sábado, 18 de febrero de 2017

Belleza e Inocencia. Cap 11



Yunho dejó la chaqueta de su traje al lado de la máquina de fax y se aflojó la corbata. La habitación de su casa que usaba como despacho era su único oasis de paz.

Acababa de llegar de una ausencia de más de dos semanas, y se había encontrado con una enorme casa en Seúl, llena de familiares. Los padres de Jaejoong habían estado viendo los regalos de boda que habían llegado en camiones. Él había preferido no compartir con ellos las exclamaciones de admiración, pero se había sorprendido por el recibimiento afectuoso de su sobrina, y sólo había podido librarse de ella cuando había llegado Fabio, su cuñado y padre de la niña.

¡Bora, deja respirar al tío Yunho! ― Le había dicho Fabio a su hija, y la había agarrado por la cintura, arrancándola de los brazos de Yunho ― Tú tío verá tu vestido de dama de honor más tarde, cuando pueda... Ahora mismo tiene cosas que hacer...


Yunho sonrió a Fabio y se marchó con la organizadora de la boda y Jihye al salón de la planta baja. Ésta reaccionaba con entusiasmo, opinaba y exclamaba todo el tiempo.

Jaejoong había estado mudo, con cara de piedra.

Faltaban dos días para la boda. Él quería que se acabase de una vez. Aunque había vuelto hacía sólo veinte minutos, los preliminares lo habían puesto de mal humor. Estaba irritado. Jamás se hubiera imaginado que un día se casaría con un joven avaricioso e interesado, y que lo aceptaría de buen grado. No veía la hora de quedarse solo con su esposo y su hijo.

Pero así era.

Alguna vez había soñado con que Jaejoong fuese su esposo. Y ahora el sueño se había hecho realidad. ¡Pero qué diferente del matrimonio que había soñado!, pensó él.

¿Y Jaejoong? Su deseo de casarse con una gran fortuna estaba por hacerse real. Pero él actuaba como si estuvieran a punto de descuartizarlo sin anestesia en lugar de sentir que aquella ceremonia era la satisfacción de su avaricioso sueño.

¿Había imaginado Jae también otro futuro juntos? ¿Un futuro de esposo mimado y consentido con un marido que lo adoraba y que satisfacía, gustoso, todos sus deseos a la más mínima sugerencia?

Si era así, ¡cuánto se había equivocado! Impacientemente, Yunho se pasó la mano por el cuello de la camisa y se desabrochó un botón. Había algo que había que arreglar. No podían pasar el resto de sus vidas juntos como si fueran enemigos en guerra.

Él había pasado aquellas dos semanas visitando las oficinas de su empresa por el mundo. Promocionando, poniendo a los mejores directores en los puestos indicados para quitar el peso de ciertas decisiones de sus hombros y delegar tareas para estar más libre para pasar más tiempo con su hijo. El pequeño Changmin crecería sabiendo que su padre lo quería, que le gustaba estar con él, pasar tiempo de calidad con su hijo, y que podía contar con él para cualquier cosa que sucediera.

Ahora lo que le quedaba por hacer era llegar a un entendimiento con su futuro esposa

Lo encontró en el jardín. Changmin estaba tumbado en una manta a la sombra. Jaejoong estaba a su lado, haciendo cosquillas en su barriguita. Su hermoso rostro sonreía. Tenía una luz especial cuando miraba al niño.

Se quedó observándolo un momento. Su corazón estaba tan lleno, que pensó que iba a explotar. Era amor por su pequeño, razonó. Nada más. Aquella emoción abrumadora no podía ser otra cosa.

Había amado a Jaejoong alguna vez. Lo había amado más que a nada en el mundo.

Pero ese amor había muerto en el mismo momento en que su padre había querido sacar partido de él.

Lo deseaba, eso era verdad. Con sólo mirarlo se excitaba y quería poseerlo.

La lascivia no era algo bonito. Pero era la realidad. Y él siempre se enfrentaba a la realidad.

Yunho caminó en dirección a Jaejoong.

Ha crecido en dos semanas ― observó. Notó que Jae se ponía rígido.

Y se reprimió hacer el comentario cínico de que cuando lo acariciaba no se ponía rígido, sino al contrario, se derretía...

Yunho levantó al bebé y le sonrió. El niño gorjeó.

¡Me ha sonreído! ― exclamó Yunho, olvidándose por un momento del lenguaje corporal de su esposo y concentrándose en el leve movimiento de la boca del bebé. ― ¡Te juro que no ha sido mi imaginación!

