domingo, 21 de agosto de 2016

Poder Siliciano. Cap 7

 

He estado pensando — anunció Yunho inclinándose hacia delante sobre la mesa de hierro de la terraza, donde estaban sentados tomando el aperitivo.

Acababa de llegar de Florencia hacía media hora. Jaejoong lo había visto conduciendo hacia el castillo y detenerse luego en la entrada pavimentada. Había visto sus hombros musculosos saliendo del coche, y luego subir las escaleras de mármol que llevaban a la entrada principal del castillo.


Tenía la camisa desabrochada a la altura del cuello, pero el brillo del sol de última hora de la tarde hacía que su camisa se transparentara y pudiera distinguir el viril vello suave que cruzaba su pecho hasta su vientre. Había algo muy sensual en aquel vello, algo muy íntimo.

No era que Jaejoong hubiera estado esperando que volviera. La única razón por la que estaba en la planta inferior y por la tanto podía presenciar su llegada a través de un de las ventanas del salón era que Maria había insistido en enseñarle la zona de recepción de la casa.

El castillo era enorme, con bodegas, áticos y tres y en ocasiones cuatro pisos. Tenía tres torres, un gigantesco salón de baile, y se trataba de hecho de una combinación del castillo original y un palacio del siglo XVIII que había construido uno de los antepasados de Yunho para ampliar el edificio original.

Yunho se había cambiado y llevaba ahora un par de pantalones vaqueros gastados, camisa de lino blanco y mocasines suaves. Parecía relajado, mientras que Jaejoong se sentía incómodo con su nueva ropa. No quería que Yunho pensara que había tratado deliberadamente de estar más atractivo para él. No era eso. Sencillamente, había agarrado lo primero que encontró después de que Yunho entrara en el salón en el que él estaba con Maria y le pidiera que se reuniera con él en la terraza para tomar un copa antes de cenar.

Aquella noche sería la primera vez que cenaba con Yunho desde su llegada. Antes siempre cenaba solo en su habitación y no le importaba, se dijo para sus adentros.

No era culpa suya que la ropa que había agarrado resultara ser ajustada, sin mangas y de color miel. Cuando lo vio colgado en la pecha le pareció de lo más normal, y por eso lo escogió y se lo puso antes de calzarse un par de sandalias. Era umma de un bebé de seis meses, y no tenía intención de subirse a unos tacones por si se tropezaba y le hacía daño a Taemin.

Ni siquiera había mirado su imagen en el espejo antes de salir del dormitorio, sencillamente se pasó un cepillo por el pelo y se puso un poco de brillo de labios antes de echarse un poco de la deliciosa colonia que le había recomendado la asesora de imagen. Luego agarró a Taemin y se dispuso a salir de la habitación.

Fue entonces cuando se miró de reojo en el espejo de cuerpo entero y se dio cuenta de cómo se le ajustaba la ropa a las curvas del cuerpo. Era demasiado tarde para volver y cambiarse, pero se consoló pensando que estaría sentado, y que el escote del ligero suéter, que se ataba al cuello, no revelaría mucho.

Pero Yunho ya estaba en la terraza esperándolo, y se acercó a él para tomar a Taemin en brazos. Entonces, lo examinó en silencio de un modo intenso. El corazón de Jaejoong se aceleró al pensar en el modo en que le había sonreído antes de subir a Taemin en la trona que estaba preparada al lado de la mesa.

Pero no era en la forma en que Yunho le había sonreído cinco minutos atrás en lo que debería concentrarse, se advirtió Jaejoong. Era en lo que estaba diciéndole él. ¿En qué había estado pensando? ¿Habría cambiado de opinión respecto a su plan de convertirlo en un docel sexualmente moderno?

Por supuesto, si ese era el caso, él se sentiría aliviado en muchos sentidos.

Muy aliviado.

 Jaejoong le dio un breve sorbo a su bebida. Normalmente no tomaba alcohol, pero el vino rosado que Yunho había insistido en que probara estaba delicioso. Jaejoong podía sentir cómo se le relajaba la tensión del estómago mientras trataba de respirar con normalidad.

Cuando estuve en Florencia, hablé con un miembro de la familia de mi madre. Una de las antiguas casas de la familia está siendo vaciada de sus tesoros, incluidos los libros de la biblioteca, y muchas de las cartas familiares. Me ha preguntado si podríamos guardar los libros aquí, y por supuesto he dicho que sí.
»La historia de la familia de mi madre es muy interesante. En el siglo XV eran comerciantes de seda que compraron un título nobiliario y terminaron convirtiéndose en gente muy rica y bien relacionada. El matrimonio de mis padres fue concertado entre mi padre y el tío de mi madre por motivos de mutuo beneficio económico y social. Sin embargo, mi padre nunca permitió que nuestra madre olvidara que, mientras la familia de él descendía directamente de la nobleza, la suya descendía de comerciantes.

Tu madre debió de sentirse muy herida — dijo Jaejoong con empatía.

Sufrió mucho por la crueldad de mi padre. Cuando éramos niños, creíamos que nuestra madre no nos quería lo suficiente como para desear vivir, pero por supuesto, ésa no era la realidad. La realidad fue que murió por complicaciones en el parto tras dar a luz a Yoochun.

 Jaejoong imaginó a los tres niños huérfanos llorando a su madre. Su corazón sintió lástima por esos pequeños, y se visualizó como una madre que los abrazaba... especialmente a Yunho, que seguro que se mostró decidido a contener sus propias lágrimas para consolar a sus hermanos.

Crecer sin madre debió de ser horrible para vosotros.

Igual que debió de serlo para ti crecer sin padre. Esa experiencia es algo que compartimos. Si te decides a aprender italiano, algún día podrías leer la historia de las familias de mis padres. La biblioteca del castillo alberga muchos diarios personales.

Los ojos de Jaejoong se iluminaron al instante por la emoción.

Nada me gustaría más — admitió.

Entonces haré algunas averiguaciones y te buscaré un profesor. O si lo prefieres, podrías dar un curso en Florencia. El apartamento que tengo allí es lo suficientemente grande como para quepáis cómodamente Taemin y tú.

Estaba siendo encantador. Mientras lo escuchaba, Jaejoong había vaciado casi por completo su copa de vino rosado.

Oh, no, yo no quiero más — dijo cuando él trató de servirle más de la botella— Normalmente no bebo — comenzó a decir.

Pero Yunho no le hizo caso y continuó sirviéndole.

Por supuesto, no estoy a favor de que nadie beba en exceso, pero es importante que aprendas a beber un par de vasos de vino sin que se te suba a la cabeza. Eso te dará confianza en una situación social. Verás: he estado pensando en Taemin y en ti cuando estaba en Florencia.

A Jaejoong se le aceleró de nuevo el corazón, así que bebió otro sorbo de vino.

Estaba muy bueno, y sintió cómo empezaba a relajarse.

Si quieres tener una vida propia, entonces necesitarás a alguien en quien puedas confiar para que cuide de Taemin en tu ausencia.

No quiero que nadie más cuide de él — protestó Jaejoong— Le quiero y quiero estar con él.

No es sano que una madre y un hijo se tengan sólo el uno al otro. En las familias italianas, normalmente hay alguien que ayuda a la madre. No la dejan sola criando a su hijo. Ya he hablado con Maria y me ha dicho que tiene una prima que ha estudiado puericultura. Su marido y ella han regresado hace poco a vivir en la isla, y ya lo he arreglado para que ella venga al castillo a hablar contigo. Puedes entrevistarla. Si decides que te gusta, entonces tú también le estarás haciendo un favor a ella.

