jueves, 22 de junio de 2017

Out Of The Dark. Cap 10





Yunho empujó la puerta suavemente y entró en su habitación. Él estaba dormido, su respiración regular y tranquila. Caminó lentamente y en silencio al lado de la cama y se arrodilló mientras miraba a su hermoso rostro. Su cabello rubio se desplegaba sobre la almohada y Yunho no pudo resistirse a tomar algunos mechones y llevarlos a su nariz. Respiró profundamente, presionando las suaves hebras en su cara. Mientras que inhalaba su preciosa esencia, canela y vainilla, se dio cuenta de algo. Recordó ese aroma.

Un dolor agudo de repente atravesó su mente y sintió como si su cerebro estuviera tratando de reventar a través de su cráneo. Las imágenes comenzaron a volar por su mente, casi como fragmentos de una película. Vio a Jaejoong a un lado de la carretera, con el cuerpo muy quemado; una cama de hospital, sus ojos se estrechaban con ira; rodando un poste de intravenosa por un pasillo del hospital con Changmin persiguiéndolo; tambaleándose desnudo fuera de un cuarto de baño lleno de vapor.


De vez en cuando oía las conversaciones junto con las imágenes. Vio a Jaejoong en un avión fulminándolo con la mirada. Luego, en un bar, hermoso, con el cabello volando detrás de él mientras bailaba; en un gimnasio haciendo ese baile sexy con Key y Seulong; en un jardín, están de pie en una glorieta, él le dice que lo quiere mientras se sientan en un columpio, entonces ellos están de pie y él tiene sus manos en las caderas de él, sosteniéndolo frente a él.

Vio su primer beso, recordó haber estado enojado, Jaejoong había sido tocado íntimamente por otro, entonces él lo marcó. Jaejoong lo atrajo hacia él y lo besó con fiereza. Sintió las emociones de ese momento acometer sobre él, la lujuria, el amor, la alegría absoluta de tenerla en sus brazos.

Continuó arrodillándose en el suelo al lado de su cama, agarrando un costado en busca de apoyo a medida que más y más recuerdos inundaban su mente. Los recuerdos eran solo la mitad de todo: las emociones estaban sacudiendo su cuerpo. Su respiración era dificultosa y su corazón se sentía como si fuera a pararse en cualquier momento.

No supo cuánto tiempo estuvo arrodillado allí con los ojos cerrados. Pero finalmente había terminado y él estaba en el presente, en una casa más allá del velo, su compañero débil, moribundo, herido por sus palabras sin compasión. La maldición se rompió.  Yunho miró el rostro de Jae. Sus ojos aún estaban cerrados. Incapaz de detenerse, se inclinó hacia delante y suavemente presionó sus labios en los de él. Lo besó en la frente, las mejillas, la barbilla. Él sólo quería abrazarlo, para estar cerca de él.

Su respiración se detuvo cuando sus ojos se abrieron… se veían como hermosas esferas azules.

Jae lo vio en el minuto en que lo miró a sus ojos color ámbar. El reconocimiento.

Te acuerdas —susurró en voz baja, con miedo a la esperanza. Yunho asintió.

Cada. Precioso. Segundo. —Su voz estaba llena de emoción a medida que sus ojos empezaban a brillar.

Jae intentó con tanto ahínco no hacerlo, pero fue inútil. Comenzó con su cuerpo empezando a temblar, no podía controlarlo. Sus manos temblaban mientras las levantaba para cubrir su rostro y sus labios temblaban mientras un sollozo escapaba, y el dolor, la alegría, el miedo, la ira y el amor más fuerte que cualquier cosa que hubiera conocido latió en su cuerpo ya roto. Las lágrimas que llenaban sus ojos y fluían por sus mejillas empaparon su camisa y las mantas.

Él sintió los brazos de Yunho a su alrededor mientras él lo levantaba y lo ponía en su regazo, tomando su lugar en la cama. Él susurró su nombre una y otra vez. Profesó su amor, habló en una mezcla de Inglés y Coreano, y cada palabra lo hizo llorar con más fuerza. Esta vez, cuando él le apartó el cabello de la cara, lo hizo con familiaridad. Lo abrazó y lo tocó como él lo conocía. Ese pensamiento pareció empujarla sobre otra cornisa que no vio venir. Jae no pensó en el dolor mientras se apretaba más contra Yunho. Si pudiera haber trepado en su piel lo habría hecho. Hundió la cara en su cuello, sabiendo que él lo estaba empapando de lágrimas, pero necesitando olerlo y sentir su piel, necesitando su calor filtrándose en su cuerpo.

Jae no tiene ni idea de cuánto tiempo lloró. Sólo sabía que Yunho nunca dejó de frotar su espalda o su cabello. Yunho nunca dejó de hablar con él, tranquilizándolo. Le habló de la primera vez que lo vio, su primer beso, el momento en que supo que lo amaba. Era como si estuviera tratando de convencerlo de que él recordaba. No tenía por qué hacerlo, él podía sentirlo.

Finalmente se apartó lo suficiente para así poder ver su rostro. Él alzó la mano y secó las lágrimas de sus mejillas cuando finalmente habían dejado de surgir. Yunho sonrió tentativamente. Jae pensó que probablemente estaba asustado de que él lo echaría de nuevo, pero no creía que pudiera soportar estar lejos de él por más tiempo.

Te amo —le susurró.

Te he extrañado —susurró Jae de vuelta.

 Yunho presionó su frente contra la de él mientras escuchaba a ambos respirar. Jae cerró los ojos, disfrutando de la cercanía y, cuando sintió sus labios contra los suyo, él le echó los brazos al cuello y lo atrajo con más fuerza. Estaba muy débil, pero nada podría impedirle tener este beso.

 Yunho se apartó, sabiendo que tenía que ser amable con su compañero. Aunque la maldición se rompió, el vínculo aún no se había restaurado. No podía sentirlo en su mente ni podía mirar en la de él. Todavía estaba muriendo. Pasó el pulgar suavemente por sus labios mientras lo miraba.

Era hermoso, era suyo.

Nene, necesitas más de mi sangre. ― Jae asintió.

Lo sé.

El vínculo no será restaurado hasta que completemos los Ritos de Sangre. — Yunho dijo estas palabras con mucho cuidado. La última vez que habían hablado acerca de los Ritos de Sangre él había actuado como un idiota y estaba preocupado de que sacar el tema podría enfadarlo otra vez. No quería que Jae se enojara con él. Tal vez no lo dejaría abrazarlo si él estaba enojado y en este momento no había manera de que pudiera dejarlo ir.

Para su alivio, sonrió, pero sus palabras le hicieron fruncir el ceño.

No vamos a hablar acerca de los Ritos de Sangre en este momento, ¿de acuerdo?

La frente de Yunho se surcó, pero, decidiendo que él no necesitaba gastar más energía, lo dejó pasar… por ahora.

¿Vas a morder tu muñeca por mí otra vez? —le preguntó en voz baja, y él se dio cuenta que ahora que él estaba consciente de lo que iba a suceder le resultaba realmente vergonzoso.

No —respondió simplemente y los ojos de Jae se ensancharon mientras Yunho se apartaba la camisa de su cuello y hombro. Jae vio una de sus garras  alargarse y observó fascinado mientras él hacía un corte profundo a través de la zona en la que se reunía el hombro y el cuello.

Así es como una pareja toma de su compañero. — Yunho guío suavemente el rostro de Jae a su cuello y él pudo notar que estaba conteniendo el aliento, esperando que él pusiera su boca sobre él.

«Junsu no estaba mintiendo cuando dijo que esta cosa de tomar sangre era íntima», pensó mientras bajaba su boca a su piel. Estaba completamente vestido, sin tocarlo o ser tocado en cualquier forma íntima, sin embargo, se sentía desnudo y vulnerable. Escuchó un ronroneo y lo sintió en el pecho de Yunho mientras sus labios cubrían la herida y empezaba a tragarse su sangre curativa. Cerró los ojos mientras el líquido que esperaba que sea metálico, pero en realidad era dulce, bajó por su garganta.

 Yunho sabía que él había tomado suficiente, pero en su egoísmo no lo apartó. No había nada más intoxicante para un macho que proveer a su compañero. Y Yunho estaba proveyéndole con vida… su sangre lo mantenía aquí con él. Lo atrajo hacia sí con un último apretón y luego a regañadientes le susurró:

Es suficiente, nene. Puedes parar.

 Yunho sonrió cuando oyó su gruñido. Chico obstinado. Él finalmente retiró su boca y Yunho cubrió la herida tirando de su camisa de nuevo en alto y presionando sobre ella. Estaría cerrada en cuestión de un minuto. Se dio cuenta que Jaejoong no levantó la vista hacia él, sino que miraba a sus manos en su regazo.

Él puso sus dedos bajo su barbilla y suavemente la levantó. Sus mejillas estaban de color rosa brillante.

¿Mi compañero está sonrojado? ¿Kim Jaejoong sonrojado? —bromeó Yunho.

Bueno, maldita sea, Yunnie, no me dijiste que iba a ser así.

¿Así cómo? —Se estaba burlando de él ahora, con ganas de ver algo de vida restaurada en él, aunque solo sea por un rato.

Ya sabes —murmuró petulantemente.

No, amor. Eres el primero que alguna vez me hizo eso a mí. ¿Cómo voy a saberlo?

