domingo, 22 de mayo de 2016

Una isla para la seducción. Cap 9







- La verdad no es sentimental.

 – Da lo mismo lo que digas, me gusta un tipo sentimental para pasar el resto de mi vida con él.
 – No soy de corazones y flores, lo sabes.

 – A veces pienso que te conozco mejor que tú mismo.
 – ¿Cómo conocías a Hyunjoong?
 – Creía que lo conocía – la pregunta dolió – pero resultó que sólo veía lo que quería ver.
 – Dices que me amas, pero en tu cabeza soy una especie de superhéroe. ¿Qué pasa cuando me ves como el hombre que realmente soy, nada sentimental, magnate despiadado y todo eso?
 – Lo primero de todo: sí te veo cómo eres, Yunho. Éramos amigos antes que amantes – le recordó – Te he visto en cada aspecto de la vida desde tus momentos de impaciencia en el trabajo hasta cuando te has dado cuenta de que tu madre te abandonó con gran dolor.
 – ¿Y?
¿De verdad pensaba él que esas cosas no tenían importancia?
 – Sé que puedes ser despiadado, pero también sé que no te obsesiona la venganza. Si fuera así le habrías hecho algo al marido de tu madre, pero no ha sido así. No eres tan despiadado.
 – Sí lo soy.
 – ¿De verdad?
 – No te hagas el obtuso.
 – Eso lo serás tú – se separó de él y se cruzó de brazos.
 – ¿Es nuestra primera discusión? – bromeó.
 – No – dijo sin reírse – Hemos discutido antes
 – No desde que nos comprometimos – tiró de Jae hacia el sofá.
Opuso poca resistencia y se sentó junto a él, no en su regazo. Siguió con los brazos cruzados.
 – Aunque, considerando lo poco que hace de eso, no es mucho decir – añadió Yunho.
 – Has empezado tú.
 – ¿Y?
 – Eso implica que tienes más que decir sobre la materia, así que suéltalo todo ahora.
Pensó que toda esa discusión podría ser porque él necesitara que lo tranquilizara. Y el señor Arrogante no podía sencillamente pedirlo. Si necesitaba que lo tranquilizara, estaba encantado de hacerlo, aunque estuviera siendo un poco desagradable. Además resultaba extraño que Jae fuera el que le había dicho que lo amaba y fuese él quien necesitase pruebas.
– Quizá no seas sentimental por naturaleza, pero eres lo bastante para mí. Puede que no te veas romántico, pero como eres conmigo, las cosas que me dices, son todo lo que necesito en ese aspecto. Hyunjoong fingía ser el hombre que yo podía amar. Tú eres ese hombre. No finges ser nada. De hecho a veces eres brutalmente sincero.
 – ¿Y eso no te da qué pensar?
 – No – trató de sentirse ofendido – Confiar me cuesta mucho ahora. Saber que no mientes me reconforta mucho. Sé que puedo confiar en ti y no pensaba que podría volver a decirle eso a un hombre al que amara.
 – ¿Qué es el amor sin confianza?
 – No lo sé. No soy filósofo. Nunca he pretendido serlo. Sólo sé que te amo. Confío en ti por quien eres. Y nada va a cambiar el modo en que te veo. Así que vete acostumbrando.
 – Supongo que no tengo mucha elección.
 – No si aún quieres casarte conmigo.
 – Eso está fuera de discusión.
 – Bien.
 – ¿Podemos reconciliarnos por medio del sexo? – preguntó Yunho con mirada lasciva.
 – Creo que sí – se echó a reír.
Estaban metidos en un baño de espuma después de hacer el amor tiernamente.
 – Pensaba que reconciliarse por medio del sexo sería rápido.
 – Ya hacemos eso sin discutir antes.
 – Cierto.
 – Además, no me gustan los estereotipos.
 – Por eso no te preocupes, eres un hombre muy particular, Yunho.
 – Y tú un joven muy especial.
 – Cuidado, te estás poniendo sentimental otra vez.
 – Entonces igual es el momento ideal para hacer esto.
 – ¿Esto?
Se inclinó sobre el borde de la gran bañera buscando algo. Se enderezó con una caja azul en la mano. No había duda, era de Tiffany’s.
 – ¿Yunho? – dijo casi en un susurro.
 – Kim Jaejoong, ¿me concederías el honor de ser mi esposo? – la miró a los ojos directamente.
 – Sabes que sí – respondió con los ojos llenos de lágrimas.
Sacó de la caja un anillo de diamantes engastados en platino y se lo puso en el dedo.
 – Te mereces una declaración como es debido.
 – Gracias – dijo con voz quebrada.
 – Sabía que te ibas a poner empalagoso.
– Así es como soy, empalagoso – se echó a reír.
 – E increíblemente dulce.
 – Te amo – se enjugó las lágrimas.
 – Espera a ver lo que he hecho con los anillos de boda – alzó la caja por encima de la cabeza al ver que él quería abrirla – No... hasta la ceremonia, no.
 – Me estás devolviendo la del vestido.
 – Eres tú el de las tradiciones.
 – Lo haces para tenerme intrigado.
 – Quizá.
Se lanzó a por él y Yunho tiró la caja antes de rodearlo con los brazos.

