lunes, 24 de septiembre de 2012

I can see with my heart. Cap. 18. Truth









—Ni lo pienses. — Eun Yoo se cruzó de brazos en la entrada de la cocina al ver a su hermano tomar con culpabilidad aquel postre que se había esmerado en hacer para ella. — Y no, no vayas a decir que “son tus sobrinos los que están hambrientos”, no me manipularás con ello porque, yo sé, Jaejoong. — Amenazó con su dedo aunque su hermano no pudiera verla. — Que si fuera por ti, comerías piedras gustoso.


Jaejoong dejó de mala gana el plato con pastel sobre la mesa, suspirando cansinamente. Era la tercera vez que intentaba saciar sus incesantes ganas de comer algo dulce y que no se lo permitía, de nueva cuenta, Eun Yoo. Adjudicaba que por su condición podría engordar con facilidad, comenzaría a rodar y ambos pequeños nacerían con aspecto de dulce.

Son los argumentos más infantiles que me has dado…, Fue lo único que pensó Jaejoong la primera vez que sucedió aquello.

Quizás todo se debía a que últimamente se encontraba más nervioso de lo habitual. Había escuchado algunos documentales sobre bebés mellizos y sólo podía pensar cómo se dedicaría a estudiar y desarrollarse si tenía que hacer de niñera. Además, aún no le había mencionado absolutamente nada a Yunho sobre la situación en que se encontraba porque se encontraba más ocupado que nunca con su programa. A duras penas se habían podido ver dos días desde que su relación se había tornado más seria.

Su hermana encendió la radio al percatarse de la hora. Allí estaba Yunho, dándole la bienvenida a sus oyentes con ese carisma habitual que mantenía sus alto número de audiencia; después vio a Jaejoong que simplemente se limitó a recostar su cabeza en la mesa.

—Vamos… Es sólo un tonto postre. Tenemos toda la vida para que vaya a tu futura hermosa casa con tus futuros hermosos hijos y te prepare un pastel tan grande como tu trasero. — Se sentó juguetonamente junto a Jaejoong esperando a que éste diera alguna señal de enojo ficticio, pero en su lugar, asintió sin perder su postura. — ¿Qué pasó? ¿No quieres escuchar a Yunho?

—Sí, de hecho es la única forma que tengo de sentirme cerca de él… No nos hemos visto casi y ellos… Ya sabes, siguen siendo un secreto. — Se enderezó nuevamente, mordiéndose los labios nerviosamente. — ¿Qué sucede si no puedo graduarme con mi clase? ¿Qué pasará si, como decía Jenny, yo sólo voy a perjudicar a la imagen de Yunho?

—Falta mucho tiempo para que nazcan… Tienes bastante margen para terminar de prepararte. Y sobre Yunho, dudo mucho que te pidiera comenzar algo serio si le interesara lo que los demás comenten. — Empezó a comer el postre que había dejado Jaejoong sobre la mesa para luego despeinar los cabellos largos de su hermano. — Te propongo que disfrutes el momento y listo, no te preocupes por los demás. Tú tienes tu vida y tus problemas. Y menos le hagas caso a esa chica… Que como te he dicho, no me da buena espina.

—Le prometí que sería honesto con él. Y ni siquiera queriendo podré ocultar mucho tiempo lo que me está pasando…

Eun Yoo se corrió un poco hacia atrás para ver qué tan avanzado se notaba su condición. Lógicamente, ya muchos cambios se advertían: Jaejoong estaba algo más redondo, usaba la ropa más holgada que él sabía que tenía y su usual apetito voraz se volvió aún peor.

—Hmmm, quizás lo note el verte. — Uno de sus dedos tocaron lo poco que comenzaba a sobresalir su vientre. — ¿Qué diablos haces aquí sentado? ¿Sigues acechando mis postres? ¡Deberías estar moviendo tus piernas hacia el trabajo de tu amante… Novio… Lo que sea!