 Jaejoong lo miró fijamente y él sonrió mientras le levantaba una ceja.

Fue excitante —confesó él con fuerza— Estoy aquí muriendo, y hacer eso —señaló a su cuello— me excitó. Quiero decir, en serio, si eso puede estimular a un chico moribundo, se le debería advertir.

 Yunho intentó sostener a Jaejoong firmemente mientras se reía de sus palabras. La alegría y el alivio de tenerlo de vuelta, de reconocerlo y conocer el amor que sentía por él, era indescriptible.

Lamento no advertirte que tomar mi sangre de esa forma sería… — Yunho se aclaró la garganta antes de continuar, pero Jae se le adelantó.

¿Me pondría todo caliente y mojado?

 Yunho se inclinó hacia delante y lo besó suavemente.

No estés dolido conmigo, amor. La próxima vez te advertiré.

Jae trató de no reírse, porque sabía que iba a doler como el infierno. Y así fue. Se puso rígido mientras trataba de tragar el dolor. Yunho se puso de pie con él en sus brazos y lo colocó de nuevo en la cama. Metió las sábanas en torno a él, actuando en gran medida el papel de una mamá gallina. Jae lo divertía mientras le tocaba la frente. Como si él supiera qué sentir al hacerlo, resopló para sí mismo.

Cuando se volvió para dirigirse hacia la puerta, le entró el pánico.

¿A dónde vas? —Sus palabras salieron apresuradas, sonando de una manera más desesperada de lo que Jae alguna vez admitiría sentirse.

 Yunho se dio la vuelta y vio el miedo en los ojos de Jae. Regresó de nuevo justo a su lado.

No voy a irme… no te dejaré fuera de mi vista. Voy a traer a Siwon, así podemos hacer la vinculación y los Ritos de Sangre.

Los ojos de Jae se agrandaron como platos y chilló:

¿Ahora?

Sí, Jaejoong, ahora. No hay ninguna razón para que estés tumbado enfermo cuando puedo hacerte sentir mejor. Entonces… — Yunho se puso de pie a su completa altura y aplaudió con sus manos una vez y las frotó— vamos a solucionar este pequeño problema.

Jae comenzó a entrar en pánico. Necesitaba hablar con Junsu y Changmin antes de que Yunho fuese capaz de traer a Siwon para seguir adelante con esto.

Espera, Yunnie. ¿Puedo hablar con mis dos mejores amigos antes de hacer esto? Primero tengo que decirles que tú me recuerdas. Eso es más o menos importante. Y, quiero decir, esto es como una boda, ¿sabes? Necesito tener mi momento de chico antes que ate el nudo, por así decirlo. —Jae sabía que era un argumento débil, y a juzgar por la ceja levantada en la deliciosa cara de Yunho, él no se lo creyó.

Les diré que entren, pero la puerta permanece abierta para que pueda verte.

Pese a que Jae sabía que iba a dolerle, tuvo que poner sus ojos en blanco ante las palabras de su compañero.

Aquí vamos otra vez con esa basura. ¿Te gustaría conseguirme una campana para mi collar, así puedes saber cuando me muevo?

 Yunho sonrió mientras abría la puerta.

Esa es una buena idea, nene, gracias por la sugerencia. ¿Ves? Sabía que haríamos un gran equipo.

Jae gruñó, bueno, lo más parecido a un gruñido que pudo reunir con el dolor, y murmuró en voz baja:

Pensarás en el gran equipo cuando esté envolviendo el collar alrededor de tu…

¿Qué fue eso, amor? — Yunho estaba parado junto a la puerta con Junsu y Changmin mirándolo con una sonrisa cómplice.

Dije que haremos… somos… —Jae estaba tartamudeando por palabras y finalmente sólo se conformó con—, ¿vamos equipo?

Junsu y Changmin ahora se reían mientras Yunho lo miraba fijamente a través de sus conocedores ojos y dándose un golpecito en el oído, dejando en claro que podía oír su murmullo muy bien. Jae hizo un gesto para nada propio de un joven.

Eso sólo causó que Changmin y Junsu se rieran más fuerte cuando Yunho respondió:

Eso deberá esperar hasta que te cures, nene. Una cosa a la vez.

Jae profundizó su ceño y finalmente abandonó el combate con su compañero y miró a sus dos mejores amigos.

Ustedes dos, hienas, metan sus traseros sonrientes aquí y cállense. ― Junsu y Changmin dejaron la puerta abierta, según las instrucciones de Yunho, por supuesto, mientras caminaban hacia la cama de Jae.

Necesito hablar con ustedes —susurró Jae.

Por eso entramos —susurró también Junsu.

¿Por qué susurramos? —añadió Changmin.

Porque puedes apostar por tu gitano trasero que ése orejas de águila ahí fuera está escuchando cada sonido que hago. Así que vengan más cerca, esto es importante. Primero, tienen que saber que Yunho recuperó sus recuerdos.

¿QUÉ? —dijo Junsu más o menos en grito susurrado.

¿Cómo? —preguntó Changmin en una voz más fuerte.

Shhh. —Jae balanceó su mano hacia ellos—. Él me ama —dijo en una especie de tono de lo más “obvio”.

¿Así como así? ¿Pasó de “vamos a hacer lo mejor posible” a “ahora te amo”?

Realmente no sé cómo ocurrió, estaba dormido. Pero cuando me desperté él estaba sentado allí mirándome como si fuera lo mejor desde el pan rebanado. Y lo supe. Sabía que me reconocía. No sé si alguna vez he estado tan aliviado en mi vida.

Estoy muy feliz por ti, Jae. Has pasado por un infierno y no puedo imaginar lo que sería que tu compañero no te conozca —dijo Junsu sobriamente.

Bueno, fue una mierda, eso es seguro. Pero tengo cosas más importantes que discutir.

¿Más importante que Yunho amándote? —Changmin lo miraba incrédulo.

Changmin y Junsu se acurrucaron cerca de Jae, tratando de no tocarlo, pero en ese momento a Jae no le importaba el dolor… necesitaba el apoyo de sus amigos en esto. Jae tomó a ambos de sus muñecas y tiró de ellos aún más cerca.

He tomado una decisión —susurró Jae a sus dos mejores amigos.

Junsu y Changmin se quedaron quietos mientras esperaban a que Jae continuara. Pudieron ver en su cara que esta decisión le era un muy mal sabor en la boca.

Esto suena peligrosamente parecido a una declaración que vamos a pensar que es impetuosa e idiota —susurró Changmin bruscamente, levantando una ceja.

Jae lo calló mientras él ponía sus ojos en blanco.

Lo digo en serio. Una vez que oigan mis razones creo que entenderán.

Eso me dice que de todo corazón vamos a pensar que estás diciendo puras estupideces —gruñó Junsu tan suavemente como pudo.

Jae no sabía que él estaba jugueteando con la manta en sus manos hasta que Changmin puso su mano sobre ellas, calmándolas. Él levantó la mirada y apretó su mandíbula, sus ojos se estrecharon y aunque estaba muy débil, trató de dar la impresión de estar firme y seguro. Basado en sus miradas no los estaba engañando. Decidiendo que no había nada más que pudiera hacer para mostrarles que hablaba en serio, habló suavemente, pero con firmeza.

No voy a completar el vínculo de compañero y no voy a hacer los Ritos de Sangre.

Junsu y Changmin, quienes se habían inclinado hacia adelante para oírlo, se pararon bruscamente, como si un fuerte viento los hubiera forzado hacia atrás. Las bocas de ambos chicos cayeron abiertas. Jae esperó y esperó… y esperó un poco más. Justo cuando pensaba que ambos habían tenido aneurismas, Junsu rompió el silencio riéndose histéricamente.

Shhh. —Jae agitó sus manos en el aire tratando de hacer callar a Junsu—. Cierra el pico, princesa lobo.

Changmin miró de Junsu a Jae y luego se unió. Los dos chicos se rieron hasta tener lágrimas bajando por sus mejillas. Jae finalmente se rindió tratando de callarlos y sólo esperó hasta que ellos recuperaran la compostura.

Oh, hombre —dijo Junsu, limpiando la humedad de su rostro—. Qué buenos tiempos, Jae. Buenos tiempos.

¿Por qué diablos estaban riéndose de mí como si un tercer pezón me hubiera brotado en mi frente?

Junsu bufó.

Eso es muy gracioso también, pero lo primero fue clásico. ― Jae esperó por una explicación.

Esta vez Junsu no susurró.

Si crees que el hombre que pasó las últimas semanas atravesando por un infierno va a dejarte escapar tan fácilmente, no has estado prestando atención. — Junsu frunció los labios— Después de descubrir que te estabas muriendo y fuera de su alcance; después de ir en contra de su propia naturaleza y proteger a la manada antes que a su compañero; después de pasar estas semanas con la mayor parte de su vida olvidada, su compañero olvidado, por lo tanto la mitad de su alma desaparecida; después de todo eso, ¿realmente crees que él sólo va a sonreír, palmearte en la espalda y decir: “ten una buena vida, Jae”?

Jae empezó a protestar pero Changmin levantó una mano para detenerlo, y fue él el que continuó con la diatriba que Junsu había empezado.

