No tan dulces dieciséis
Me desperté con un cuerpo caliente y
dominante presionado contra mí. Pertenecía a mi mejor amigo/novio Yunho. Nos
conocimos hace diez años.
Él tenía ocho años y yo tenía seis,
hemos sido mejores amigos desde entonces. Empezamos a salir hace poco más de un año y no sé qué haría sin él. Era mi cordura en un mundo
demente… mi roca.
Hemos estado durmiendo así, en secreto,
todas las noches durante los últimos cinco años… desde la noche de mi
cumpleaños número once. Ahora, cuando sabía que mamá estaba fuera me gustaba
escabullirme a dormir aquí. Siempre
había sido capaz de regresar
a casa antes de que ella
despertara. Decir que mamá y yo nos llevábamos bien sería un eufemismo.
A lo largo de mis últimos años superé la
timidez y la torpeza. Mi cuerpo creció, con curvas y todo. Dejé de crecer cuando
llegué a medir algo más de un metro sesenta y seis centímetros. Mi cabello
rubio llega hasta mis hombros y tenía reflejos naturales por el sol de Busan.
La genética me bendijo con los alargados y agraciados ojos verdes de mi padre y piel de porcelana. Afortunadamente, no me parezco a mamá,
a excepción de mi cabello rubio.
¡Yunho es caliente! Es un poco más alto
de un metro y ochenta centímetros y es musculoso, pero no demasiado. Tiene los
más bellos rasgos cincelados, una mandíbula cuadrada y la nariz fuerte. Sus
penetrantes ojos avellana complementan su cabello corto y oscuro excepcionalmente cuidado. Sus
labios son mis favoritos; ¡simplemente son tan besables!
—Buenos días, Jae —susurró con su voz ronca
matutina que yo amaba más que nada. Miré su desordenado
cabello en la cabecera y su impresionante sonrisa y deseé que pudiéramos
quedarnos así para siempre. Le devolví la sonrisa mientras me movía sobre su
pecho, así estuvimos frente a frente. Me acerqué al hueco de su cuello,
inhalando su colonia y me acurruqué más cerca. Afortunadamente, no tenía que
preocuparme por escabullirme de nuevo a mi casa esta mañana ya que mamá había
permanecido fuera la noche anterior. Las mañanas como ésta eran mis favoritas.
Cerré los ojos hasta que la alarma sonó
de nuevo. De mala gana me arrastré fuera
de su cama y me dirigí a través del césped nuevamente a mi casa para prepararme para
la escuela. Tan pronto como abrí mi ventana un conjunto
de garras color
rojo sangre se clavaron en mi brazo tirándome hacia adentro.
— ¡¿Dónde diablos has estado?! —gritó Sunhee, mi madre. Me estaba esperando, pero no porque temiera por
mi seguridad— ¡Pequeña puta, te he hecho una pregunta!
— ¿Desde cuándo te importa? —escupí furiosamente. Me abofeteó haciendo que mi piel ardiera, pero ya
estaba acostumbrado a este tipo de trato por parte de ella. Había estado
cuidando de mí mismo desde que tenía ocho años cuando mi papá tomó un trabajo
en Inglaterra. Fue entonces
cuando mi vida hogareña se fue por el desagüe.
—Estabas con el chico Jung, ¿no? ¿Cuántos
años has estado follando con él? —No respondí. Me pareció mejor morderme
la lengua que responderle. La apariencia refinada de mi mamá sólo era una fachada. Era una mujer promedio que
estaba resentida conmigo, como si yo hubiera elegido nacer en esta familia.
Agarró el marco de una foto de mi mesita,
el que Yunho me había regalado por mi cumpleaños número once. Lo arrojó al suelo rompiéndolo. Resopló con
exasperación mientras se alejaba cerrando de golpe la puerta detrás de ella,
dejándome hacer lo que mejor hacía, recoger los pedazos rotos.
Rápidamente levanté las piezas que pude
y las puse en mi tocador. Trataría de pegar algunos después.
Me dirigí al baño y me duché. Tomé un
cuidado adicional aplicando base de maquillaje para asegurarme de que la marca
de la bofetada estuviera cubierta. Me vestí con un short de cuero negro que
mostraba mis largas piernas, una camiseta gris de cordoncillo, unas botas Doc
Martens hasta la rodilla y una chaqueta. Esperaba que mi atuendo distrajera a Yunho
de notar mi rostro. A pesar de mis mejores esfuerzos lo notó.
Lo frotó ligeramente y le juré que no me
dolía, pero lo hacía. Sugirió que huyéramos, ya que él acababa de cumplir dieciocho
años. No podía hacerle
eso porque en siete meses él se graduaría. Además,
mamá me encontraría. Me cazaría como un perro sabueso para que pudiera
asegurar su pensión y su manutención de menores.