En aquel estado de ánimo el padre del bebé era irresistible, pensó Jae. Pero no iba a sucumbir a su encanto, para que luego lo acusara y le dijera cosas desagradables.

Se puso de pie.

¡No te marches! No quiero ahuyentarte ― dijo Yunho ― Creo que es bueno para nuestro hijo tener la compañía de ambos padres.

¡No seas arrogante! Es hora de su baño de la noche y de darle de .comer ― respondió Jaejoong. Él no iba a dejar que Yunho pensara que su presencia le afectaba y lo acobardaba. ― Puedes llevarlo a su habitación y quedarte mientras le doy el biberón, si quieres ― agregó Jaejoong, y se marchó hacia la casa.

Se alegró de cómo había manejado la situación, indicándole que le daba igual que estuviera presente o no.

Se sorprendió cuando Yunho respondió:

Es una buena idea. Y hoy vamos a cenar fuera. Está todo arreglado. Jihye se quedará con el niño. Le dejaremos el monitor. Tú y yo necesitamos hablar a solas, sin la presencia de familiares.

>>>♥<<<

Jaejoong se sentó frente a la mesa íntima que Yunho había reservado en un exclusivo restaurante de Seúl. Ridículamente, se sentía halagado, como un adolescente en su primera cita.

Su acompañante estaba muy atractivo con su esmoquin blanco. Todas las mujeres y jóvenes habían vuelto las cabezas cuando lo habían visto pasar. Y Jaejoong no podía culparlos. Jung Yunho era realmente impresionante. Y él era la envidia de muchas personas.

Pero no iba a dejar que aquella sensación se le subiera a la cabeza, porque sabía que nada era lo que parecía. Muy al contrario.

No iba a dejarse engañar por aquellos ojos avellana que lo miraban como si él fuera de su propiedad, ni iba a reaccionar cuando él le dijera:

Eres muy hermoso. El traje te queda maravillosamente. Pero, como yo, todos los hombres deben querer quitártelo.

Él no iba a ponerse colorado, se dijo. Ni iba a ceder al impulso de poner la mano en el escote de aquel traje sexy y exclamar, sorprendido.

En su lugar respondió:

Esto ha sido idea tuya. Tú me lo has propuesto. Has dicho que querías hablar: Bueno, yo también tengo algo que decirte.

¿Qué es? ― dijo él, arqueando la ceja y dedicándole una media sonrisa.

Jae se molestó, porque aquel gesto solía hacerlo cuando era paternalista con él.

Mis padres me han dicho que van a vivir permanentemente en tu casa de Seúl. Todo está arreglado, parece, incluso un trabajo a media jornada para mi padre en tu oficina de Seúl.

¿Y no están satisfechos?

¡Sabes perfectamente que lo están! ― él no pudo controlar su reacción y bajar la voz en el momento en que se acercó el camarero.

Yunho pidió la comida y le indicó al sumiller que abriese la botella de champán que estaba en un cubo de hielo desde que habían llegado.

Desde que sus padres habían llegado no dejaban de hablar de la generosidad de su yerno y cuánto deseaban vivir allí, donde podrían ir al teatro cuando quisieran, ir de tiendas y visitar galerías cuando les diera la gana. También estaban encantados con Leeteuk y KangIn. Además de que los cuidaban, se llevaban muy bien con ellos.

¿Y? ¿Qué es lo que quieres decirme?

Que tú has organizado todo esto sin decírmelo. Sabes bien cómo hacerme sentir ignorado ― se había sentido excluido todo el tiempo. Lo miró con furia, y le dijo ― Y mi boda. Te has puesto de acuerdo con esa rubia de hielo... ¡Pero a mí no me has consultado nada!

Pero ella te ha puesto al corriente de todo.

Me dijeron qué flores llevaría, qué comida y vino se servirían en el banquete y esas cosas. Si te refieres a eso. Pero estaba todo hecho y decidido. ¡Y tengo la impresión de que, si hubiera querido hacer algún cambio, no habría podido!

No era que le importase realmente la organización de la boda, porque para él la ceremonia sería como una sentencia a cadena perpetua, al unirse a un hombre que lo veía sólo como un mal necesario. Pero le molestaba que no contase con su opinión para nada.

Yunho se inclinó hacia delante.

Si hay algo con lo que no estás de acuerdo, todavía estás a tiempo de cambiarlo ― le aseguró― ella es la mejor organizadora de bodas que hay, según dicen. Pero...

No. No tengo nada concreto que objetar, ni nadie a quien criticar. Es una cuestión de principios.