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— ¿Qué tal sigue tu brazo? Lamento mucho lo que te ocurrió… No sé cómo puede existir gente tan mala. — La voz dulce de Jenny fue como un horrendo estruendo de instrumentos desafinados para los oídos de Changmin. — Aún se ve un poco la herida que te intentó hacer ese mal hombre.

Changmin rió con sarcasmo ante lo dicho. ¿Mal hombre? En verdad, aquella chica lo subestimaba en demasía.

—No sé si a Yunho le convenza tu estrategia de hacerte la pobre y desvalida niña que trata de ganar experiencia… — Dijo con burla. — Pero conmigo no sirve. Estoy seguro de que sí quieres tomar experiencia, pero no en el campo laboral precisamente.

—Con que eso. Si eres el mejor amigo de Yunho, ¿por qué no le preguntas la razón por la que está con Jaejoong? Así se maneja Jung Yunho. Con compasión, con lástima. Él está con ese mocoso invidente porque si no fue suficiente desgracia el haber nacido como un patético ciego, también perdió a su bebé. La única cosa que había conseguido hacer con éxito… ¿Te das cuenta, Shim Changmin? — El tono de Jenny se había mantenido tan dulce y calmado como en el principio. — Te recomiendo que no te metas conmigo… Porque sí, estoy dispuesta a carear con Jaejoong por Yunho.

En ese instante irrumpió Minho en la cabina, hablando por su móvil sobre la firma de unos documentos importantes, hasta que vio a Changmin con Jenny frente a frente.

Ellos  dos no pueden estar en una misma habitación...

—Jenny ssi… ¿Qué haces aquí? — La tensión casi la pudo palpar en el ambiente. Hasta la mirada furiosa de Changmin delataba el tipo de escena que podría hacerse. — Estamos muy ocupados ahora mismo, así que te pediré por favor que te retires.

La chica sólo asintió y se despidió particularmente de Changmin. Caminó por los pasillos hasta dar con la puerta que ponía el nombre de “Jung Yunho”.

Pero antes  de entrar en el lugar, sacó su teléfono del bolsillo, marcando un número bastante conocido para ella.

Jenny ssi, ¿qué necesita esta vez?

—Necesito que me preparen unas cámaras para hoy como a las seis de la tarde. Haz que parezca una casualidad… Estaré con Yunho.

¿Para qué dirección? 

—Te enviaré un mensaje con la información necesaria. Necesito que lo que se va a grabar se transmita en todo Seúl, en toda Corea de ser posible. No quiero errores, confío en tu capacidad. — Jenny dudó un poco. — Son órdenes de mi madre y ya sabes cómo es si fallamos.

Ni lo mencione. Cuente con nosotros.

Y la llamada finalizó. En cuanto colgó, envió los datos de  donde estarían enseguida de salir de la emisora. Pero lo que escuchó al entrar le hizo arder la sangre de nuevo. Yunho se disculpaba con Jaejoong por no poder salir de la emisora en ese momento. Argumentando que debía reunirse con alguien —que en efecto era ella— para un próximo proyecto que quería emprender.

Era verdad. Esa era la excusa que había propuesto Jenny Kim para salir con él esa misma tarde.

—Jaejoong… — Suspiró Yunho dejándose caer de nuevo en su silla móvil. — No hemos podido compartir nada de tiempo juntos. Siento que incluso fue un error atarlo a mí para que no esté conmigo.

—Tal vez estás confundido. Tal vez lo que sientes por Jaejoong es sólo fascinación por ver cómo hace su vida de manera tan natural y bueno, un poquitín de lástima, ¿no crees? — Jenny colocó suavemente ambas manos en los hombros de Yunho, provocándolo. — Acaba de perder un bebé. Debe estar devastado y al contrario, lo ves bastante bien.

Pensó mejor lo que iba a decir. Estaba segura de que si sugería que Jaejoong inventó su pérdida para mantenerlo a su lado, explotaría con fuerza aquello y se ahorraría el tener que hacerle perder a su bebé.

