jueves, 11 de octubre de 2012

I can see with my heart. Cap. 20. The beginning of the end





Y esa noche terminé de aprender algo que ya sabía: 
La verdad es siempre la mejor política de vida. 

— Jaejoong... Déjame explicarte éso. No saques conclusiones apresuradas. 
Escuchaba la voz de su madre desde la puerta. Hablaba suavemente a pesar de su alteración - así son las madres cuando quieren convencerlo a uno, supuso. 

Se sentía harto de la desolación que estaba pasando esos últimos meses. Esa sensación de que todos actuaban con él movidos por la lástima y la compasión.
Y es que hay muchos sentimientos que van en conjunto, y en ese instante sentía que más de uno de esos se mezclaban desagradablemente. 

— Por favor, escucha lo que omma debe decirte... 

Y también estaba Eun Yoo que sabía la verdad, pero se tomó la libertad de ocultársela. Era mejor ocultar ese “minúsculo detalle”, ¿no es cierto? 

— Traidora. — Gruñó debajo de las sábanas de su cama. Aunque en el fondo supiera que cubrirse hasta la cabeza y fingir desinterés era completamente inmaduro. 

Eun Yoo se limitó a reprimir las ganas de agarrar impulso y golpearse contra alguna pared. Tal vez lo mejor era no hablarle.

“Estar a la altura”. Si alguien se había comportado a la altura hasta ese instante era Jaejoong. Siempre había hecho frente a todas las circunstancias que la vida le deparaba y no esperaba desmoralizarse sólo por un par de personas. 

— No quería que te enteraras por las malas. — Volvió a escuchar a su madre con ese tono sutil y “comprensivo”. — Debo contarte algo... No importa si no quieres decir nada, quiero que me escuches.

Y esa fue la primera vez que Kim Eun Soo le habló a su hijo tan claro acerca del pasado:

Era, quizás, la envidia de todas las chicas de esa secundaria. Han Min Seung era una verdadera joya. El chico malo, al que todas buscaban y ella desde luego, la niña estudiosa alejada del romance. 

La primera vez que salieron por un simple reto de un amigo de ese “problemático”, fue la noche en que se concibió Jaejoong. 

Después de enterarse de aquello, Min Seung prometió asumir responsablemente la nueva vida que estaba por llegar y le juró, en nombre de todo lo divino, que ambos vivirían como reyes. 

Pero el nacimiento de Jaejoong fue una alegría efímera. A los tres años perdió la visión por completo... 

“Una enfermedad degenerativa”, eso informaron. Reparable, sí. Pero con un tratamiento que costaba prácticamente un ojo de la cara más el diez por ciento y con posibilidades de éxito lamentablemente nulas. 

Por esa razón, Han Min Seung retornó al “negocio familiar”. 

Porque Jaejoong merecía lo mejor. 

Fue allí donde conoció a Elizabeth Jameson, mejor conocida como Yonna, a quien Min Seung presentó como socia y su mano derecha. 

Cuando apenas la madre de Jaejoong tenía cinco meses de embarazo, se enteró de que “la socia” de su único amor estaba también esperando una niña de aproximadamente el tiempo que ella tenía esperando a Kim Eun Yoo. ¿Cómo? Los hombres suelen ser débiles bajo presión y las pruebas le fallaron. 

Desde entonces salió de su vida y de la de sus dos hijos pequeños.


— Supe que era una niña casi de inmediato. Fue muy duro, pero ustedes me dieron fortaleza para continuar. — Le había costado mucho rememorar todo aquello que le había causado tanto daño a todos. — Jamás me enteré del nombre, no es como si en ese entonces hubiese querido saber qué era de la vida de tu padre. 

Jaejoong negó con la cabeza lentamente, sacando la sábana de sobre su cabeza. 

— Parece un melodrama. Yo tuve... Más bien, tengo el derecho de saber y conocer a toda mi familia. Porque tú hayas decidido separarte no quiere decir que yo no pudiera haber mantenido alguna comunicación con ese mal... Con mi appa.

La ira contenida estaba nublando su racionalidad en ese momento. Él mismo había tomado la decisión de jamás preguntar por nada relacionado con él, pero de alguna manera intentaba justificar el no saber que Jenny era parte de su familia. 

