miércoles, 24 de agosto de 2016

Poder Siliciano. Cap 8



 Jaejoong había recorrido en su totalidad el apartamento de Yunho y estaba genuinamente impresionado y llena de admiración por todo lo que había en él, especialmente las paredes de cristal que iban del suelo al techo en el salón y en el dormitorio principal.

No hay cortinas — había comentado, sorprendido.


Se había dado cuenta de ello cuando Yunho y él miraban hacia el mar que quedaba más allá. Él había insistido en tomar en brazos a Taemin, que había estado protestando un poco. Jaejoong creía que le estaba saliendo un nuevo diente. En cuanto Yunho lo agarró, el niño sonrió encantado.

No, este rincón del castillo es muy íntimo — reconoció Yunho— Me gusta la libertad de estar tumbado en la cama y ver el cielo estrellado, igual que me gusta poder caminar desnudo por mi propio espacio personal y bañarme desnudo en la piscina. Son placeres sencillos, pero que significan mucho para quien es capaz de disfrutarlos. No hay nada comparable a sentir el manto de la noche sobre el cuerpo desnudo, como una caricia de terciopelo o el sedoso roce del agua sobre la piel desnuda.

No conozco nada de eso — le había dicho Jaejoong, incómodo ante las imágenes que aquellas palabras que se dibujaban en su cabeza le provocaban en el cuerpo.

Bueno, pues esta noche lo sabrás, si así lo deseas — le había dicho Yunho con suavidad. Lo que hizo que Jaejoong se refugiara a toda prisa en la seguridad de la conversación banal en lugar de aceptar la osadía de su proposición, como le pedía su cuerpo.

Para su asombro. Yunho había cocinado él mismo la cena, un plato delicioso de pescado fresco servido con verduras rellenas y pasta en un salsa de delicada textura, aunque él reconoció que su chef lo había preparado con anterioridad.

¿Qué pensará el personal de que cene aquí a solas contigo? — había preguntado Jaejoong con cierta aprensión.

La respuesta de Yunho fue encogerse de hombros.

Pensarán que te he invitado a cenar conmigo en mis aposentos privados.

Nada más... y nada menos.

¿Significaba eso que recibía allí a doceles con regularidad?, se había preguntado Jaejoong. Y entonces tuvo que preguntarse por qué había sentido aquella salvaje oleada de emoción ante la idea.

 Jaejoong había puesto a Taemin a dormir en la cuna de viaje situada en el vestidor de Yunho, así que podría oírlo si se despertaba. Sabía que Yunho estaría esperando a que continuaran con lo que habían empezado antes, pero inexplicablemente se sintió reacio a ir con él. Pero después de haber llegado tan lejos, debía hacerlo, no podía haber marcha atrás si quería ser la umma que Taemin merecía tener.

Aspirando con fuerza el aire, Jaejoong abrió la puerta del vestidor y entró en el dormitorio... que estaba vacío.

Confundido, miró a su alrededor... y se puso tenso cuando Yunho salió del cuarto de baño vestido con un albornoz.

Voy a darme un chapuzón. ¿Por qué no vienes conmigo?

¿Se refería a un baño desnudos? ¿Llevaba algo puesto debajo del albornoz?

A Jaejoong le latía el corazón a toda prisa, y aquel anhelo vibrante que había sentido con anterioridad había dado comienzo de nuevo.

Será mejor que me quede aquí por si Taemin se despierta — respondió con debilidad.

Había una escalera que llevaba desde el dormitorio hasta el patio y la zona de la piscina. Jaejoong se prometió que no miraría a Yunho para averiguar si tenía pensado bañarse desnudo o no. Lo que hizo fue dirigirse con decisión escaleras abajo para hacerse con el vino blanco que había dejado allí antes, cuando había ido a acostar a Taemin.

La música sonaba suave al fondo del salón, pero a Jaejoong le resultaba imposible relajarse. Volvió a subir para estar cerca de Taemin y se movió nervioso por la habitación, bebiendo vino y decidido a no mirar en dirección a la piscina. Esa fue sin duda la razón por la que le pilló completamente por sorpresa que Yunho apareciera por detrás, le quitara el vaso ya casi vacío y lo girara para estrecharlo entre sus brazos.