O sus bebés. Sus mellizos.

Gracias a su fuente más confiable, podía saber cómo iba con pormenores la gestación de esos dos individuos en su vientre. Pero recordar la forma en que se besaban en aquel lugar “especial” para ambos, cómo Yunho parecía seguro de lo que hacía, hicieron disipar las dudas de si debía o no emitir aquel destructivo comentario.

—Yunnie, no tengo nada contra Jaejoong… Pero, ¿qué tal si él se inventó su pérdida para que te quedaras con él? No hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta de que se muere por ti ese chico.

—No, Jaejoong no es ese tipo de personas embaucadoras. Y te equivocas, quizás a la persona que menos lástima le tengo es a Kim Jaejoong. Él es fuerte y sabe arreglárselas solo. Además, para él no ver nunca fue un impedimento; no soy quién para decirle que debería, por factor común, ser mucho más limitado de lo que es…

— ¿Nos vamos ya, entonces? — Decidió que lo mejor era seguir tal y como lo habían planificado hacía unos minutos con uno de sus socios más fuertes. De algún modo, Yunho se enteraría del estado de Jaejoong.


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El ambiente estaba muy fresco, pero debido a las hormonas, sentía que un calor terrible emanaba de su propio cuerpo

No puedo quitar mi abrigo o todos notarán ésto.

Un enorme pesar se instaló en el interior de su pecho mientras avanzaba por las congestionadas aceras de la ciudad capitalina. Una vez más, Yunho no podía, o ya empezaba a dudar si quería, estar con él. Ni siquiera teniendo en cuenta lo que le cuesta acercarse a cualquier lugar. Si bien puede, tarda más de lo que una persona común tarda.

—Parece que seguirán en incógnito. — Dijo al aire, pero dirigiéndose a esos dos seres que crecían lentamente. — No se preocupen, yo sé que a Yunho… A appa… — Se corrigió rápidamente. — Le gustan los niños. Y más si sabe que son de él, los va a adorar.

No sólo quería decirlo. Quería sentirlo. Pero aunque procurara seguir la recomendación de Eun Yoo de ser feliz en el instante sin preocuparse por lo que vendría, algo muy incómodo, como un mal presentimiento no paraba de rondar por su cabeza.

Parece que vendrán tiempos más difíciles…

A su paso cerca de un local, una imagen tenía captada una numerosa multitud con la que tropezó torpemente. Sólo podía escuchar murmullos que salían de sus bocas, pero sin llegar a descifrar algo en concreto, hasta que el nombre de quien ocupaba su cabeza captó su atención.

Jung Yunho, el famoso locutor que todos aman en Corea, fue visto hoy con la atractiva jovencita que lo acompaña a casi todos lados en un romántico café. Y no sólo eso, ¡se estaban besando! ¡La foto lo comprueba!

Pero para ese instante Jaejoong no quería ni deseaba poder ver aquella foto. Por un momento se alegró de estar ciego…

Porque si no se rompería más su corazón… Peor que nada más escuchándolo, ¿cierto?

Porque eso sentía. Traicionado, ilusionado con un espejismo. Una vez más, la aplastante realidad le daba de lleno en la cara: el sí tenía muchas limitaciones. No lloró porque el orgullo se lo impidió; no quería sentirse más rebajado que lo que ya se sentía. Yunho se había burlado de él.

Seguramente supuso que como soy ciego no vería la televisión.

Pero no soy sordo.

No se detuvo más tiempo en dedicar su atención a lo que ya era obvio para los ojos de los otros y para su corazón. Siguió andando a un ritmo más acelerado, ya sin siquiera importarle si su bastón tocaba adecuadamente el suelo para no caerse o si pasaba por alto algún semáforo.