A través del vínculo, te sintió… un extraño para él, y sin embargo estuvo innegablemente atraído por ti. Te sintió desvanecerte y, aunque no entendía lo que eras para él, supo que moriría antes de dejarte pasar de este mundo al más allá. Lo observé cuando vio a Hayami llevándote a través del bosque. Vi como estuvo preparado para matar a cualquiera que se te acercara. Me ayudó a hacerte el RCP, te limpió, te vistió, y nunca abandonó tu lado. Te alimentó con su sangre, te cantó, te cepilló el cabello, te habló, y Yunho, ese bruto enorme, melancólico y sin emociones, cuando te vio yacer en ese mismo suelo —Changmin señaló a donde Jae había yacido muerto—, sin vida, no se dio por vencido. Llorando, se negó a dejarte ir. Dijo que no te perdería y no lo hizo. Así que si crees que después de todo eso va a simplemente quedarse tranquilo, entonces vas a enorgullecer a ese cabello que tienes, ya que vas a cumplir de lleno el papel de rubio tonto.

Jae estaba negando con la cabeza de lado a lado a la vez que una lágrima se deslizaba por su mejilla.

Si completamos el vínculo y algo me sucede, morirá. —La voz de Jae fue suave, rota— No puedo soportar la idea de que algo le pasara por mi culpa. Sigo queriendo estar con él, pero no quiero que su alma esté atada a la mía. No seré responsable de su muerte.

Normalmente, Jae, apostaría por ti cualquier día de la semana. Pero esta vez —dijo Junsu, negando con la cabeza—, esta vez apuesto por el lobo.

Jae se estremeció cuando sintió un dolor agudo en su corazón. No un dolor físico, exactamente, pero igual de brutal.

Los tres chicos miraron a la puerta cuando escucharon un gruñido bajo. Yunho estaba de pie allí, sus enormes hombros tapando completamente la abertura, sus ojos estaban brillando, su respiración era Junsu miró de Jae a Yunho y una sonrisa maliciosa se extendió por su rostro.

Changmin, tráeme palomitas de maíz. Esta es una retribución por todas las veces que Jae metió su nariz en mis asuntos con mi compañero. —La sonrisa de Junsu era absolutamente indomable.

Jae bajó la cabeza. Fue entonces cuando Junsu se dio cuenta cuánto daño le había causado a su amigo tomar esta decisión.

Va contra la naturaleza, Jae. Ambos sufrirán. —Junsu pasó la mano sobre el cabello rubio de Jae a la vez que miraba a sus ojos azules— Fue creado para ti. Deja que te amé. Deja que te cuide. Si rechazas el vínculo, rasgarás tu corazón en dos.

Pero él vivirá. —Aunque la mirada en los ojos de Jae mostraba a su corazón partido, la voz de Jae estaba llena de determinación, mostrándose lo decidido que estaba con su decisión.

Te queremos —le dijo Changmin a la vez que agarraba la mano de Junsu y tiraba de él hacia la puerta.

Mientras esperaban que Yunho pasara junto a ellos, él se volvió para mirar a Changmin y Junsu, ambos se estremecieron bajo su mirada intensa.

Felicidades por recordar a tu compañero, Yunnie —soltó Junsu mientras se apretaba lejos del lobo completamente cabreado.

Nos estábamos yendo —dijo Changmin.

 Yunho se volvió a girar hacia Jae, sin molestarse en reconocer la palabra de ellos. Se hizo a un lado y cuando la puerta se cerró el silencio descendió. Tras una breve pausa, se acercó a su compañero. La necesidad de tocarlo lo estaba casi abrumando, poniendo nervioso a su lobo.

Llevó una silla junto a la cama. Puso sus codos sobre la manta y las manos suavemente sobre el muslo de Jae. Al principio no habló. Simplemente se la quedó mirando con esos brillantes ojos ámbar. Jae empezó a inquietarse bajo su escrutinio. Bajó la mirada hacia esas manos grandes sobre su pierna, manos capaces de romper un hueso, pero que siempre habían sido cuidadosas con él.

Mírame, Jaejoong. —Su voz fue suave, pero sus palabras fueron una orden.

 Jaejoong dudó, pero finalmente levantó los ojos para mirarlo. Yunho extendió una mano y le acunó la cara. Jae dejó escapar un lento suspiro ante el contacto. Sin pensarlo, acarició con su mejilla su mano y sonrió cuando Yunho soltó un gruñido bajo.

Crees que puedes contenerte de mí. —No fue una pregunta. Jae no negó las palabras.

¿Por qué? —preguntó.

Jae intentó apartar el rosto de su mano pero él no lo permitiría.

He estado pensando… todo este tiempo de estar en la cama, retorciéndome de dolor hace que un chico reflexione sobre su situación. —Jae habló rápidamente, preocupado que si no lo decía ahora luego no sería capaz. Porque mientras estaba sentado aquí tan cerca de él, su aroma rodeándolo, su resolución estaba flaqueando.

Las siguientes palabras de su boca fueron un golpe al estómago y lo bastante doloroso como para quitarle la respiración a Yunho.

No completaré el vínculo de compañeros o los Ritos de Sangre. No puedo. —La voz de Jae vaciló sin poder mirar a Yunho a los ojos, en cambio, miró fijamente la mano que él seguía teniendo sobre su muslo.

La mano de Yunho bajó de su rostro y el frío que lo atravesó debido a esa pequeña acción casi causó que se lanzara en sus brazos y le rogara que siga quedándose con él. Finalmente lo miró y lo que encontró lo dejó sin respiración.

Él gruño un “No” como respuesta. Sus ojos estaban aún más brillantes de lo que Jae los haya visto; sus garras afiladas habían descendido.

No me mires con temor en tus ojos. Soy tu compañero. No podría herirte más de lo que podría matar a un niño.

Jae se dio cuenta que estaba hablando con el lobo. Yunho había abandonado la habitación.

Bajo su mirada inquietante, Jae sintió su poder atravesarlo. Lo estaba haciendo someterse por primera vez. No luchó contra ello, pero bajó la mirada y desnudó el cuello.

No te dejaré ir —le dijo el lobo de Yunho, su voz áspera.

Tampoco permitiré que mueras por mi culpa. —Una lágrima se deslizó por el rostro de Jae. No se molestó en limpiarla porque sabía que más la seguirían. Muchas más.

No es tu decisión. Eres nuestro compañero, te protegeremos.

Jae sacudió la cabeza y sus hombros temblaron con los sollozos. No sabía cómo manejar las emociones que lo atravesaban. Por lo general mantenía la histeria bajo control, pero últimamente parecía haber un montón de cosas que, en pocas palabras, estaban más allá de su exterior de chico fuerte. Por más que se repitiera que aguantara y lo afrontara como un chico grande no podía detener el dolor rasgándolo. El dolor era exhalado de sus mismos poros.

Sintió la cama hundirse bajo el peso de él cuando se sentó a su lado. Para su sorpresa, lo llevó a su regazo. Eso lo deshizo. Le rodeó el cuello con sus brazos y empujó su rostro en ese lugar. Cuando escuchó suaves palabras dichas en Coreano, supo que su hombre había vuelto.

Jae se retiró para mirarlo. Bien, así que el lobo se había retirado un poco, sus ojos seguían brillando. Pero era obvio que Yunho había aparecido también.

¿Por qué te pones en esta situación, cariño? —Las manos de Yunho se deslizaron bajo el dobladillo de la camiseta para frotarle la espalda. El toque de piel contra piel era una de las maneras más vitales para calmar a un lobo. Jae se recostó contra su toque y ocultó el rostro de los penetrantes ojos ámbar que veían demasiado.

Nos hemos conocido por cinco meses, Yunho. En esos cinco meses he muerto casi tres veces.

 Yunho gruñó y lo apretó más contra su pecho, causando que él hiciera una mueca de dolor, pero negándose a dejar escapar un sonido que hiciera que aflojara su sujeción.

Si hubieras estado vinculado conmigo, habrías muerto. No puedo aceptarlo.

Eres un Alfa —le dijo Yunho— Está en tu naturaleza proteger. Puedo entenderlo, Jaejoong. Pero no me protejas a mí. Ese no es tu trabajo.

No estoy de acuerdo —empezó Jae.

Puedes no estar de acuerdo todo lo que quieras. Tu trabajo es amarme, sacarme a mí y a mi lobo de la oscuridad que nos convertiría en los asesinos más letales. No necesito tu protección, amor, necesito tu luz. Necesito sentir tu tacto sobre mi piel porque sólo eso calma a mi lobo. Necesito tu aroma envolviendo mi cuerpo. Necesito tu sangre corriendo a través de mí. — Yunho inclinó la cabeza de Jae hacia arriba para poder ver en sus brillantes ojos azules— Mi lobo necesita que juegues con nosotros, que nos desafíes. Hay veces que necesitamos que te sometas, y veces cuando eres la última persona que querríamos que se sometiera a nosotros. Eres mi amado y también el amado de mi lobo. Eres mi compañero, la otra mitad de mi alma. Eres lo único que me pertenece y conmigo no para otro. Para mí, no hay vida sin ti. —Observó como las lágrimas caían de los ojos de su amado, y el miedo, el dolor y el amor pulsaban detrás de ellos—. Vínculo o no, Ritos de Sangre o no, cuando dejes este mundo te seguiré.

Jae lloró con más fuerza aún ante su declaración, su frente cayendo contra el pecho de él.

