Te agradezco todo, por ti puedo ser…
Yo mismo.
—Puedes encontrar otro trabajo.
Esa
era la enésima vez que Yunho le decía aquello. Jaejoong se había empeñado en
que para él eso no era demasiado importante.
Se
dedicaba a asentir cada vez que Yunho volvía a hacer el comentario o a
preguntar algo relacionado; lo hacía simplemente para evitar contarle sobre la
última experiencia que vivió en su trabajo antes de irse.
De
pronto, el camino al hogar de Jung Yunho se
—Lo sé, Yunho. Pero sólo quería aliviar
cargas en mi familia. — Sonrió
con pesar. Cada segundo era más difícil no comenzar a hacer preguntas. — He sido casi dieciocho años una carga. Un
poco injusto.
—No es así.
El
castaño lo miró un momento mientras seguía sus pasos. Aunque Jaejoong
destellara fuerza en medio de la crudeza de su impedimento, había ocasiones en
que sentía como si aquella fuerza mermara al darse un golpe contra la realidad.
Jaejoong
siempre supo que su lugar no era una escuela especializada en personas ciegas,
como lo fue su escuela primaria. Esas en donde lo prepararían para lo necesario
y limitarían todas sus capacidades.
Es
por esa razón que él había tomado la decisión de intentar ser como los demás.
Vivir una vida como cualquier chico de su edad.
—No sé si esto puede llamarse cualidad o
defecto. A veces no era tan malo, otras veces era mi propia tortura. Otras,
pensaba que ya me acostumbré a vivir de esta forma… Pero ahora sé que tengo una
razón por la cual luchar. — Negó con la cabeza. —
Mejor dicho, dos razones. Y te lo debo a ti. Gracias.
Desde
que Yunho lo conoció, a primera vista algo distinto al resto pudo notar. Algo
que hasta ese instante no se había enterado de que existía.
El
aura atrayente de Jaejoong, su rostro dulce pero que a la vez mostraba firmeza,
testarudo pero increíblemente sensato y una capacidad casi milagrosa de no
hacer caso a lo que el resto decía o murmuraba de él.
Era
ese mismo muchacho ciego que una vez vio en un ciber café imprimiendo algún
trabajo, ahora estaba a punto de darle el más maravilloso de los regalos.
Una
familia.
¿Cuánto
tiempo tardó en darse cuenta de que Jaejoong era la pieza que faltaba en su
vida?
Eres el único.
Eres el único.
Lo
miraba caminar a su lado y tuvo el impulso de tomar su mano suavemente,
quitándole su ya muy gastado bastón guía con el que toda la vida se había
sostenido.
—Gracias a ti.
Jaejoong sólo sonrió tímidamente.
Y
Yunho deseó que Eun Yoo consiguiera alcanzar pronto la suma que se habían
propuesto desde que iniciaron el proyecto de ventas para recaudar dinero. “La
alternativa”, lo habían bautizado.
Si alguien merece lo mejor eres tú.
No mereces sufrir más. Tienes que ser
feliz.
Sé feliz a mi lado…
Toda
la vida, Yunho había pensado en que si tuviese hijos, no cometería los mismos
errores que cometieron sus padres con él y su hermano. Amaría a sus hijos por
igual y, con ayuda de Jaejoong, les enseñaría a creer en ellos mismos. A lograr
cada meta que se propusieran.
Porque
omma demostró que sí se podía, sólo era cuestión de tener ganas.
Eran ya varias noches en que pensaba cómo sería la pequeña familia que estaban por ser.
— ¿Qué haremos después? — Preguntó de la nada Jaejoong, como si
estuviese leyendo sus pensamientos. —
Falta muy poco para que nazcan. Casi tan poco como para mi acto de graduación.
—Sólo puedo decirte que sería extraño
para ellos que tuvieran que pasar un fin de semana conmigo y otro contigo.
Jaejoong
se sintió incómodo ante aquellas palabras. Aunque estaba al pendiente de ello,
tampoco se podía apartar de su realidad casi inmediata que era la culminación
de sus estudios universitarios para tener un buen trabajo y brindarles un
futuro decente. Seguramente, el amor les sobraría.
—Ya se lo explicaremos. — Dijo con algo de desconfianza. Tampoco
era su idea. — Todo ha sido muy difícil
en este último tiempo. Primero es lo primero.
—No lo estás diciendo de verdad. ¿No me
dejarás vivir con mis hijos ni contigo?