>>> ♥ <<<

Con frecuentes miradas hacia la calle, Yunho paseaba al final de las escaleras de los juzgados. Yoochun, apoyado en la pared, lo miraba con sonrisa afectada.
 – Espera y verás, el domingo en la puerta de la iglesia no estarás tan tranquilo – dijo Yunho.
 – No, pero no pasearé por el templo como un imbécil.
 – Gasto el exceso de energía.
 – ¿Y lo de mirar al reloj cada treinta segundos?
 – Se suponía que tenía que haber llegado hace cinco minutos.
 – ¿De verdad estás preocupado porque Jaejoong no vaya a aparecer?
 – Lleva seis minutos de retraso – dijo sin responder a su afirmación.
 – Y llega un novio.
Yunho se dio la vuelta y vio una limusina que se detenía delante de la escalera. Sintió un alivio irracional, como si se hubiera retrasado una semana. Sabía mejor que nadie lo fácil que era abandonar a alguien a quien se quiere.
Bajó las escaleras para abrir las puertas. Junsu salió con un traje rosa y una gran sonrisa.
 – Felicidades, Yun.
 – Gracias.
Miró por encima de él en busca de su novio. Y Jaejoong parecía una novia.
Llevaba un velo corto y un vestido blanco de cóctel con volantes de chifón. Sus ojos brillaban de felicidad.
 – ¿Me ayudas a salir? – tendió la mano.
Algo vibró en su pecho cuando lo ayudó. Lo rodeó con los brazos, apartó el velo y lo besó. Un beso que interrumpieron los cláxones de los coches que esperaban.
 – Pensaba que el beso era al final de la ceremonia – dijo Junsu.
 – Los magnates griegos hacen las cosas a su estilo – dijo Yoochun.
 – Me gusta tu estilo – dijo Jaejoong mirando a los ojos a Yunho.
 – Me alegro. Me gusta lo que llevas – le gustaba que hubiera hecho el esfuerzo de parecer una novia.
 – Espera a ver lo que llevo debajo – dijo con una mirada malévola.
– No digas esas cosas – musitó entre dientes.
 – ¿Por qué no?
 – No me parece adecuado casarme con una erección.
 – ¿Puedo hacerte eso? – bromeó.
 – Sabes que puedes.
 – Trataré de ser bueno.
 – No demasiado bueno – no pudo evitar decir mientras entraban al edificio.
La ceremonia fue corta, la pompa estaba reservada para Grecia, así que Yunho no entendió la sensación de trascendencia que experimentó al firmar el certificado. Sin embargo, le temblaban las manos cuando le pasó el bolígrafo a Jaejoong. Las manos de él también temblaban al firmar. Fue un momento vital.
Ya eran legalmente esposos.
 – ¿Es el momento del beso? – preguntó abrazándolo.
 – Sí, creo que sí.
Sus labios se encontraron y el beso se convirtió en una promesa.
 – Mío.
 – Sí, mi troglodita particular, soy tuyo y tú mío.
 – ¿Estáis seguros Yoochun y tú de que nos sois hermanos biológicos? – preguntó Junsu entre risas – Tenéis las mismas tendencias primitivas.
 – Somos hermanos en todos los sentidos que cuentan – afirmó Yoochun.
 – Supongo que eso nos hace cuñados – dijo Jaejoong feliz.
 – El próximo domingo – dijo Junsu, mirando su anillo de compromiso.
 – Lo estoy deseando.
 – Yo también.
 – Lo que yo deseo ahora es el almuerzo con champán en el ático – dijo Yoochun – Mi ama de llaves ha prometido un ágape a la altura de los magnates que somos.
Pero no fue en el ático de Yoochun donde acabaron. Dora, el ama de llaves, los esperaba en el vestíbulo del edificio de su empresa con la mayoría de sus empleados. Había carteles de felicitación para las dos parejas y camareros con bandejas de comida y copas de champán.
 – ¡Enhorabuena! – dijeron a coro sus asistentes personales.
 – Señorita Parks, ¿ha planeado usted esto? – preguntó Junsu impactado.
 – Con la ayuda de la secretaria del señor Jung y el ama de llaves del señor Park.
Dora abrazó primero a Yoochun y después a Yunho.
 – Queríamos hacer algo para que supieran que los empleados estamos encantados con su felicidad personal.
 – Gracias – dijo Junsu, abrazando y besando al ama de llaves – Es realmente especial.
 – Queremos que estén cómodos, aquí están entre amigos.
Yunho recibió más felicitaciones en la fiesta sorpresa que en toda su vida.
 – Es perfecto – dijo Jaejoong con los ojos llenos de lágrimas.
 – Siempre he dicho que contratamos a los mejores – dijo Yoochun presumido.
– Sin duda – corroboró Yunho.
Cuando llegó con Yunho al apartamento unas horas después, un desconocido calor llenaba el cuerpo de él.
 – Ha sido todo un detalle por su parte – dijo Jaejoong quitándose los zapatos.
 – Yoochun estaba tan sorprendido como yo.
 – ¿No sabías nada?
 – Nada de nada.
 – Junsu estaba sorprendido por que estuviera implicada la señorita Parks, pensaba que lo odiaba.
 – Siempre me he preguntado si Parks es humana, pero odiar a Junsu... Imposible, es casi tan dulce como tú.
 – Otra vez te has puesto zalamero – se quitó el velo y lo arrojó al sofá – Me gusta.
 – Y a mí la idea de descubrir lo que llevas debajo.