¿Podrías vivir tu vida sin mí en ella? —le preguntó él suavemente. Su cabeza se alzó de golpe.

No —dijo Jae con firmeza.

Entonces, ¿qué te hace pensar que puedo vivir sin ti?

 Yunho vio que sus palabras por fin atravesaron la cabeza dura de su compañero, a través de su firme determinación.

Jaejoong. —Su nombre fue un susurro en sus labios.

Lo miró a la cara, sus ojos brillantes, su fuerte mandíbula, sus labios sensuales. Él era suyo. Jae se dio cuenta mientras lo escuchaba razonar con él que nunca sería capaz de vivir esta vida y no estar unida a él. La idea la estaba partiendo en pedazos. Cuando empezó a dejar ir esa opción sintió a su respiración calmarse.

Te quiero —dijo las palabras que él le había dicho hace lo que parecían años en un jardín interior parados en una glorieta— He esperado más de un siglo por ti.

Jae jadeó cuando él levantó el borde de su camiseta, revelando las marcas oscuras del tatuaje que eran idénticas a las de él.

Sus dedos trazaron las marcas mientras decía:

Llevas las marcas que nadie más llevará, marcas que dicen que eres mío. No hay nadie más que se lleve el vacío de mí y nadie más que pueda amarte como yo lo haré. Te quiero.

Jae se removió en su regazo y puso ambas manos a los costados de su rostro. Sus ojos se entrecerraron mientras él miraba fijamente a su destino.

Y entonces me tendrás —susurró él contra sus labios.

Sus labios presionaron firmemente los de él mientras envolvía un brazo en su cintura. Con la otra mano, le ahuecó la nuca como para evitar volver a dejarlo.

 Yunho alejó sus labios lo suficiente para decir:

Esta noche. Esta noche terminamos con esto.

Jae sonrió contra sus labios, sintiendo la urgencia de él cimentarse.

¿Demasiado impaciente? —preguntó con una sonrisa que casi alcanzó sus ojos.

No tienes idea —susurró en su oreja, causando piel de gallina por su cuerpo.

Jae cerró los ojos y respiró lenta y profundamente varias veces mientras permitía que la respiración, el beso y las caricias de Yunho aliviaran el dolor que él había causado para sí mismo.

 Yunho se apartó un poco y puso su frente contra la suya, respirando con fuerza.

Nunca te dejaré ir.

Como si lo quisieras —bromeó él, recuperando el amor que le trajo a él tanta alegría— Hay todo tipo de genialidades pasando aquí.

 Yunho gruñó.

Cariño, creo que es hora de que compartas la genialidad. —Su voz fue una caricia sensual.

Jae se estremeció.

¿La ceremonia será esta noche?

Él asintió una vez como confirmación.

Entonces, ¿esta noche voy a propagar amor, por así decirlo?

Yunho sonrió con una sonrisa de lobo y otro estremecimiento atravesó su cuerpo.

Me encantaría eso, pero tienes que curarte. Esta noche nos vincularemos y haremos los Ritos de Sangre, te haré mío. Pero nuestra consumación tendrá que esperar.

Jae se rió.

¿Qué te hace reír? —preguntó él, desconcertado.

¿En serio dijiste consumación?

Chico irrespetuoso —gruñó Yunho mientras tocaba suavemente su labio inferior. Eso trajo un temblor de consciencia ante la cercanía de sus cuerpos, lo cual trajo otra risita por parte de Jae.

Ahora, ¿qué es tan gracioso? — Yunho levantó una ceja hacia él. Él negó con la cabeza.

Lo siento, estaba pensando que Changmin va a estar enojado por ser el único que quede en el club de frustración sexual.

 Yunho rió.

Oh, no sé. Hayami parece más que apto para convertirse en un miembro.

 Yunho se puso de pie y lo recostó en la cama. Se agachó y lo besó una última vez como Kim Jaejoong. Sus siguientes besos serían como compañeros y, poco sabía él, como esposos.

 Yunho sonrió para sí mismo ante el pensamiento. Era mejor mantener a su pequeño compañero fiera en ascuas, la diosa sabe que Jae iba a ser un constante desafío.

Tienes dos horas para prepararte. Voy a enviar a Changmin y a Junsu para ayudarte. Me doy cuenta que hay poco tiempo, pero no te estreses. Lo único que me importa escuchar de tu boca es un sí. No pienses más, Jaejoong. — Yunho miró tan profundamente en sus ojos que él juró que vio su alma.

 Jaejoong sonrió suavemente y dijo con su voz más burlona:

Uno de estos días, bola de pelos, tú y yo vamos a bailar tango y vas a desear, aunque sea brevemente, que haya dicho no.

 Yunho se paró y rodó sus hombros, su metro noventa y cinco se cernía sobre él. Desnudó sus dientes, sus caninos alargados.

Supongo que no te he dicho cuánto me gusta bailar contigo, e incluso tú deberías saber que no hay nada más que encienda a un Alfa que su compañero desafiándolo. Así que, si alguna vez deseo que hayas dicho no, entonces, cariño, será sólo porque es mi forma favorita de juego previo.

La boca de Jae cayó abierta ante su declaración. No se perdió la mirada petulante en sus ojos que decía que sabía que lo había dejado sin palabras. Y hasta el momento, él era la única persona, lobo, o lo que sea, en la tierra capaz de hacerle eso. Y aquí estaba él, iba a estar unido a Yunho por siempre. Lo observó salir de la habitación pavoneándose, un pavo real orgulloso de haber sorprendido a su compañero.

Junsu y Changmin entraron solo segundos después que Yunho se fuera. Podía verlo parado en la otra habitación. Se aseguraba de que él nunca estuviera fuera de su línea de visión y aunque parte de él quería poner los ojos en blanco por su proteccionismo, la otra parte disfrutaba de su atención y cuidado.

Todavía no se había recompuesto cuando sus dos amigos se acercaron a la cama.

Bien, tengo que saber lo que dijo para poner esa mirada en tu cara. — Las cejas de Changmin estaban levantadas hasta su línea de cabello mientras miraba a Jae.

Eso sacó rápidamente a Jae de su estupor temporal.

Acostúmbrate a la decepción, pequeño Changmin. Nunca repetiré lo que ese pervertido acaba de decirme.

Junsu rió.

Oh, no. —Se subió a la cama, a los pies de Jae y se acostó de lado— Si lo crees pervertido ahora, espera hasta que el aspecto físico de su relación tenga una gran y enorme señal verde. Lo juro, tener un vínculo mental con tu compañero es como tener dos entradas de primera fila a una interminable película porno.

Ahora fue el turno de Changmin dejar caer la mandíbula abierta y volverse de todas las tonalidades de rojo. Jae no pudo evitar la risa que salió forzada a pesar de su gemido de dolor después.

¿Cómo lo sabes? Nunca has visto una porno. —Jae bufó.

Bueno, puedo asegurarte que no es un especial después de la escuela los que pasa por la cabeza de mi compañero el noventa y cinco por ciento de las veces.

Changmin chilló.

¿Noventa y cinco?

Tranquilo, sanador. Creo que tienes un poco de tiempo antes de que tu lobo te reclame. —Las palabras salieron de la boca de Jae antes de poder detenerlas. Un ciervo cegado por los faros no tenía nada que envidiarle a la mirada en el rostro de Jae.

Changmin y Junsu dijeron a la vez:

— ¿Qué?

Jae dio marcha atrás tan rápido como pudo.

No me refiero a una bola de pelos, sólo, ya sabes, un chico. Como todos son perros bien podría llamar a tu futuro hombre un lobo. Es sólo una expresión, forzada por el hábito de que estamos constantemente rodeados por bolas de pelos innaturalmente finos y demasiado apuestos para su propio bien, infestadas de pulgas. —Jae respiró hondo—. Entonces, ¿podemos volver a mí y prepararme para una de las dichas bolas de pelos?

Changmin parecía como si quisiera protestar pero Junsu rápidamente se entrometió, dándole a Jae la mirada de “esta conversación no ha terminado todavía”.

>>>♥<<<

Desdémona rara vez perdía los estribos, pero este era uno de esos raros momentos. Había sentido la ruptura de la maldición, tan poderosa que la había golpeado en la espalda. Cuando se puso de pie, sus ojos se arremolinaron como el mar en una tormenta y su cabello azotaba a su alrededor. Un cachorro la había superado. Agarró lo primero que pudo alcanzar y lo lanzó contra la pared. Un frasco de corazones de cabra, no era una gran pérdida, esos se vendían a montones.

Respiró profundo varias veces, tratando de recuperarse. No iba a dejar que sus emociones la controlaran. Las emociones eran debilidad, y no había lugar para la debilidad en su negro corazón.

Alguien tenía que estar ayudando a los lobos. No había manera de que fueran más poderosos que ella, y de ninguna manera habrían sabido qué buscar con el fin de romper la maldición, a menos que alguien le diera un empujón en la dirección correcta.

Así que parece que las Fae han salido de su escondite. —Una sonrisa maliciosa cruzó su rostro hermoso y cruel— Me pregunto si recuerdan cómo jugar. Me atrevo a decir que no me van a encontrar como la presa fácil que alguna vez fui. —Mona estaba hablando en contra del viento, el cual alentaba su voluntad, su ira, y la furia que echaría sobre aquellos que intentaron oponerse a ella— Perizada —habló en la brisa— ¿Crees que no qué estás ayudando a los lobos? ¿Crees que puedes esconderte de mí? Escúchame ahora, antigua Fae. Voy a arrancarte el corazón del pecho y darme un festín con él mientras todavía late.

