No
había habido opción alguna. Yunho llevaba las riendas. Cualquiera de las dos
opciones significaría que Yunho conseguiría a su hijo. Jaejoong tenía claro
que, con todo el poder financiero de su familia, con la fuerte personalidad de Yunho
y con la lista de supuestos pecados que él había cometido, él ganaría la
batalla por la custodia si es que llegaba a producirse.
La
tercera opción que se le había ocurrido a él, decirle que siguiera adelante con
la batalla legal y luego llevarse a Changmin a un lugar desconocido, había sido
desechada al instante, puesto que era algo egoísta y sobre todo estúpido. Él la
habría seguido a cualquier parte. ¿Y además, qué tipo de vida habría llevado Changmin
huyendo constantemente? Y, cuando los encontrara, porque lo haría, ya tendría
otra cosa más que echarle en cara.
Así
que se había rendido por el bien de su hijo. Había permitido que los sacaran de
Londres y los llevaran de viaje por las principales capitales de Europa durante
un mes entero, puesto que Yunho estaba decidido a mantener sus ojos pegados a
ellos mientras se ocupaba de sus negocios.
Él
tenía un ego enorme, y le pegaba mucho eso de llevar a su pareja con él a todas
partes. La autoestima de Jaejoong había quedado por los suelos, y la única
queja que había podido expresar, había sido resuelta cuando, en su primera
parada, París, le habían presentado a la niñera que Yunho había contratado para
Changmin.
― ¡Changmin no necesita una niñera! Yo puedo
cuidar de él ― había murmurado con
ferocidad al ver cómo la niñera se trasladaba a la suite contigua del hotel
para instalarse. No tenía nada en contra de la eficiente y agradable Minette,
pero se negaba a que lo dejaran de lado.
Pero
él le había respondido con el mismo tono frío y calmado que empleaba desde que él
había accedido a regresar a Corea.
― Es lo que se espera. Si un hijo mío no se
criara bajo los mejores cuidados, la gente murmuraría. Además yo,
personalmente, exijo lo mejor para él.
¿Y
dónde la dejaba eso a él? ¿En cuarto lugar?
― No sólo soy su eomma ― había
contestado él furioso ― sino que tengo una gran experiencia como
niñero. O, al menos, la tenía hasta que tú me impediste seguir trabajando en
eso. ¿O lo has olvidado?
La
insultante respuesta de Yunho había sido mirarlo de arriba abajo, darse la
vuelta y dirigirse a su habitación sin decir palabra.
Así
que allí estaban al fin, en su lujosa e increíble villa perdida en mitad de Jeju,
habiendo llevando consigo cantidades innumerables de equipaje.
Ropa y
juguetes para Changmin que su padre había elegido cuidadosamente, y para él,
ropa de diseño suficiente como para vestir a doce modelos de pasarela durante
un año. Además de nuevos perfumes, caras
cremas y maquillajes. Claro que él no había tenido mucho que ver en todo
aquello. Sólo se había limitado a pagar las increíbles cuentas. Había
contratado a gente especializada para hacer las compras. Quedaba claro que, en
lo que a él respectaba, no iba a mover un dedo. El deseo de malcriarlo y
complacerlo no ocupaba el más mínimo lugar en su mente. Su prioridad sería
asegurarse de que la eomma de su hijo no deshonrase el nombre de la familia llevando
cualquier baratija.
Jaejoong
suspiró y le dio la espalda al cielo nocturno de Jeju. Corrió las cortinas para
no dejar entrar al frío de marzo.
Le
esperaba toda una noche por delante. ¿Qué podía hacer? Era una pregunta
absurda. Lo mismo que había estado haciendo en las últimas semanas desde que
habían llegado a la villa y Yunho había desaparecido sin decir a dónde.
Sentarse en su habitación y tratar de leer hasta que llegase la hora de irse a
dormir.
Se
sentía completamente inútil.
Había
un ama de llaves, una cocinera, una criada que hacía de todo y un grupo de
jardineros que se ocupaban de los terrenos. Él no tenía que mover un dedo. Lo
único que había podido hacer era insistir en ser él, y nadie más que él, el que
cuidase de su bebé mientras estuviese despierto y lo llevase a dar sus paseos
diarios en su nuevo cochecito.
Si ésa
iba a ser la norma, tendría que haber cambios. Al menos, eso esperaba. Era
irónico cómo Yunho había insistido en que un niño necesitaba a sus dos padres y
luego había desaparecido nada más llegar.
¿Era
posesivo o qué? Changmin era su hijo y, por desgracia, él iba en el paquete.