La
única respuesta que obtuvo fue el silencio y una lenta sonrisa. Sabía que
Jaejoong aún era un muchacho que además era extremadamente responsable.
—Podrás. Sólo dame algo de tiempo… — Se detuvo en seco. — ¿Qué tal si mañana salimos en las noticias
andando por las calles de Seúl como si nada? Te meteré en un lío hoy. Imagina
eso, sumando dos pequeños. Ya puedo imaginar a las chicas de la televisión: La
disfuncional y extraña familia de Jung Yunho.
—Lo dices como si eso me importara
demasiado. Creo y espero haber sido lo suficientemente claro hace días cuando
esclarecí esos absurdos rumores.
Antes
de entrar al edificio, Yunho inspeccionó a Jaejoong minuciosamente. Hasta ese
preciso instante, no se había fijado en todos los detalles de su rostro.
Incluso sus ojos eran grandes y vivaces. Oscuros como la noche.
Y era
tan fino como el resto de su cuerpo.
— ¿Te sientes bien? — Preguntó nervioso cuando sintió una
caricia en una de sus mejillas.
—Sólo… No dudes de lo que siento. Haremos las cosas a tu ritmo pero apóyate en mí un poco.
—Sólo… No dudes de lo que siento. Haremos las cosas a tu ritmo pero apóyate en mí un poco.
A
pesar de que el ambiente era fresco, Jaejoong empezó a sentir que algo muy
cálido nacía. Y, como si entendieran que era por obra de Yunho, los dos
pequeños empeñaron toda su energía en moverse, haciéndose notar por la mueca de
dolor que colocó justo después de sentirlos.
Yunho
rió bajito y besó su frente, invitándolo a entrar. Ese día tenía pensado
mostrarle algo especial.
>>> ♥ <<<
—Ya déjame en paz.
La
chica salió a paso veloz del recinto educativo en cuanto escuchó a esa voz
fuerte llamándola. Se escabulló entre las mujeres que aún se encontraban
saliendo de la escuela, tratando de perder de vista a ese individuo. Pero ni así
pudo librarse.
— ¡Eun Yoo! — Volvió a llamar su padre. — ¿Podrías escucharme sólo un minuto?
La
nombrada se detuvo, encarándolo con el seño fruncido. Ya se encontraba
realmente hastiada de la situación.
—Te escucharé, pero tienes un minuto
exacto. Si no, llamaré a la policía porque esto ya comienza a ser un acoso.
—Quería ofrecerte mi ayuda para tu
proyecto de ayudar a tu hermano.
Eun
Yoo lo miró incrédula. No se le hacía posible que tuviese a su desaparecido
padre esperándola a cada salida de la escuela tan sólo para ofrecerle ayuda.
—No quiero ninguna ayuda tuya. Y menos
con dinero de tu vergonzoso negocio. Para mí eres un extraño y Jaejoong es mi
hermano. No sé si te habías dado cuenta, pero te conozco hace un mes.
Hizo
el ademán de mirar la hora en su móvil, pero no el hizo mucho caso. No le dijo
nada más a Min Seung; se limitó a acomodarse su mochila e irse, haciendo
omisión a si aquella actitud era descortés.
No lo puedo escuchar porque él no es nada
para mí.
…Él no significa nada.
Era
lo que se repetía simultáneamente caminaba lejos hasta su hogar.
Ya había logrado completar el dinero que necesitaba para la operación de su hermano. Ansiaba mirar la expresión que colocaría al darle la buena noticia y una sonrisa casi inconsciente se dibujó en sus labios.
Ya había logrado completar el dinero que necesitaba para la operación de su hermano. Ansiaba mirar la expresión que colocaría al darle la buena noticia y una sonrisa casi inconsciente se dibujó en sus labios.
Sin
duda, daría la vida por Jaejoong.
Por
otro lado, también se hacía un gran espacio en su cabeza la declaración que
prometió considerar al amigo de su hermano, Kim Hyunjoong. Le gustaba, sí. Pero
jamás se había planteado tener una relación alguna vez. Ella no era buena en
eso del romance.
Vivía
para Jaejoong y desde pequeña sintió el deseo de cuidar a su hermano, de ser
sus ojos mientras podía ayudarlo.
Iba
tan perdida en sus pensamientos que no se percató del momento en que llegó a
los suburbios.