A Jae le extrañaba que Yunho quisiera tomar en cuenta su opinión. Era algo nuevo para él.

Por supuesto. Estoy... ― el camarero les sirvió el primer plato. En cuanto estuvieron nuevamente solos, Yunho siguió hablando ― Siento que no te hayan consultado. Es culpa mía. La verdad es que las últimas semanas han sido frenéticas. Había que tomar decisiones. Yo las tomé y actué en base a ellas. Yo funciono así. Pero... ― le sonrió ― Tengo que aprender a consultarte las cuestiones que también te conciernen a ti. Tú no te quedarás en un segundo plano en el futuro. A partir de ahora.

Yunho lo miró y le agarró la mano. Jae sintió que su corazón se agitaba. Se odiaba por seguir deseando y amando a aquel hombre aunque supiera que Yunho lo veía como a un mentiroso y manipulador.

Como sabes, las deudas de tu padre han sido pagadas, y yo ahora soy el dueño de Rising Sun. Ellos se alegraron de vendérmela. Al parecer, tu madre lleva mucho tiempo queriendo mudarse a un sitio más céntrico, donde puedan manejarse más fácilmente. Y me ha parecido una buena idea ofrecerles mi casa de Seúl. Además, un puesto para tu padre en la junta directiva podría evitar que nos llene el jardín de animales salvajes.

Jaejoong asintió en silencio.

Cuando sus padres le habían dado la noticia de que vivirían en la casa de Seúl de Yunho, él le había preguntado a su madre si no echaría de menos su casa familiar, y su madre le había confesado que no. Ella había sugerido muchas veces la idea de vender la casa, pero su padre no había querido. Porque era la casa de su familia y no quería que la perdiese por sus malos negocios. Su padre decía que jamás se lo perdonaría. Finalmente la generosa intervención de Yunho lo había hecho posible.

Voy a hacer reformas en la casa muy pronto. Y, si estás de acuerdo, me gustaría que siguiera en manos de la familia. Lo normal es que nuestro hijo la herede. Como sabes, pasaremos la mayor parte de nuestro tiempo en Busan, pero Changmin tiene que conocer sus raíces Japonesas. Rising Sun sería ideal para las vacaciones de verano, para celebrar una tradicional Navidad Japonesa... ¿Qué opinas?

Jae no podía creerlo. Le estaba pidiendo la opinión en lugar de enviar a un tercero para informarle de su decisión.

Y al parecer, el bienestar de su hijo era prioritario. Pero nunca contemplaba las necesidades de él.

Tienes razón. Sería bueno para Changmin tener una casa en el campo Japonés ― respondió. «Para Changmin y la docena de niños que él pensaba tener», pensó Jae.

Jaejoong perdió el apetito y apartó los cubiertos.

Quería hablar contigo, hablar de nuestro futuro ― comentó Yunho ― Hasta ahora hemos sido enemigos en un duelo permanente, esperando el momento oportuno para asestar un golpe, al margen de esa noche inolvidable en que viniste a mi cama. Pero esto no puede seguir así ― agregó con sinceridad ― Vamos a casamos. Tenemos un hijo. Lo más sensato es olvidar todo lo que ha sucedido, y seguir adelante en armonía.

Yunho alzó la copa de champán.

Un brindis por nuestro futuro. Para que sea tranquilo. ¡Que no haya más peleas! ¡Quiero darte paz! ― lo miró con ojos seductores.

Jae recordó el tiempo que había pasado con él en la isla, cuando había pensado que aquello era el paraíso. Y tuvo una sensación inmensa de pérdida por lo que jamás volvería a ser igual.

Miró la copa de champán. Reacio, la levantó.

No quería más peleas. Él le proponía olvidar el pasado, el dolor. Esconderlo debajo de la alfombra... Tomárselo todo con estoicismo. No quejarse, sonreír y borrar lo que les había hecho daño...

Pero no sería un matrimonio de verdad. Sólo se encontrarían en la cama, en un nivel físico. Tendrían que tener cuidado todo el tiempo. No decir nada que pudiera recordarles el pasado, y despertar las acusaciones que tenían que quedar debajo de la alfombra...

No sabía si podría hacerlo.

Tenía que intentar convencer a Yunho de que él no era como pensaba. Que le creyera.

Al pensar cómo había recibido su propósito de hablar con él la vez anterior, se estremeció.

No había querido escucharlo, y encima lo había insultado.

Jaejoong terminó su copa de champán y observó a Yunho volver a llenarla en el momento en que les servían cochinillo con verduras frescas. Él no iba a poder comer nada de aquello.