— Lo sé. — Terminó por decir su madre. — Y lo lamento mucho. Sólo espero que ya que la conoces, puedan llegar a tratarse como lo que son: hermanos. 

Eun Yoo dio un suspiro detrás de la puerta. ¿Cómo pudo ser tan ingenua y creer que el tonto de Yunho le ayudaría si le decía la verdad? 

En verdad tiene que ser un idiota para reaccionar así. 

Desde luego, no pudo evitar sentirse como lo que le había dicho Jaejoong: una traidora. 

Después de comer un par de caramelos, desde el teléfono de la casa le marcó a Changmin. 

Eran más de las nueve de la noche, pero en ese momento le restó importancia a la hora. 

— ¿Jaejoong? — Preguntó la voz de Changmin desde el otro lado de la línea. 

—Sí, ya nacieron los bebés, es para que sepas. — Respondió con sarcasmo. — Y no se parecen a Yunho. 

—Muy bien, Kim Eun Yoo, ¿qué traes esta vez? 

—Un par de peticiones. Como engañé a Jaejoong y soy la peor de las hermanas, necesito reivindicarme y allí entras tú, mi querido locutor.

Desde el otro lado de la línea se pudo escuchar un suspiro. Changmin sabía que hablar con la hermana de Jaejoong era revivir sus años adolescentes para hacer investigaciones a las personas o cualquier trastada que a ella se le pasara por la cabeza. En verdad era entretenido. 

— La primera, es que le des un golpe a Yunho tan fuerte que tenga que reconstruir su pequeño rostro... — Las carcajadas no se hicieron espera de parte del locutor. — Y lo segundo, es que necesito que Minho, tú y Yunho me sirvan de publicidad para una idea que tengo pensada. Quizás así puedo perdonarle que de nuevo haya destrozado el corazón de Jaejoong. 

— De acuerdo pero, ¿puedo preguntar para qué? 

— Es un poco complicado... — Abrió con cuidado la puerta de la habitación que compartía con su hermano. Allí estaba, sentado con la mirada perdida, seguramente pensando en las estrellas. — Dime, ¿te gustan los panqueques? 


 
>>> ♥ <<<


— ¿Panqueques? —
Preguntó de nuevo Minho. — Changmin, tú no sabes ni hervir agua... 

— No los haré yo. —
Refunfuñó. — Los hará Eun Yoo con los amigos de Jaejoong. Sólo compraremos los ingredientes y daremos nuestra imagen. 

 Minho negó repetidas veces con la cabeza sin comprender todavía. Desde la llamada de la hermana menor de Jaejoong, Changmin estaba más animado de lo normal, con una sonrisa amplia y visible como pocas veces. 

La emoción de ser tío le ha pegado fuerte. 

La cantidad exorbitante de harina y los demás ingredientes que se supone componen un panqueque le hacía entender menos. 

— No mires los alimentos de esa manera tan rara. Los dañarás. 

— Es que no entiendo. — Dijo desesperándose. — ¿Qué quieres hacer?

— ¿Qué tal si prestáramos nuestra cara para algo positivo? Nos conocen en todo el país y ves vallas publicitarias tanto de Yunho como de nosotros por doquier. — Minho lo miró aún más confundido que al principio. — Eun Yoo y los amigos de Jaejoong harán ese postre y lo venderán en las calles y nosotros... — Se señaló y luego a Minho. — Seremos las imágenes que atraigan clientes. El dinero que ganen lo iremos ahorrando para que Jaejoong pueda operarse de la vista. 

La información viajó muy rápido por el aire, haciéndolo también sonreír también una vez comprendió el trillado plan. 

Aunque no estaba al tanto de la gravedad del asunto de Jae, le quería y en cierta forma, sentía que era la única forma de reivindicar a su irresponsable amigo.

— ¿Yunho lo sabe? — Preguntó entonces. 

— Se lo diré luego de darle un golpe. — Sonrió Changmin mientras empujaba la puerta de donde se encontraba su castaño amigo y la sonrisa de Minho se desvanecía poco a poco. — Se lo prometí a Eun Yoo...

Minho cerró uno de sus ojos con fuerza cuando vio que un sonriente Changmin le lanzó un puñetazo acertado directo a la cara de Yunho, dejándole una marca rojiza en la cara. 