— ¿A dónde vas tan sola? — Preguntó una voz, como intentando
parecer sensual. Eun Yoo enarcó una ceja al reconocer quién era.
—A casa, Changmin. Voy a casa. — Respondió divertida, logrando olvidarse
de la desagradable situación que había pasado.
—Supe que ya conseguiste reunir lo que
necesitabas. Me alegró mucho la noticia cuando Minho me lo contó. — Sonrió. — Mira lo que pude conseguir por allí.
Sacó
de uno de los amplios bolsillos de su chaqueta de cuero dos diminutas piezas
para recién nacidos.
Eun Yoo
pudo ver un brillo de ternura en sus ojos marrones. Changmin no solía ser ese
tipo de personas que demostraba sus sentimientos abiertamente pero al parecer,
el hecho de ser futuro tío de esos dos regalitos que vendrían en tan sólo tres
meses le había despertado un lado cálido.
—Te ha pegado fuerte esto. — Se le hacía muy tierno que hubiera
venido expresamente a traer obsequios. —
Estás orgulloso, se siente.
—Son una especie de bendición. Minho y yo
estamos muy contentos y tengo montones de ideas para decorar su habitación. — Movía sus manos como si tuviera un
enorme mural enfrente. — Sacaría de las
carpetas de la emisora el formulario que llenamos la primera vez que Jaejoong
llamó y lo colocaríamos en una pared para recordar cómo umma y appa se conocieron.
Eun
Yoo guardó silencio tratando de ocultar la risa que amenazaba con salir. Lo
poco que sabía, Shim Changmin no correspondía a la escena que estaba
presenciando.
Era
como ver a un niño emocionado porque recibió dulces.
Desde
que se conocieron de manera más o menos oficial, se habían convertido en muy
buenos amigos.
Y esa
amistad trascendería.
>>> ♥ <<<
La luz de la luna iluminaba el rostro de la hermosa muchacha que seguía sin poder ser feliz.
Jenny
Kim se encontraba frente al ventanal de una habitación de un hotel barato;
planificando meticulosamente su próxima jugada.
La
única persona que había amado realmente le fue arrebatada por Jaejoong. Porque
siempre era ese chico quien se encargaba de robarle la felicidad y el amor de
las personas que ella consideraba importantes.
Park
Hyun Woo dormía plácidamente en el sofá de la habitación, dejándole la cama
libre a su amiga.
…Él
por cuenta propia había decidido no volver a ver a Jaejoong. No quería ser
partícipe de hacerle la vida imposible a un muchacho ciego que simplemente
buscaba ser alguien de provecho y que amaba a una persona.
Jaejoong, a su juicio, era hermoso por dentro y por fuera y sólo podía desearle felicidades.
Jaejoong, a su juicio, era hermoso por dentro y por fuera y sólo podía desearle felicidades.
Pero
Jenny quería que se sintiera tan infeliz como ella se había sentido siempre.
Rechazada. Utilizada.
Rechazada. Utilizada.
Quería
que su madre estuviera orgullosa por una vez en la vida y que le ofreciera una
palabra de aliento.
Y
Jenny tenía muy claro que la única forma de lograr eso era cumpliendo con su
objetivo principal, ignorando la ética y su amor por el castaño.
Acabar
con la felicidad de Jaejoong aunque eso implicara una jugada por demás de
arriesgada.
—Perdóname, Park. — Le susurró a su amigo, la única persona que le daba un poco de soporte emocional. La noche antes le había dicho que iba a intentar llevar las cosas por las buenas, pero sería imposible. — Pero debo hacer lo que debo por mi madre.
Debo
deshacerme de un par de personas.
A su
mente acudieron el rostro de Minho, Changmin y Eun Yoo, junto con el de
Jaejoong y Yunho.
Pero
después de meditarlo cuidadosamente, llegó a la conclusión de que lo mejor
sería clavar la espina directamente.
Salió del hotel cuando el reloj marcaba las diez de la noche y llegó al departamento de Yunho veinte minutos más tarde, con la mejor cara de tragedia teatral que pudo colocar. Sabía que Jaejoong ya estaba en su casa. Desde un tiempo atrás, lo había estado estudiando y analizando sus horarios. Él nunca dormiría en el departamento de Jung Yunho si tenía obligaciones al día siguiente.