Le dije que lo pensaría,
pero los dos sabíamos malditamente bien que yo realmente no podría pasar por ello. Las cosas en
casa se habían puesto cada vez peor desde que mis padres finalmente se
divorciaron hace dos años y papá no podía permanecer más tiempo con ella. Sus
visitas siempre eran ocasionales, pero después del divorcio se detuvieron por
completo dejándome valerme por mí mismo.
Kim
Sunhee era egoísta, egocéntrica y vanidosa. Si algo no funcionaba para ella no
era feliz. Rara vez era feliz. A menudo me pregunté si siempre se comportó así
o si sólo fue después de que yo llegara. Yo fui un accidente y ella nunca me
dejó olvidarlo. Hace poco había comenzado a salir con un hombre mucho mayor. Lee
Beomsoo. Él era de Incheon y viajaba mucho para acá por negocios. Me gustaba cuando ella volaba para visitarlo, ya que me hacía la vida más fácil, pero no era lo suficientemente frecuente.
Yunho entró al estacionamiento de la
escuela y estaba agradecido de que tuviéramos un par de clases juntos.
Simplemente pasar tiempo con él hacía mi día mejor. Ambos
tomábamos clases de prensa
asociada y estábamos
trabajando muy duro para mantener
nuestras notas altas, así podríamos conseguir entrar a una buena universidad. Él quería ser abogado y yo
quería ser periodista, ya que podría trabajar prácticamente desde cualquier
lugar. Estaba dispuesto a ir a donde él fuera.
Teníamos planes para el futuro.
Al comienzo de nuestra relación
en pareja decidimos
que íbamos a esperar para
tener relaciones sexuales hasta que estuviéramos casados. Si tuviéramos
elección, sería tan pronto como yo cumpliera dieciocho. Algo pasó ese día que
lo cambió todo…
Caminamos hacia la puerta principal de
mi casa después de asegurarnos de que el auto de mamá no estaba allí. Estábamos
riéndonos porque él trataba de hacerme cosquillas. Dejó nuestras mochilas en la
puerta principal y nos dirigimos a la cocina. Siempre preparaba algo de comer
antes de empezar nuestra tarea. Había una nota de mamá en el mostrador de la
cocina. Supuse que sólo trataba de decirme que se había ido de nuevo, pero no
fue así. La nota decía que encontraba mi comportamiento inaceptable y fuera de
control. Llegó a decir que nos estaríamos mudando a Incheon para vivir con Beomsoo.
Un billete de avión fechado para dentro de una semana a partir de hoy estaba
junto a la carta. A partir de mañana los de la mudanza estarían aquí para tomar
nuestras cosas en almacenamiento. Dijo que no me atreviera a huir porque me
encontraría y haría mi vida un infierno. La parte más triste era que lo haría,
a pesar de que era una carga para ella.
Me hundí en el suelo y puse mi cabeza
entre mis rodillas. Yunho me quitó la carta de las manos y la leyó rápidamente.
—Todavía podemos huir si quieres. —Sus ojos avellana perforaron los míos. Yo no quería nada
más, pero sabía que no había manera de escapar de su ira. Dos años más. Lo seguí repitiendo en mi cabeza.
Entonces no tendría que verla nunca más si no quería, las probabilidades eran
bastante buenas.
—No podemos hacerlo. Me encontrará y entonces
ambos estaremos en problemas. No dejará pasar esto. —Lloré mientras las lágrimas corrían
por mi rostro. Él se sentó a mi lado en el suelo y me atrajo cerca. La idea de
dejarlo atrás me estaba poniendo literalmente enfermo. No podía imaginarme una
vida sin Yunho.
Cambié rápidamente de curso. Sabiendo
que mi partida era evidente, planeábamos consumar nuestra relación. Él estaba
preocupado y no quería que fuera un estímulo de un momento repentino. Yo no
quería esperar más… Quería que él fuera mi primero y mi único. Francamente,
estaba sorprendido de que lo hubiéramos pospuesto. Él quería hacerlo especial y
como era típico de Yunho, tenía prevista una habitación de hotel en el Four
Seasons. Allí volveríamos a pasar nuestra última noche juntos antes de que me
llevara al aeropuerto. Estaríamos separados por más de una semana, por primera
vez.