«Nobleza obliga», pensó Jaejoong, pero sabía que lo que Yunho decía tenía sentido, así que asintió con la cabeza y dijo:

Taemin se está quedando dormido. Será mejor que lo suba y lo meta en la cama.

Yo lo subiré — fue la respuesta de Yunho, que se levantó para acercarse a la trona del niño— Tengo la sensación de que, si dejo que desaparezcas solo escaleras arriba, no volverás a bajar. Y como ya sabes, tenemos un asunto del que hablar.

 Jaejoong se alegró de no tener a Taemin en brazos, porque sospechaba que hubiera corrido el riesgo de que se le cayera, así de fuerte fue el efecto de las palabras de Yunho en él.

No tardó mucho en acostar a Taemin. Era un bebé maravilloso. Jaejoong le sonrió con amor y lo besó en la frente, conteniendo el aliento al ver que Yunho había salido de la salita que comunicaba su dormitorio con el cuarto de Taemin y estaba allí de pie mirándolo.

Taemin tiene mucha suerte de contar con una madre tan dedicado

¿Estaría pensando en su propia madre, y en cómo sus hermanos y él habían pensado que no los quería lo suficiente como para vencer a la muerte y quedarse con ellos?

 Jaejoong se sintió inclinado a consolarlo.

Estoy seguro de que tu madre os quería a todos, Yunho, y que deseaba estar con vosotros, aunque siendo niño no lo vieras sí.

Le había colocado la mano en la manga mientras hablaba, tocándole el brazo con un gesto tierno que le salía natural, pero ahora, cuando Yunho se acercó más a él y sintió el calor de sus músculos duros bajo los dedos, un sentimiento muy distinto al que había originado el gesto se apoderó de él, obligándolo a retirar la mano y girarse rápidamente hacia la puerta con el rostro encendido.

Tienes un naturaleza muy compasiva — le escuchó decir a Yunho mientras iba tras él— Y creo que tienes razón. Ahora que soy adulto, lo que siento por mi madre es lástima, no la desesperación que su muerte me provocó siendo niño. Ella solía decir que tenernos fue su deber y que ella había hecho un sacrificio.

 Jaejoong tuvo que hacer un esfuerzo para no mostrar su conmoción. Pobre mujer. Debió ser terriblemente infeliz para haberle hablado así a su hijo, en lugar de protegerlo de su propia infelicidad. Él nunca le haría eso a Taemin, ¡nunca! Quería que creciera completo y feliz, y libre de cualquier sentimiento de culpa respecto a él o a sí mismo.

Cenaron. Tomates a las hierbas con queso fundido para empezar, y después un plato de pollo a la brasa con pasta que estaba delicioso, Jaejoong ya sabía por Maria que la mayoría del personal del castillo era del pueblo, y que sus familias habían vivido y trabajado en las tierras de los Jung durante incontables generaciones, incluso el chef.

 Jaejoong se había bebido otra copa de vino con la cena, y ahora Yunho y él estaban terminando el café que les había llevado la doncella. Jaejoong estaba muy nervioso. Durante toda la cena, Yunho había respondido a sus preguntas curiosas sobre la naturaleza feudal de la zona y las relaciones entre su padre el viejo príncipe y la gente que lo miraba casi como si fuera su gobernante. En ningún momento había hecho referencia al hecho de que él no le había comunicado todavía su decisión.

La actitud de mi padre hacia la tierra y la gente es feudal — le estaba diciendo Yunho ahora— Y eso es motivo de gran preocupación para mí y para mis hermanos. Todos hemos sido afortunados al haber sido beneficiados económicamente a través de la familia de mi madre, y de haber triunfado en el mundo de las finanzas modernas. Yo estoy comprometido a darle a nuestra gente la oportunidad de vivir en un mundo moderno, a pesar del deseo de mi padre de mantenerlos encerrados en el pasado. Y hablando de gente atrapada en el pasado — Yunho se puso de pie— creo que nos vendría bien dar un paseo por el jardín para digerir la cena. Y mientras paseamos podrás decirme cuál es tu decisión respecto a la proposición que te hice antes de ir a Florencia.

A Jaejoong se le escapó el aire de los pulmones en un suspiro.

¿Qué pasa? — preguntó Yunho cuando él se puso de pie.

Creí que tal vez hubieras cambiado de opinión, y que por eso no lo habías mencionado — confesó Jaejoong.

¿Lo creías o lo esperabas? — lo retó Yunho guiándolo hacia los escalones que llevaban a los jardines.

Estaba más oscuro que en la terraza. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Jaejoong. La noche estaba llena de peligros ocultos... ¿o era de promesas ocultas?

¿Qué diablos lo había llevado a pensar eso?

La luna, nueva y brillante, proporcionaba la luz justa para dibujar la silueta de las montañas y los campos cercanos al castillo de los Jung. Su hijo formaba parte de todo aquello, pero también era parte de él. En algún lugar chilló un pájaro, sobresaltando a Jaejoong y provocando que se tropezara. Yunho se movió al instante para sujetarlo, colocándole una mano en la espalda y agarrándole la muñeca con la otra.

¿Lo había girado hacia su cuerpo, o fue él quien lo hizo? Jaejoong no lo sabía. Pero sí sabía que era muy consciente de su presencia. Podía aspirar el aroma de su piel, y aquello lo transportó al instante al momento en que se conocieron.

¿Tienes frío?

¿Habría sentido cómo se le ponía la piel de gallina? Seguramente sí. Pero no era por culpa del frío. El aire nocturno era suave y delicioso.

Es tarde — le dijo Jaejoong nervioso mientras miraba implorante hacia el castillo.

Demasiado tarde para cambiar de opinión — le dijo Yunho.

Se había acercado a él. Demasiado. Estaban cara con cara. Yunho tenía todavía la mano en la espalda de Jaejoong, ejerciendo cierta presión, mientras que con la otra mano...

 Jaejoong tuvo que tragar saliva. Las yemas de los dedos de la otra mano le estaban acariciando suavemente el brazo desnudo. Unas lenguas de fuego recorrieron sus venas. Jaejoong temblaba ahora completamente, le resultaba imposible ocultar su reacción ante él.

Hizo un breve intento de enfrentarse a él, recordándole tembloroso:

Todavía no te he comunicado mi decisión.

Estaba tan cerca de él, que podía sentir su pecho estremeciéndose mientras se reía.

Sí, la has tomado — lo corrigió él— Me lo comunicaste cuando te llené la copa de vino y temblaste. Me lo comunicaste cuando me miraste a la boca durante la cena, y ahora mismo cuando te has estremecido con mi contacto. Con eso me has dicho que estás listo para que te excite. Tu cuerpo le ha mostrado al mío su curiosidad y su interés.

 Jaejoong abrió la boca para objetar, para decirle que estaba equivocado, pero el pájaro volvió a chillar, y él contuvo el aliento y se acercó más a Yunho.

Aquello era lo peor que podía hacer. El brazo de Yunho lo rodeaba ahora, sujetándolo contra su cuerpo mientras que el de él temblaba impotente bajo las lentas caricias de sus dedos en el brazo.

De alguna forma, sin saber lo que estaba haciendo, Jaejoong le había agarrado la otra mano.

