Un golpe seco dio de lleno contra la pared del pasillo
mientras Jung Yunho lloraba desconsoladamente. Había perdido a su hijo y con
él, todas las oportunidades de hacerlo feliz, de devolverle la oportunidad de
conformar una familia y verlo sonreír como la última vez.
Jaejoong no conseguía despegarse de la puerta de la
habitación de su pequeño. Abrazaba el muñeco de felpa que Yunho le regaló en
ese viaje con motivo navideño el cual todavía sostenía Sung Ki en el momento
que sus ojos se cerraron para siempre. Sentía que algo taladraba su corazón con
una fuerza impetuosa; no había un mañana para ninguno de los dos.
— Realmente quería que estuviéramos con él hasta el
final. Nos necesitaba con él, Yunho.
Una vez más, Yunho tuvo que ser más fuerte de lo que se
sentía. Se limitó a abrazar a Jaejoong dulcemente, dejando que cada uno fuera
apoyo para el otro.
Porque ya Sung Ki estaba definitivamente muerto.
La mañana siguiente estaba tan soleada como si de un
buen día de verano se tratase. Junto a Yunho y Jaejoong se encontraba Changmin
y el anciano abogado que iba acompañado de su asistente. Nadie lloraba,
simplemente se dedicaban a observar con enorme tristeza a los padres del niño
que ahora estaba resguardado bajo las alas de algún ángel. El silencio en
aquella escena lúgubre era indescriptible; resultaba difícil creer que el
cuerpo de Sung Ki había quedado reducido a un puñal de cenizas que ahora se
encontraban en una caja de mármol.
Y en esa misma tarde, Yunho presentó su proyecto
inspirado en su hijo.
Era como estar presente y a la vez no. Su cuerpo estaba
allí, su voz exponía sus planes pero su mente estaba a millones de años luz de
ese lugar. Jaejoong a su lado estaba igual o más abstraído que él, mirando
hacia el vacío.
—La persona que inspiró todo esto fue mi hijo, el
cual falleció ayer por la mañana. — Habló centrando por fin su
atención en la realidad. — Una casa para albergar a todas las familias
que tienen a un niño que pasa por esta complicada enfermedad y no tienen
recursos. Cubre servicios médicos y alojamiento y un lugar especial dedicado a
la oración. Una esperanza, una alegría.
—Y como cooperador de la iniciativa de Jung Yunho
me complace inaugurar este lugar. — Anunció el dirigente de la obra.
Varios aplausos se escucharon en todo el espacio junto
con sonrisas. Pero ni Yunho ni Jaejoong pudieron regocijarse de alegría como se
suponía que debían.
—Felicidades. — Se dejó oír una voz
masculina detrás de ambos. — Me enorgullece estar presente en este
proyecto y sobre todo prestarle la base legal.
Era el anciano abogado que se encargaba de manejar cada
prueba por la que Yunho pasaba. El señor Park, que ese día lucía más como una
persona anciana normal que como una de negocios. Les hizo una pequeña
reverencia a Jaejoong para luego añadir:
—Lamento la pérdida del pequeño. Confío en que
vivirá en sus corazones. — Después se dirigió a Yunho. — Si
te pudo ayudar a ser una mejor persona, Sung Ki era alguien que definitivamente
valía la pena. No dejes que muera.
Yunho ya había escuchado esas palabras en el funeral de
su padre hacía muchos años. Asintió con una sonrisa comprendiendo el
significado que buscaba tener aquel consejo.
—Todavía queda una última prueba, ¿no es verdad?
—Ciertamente, y también se trata de la más valiosa.
Tres años después
Un estudio de grabaciones estaba siendo utilizado muy a
menudo por Jaejoong. Su voz ya era reconocida en toda Corea como una de las más
hermosas y su talento al escribir sus propias canciones era impecable; todas
las experiencias pasadas le sirvieron para buscar refugio reflejando sus
emociones fuertes en las letras que componía.
—Me imaginé que
continuabas en este lugar.
La voz de Yunho hizo que soltara por los aires cada
hoja que tenía en su mano y que su voz se quebrara por la sorpresa.
—No te esperaba aún.
Pensaba que hoy sería un día pesado en la casa. — Se excusó. — De todas maneras no lo he olvidado. — Sonrío a modo de consuelo.