— ¡¿Se puede saber por qué carajo fue eso?! 

Pero antes de que a Yunho le diera oportunidad de responder al ataque de Changmin, el mismo lo detuvo.

— Por imbécil. — Respondió escuetamente aliviando el dolor de sus nudillos. — Sabes que no soy una persona que le pone condición a la amistad y en especial a la nuestra de tantos años... Pero vas a madurar. 

— Changmin ssi. 

Aquella voz que siempre conseguía ponerlo histérico se volvió a escuchar. Necesitaba a Jenny lejos si quería obtener la ayuda de Yunho y, por más doloroso que le resultara, necesitaba condicionarlo. 

— Como te decía, Jung Yunho, — Volvió a dirigirse a él, dándole la espalda a Jenny. — Creo conocerte y necesito que elijas. Es ella o nosotros. 

Los cuatro presentes en esa cabina se miraron entre sí. Yunho jamás pensó en escuchar aquello de la voz de Changmin y a Jenny no se le ocurrió que aquello pudiera pasar. Intentó pensar con rapidez alguna salida pero nada acudió exitosamente a su cerebro. Si hacía algo de lo que tenía pensado entonces se sabría toda la verdad. 

Las mentiras siempre se saben, tarde o temprano y tú solamente construyes una red. Se va a caer y perderás a lo único que has tenido sólido en tu vida. Lo único que has amado...

La voz de Hyun Woo le resonaba internamente. Esa sensata advertencia que en muchas ocasiones -más de las que quisiera- tomaba en cuenta. Pero no podía, no podía alejarse de aquello porque, más que a nadie, necesitaba sentir el apoyo de Yunho y no podía traicionar a su madre. 

— Lo que Changmin quiere decir es que Jaejoong te necesita y nosotros también... — Minho una vez más no pudo resistir la intensa mirada de soledad que Jenny desprendía. — Y es ahora. 

— ¿Jaejoong? — Aún seguía aliviándose el dolor de su mejilla. — Tiene que ser una broma y de las buenas... Tanto él como tú — se dirigió a la muchacha que prácticamente temblaba. — Son una estúpida farsa con piernas. Hermanos, eso son Kim Jaejoong y Jenny Kim... 

— Oh... — Changmin fingió un suspiro nostálgico. — Ahora resulta que eso tiene mucha importancia en tu vida... ¿Escuchaste, Minho? ¡Quien se siente ofendido es el gran Yunho! Dime, ¿es que te sientes el centro del universo por haberte besado con tu “aprendiz” sin importar lo que tienes por otro lado? 

— Changmin... — A Minho no le gustaban esas escenas fuertes. De hecho, la conciliación era su principal herramienta ante los conflictos. — Ibas a preguntarle algo...  Hazlo y termina con eso. 

—Te equivocas. Jaejoong es lo más importante y ese beso fue un error, lo sabes. 

Un silencio sepulcral se hizo presente. A todas esas, Jenny no había emitido ni una palabra. Sólo se dieron cuenta que salió del lugar porque se escuchó un fuerte portazo de fondo... 

Porque nadie se dio cuenta de las lágrimas que comenzaban a salir de sus ojos al escuchar aquella afirmación. Por más que fuera, era especialmente duro escuchar esas cosas de su propia boca. 

— Muy bien, chico poeta. Entonces... Demuéstralo. — Y Changmin imitó el acto de salir del lugar antes de que su instinto primitivo le obligara a matar a Yunho. 

— Odio decirlo pero él tiene razón. Desde que esa chica apareció eres otra persona... Quiero pensar que te es difícil dedicarte a Jaejoong por las cosas que has pasado antes, pero sigue sin excusarte. — Minho suspiró cansado. — No vayas a lamentarte después; creo que no has comprendido bien la magnitud de la situación en la que te encuentras. 

Era difícil después de tantos años ver cómo Yunho seguía sin conseguir superar exitosamente esa terrible herida y sus malas relaciones. No podía explicarse cómo no se daba cuenta de que Jaejoong le había regalado eso que le era tan vital: su autosuficiencia. 

Pero justo antes de que tomara la perilla de la puerta para dejar a Yunho en la plena soledad, él lo detuvo. 