La risa que brotó de su pecho hizo que la hierba se marchitara y los animales se ocultaran de la maldad que fluyó desde su boca hacia la noche.

>>>♥<<<

Bueno, lo primero que hay que hacer es escribir tus votos. —Junsu le entregó a Jae un lápiz y papel.

¿Qué dijiste? —Jae enarcó las cejas ante Junsu.

Recuerdas que Yoochun y yo recitamos los que habíamos escrito junto con los votos ceremoniales tradicionales, ¿cierto? ¿Estabas prestando atención en absoluto en mi vinculación?

Jae trató de pensar en aquella noche y se acordó de haber estado un poco distraído por cierto lobo taciturno.

Podría haber estado un poco preocupado —confesó Jae, honesto y sin remordimiento.

Cuando Junsu y Changmin simplemente lo miraron fijamente mientras él sostenía la pluma y el papel, sus ojos saltaron de uno a otro.

¿Qué?

Empieza a escribir, solo tienes dos horas y todavía tenemos que arreglarte y embellecerte.

Jae dejó escapar un profundo suspiro y luego se quedó mirando la hoja en blanco. «Votos», pensó. «¿A qué estoy haciendo voto exactamente?» Jae cerró los ojos y pensó en cuando por fin había visto el reconocimiento en los ojos de Yunho, el momento en que se había dado cuenta que él lo recordaba y él había perdido todo el control. Cada pedacito de ira, miedo, dolor, amor, alivio y la alegría que había sacudido su cuerpo.

Ahora sabía lo que tenía que decir.

>>>♥<<<

Una Hora y Cincuenta Minutos Más Tarde…

Jae se puso de pie con la ayuda de Junsu y Changmin, y se miró en el espejo.

No voy a salir de esta manera. —La expresión en su cara y el acero en su voz hizo muy claro que alguien iba a tener que arrastrarlo fuera de ese baño— Me veo como si Mary-Kate Olsen hubiera tenido un hijo con Jaejoong Love Hewitt.

Está bien, entiendo la referencia de Mary-Kate. —La frente de Changmin se frunció—, porque has perdido mucho peso, pero no entiendo lo de Jaejoong Love.

Jae puso los ojos en blanco.

¿Ves lo delgado que estoy? —Changmin asintió— Está bien, entonces mira de arriba a abajo y dime cuál de estas cosas no es como la otra.

Los ojos de Changmin escanearon a Jae por completo y su rostro aún estaba en blanco. Jae dejó escapar un suspiro exasperado.

Pechos, Min. Todavía tengo pechos grandes —dijo él secamente.

El rostro de Changmin se iluminó como si una bombilla de luz se hubiera encendido.

Lo tengo. Flaco como Mary-Kate, pero exuberante como Jaejoong. Lo siento, en cierto modo creo que lo pasaré por alto, ¿eh?

Bueno, cuando tienes que explicar el sarcasmo entonces, sí, de alguna manera pierde su empuje. No te preocupes, tengo mucho más para seguir.

Jae se volvió a mirar en el espejo en el traje negro simple que, desde el frente, era engañosamente modesto. Pero la parte de atrás, bueno, no tenía una. La camisa era abierta hasta justo por encima de lo indecente. Peri se lo había llevado, y cuando él se lo puso, la Fae rio disimuladamente. Cuando Jae dio una vuelta para ver por qué la mujer se reía disimuladamente, casi se ahogó. No solo no tenía espalda, sino que se recogía solo un poco por los lados, lo suficiente como para mostrar algunas de las marcas arremolinadas que marcaban su lado derecho. Yunho iba a estar enojado. Y ese pensamiento iluminó a Jae enseguida.

¿Por qué estás sonriendo como el gato de Cheshire? —le preguntó Junsu mientras sus ojos se estrechaban.

Jae levantó el brazo ligeramente sobre su lado derecho de modo que Junsu pudiera ver las marcas que se asomaban.

Junsu puso los ojos en blanco.

De verdad quieres que tenga un infarto, ¿cierto?

Jae se encogió de hombros.

Se lo merece por ser un idiota antes. No puedo dejar que piense que solo porque me estoy vinculando a él voy a ser de pronto este pequeño chico sumiso que dice: “sí, señor” y “no, señor”. Él tiene que entender que todo seguirá siendo: “déjame abrir la puerta para ti, señor, ya que no puedes caminar derecho porque te di una patada en los…”

Suficiente de despotricar, Jae, lo entendimos. —Junsu se rió entre dientes— Él no tiene ni idea de lo que le espera.

Si lo hiciera, estaría deseando que su memoria nunca hubiera regresado —bromeó Jae.

El rostro de Junsu se suavizó y la intensidad llenó sus ojos.

¿Estás listo? —le preguntó a Jae.

Jae pensó en ello por menos de un segundo.

He estado listo para él desde antes de que yo naciera. Fui creada para él. ― Junsu sonrió.

Me encanta cuando tengo la oportunidad de ver estos raros destellos del suave y romántico que está debajo de toda esa mierda de chico ninfómano rudo.

Jae puso los ojos en blanco ante su amigo pelirrojo.

Si empiezas a cantar “Lean On Me”, te juro que voy a tomar la poca energía que tengo y te daré un puñetazo en el ojo.

Junsu chasqueó la lengua a su amigo a medida que comenzaba a arrastrarlo fuera de la habitación.

Vaya, vaya, Kim Jaejoong.

Lo sé, mi temperamento no conoce límites.

Iba a decir que creo que estás hambriento y sexualmente frustrado, pero si quieres ir con eso, entonces te apoyo.

Jae se detuvo en seco cuando vio a Yunho de pie al otro lado de la habitación frente a una gran chimenea.

No se dio cuenta de Luhan, Key y Heechul de pie a su izquierda o de Changmin y Junsu a su derecha. No vio a Yoochun, Hayami o Leeteuk sentados en varias sillas alrededor de la habitación, observando, esperando. Él ni siquiera se dio cuenta de las dos hermosas Fae que estaban al lado de la chimenea.

Él estaba allí de pie, hablando con Siwon, cuando de repente se detuvo, cerró los ojos, e inhaló profundamente. Su cabeza dio vuelta lentamente, en línea recta hacia él, y cuando se detuvo, sus ojos se abrieron de golpe y se reunió con la mirada de él. Por un momento no existía nadie más en la habitación. Eran solamente Jae y Yunho. Ninguno de los dos se movió. Ellos simplemente se miraron, detallándose entre sí, memorizando cada detalle como si fuera la última vez que se verían. A medida que su mirada vagó por el cuerpo de él, observó que llevaba un suéter con cuello en S negro que se aferraba fuertemente a sus poderosos hombros y pecho. Las mangas estaban empujadas hacia arriba ligeramente, revelando sus antebrazos musculosos. Llevaba pantalones grises que parecían ser hechos a medida, y zapatos negros de vestir. Podría haber salido directo de una sesión de fotos para la revista GQ. Lo que lo hacía más atractivo era que él no tenía idea de cuán increíblemente guapo y fuerte era.

Siwon se aclaró la garganta y rompió el momento. Jae fue repentinamente consciente de que todos en la sala estaban mirándolo.

Comenzó a sentir sus piernas temblar, desacostumbradas a llevar su peso. Como si intuyera su creciente cansancio, Yunho cruzó la habitación en varias zancadas grandes y envolvió un brazo alrededor de su cintura para darle seguridad. Cuando su mano entró en contacto con su piel, Jae lo sintió tensarse y poco a poco inclinarse hacia atrás para mirar en la parte posterior de su ropa. Él empezó a gruñir y, puesto que él no lo miraba a la cara, no podía estar seguro, pero se imaginó que sus ojos estaban brillando ferozmente como el sol caliente de julio en el sur de Texas.

 Yunho levantó la vista hacia la sala y anunció:

Los hombres se sentarán en el lado izquierdo.

Sin siquiera una pregunta, Hayami, Yoochun, y Leeteuk tomaron asiento en el lado izquierdo de la habitación. Yunho lo llevó al lugar donde había estado parado unos momentos antes, al lado de la chimenea. Todo el tiempo su mano estuvo extendida ampliamente sobre su lado derecho, cubriendo cualquier parte de su marca que podría estarse mostrando.

Para sorpresa de Siwon, Yunho le pidió ponerse de pie con su espalda a la habitación, con Jae y Yunho en el otro lado, en lugar de Siwon de pie detrás de la pareja y frente a todos. Esto, por supuesto, hacía imposible que alguien viera su costado ya que estaba frente a la chimenea. Jae se mordió el labio y arrastró cada onza de su fuerza de voluntad para no poner los ojos en blanco. A medida que Yunho caminaba alrededor de él, sintió sus dedos deslizarse dentro del costado de su camisa y trazar hacia abajo, sabiendo que él estaba tocando la marca… su marca. Jae se estremeció y casi pateó a Yunho cuando vio un lado de su boca alzarse en una media sonrisa triunfante.