 – Sí... – con una provocativa sonrisa se llevó las manos a la espalda.
Yunho oyó el sonido de una cremallera. Su cuerpo se puso en alerta.
 – Eres algo único en mi vida – dijo él.
 – Eso es suficiente para mí.
 – ¿Sí?
 – Sí – dijo con fuerza.
 – Sí, estamos bien juntos.
Hizo un movimiento con el torso y el vestido se soltó.
 – Estamos muy bien juntos – dijo Jae mientras el vestido caía al suelo dejando a la vista un corsé azul que realzaba su precioso pecho.
 – Impresionante.
Sonrió de un modo que le dejó sin aire en los pulmones mientras el vestido seguía cayendo y dejaba a la vista el resto de su escandalosa ropa interior. El corsé sin tirantes acababa justo encima de las caderas dejando completamente a la vista el diminuto triángulo de tela azul del tanga que llevaba. Las medias las sujetaban un ligero a juego.
Giró en redondo para ofrecerle una vista completa de sus nalgas desnudas enmarcadas por las tiras del tanga. Miró por encima del hombro y le lanzó un beso.
 – Me estás provocando
 – Lo intento – se volvió de nuevo hacia él – ¿Te gusta?
 – Me... – carraspeó – Te adoro, gineka mu. Eres una fantasía hecha realidad.
 – ¿Has soñado con embarazados con lencería?
 – He soñado con que eras un regalo perfectamente envuelto esperando a que lo abriera.
 – Pues disfruta de desenvolverme.
 – Estaría loco si no lo hiciera.
 – No soy un supermodelo, pero me miras de un modo que haces que me sienta así.
 – Ven aquí – dijo él tendiéndole una mano.
– Aún no – sacudió la cabeza y con ella el sedoso cabello rubio.
 – ¿Por qué no?
 – Llevas demasiada ropa.
 – ¿No quieres desenvolverme tú a mí?
 – En otro momento.
 – Quieres que me desnude para ti.
 – Sabes que sí.
Lo hizo. Si él se moría de ganas de desenvolverlo, Jae dejó claro que le producía mucho placer verlo desnudarse. No tuvo que hacer nada raro, simplemente quitarse la ropa como siempre para ver cómo se le entrecortaba el aliento.
Así que fue lo que hizo. Primero se quitó la chaqueta y la dejó caer al suelo. Después la corbata y tras ella la camisa. La siguieron los zapatos y calcetines. Los pantalones cayeron por sus piernas con un solo movimiento. Se quedó sólo con los calzoncillos oscuros que apenas contenían su erección. No se los quitó, ya habían jugado antes a ese juego. Le tendió los brazos a Jae.
 – ¿Qué tal así?
 – Aún llevas una cosa – dijo Jae con una sonrisa.
 – Menos que tú.
Se llevó la mano a la barbilla como si estuviera pensando y después se inclinó hacia delante ofreciéndole una tentadora visión de su pecho presionado por el corsé. Se llevó una mano a una de las ligas, lo miró provocativamente y dijo:
 – ¿Querías que hiciera esto?
Se acercó a Jae, se dejó caer de rodillas y le apartó las manos.
 – Mío.
 – Sí, mi troglodita. Desenvuelve tu regalo de boda.
Bajó la liga por la pierna, después la otra y después le sacó las medias enrolladas por los pies.
 – Precioso.
 – Gracias.
Subió con las manos acariciándole las piernas.
 – Tú piel es más suave que las medias.
 – No puedo hablar – dijo, notando que se le doblaban las rodillas.
Le rodeó la cintura con un brazo para ayudarlo a sostenerse. La abrazó con más fuerza y se encendió aún más.
 – Vamos a atajar el peligro. Si eyaculo en los calzoncillos será culpa del tentador envoltorio.
 – ¿Te gusta tanto la lencería?
 – Por primera vez estoy tentado de dejarte algo puesto mientras hacemos el amor.
 – Lo que tú quieras.
Cada vez estaba más excitado.
 – Pero esto tiene que desaparecer – le quitó la tanga.
No esperó a que Jae lo exigiera para quitarse lo que le quedaba a él. Jaejoong bromeó sobre el tamaño y él se defendió diciendo que era el adecuado para lo que le esperaba entre sus piernas.
 – Te deseo – dijo Jae acariciando su miembro – Deseo esto – lo frotó.
Gimió de placer.
 – Tienes que parar si quieres tenerlo dentro antes de que estalle como una bengala.
 – Mejor como el Vesubio, te conozco, no será tan suave.
 – Quieres matarme de placer.
Se echó a reír, pero enmudeció cuando le devolvió el favor deslizando los dedos entre su tierna entrada. Probó la humedad de su pene y después deslizó el dedo medio en su interior hasta presionar su punto G que había pasado largo tiempo buscando en anteriores ocasiones.
 – Oh, sí, Yunnie, justo ahí.
Frotó con el pulgar en su hinchado capullo del placer.
 – Y ahí, ¿ne?
 – Ahora empieza el griego...
 – Nunca termina, gineka mou.
 – ¿Qué significa eso? A Junsu parece gustarle mucho.
 – Si puedes pensar en Junsu ahora es que estoy haciendo algo mal.
 – Dímelo – aceleró los movimientos de su mano.
 – Literalmente, «mi mujer», ahora «mi esposa».
 – Eres más posesivo de lo que quieres admitir.
 – Será la sangre mediterránea...
 – Hazme el amor, marido – dijo rodeándole el cuello con los brazos.