— ¿Qué necesitan de mí? — Minho se volteó a verlo con una media sonrisa. 

— ¿Te gustan los panqueques? 


>>> <<<


El único que puede decir de qué soy capaz soy yo mismo. Nadie más me conoce mejor que yoEsa es la realidad y siempre será esa.

— Son cuarenta y cinco, más tres... Entre cuatro chicos, doce. 

— Será mejor que uses la calculadora. Si te equivocas, el jefe te va a echar. — Le reprendió Hae Rin mientras salía con una bandeja cargada de comida. — Además deberías cenar algo, ya es tarde y sólo has sacado cuentas y más cuentas. 

— No necesito calculadora y tengo toda la noche para eso. 

No era la primera vez que Hae Rin le reprendiera por sacar hasta las cuentas más complicadas y extensas en pocos segundos y sin ayuda de un artefacto electrónico. 

— El señor Jung no tolera ni la más mínima equivocación, te repito. Estás muy distraído, tu cabeza anda en otra parte.

Por supuesto, como tú no acabas de enterarte de que tienes una hermana perdida por allí. 

— ¿Eso sientes? No es a propósito. — Le sonrió a la chica. — Es mejor que no te distraigas.

 
Mejor déjame seguir pensando en qué rumbo tomará mi vida

— Jaejoong... 

— No puedo responderte ahora. Estoy trabajando.

No esperaba que él apareciera en ese momento, pero inconscientemente le gustaría que por un instante, Yunho supiera lo que se sentía ser ignorado. 

— Lo sé, es por eso que voy a sentarme aquí en una de estas mesas y te voy a esperar. ¿Ya cenaste? 

Negó con la cabeza levemente y continuó pasando un par de tarjetas de créditos que aún tenía pendiente. 

— Deberías irte con Jenny. 

— Pero yo quiero estar contigo hoy...

Jaejoong apoyó una de sus manos con enojo sobre el buró de la caja.

 
— ¿Estás escuchándote? Te besas con mí... Media hermana. Me gritas como te da la gana, cuando te la gana y lo único que me provoca en este momento es darte un golpe tan fuerte que me duela hasta a mí. — Terminó de cerrar la caja y comenzó a recoger sus cosas. — Eres tan indeciso que me enfermas y no puedo cambiar eso. Al menos no cuando estoy así por tu culpa...

—Hay mucho que debemos hablar de tantas cosas. Maldición, aún estamos juntos... ¿Cómo puedo ser tan idiota? Últimamente me dejo llevar por cualquier pequeñez. 

—Deja de balbucear tonterías y habla coherente. — Dijo directamente. — O ahora mismo te rompo la cara. 

Yunho sonrió con satisfacción al ver a Jaejoong irse decididamente de su sitio de trabajo hasta la calle. Era la primera vez que le enfrentaba abiertamente y para qué decir lo contrario: esa actitud invencible desde siempre le pareció atractiva.
Pero esta vez no iba a cometer el mismo error. Necesitaba seguirlo, remediar al menos un poco todas las equivocaciones consecutivas...

Además de participar en el plan de los panqueques de Eun Yoo, desde luego. 

— ¿Vamos cenar algo? Después quiero llevarte a un lugar...  Sé que te sentirás bien. 

Jaejoong no tuvo ni siquiera que decir la respuesta afirmativa para que Yunho lo tomara de la mano y comenzara a caminar lentamente por las aceras.

 — Bien, creo que puedo caminar yo solo. ¿Qué haré si ven al polémico Jung Yunho por la calle y más agarrado de mano con un ciego?

— No, desde ahora cuando camines a mi lado lo harás tomando mi mano. No con un bastón. Y la verdad no me importa que me vean contigo. 

— Te aprovechas porque sabes que sin eso no soy nadie.

Una pequeña risa escapó de su garganta. Seguramente tendrían una larga charla esa noche acerca de tanto que él mismo no había tenido responsabilidad como para abordarlo con quien debía. 

Era la razón por la que lo llevaba a uno de esos lugares pequeños que estaban en la calle, donde se comían esas frituras que tanto le gustaban a Jaejoong. 

— De hecho quería venir aquí para conversar... 