—Tu cara me dice que
estabas muy concentrado en otra cosa. — Dijo Yunho fingiendo tristeza. — De cualquier manera, ¿sería posible que el cantante más fabuloso del
mundo me acompañara a cenar? Sé que está ocupado brillando, pero, ¿no piensa en
su nada talentoso prometido?
Jaejoong rodó los ojos. No era la primera vez que Yunho
hacía escenas melodramáticas solo para salir con él.
—¿Por qué no nos
vamos a la azotea a mirar las estrellas? — Sugirió. —
También tú te la pasas trabajando.
Esa no era la primera vez que terminaban tumbados una
noche viendo las estrellas en la azotea de la agencia para la cual Jaejoong
trabajaba. Necesitaban de la compañía del otro para sonreír, no importaba qué
hicieran.
Yunho tomó la mano de Jaejoong donde se encontraba el
anillo que le había regalado seis meses atrás y entrelazó la suya con él. Le
gustaba la forma en que ambas se veían juntas, casi fusionadas.
—Siempre haces eso.
— Rió Jaejoong. — ¿Qué tanto admiras?
—Solo me gusta
verte.
Aquella frase continuaba apenándolo a pesar de tener
más de dos años y medio escuchándola.
—¿Crees que alguna
de esas estrellas sea él?
El abrupto cambio de tema desconcertó a Jaejoong que de
inmediato supo a qué se refería. Sus ojos aprendieron a brillar al hablar de su
hijo en lugar de opacarse.
—Estoy seguro que
sí. Debe ser de los ángeles más bonitos en el cielo. De los más sarcásticos,
también.
—Si cierro mis ojos
todavía puedo escuchar su risa…
Jaejoong esperaba sentir a esas alturas que había
aceptado la muerte de Sung Ki pero no era así. Su voz era para él, sus letras
iban dedicadas a él. En todo lo que hacía iba una pizca de su espíritu.
Sin embargo, más adelante tanto Yunho como él mismo se
percataron de que siempre sería de esa forma.
Jamás lo iban a olvidar, únicamente lo habían
asimilado. Después de todo era su hijo.
Sin previo aviso tomó la iniciativa de besarlo. En
ocasiones necesitaba recordarle a Yunho que no importaba el pasado, el presente
les estaba ofreciendo mucho más. Él lo amaba, simplemente eso.
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“El amor, hijo. Uno de los misterios más hermosos y
complejos. Todos somos capaces de amar. El amor perdona, es fuerte y paciente.
Está claro que eso no es lo que sientes por mí… Está claro que nunca me
perdonaras.
Pero yo te amo, Yunho. Eres y fuiste siempre como mi
hijo. Diferente y capaz.
Esta es mi despedida, Yunho. Lo más valioso que puedo
dejarte es el amor”.
A Yunho le gustaba escuchar esa grabación mientras
observaba la foto de su abuelo que había colgado en la sala del departamento
que ahora compartía con Jaejoong. Estaba consciente del cambio que había dado
su vida y estaba feliz así, aunque faltara uno de los pilares principales.
Junto a la foto de su abuelo estaba la de Sung Ki, sonriente y sano. Tal y como
hubiese querido verlo.
—Yo te perdoné,
abuelo.
Le tocó la mayor parte de los bienes que dependían del
anciano; las cosas más valiosas pasaron a ser suyas sin estar muy seguro de
cómo manejarlas. Pero por ello se dedicó a trabajar de la mano con ese abogado
de mal genio que lo puso a prueba para sacar la persona que era Jung Yunho en
realidad.
—¿Me ayudas un
minuto? — Era
Jaejoong que se asomaba de la cocina con dos palillos en la mano.
— Si te gusta, lo serviremos. Es tu
cumpleaños así que tienes la última palabra.
—Confío en tu buen
gusto. —
Respondió sincero.
—Dicen que las
personas embarazadas no pueden comer demasiados mariscos. Puede hacerle daño al
bebé.
Yunho asintió para dos segundos después darse cuenta de
la noticia que Jaejoong le estaba dando. Giró su rostro violentamente hasta mirarlo
fijamente; él estaba neutral, simplemente se dedicó a volver a su trabajo
esperando a que Yunho viniera a darle una probada a su almuerzo especial.
—Jaejoong… No sé si
mi cansancio me impidió escuchar, pero me pareció que dijiste que estabas
esperando un bebé.
—Escuchaste bien. — Respondió con naturalidad. — Seremos padres.