—Maldita sea. — Se le escapó al sentir una lágrima rodar por su mejilla. — Malditas hormonas. — Sabía que en una ocasión normal no sería un problema reprimir sus emociones, pero se sentía más sensible que nunca. — ¡Él no merece que llore! — Le recriminaba a su vientre en voz alta, haciendo que algunas personas lo miraran extrañados.

No lo merece…

Un punzante dolor en su vientre lo hizo andar más rápido, pero con cada paso que daba se hacía más y más intenso.

— ¿Jaejoong? — Él ya conocía esa voz. Era Yoochun. ­­— ¿Te sientes mal? — Se bajó de su auto comprobando que Jaejoong asentía lentamente. — Vamos, te llevaré a tu casa.

Y Yoochun lo ayudó a entrar en el asiento trasero del auto, mientras que Junsu también lo miraba un tanto preocupado desde el asiento del copiloto.


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—Gracias por el café… Y lamento mucho el desliz. — Jenny hizo una reverencia. — Aunque sinceramente no me arrepienta porque me gustas muchísimo, Yunho. Piensa lo que te dije en el camino…

—No, Jenny, te he dicho que no. No voy a elegir entre tú y Jae porque ya yo hice mi elección hace dos semanas atrás. — Repitió lo que había dicho en todo el camino. — No quiero dejar a Jaejoong porque no me lo perdonaría de nuevo… Ya no quiero herirlo. Que tengas buena noche.

Dio la marcha a su auto hacia la casa de Jaejoong. Pasaban de las ocho de la noche, pero tenía demasiadas ganas de verlo, al menos de darle un pequeño beso e irse a casa feliz. Pero lo primero que recibió al entrar fue una fuerte cachetada de parte Eun Yoo que lo miraba con el seño fruncido.

— ¿No te pareció suficiente haberte besado con esa chica? ¡Estás en todos lados, idiota! ¡En la televisión, en la radio y seguramente mañana en el diario! ¿Por qué? ¿Acaso necesitas probar qué tanto es Jung Yunho? Pues déjame decirte que nada. Eso vales, ¡nada! ¿Cómo pudiste hacerle eso a Jaejoong? Ni siquiera ha llegado a casa… Ruega porque no haya escuchado lo que hiciste. — Lo siguiente fue un portazo.

No había entendido una sola palabra. Sí, era cierto, pero fue algo muy casual. Jenny había tomado la iniciativa… ¿Cómo lo habían visto las cámaras?

— ¡Jaejoong! — El nombrado pasó a su lado pero no detuvo su andar hasta que llegó a la entrada de  su hogar.

—Dime, Yunho, ¿fue por trabajo o por gusto tu beso con Jenny? ¿Qué excusa me dirás ahora? ¿Debo creerte la siguiente como me las creía hasta ahora?

Suspiró para subir su camiseta y mostrar su vientre de apenas tres meses a Yunho.

—Jaejoong… — Yunho posó una mano sobre donde se encontraban sus bebés.

—Te lo diré porque fue una promesa. Y yo sí cumplo con mi palabra. — Apartó la mano que hasta ese instante estaba sobre él. — Sigo con este problema, Yunho. Y son dos bebés. Pero no te angusties, no debes ver por esto. Espero que estés muy bien con tu chica…

Fue lo último que Jaejoong dijo para después entrar de una buena vez a su cálida casa.


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—Espero que haya una excelente razón para que estemos a las seis de la mañana en domingo caminando por las calles en busca de la chica que besó al novio de tu hermano. — Hyunjoong se cruzó de brazos. — Creo, personalmente, que exageras.

—Por favor… Lo pensé toda la noche. Ella fue la última en estar con Jaejoong cuando casi pierde a sus bebés, después le hicieron daño a Changmin y sólo Jenny lo supo antes que si quiera entrasen a robar a su departamento, lo del beso que estoy segura Yunho no correspondió… ¿no te parece muy sospechoso?

Hyunjoong puso los ojos en blanco. En ocasiones las actitudes que tomaba Eun Yoo le recordaban a Sherlock Holmes investigando un caso.