— ¿Cómo supiste que trabajaba allí? — No pudo contener más la curiosidad. — ¿Cómo supiste lo de Jenny? ¿Por qué eres tan idiota? 

— Changmin me lo dijo en la tarde. Habló con tu hermana y yo quería encontrarte... — Aquella expresión graciosa que Jaejoong colocaba al comer a toda velocidad de nuevo apareció. — Sólo quería decirte que tomé la decisión de no seguir entrenando a Jenny. Es lo mejor para ella y para mí, no sólo por ser tu hermana... Creo que hubo muchas confusiones. Y además, después de hablar con un buen amigo analicé que en verdad eres esencial en mi vida y si te incomoda algo, lo dejaré. — Jaejoong paró de comer de forma desquiciada para dar un suspiro. 

— No quería que hicieras algo así... Simplemente que volvieras a ser el tipo que me hacía sentir como una adolescente torpe y enamorada con su voz. Así me agradas más... 

Así me gustas más, de hecho.


—Entonces para ti cambié para mal, ¿no? 

Asintió con algo de timidez. El mismo Yunho se había encargado de hacer el ambiente un poco incómodo. Normalmente Jaejoong no sabía qué hacer cuando alguien se ponía tan serio. 

— Supongo que las hormonas te afectaron a ti y no a mí. Pero si eso fue un intento de disculpas, tendrás que seguir intentando.

Intentar. Ese verbo era tan complejo. A veces intentar no es suficiente, pero forzar no sirve de nada. Casi siempre “intentar” venía de la mano con equivocarse reiteradas veces, como lo hacía él. Porque las personas también se cansaban de esperar un cambio de parte de quienes ama... 

¿Y si Jaejoong se cansaba de esperar por él?

Te lo merecerías, Jung Yunho. Perder a Jaejoong es la mínima cosa que deberías sufrir.

Pero ahora no sólo era Jaejoong. 

— ¿Qué opinas si comienzo a cambiar las cosas con lo más importante? Mañana tengo una entrevista... Por fin una televisora se digna en escuchar mi propia versión sobre ese polémico desliz de Jenny Kim. — Recordó con detalle la conversación que mantuvo esa tarde personalmente con la entrevistadora. — Quiero dejar en claro que no pasa nada entre los dos pero que tampoco daré detalles de mi vida personal a menos que yo lo considere apropiado. 

Los nervios le recorrieron la espina dorsal a Jaejoong con sólo imaginar que la maldita prensa se lo tragara vivo por andar con Yunho. El estar frente a miles de personas o ser escuchado por tal cantidad no era especialmente un agrado y un placer... Y menos con todas las cosas que se cargaba encima en ese momento. 

— Ellos sí me verán a mí... — Dijo más para sí mismo que para que lo escucharan. — No les dirás nada de esto, ¿verdad? 

— Cuando sea el momento indicado.  — Hizo un ademán de negación. — Pero eso no es lo principal, ellos ni me van ni me vienen. Pertenezco a ese lado porque adoro mi trabajo... Pero, ¿sabes algo? Que desde que te conozco tú eres lo más importante.

— Limpiemos el azúcar de la mesa… — Una vez más y después de tanto Yunho rió sinceramente, a pesar de que la intención de Jaejoong era simplemente aligerar la atmósfera. — Sólo sé tu mismo de nuevo… Estaría bien que comenzaras por allí. Ya sabes, desde el principio.

Yunho miró fijamente a Jaejoong, como si las respuestas le fueran a aparecer de un momento a otro en su cara. El día siguiente estaría muy cargado: la entrevista, la publicidad… Y necesitaba empezar a comportarse como lo que debía, porque sí, el tiempo corría a paso veloz y de un minuto a otro, su realidad cambiaría.

El concepto “Familia”. Ese concepto que sólo podría conocer a través de la que estaba a punto de formar.

— ¿Nos vamos? — Terminó por decir antes de que los recuerdos que había logrado liberar retornaran a su mente. — Tu madre se va a preocupar, y qué decir de tu hermana.

— ¿Es todo? Ni siquiera un postre… — Se quejaba infantilmente. — Se nota que no sabes lo que es lidiar con tener hambre todo el día. Para ti es muy fácil.

