Para su
sorpresa, Jaejoong se encontró a sí mismo bastante tranquilo, a pesar de la
situación tan incómoda en que se encontraba. Vestido y preparado, se dirigió
hacia la habitación del niño y vio a su bebé durmiendo. Arropado en la elegante
cuna que Yunho le había comprado, el niño parecía adorable, agarrando con la
mano el osito de peluche azul que siempre lo acompañaba.
― Seguramente, dormirá toda la noche, y
nosotros no llegaremos tarde, Minette ― le dijo en voz baja a la
niñera.