Así que los había dejado allí apartados, lejos de cualquiera que pudiera tener
acceso a ellos. Y, sobre todo, lejos de esos amantes imaginarios que se suponía
que tenía Jaejoong.
De
pronto su estado de ánimo cambió. ¿Realmente quería que Yunho formara parte de
la vida de su hijo? Sería insoportable tenerlo cerca todo el tiempo. Cerca de
él se sentía... ¿cómo se sentía?
Tampoco
podía soportar pensar en eso, porque habría sido un engaño para él mismo tratar
de negar que no supiera lo que sentía. Sentía una lujuria puramente animal. Era
una locura. Se sentía furioso consigo mismo. Ya no lo amaba, por supuesto que no,
y no confiaba en él en absoluto. ¿Entonces por qué su cuerpo cobraba vida
propia cada vez que él estaba cerca?
Con
decisión, trató de sacarlo de su mente, tomó la novela que había estado
tratando de leer durante las últimas noches y la abrió. Según el marca páginas,
había llegado hasta la página treinta, pero no podía recordar nada de lo que
había leído.
>>>♥<<<
Yunho
conducía el coche por entre los cipreses del camino que ascendía hasta la villa
y se sentía completamente alterado, como si una corriente eléctrica de alto
voltaje circulase por sus venas. No lo entendía. Debería estar relajado. La
parte difícil ya había pasado.
Ganarse
a su madre con la sorpresa de tener un nieto había sido pan comido. La mujer no
podía esperar a verlo y a abrazarlo. ¿Y qué tipo de nombre era Changmin?
El
nuevo miembro de la familia Jung tenía que ser trasladado a Seúl de inmediato
para ser bautizado en condiciones. Ella estaba segura de que la familia Jun
haría la vista gorda y que JiHyun admitiría al niño. Las ventajas de aquella
futura unión eran demasiado importantes como para ponerlas en peligro por algo así.
Y en
cuanto a la eomma del niño, desde luego no podría quedarse indefinidamente en
la villa de su hijo. Quizá sería mejor un pequeño apartamento en Seúl y una
pensión. ¿No era así como los hombres se ocupaban de esas cosas? ¿Y habría oído
su hijo el último rumor? Al parecer el señor Jun había estado relacionado con
algunas inversiones catastróficas. Claro que él no se creía una sola palabra de
eso.
Como
siempre, Yunho se había dejado llevar por la charla de su madre. Él no había
oído semejante rumor. Lo comprobaría. El matrimonio con JiHyun de momento ya no
era posible, aunque él ayudaría en lo que fuera posible, si es que era
necesario.
Haría
lo que tenía que hacer, como siempre. Su madre finalmente lo aceptaría y
acabaría diciendo que había sido idea suya. Tras haberle dado un beso en la
mejilla, le había dado un regalo, su perfume favorito, y se la había llevado a
comer.
Con su
hermana las cosas habían sido diferentes. El nuevo miembro de la familia no le
suponía ningún problema, pero la eomma del niño sí era un problema.
― Realmente a mí me encantaba ― había
dicho Jihye ― Era
magnífico con los niños, muy divertido. Los dos lo adoraban. Pero sabía cuándo
ser firme. Todos lo respetábamos y yo le tomé cariño en los meses en que estuvo
con nosotros. Me sentí fatal cuando me enteré de que era un ladrón. Me demostró
el carácter tan horrendo que realmente tenía. ¿Realmente crees que puedes
ocuparte de ello?
Él
podía ocuparse de cualquier cosa. Se repitió eso a sí mismo mientras aparcaba el
coche. Era incluso capaz de casarse con un ladrón de pacotilla para legitimar a
su hijo.
Se le
revolvió el estómago al pensar en ello. Si Jaejoong hubiera tenido un poco más
de paciencia aquella última noche, se habría enterado de todo, de su ruptura
formal con JiHyun, de que él estaba dispuesto a ir hasta el fin del mundo por él,
de que lo adoraba y de que quería casarse con él. Se habría casado con él y
habría quedado destrozado al darse cuenta más tarde de la verdadera persona que
era, y que lo quería sólo por el dinero.
Yunho
apretó la mandíbula. Ya había superado todo eso, ¿verdad?
Así
sería todo mejor, se aseguró a sí mismo mientras entraba por la puerta
principal y le comunicaba su llegada al ama de llaves. Kim Jaejoong ya se había
caído del pedestal en que lo había colocado.