Bueno, ¿dónde estábamos? — le preguntó él con firmeza antes de silenciar su sorprendido gemido con el duro calor de su boca sobre la suya.

Lo había besado con anterioridad, y más de un vez, así que Jaejoong ya debería saber lo que le cabía esperar. Y así era. Pero esta vez, el efecto de su beso resultaba cien, no, mil veces superior, pensó mareado mientras los dientes de Yunho se clavaban sensualmente en su labio inferior para que su lengua pudiera recorrer el interior de su suavidad. Entonces, cuando Jaejoong se moría por que la hundiera más profundamente, él se retiró para recorrerle con besos delicados las comisuras de los labios.

 Jaejoong no supo en qué momento se puso de puntillas y se apretó salvajemente contra él, hundiéndole los dedos en los brazos, y luego le rodeó el cuello, para abrazarlo lo más cerca que podía mientras sus frustrados sentidos trataban de enseñarle a Yunho lo que deseaba en lugar de aquellas seductoras caricias que lo estaban dejando tan hambriento e insatisfecho.

A algún nivel profundo, Jaejoong supo que debía de haber grabado las palabras de aliento de Yunho.

Sí, eso es... demuéstrame que me deseas — le había murmurado al oído tras retirar la boca de la suya durante unos breves segundos antes de volver para recompensarlo por su buen hacer con la suave presión de su boca sobre la suya.

Milagrosamente, como si hubiera presentido de alguna forma su deseo, Yunho deslizó la lengua más profundamente en su boca con embistes lentos y largos, provocando que Jaejoong se quedara sin fuerzas. Aquello le parecía un remedo del acto sexual.

Al otro lado de la ventana, el patio y la piscina, iluminados cuando Yunho había estado nadando, estaban ahora casi oscuros. La única luz era la que proporcionaban las estrellas y la luna que enviaba trazos de brillo plateado que bailaban tanto sobre el mar como sobre la piscina. Esa misma luz entraba a través de la gigantesca ventana de cristal de modo que las sombras del dormitorio resultaban misteriosas y excitantes, como perteneciente a otro mundo, un mundo de ficción y fantasía en el que Jaejoong podía entrar sintiéndose a salvo, dejando la dureza de la realidad fuera de la poderosa sensualidad del aquí y el ahora.

Al menos eso era todo lo cerca que iba a permitirse estar de analizar su súbita sensación de libertad y de hacer lo que más quería, disfrutar de sus sentidos a cada apasionado embiste de la lengua de Yunho contra la suya. Esa debía de ser sin duda la razón por la que estaba encantado de despojarse de su ropa como si fuera una piel no deseada, quedándose libre para ser acariciado por la noche y por el modo en que Yunho lo estaba mirando.

Perfecto... eres tan perfecto como imaginé.

Aquellas dulces palabras consiguieron que Jaejoong lo mirara con osadía, deseando imitar la facilidad con la que le había quitado a él la ropa para poder devolverle el cumplido. Los músculos del estómago se le pusieron tensos por la excitación. No necesitaba que Yunho se quitara el albornoz para saber que sería la perfección total hecha hombre.

Después de todo, ya había visto la mayor parte de él aquella tarde. La mayor parte, pero no todo...

¿No era contra aquel tipo de pensamientos precisamente contra los que Hyunjoong le había advertido? Jaejoong se debatió durante un segundo entre el pasado y el presente, su antiguo miedo adolescente le heló las venas. Pero un vez más, como si Yunho supiera lo que estaba pensando, lo atrajo hacia sí y lo estrechó entre sus brazos, murmurándole al oído:

Aquí es donde termina lo que empezamos esta tarde y empieza lo que de verdad queremos los dos que dé comienzo.

Yunho lo estaba besando detrás de la oreja, deslizando las puntas de los dedos por un lado de su cuello y luego por el hombro y el brazo, abriéndose camino a besos hacia su boca.