Cuando finalmente estuvo parado frente a él, todo pensamiento de irritación huyó mientras miraba a la devoción absoluta y el amor en sus ojos que lo observaban fijamente. Su rostro se había suavizado, incluso el brillo de sus ojos había retrocedido ligeramente.

El ambiente se calmó cuando Siwon se giró para dirigirse a los demás.

Yunho es un Alfa en su propio derecho. Dirigió su propia manada, era poderoso e invicto en desafíos. Por esta razón, su Ceremonia de Vinculación será como lo sería para un Alfa en presencia de una Fae Superior. Es la primera vez en un tiempo muy largo que tenemos el privilegio de tener a una Fae con nosotros durante una vinculación. Debido a esto, Yunho le ha pedido a Perizada participar en la ceremonia, lo cual solo se otorga a los Alfas.

Jae abrió la boca y empezó a hablar, pero sus labios se cerraron cuando Yunho le dirigió una mirada que le dijo que iba en serio. Él no entendía lo que estaba pasando y le preocupaba saber que la Fae sería partícipe de algo tan especial. Yunho podía ver el temor en Jaejoong y se estiró para rozar el dorso de los dedos por su mejilla.

Confía en mí —le articuló en silencio.

Siempre —fue su respuesta silenciosa.

Siwon dio la espalda a la habitación y miró a su Beta.

Yunho, una vez Alfa de la manada Coreana del Oeste, has encontrado a tu verdadero compañero y él ha aceptado tu reclamo. Como es habitual, vas a lavar sus pies, ejemplificando tu voluntad de servirle y cuidar de sus necesidades, sin importar lo simple que puedan ser. Recitarás los votos habituales y luego tus propios votos. Durante ese tiempo, presentarás a tu compañero tu ofrenda.

Yunho asintió una vez a Siwon y llevó a Jaejoong a una silla. Un recipiente con agua estaba puesta junto a la silla en el suelo, con el vapor elevándose de este. Jae pudo oler la lavanda flotando en el aire.

 Yunho sonrió.

Para calmar —le dijo. Incluso sin su vínculo mental, comprendió la mirada interrogante en los ojos de él.

Lentamente levantó el dobladillo de su pantalón para exponer sus pies y las pantorrillas. Jae se lo quitó y lo dobló sobre su regazo, cubriendo la parte superior de sus rodillas ya que era un pantalón bastante holgado. Se dio cuenta que le hacía sentirse incómodo levantar las mangas de su pantalón en la compañía de los demás. Tan pronto como ese pensamiento revoloteó por su mente, Jae se mordió la lengua para no reírse como un colegial. Recordaba haber visto a Yoochun lavar los pies de Junsu en su ceremonia y pensó que era muy dulce, pero cuando Yunho agarró su pierna en la mano y con un paño escurrió agua sobre su pie, se dio cuenta de hasta qué punto era intenso e íntimo ese momento.

Yunho continuó lavando sus pies mientras levantaba su mirada a la de él y hablaba.

En este día me arrodillo ante ti, como un sirviente de mi compañero, para preguntarte si me completarás. ¿Te entregarás a mí? ¿Calmando finalmente a la bestia en mi interior, poniendo orden en el caos, llevando luz a donde solo ha habido oscuridad? ¿Vincularás tu vida a la mía, tu destino al mío, y tu alma a la mía y, al hacerlo, completar el vínculo de emparejamiento?

 Jaejoong deseó poder decir que él recordaba la respuesta a los votos, pero a decir verdad, la intensidad de su voz, el amor en sus ojos, mantuvo cautiva su mente. Sus pensamientos eran lentos debido a su enfermedad y a su cuerpo débil. Trató de recordar exactamente qué decir, pero lo único que pudo recordar fue:

Vincularé mi vida a la tuya, mi destino al tuyo, y mi alma a la tuya y completaré nuestro vínculo de emparejamiento. Te tomaré como mío, mi compañero y mi Alfa.

 Yunho secó sus pies con cuidado y bajó su las mangas de su pantalón de nuevo, cubriendo sus piernas. Cuando él comenzó a levantarse, Yunho puso suavemente una mano sobre su hombro.

Estás cansado —habló en voz tan baja que solo él pudo oír.

Jae le dio una leve sonrisa, pero sintió una punzada de rabia al no ser lo suficientemente fuerte como para estar parado en su propia ceremonia de vinculación. Yunho le guiñó un ojo, él sabía que él estaba molesto y él no pudo evitar la sonrisa que se extendió por su cara.

Yoochun le trajo a Yunho una silla para así poder sentarse directamente frente a Jae. Se sentó y se inclinó hacia delante con los codos apoyados en las rodillas. Él tomó sus dos manos entre las suyas y lo miró a los ojos.

No soy bueno con las palabras. Y algunas palabras que uso a veces son dichas con dureza y antes de pensar en lo que estoy diciendo.

Jae sonrió ante su confesión y esperó a que continuara.

Pensé en lo que quiero decirte, en cómo decírtelo, y confieso que es probable que nunca lo haga del todo bien. Pensé por lo que has pasado a través de las últimas semanas y no puedo imaginar ninguna palabra que pueda igualarse a lo que debes haber sufrido. ¿Cómo puedo venir hasta ti con alguna palabra que valga la pena, cuando durante tres semanas no sabía quién eras? Te dejé solo. ¿Qué clase de hombre le hace eso a su pareja? ¿Qué clase de compañero olvida a aquello que completa su alma? —Jae apenas se estaba controlando por un hilo fino mientras veía al poderoso Yunho humillarse delante de él y de su manada— No puedo deshacer lo que ha sucedido. Sin importar lo que pueda darte, ser capaz de solucionar las últimas semanas está más allá de mi capacidad. Lo único que puedo hacer es demostrarte que, sin importar el tiempo que haga falta, todos los días por el resto de nuestra vida voy a ser un hombre, un compañero, un amigo y un amante digno de ti.

 Yunho se arrodilló frente a él y luego dejó caer los brazos a su lado.

Miró a Peri, luego a Jae.

Tengo que darte una ofrenda para demostrar mi capacidad de proveerte tanto física como emocionalmente, para protegerte, y… — Yunho añadió esta última parte, aunque estuviera sobreentendido, él quería decirlo en voz alta— para amarte. No esperaba estar haciendo nuestra ceremonia de vinculación en el otro lado del velo. La oferta que tengo para ti no es una que sea típica, pero por extraño que parezca, creo que es apropiada y espero que la aceptes.

»Una vez que los Ritos de Sangre se lleven a cabo, mi marca permanecerá en tu piel para siempre. Tu marca de mordedura no permanecerá en mí. Tu aroma estará en mí, pero la Gran Luna no siente que sea necesario que la mordida de la pareja permanezca visible. Así que, mi ofrenda para ti es que tu marca sea quemada y grabada en la carne por encima de mi corazón. —Varias exclamaciones flotaron a través de la sala, la de Jae siendo la más fuerte. Yunho continuó antes de que él pudiera interrumpirle—: Mi esperanza es que verás por esta ofrenda que voy a soportar lo que sea necesario para asegurar que sigas conmigo, completo, seguro, protegido. Espero que esto demuestre que quiero que el mundo conozca el nombre del docel increíble que sostiene mi corazón en sus manos. La sangre nacida de esta ofrenda es mi promesa de que con el sudor de mi frente, la carne de mi cuerpo y la sangre de mi vida siempre proveeré para ti en cualquier forma que pueda necesitarse. ¿Aceptas mi oferta, compañero? ¿Me aceptas?

Jae se quedó sin habla. No quería que Yunho sufriera. No quería ver su hermosa piel estropeada por culpa de él, pero sabía que si se negaba, sería un duro golpe en su orgullo que nunca podría ser restaurado. Si Yunho podía hacer esto, entonces él también.

Los ojos de Jae se clavaron en los suyos cuando él habló:

Sí, acepto tu ofrenda.

 Yunho dejó escapar el aliento que había estado conteniendo.

Sí que sabes cómo mantener a un hombre en suspenso, amor.

Jae estaba demasiado nervioso como para responder con un comentario sabelotodo. Él vio como Peri sacó una daga de la chimenea, donde la hoja había estado en las brasas. ¿Cómo se había perdido eso? Jae se negó a apartar la mirada de los ojos de Yunho mientras Peri comenzaba:

Yunho. —La voz de Peri era fuerte, y la magia que ella normalmente mantenía atenuada latía a través de la sala— ¿Estás dispuesto a aceptar las marcas que esta daga ponga en tu carne? ¿Entiendes completamente que estas marcas son permanentes y no sanaran de la forma en que otras lesiones infligidas a tu especie lo hacen? ¿Eres consciente de que viertes tu sangre bajo el poder de las hadas?

Lo hago, y lo estoy.

Con su afirmación, Peri presionó la daga en su pecho. Los ojos de Jae, contra su voluntad, miraron hacia abajo para observar. Su boca se abrió mientras observaba la carne siendo cortada y quemada por la daga inmóvil. Cuando Peri la alejó para ponerla de nuevo en el fuego, una pequeña y perfecta J estaba en su piel. Unos momentos más tarde, Peri puso la daga junto a la J, y una vez más ardió en su piel y sin moverse, cortó y quemó una A al lado de la J. Esto continuó letra tras letra. Yunho nunca se movió, nunca hizo un sonido mientras la sangre corría por su pecho y abdomen. No hubo, por suerte, mucha sangre, ya que la piel no era solo cortada sino también quemada. Aun así, ver a su preciosa sangre derramada por él hizo a Jae marearse. Cuando la última letra fue terminada, Peri colocó la daga hacia abajo y le entregó a Jae una toalla fría y húmeda.