Sabiendo
lo que era, en el futuro no se permitiría el lujo de quitarle los ojos de
encima para asegurarse de que no volviese a cometer ningún pecado, ni que se
sintiese tentado de hacerlo. Se lo pasarían bien en la cama. Él se esforzaría
tanto, que a Jaejoong no se le pasaría por la cabeza la idea de buscar otro
hombre. Pero, en esa ocasión, los sentimientos no tendrían cabida. Ya había
aprendido esa lección.
Leal a
sus principios, su ama de llaves no se había inmutado cuando él había llegado
allí una semana antes con un hijo, el eomma del hijo y una niñera francesa. En
esa ocasión, se limitó a informarle de que el joven Kim estaba en el primer
piso tomando el té.
JiHyun
se había tomado la noticia como era de esperar, teniendo en cuenta lo orgullosa
que era. Él había estado sintiéndose mal por dejarla tirada después de un
compromiso tan largo. Sobre todo cuando, la última vez que habían cenado
juntos, antes de que él partiera para Londres, él había dicho:
― Supongo que deberíamos ir pensando en fijar
una fecha. No es que quiera presionarte, por supuesto. Por mí no hay prisa.
Ambos sabemos que nuestro matrimonio será un mero acuerdo de negocios. No es
como si los dos no pudiéramos esperar a estar el uno en brazos del otro ni nada
de eso. Pero mi padre se está impacientando. Así que, por favor, piensa en ello
mientras estás fuera.
Ansiosa
por sellar formalmente la unión entre los Jun y los Jung. Yunho lo comprendía.
El padre de JiHyun no era joven y, naturalmente, la estaría presionando para
que se casara.
Al
recordar lo que había dicho su madre sobre los rumores de su padre, cuando
había visto a JiHyun le había dicho:
― Mi madre dice que hay rumores de que tu
padre está pasando por dificultades económicas. Dime, ¿hay algo de verdad en
eso?
Su
negación había sido inmediata y tajante, pero Yunho no había podido evitar
sentirse mal al darle a JiHyun la noticia de la existencia de un hijo
ilegítimo.
― Si piensas que me casaría contigo y
compartiría mi casa con tu hijo bastardo, debes de estar loco. Ni se me ocurriría ― había
dicho JiHyun ― Y, aunque
pretendas mantener a tu hijo oculto en algún rincón de Corea, el secreto
finalmente se sabría. La gente se me echaría al cuello. Me niego a entrar en
eso. Deberías haberte lavado las manos en el asunto. Darlo en adopción o algo
así. O dejar que el eomma siguiera adelante con sus planes. Acordamos en que
tendríamos discreción. ¿Ya no te acuerdas? Así que, hasta que no te lo quites
de en medio, considera que nuestro compromiso ya no existe. Reconsideraré la
idea de volver a comprometerme cuando los hayas mandado a los dos a paseo.
― Mi hijo se queda conmigo ― había
dicho él con frialdad, horrorizado al ver aquella parte de JiHyun que
desconocía ― Eres una
mujer hermosa, JiHyun. Algún día encontrarás a alguien a quien amar. Yo no soy
ese hombre, pero algún día lo encontrarás. Y él te amará de verdad. Te mereces
algo más que un matrimonio de conveniencia.
Trató
de olvidarse de aquel último encuentro y perdió la noción del tiempo mientras
contemplaba a su hijo, que dormía plácidamente. Pero, su sonrisa fue sustituida
por un ceño fruncido al enterarse por boca de la niñera, de que el pequeño Changmin
ya tenía otro diente más y que había empezado a gatear. Se sintió mal por haberse
perdido unos acontecimientos tan importantes en la vida de su hijo, pero se
dijo a sí mismo que nunca más volvería a perderse nada.
Mientras
se acercaba al salón del primer piso, la tensión que sentía iba incrementándose
hasta proporciones descomunales.
Si el
eomma de su hijo fuera el ángel que le había hecho creer que era, no habría
habido ningún problema. Él habría sido todo lo que Jae deseaba y más, mucho
más.
Saber
que realmente no era el ángel que había pretendido ser, lo ponía furioso
consigo mismo y hacía que su corazón le doliese amargamente. «Relájate», se dijo a sí mismo ante
el descubrimiento de aquel sentimiento que creía largamente olvidado.
El
camino que había decidido seguir era el apropiado. Por su hijo. Había aceptado
la idea de un matrimonio sin amor con JiHyun por razones dinásticas. Podría
también aceptar un matrimonio sin amor con el eomma de su hijo y asegurarse de
que los fallos de su carácter, que eran enormes, no empeoraran todavía más.