—Y le creíste al Internet cuando encontraste estos datos sobre esa chica. — Señaló el papel impreso que traía en sus manos. — Estás algo predispuesta. — Sonrió.

—Aprende algo, Kim Hyunjoong: cuando una mujer dice algo, tú síguele la corriente o te irá muy mal. Así que… ¡andando!

De un tiempo a ese momento, él mismo se sorprendía mirando a Eun Yoo cocinar, cantar suavemente, peinar su cabello, pero en esos precisos instantes, para Hyunjoong, Kim Eun Yoo dejaba de ser la hermana menor de Jaejoong para ser simplemente aquella chica poco femenina pero hermosa.

—Entonces… — Aclaró su garganta. — Es aquí. — Dijo al estar frente a un enorme portón negro que ponía el nombre que habían investigado hacía sólo media hora  antes. — Parece un bar de mala muerte.

De pronto el lugar le hizo sentir bastante incómodo. El ambiente se volvió algo más tenso.

— ¿Hyunjoong? ¿Qué te pasó que te detuviste?

Pero él seguía inspeccionando el sitio que por dentro parecía abandonado.

—Vámonos. — Hyunjoong habló con tal seguridad que incluso Eun Yoo se asustó un poco.

— ¡Eres el hombre aquí! ¡No seas cobarde! — Le animó.

—Eun Yoo… Conozco estos lugares… Es una casa de droga. Mira eso… — Una mesa cubierta de billetes  junto con algunos paquetes blancos estaba en el extremo de la otra habitación. Pero una voz sobresaltó a ambos justo cuando Eun Yoo se acercaba a la mesa.

— ¿Qué buscan aquí, mocosos miserables? — Un hombre increíblemente alto apuntaba a Eun Yoo con un arma cuando Hyunjoong se colocó delante. — ¿Compradores?

—N-no. — El titubeo de Eun Yoo casi hace desprender una bala si no es porque otro hombre le grita que se detenga.

—No puede ser… — Han Min Seung miró a Eun Yoo que era abrazada protectoramente por Hyunjoong. — ¿Cómo supiste de este sitio?

Eun Yoo dirigió su mirada al hombre que ya sabía bien quién era. La decepción que sentía su madre la pudo comprender perfectamente después de ver aquello.

—Nos dejaste por esto. ¡Nos abandonaste por esto! — Por primera vez desde hacía diez años, sus ojos comenzaron a brotar lágrimas de amargura.

—Eres tan patética como tu hermano. — La voz de Jenny salió de una habitación. — Felicidades, me descubrieron. — Una sonrisa repleta de falsedad se dibujó en su rostro. — Lil’ sister.

5 comentarios :

  1. Ya habia comentado que odio a Jenny? pues si la ooodiooooo!!!!!!

    Desgraciada, insisto, deberian quemarla o no se que junto con su madre par de viboras!!! ¬¬

    Y tu Jae, se que amas a Yunho con toda tu alma pero... yaaa basta, date tu lugar y a tus bebes.

    Y Yunho primero deshazte de tu estupidez y de creerle a todo el mundo menos a Jae y luego lo buscas.

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  2. justo cuando jae se entera que sigue embarazado y
    que son 2 y le va decir la noticia,esa jenny la
    tiene que malograr, pobre yunho cayo en la trama d la
    arpia pero que bueno que jae le dijo de los bebes.
    fue gracioso los antojos de jae por los pasteles :)

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  4. waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa porfin se sabe qien es la bruja de jenny y su maldita mdre >,< aww q feo T_T JJ i sushijitos bonitos , yunho cuidalo mucho el no esta en condiciones para ser lastimado porq esos bebes tambien se lastiman T_T

    y ahora huynjoonh y jenny ¿q les pasara?
    >;< awwww

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  5. en buena onda...ahora que no le va a pasar a los hermanos kim

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