Es posible que rompa la paz; que repentinamente pareces desear. Pero esto es importante para mí. Tienes que saber que yo no tenía ni idea de quién eras ni cuánto dinero tenías hasta después de varias semanas de que me abandonases ― Jaejoong se mordió el labio. Yunho lo miró con frialdad.

Al parecer, él estaba decidido a no creerle... Pero él había iniciado aquello, y lo terminaría.

Un día Kazuya me mostró una vieja revista. Había un artículo sobre ti... Acerca de tu éxito en el campo de las finanzas... Y entonces me enteré de la realidad ― no mencionó lo que decían sobre su vida de donjuán ― Quiero que sepas una cosa: yo no soy igual que tu madre...

Hubo un silencio espeso. Sólo se oían los murmullos de los otros clientes en el restaurante.

Jihye ha hablado demasiado... ― dijo él serenamente, con expresión sombría.

Pero lo único que pudo ver él fue un niño de diez años cuya adorada madre había desaparecido de repente de su vida. Y cuyo padre cuando él más lo necesitaba, le había dado la espalda, y una hermana pequeña de la que se había visto responsable...

Debía de haber jugado mucho con Jihye, que había sido poco menos que un bebé. Le habría dado el amor que necesitaba y que sólo él le daba, y habría intentado ocupar el lugar de sus padres, creciendo con responsabilidad y con un fuerte sentido del deber.

Esa misma responsabilidad y sentido del deber le había hecho tomar la decisión de casarse con el eomma de su hijo, a pesar de pensar que él era un ser codicioso. Le daba igual lo que él dijera en su defensa; las circunstancias conspiraban para hacer imposible que Yunho creyera en él.

Jaejoong se inclinó hacia delante, y le dijo compasivamente:

No te enfades con Jihye. ¡Ella está tan contenta con la boda! Simplemente salió el tema de la boda, y me dijo que había pensado que no te casarías nunca. Le pregunté por qué, y me contó la historia de que tu madre sólo se había casado con tu padre por su dinero. Y que cuando a tu padre le empezaron a ir mal las cosas, lo había dejado por alguien que podía asegurarle una vida de lujo y riqueza. Me dijo que aquello había destruido a tu padre, hasta el punto de que no quiso saber nada de sus hijos. Y que como yo ahora era de la familia, debía conocer la historia.

Jaejoong se encogió de hombros, y siguió:

Tú eres su hermano mayor, y ella te quiere. Se alegra de que por fin hayas encontrado una persona en la que puedes confiar y amar. Yo no me atreví a decirle la verdad. No le dije lo equivocada que estaba, que tú no confías en absoluto en mí. Y ciertamente no me amas...

Pero Yunho lo había amado alguna vez. Estaba seguro. Su corazón estaba sufriendo. Se le estaba haciendo un nudo en la garganta al pensar en lo que había perdido.

Yunho lo había amado. Cuando se habían conocido en Jeju, él había ocultado su verdadera identidad porque había querido ser amado por sí mismo, no por su riqueza. Había dicho la verdad cuando le había dicho que lo amaba.

Pero su padre, con sus tácticas habituales, había matado su amor.

Kim Hiro debía de haber reconocido al pretendiente de su hijo por los periódicos de Economía, y le habría pedido directamente que invirtiera en aquel proyecto disparatado del Safari Park, convencido de que cualquiera vería la rentabilidad de su último delirio económico. Estaba seguro de que había sucedido así. ¡Y la mención de Yunho de los animales salvajes en el jardín tenía relación con ello!

Jaejoong jugó con los cubiertos, incapaz de comer.

Y no, no había hablado del tema con su padre.

Le había insistido a su padre para que le dijera qué le había dicho a Yunho aquella noche. Pero su padre no le había dicho nada, porque si le confirmaba lo que él sospechaba, se habría enfadado mucho, y lo habría acusado de arruinarle la oportunidad de ser feliz. Hasta el punto de que sentía aprensión frente a su boda, porque sólo era una farsa.

Además, quería a su excéntrico padre incondicionalmente. Y abrir una herida entre ellos no arreglaría nada. El resultado siempre sería el mismo.

La experiencia que Yunho había tenido con su madre lo programaba para que desconfiara de todas las mujeres y jóvenes que le dijeran que lo amaban, y le hacían pensar que sólo querían su dinero.

Lo siento. Pero esto no ha servido de nada... ― dijo Yunho. Hizo una seña al camarero, y éste trajo la cuenta.