Relativamente
calmado por aquel resquicio de sentido común, empujó la puerta suavemente y la
abrió.
Su
corazón casi dejó de latir. Entonces se aceleró. Jaejoong se sonrojó al verlo,
abrió mucho los ojos y tragó saliva, aparentemente sorprendido de verlo allí.
Llevaba puesta un jersey azul oscuro que hacía resaltar su melena rubia,
haciéndolo parecer puro platino.
Lo
invadió un torrente de pasión similar al que lo había invadido aquella noche en
la playa al verlo salir del agua. Así que su voz, cuando por fin consiguió
encontrarla, no salió de su garganta como habría pretendido, fría y
sofisticada, sino más bien ronca y temblorosa.
― He decidido casarme contigo. Es la única
manera de que tú tengas un estilo de vida opulento y yo consiga a mi hijo.
Mantente a raya y los dos conseguiremos lo que queremos.
Según
dijo las palabras, Yunho se odió a sí mismo, algo que lo pilló tan de sorpresa
que casi lo dejó sin aliento.
Jaejoong
se quedó pálido y dejó caer sobre su regazo el libro que estaba leyendo,
quedándose con la boca abierta.
Era el
eomma de su hijo y, a pesar de sus pecados pasados, merecía algo mejor que una
proposición que sonaba casi como una amenaza. Era un eomma bueno y cariñoso, como
había podido comprobar. También se dio cuenta en ese momento de que era
vulnerable, que había dejado que lo apartara de todo aquello y aquéllos a los
que conocía. Estaría a la defensiva, y convencerlo para que hiciera lo correcto
por el bien de su hijo, le llevaría tiempo.
― No ― dijo Jaejoong como pudo
tras tragarse el nudo que sentía en la garganta, dándose cuenta de que había
habido un momento en que habría hecho cualquier cosa para aceptar su propuesta
de matrimonio.
Pero
no quería que fuese así. No quería una vida vacía y llena de lujo. Quería amor
y confianza. Y eso no entraba en el trato, nunca había entrado, por lo que a él
respectaba.
― Podría haberlo dicho mejor ― dijo
él gentilmente caminando hasta colocarse frente a él.
Le
tomó ambas manos y lo levantó de su asiento. Su calidez y el perfume que
llevaba puesto le hicieron sentir la necesidad inmediata. Llevaba demasiado
tiempo sin estar con alguien. De hecho, había perdido el interés en el sexo
opuesto desde que aquel docel había revelado sus verdaderas impresiones.
Yunho
apretó la mandíbula, tratando de negar el deseo que había embargado su cuerpo y
que le pedía que la besara, olvidándose de todo.
― No te pido una respuesta apasionada ni nada
de eso. Si nos casamos, nuestro hijo tendrá una familia estable. Será legítimo
y no sólo el hijo de mi amante.
Jaejoong
apartó las manos de las suyas. Estando tan cerca de su magnífico cuerpo, habría
accedido a cualquier cosa.
― ¿Quién ha dicho que yo sea tu amante? ― preguntó
él recuperando el color en las mejillas.
Dio
dos pasos hacia atrás y tropezó con el asiento que había dejado hacía unos
segundos. Si Yunho pensaba que por dejar que lo vistiera y le diera de comer,
le estaba dando el derecho de disfrutar de su cuerpo, sería mejor que se lo
pensara dos veces. Puede que su cuerpo deseara estar con él, pero su cabeza le
recordaba que corría el riesgo de volver a enamorarse. Y eso le llevaría a una
situación más miserable y desesperada incluso.
Se
hizo el silencio entre ellos mientras Yunho se metía las manos en los
bolsillos. Tenía una sonrisa sardónica en la cara mientras se balanceaba de un
lado a otro sobre sus talones.
― Entre los dos hemos creado un niño precioso ― dijo
él finalmente ― Los dos
estáis bajo mi protección. Viviremos todos juntos en mi casa. Que nos evitemos
el uno al otro como la peste o que aprovechemos cada oportunidad para disfrutar
bajo las sábanas, no tiene nada que ver. La gente sacará sus propias
conclusiones. Dirán que te tengo cautivo, que eres mi amante. Y dirán que
nuestro hijo es un hijo bastardo. ¿Es eso lo que quieres para él?
― Entonces deja que me lleve a Changmin de
vuelta a Inglaterra ― contestó Jae ― Así evitarás los cotilleos desafortunados.
Nadie que conozco es tan retrógrado e hipócrita como para considerar algo malo
el hecho de que mi hijo se críe fuera del matrimonio. Tú puedes visitarlo
cuando te plazca. Así no se convertirá en un esnob preparado para ser un
heredero.