Atiende a tu compañero. Él te ha hecho un gran honor el día de hoy. — Peri dio un paso atrás en las sombras mientras Jae se ponía de pie. Yunho trató de hacer que volviera a sentarse, pero Jae quitó su mano del camino.

Déjame —le dijo con firmeza. Con Yunho de rodillas, su cara estaba al nivel de la de Jae, y él lo miró a los ojos mientras limpiaba con cuidado la sangre de su pecho y estómago. Una vez que la limpió toda, dejó caer la toalla y puso sus manos a ambos lados de su cara. Él se inclinó hasta que sus labios estaban apenas tocando los suyos y susurró contra ellos—: Te amo, Yunho.

Antes que Yunho pudiera envolverlo en sus brazos como él ansiaba hacer, la voz de Siwon lo interrumpió:

Jae, es momento de que le des tus votos a Yunho.

Jae dio un paso atrás, y cuando Yunho lo empujó suavemente en la silla, él accedió a su deseo porque estaba realmente cansado. Observarlo soportar eso lo había agotado.

Sacó el trozo de papel de donde había estado escondido en su pantalón, bueno, en su tanga. Yunho levantó una ceja ante eso.

¿Dónde se supone que debía ponerlo? —preguntó inocentemente.

Yunho se acercó más a él de rodillas. Le dio un golpecito en la nariz en castigo por su descaro, pero había amor en su voz cuando dijo:

Compañero, comparte conmigo tus votos.

El “ahora” estaba insinuado y no pasó desapercibido por Jae. Se aclaró la garganta y miró su papel. Él había intentado lo mejor que pudo en poner su corazón en las palabras. Quería que Yunho supiera que era un hombre digno y de valor. Fue tan sorprendente para él que sus votos hubieran estado exactamente en sintonía el uno con el otro.

El peor momento de mi vida fue cuando escuché tu voz sin ninguna emoción, ningún calor, sin demandas mandonas, sin ningún reconocimiento de mí. —Jae vio el dolor en sus ojos ante sus palabras. Él pensaba que lo estaba regañando— Yunho, mírame. — Él levantó los ojos hacia él — Ten paciencia. Tengo un punto y no es hacerte daño. Confía en mí — repitió sus palabras, implorándole hacer precisamente eso, confiar en él.

Aunque tenía los labios apretados y sus ojos brillaban, él asintió para que continuara.

Tengo que admitir que es extraño ser capaz de sentir las intenciones de una persona simplemente por el sonido de su voz en tu mente, pero yo pude. Cuando me llamaste “Jae”, sentí a mi corazón hacerse añicos. Un nombre mal dicho y todo lo que me define colapsó y casi me asfixió. Antes de esto, nunca pensé en lo importante que es que pienses que soy lo suficientemente especial como para llamarme de una forma que los demás no tienen el privilegio de hacer. Recuerdo como pude ver en tus ojos que me valorabas. Pero sin el reconocimiento, perdí no solo su amor, sino mi valor para ti. —Jae tomó una respiración profunda e hizo una pausa.

Fue entonces cuando oyó suaves sollozos y sorbidos. Él brevemente apartó la mirada y vio que no había un ojo seco en la habitación. Volvió a mirar a Yunho y se inclinó hacia delante, colocando sus manos sobre sus hombros. Tiró de él, haciéndole comprender que lo quería más cerca. Él cedió y se movió hasta que se arrodilló entre sus rodillas. Apoyó las manos a ambos lado de su silla y se acercó más.

Nene —la voz de Yunho fue un gruñido bajo y lleno de dolor— por favor dime que hay más, y que ya no incluye arrancar mi corazón de mi pecho.

Jae agarró su mano del lado derecho de la silla y la levantó. Él la acercó hasta que su mano estaba en su cintura, los dedos de él directamente sobre la marca de apareamiento que su camisa no cubría completamente. Sus ojos brillaron por su movimiento audaz y tan descarado. Él le estaba recordando a través del tacto, un toque del que solo él alguna vez tendría el privilegio, que él era suyo.

Digo todo esto para que comprendas la importancia de lo que voy a decir a continuación.

Continúa. —Sus palabras eran dóciles mientras apretaba suavemente su lado, animándolo.

Hemos pasado momentos difíciles en el corto período de tiempo que nos conocemos. Hemos pasado tiempos difíciles en nuestras vidas antes de que nos conociéramos, pero son esos tiempos difíciles los que nos hacen ser quienes somos, que nos hacen valiosos el uno al otro, porque esos momentos en nuestras vidas cuando estábamos atravesando el suplicio, esos momentos son los que construyeron nuestro carácter. Esos tiempos son lo que nos hicieron lo que somos hoy en día, personas que han sido capaces de soportar las últimas tres semanas.

»Tú no te rendiste, no te alejaste, incluso cuando no entendías lo que estaba pasando, incluso cuando las cosas parecían seguir yendo de mal en peor. Te quedaste. Eres un hombre de palabra, tienes integridad y honor. No importa lo que pasamos, las decisiones que tomamos, los fracasos que padecimos, las victorias que vengan, el dolor que desgarre nuestras vidas. Sin importar la pasión que tenemos, la ira que sentiremos, la alegría o el amor que llenará nuestros corazones y almas, con memoria o sin ella. Eres un hombre de valor. La definición de valor no te hace justicia porque tu valor para mí es vasto, interminable, infinito, incalculable, completa y absolutamente sin medida. — Una promesa de su alma hecha solo para él.

Jae se inclinó hacia adelante, poniendo la mano en su nuca y tirando de él hasta que sus frentes se tocaron.

Él susurró:

Yunho. — Su voz se quebró y sintió una lágrima deslizarse  por su mejilla.

Él pasó la mano por su cabello y hacia su espalda desnuda.

Shh, cariño, sólo somos nosotros. Sólo tú y yo. Recomponiéndose. — lo intentó de nuevo:

Yunho, mi amor, mi compañero, voy a pasar todos los días por el resto de nuestras vidas tratando de asegurarme de que conozcas tu valor.

Se quedaron así, frente a frente, respirando entre durante varios minutos. La habitación estaba en completo silencio. Nadie se movió, no querían molestar a la pareja perdido en su amor.

Finalmente Yunho se retiró. Jae sonrió y le susurró:

Así que, ¿eso es todo? ¿Estamos vinculados?

El rostro de Yunho se iluminó con una extraña sonrisa que irradiaba de él.

Sí, cariño, estamos vinculados, pero eso no es todo.

La frente de Jae se frunció mientras la confusión coloreaba su cara.

Por favor, dime que no vas a morderme en frente de ellos. — Yunho gruñó y frunció el ceño.

Eso es el equivalente a dejarlos que nos vean…

 Yunho fue interrumpido por Siwon antes de que pudiera terminar la idea. Jae entendió su significado y se dio cuenta de su metida de pata.

Mi error. — Él sonrió y le dio una débil sonrisa. Yunho le tendió la mano mientras se paraba.

¿Te puedes quedar de pie conmigo unos momentos más?

Jae agarró su mano y se paró, respondiendo silenciosamente a su pregunta. Él la puso delante de él y frunció el ceño cuando Siwon se paró detrás de ellos, de frente a la habitación. Jae comprendió rápidamente por qué Yunnie estaba gruñendo y se giró de frente hacia la habitación.

Oye, Junsu, ¿podrías trapaerpemepe unpu supuépeterpe? —Jae no había hablado en jeringonza en mucho tiempo, pero Junsu fue tan fluido como siempre.

Enpesepeguipuidapa. —Junsu subió las escaleras para agarrar un suéter del armario en su habitación.

Unos momentos después, con el suéter en la mano, caminó hasta Jae y le ayudó a ponérselo.

Mupuchaspa grapaciaspias. —Yunho levantó una ceja hacia Jae.

Hablo jeringonza, amor, y varios otros idiomas. Así que tal vez quieras averiguar uno que no hablo si quieres ser furtivo.

Voy a hablar un idioma que es universal para todos aunque no sepan mucho lenguaje de señas. —Jae sonrió malvadamente.

Jae, compórtate —la regañó Junsu— Estás a punto… —La cabeza de Yunho giró bruscamente y Junsu golpeó una mano sobre su boca. Se dio vuelta rápidamente, mascullando algo ininteligible a través de su mano.

Jae miró a Yunho.

¿Estoy a punto de qué, bola de pelos?

Vas a casarte conmigo ahora —declaró él como un hecho— Nos hemos vinculado del modo de nuestros lobos, ahora nos vincularemos del modo de tu especie. No te equivoques, Jaejoong, no habrá preguntas en ninguna especie, ya sean humanos, lobos, Faes, vampiros, brujas o lo que sea que pondrá en duda qué o quién eres para mí.

La boca de Jae se abrió y por segunda vez en veinticuatro horas, Yunho lo había dejado sin palabras. Yunho cerró su mandíbula gentilmente y sonrió.

Viendo como el discurso te ha dejado momentáneamente, vamos a comenzar. Y no tienes que preocuparte, porque sólo tienes que decir dos palabras.