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Continuara \\(^_^)//...
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Gracias…  

6 comentarios :

  1. Kyaaa>0< estoy esperando por el cap donde Yunho también le diga a Jae que lo ama ♡ ^^
    Al fin se casaron...

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  2. Nooooo porque justo lo dejas alli???? Ahora ya se casaron solo falta que Yunho se de cuenta de que lo ama

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  3. Yunho estaba nervioso el pobre pensaba q JaeJoong quizas no venia. Si que estan enamoradisimos. Jae saca el lado romántico de Yunho. Me encanta amiguis gracias por actualizar ^^

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  4. ahora si ya son esposos y Yunho no tiene que temer mas pues su amado jae ya es su esposo y serán muy felices por que se aman demasiado aun que Yunho no termine de aceptar que este perdido de amor por su Jae
    Gracias

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  5. Felicidades a los recién casados ..Yunho Yunho eres mas romántico kyyaa esto es amor

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  6. Tuvo de todo¡¡¡ me reí con ese "Eso lo seras tú" y con Yunho todo alusinado por lamidea de pasar la noche sin Jae en su cama. Mi Chunnie tiene cuñado nuevo y para rematar lindo este regalito de bodas totalmente hot. Diooos que me quedé super emocionada A Yunho le faltan cinco Cm para soltar darle a Jae el te amo que sellara su felices por siempre¡¡¡

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