¿Qué se siente? — le preguntó Yunho con dulzura mientras le rozaba con delicadeza el brazo con los nudillos.

No lo sé — mintió Jaejoong. Pero por supuesto que lo sabía. Se sentía algo peligrosamente erótico.

Podía sentir los pezones tirantes bajo la camisa mientras el calor se apoderaba de la parte inferior de su cuerpo y el interior de los muslos comenzaba a latirle. Aquella sensación se extendió desde allí al resto del cuerpo.

 Jaejoong deseaba con toda su alma cerrar los ojos y sencillamente apoyarse en Yunho para que él lo abrazara y lo acariciara con aquellas manos mágicas que se morían por recibir sus caricias.

El pánico se apoderó de él y tuvo que apartarse. Todo contra lo que Hyunjoong lo había advertido surgió de pronto en su cabeza, llenándolo de desprecio por sí mismo.

El docel que quería ser y el niño que fue lucharon el uno contra el otro por tomar posesión de su mente.

Yunho se había apartado de él, y lo tenía sujeto de una mano mientras lo adentraba en el jardín. El peligro había pasado y estaba a salvo. Pero, ¿quería estar de verdad a salvo? ¿No había habido un momento, sólo uno momento, en el que anticipó el contacto de su boca en la suya con deseo?

Eres un joven al que resulta extremadamente fácil desear — le dijo Yunho. Su voz lo hizo detenerse y girarse para enfrentarse a él.

No hace falta que me digas ese tipo de cosas. De hecho, preferiría que no lo hicieras. No soy un estúpido, aunque mi falta de experiencia sexual resulte patética. Sé perfectamente que sólo estás intentando ser amable conmigo y aumentar la confianza en mí mismo. Un hombre como tú no podría nunca encontrarme deseable.

La luz de la luna caía directamente sobre el rostro de Yunho, marcando sus rasgos viriles y provocando en Jaejoong una oleada de dulce deseo. ¿Qué le estaba ocurriendo? Fuera lo que fuera, estaba sucediendo demasiado deprisa.

Como tú mismo has reconocido, no sabes nada de las necesidades y los deseos de los hombres. Por lo tanto, no estás cualificado para saber si te encuentro deseable o no — Yunho rechazó su argumento con determinación, añadiendo— Descubrir que tienes la habilidad de excitarme sin hacer otra cosa que dejarme ver y sentir tu respuesta a mis caricias me resulta tan poco familiar como a ti.

Yo... me siento halagado de que tú...

¿De qué te encuentre deseable? ¿De qué estar aquí bajo la luna contigo me excite? Debemos tomarnos las cosas con calma para que no pierda la cabeza y pierda por tanto mi eficacia como profesor para ti.

El rostro de Yunho quedaba ahora entre las sombras, pero Jaejoong distinguió por su tono de voz que estaba sonriendo, lo que significaba que era poco probable que llegara a perder la cabeza, como acababa de comentar. Y eso era un alivio para él. Por supuesto que sí. Lo último que deseaba era que Yunho se excitara tanto durante su intimidad, que perdiera el control y le hiciera el amor de forma apasionada...

¿Verdad?

Tengo que entrar. No me gusta dejar a Taemin solo.

No te preocupes. Le he pedido a Maria que le eche un ojo. Sabía que tu instinto maternal te tendría intranquilo.

Antes de que Jaejoong pudiera darle las gracias, Yunho continuó.

Dentro de una semana o así, cuando ya estés completamente instalado, me gustaría tomarme un día libre para enseñaros a Taemin y a ti algo de la isla.

Una semana o así parecía un tiempo lejano en la distancia y bastante seguro, así que Jaejoong pudo decir:

Gracias, eso me gustaría — después de todo, era la verdad.

Ahora estaban en lo más profundo del jardín, ocultos de la luz de la luna por las ramas de un árbol. Y sin embargo, Yunho se las arregló de todas maneras para dar con su frente y depositarle allí un suave beso.

Ahora puedes relajarte — le dijo— Porque la primera lección ya casi ha terminado.

Sólo espero que no tengas pensado hacerme exámenes — respondió Jaejoong, sintiéndose aliviado. Pero cuando Yunho se rió, se dio cuenta de que se había equivocado.

Oh, por supuesto que sí — le aseguró él— Y para ver si has prestado atención a las lecciones, te pediré que me repitas las caricias que yo te he hecho. Pero todavía no.

Yunho esperaba que él lo acariciara, que le provocara aquellos mismos escalofríos de placer. ¡Imposible!

Sólo hay una cosa más que quiero hacer esta noche antes de dejarte escapar.

¿Una cosa más? Jaejoong volvió la cabeza hacia él, y como si eso fuera exactamente lo que estaba esperando Yunho, le sujetó la cara con la palma de la mano y luego le acarició los labios entreabiertos con el pulgar. Jaejoong perdió el control, permitiendo que su cuerpo y su sensualidad tomaran el mando.

Yunho lo estaba rodeando con el brazo, sujetándolo mientras su dedo pulgar le recorría los labios entreabiertos. Sin tener siquiera que pensar en ello, Jaejoong le rozó el pulgar con la punta de la lengua explorando su textura y su sabor, acariciándolo, volviéndose más osado al darse cuenta de lo poderoso que lo hacía sentirse hacerse con el control.

Estaba tan sumido en la excitación que le provocaba lo que estaba haciendo que al principio ni siquiera se dio cuenta de que Yunho había retirado el pulgar y lo había reemplazado por la boca hasta que empezó a besarlo.

No tenía forma de rechazarlo, ni tampoco tendría sentido. Sus labios, todo su cuerpo estaban ya abiertos para él y para la fiera sexualidad de sus besos. Yunho le estaba sujetando el rostro con ambas manos, acariciándole la piel mientras lo besaba más apasionadamente, probando con la lengua la dulce suavidad de su boca mientras subía los dedos hacia sus orejas y la zona tan sensible que había justo detrás de ellas.

 Jaejoong se escuchó a sí mismo gemir con los besos de Yunho. Se retorció y luego se apretó con ansia contra su cuerpo. Experimentó la salvaje desilusión y la sensación de pérdida cuando Yunho apartó su boca de la suya... y luego se lanzó de cabeza hacia el dulce placer que llegó cuando sus labios le acariciaron todo el cuello, desde la oreja al hombro, y luego otra vez hacia el escote. La oscura cabeza de Yunho estaba inclinada sobre él, animándolo a deslizar los dedos por su pelo.

Era como estar en una montaña rusa.

 Jaejoong podía sentir el corazón latiéndole con tanta fuerza que parecía que se le fuera a salir del cuerpo. Y luego se dio cuenta de que aquel latido que escuchaba tan poderoso no provenía de su corazón, sino del de Yunho. Una deliciosa sensación de triunfo y de placer lo atravesó, pillándolo desprevenido con su intensidad. Yunho estaba disfrutando besándolo. A él, un docel que no se consideraba en absoluto un docel como había que ser.

La gratitud y la euforia se apoderaron de él, pero quedaron olvidadas al instante cuando Yunho volvió a besarlo, apoderándose de su boca y cubriéndola con la suya, buscando y encontrando su lengua y acariciándola de forma erótica mientras le deslizaba las manos por el cuerpo, apenas rozándole los senos con las palmas.

 Jaejoong se puso tenso al instante, el placer del momento se rompió al darse cuenta súbitamente de que las cosas estaban yendo demasiado rápido.