 Jaejoong era muy consciente de él y de su propia excitación física en todas las células de su cuerpo. No había ni una sola partícula de él que no estuviera afectado por sus caricias. No llevaba sujetador, ya que su ropa no lo requería, y ahora, el único soporte que querían sus senos eran las manos de Yunho mientras lo besaba. Sus pezones anhelaron todavía más su contacto mientras él se los pellizcaba suavemente con los dedos pulgar e índice. Aquello despertó una tormenta de sensaciones en su interior que lo obligó a gritar, porque apenas se veía capaz de soportar la intensidad.

En respuesta, Yunho se dirigió de nuevo hacia la cama, llevándoselo consigo cuando se sentó en el colchón, sujetándolo entre sus piernas abiertas y manteniéndolo allí mientras le recorría primero un pezón y luego el otro con la punta de la lengua, despacio primero y con más fiereza después.

 Jaejoong dejó caer la cabeza hacia atrás y arqueó la espalda. Estaba perdido, era prisionero de su propio deseo. Sintió el brazo de Yunho sosteniéndolo, tan firme como un barra de hierro, manteniéndolo a salvo mientras le provocaba espirales de calor líquido en el vientre con los dedos de la mano que tenía libre, deslizándose más abajo, hacia la tenue barrera de sus boxers de seda, húmedos ahora por su salvaje deseo.

Yunho acarició la cabeza de su sexo a través de la delicada tela. Fue un roce leve que volvió loco a Jaejoong y lo hizo desear algo más intenso, más íntimo.

Los labios de Yunho se abrieron sobre uno de sus pezones, su lengua embestía e investigaba, y entonces sus dientes le mordieron suavemente la delicada piel. Al mismo tiempo le deslizó una mano bajo los boxers y acarició su miembro.

 Jaejoong no se escuchó a sí mismo soltando aquel grito agudo de deseo, pero Yunho sí lo oyó.

En algún lugar de lo más profundo de su consciencia, supo que el deseo que sentía por aquel joven se le había ido de las manos. Pero por una vez no estaba dispuesto a escuchar a su voz interior de advertencia. La excitación de Jaejoong, su entrega absoluta y total, que significaban que confiaba en que Yunho lo satisfaría, lo abrumaban.

Quería conocerlo a fondo, tomarlo y llenarlo con el resultado de su propio deseo hacia él. Quería escuchar los gritos de su orgasmo. Quería tocarlo y darle placer con las manos, con los labios, con palabras y en silencio, hasta que fuera completa y absolutamente suyo.

Yunho le bajó la ropa interior, aspirando su aroma dulce y almizclado, y sintió cómo su propio cuerpo se alzaba en un tsunami de deseo. Se deslizó hasta al suelo sin dejar de sujetarlo, abriendo mucho las manos sobre sus redondeadas nalgas, acariciándoselas de forma erótica mientras le besaba el interior del muslo.

 Jaejoong estaba total y absolutamente perdido, prisionero de un mundo que creyó que nunca conocería, un mundo en el que la mera sensación de un respiración contra su piel bastaba para amenazar con que su deseo se desbordara. La lenta caricia de los labios y la lengua de Yunho en el interior de su muslo lo llevaron a defenderse contra la creciente presión de su propio deseo, y trató de reprimirlo.

Pero ya era demasiado tarde.

Esto es lo que quería hacer esta tarde — murmuró Yunho con voz gutural.

Aquellas palabras abrieron la presa del deseo de Jaejoong, dando como resultado las contracciones de su cuerpo en una marea de sensaciones que era incapaz de contener.

Así que aquello era un orgasmo... esto era lo que se había estado negando a sí mismo durante todos aquellos años cuando se despertaba de un sueño, sabiendo en cierta forma lo que lo estaba esperando, pero sintiéndose demasiado temeroso como para hacer algo al respecto por culpa de Hyunjoong. Ahora Yunho le había enseñado a disfrutar de su propio placer.

Él lo estaba sujetando entre sus brazos, Jaejoong tenía el cuerpo inerte y satisfecho y los labios curvados en una sonrisa cuando se acercó a su oído y le susurró:

Gracias.

La piel de Yunho sabía a calor, y lo tentaba para echarle los brazos al cuello, guiándose por el instinto de prolongar su intimidad.