Esa semana pasamos
tanto tiempo juntos como nos fue posible
y me quedé allí cada noche como era normal. Cinco días después estábamos
en la misma habitación. Él fue a poner nuestros bolsos en el dormitorio y yo
entré al baño para arreglarme para la cena. Teníamos una reserva para el
restaurante Park 75 a las ocho. Me puse la ropa de cuero y encaje sin mangas
que Yunho había elegido para mí. Lo combiné
con unos zapatos
negros y toda la ropa interior negra de encaje que había elegido en una tienda
local. Peiné mi cabello medio
abombado, rizando algunas de las hebras para conseguir una apariencia
chic rockera. Apliqué un poco de maquillaje y finalicé mi look con un
tenue brillo labial. Me sentía hermoso. Tomé mi bolso de mano y me
dirigí hacia la puerta. Le eché un vistazo a Yunho que estaba vestido con un
traje color gris carbón con una camisa blanca y una corbata negra. Se veía
impresionante. Me sonrió y me dijo que me veía hermoso (diría eso incluso si
estuviera vestido con un saco de patatas). Caminamos tomados de la mano hacia el restaurante. Ordené
pollo al limón y tomillo con espárragos a la plancha y puré
de patatas y Yunho pidió lomo de ternera con salsa bearnesa y patatas fritas cortadas a mano. Ninguno
de los dos mencionó el hecho de que me iba. Sabíamos que iba a suceder,
pero no queríamos estropear nuestra
noche especial. Después
de la cena compartimos un pastel de mantequilla de maní. Cuando
terminamos de comer, él acercó su silla a la mía y sacó un anillo del interior
del bolsillo de su traje. Era un anillo de plata esterlina con la inscripción Fe en el amor mi Boo, su apodo para mí.
—Ésta es mi promesa para ti. Estaré contigo
dondequiera que estés. Si me necesitas, iré por ti, sin importar qué. Te amo, Jae. —Me besó la mejilla y las lágrimas volvieron borrosa mi visión. El
camarero se acercó y Yunho pagó nuestra cuenta.
Regresamos a nuestra
habitación e hicimos el amor por primera vez. Fue perfecto y para nada
como esperaba que fuera. Fue como si lo hubiéramos hecho cientos de veces, como
si estuviéramos hechos el uno para el otro.
Al día siguiente hice mi maleta dejando
fuera mi iPod y un libro práctico para el viaje en avión. Peiné mi cabello en
una coleta y cogí un par de vaqueros y una camiseta
que a su vez era elegante y funcional. Un millón de mariposas se formaron en mi
estómago mientras los minutos pasaban. La idea de huir continuaba apareciendo pero la aplastaba
hacia abajo, porque yo tampoco quería
dejarlo.
Después de dejar la habitación nos
dirigimos directamente al aeropuerto con la promesa de vernos tanto como
nuestros horarios lo permitieran.
—Prométeme que permaneceremos juntos —dije.
—Al igual que las páginas de una revista
porno. —Me prometió,
haciéndome reír.
Nos besamos por última vez… Eso fue hace
diez años.
Continuara
\\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Que fue lo que paso para que se separarán porque la mamá lo trato mal y el papá nunca se preocupó por su hijo como fue que sufrió tanto Jaejoong
ResponderEliminarme encanto esta adaptacion!!!
ResponderEliminarGracias por compartir estas historias con nosotras!!
estare pendiente de tus actualizacion!!!
Gracias!!!
por que no se fue con Yunho ahora ya a pasado mucho tiempo y que pasaría con ellos y Jae que fue de el quiero saber mas me dejas con ganas de mas estaré esperando el siguiente no tardes por fa
ResponderEliminarGracias por compartirlo
Igual q las páginas de una revista porno... q romántico jajaja. Ahhh pobres de tienen q separar x capricho de su madre ahhhhh.
ResponderEliminarGracias......otra historia que tiene pinta de estar interesante.....muero por saber que ocurrió para que dejaran pasar 10 años sin verse
ResponderEliminarSe aman ........... Pero q sucedio porq Jaejoong dice q fue la ultima vez q de vieron
ResponderEliminarDiez años ? Nooo..... pero que fue lo que pasó? Diez años es demasiado .. ya quiero saber muchas cosas ..
ResponderEliminarLa historia se lee muyy interesante ^^
Ellos se amaban no tenian que separarse y mucho menos por tanto tiempo.
ResponderEliminarPorqueee u.u todo iba bien y la madre de Jaejoong le da la gana de irse nooo porque pero una cosa mas si se aman se prometieron ver que paso para que ese da fuera su última vez juntos y pasaran 10 años 10 AÑOS >w< que paso
ResponderEliminarQuiero llorar😢😢😢 ese trato de consumar el amor hasta el matronio y que Yunho guardara el momento como el más especial, la inscripción y su primera ves, todo fue tan de Yunho. Aishhhh pero esa madre insencible tenía que meterse donde nada le costaba no hacerlo... bueno sip... pero aissshhh.
ResponderEliminar