— Jaejoong…

— Día, noche e incluso en la madrugada. Además no puedo apartarme de mi puesto de trabajo o el jefe me echa, o se enoja o pasa algo y sólo debo conformarme con esas tristes comidas que sirven para “aguantar”…

— ¡Jaejoong! — Esta vez le tomó del mentón con firmeza para que no siguiera hablando. — Sabes que soy incapaz de dejarte morir de inanición. Pero eso no será aquí, sino en mi departamento.

 Y como reacción automática, todos sus músculos se tensaron. La última vez que estuvo allí, había ocurrido su primer beso y él huyó hasta a su casa con muchísima dificultad… Incluso había olvidado “sus ojos”, como ocasionalmente llamaba a su bastón.

Ciertamente, Yunho estaba cumpliendo eso de no dejarlo caminar solo, sino agarrando su mano dulcemente hasta llegar al lugar mencionado. En ningún momento la soltó; era una forma de decir que después de todo, no podía permanecer mucho tiempo lejos de él.

Incluso pudo sentir cómo algo en su interior no paraba de hacer piruetas.

Tengo que relajarme. Perdónenme… Pero es que la voz de él… Siempre me ha hecho poner así.

— Siempre he pensado que este lugar es demasiado grande para mí solamente. — Mencionó como cosa casual mientras se sentaba a la par de Jaejoong en el suelo de la terraza y le entregaba un paquete de sus chocolates preferidos. — Mientras más amplio el lugar, más soledad y más frío se siente.

— Estoy seguro que si tuviera la oportunidad de vivir en un lugar con vista a la noche, me la pasaría durmiendo aquí viendo las estrellas… — Meditó un momento. — Bueno, y si pudiera verlas… Aunque esto no está nada mal, Yunho. Nada mal. En especial que me dieras mis dulces favoritos.

— Y supongo que aún no me perdonas…

— Esfuérzate. — Respondió mientras comía. — Convénceme.

Una brecha de silencio se hizo presente entre ambos. Era tiempo para que él dijera algo más. Jaejoong ya lo había dicho todo.

— Changmin me golpeó por petición de tu hermana… Al principio tuve que contenerme mucho, después comprendí que sus razones tenían. — Siguió armando su disculpa. — La razón por la que no quería alejar a Jenny, además de porque nunca ha sido una mala chica conmigo, es porque sentía que la iba a lastimar y al final te lastimé a ti… No me gusta que las personas se sientan mal, creo que sabes eso. — Suspiró fuertemente antes de continuar. — No me habría gustado que me hicieran un rechazo así en mis primeros meses de graduado. Es muy duro y este medio es muy duro… Pero al parecer ella confundió las cosas y Eun Yoo terminó diciéndome la verdad; que Jenny era hermana de ustedes dos.

— No puedo creer que te lo haya dicho antes que a mí. — Se suponía que Eun Yoo y él eran, más que hermanos, mejores amigos. Y ese secreto parte de su pasado, uno que definitivamente merecía saber.

— Eso no tiene importancia ahora… Lo que en verdad debes tener en cuenta es que tu hermana daría la vida por ti de ser necesario. En verdad te adora… No olvides que Eun Yoo apenas y alcanza la mayoría de edad.

Sabía que tenía razón, pero estaba tan adaptado a escuchar a su hermana lógica, analítica e inteligente que cuando se presentaban las actitudes impulsivas y sin premeditación, le era muy difícil asociarlas con Eun Yoo.

— Es la primera vez que conozco a alguien como tú… — Se atrevió a confesar Yunho. — Eres muy diferente a las personas comunes. Tú no vives pensando en lo malo o en lo que no puede hacerse porque, para tu concepto, eres capaz de todo y sin ayuda. Jamás, en toda mi vida, había conocido que una persona reuniera tanta belleza de espíritu.

—Eres muy talentoso. Tanto así que gracias a tu voz yo di contigo, ¿te das cuenta? Para luego terminar en esto. — Yunho sonrió porque sabía a qué se refería.

Sí, allí estaban esas nuevas vidas. Muy probablemente escuchando cada palabra que salían de sus bocas y alegrándose porque, por fin, appa se estaba dejando de tonterías.

— Jaejoong, te amo. Y creo que te lo repetiré siempre mientras esté con vida. Te amo… — Y volvió a besarlo, como si quisiera sellar esa especie de promesa.