Yunho lo soltó, como si él también se hubiera dado cuenta de ello, y apoyó la frente contra la suya durante un segundo, antes de decir con voz ronca:

Menos mal que la ropa que llevas no tiene cremallera, porque en ese caso ahora mismo te estaría acariciando los senos, descubriéndolos con las manos y los labios. Hay algo increíblemente erótico en la visión del cuerpo desnudo de un docel bajo la luz de la luna, acariciado por sus rayos plateados.

 Jaejoong se estremeció salvajemente y se apartó de él.

Tengo que irme.

— reconoció Yunho— Creo que debes hacerlo... a menos que quieras que lleve la lección de esta noche más lejos de lo que tenía pensado.

No le estaba preguntando si quería que le hiciera lo que acababa de describirle, ¿verdad?, pensó Jaejoong mareado. No era posible. Los sentidos de Jaejoong oscilaban entre el miedo y la excitación. Estaban todavía muy lejos de aquel paso, se tranquilizó. En realidad, no estaba muy seguro de ser capaz de llegar tan lejos.


>>> ♥ <<<


 Jaejoong no podía dormir. Lo había intentado, lo había intentado con todas sus fuerzas. Pero cada vez que cerraba los ojos era como si regresara de nuevo al jardín con Yunho. De hecho, las imágenes que se le aparecían resultaban tan nítidas tras los párpados que era casi como si estuviera sintiendo a Yunho además de viéndole. Su calor contra su cuerpo, sus caricias sobre su piel, su olor, sus besos, su voz sensibilizando su ya sensibilizada cabeza cuando le dijo lo que iba a hacerle.

No tenía sentido. Jaejoong apartó las sábanas y sacó los pies de la cama para ponerlos en el suelo. Hacía tanto calor aquella noche que incluso el fino camisón de algodón que llevaba puesto le molestaba sobre la piel. ¿Sería porque lo que de verdad deseaba era sentir el tacto de las manos de Yunho?

Aquello era ridículo. Se alegraba, por supuesto, de estar redescubriendo su sexualidad. Pero no esperaba sentir algo tan... intenso. Había imaginado que se sentiría nervioso e inseguro, demasiado ansioso como para disfrutar de verdad de lo que estaba ocurriendo, pero parecía como si Yunho le hubiera lanzado algún hechizo mágico que hubiera hecho que sus miedos se evaporaran.

 Jaejoong se acercó al cuarto de Taemin, que estaba profundamente dormido, como debería estarlo él y como sin duda estaría Yunho.


>>> ♥ <<<


Yunho se quedó mirando sin ver nada la pantalla del ordenador que tenía delante. Incapaz de dormir, decidió aprovechar el tiempo para trabajar en una de sus comisiones de arquitectura.

Le encantaba su trabajo. Estaba seguro de que el amor que sentía por la belleza de los edificios de Florencia era herencia de su madre, porque Florencia era su ciudad natal. A Jaejoong le gustaría la ciudad, y a él le gustaría verlo disfrutar. Como le había gustado verlo disfrutar aquella noche...

No tenía sentido mentirse a sí mismo. La verdad era que la intensidad del deseo que sentía por él le había pillado con la guardia baja.

Se reclinó en la silla y exhaló lentamente el aire. El objetivo de su misión no era su placer, sino redescubrir la sexualidad perdida de Jaejoong. Y si él había experimentado excitación y deseo aquella noche hacia él, entonces debía asegurarse de que no volviera a suceder para que no perder el control.

Se puso de pie y se dirigió a la ventana. Su apartamento privado estaba situado en la parte original del castillo del siglo XII, que él mismo había remodelado para hacerse una vivienda moderna. Las paredes habían recuperado la piedra natural, y los suelos también eran los originales de piedra en el apartamento de dos pisos. Los daños producidos en el muro exterior en uno de las zonas le había permitido, con técnicas modernas de construcción, reemplazar el muro derrumbado por un pared de cristal que iba del suelo al techo y que daba al patio de piedra y la gigantesca piscina que se fundía visualmente con el propio mar.

Dentro de la zona que Yunho había rehabilitado había sitio suficiente para hacer una habitación interior con cristales y paredes pulidas en la que había una cocina moderna que también tenía vistas al mar.

Una escalera de metal llevaba a un rellano en forma de galería y a las tres habitaciones, cada uno con su propio cuarto de baño y su vestidor. El apartamento estaba amoblado con los mejores muebles modernos italianos hechos en materiales naturales, como cuero y madera, y también había piezas de arte.

El apartamento era un espacio limpio y abierto que rezumaba luz. ¿Sería el antídoto contra el amor que sentía su padre hacia el secretismo y el control? Yunho frunció el ceño. Estaba escarbando demasiado en su interior, y no había ninguna necesidad. Prefería pensar en Jaejoong en lugar de en su propia infancia. Tenía sus dudas de que él aprobara completamente su apartamento. No lo encontraría adecuado para un niño. Su ideal sería sin duda algo más parecido a la villa que su segundo hermano había comprado a las afueras de Florencia para su esposo, un casa elegante, grande y familiar en la que cabrían muchos niños y se sentirían cómodos y seguros.

Sin embargo, su obligación como hermano mayor era seguir allí. Cuando su padre muriera, la gente esperaría que él estuviera allí.

Pero lo que le preocupaba en aquel momento eran las necesidades de Jaejoong y Taemin, más que las de los suyos.

 Jaejoong. Estaba invadiendo sus pensamientos y sus sentidos con más profundidad de lo que había esperado. Pero no era culpa de él.

A Yunho le había quedado claro que Jaejoong no tenía ni idea de cuánto le había excitado sentir su cuerpo temblando salvajemente sólo porque lo había acariciado. Una reacción así podía hacer que a un hombre se le fuera la cabeza con suma facilidad, y podía convertirlo a él en alguien demasiado vulnerable.

Su cuerpo protestaba. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había tenido una relación. El hecho de que tantas mujeres y doceles se hubieran lanzado sobre él con tanta intensidad y tanta frecuencia durante su juventud, había provocado que fuera muy meticuloso con las parejas con las que salía, y además se había vuelto un cínico respecto a la posibilidad de encontrar el amor. En un sentido práctico, era importante que su esposa comprendiera el compromiso con su gente, y que estuviera dispuesta a compartir ese compromiso con él. Pero era igual de importante para él que, en su matrimonio, ambos cónyuges se fueran fieles. La aventura de su padre había provocado que aborreciera la infidelidad. Sus hermanos tenían mucha suerte. Habían contado con la buena fortuna de enamorarse y ser correspondidos.

Él, por su parte, tenía que equilibrar sus propias necesidades con las necesidades del apellido Jung y su gente. Pasión y vida práctica. ¿Podían ir juntas? ¿O habría que sacrificar un de ellas para poder tener la otra?

En ese caso, Yunho debía optar por la vida práctica en beneficio de los demás, por encima de la pasión.

Su cuerpo seguía protestando por un deseo no satisfecho.

Si cerraba los ojos, le resultaría muy fácil imaginar a Jaejoong, no como estaba en el jardín, sino de un modo mucho más íntimo. Allí con él en aquel momento, vestido únicamente con la luz de la luna, que platearía hermoso pecho y convertiría sus pezones en oscuras olivas. Sabría a brisa nocturna y a piel cálida, y su respiración temblaría por el deseo. Gritaría mientras Yunho lo besaba y lo abrazaba. Y él...