Su
corazón latió muy rápido después de que escuchó el sonido del timbre. Lo que
tenía pensado la superaba incluso sus propios límites; sólo tenía consciencia
de que su madre muchas veces solucionaba así los problemas. Rápido y sin dolor,
como solía afirmar Yonna.
Mientras
lágrimas reales empezaron a derramarse por sus grandes ojos marrones, pudo
recordar claramente las últimas palabras que Yunho le había dirigido hacía
varias semanas atrás:
Jaejoong es especial. Después de
conocerlo supe que no podría dejarlo.
No puedo dejarlo. Es lo que buscaba…
Consigo llenar ese vacío de mi vida cuando está conmigo. Su compañía es disfrutable
porque sabe escuchar y pudo comprenderme.
Y
Jenny Kim sabía que ese sentimiento tan vituperable se llamaba amor. Porque
ella misma lo estaba sintiendo en ese instante por aquel castaño que apenas se
dignaba a mover el cerrojo y abrirle.
— ¿Qué haces aquí? ¿Te han robado? — Escuchó que le preguntó antes de darle
rienda suelta a su llanto. Tan real como el rencor y el dolor que sentía. Por
ella misma, por su familia, por la vida de Jaejoong.
—Sólo… Quería verte. Me marcharé a los
Estados Unidos y no volveré en un tiempo. Vine para agradecerte por darme la
oportunidad de ser amigos. — Contuvo la respiración. —
Deseo que tu vida está ahora y siempre con mi hermano y tus hijos. — Yunho
le sonrió y le permitió entrar.
La
mirada de Jenny se fijó en una de las habitaciones del fondo que según pudo
distinguir, estaba pintada de tonos pasteles y dedujo, por lógica, que estaba
haciendo los preparativos para la llegada de los dos seres que se albergaban
dentro de Jaejoong.
El despreciable Jaejoong.
Es un fenómeno.
— ¿Quieres algo? — Escuchó la voz de Yunho desde la cocina.
Se dio cuenta de que el castaño, si no estaba dormido, por lo menos a punto.
—No. Sólo quería hablar contigo un rato
antes de retornar al hotel, si no te incómodo. — Trató de suavizar su mirada antes de que
se diera cuenta de que se encontraba mirando con dureza esa habitación.
Yunho
regresó hacia la sala de estar con seriedad y se sentó junto a la muchacha que
ya había cesado su llanto.
Sintió
un poco de pena por Jenny. Se le hacía tremendamente frágil y carente de
afecto; desde luego que fácilmente podría confundir sentimientos.
En alguno de esos libros que tuvo que leer en la universidad hablaban sobre ese tópico en particular.
En alguno de esos libros que tuvo que leer en la universidad hablaban sobre ese tópico en particular.
—No, no es molestia. — Colocó una de sus manos en su hombro derecho
con cariño. — ¿Llorabas por eso o hay
algo más?
—Yunho, debes saber que la única persona
a la que he querido es a ti. Y que aunque te deseo todo lo mejor, también soy
humana. — Jenny
mordió sus labios con vergüenza. — Me gustaría llevarme algo de ti a mi país.
Y sin
darle algo más de tiempo a reaccionar, se abalanzó sobre sus labios.
Antes de hacer lo que tenía pensado era necesario dejarse llevar por ese único anhelo.
Antes de hacer lo que tenía pensado era necesario dejarse llevar por ese único anhelo.
Quitarle
a Jaejoong algo que también era suyo así como él le arrebató el amor de su
progenitor.
Yunho es tu trabajo. No seas estúpida y
no caigas en sus juegos. Hacer sufrir a Jaejoong es una forma de hacer sufrir a
la desgraciada de su Eun Soo. Si su tesoro, al que tanto protegió, terminó su
vida como un patético ciego y siendo un muchacho “especial”, la forma bonita de
decir raro, entonces hagamos de su vida un especial también.
Pero
ya no había vuelta atrás y no podía engañarse a sí misma, aunque intentara.
Algo muy dentro de ella le decía que aquello estaba mal, que lo dejara y se
preguntaba si necesariamente estaba haciendo eso por convicciones o por amor.
Jenny
sabía cómo doblegar a cualquier clase de hombre y Yunho no fue la excepción.
Algunas caricias en el lugar adecuado bastaban.
Y así
fueron avanzando hasta topar contra el marco de la habitación de sus bebés y
reaccionó muy rápido.