Jae sabía en su corazón que quería casarse con Yunho. Era el siguiente paso lógico, viendo cómo se había grabado su nombre en su cuerpo y estarían intercambiando sangre en poco tiempo.  Pero, maldición, ¡el bárbaro podría haber preguntado! Sin pensarlo, Jae pisoteó el pie de Yunho tan fuerte como pudo, y aunque probablemente esto lo había más sorprendido que dolido, él gruñó y lo alcanzó para arrastrarlo hacia él. Él quiso patearlo en la espinilla, pero no tenía los zapatos puestos, y le dolería más a él que a Yunho. Así que cuando él bajó su mano sobre su hombro, él volteó su cabeza y lo mordió tan fuerte como pudo.

 Yunho retiró su mano y gruñó otra vez.

Qué demo… — Yunho apenas se detuvo antes de que maldijera a su compañero. Sus ojos estaban brillantes y juró que los ojos azules de Jae estaban iluminados con su propio tenue resplandor — Jaejoong, ¿por qué atacas a tu compañero?  — La voz de Yunho sonaba engañosamente tranquila.

Jae cruzó los brazos sobre su pecho y lo miró.

 Yunho decidió que si las miradas podían darle una paliza a alguien, la de él estaría haciendo eso en este momento.

No puedo creer que hasta tengas que preguntar. ¡Acabas de decirme, DECIRME, que voy a casarme contigo! — Jae alzó sus manos — ¿Estás BROMEANDO, YUNHO? ¿EN SERIO?

¿No quieres casarte conmigo? — preguntó Yunho, verdaderamente perdido en cuanto al por qué él estaba enojado.

En ese momento una risita burlona desde el otro lado de la sala se abrió paso hasta él, y giró su cabeza para mirar fijamente al culpable.

Deja de mirar a mis amigos, saco de pulgas, y presta atención al docel a quien acabas de ordenar que se case contigo. Claro que quiero casarme contigo.

Entonces, ¿cuál es el problema? Vamos a casarnos. Ahora. — Yunho comenzó a jalarlo de regreso en frente a Siwon, pero él tiró su brazo de regreso. Él gruñó otra vez, deteniéndose rápidamente cuando vio que él se balanceaba — Jaejoong, por favor siéntate. No quiero que te lastimes. —Esta vez sus palabras fueron tan suaves que virtualmente acariciaron la piel de él.

Jae sonrió para sí mismo. «Al diablo. Voy a jugar la carta de lástima», pensó e intentó deliberadamente lucir más débil de lo que realmente se sentía.

Yunho.

Sí, nene, ¿qué pasa?

Jae tuvo que morder su lengua para evitar reírse de su repentino cambio de actitud.

Por favor, ponte de rodillas así no tengo que forzar mi cuello a mirarte hacia arriba.

En un instante Yunho estaba sobre sus rodillas frente a él. Jae puso su mano sobre su cara para cubrir la risa que estaba en su garganta y trató de soltarlo como un sollozo ahogado.

Jaejoong, nene, por favor. ¿Qué puedo hacer? — Yunho odiaba verlo sufrir y él lo sabía. Así que tal vez se iba a ir al infierno por jugar con él, pero se negaba a casarse con él sin que se lo preguntara.

Finalmente, cuando estuvo compuesto, buscó muy en el fondo por la voz más lamentable que pudo encontrar, y ya que tenía lágrimas de la risa que estaban tan cerca de estallar, las tuvo deslizando por su ahora triste cara.

Pídeme. —Su voz tembló.

¿Pedirte qué, nene? — Yunho se movió más cerca, lo suficiente como para que él pudiera ahuecar su cara — Dime qué y yo te pediré.

Jae mordió su labio, componiéndose otra vez, y abrió los ojos. Una gran sonrisa se extendía a través de su ahora deslumbrante cara.

Pídeme que me case contigo, idiota.

Fue el turno de Yunho de quedarse boquiabierto. Contempló a su compañero, en parte con irritación y en parte con admiración. Él había jugado muy hábilmente.

Jae esperó su reacción. A pesar de su actuación, él realmente estaba empezando a desvanecerse. Finalmente él se rió por su audacia y su habilidad para mantenerlo en sus pies. Él miró profundamente en sus ojos y tiró de su cuerpo contra el suyo. Oyó su pulso elevarse y amó el efecto que tenía en él, el efecto que Yunho tenía sobre él.

Lentamente se inclinó hacia adelante hasta que sus labios estuvieran tocando los de él. Sopló un aliento a través de su boca y tocó su labio inferior. Jae estaba temblando, y él sabía que estaba luchando contra un gemido.

Jaejoong, mi amor —susurró. Él logró decir:

¿Mm-hmm?

Te quiero. —Repitió las palabras que le había profesado a él esa noche en el jardín, la primera noche que lo había reclamado — Te amo. Por favor, sé mi esposo. Por favor, acéptame en todos los sentidos, mi compañero.

La respiración de Jaejoong se había vuelto superficial y no pudo responder. Estaba rodeado por su olor, su tacto, su aliento. Yunho hizo un gesto para que Siwon continuara mientras su compañero estaba en un estado de estupor temporal, ebrio en su deseo por él.

Siwon recitó todos los votos de matrimonio y Yunho dijo: “Sí, acepto” en el momento adecuado. Cuando fue el turno de Jaejoong,  lo miró a los ojos… vio su aceptación y esperó por su confirmación verbal.

Jae no podía negarlo más de lo que podría cortar su propia mano. Y, para ser justos, él se lo había preguntado.

Sí, acepto —contestó sin aliento.

 Yunho envolvió sus brazos alrededor de él y lo besó antes de que Siwon incluso dijera sus últimas palabras. El beso empezó feroz y desesperado, sus labios transportaron el miedo a su rechazo. Cuando sintió que el agarre de él se debilitaba, suavizó el beso hasta que finalmente se apartó. Miró a su compañero, su esposo… era hermoso. Le sonrió mientras lo sacaba de su abrazo.

Junsu y Changmin estaban repentinamente a su lado, abrazándolo y riéndose.

Te mereces un maldito Oscar por esa actuación. Quiero decir, estoy tentado a besar tus pies por el asombro.

Junsu estaba riendo ante Jae mientras sostenía su puño para chocarlos. Este incluso reclamó el choque de mano tras el golpe, completado con efectos de sonido.

 Yunho miró de chico a chico, sacudiendo la cabeza.

Los tres son tan extraños.

Jae le sonrió y empezó a decir algo, pero todo lo que salió antes de que comenzara a desplomarse fue su nombre. Y fue una súplica tan desesperada que él se movió más rápido de lo que jamás lo había hecho. Su cuerpo cayó en sus brazos antes de que él pudiera impactarse contra el piso. Yunho miró abajo hacia su cara, luego a su pecho. No subía ni bajaba.

No está respirando. —Él se apresuró en dirección a su habitación, sus palabras estallaron detrás de él—: ¡Sanador, ven conmigo!



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Continuara \\(^_^)//...
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Gracias…

7 comentarios :

  1. Que buen capitulo, en verdad muchas gracias por tu esfuerzo.

    La ceremonia de vinculación fue muy hermosa, y la actuación de Jae respecto a la boda me hizo reír, pero ahora me preocupa que no este respirando, ojala solo sea una falsa alarma y que se recupere pronto. Yunho no puede perderlo ahora que esta tan cerca de que realicen los ritos de sangre.

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  2. Oh por Dios que fue lo que le paso a Jae ojala que no sea nada malo y se pueda levantar estuvo muy buena la ceremonia y algo muy chistosa y ya quisiera que puedan destruir a la bruja y a Kangtan gracias Poleth por este capitulo esperare con ansias el siguiente

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  3. me encanto el vinculo y los botos que se dieron muy emotivos todo lo dela boda muy hermoso pues Jae siempre se sale con la suya y tuvo a Yunho a sus pies pidiendo por el como se lo propuso pero que le esta pasando a Jae espero que Min lo saque de nuevo adelante y pueda estar con Yunho para que se recupere bien y pronto pues temo que la bruja no tardara en ir a fregar la vida de todos muy pronto
    Gracias

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  4. Me encanto este cap fue muy hermoso toda la ceremonia y los votos que dijeron lo sintieron desde su coeazon y mas la ofrenda que dio Yunho fue muy valioso.
    Jae nunca deja de sorprendernos con sus ocurrencias pero es parte de su encanto.
    Que le habra pasado a Jae??? Todo iba bien

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  5. Este capitulo estuvo divertido, hermoso, estresante y al último triste ante la enfermedad de Jae, ojalá ya puedan hacer el último rito y más importante para que Jae sane.

    Gracias!!!

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  6. Me encanto la ceremonia fue tan hermoso pero por que tenía que desmayarse.en ese momento 😭😭😭

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  7. Por qué todo tenía que ser tan bello, Yunho lo recuerda, en menos de un "listo" estan vinculados Y Jae saca sus dotes dramaticos para hacer sufrir a Yunho... jajajaj todo hermoso, intenso y en serio super raro. Me daban ganas de darle un zape a Jae por ser tan cabezota y ponerse histerico de aseptar los Ritos. Y ahora se desmaya???? Esto si que ya no es parte del acto CjangMin ayudaaaloooo¡¡¡¡Y Yunho Diooooos qué hombre hace tal ofrenda por amor???? me dolió llore porque fue tan profundo.

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