Él no haría otra cosa más que recordar cuál era su papel en la vida de Jaejoong, se dijo con aspereza.


>>> ♥ <<<


Pensé que esta noche deberíamos concentrarnos en las pequeñas cosas que puede hacer un hombre para demostrar que se siente atraído por un docel.

Acababan de terminar de cenar. Taemin estaba dormido, y él tenía los nervios tan de punta que estaba seguro de que Yunho se estaba dando cuenta. Habían pasado cinco días desde que lo besó. Cinco días enteros. Y ni uno sólo de ellos había dejado de revivir aquel beso un y otra vez.

¿Las cosas pequeñas? — repitió Jaejoong. No debía sentirse desilusionado. No debía desear que Yunho volviera a besarlo. ¡No debía!

— le confirmó él— Por ejemplo, el hombre puede sostener la mirada del docel durante un poco más de tiempo del necesario.

Yunho le colocó la mano suavemente en la barbilla y giró el rostro de Jaejoong hacia el suyo y un poco hacia arriba, de manera que su mirada se dirigiera directamente hacia la de él y Jaejoong pudiera percibir el modo lento en el que la acariciaba casi físicamente con los ojos.

Una oleada de tensión recorrió las terminaciones nerviosas de Jaejoong, el corazón empezó a latirle con fuerza. Le resultó imposible no abrir los labios, y también no mirarse indefenso en sus ojos. Yunho lo estaba mirando de un modo que le cortaba la respiración. La sangre se le agolpaba en los oídos en una mezcla de debilidad y excitación que lo atravesaba.

Yunho sabía que tenía que romper el hechizo que él mismo había creado, y que ahora lo envolvía con su sensual misterio. El mero hecho de mirar la boca de Jaejoong le hacía desear sentirla bajo la suya, y sentir la dulzura de su respuesta.

Aquello no era lo que había planeado. El objetivo era animarlo a él a explorar su sensualidad y disfrutar de él, no que él se excitara.

Yunho se las arregló para apartar la mirada. Aunque no pudo hacer nada para evitar el poderoso latido de su corazón.

 Jaejoong lo miró, dividido entre la desilusión y el alivio mientras lo observaba librar su batalla por el control.

Puedo ver... puedo ver lo erótico que puede ser — le dijo tratando de sonar tranquilo y profesional. Después de todo, aquello sólo era una especie de negocio— Es increíble que algo tan... bueno, algo tan sencillo como una mirada pueda tener un efecto tan poderoso.

 Jaejoong vaciló un instante, y luego le dijo con sinceridad:

Tú haces que todo parezca tan natural, que... — no podía arriesgarse a poner en palabras lo que lo había hecho sentir exactamente, así que se limitó a decir— no es algo vergonzoso y perverso, como decía Hyunjoong.

Ningún hombre que se precie de serlo debería hacer sentir nunca a un docel avergonzado de su sensualidad — la voz de Yunho estaba constreñida por la fuerza de sus sentimientos. La honesta confesión de Jaejoong le había hecho recordar el papel que había decidido desempeñar. Dejó caer la mano de su rostro. Sería mejor si en el futuro le daba algunas lecciones en público, donde no correría tanto peligro de sus propias reacciones.


>>> ♥ <<<


«Llévate las cosas de baño», le había dicho Yunho el día anterior cuando le preguntó si todavía quería conocer la isla. Pero a Jaejoong no se le había ocurrido que los llevaría a Taemin y a él a un lugar tan elegante y exclusivo como el hotel donde habían comido tras un paseo en coche en el que Yunho había ido comentando con conocimiento los lugares que atravesaban y su pasado arquitectónico.

 Jaejoong se dijo que ya debería estar acostumbrado a la intimidad de estar con él, y a aquellos pequeños contactos que se sucedían cuando le retiraba la silla para que se sentara, o lo ayudaba en algún sentido, a las sonrisas que acompañaban los cumplidos que le hacía...todo ello encaminado, pensó Jaejoong, a insuflarle confianza en sí mismo como docel.

Se estaba acostumbrando a todo aquello, y se sentía cómodo en presencia de Yunho, pero al mismo tiempo también se sentía confundido por el modo en que él se sentía con frecuencia. El modo en el que deseaba que volviera a besarlo, y la sensación de pérdida que experimentaba cuando no lo hacía.

Hoy, sin embargo, habían salido a pasar el día con Taemin. El hotel al que Yunho los había llevado estaba cerca de la ciudad de Taormina, famosa por sus edificios históricos, incluidas las ruinas de un teatro griego, y por su proximidad al monte Etna. Antes de comer, tuvieron tiempo para dar un paseo por la calle principal. Yunho insistió en empujar el carrito de Taemin mientras le señalaba a Jaejoong varios puntos de interés, incluido el glamuroso café Wunderbar, donde Elizabeth Taylor y Richard Burton habían estado, según le explicó Yunho al oído.

D.H. Lawrence veraneaba aquí con su esposa. Basó su personaje de Mellors, el guardabosques de El amante de lady Chatterley, en un barquero de la ciudad al que había seducido la esposa de Lawrence. Taormina fue famosa en su momento por el efecto que tenía en las turistas inglesas. Debes decirme más tarde si hay algo de cierto en ese rumor.

Yunho sonreía mientras le hablaba, un sonrisa lenta de complicidad que hizo que Jaejoong olvidara rápidamente la pequeña punzada de soledad que había sentido antes al ver a una pareja bajando por la calle abrazados. Jaejoong puso la mano en el carrito para controlar la ansiedad, y Yunho puso la suya encima al instante. Resultaba extraño el efecto que podían tener gestos tan pequeños. Jaejoong quería que la retirara, aunque sólo fuera para evitar que el corazón le latiera tan deprisa. Pero recordó que Yunho estaba intentando enseñarle lo que significaba experimentar con todas aquellas cosas que debió haber vivido de forma natural cuando pasó de adolescente a docel.

Como todavía tenía la mano sobre la de él, Yunho se vio obligado a acercarse mientras caminaban juntos, y eso había supuesto que Jaejoong había sido muy consciente de que su muslo rozaba el suyo y de su proximidad. Cuando tuvieron que cruzar un camino, Yunho le soltó la mano, pero el alivio de Jaejoong duró muy poco, porque entonces le rodeó la cintura con el brazo y lo guió delicadamente para cruzar.

Pareces aterrorizado — le había dicho Yunho cuando llegaron al otro lado— Se supone que este tipo de intimidad física tiene que ser placentera. Cuando un hombre aprovecha cada oportunidad para estar cerca de ti, en los momentos cotidianos de la vida y en público, significa no sólo que te desea físicamente, sino también que desea protegerte. Si deseas sus atenciones, entonces la forma de hacérselo saber a él es acercarte un poco.

Yunho lo atrajo hacia sí mientras hablaba.

Y debes relajar el cuerpo para que se mueva con el suyo. Entonces él probablemente haga algo parecido a esto — Yunho movió la mano hacia la curva de su cintura, acariciándolo discretamente. Discretamente en lo que se refería a posibles mirones. El efecto que tuvo su contacto en su cuerpo fue abrumador. El calor de sus manos se extendió por todo su cuerpo, provocando que Jaejoong sintiera los pezones tirantes. Su mente imaginó cosas, y un anhelo físico hizo que le ardiera el rostro.