La mirada de sorpresa no se hizo esperar, tampoco la
reacción de Yunho que instantáneamente fue cargar a Jaejoong y darle vueltas
por la cocina mientras le daba algunos besos en el rostro.
—Gracias, Jaejoong.
—¡Ya bájame! — Pidió entre risas. — ¿Podemos decirle a Sung Ki?
Yunho se asomó rápidamente por la ventana. Habían
varias mariposas de colores revoloteando muy cerca de allí. Sonrió queriendo
pensar que alguna de ellas representaba a su niño.
—Tendrás un
hermanito, Sung Ki.
Una de las mariposas se detuvo en el cristal abriendo y
cerrando sus alas alternativamente y con hermosura.
¿Siempre vas a estar con nosotros?
Así es el amor. No existen despedidas.
creo que es el primer yunjae que a pesar de la felicida que me dio que estan juntos realizando sus metas, que consolidaron su amor, que van a ser padres, me hace llorar porque la tristeza que a dejado el que perdieran a su niño, m e hizo sentir melancolia, pero estuvo muy bello el final.
ResponderEliminarhi!♥
ResponderEliminarme encanto el capitulo a estado muy bueno y un poco triste
me dio pena que Sung Ki aiga muerto fusto cuando yunho se
entera que es su hijo pero que se va a ser yo se que Sung Ki
desde el cielo los estubo cuidando , me encanto que jae y yunho
sigan con sus vidas por que a Sung Ki no le hubriera gustado ver a
sus padres tristes por el ,y ademas pronto van a tener la dicha
de ser de nuevos padres y yo se que tanto el yunjae como Sung Ki
estan felices por un nuevo ser que entrara a sus vidas para alegrarles
mas la vida y su hio ayor lo estara cuidando desde el cielo , me encanto el
epilogo y espero que ya te encuentres bien de salud y cuidate bye ....
ME HAS HECHO LLORAR.GRACIAS FUE MUY LINDO....
ResponderEliminarAwwwww
ResponderEliminarBueno estan juntos y seran padres d nuevo
Bonito
si muy lindo aun que triste pero bueno me encanto
ResponderEliminarpor fin termine de leerlo, solte mis lagrimones, pero realmente me encanto.
ResponderEliminarOh mi Dios ... Q hermoso fic ... Triste y tan tierno a la vez ... He llorado a mares pero me alegra q el yunjae al final si hayan alcanzado la felicidad y mas por q tienen a un angelito q ilumina sus vidas y los protege ... Gracias estuvo bello ^^
ResponderEliminarSigo llorando por lo triste que es perder a un hijo, pero al final todo es felicidad pronto Jae dará a luz a otro hermoso bebé. Gracias triste pero hermosa historia.
ResponderEliminarUfff que bueno encontré el epílogo y realmente no deje de llorar esto fue único ya que espere que el niño no murió pero es cierto en parte xq no murió en los corazones del YunJae fue grandioso gracias muchas gracias
ResponderEliminarme encanto el final
ResponderEliminarformaron una familia y otro bebe en camino este si que lo aprovechará Yunho al máximo ya que con el primero no pudo este espero que si Jae una hermosa mama
Gracias
Un final muy nostálgico pero muy hermoso...
ResponderEliminarFue muy tragica la historia... Me hubiera gustado q Sung Ki no hubiera muerto pero tenia q ser asi...me emociono bastante :'(
ResponderEliminarbuaaaa xq !!! T_____T LLORE gracias la ame
ResponderEliminarNo puedo dejar de llorar......bello pero trágico .....gracias
ResponderEliminarme gusto mucho gracias
ResponderEliminarPrecioso me encanto
ResponderEliminarPero que triste esperaba que sk se salvara
Que bueno que el yj va a tener otro bb
Gracias
Pdt:No me canso de leerla ^^
No, no exiaten las despedidas, los padres que pierden a un hijo nunca lo superan, sus vidas siguen pero día a día añoran el poder compartir con su hijo todo cuanto no les fue permitido. Y aunque pasa el tiempo nunca dejan de hacerlos parte de lo que hacen. Este es un hermoso fic y aunque Jae y Yunho han logrado encontrar el amor y ser exitosos, la memoria de su hijo siempre estará presente. Incluso en la vida de este nuevo bebé, a él le contaran lo genial que era su hermano mayo. Ve estoy llorando otra vez.(T.T) y el abuelo Jung tiene parte de la culpa. Su nieto es genial también.
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