoso
cabello.
Jaejoong se despegó un poco de Yunho,
para poder mirarlo una vez más y levantó la mano para acariciar su rostro.
-
Yunho… mi Yunho… aliméntate y acéptame a tu lado… - pidió Jaejoong exponiendo
su garganta para el vampiro.
Los colmillos de Yunho se alargaron sin
que él los pudiera controlar. Su mirada estaba fija en el cuello de Jaejoong,
en su pulso acelerado. Pero no podía morderlo. Tenía miedo de que le doliera y
Jaejoong se fuera. No podría soportar eso. Jaejoong vio la necesidad de Yunho
así que lo ayudo poniendo una mano en su nuca y atrayéndolo a su garganta
lentamente. Yunho no opuso resistencia, se dejó guiar y cuando estuvo lo suficientemente
cerca enterró sus colmillos en la delicada piel. El primer trago de la espesa y
deliciosa sangre hizo que Yunho abriera los ojos.
Notó que todo el pueblo entero los estaba
observando y le molestó. No quería que nadie viera a Jaejoong mientras estaba
alimentándolo. No, no quería que nadie viera a Jaejoong. Punto. En cuanto se le
cruzó por la mente llevarse a Jae a su casa, ya estaba allí. Yunho recordaba
haber corrido, llevando a Jaejoong en sus brazos, pero seguramente tendría que haberle
tomado más tiempo. Pero todo pensamiento voló de su mente en cuanto Jaejoong se
retorció en sus brazos con un gruñido molesto.
-
Te detuviste… - lo acusó
-
Lo siento, Jae. Déjame remediarlo… - murmuró antes de volver a morder a
Jaejoong en el preciso mismo lugar que antes.
En el jardín del castillo, la gente aún
seguía atontada por lo que había ocurrido. El salcor y el vampiro que había
elegido se habían estado tocando y mirando de una forma tan íntima que había
hecho sentir a más de uno que estaban invadiendo.
-
Ya tienen a su rey… - murmuró la salcor que estaba parada junto a K – pero les recomiendo que no lo hagan asumir
su puesto hasta dentro de una semana al menos, o Jaejoong los asesinará.
Necesita conocer a su pareja. Yo no tengo nada más que hacer aquí.
Sin más, la hermosa mujer desapareció. La
gente seguía algo atontada.
Todo había sucedido muy rápido. K se acercó
a Siwon con paso firme y apresurado.
-
¿Quién era el tipo con el salcor? - demandó
-
Jung Yunho, señor. Herrero. – contestó Siwon automáticamente.
-
¿Es un buen hombre? – preguntó K con el ceño fruncido.
-
Sí, señor. Lo es. – respondió Siwon asintiendo solo una vez.
-
Es suficiente por ahora. Después quiero más información, capitán...
K volvió a pararse frente a la puerta del
castillo y reclamó la atención de la gente.
-
Escuchen. Ya tenemos gobernante. Su alteza real Jung Yunho, primero de su
linaje. Rey de los vampiros y de las tierras del sur de Corea y el norte de
Japón. Pueden regresar a sus hogares.
Jajaja Jaejoong si q es listo, atrevido y va por lo q quiere lo toma y disfruta, me encanta como es. Quedaron flechaditos el uno por el otro. Q sexy es Jaeeeee! ... Amo este fic <3 Gracias!
ResponderEliminarYunho quedo encantado con Jae por su belleza sin igual y Jae lo eligio a el como su compañero,ahora Yunho es el nuevo rey
ResponderEliminarme encanta ese Jae tan desesperado y obtuvo lo que buscaba a su Rey Yunho pero tienen que esperar claro se tienen que devorar primero pues al parecer estaba muy hambriento y le llevara una semana saciarse de Yunho XD
ResponderEliminarGracias
NO PODÍA SER DE OTRA MANERA SOLO HAY UN REY PARA JAE....LINDO CAP GRACIAS
ResponderEliminarMe encanto como lo eligio, tocándolo todo, pero cuando su mano toco su miembro y este crecio no hubo ninguna duda para él, dijo de aquí soy, jajaja...
ResponderEliminarGracias!!!
OMG Que manera de reconocer al hombre que te ha dejado impactado. Siempre lo ge dicho el YunJae es perfecto¡¡¡ Pero debo decir que la imagen portada de este Fic es hermosa y este primer reconocimiento le hace mucha justicia por semejante descipción. Este par en definitiva marco territorio mutuamente jajaja. Algo me dice que a alguíen no le va a parecer que en Herrero sea Rey(¡.¡)
ResponderEliminarOooh wow.... Mira q Jae casi viola a Yunho allí mismo jajaja....agarrarle el "paquetito" jajaja andaba sondeando el terreno pues....bueno...ya ay rey...y reina?? 😍😍
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