¿Sería aquello el deseo? Sentía como si Yunho hubiera abierto un lugar en su interior, como si al girar una llave hubiera desatado un ansia casi aterradora. Como la que experimentó durante la comida, cuando Yunho le puso la mano en la rodilla para atraer su atención y decirle algo mientras él le daba de comer a Taemin con la cuchara. Entonces Jaejoong se giró hacia él en silenciosa invitación para que Yunho le deslizara la mano por el muslo desnudo. Y él supo lo que estaba sintiendo, de eso estaba seguro, pensaba Jaejoong ahora desde el refugio de la piscina privada de la cabaña perteneciente al mismo exclusivo hotel en el que había almorzado.

 Jaejoong había visto fotografías de sitios semejantes en las revistas que ojeaba en la sala de espera del dentista, pero nunca imaginó que estaría en uno de ellos.

Les habían servido en una mesa privada bajo una sombrilla, con porcelana firmada, cubertería de diseño, vasos de cristal y preciosos manteles de lino. En la sala de bebés que el hotel ponía a disposición de sus clientes, había encontrado todo lo que la madre más exigente y quisquillosa pudiera desear, aunque Jaejoong se dio cuenta de que los otros dos bebés que había en la sala, estaban acompañados por uniformadas niñeras, no por sus madres.

 Jaejoong se puso el traje de baño mientras Yunho se ocupaba de Taemin y luego se tumbó a la sombra, en la tumbona más cómoda que podía imaginarse, mientras Taemin jugaba feliz a su lado.

Yunho se había ido a dar un baño, y él se alegraba, admitió, dado el efecto que verle en bañador provocaba en él.

El traje de baño que llevaba él, así como el caftán a juego, habían sido elegidos por la asesora de imagen. Jaejoong ni siquiera se los había probado, convencido de que nunca se los pondría, pero ahora se veía obligado a admitir que más le hubiera valido hacerlo.

Metido en su elegante caja, el bañador le había parecido de lo más inocente, pero un vez puesto se ajustaba a sus curvas de un modo muy sexy. Para Jaejoong fue un alivio poder cubrirse con el caftán, que por suerte lo cubría desde el cuello hasta las rodillas.

Ahora, sin embargo, la intimidad de la cabaña y el relajante efecto del vaso de vino de la comida lo habían llevado a quitarse el caftán y disfrutar de la maravillosa calidez del sol, que se sentía a pesar de estar en sombra. Agotado tras un día de tanto ajetreo, Taemin estaba empezando a cerrar los ojos. Jaejoong sonrió a su hijo, se levantó de la tumbona y lo tomó en brazos, abrazándolo y besándolo antes de dejarlo en el carrito para que se durmiera.

Acababa de acostar a Taemin cuando Yunho regresó a la cabaña después de su baño. El sol le doraba los hombros, tan anchos y poderosos como los de cualquier nadador olímpico. Había algo en la proximidad de aquel hombre semidesnudo que le estaba dificultando la respiración, tuvo que admitir Jaejoong.

No quería que la mirada de Yunho lo pillara observando sus anchos hombros y sus poderosos brazos, así que dejó que la atención se desviara un poco más abajo. Pero cuando se dio cuenta de su error, ya era demasiado tarde. Se quedó atrapado mirando cómo resbalaban por su pecho las gotas de agua de la piscina.

 Jaejoong no podía respirar con normalidad, no podía moverse, no podía pensar... pero sí podía sentir, y lo que sentía le decía sin ningún género de dudas que Yunho había desatado sus instintos naturales. El peso del agua había hecho bajar el bañador de Yunho hasta la altura de las caderas, y la visión del vello oscuro de la parte inferior de su cuerpo lo hacía sentirse algo mareado. ¿O era el fuerte latido de su corazón lo que la hacía sentirse así? Daba lo mismo. Lo único que importaba fue el alivio que sintió cuando Yunho agarró una toalla y empezó a secarse.

Antes he visto cómo le ponías crema protectora a Taemin. Espero que tú también lo hayas hecho — dijo cuando hubo acabado de secarse el cuerpo y se estaba frotando el pelo.

Sí, me he puesto — se apresuró a decir Jaejoong. Podía sentir cómo la temperatura de su cuerpo subía a la misma velocidad que se le aceleraba el pulso al pensar en que Yunho se ofreciera a llevar a cabo aquella tarea.

Bien — él estiró el brazo y agarró la crema de protección que Jaejoong había colocado al lado de la tumbona. Entonces se la pasó a él, y le pidió— ¿Te importaría ponerme un poco en la espalda?

¿Qué podía decir? Si se negaba, Yunho querría saber por qué... y además, aquélla era exactamente el tipo de cosa que un docel de su edad debería estar acostumbrado a hacer. Así que asintió con la cabeza, porque de pronto sentía la garganta demasiado seca como para hablar.

Después de todo, Yunho sabía que él no tenía experiencia en aquel tipo de intimidad.

Yunho le estaba dando ahora la espalda, y tenía las manos en las caderas, esperando.

A Jaejoong le temblaban tanto las manos, que dejó caer el bote de crema, y luego tuvo que esforzarse en abrirlo, lo que provocó que Yunho se diera la vuelta y se lo quitara, diciéndole con socarronería:

Estira la mano.

Echó un poco de loción en la palma de Jaejoong antes de volver a darle la espalda por segunda vez.

Él se le quedó mirando la nuca, sufriendo la conmoción del tacto cálido y sedoso de su piel contra sus manos húmedas por la crema mientras se la extendía por la piel con el mismo cuidado y la misma lentitud que si se hubiera tratado de la piel de Taemin. Bajo sus dedos, los hombros de Yunho resultaban tan musculosos como parecían, y a Jaejoong le resultó difícil no trazar la forma de sus huesos con las yemas de los dedos. Qué extraordinario y reconfortante era saber que algún día su hijo, su bebé, sería así... un hombre al que las mujeres y doceles admirarían, desearían y amarían: Igual que debía sucederle a Yunho.

El cuerpo de Jaejoong se puso rígido. ¿Cuántos doceles habría habido? ¿A cuántos habría amado él? ¿Y a qué venía aquel dolor que le atravesaba el corazón?

¿Ocurre algo? — la voz de Yunho lo devolvió a la realidad.

Me he quedado sin crema — le dijo él.

La tapa seguía fuera del bote, pero por alguna razón, Jaejoong no tuvo ganas de señalarle ese hecho cuando Yunho le puso un poco más en la mano.

No soy Taemin, ¿sabes? — Le dijo él— En una situación real entre un hombre y un docel, no tendría nada de malo, sino todo lo contrario, que me acariciaras como a un amante potencial mientras haces esto.

 Jaejoong se puso tenso al instante.

No estoy acostumbrado a pensar así — le recordó a la defensiva.

Le dolía que Yunho considerara su tacto demasiado impersonal como para resultar excitante, aunque se dijo a sí mismo que no debería importarle.

Tal vez estaría mejor que te hiciera una demostración — sugirió Yunho.

Antes de que él pudiera decir nada, Yunho había echado un poco de crema en su propia mano y le estaba dando la vuelta a Jaejoong. Él llevaba el pelo recogido hacia arriba para evitar el calor, y podía sentir el calor de la respiración cuando se inclinó sobre él. ¿Iba a besarlo? El estómago le dio un vuelco con un deseo que se transformó en desilusión cuando no lo hizo. Pero la desilusión se convirtió en excitación sexual cuando le bajó los tirantes del bañador. Jaejoong se agarró con desesperación la parte de delante del bañador mientras Yunho comenzaba a acariciar con círculos de ardiente deseo la piel vulnerable de su espalda desnuda.