Jaejoong observó a Yunho mientras éste pagaba.

Yunho se puso de pie, tenso. Y él se levantó también, con las piernas temblando.

Su cita había fracasado porque él había decidido abrir la boca, y le había dicho las cosas que él no quería oír.

Jamás le creería que no sabía quién era él cuando habían concebido al bebé, y lo despreciaba porque él quería sacarlo de su error. Estaba furioso porque Jihye le había contado la historia. Era un período de su vida del que no hablaba nunca, y evidentemente le molestaba que Jae se hubiera enterado de esa parte de su vida.

¿Tendría Yunho, como él, la sensación de que su matrimonio se había ido a pique antes de haber empezado?

Un taxi los estaba esperando en la puerta. Yunho lo ayudó a subir. Tenía que pensar mucho, reflexionó. Descubrir la verdad era imperativo, y eso significaba una larga charla con el padre de Jaejoong.

Había sido una locura pensar que podría borrar el pasado y poner un parche en su futuro.

El matrimonio no había sido sólo una idea para recuperar a su hijo. Jaejoong en sí mismo había sido el centro de todo.

Al final él era lo suficientemente sincero como para admitir que todavía lo amaba.

Quería creer que Jae todavía lo amaba. Pero si lo que resultaba de la conversación con su padre no lo convencía, él no seguiría los pasos de su padre. No se casaría con una persona que no lo amaba.

Al principio había pensado que podría hacer un esfuerzo para que su matrimonio funcionase, por el bien de su hijo, tratando de olvidar el pasado, con el agregado, por supuesto, de un sexo impresionante.

Pero ahora que finalmente, se enfrentaba al hecho de que ningún amante había sido capaz de afectarlo tanto como él, y que lo amaba, sabía que nunca funcionaría un matrimonio por conveniencia.

Fracasaría, como el matrimonio de sus padres. Y lo dejaría sumido en la amargura y el dolor.

Voy a caminar ― dijo él, y le dio la dirección al taxista. Se volvió hacia Jae, y agregó ― Te veré en el altar.

Tal vez.

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9 comentarios :

  1. Ojala que el papa de Jaejoong le cuente la verdad para que Yunho se de cuenta de lo injusto que ha sido con Jae pero igual ojala que Jae lo haga sufrir asi como lo hizo sufrir a el y gracias por el capi esta bueno

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  2. Buenísimo capítulo*

    A un paso de la boda y Yunho sigue desconfiando, que tristeza para Jaejoong... por lo menos Jae ha hecho todo lo posible para explicarle que lo sigue amando y que no le interesa su dinero. Ahora habrá que esperar para que Yunho ENTIENDA Y DESCUBRA LA VERDAD :P
    ******************************
    http://lolitahoneyfunnybunny.blogspot.mx/2017/02/porrista-atrevido-7.html

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  3. Siiii tal vez Yunho buena decisión. No te cases primero descubre la estupides que solito te inventaste y luego te casa. Tú no amas a Jae puesto que no confias en él aun, si es solo sexo lo que vez en él, y si, ChangMin no merese vivir con los fantasmas de su padre. JAE dile a Yunho que te vale vivir en carencia si su Hijo tiene que ser criado en la mentira y la falsedad de una familia que no se ama. Ok ya estoy super frustrada.... pero aun así Graaaacias por las actus y por no hacernos padecer con largas esperas.

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  4. espero que si hable con el padre de Jae y este le diga la verdad y termine de entender Yunho que Jae nunca le a mentido y que siempre le a dicho la verdad y haber si ahora si se da la oportunidad de ser feliz con Jae y su bebe
    Gracias

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  5. Yunho debe hablar con el papa de Jae y aclarar las cosas ya que el comenzo todo debe de arreglarlo asi Yunho confiaria en Jae y asi pueden ser felices

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  6. Los dos estan tannnn confundidos :(
    Antes de dar el gran paso , como es casarse deben arreglar todo , los dos deberian sincerarse ya que los dos se aman aunque intenten negarlo :(
    Qur pena que desperdicien su tiempo , ya serian una familia si no fuera por el papa de jae :(
    Muchas gracias por el capituló ❤

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  7. Que bronca,espero que Yunho hablé con el papa de Jae me causa dolor que no crea en el ...te vas arrepentir de haberlo tratado tan mal.

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  8. Ojala que el padre de Jae tenga el valor y honestidad de decir la verdad, pues se trata de la felicidad de su hijo, y espero que Yunho lo entienda.

    Gracias!!!

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  9. no se tendrian que casar y menos si yunho piensa así.

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