En ese momento, no me importó si era cierto o si saldría con algo de nuevo, inesperado. Yo estoy seguro de una cosa: no importa qué, no importa cómo sea, yo siempre lo voy a recibir. Porque Yunho era y es mi hogar.

Jamás pude imaginar la magnitud de lo que se avecinaba… Sentía que iba a desmoronarme, pero al darme cuenta, él estaba allí.

Él seguía sosteniendo mi mano…



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— ¿Cómo se sienten al tener a una cocinera tan guapa con ustedes, chicos? — Alardeó Eun Yoo mientras hacía una especie de modelaje hasta ponerse frente al fuego instantáneo. — No, ¿saben qué? No respondan, sé que los dejé sin aliento.

— Pues no sé, dime tú qué se siente que tres famosos te dijeran que sí colaborarían en tu iniciativa. — Changmin sonrió con desdén haciendo que Eun Yoo, quien había amanecido de muy buen humor ese día, riera sonoramente.

El único que estaba serio entre el grupo inicial de la mañana era Hyunjoong que una vez más no encontró la oportunidad para decirle a la hermana de su amigo lo que le estaba pasando.

Mientras Changmin y Minho discutían cómo empezar a llamar la atención de los transeúntes, Eun Yoo organizaba todo lo que necesitaría para su labor de conseguir dinero… Y él se aguantaba las ganas de llevársela de allí y devolverla sólo cuando le haya dado alguna respuesta.

La incertidumbre no es algo que aguante fácilmente…

Se lamentó por no haberle dicho que antes de abrirles la puerta a esos dos locutores famosos, le respondiera aquella confesión.

— Entonces, ¿ya tenemos todo? — Preguntó para tratar de apartar esas nubes de duda de su cabeza. — ¿Alguien sabe dónde está Yunho?

— Avisó que vendría más tarde, después de su entrevista que por cierto me muero por escuchar. — Eun Yoo mostró de nueva cuenta una brillante sonrisa. — Anoche Jaejoong no estuvo en casa y él, haciendo de buen novio, me dijo que estarían los dos… Que necesitaban hablar de muchas cosas. — Les guiñó un ojo. — Pero, ¿qué diablos hacen allí como conejos iluminados? Ustedes dos, párense allí y tú, Kim Hyunjoong, ayúdame a servir.

En un abrir y cerrar de ojos, con que Changmin y Minho se colocaran estratégicamente, miles de chicas ruidosas se posaron en el local, haciendo así oficialmente su inauguración.

— ¡Hagan fila! — Gritó Eun Yoo entre las chicas que gritaban. Definitivamente, debió pensar en eso mucho antes.


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Haber nacido por medio de un “segundo plato” era doloroso para Jenny. Su madre siempre se encargaba de recalcarle que era un error, pero un error muy útil.

La primera vez que se lo dijo fue en esa oscura habitación cuando ella sólo contaba con trece años.

Si las paredes hablaran en ese lugar, contarían un sinnúmero de tragedias.

— Deja de atormentarte. — Hyun Woo le pasó un vaso con agua para intentar tranquilizarla. — No entiendo cómo sigues aquí. Tienes un futuro por delante… En cambio el mío está condenado a obedecer a tu madre el resto de mi vida para que no incriminen a mi hermano de algo que no hizo. La dueña de tu vida eres tú, no tu mamá.

— De ninguna manera puedo traicionarla… No soy capaz. Además, sólo conseguiría que termine con lo que empecé. Y no me malinterpretes, no es que ahora quiera a Jaejoong o a la otra mocosa… Es que ya no quiero seguir atormentándome. Esa sensación tan dolorosa sólo desaparece cuando estoy con Yunho y él ahora no me quiere a su lado.

Hyun Woo suspiró cansado llevándose ambas manos a sus sienes.

— Estamos a tiempo de no seguir con este plan, Jenny. Se supone que la felicidad propia se alcanza también cuando alguien que amas se realiza… Ya falta muy poco para que nazcan esos dos niños y merecen tener lo que ya tienen: dos personas que se aman. Busca tu camino y por sobre todas las cosas, logra perdonar a tu hermano… Él no es culpable ni tú de los errores que hayan cometido los adultos de ese momento.