¿Cómo era posible que algo tan simple como poner crema de protección solar resultara tan insoportablemente erótico? Jaejoong sentía cómo si hubiera entrado en un nuevo mundo de sensaciones y descubrimientos. Lo que Yunho le estaba haciendo suponía una clase maestra en el arte del masaje sensual, reconoció mientras su cuerpo ardía en llamas y sus inhibiciones desaparecían bajo aquel fuego.

Mucho antes de que Yunho llegara a la base de su espina dorsal, el cuerpo de Jaejoong lo estaba urgiendo para que le suplicara que le quitara por completo el traje de baño y lo tomara en sus brazos. Sin duda era imposible que se sintiera así tan rápido, con tanta facilidad, y con tanta intensidad. Tal vez Hyunjoong tuviera razón cuando le advirtió todos aquellos años atrás de que necesitaba protegerse de su propia naturaleza, que era demasiado sexual.

Como si de pronto sus pensamientos y sus miedos hubieran logrado comunicarse con Yunho, él lo giró para mirarlo de frente, sujetándolo de los antebrazos con manos firmes, haciéndolo sentirse seguro.

Estás excitado, y eso es exactamente lo que yo quería que ocurriera — le aseguró con calma— Es un reacción completamente natural a la erótica y deliberada estimulación a la que he sometido a tu cuerpo y a tus sentidos. No hay nada de qué avergonzarse ni de qué preocuparse. Más bien deberías sentirte orgulloso de tu innata habilidad para ser el docel que la madre naturaleza quiso que fueras. No importa lo que te haya dicho tu hermanastro, responder sensualmente a un hombre que ha despertado tu deseo no te convierte en malo, ni en promiscuo, ni en ninguna de esas cosas que sin duda te dijo para envenenarte.

Gracias por decir eso — Jaejoong sintió cómo las lágrimas le quemaban en los ojos— Me estaba preguntando si... si sería inapropiado sentir lo que... lo que he sentido de forma tan rápida... y tan intensa.

Ha sido completamente apropiado. Y, si eso te hace sentirte mejor, tengo que confesar que yo también me he excitado.

 Jaejoong lo miró confundido antes de aventurarse a preguntar:

¿Y eso es bueno o malo?

Bueno y malo a la vez — respondió Yunho enigmáticamente lanzándole un de aquellas miradas que hacía que se le derritieran los huesos y se le acelerara el pulso.

 Jaejoong había utilizado toda su reserva de coraje en un solo día. No fue capaz de preguntarle qué había querido decir con aquella respuesta.

Bueno — dijo Yunho de pronto pasándole la crema— Ahora te toca practicar en mí lo que te acabo de enseñar.

¿Te refieres a que quieres que te haga sentir como tú a mí?

Aquellas palabras salieron de su boca antes de que Jaejoong pudiera impedirlo, haciéndolo sentir como un estúpido, pero Yunho no pareció darse cuenta. Se limitó a asentir con la cabeza.

Desde luego, quiero que lo intentes. Te prometo que cuando conozcas a un hombre con el que quieras mantener relaciones sexuales, no sólo querrás excitarle con tus caricias, sino también tocarlo simplemente por el placer que te proporcionará. Y te sentirás mucho más seguro al hacerlo si sabes lo que estás haciendo.

 Jaejoong sabía que tenía razón. Pero de todas maneras se sentía abrumado por lo que le había pedido que le hiciera. Sin embargo, no tenía sentido discutir. Yunho ya se había tumbado cuan largo era bocabajo en uno de las tumbonas, con la cabeza apoyada en los antebrazos.

 Jaejoong trató de no sentirse alarmado, sino pensar que estaba llevando a cabo un ejercicio práctico. Yunho había empezado con él por la nuca, provocándole deliciosos escalofríos de placer que cayeron en cascada por su cuerpo. Intentaría imitar sus movimientos.

Al principio se sintió incómodo, sin saber cómo tocarle o dónde, copiando sencillamente lo que Yunho le había hecho a él. Pero en un corto espacio de tiempo, su propio placer, el placer derivado de acariciarle, se apoderó completamente de él.

Cuando oyó a Yunho exhalar con aspereza al acariciarle la espalda con las yemas de los dedos, un escalofrío de triunfo lo atravesó, animándolo a recorrerle la tirante piel de ambos lados de la base de su espalda, utilizando ambas manos.

De hecho, estaba disfrutando tanto de lo que estaba haciendo que de pronto se inclinó hacia delante y apretó los labios contra su piel, vacilante al principio, y luego con más seguridad en sí mismo mientras escuchaba el sonido que escapaba de los pulmones de Yunho. Se trataba de un ligero gruñido más que de una mera respiración. La creciente tensión sexual aumentó el deseo de la parte inferior del cuerpo de Jaejoong. Si Yunho hubiera llevado un bañador más pequeño, o sólo un toalla, él habría podido bajar más y acariciar el oscuro vello que se expandía por los poderosos muslos de Yunho.

La parte del cuerpo de Jaejoong que albergaba el misterio y el mecanismo del orgasmo masculino en un docel se estremeció y se agitó antes de adquirir un nuevo brío que lo dejó paralizado en completo estado de conmoción. Justo en aquel instante. Yunho se dio la vuelta y lo agarró, levantándolo con un sencillo movimiento para colocarlo contra su cuerpo.

El más exquisito placer lo atravesó en una casi insoportable sensación de felicidad que lo dejó apabullado por su reacción ante Yunho, y al mismo tiempo desesperado por apretarse contra él.

Los labios de Yunho estaban cerca de su oído.

Muy bien — le susurró.

Nuevos escalofríos de excitación se abrieron paso a través del cuerpo de Jaejoong.

Pero tengo que hacerte una advertencia. Cuando hagas esto de verdad, será mejor que sepas de antemano lo fuerte que es el autocontrol de tu compañero antes de empezar. Especialmente si estás en un lugar público. Porque me has excitado hasta alcanzar un estado impropio para donde estamos, y tengo que darte la máxima nota y emplazarte a continuar con la lección esta noche en mi apartamento.

¿Significaban aquellas palabras lo que Jaejoong creía que significaban? ¿Llevaría aquella noche Yunho las cosas hacia su desenlace natural?

 Jaejoong quería protestar, decirle que las cosas estaban yendo demasiado rápido y que él no estaba preparado, pero Yunho tenía la mano sobre su corazón, midiendo su frenético latido. ¿Cómo iba a negar que eso era lo que quería si su propio corazón lo estaba delatando?

Por fortuna, tenía una excusa infalible para retrasar las cosas.

No puedo dejar a Taemin — le dijo con sinceridad. Su hijo era su primera preocupación en todo momento.

No tendrás que dejarle. Puedes llevarlo contigo. Estoy seguro de que no le importará dormir en un cuna de viaje por una vez. Le había pedido a Maria que consiguiera un por si decidías acompañarme a Florencia.

La puerta estaba cerrada, la decisión tomada.

Aquella noche estaría desnudo en brazos de Yunho en la cama de Yunho, y él le enseñaría todo lo que necesitaba aprender para ser libre. Jaejoong tenía que decir algo.

