Completar un encargo. Así era como veía
Yunho aquel absurdo viaje al medio de la nada. La idea no le removía en
absoluto algún mínimo de sentimientos, era más bien una obligación y qué decir
de haber dejado en Seúl a Jaejoong y a Sung Ki desprotegidos.
Porque así era. Esas dos personas se habían convertido en una especie de causa por la que luchar y por la cual se estaba llevando a cabo esa especie de metamorfosis en él. No sólo algo especial despertaba en Yunho gracias a Jaejoong, sino a ese pequeño que supo ablandarlo con su actitud fresca y desenfadada.
Y, ¿por qué no decirlo? Le dolía como si
fuese a sí mismo, el hecho de que se encontrara enfermo a gravedad. No se
merecía eso.