Yunho debería enviarlo de regreso a su propia habitación. Las cosas habían avanzado lo suficiente por el momento. Él se moría por dar rienda suelta a su pasión no concluida, pero el propósito del ejercicio no era satisfacer su deseo.

Pero Jaejoong no regresaría a su dormitorio por su propio pie. Ahora mismo se estaba quedando prácticamente dormido entre sus brazos, y no pensaba cargar desnudo con él hasta allí, cuando en su cuarto había una cama estupenda, se dijo Yunho. Retiró las sábanas y metió a Jaejoong en la cama, tapándolo antes de ir a ver cómo estaba Taemin.

El bebé dormía plácidamente con las largas pestañas ocultando unos ojos que eran una copia exacta de los suyos. Yunho se quedó mirándole durante varios segundos, mofándose mentalmente del gran impacto que aquel pequeño ser humano provocaba en sus emociones. Taemin no era su hijo, y sin embargo sentía tantas ganas de protegerlo como si lo hubiera engendrado él.

Su padre no debía mimar y estropear a aquel niño como había hecho con Yoohwan. Y la mejor forma de asegurarse de que eso no ocurriera era que Jaejoong encontrara a un compañero que protegiera a Taemin como si fuera suyo. Yunho sintió entonces como si lo estuvieran desgarrando por dentro.

¿Qué le pasaba? Ésa era un de las razones de aquella noche de intimidad, ¿verdad? Se trataba de que Jaejoong se sintiera lo suficientemente seguro de sí mismo como para poder encontrar un hombre para él.

Si se sentía así, era porque Taemin era un Jung. Porque tenía grabado a fuego que los niños Jung, sobre todo los que carecían de padre, debían criarse allí en Sicilia.

Se estaba volviendo como su padre, pensó Yunho. Todavía tenía el cuerpo tenso por el deseo insatisfecho. Debería ir a darse otro baño. Pero por alguna razón, lo que hizo cuando regresó a la habitación fue quitarse el albornoz y acostarse en la cama al lado de Jaejoong, estrechando su cuerpo dormido entre sus brazos.



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7 comentarios :

  1. pues las clases de Yunho han dejado satisfecho a Jae pero el se quedo con ganas de Jae pues ahora que despierte Jae que le de otra lección y que terminen juntos así los dos se desahogan de lo que tienen dentro y que Yunho se quede con Jae pues ya los dos se han enamorado de el otro pero no se han dado cuenta de ello y no creo que ninguno de los dos soporte ver a el otro con otra pareja que no sean ellos dos Juntos
    Gracias me encanta la historia estaré esperando por mas

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  2. Yo opino q debió seguir jejeje. Ahhhhhh waw jejeje eso estuvo😗😿👍👌 jejeje Yunho esta empezando a sentir algo por Jae... uhhh gracias X compartir. Besos

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  3. Ojala que Yunho se de cuenta rápido que esta enamorado de Jaejoong y lo pueda ayudar a ser un buen doncel y se quede con el y Taemin y que nadie les pueda hacer daño y sean muy felices

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  4. Jaejoong cada vez va dejandose guiar por yunho y dejando atras todo lo malo *.*

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  5. Jaejoong cada vez va dejandose guiar por yunho y dejando atras todo lo malo *.*

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  6. Muy bien Yunho es un magnífico maestro y Jaejoong es un buen alumno al recibir sus clases muy detalladamente ahora que llego la clase de satisfacción total por parte de Jae porque Yunho aun le fatal XD ahora que pasara Yunho esta confundido quiere que Jae consiga un hombre que lo ame y que proteja a Taemin pero el quiere protegerlos

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  7. Ay Yunho eres un encanto de hombre¡¡¡ lejos de abusar de esa necesidad en Jae por experimentar su plaser lo llevas de la mano con pasiencia y candor evitando que reulla y tema avanzar. Me encantó que su deseo por despertar a Jae lo este llevando a descubrir en él el amor que cree no pudía encontrar. Ay que emoción sintió temor de que Jae y el bebé se alejen de él♡♡♡♡♡.

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