Te encanta Florencia, ¿verdad? — le preguntó con voz temblorosa. Era un intento de agarrarse a algo de normalidad social... una tarea difícil, teniendo en cuenta que estaba encima de él medio desnudo, con su brazo sujetándolo con firmeza contra su cuerpo.

— Yunho le agarró la mano, cerrándole los dedos sobre la palma, como si quisiera preservar sus palabras y sus emociones— Seguramente ésa fue la razón por la que mi padre aseguró cuando yo era niño que no era lo suficientemente Jung para sucederle, que era más hijo de mi madre que suyo. Por desgracia para él y para mí, soy su hijo mayor. Por lo tanto, no importa cuánto hubiera deseado poner a Yoohwan en mi lugar, eso sólo se hubiera conseguido con mi muerte y con la de mis dos hermanos. Cuando era niño, me daba miedo que...

No siguió hablando, pero Jaejoong adivinó lo que había estado a punto de decir.

¿Tenías miedo de que tu padre intentara hacerte daño?

Tenía miedo por mis hermanos — admitió.

Yunho todavía tenía su mano en la palma de Jaejoong, y sin pensarlo, él colocó la otra mano encima en gesto de silencioso confort.

Eso debió de ser terrible para ti — Jaejoong podía imaginar lo terrible que debió ser. Yunho había desarrollado un sentido de la responsabilidad tan fuerte hacia los demás, que resultaba natural que, al ser el mayor, sintiera que debía proteger a sus hermanos aunque hubieran tenido una vida familiar feliz.

Mi padre nunca les habría hecho daño... ni a mí, por supuesto. Él hablaba sólo basándose en la frustración que le provocaba su excesivo amor a Yoohwan. Resulta irónico que el hijo que perdiera resultara ser su favorito. Soy de la opinión de que la responsabilidad de la falta de carácter de Yoohwan es culpa de nuestro padre. Lo mimó y lo consintió desde el momento en que nació... y peor todavía, le enseñó y lo animó a imitar su actitud de desprecio hacia nosotros tres. Permitió que Yoohwan creciera creyendo que era invencible, que estaba más allá de la ley. En muchos sentidos, mi padre fue el causante de la muerte de Yoohwan, y creo que él lo sabe.

A veces me preocupa que Taemin pueda haber heredado algunos de los... fallos de Yoohwan — admitió Jaejoong, expresando por primera vez con palabras un miedo que albergaba en lo más profundo de su corazón.

Taemin es él mismo — aseguró Yunho al instante con firme autoridad— Te tiene a ti para amarlo y protegerlo, y si me lo permites, hasta que encuentres a un hombre con el que desees compartir tu vida y tener más hijos, me gustaría convertirme en su protector y en la influencia masculina de su vida. No debes temer que mi amor hacia Taemin esté contaminado por su parentesco con Yoohwan. Ese niño lleva mi sangre, es un Jung, y eso es lo único que a mí me importa. Lo querré mientras viva.

A Jaejoong se le llenaron los ojos de lágrimas. Nunca hubiera imaginado que un hombre tan viril como Yunho pudiera hablar así, tan acorde con las propias emociones de Jaejoong.

Mi padre confiaba en encontrar a un nieto al que pudiera moldear a imagen y semejanza del hijo que había perdido. Pero yo ya no soy un niño, soy un hombre, y no permitiré que arruine la vida de Taemin como hizo con la de Yoohwan.

 Jaejoong se movió imperceptiblemente hacia él, alarmado ante la idea de que el príncipe tratara de controlar a su querido hijo.

Maria me contó que no esperas que tu padre viva mucho tiempo más.

Nos han advertido de que no le queda mucho tiempo, pero parece que la nueva medicación le ha insuflado vida. A pesar de todo el dolor que nos ha causado, sé que ni mis hermanos ni yo queremos que muera.

No, por supuesto que no — se apresuró a decir Jaejoong. Puso la mano sobre la de Yunho en gesto reconfortante.

Él alzó la vista para mirarlo y le dijo con dulzura:

Tenía razón respecto a ti. Eres un docel muy seductor. - Jaejoong miró hacia sus manos unidas.

No, no es eso — continuó él— Son tu compasión y tu ternura las que te hacen seductor, no sólo la pasión que mantienes oculto. Pero esta noche la sacaremos a la luz con toda su dulzura.

 Jaejoong se dio cuenta de que había empezado a temblar. No pudo resistirlo cuando Yunho le soltó la mano y luego llevó la suya hacia la parte de atrás de su cabeza para poder atraerlo hacia sí y besarlo.

Fue un beso muy corto, apenas el roce de los labios de Yunho sobre los suyos, pero bastó para que conociera la fuerza con la que su cuerpo respondería a él más tarde.


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Gracias… 

10 comentarios :

  1. Unas excitantes lecciones de seducción ...en verdad me encanta como describes las sensaciones que provocan en ambos sus tactos ...gracias espero con ansias la continuación

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  2. Wow eso fue full jajaja Jae ya se emocionó jajaja. No tengas miedo es algo natural. Jejeje. Muy buena sigue la uhh besos.

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  3. Omg q INTENSO!!!!! Que sensualidad, sexualidad, seduccion waaaaa.....los dos estan locos el uno por el otro :) ............ Y ahora van a llevar la conexion a otro nivel WAAAAAAAAA!!!!!

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  4. Yunho es un conquistador*q* que sexy que sensual que adictivo....y jaejoong si qu3 lo excitó al acariciarlo.en la noche dejaran salir toda la represion q han mantenido mutuamente . esperare ansiosa el proximo cap. Gracias por actualizar Yoleht ★

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  5. me encantan las clases que Jae recibe meda una envidia de la buena claro que yo quiero que ese sexy maestro me de ami también claro también clases XD
    ya quiero el siguiente capitulo que viene lo bueno a el pobre de Jae lo tiene muy nervioso y Yunho muy excitado espero que alcance a llegar la noche para la siguiente clase o mejor que se la de de una buena ves así terminan con toda esta tensión que los esta matando
    Gracias esperando el siguiente me encanta

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  6. Ojala que se den cuenta rápido de que están enamorados para que no les vayan hacer daño a Jae ni su hermanastro ni el papá de Yunho

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  7. POr Dios, me quedaron las ganas de continuar leyendo mas, no queria el capitulo terminara. Me pregunto cual sera la proxima leccion de Yunnie.

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  8. omg que intenso capítulo Yunho es un muy buen maestro y Jaejoong un buen alumno ahora la siguiente clase será que será ><

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  9. Todavía estoy temblando,hermoso capitulo tan sensual....bueno veremos que pasa con la nueva leccion,gracias

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  10. Todo lo que hace Yunho para liberar la pasión de Jae es ay por Dioooos se me pone la piel Chinita de solo imaginar las sensaciones en ambos. Obviamente Yunho a la par que enseña esta redescubriendo la capacidad oculta de su propia pasión y los alcances de su sexualidad en aras de la de Jae. Que admita y exprese todo cuanto ve en Jae es hernosoooo¡¡¡ Ha anticipado a Jae que conocerá el plaser del sexo... No imaginas lo mucho que espero que entre lo que le llegue a decir a Jaejoon use la el "hacee el amor" porque vamos, va a ser la primera vez para mi flaquito y espero la haga muy especial, en ocaciones aun con su caballerocidad y ecuanimidad le habla como si le entubiera enseñando a seguir un instructivo. Algo así como "Manual Siciliano de erotismo y senaualidad"

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