—No. — Se alejó, pronunciando esa negativa con convicción. — Ya no más… Yo no le haré algo así a
Jaejoong… Porque lo amo. Antes estaba confundido, pero ya no quiero seguir
hiriéndolo. — Su respiración era agitada a causa de la fogosidad que había
adquirido el beso. — Espero que
encuentres lo que buscas, pero lo que buscas no es conmigo.
¿Es que no lo sabes?
El que conoce a Jaejoong ya no lo puede
dejar. Es como un ser adictivo.
Así es.
Así es tu hermano.
>>> ♥ <<<
Pero aún así, yo seguí de pie. Seguí porque he amado mi vida.
Con sus fallas y sin ellas. Y porque lo
adoro, más que a mí mismo.
Todavía no sé por qué necesito tanto de
su voz.
Sólo dos días más transcurrieron y me di
cuenta de que él en verdad me amaba.
Me ama.
— ¿Te das cuenta? ¡Vas a tenerlos antes
de tiempo si sigues así!
Heechul
no podía disimular lo alarmado que se encontraba por la cantidad de comida que
había en la bandeja de Jaejoong. Abundaba en comida dulce que le hizo ordenar
en alguno de esos restaurantes de comida rápida que hay por la zona.
—Heechul, si normalmente tengo hambre
todo el tiempo, ahora es mucho peor. — Se defendió. — Además,
estoy algo nervioso porque todavía no he podido contarle lo que escuché en el
restaurante a Yunho. Le fastidia hablar de su pasado y, en cierto modo, esa
herida debe terminar de sangrar para sanar.
—Si se lo ocultas quedarías como un
traidor. — Avisó
mientras que robaba un pedazo de la comida. —
¿Qué tiene de malo? Ya son adultos; Yunho vive por su cuenta y tú casi también
vives por la tuya.
—Pero su padre cree que su exitoso Jung
Yunho está casado con una bellísima mujer a la cuál embarazó y resulta ser que
esa “bellísima mujer, esposa de Yunho”
soy yo. No es precisamente una noticia agradable para él que espera que su hijo
mínimo consiguiera a una persona con sus cinco sentidos bien puestos.
—No seas tonto. Yunho tiene a una persona
con cincuenta sentidos bien puestos, no cinco.
Jaejoong
soltó una carcajada sonora ante el comentario de su mejor amigo. Heechul
siempre había estado asombrado por sus capacidades que compensaban su vista.
No sólo era brillante, sino buena persona. Pensó en muchas ocasiones que Jung Yunho no lo merecía.
No sólo era brillante, sino buena persona. Pensó en muchas ocasiones que Jung Yunho no lo merecía.
Porque
Jaejoong era la fuerza personificada.
Un
par de mesas más atrás se encontraba una chica que sonreía a cada palabra que
decían.
Revolvía
con lentitud su batido de frutas y sin darse cuenta, la tarde se le fue
escuchando a la persona que más le disgustaba.
La única manera en que yo podré ser feliz
es…
Acabando contigo, Kim Jaejoong.
Yoleht! Yo sigo este fic por Amoryaoi,, me encanta T_T pobre Jae,,, Yunho bflnlncw me da cólera... no sabía que tenías un blog...
ResponderEliminarOjala pronto subas una continuación en cualquiera de estos dos medios.
ese yunho si no hubiera tocado la puerta de la habitacion de sus hijos, no hubiera reaccionado, hay me pone un poquito celosa que yunho se deje tocar por una persona que no sea jae, este es un facil, pero creo que habra problemas con ellos por lo del padre de yunho y creo que ya no es justo que jae siga sufriendo, tiene muy mala suerte a pesar de tener un gran espiritu.
ResponderEliminarEsta jenny que odiosa se hace, quisi tentar a yunnie pero felizmente el fue fueete y su amor por jae puso mas que eata loca, gracias por actualizar *w*
ResponderEliminarbueno en vista de que faltan algunos comentarios para que puedas actualizar, comentare nuevamente ya que me gusta mucho el yunjae espero que mi comentario doble lo cuentes, esta historia me tiene muy fascinada y me gustaria que la continues quisiera sabre que va a ser esa vieja(alias hermana de jae) en contra del pobre yunjae, espero que yunho no vuelva desconfiar de jae y que no vuelva a dejar, ya que he notado que yunho es muy voluble en cuanto a sus sentimientos y eso no me gusta para nada, gracias.
ResponderEliminarPor favor continua pronto, este fic. Ánimos gambate.
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