Y en cuanto salió Hyun Woo, Yonna irrumpió para amenazar por tercera vez en esa semana a Jenny.

— Parece que me estás fallando otra vez. — Ese tono de madre conciliadora le era tan desagradable que le producía incluso un cierto asco. — Como veo que no podrás cumplir lo que te pedí, tendré que acabar yo misma el trabajo sucio.

Y como siempre, cuando algo no salía como quería, le halaba el cabello a su hija y alguno que otro golpe.

— ¡Hago lo que puedo! — Se defendió. — Necesito más tiempo… Las cosas se nos están viniendo abajo desde que Yunho sabe la verdad.
— A mí no me interesa tu enamorado. Me interesa Eun Soo y ese par de niños idiotas. Pero si no puedes terminar de amargarle la existencia yo misma me encargaré de dejarlos sin existencia en cuanto me sea posible.

Y cuánta razón tenía Yonna. Eso fue un trabajo muy fácil.
Pero nadie lo supo sino varias semanas después.

7 comentarios :

  1. ¡¡¡¡Ohh Por dios!!!! Que un camión mate a la Yoona antes de que se acerque a Jae y sus bebes…

    Espero que Jenny entre en razón acerca de lo que están haciéndole a Jae… en parte puedo entender el porqué de su obsesión por Yunho y ¿Odio? Hacia Jae… ella nunca ha recibido amor ni cariño de sus padres, es por eso que al verlo en ellos siente la necesidad de tenerlo para ella…

    Jae amor!!! Please se fuerte y ten en cuenta que Yunho estará contigo hasta el final!!!

    Gracias por el cap ^o^

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  2. Esa perra hay que matarla que le pase una aplanadora luego la rebanen y la quemen y las cenizas que queden que la revuelvan con pupu de perro y las entierren para que cuando se sequen no se dispersen por el aire espero que nos les haya pasado nada grave a ninguno y que jenny recapacite que ya le falta poco el amor lo puede todo y el amor que se tiene el yunjae es inmenso aparte del amor que los rodea de todas sus amistades y familia.......... bueno espero que sigas actualizando cada vez es mejor e intrigante y desespera esperar jajajaja.

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  3. Me uno a los otros dos cometarios... que alguien mate a Yoona por favooorr!!!!!! esa tipa no sabe hacer mas que tener envidia de lo que ella no tuvo por meterse con un hombre casado ¬¬

    Espero que jenny cambie de actitud y ayude a sus medios hermanos, no importa si no los frecuenta o se hace muy unida a ellos pero que los ayude a que esa tipeja no les haga daño, sobretodo a Jae que esa vieja esta obsesionada con acabar con el.

    Y Yunho mas te vale que sigas bien en tu cambio porque si no... olvidate de Jae.

    gracias por el capo!!!

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  4. como dije antes esta historia esta interesante, pero me preocupa las ultimas frases ...

    — A mí no me interesa tu enamorado. Me interesa Eun Soo y ese par de niños idiotas. Pero si no puedes terminar de amargarle la existencia yo misma me encargaré de dejarlos sin existencia en cuanto me sea posible.

    Y cuánta razón tenía Yonna. Eso fue un trabajo muy fácil.
    Pero nadie lo supo sino varias semanas después.

    me suena a que ya le paso algo a nuestro adorable jae esa bruja logro hacer algo, unamos fuerzas y desaparezcamos a esa desgraciada.
    Por favor continualo pronto.

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  5. ojala q las cosas entre yunho y jaejoong empiecen a mejorar ambos lo necesitan, merecen ser felicies

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  6. Al parecer jenny es asi por lo mala q fue su madre con ella, ojala se arrepintiera y ni siguiera haciendo daño, por otro lado q lindo yunho confesando su amor y apoyando a jae, ya quiero q nazcan los babys y sean la adoracion de omma y appa *w*
    Gracias por traducir

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  7. pobre jenny ya me dios tristeza...si realmente busca dentro de su corazón podría salvarse y dejar todo lo malo atrás e iniciar una nueva vida lejos de su omma...

    propongo que para que no quede rastro de yoona al morir alguien llene un tanque con ácido y la tire de cabeza...

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