― No hay opción posible ― contestó
Yunho brutalmente y con impaciencia, porque cada vez tenía más ganas de besarlo.
Todo su cuerpo estaba ardiendo y palpitaba con la necesidad de volver a
estrecharlo entre sus brazos y a sentir su cuerpo bajo el suyo.
Era el
eomma de su hijo, luego, era suyo. Dejando el deseo de lado, trató de
controlarse y de hablar con serenidad.
― Prioriza el bienestar de nuestro hijo y
piensa en mi propuesta. No hay prisa. Simplemente sopesa las ventajas. Y,
mientras tanto ― añadió con una sonrisa
que la hizo estremecerse ― te sugiero
que comencemos a conocernos mejor. Más a fondo.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Francamente despues de esa propuesta de matrimonio, yo agarro a Yunho a cachetadas
¬.¬ Por otro lado la bruja pelo el cobre, como le propone a Yunho que se lave las manos del asunto.... gua dicen que los ricos dan miedo.
Habia esperado tanto por un capítulo, muchas gracias.
ResponderEliminarPobre de Jae, lo están dejando sin opciones, el ama a Yunho aunque se niegue a aceptarlo. Ojalá que Yunho no sea tan malo con él.
Esta loco
ResponderEliminarNo puede hacer eso
Yo no lo permitiría
Tmbn le daría un par o muchas cachetadas por insinuar algo así
Sin amor y sin confianza no!!
Pobre de jj no puede ni opinar que mal
Gracias
Esperaba ansiosa este cap!!
Yunho esta loco y es injusto con Jae lo trata mal cuando es inocente y todo es culpa de JiHyun
ResponderEliminarHay amor y deseo entre los dos, pero el orgullo y la desconfianza los hacen ser groseros, fríos y cerrados (Yunho) a esa felicidad. Esa forma de pensar de la ex, es tan cruel y despiadada que se nota que nunca a amado ni la han amado, por eso es tan fria.
ResponderEliminarGracias!!!
Ese Yunho no quita el dedo del renglón y si que se casé con Jae y lo ara por amor pero no quiere reconocerlo aun así que esa fulana quedó fuera ahora espero que no benga a querer hacerle la vida imposible a Jae pues bastante daño hiso ya como para que se quede tranquila y con los brazos cruzados si queda fuera de la vida de Yunho
ResponderEliminarGracias
Esa tipa da ganas de matarla :/
ResponderEliminarYunho planea follarse duro a Jae para q no busque en otro lado. El habla y actúa por la herida y espero q sufra cuando se entere d lo q paso en verdad.
Gracias por actualizar amiga ^.^
Oh Jaejoong ¿qué decisión tomaras?..... Yunho tu de verdad no aprendes, pero llegará el momento de la verdad y te arrepentirás de tu comportamiento hacia Jaejoong.
ResponderEliminarGracias por un capítulo más. Siempre es un deleite leer tu blog
Aquí esta del odio al amor hay un solo paso, Aunk ellos ya se aman..... XD
ResponderEliminarPobre Jae por culpa de esa bruja perdió su felicidad y amor esperó que pronto se sepa la verdad.....gracias cariños
ResponderEliminarQuiero pensar que en serio Jar va a ser fuerte y doblegará el amor y la pasión que Yunho le despierta para hacer que se trague sus insultos y ese aire de controlador que se carga. Como puede soltar semejante propuesta se supone que es un caballero. Esa tipa no se medió en insinuar que puede ser un cobarde y dejar de lado su paternidad. YUunho cree tener la sarten por el mango por como puede presionar a Jae para que accesda a lo que él quiere pero es Jae quien lo está poniendo a limite, no hay nada mejor para tener la boluntad de un hombre en propia mano que negarle el amor, la pasión y la oportunidad de sentirse dueño y señor. Se fuerte Jae. Que tu inocencia se revele y le de su merecido por tonto. Aaahh estoy emocionada¡¡Gracias por el cap¡¡¡
ResponderEliminarJajajajja este yunho no se resiste a jae es su tentación.... Yunho xq no lo escuchas
ResponderEliminar.
Changos jae habla y dile todo de nuevo q le entre a la cabeza esta medio enloquecido... Los dos se quieren xq son tercos .... Besos
Brujaaaa¡¡¡ esa tipa es una completa bruja insencible¡¡ y Yunho un completo tonto por tratar así a Jae. Aaiishhh este hombre¡¡¡ ganas dan de sarle unos buenos zapes.
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